TIPOS DE ESPACIOS PÚBLICOS DE LOS ASENTAMIENTOS HUMANOS EN LAS LADERAS DE SAN JUAN DE LURIGANCHO2020

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UNIVERSIDAD NACIONAL DE INGENIERÍA FACULTAD DE ARQUITECTURA, URBANISMO Y ARTES

METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA INFORME DE INVESTIGACIÓN Tema: Tipos de Espacio Público en los asentamientos humanos de las laderas de San Juan de Lurigancho - Lima, 2020

Cátedra: Msc. Arq. Diana Torres Obregón Msc. Arq. Vilma Vásquez Prada

GRUPO 5 - INTEGRANTES: Incacutipa Cotrado, Cristian R. Mayta Solorzano, Jhonatan O. Roldán Mancisidor, Erick S. Vila León, Angel

2020 - II


ÍNDICE

CAPÍTULO 1: PRESENTACIÓN DEL PROBLEMA……………..……………………….3 1.1.

Contexto del problema de investigación. ………………….…….…………....3

1.2.

Formulación del problema. ……………………………………….…………..5

1.2.1. Problema general 1.2.1. Problemas específicos 1.3.

Estado de la cuestión……………………………...………..............................6

CAPÍTULO 2: MARCOS DE REFERENCIA………………..……………………………..9 2.1. Marco histórico 2.2. Marco teórico 2.2.1. Espacio Público CAPÍTULO 3: MARCO METODOLÓGICO….……………..……………………………..9 3.1. Preguntas de Investigación 3.2. Objetivos de Investigación 3.3. Hipótesis de Investigación 3.4. Variables e indicadores 3.5 Matriz de consistencia Referencias bibliográficas. ……………………………………………………..…………......8 Anexos……………………………………………………………………..………..………..10

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CAPÍTULO 1 PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA 1.1. Contexto del problema de investigación En plena crisis sanitaria, política y económica que atraviesa nuestro país, se agudizó otra crisis patente desde hace décadas: la escasez y condiciones inadecuadas de espacios públicos. Este problema es más notorio en las periferias de la ciudad en donde se encuentran los asentamientos humanos. En el Perú uno de los acontecimientos más importantes ocurridos en el siglo XX fue el proceso migratorio de poblaciones del entorno rural al entorno urbano, ubicados sobre todo en la costa. Según Velarde (2017), en el caso de Lima el proceso de urbanización -masivo y acelerado- se dio en dos etapas: la primera, en zonas planas y semiplanas y la segunda, en zonas de laderas y terrenos residuales. De igual manera; Duhau (2018), señala que en el Perú el proceso de urbanización no es ajeno al de América Latina y se ha convertido en una constante irreversible que es la principal característica de nuestra condición urbana latinoamericana; a excepción de países como Argentina, Chile y Uruguay. De todos los distritos de Lima Metropolitana, San Juan de Lurigancho resalta debido a su cantidad de población -más de 1 millón de habitantes- y por su mayor cantidad de asentamientos humanos, según el INEI (2011) además, de ser uno de los seis distritos con mayor extensión territorial de Lima Metropolitana. Por otra parte, entre los años 2000 al 2013, en el Perú y sobre todo en Lima Metropolitana, se vio un crecimiento poblacional como consecuencia del retorno de hombres y mujeres del extranjero motivados por la crisis económica en algunos países desarrollados (España, China y EE.UU.) y la estabilidad económica que empieza a ofrecer el Perú (Plan de Desarrollo Concertado de SJL 2015-2021). Como consecuencia, la proyección de población de SJL para

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el 2011 fue de un millón cuatro mil trescientos treinta y nueve habitantes, según el INEI,y ello enfatizó el problema de la vivienda y las condiciones inadecuadas del espacio público. Motivos por el cual, en los últimos años, se han propuesto proyectos de ley tales como: la Ley

que promueve la Creación y Conservación de Áreas Verdes Públicas y Privadas en las Zonas Urbanas, propuesta en el 2019 por el ex congresista Clemente Flores Vilchez; la Ley para la Protección de los Espacios Públicos, propuesta en el 2018 por la ex congresista Indira Huilca; y la Ley de Gestión de Espacios Públicos, propuesta en el 2017 por la ex congresista Maria Glave Remy. En tal sentido, la investigación se realiza durante el año 2020, año en el cual se cuestiona el valor del espacio público debido a la pandemia ocasionada por la COVID-19, sumado a esto la crisis política.

1.2. Formulación del problema ● 1.2.1 Problema General ¿Cuáles son los tipos de espacio público en los asentamientos humanos de las laderas de San Juan de Lurigancho - Lima, en el 2020? ● 1.2.2. Problemas Específicos ¿Cuáles son las diferencias de espacios públicos de asentamientos humanos en zonas planas y espacios públicos en los asentamientos humanos de las laderas de San Juan de Lurigancho en el 2020?

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¿Cuales son las características físico espaciales de los espacios públicos en los asentamientos humanos de laderas de San Juan de Lurigancho en el 2020? ¿Cuáles son los usos del espacio público en los asentamientos humanos de las laderas de San Juan de Lurigancho en el 2020?

1.3. Estado de la cuestión Sobre el tema de investigación existen dos posturas para clasificar los espacios públicos, a nivel local; la primera, está relacionada con el proceso de consolidación y la vinculación con la ciudad en la que están inmersa. Por otro lado, la segunda postura está relacionada con los usos, las actividades y la identidad misma de estos espacios públicos. Sobre la primera postura, la clasificación de los espacios públicos está relacionada con la autoproducción y autogestión de estos, además de las condiciones geográficas y de planificación. Según Velarde (2017) estos factores permiten diferenciar y clasificar los espacios públicos en convencionales y semicomunales o no convencionales. Los espacios convencionales son similares a los que se pueden encontrar en cualquier otra parte de la ciudad —parques, losas deportivas o alamedas—, los procesos de producción del espacio involucran formas de planificación comunal, las asambleas barriales, la mano de obra y el dinero invertido por parte de la comunidad; son espacios relativamente delimitados e integrados a la trama urbana, en simultáneo proceso de consolidación y deterioro, con formas de apropiación y usos flexibles a lo largo del tiempo y según las necesidades de la comunidad. Además, estos espacios pueden estar compuestos o no por algún tipo de mobiliario permanente o momentáneo, y su producción y gestión es comunitaria o familiar, y a veces asistida o compartida con el gobierno 5


municipal. Si bien estos espacios usualmente se encuentran en constante consolidación y deterioro afectando la variedad e intensidad de usos, forman parte activa de la vida en el barrio. Por otro lado, los espacios no convencionales o semicomunales surgen en condiciones geográficas accidentadas en zonas de laderas, donde los habitantes no pudieron replicar los mismos patrones, estrategias y experiencias de urbanización de sus antecesores ubicados en la zona plana, desarticulando la trama urbana conforme se la iba ocupando. Al contrario de los espacios públicos convencionales, el Estado no está presente en la planificación y mucho menos en la producción de estos espacios por lo que en la zona de laderas, usualmente el espacio público, se encuentra entre los últimos componentes. Es así, que generalmente son los accesos —escaleras y caminos—, generalmente con orientación vertical, los únicos espacios de encuentro que tienen los vecinos y vecinas de asentamientos ubicados en laderas convirtiéndose muchas veces en los primeros espacios de vida colectiva. Además, estos espacios también pueden ser los retiros o terrazas ubicados frente a las viviendas, y que usualmente se encuentran cercanas a las escaleras, la gente trabaja, siembra jardines, juega, se encuentra y conversa; pero, sobre todo, son espacios donde están dispuestos a ser observados en sus distintas actividades cotidianas y, al mismo tiempo, buscan poder observar lo que sucede a su alrededor (Velarde, 2017). En tal sentido Takano y Tokeshi (2007) nos indica que la participación ciudadana o autoproducción influyen en la clasificación del espacio público popular muy por encima de las características físicas, además los asentamientos humanos son herederos de una planificación estatal débil pero oportuna, la consolidación —no siempre exitosa— que genera espacios públicos convencionales que se han desarrollado a través de largos y variados procesos de autoproducción y autogestión colectiva desplegados por las juntas vecinales o algunas familias. Esto hace que existan formas y estrategias flexibles de apropiación o uso, que varían a través

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del tiempo según las necesidades de la comunidad. Es debido a esta dinámica de desarrollo del espacio público y la capacidad de sus habitantes para transformar, apropiarse y habilitar colectivamente estos espacios aparentemente vacíos sin límites definidos -sobre todo en zonas de laderas-, inacabados, expectante y sin equipamiento o mobiliarios logren cobrar vida pública e integrarse al sistema urbano. Con respecto a las posturas sobre los enfoques de clasificación del espacio público relacionada con los usos, las actividades y la identidad misma de estos espacios, Ludeña (2010) señala que este conjunto es parte de la transformación neoliberal y la pérdida de valores -paradójicos algunos y otros propios a las nuevas exigencias- como la ausencia de público en espacios públicos (consecuencia de la aparición de espacios alternativos, la contracultura) y también los nuevos modos de uso en relación a la intervención y diseño, en los que tiene lugar las características físicas del espacio. Asimismo, Vega (2006) se enfoca en identificar y clasificar estos espacios públicos por los usos que las personas, individual y colectivamente, hacen de ellos a través de la vida cotidiana. Sin embargo, las necesidades sociales que pueden expresarse en el uso del espacio público no se agotan en el consumo, sino que expresan la complejidad de las aspiraciones humanas construidas en contextos culturales específicos. Las necesidades humanas tienen un fundamento antropológico que también deberían satisfacerse en el espacio público, necesidades como: de unidad y de diferencia, de aislamiento y de encuentro, de independencia (cuando no de soledad) y de comunicación, de inmediatez y perspectiva a largo plazo (Lefebvre, 1978). Por otro lado, es importante resaltar la relevancia del tema de investigación en las laderas SJL, debido a que en la actualidad, la periferia de las manchas urbanas latinoamericanas crece más por lógicas de especulación y tráfico de suelos que por una presión demográfica venida de migraciones rurales (Carrión, 2016). Según Velarde (2017), estos procesos de urbanización

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irregulares e ilegales que producen la ciudad popular son la sumatoria de fuerzas estructurantes de los mercados, de la agencia del Estado como coordinador de recursos públicos y planificación institucional, y de la necesidad de determinados sectores de la población por autoproducir sus barrios, viviendas y espacios públicos. Esto hace de la ciudad popular un tejido urbano heterogéneo, donde existen distintos intereses y esfuerzos de producción del hábitat y, por lo tanto, de sus espacios públicos. En Lima Metropolitana el 15% de la mancha urbana se encuentra en zona de pendiente, en su totalidad, las laderas de Lima —habitadas y sin habitar— ocupan un 70% de su territorio (Ludeña, 2016). Del mismo modo, en la actualidad, el 54% del Área Metropolitana de Lima (AML) está ocupada por asentamientos humanos (AA. HH.) surgidos de invasiones informales, la mayor cantidad de AA. HH. en toda Lima Metropolitana es consecuencia de las migraciones que sucedieron principalmente en los años 60 (Torres, 2018). Es así que actualmente de los 43 distritos de Lima Metropolitana, SJL es el distrito con mayor número de AA. HH. Sin embargo, una de las mayores dificultades de los asentamientos ubicados en zona de laderas es poder vincular la movilidad con la vivienda y el espacio público (Kahatt, 2017). La investigación tiene un enfoque que relaciona ambas posturas en cuanto a la clasificación del espacio público; las investigaciones revisadas tienen un alcance a nivel local, sin embargo no profundizan en cuanto al espacio público en zona de laderas en SJL. Por lo tanto se considera pertinente la investigación.

CAPÍTULO 2 MARCO DE REFERENCIA 8


2.1. Marco Histórico En este capítulo de la investigación se realiza una lectura de los hitos históricos que han sumado al conocimiento en el tema de espacios públicos en los asentamientos humanos en laderas. En este recorrido llegamos a identificar tres etapas: la primera, comprendida entre los años 1961 y 2007 llamada Inicio de urbanizaciones marginales; la segunda, entre los años 2008 y 2016 llamada espacios públicos populares convencionales y la última etapa comprendida entre 2017 y 2019 llamada Preocupación del Estado. 2.1.1 Inicio de Urbanizaciones Marginales Según Velarde (2017), Lima Metropolitana ha recibido un considerable aumento poblacional desde el año 1950, durante el gobierno de Odría. Ello coincide con un fenómeno denominado Boom Latinoamericano, las migraciones del campo a la ciudad. La ciudad derrumba sus murallas y recibe al poblador de provincia para integrarse a la urbe, o al menos intentarlo. Dicho incremento de población resultó en la saturación de la trama urbana de la ciudad y, consecuentemente, en barrios creados en la periferia de ésta, en el espacio aún no construido. Ante ello, el gobierno de Manuel Prado en 1961 ha tratado de controlar dicha tendencia promulgando la ley 13517, la ley de barrios urbanos marginales. Dicha ley buscó amortiguar el efecto de estos barrios en la ciudad mediante la remodelación, el saneamiento y la legalización de los lotes definidos en éstos. Esto facilitó que en las siguientes dos décadas se planificaran conjuntos urbanos en San Juan de Lurigancho, como la Ciudad Satélite Bolognesi o Mariscal Cáceres (Velarde, 2017). En la zona plana de estas ciudades satélite se planificaron espacios públicos convencionales cuya consolidación, debido a una débil voluntad política, pasó a manos de las comunidades a las que se iba a entregar.

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Sin embargo, no fue sino en la década de 1990 que, producto de los reajustes económicos ante la hiperinflación que dejó el expresidente Alan García a manos de Alberto Fujimori, el Estado relajó la regulación de estos barrios, reduciendo su control a solo la adquisición de lotes y coincidiendo con la ocupación masiva de las laderas y el desbordamiento de la trama urbana. Según lo escrito por Velarde (2017), las poblaciones de laderas no podían replicar los espacios públicos convencionales que disfrutaba la ciudad plana debido a las características geográficas y la pendiente del lugar donde vivían. Ello implicó que la expansión urbana de dichas poblaciones ya no dependía del Estado sino del esfuerzo comunitario. En muchos asentamientos la consolidación del hábitat es precaria, lenta y ausente de inversión pública, debido a la irregularidad en la propiedad del suelo; y finalmente, producto del tráfico de terrenos se han invadido las pocas áreas reservadas para espacios comunes o ampliaciones. Sin embargo, como se menciona anteriormente, esto no impide que exista una en los retiros o terrazas ubicados frente a las viviendas, y que usualmente se encuentran cercanas a las escaleras, la gente trabaja, siembra jardines, juega, se encuentra y conversa; pero, sobre todo, son espacios donde están dispuestos a ser observados en sus distintas actividades cotidianas y, al mismo tiempo, buscan poder observar lo que sucede a su alrededor. Si bien por momentos pueden albergar usos colectivos, no dejan de ser espacios privados, ya que forman parte de las viviendas. En otras palabras, si una persona decide que ya han jugado demasiado tiempo los niños y niñas por su patio, tiene la posibilidad de pedirles que se retiren, lo que evidencia la característica principal de los espacios semi comunales: la capacidad de atraer y sostener actividades colectivas sin perder su cualidad de espacio privado, lo que permite al propietario controlar dichas actividades colectivas, evitarlas o prohibirlas cuando lo vea conveniente (Velarde, 2017).

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2.1.2 Espacios Públicos Populares Estos espacios, según Velarde (2017), son similares a los que se pueden encontrar en cualquier otra parte de la ciudad —parques, losas deportivas o alamedas—, pero donde los procesos de producción del espacio involucran formas de planificación comunal, las asambleas barriales, la mano de obra y el dinero invertido por parte de la comunidad. Es a estos espacios a lo que Velarde denomina “espacios público populares convencionales”, otras características de estos espacios es que son relativamente delimitados e integrados a la trama urbana, en simultáneo proceso de consolidación y deterioro, con formas de apropiación y usos flexibles a lo largo del tiempo y según las necesidades de la comunidad. Además, estos espacios pueden estar compuestos o no por algún tipo de mobiliario permanente o momentáneo, y su producción y gestión es comunitaria o familiar, y a veces asistida o compartida con el gobierno municipal. Además el aumento poblacional siguió al punto de que el INEI registrase más de un millón de habitantes en San Juan de Lurigancho a partir del año 2011. 2.1.3 Preocupación del Estado Estos problemas, el aumento poblacional, la invasión de las laderas, el tráfico de terrenos y la creación de espacios semi comunales para compensar la falta de espacios públicos, sumados a los que se dan en el resto de Lima Metropolitana, motivaron a la creación del “Manual de defensa de los espacios públicos Lima Metropolitana” en 2016, un esfuerzo conjunto entre la organización Ciudadanos Activando y Defendiendo Nuestros Espacios Públicos (CADNEP) y la congresista Indira Huilca, y en 2018 un proyecto de ley para la Protección de los Espacios Públicos.

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2.2. Marco Teórico Para el análisis de la investigación se presenta una categoría conceptual: El espacio público en asentamientos humanos; el cual implica también el desarrollo de las subcategorías: tipos de espacios públicos en asentamientos humanos y los usos de los espacios públicos. 2.2.1. Espacio Público Esta categoría conceptual ha sido investigada y publicada en varios libros, artículos, etc. Para esta investigación se ha estudiado a distintos autores por la variedad de perspectivas del tema. 2.2.1.1. Concepto de espacio público El concepto de espacio público ha sido abordado por diferentes autores, algunos nacionales y otros en el extranjeros. Para Vega (2006) el espacio público debe buscar superar las cuestiones enfocadas en el aspecto morfológico, permitido que el espacio público urbano sea considerado actualmente como un espacio social. Borja (2011), señala que no se puede entender la ciudad sin el espacio público puesto que la ciudad es ante todo el espacio público donde se expresa la ciudadanía, por lo que es un elemento para el ejercicio de la democracia; además, agrega que por su sentido integrador el espacio público es fundamental porque en ella la sociedad convive y muestra sus diversidades y contradicciones. Esta característica democrática del espacio público que menciona Borja coincide con lo que señala Tokeshi (2013), que los espacios públicos son: espacios entendidos como aquel territorio de la ciudad donde cualquier persona tiene derecho a estar y circular libremente.

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Asimismo, Mazuré (2013), define a los espacios públicos como lugares que les pertenecen a todos, lugares donde las personas realizan diversas actividades (comercio, juego, reuniones, etc). Por otro lado, Vergara (2015) señala que el espacio público, en primer lugar se constituye en una dimensión central de la vida urbana por ser allí donde se representa y ejecuta la vida social; en segundo lugar, el espacio público está directamente relacionado con problemáticas que afectan y/o determinan numerosos ámbitos de la vida colectiva en lo social, económico, político y ambiental; y por último -muy significativo en la actualidad-, el espacio público adquiere dentro de la planeación y política urbana cada vez mayor importancia como herramienta conceptual no solo para el logro de objetivos en planes y programas de desarrollo urbano sino también de diferentes programas de orden económico, social y político, lo que resalta su valor como estrategia de innovación. Este concepto de espacio público es compartido con Delgado (2007) que asocia la noción de espacio público no solo como espacio mutuo de visibilidad o accesibilidad en el que los individuos se someten a miradas ajenas sino como algo mucho más trascendente para las prácticas cívicas concretas. Por otra parte Velarde (2017) define los espacios públicos son aquellos espacios delimitados e integrados a la trama y al sistema urbano con una distribución de usos y espacios claros; compuestos por mobiliario o equipamiento público, tanto al aire libre como cerrado; y cuya producción y gestión obedece a la planificación pública.

2.2.1.2. Tipos de espacio público Según Rangel (2017), La tipología de espacios públicos contemporáneos y tradicionales 13


● Espacios públicos tradicionales La plaza: Lugar de lo público por excelencia al estar urbano para la reunión y la recreación, el punto de referencia que relaciona las diferentes partes o componentes de la estructura urbana. La calle: Lugar de carácter fundamentalmente utilitario, al ser el lugar de relación directa entre edificios y con las actividades. limita lo público de lo privado, aloja las redes de infraestructura, propicia espacios verdes, sol, luz y aire a los edificios. El parque: Espacio libre situado en el interior o exterior inmediato a la ciudad. Destinado a la recreación al aire libre, el embellecimiento espacial, el deporte, el descanso, el crecimiento cultural y espiritual y el contacto con la naturaleza, así como su protección y aporte a la ciudad. El frente de agua: Numerosas ciudades tienen en su conformación una costa de río, lago o mar, que afecta su funcionalidad y morfología y, hasta pauta su imagen paisajística. Tal franja costera cuando en algunas ciudades ha sido desarrollada por la avidez de sol, playa y para el embellecimiento urbano, se le considera como la cuarta tipología de espacio público. ● Espacios públicos contemporáneos Espacio público interior: Se corresponde con espacios conformantes de edificaciones de carácter cívico, comercial o empresarial, que cumplen funciones del espacio público para una población asociada, al permitir el encuentro y la recreación casual o pautada, como actividades complementarias a las centrales de la edificación, bajo ciertos controles de uso. Espacio informal: Es aquel cuyas características, actividades vecinas y cercanía, permiten su uso espontáneo para la recreación, el deporte, el encuentro y la socialización. Cada día están más popularizados, ocupando la función del espacio público formal, en razón de la inexistencia o los precarios diseños de los espacios públicos formales de la ciudad actual.

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Mazuré (2013), señala que son tres los lugares considerados espacios públicos por excelencia: el parque, la plaza y la calle, que se caracterizan por ser donde se pueden realizar distintas actividades. Según Velarde (2007) los espacios públicos se clasifican en convencionales o semi comunales: Espacio público convencionales Estos espacios pueden estar compuestos o no por algún tipo de mobiliario permanente o momentáneo, y su producción y gestión es comunitaria o familiar, y a veces asistida o compartida con el gobierno municipal. Si bien estos espacios usualmente se encuentran en constante consolidación y deterioro afectando la variedad e intensidad de usos, formen parte activa de la vida en el barrio Los espacios convencionales son similares a los que se pueden encontrar en cualquier otra parte de la ciudad —parques, losas deportivas o alamedas—, pero donde los procesos de producción del espacio involucran formas de planificación comunal, las asambleas barriales, la mano de obra y el dinero invertido por parte de la comunidad, son espacios relativamente delimitados e integrados a la trama urbana, en simultáneo proceso de consolidación y deterioro, con formas de apropiación y usos flexibles a lo largo del tiempo y según las necesidades de la comunidad. Espacios públicos semi comunales. semi comunales surgen en condiciones geográficas accidentadas en la zona de laderas donde los habitantes no pudieron replicar los mismos patrones, estrategias y experiencias de urbanización de sus antecesores ubicados en la zona plana, desarticulando la trama urbana conforme se la iba ocupando. Al contrario de los espacios públicos convencionales el estado no está presente en la planificación y mucho menos en la producción de estos espacios por lo

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que en la zona de laderas, usualmente el espacio público se encuentra entre los últimos componentes. Es así que son generalmente son los accesos —escaleras y caminos—, usualmente con orientación vertical. por mucho tiempo los únicos espacios de encuentro que tienen los vecinos y vecinas de asentamientos ubicados en laderas, convirtiéndose muchas veces en los primeros espacios de vida colectiva. Además, para Velarde (2017) estos espacios también pueden ser los retiros o terrazas ubicados frente a las viviendas, y que usualmente se encuentran cercanas a las escaleras, la gente trabaja, siembra jardines, juega, se encuentra y conversa; pero, sobre todo, son espacios donde están dispuestos a ser observados en sus distintas actividades cotidianas y, al mismo tiempo, buscan poder observar lo que sucede a su alrededor.

2.2.1.3. Usos de espacio público El espacio público es de uso social, colectivo y multifuncionalidad. Se caracteriza físicamente por su accesibilidad, lo que lo hace un factor de centralidad (Borja 2000). Los usos del espacio público varían ampliamente según su tipo en entornos como los asentamientos humanos y aún más en las laderas de SJL, tanto las condiciones geográficas de pendiente y la ausencia del planeamiento de estos espacios obligan a su constante adaptación y flexibilidad en cuanto a usos. Según Torres (2009), los espacios públicos como los parques, las explanadas, ciertas calles o avenidas, son lugares usados para la recreación, es decir, son espacios donde los habitantes de una ciudad pueden expresarse de forma artística, deportiva y cultural. Las grandes urbes que van creciendo, tanto en habitantes, como en espacios privados (casas, edificios, centros comerciales, etc.) provocan la reducción de los espacios libres para la recreación, lo que repercute en la calidad de vida de los habitantes de las ciudades. 16


Por su parte, Giménez, (2004), también señala que existen dos formas de usar y apropiarse del espacio público, por un lado la “utilitaria funcional” que se refiere al espacio utilizado para el intercambio de recursos o para medio de subsistencia; los indigentes son un ejemplo de esta categoría de apropiación, así como los vendedores ambulantes. La otra forma o tipo de apropiación que es mencionada por Giménez es la “simbólico cultural”. Ésta es cuando al espacio se le da un cierto valor para cuestiones políticas, culturales, tradicionales, etc. En este tipo de apropiación, la sociedad suele fragmentarse más, según el uso que se desea dar al espacio, esto se refiere a cuando ciertos grupos de personas le dan un uso más ocupacional que funcional y esto a su vez genera la segregación de otras personas que no pertenezcan a dicho grupo, por ejemplo cuando manifestantes cierran ciertas calles o plazas para eventos de índole político o religioso. Como ya mencionamos la clasificación del espacio público según Velarde (2017), también señala los usos de estos espacios. En estos espacios semi comunales se puede encontrar durante el día, la tarde y con menor recurrencia en las noches a jóvenes jugando, adultos conversando, niños leyendo y/o personas sentadas observando lo que sucede a su alrededor (el paisaje urbano que ofrece la ladera); Estas actividades que podrían encontrarse en un espacio público barrial convencional de la ciudad, aunque dada la disposición difusa de estos espacios semi comunales, se extienden de forma dispersa por todo el asentamiento. Asimismo, debido a la pendiente, están a la vista de la mayoría de sus habitantes, lo cual aumenta la sensación de simultaneidad y superposición de actividades. Esto último también permite a las familias mantener un control sobre el juego de los niños o niñas, y a la comunidad sobre su asentamiento. Velarde (2017). Actualmente el espacio público moderno proviene de la separación formal (legal) entre la propiedad privada urbana y la propiedad pública. Para usos sociales característicos de la vida urbana (esparcimiento, actos colectivos, transporte, actividades culturales y a veces

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comerciales, etc). Desde una aproximación jurídica, podemos definirlo como un espacio sometido a una regulación específica por parte de la administración pública, propietaria o que posee la facultad de dominio del suelo, que garantiza su accesibilidad a todos y fija las condiciones de su utilización y de instalación de actividades. Segovia y Jordán (2005) Es así que Vega (2006) señala un tipo de espacio público que define como los “no lugares”, estos no reemplazan los espacios públicos de nuestra definición de partida, pues nos remiten a actividades muy específicas, por ejemplo relacionadas a la conexión con medios de transporte donde se espera una permanencia reducida; nuevamente, no encontraremos la multifuncionalidad en estos contextos. De todas formas, es cierto que alrededor de estos no lugares se han ido generando ciertos encadenamientos y territorialidades que permiten aludir a nuevos escenarios urbanos con ciertos grados de polivalencia, que nos abren, en todo caso, a nuevas dimensiones del espacio público, esta vez con la figura del transeúnte como encadenador de múltiples actividades. Respecto a lo anterior un ejemplo nos indica Vega (2017), los centros comerciales y los nuevos parques “para contemplar” se han ido convirtiendo en importantes nuevos espacios que ofrece la ciudad. Los primeros se han convertido en uno de los nodos más visibles de las tramas urbanas contemporáneas, mientras que los segundos forman parte de un paisaje urbano que afirma la posición social de quienes residen alrededor de estos y por lo tanto con consecuencias importantes en términos de mercado de tierras urbanas.

CAPÍTULO 3 MARCO METODOLÓGICO 18


La investigación tiene un enfoque cuantitativo, con un alcance descriptivo y un diseño de investigación no experimental transversal. 3.1 Preguntas de Investigación 3.1.1 Pregunta principal ●

¿Cuáles son los tipos de espacio público en los asentamientos humanos de las laderas

de San Juan de Lurigancho - Lima, en el 2020? 3.1.2 Preguntas específicas ●

¿Cuáles son las diferencias de espacios públicos de asentamientos humanos en zonas

planas y espacios públicos en los asentamientos humanos de las laderas de San Juan de Lurigancho en el 2020? ●

¿Cuáles son las características físicas de los espacios públicos en los asentamientos

humanos de las laderas de San Juan de Lurigancho en el 2020? ●

¿Cuáles son los usos del espacio público en los asentamientos humanos de las laderas

de San Juan de Lurigancho en el 2020?

3.2 Objetivos de Investigación 3.2.1 Objetivo principal ●

Identificar los tipos de espacio público en los asentamientos humanos de las laderas

de San Juan de Lurigancho - Lima, en el 2020. 3.2.2 Objetivos específicos

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Contrastar las diferencias de espacios públicos en asentamientos humanos en zonas

planas y espacios públicos en los asentamientos humanos de las laderas de San Juan de Lurigancho en el 2020. ●

Identificar las características físicas de los espacios públicos en los asentamientos

humanos de las laderas de San Juan de Lurigancho, en el 2020.●

Reconocer los usos del

espacio público en los asentamientos humanos de las laderas de San Juan de Lurigancho en el 2020. 3.3 Hipótesis de Investigación 3.3.1 Hipótesis principal ●

En los asentamientos humanos de las laderas de San Juan de Lurigancho en el 2020,

existen dos tipos de espacios públicos: convencionales y semi comunales. 3.3.2 Hipótesis específicos ●

En los asentamientos humanos de las laderas de San Juan de Lurigancho en el 2020,

los espacios públicos difieren según su planeamiento y condición geográfica, respecto a los espacios públicos en asentamientos humanos en zonas planas ●

En los asentamientos humanos de las laderas de San Juan de Lurigancho en el 2020,

los espacios públicos presentan dificultades en la accesibilidad y deficiencia en su infraestructura. ●

En los asentamientos humanos de las laderas de San Juan de Lurigancho en el 2020,

los usos de los espacios públicos están destinados a usos mixtos (flexibles y adaptables). 3.4 Variables e Indicadores

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3.4.1 Variable principal ●

Tipos de espacio público en los asentamientos humanos 3.4.2 Variables específicas

Diferencias entre espacios públicos de zona plana y de laderas

Características físicas de los espacios públicos

Actividades en el espacio público

3.5.1 Indicadores principal

Convencionales

Semi comunales

Tradicionales

Contemporáneos

3.6.1 Indicadores específicos ● Cantidad de espacios públicos. ● Tipos de espacios públicos ● Escala de los espacios públicos ● Proporción de área verde por habitante.

● Dimensiones (Área y volumen) ● Porcentaje de pendiente (inclinación). ● Estado de la infraestructura.

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● Tipo de eventos (culturales, deportivos, religiosos, políticos). ● Cantidad de eventos. ● Recurrencia de eventos.

3.6 Matriz de Consistencia

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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Borja, J. (2011). Espacio público y derecho a la ciudad. Barcelona Calderón, J (1990). Las ideas urbanas en el Perú (1958-1990). Lima. Calderón, J y Paredes, U. (2002). Estudio sobre la dinámica de los asentamientos humanos. Lima SASE-COFOPRI. Mimeo Fernández, Juan (2010). Historia del distrito de San Juan de Lurigancho. Lima Fundación Natura. (1990). Arborización urbana: metodología para la planificación. Quito, Ecuador: Fundación Natura. Instituto Nacional de Estadística: INEI (1993). Censo nacional del perú. Instituto Nacional de Estadística: INEI (2017). Censo nacional del perú. Lima Ludeña, W. (1997). Notas sobre paisaje, paisajismo e identidad cultural en el Perú. Arquitextos, (30),

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Recuperado

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ANEXOS

TABLA 1: Metros cuadrados por habitante en distritos de Lima en los años: 2016, 2017, 2018 Recuperado de https://sinia.minam.gob.pe/indicador/998

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