La Firma 140214 Juan Luis M. Retamino Dependiendo del color político de quien hable, los tribunales de justicia hacen eso, justicia, o son la voz de su amo. Es decir del poder político de turno. Poder político que no siempre es central, puede ser autonómico también. Que el tribunal superior de Cataluña, por ejemplo, dicta una resolución que favorece los intereses de la Generalidad, entonces es que aquellos tribunales son secesionistas. Que el Tribunal Superior de Justicia de Valencia dicta la absolución de Camps, es que son lacayos del partido popular. Que el que dicta la sentencia es el Tribunal Vasco y absuelve a etarras porque no hay prueba bastante. Es que son amigos de los asesinos…. ¡País!. Con Ignacio Urdangarín y su mujer, Cristina Federica Victoria Antonia de la Santísima Trinidad de Borbón y Grecia pasa lo mismo. Como son yerno e hija del Monarca pues han de ser
culpables naturalmente. Lo que no quita que políticamente hablando, sean en dos palabras, como dijo el actual vendedor de Ambiciones, el papá de Andreita comete el pollo, im presentables. La cosa es que no es patrimonio de la derecha ni de la izquierda estas arengas y chabacanerías. Ni de la intelectualidad, ni del populacho, ni de la gleba, ni de las castas hidalgas. De siempre he escuchado aquello de que si el Juez en un pleito te da la razón es porque ha hecho justicia. Si la razón, sin embargo nos es negada por los tribunales es porque el juez o no tiene ni idea del asunto o simplemente ha cometido una clara y flagrante injusticia. Francisco Álvarez Cascos, PAC según la policía en el caso Gurtel, dijo cuando estaba en el gobierno presidido por el marido de la Botella algo así como que el Tribunal Supremo debía condenar a los responsables políticos del GAL porque ya la sociedad civil los había condenado. Parece que el presidente de la Diputación de Sevilla el socialista Villalobos (no sé si pariente de Celia, el verso suelto malagueño del PP en la ley del aborto) ha dicho que la culpabilidad de un imputado en el caso de los ERE que instruye la guapa Juez Alaya (no confundir con Malaya, el caso de corrupción de Málaga sentenciado en primera instancia hace unos meses) está ya más que demostrada. Y digo yo, entonces para qué sirven los tribunales de justicia?. Un respeto por favor, que la presunción de inocencia también alcanza a la infanta, al igual que a los narcotraficantes, mientras no haya sentencia condenatoria.