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3.11.2. Amenidad

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3.12. Expresividad

3.12. Expresividad

El soporte: las propiedades del soporte influyen en la legibilidad. La baja resolución de las pantallas de televisión y de ordenador paradójicamente bajan la legibilidad de las tipografías con remate. Una baja calidad del papel de impresión puede hacer necesarios tipos de trazo grueso y remates claros como los que tienen las fuentes de la familia de las egipcias.

3.11.2. Amenidad

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Los siguientes aspectos influyen en la amenidad de lectura.

Espaciado entre letras y palabras: un espaciado reducido puede percibirse como un amontonamiento de letras; si es demasiado amplio, puede fragmentar el texto.

Tamaño del tipo: es evidente que influye en la lectura, aunque hay que valorarlo conjuntamente con el tipo de soporte y la familia tipográfica escogida. Generalizando de 9 a 12 puntos sería lo óptimo; 8 estaría en el límite y por debajo sería difícil de leer. Menos de 5 es casi ilegible. 14 es tolerable y por encima se acepta para titulares, pero es engorroso de leer en texto continuo.

Ancho de columna: ya se ha dicho que un tamaño estándar podría ser entre 60 y 65 caracteres por columna. Una columna muy estrecha fragmenta el texto; en una demasiado ancha el lector encuentra con dificultad la línea siguiente.

Interlineado: si es demasiado estrecho obtenemos un abarrotamiento de texto con ascendentes y descendentes demasiado próximas. Si es demasiado ancho, interrumpe continuamente la lectura, que obliga a atravesar continuamente espacios blancos.

Espaciado entre letras y palabras

Interlineado

Alineación: la alineación a la izquierda y la justificada son las más legibles. Para textos cortos se puede usar la centrada o la alineada a la derecha. La justificada dificulta la amenidad de lectura si provoca demasiado espaciado entre palabras o un espaciado muy variable (esto suele pasar en columnas estrechas).

Contraste de color: la utilización de colores demasiado parecidos (de tono y sobre todo de luminosidad) entre el texto y el fondo dificultarán la amenidad de lectura. Hay que buscar un contraste fuerte: colores claros con oscuros, colores muy saturados con poco saturados. Para los contrastes de tono es mejor sumarlos a cambios en la luminosidad y la saturación, evitando combinar dos colores muy saturados que compiten entre sí y, especialmente, si crean un límite vibrante entre ellos.

Contraste de color

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