Conciencia 2

CONCIENCIA-2 La conciencia es un juicio de la razón por el que el hombre reconoce la bondad o maldad de un acto. Antes del acto, la conciencia actúa en el interior de uno como consejera, por la apreciación que el entendimiento y el conocimiento hacen del valor moral de las cosas, de lo bueno y de lo malo, de lo que está bien o lo que está mal. Durante la ejecución del acto, la conciencia se manifiesta dándonos el sentimiento de que somos libres y responsables de nuestra acción, aunque una voz interior se encargará en cada situación, de guiar lo que se debe o no se debe hacer, independientemente de la decisión que se tome.

Después del acto, la conciencia dicta su sentencia, que aparece representada satisfacción,

por

diversidad

tranquilidad,

arrepentimiento, etc.

de

sentimientos

remordimiento,

morales: vergüenza,

Esta sentencia suele acompañar a la

memoria, para producir en ocasiones una punzada de malestar al recordar un mal comportamiento.

Hay un tipo de conciencia colectiva de la que nadie quiere

responsabilizarse,

al

estar

tan

repartida,

y

pasa

difuminada como si realmente no existiera. En Alemania hay un sentimiento de culpa por parte de muchos alemanes, que se vieron abocados a colaborar con el exterminador régimen nazi.

Cabe recordar que empresas como la filial de IBM en Alemania se encargaron de organizar la identificación de judíos a través de registros

y

rastreo

de

antepasados,

Bayer,

Mercedes,

Volkswagen, Siemens, se aprovecharon de mano de obra esclava, llegando a ser estos esclavos más del 30% de su plantilla. Hugo Boss no solo confeccionaba los trajes del ejército nazi, sino que también era quien confeccionaba los famosos trajes a rayas con los que vestían a los presos en los campos de concentración. Pero

esta culpa que reconocen los alemanes en su conjunto, no golpea la conciencia de nadie de forma personal.

Memorial del Holcausto Nazi en Berlín

A nivel individual hubo muchos ciudadanos alemanes que se dedicaron a denunciar a sus vecinos judíos, llevados por el miedo a represalias, ya que tener conocimiento de judíos y no denunciarlos, era una amenaza de castigo constante por parte de las autoridades. Cuando finalizó la guerra, se le preguntó a mucha gente por qué habían colaborado y contribuido al holocausto con sus denuncias de judíos, familias enteras se dedicaron a encogerse de hombros y a decir sencillamente: “es que no me quedaba otra alternativa”. Sin embargo, por el contrario, hubo un conserje de un hotel que en el sótano de su casa se había atrevido a esconder a más de 10 familias judías, 42 miembros en total. A este hombre le preguntaron también, que cómo se había atrevido en medio de tantas amenazas, jugándose su propia vida, a esconder a los judíos en su casa, y su contestación fue la misma que dijeron los asustados cómplices que colaboraron: “es que no me quedaba otra alternativa”. Lo que viene a explicar las distintas formas de afectar la conciencia, según las distintas personalidades.

Por eso no deberíamos extrañarnos ante la impasibilidad y la huida hacia adelante que tienen algunos políticos, después de ser sorprendidos en actos delictivos, o que nos toman por tontos a los ciudadanos negando las evidencias, y que no presentan el más mínimo cargo de conciencia, pero me pregunto ¿realmente tendrán su conciencia tan tranquila como dicen, Rajoy, Griñán, Cospedal, Artur Mas, Jordi Puyol, la ministra Ana Mato, después de tantas evidencias que delatan un mal comportamiento?. Si realmente, como parecen aparentar, no tienen cargo de conciencia, si se pudiera confirmar esta circunstancia, es que estamos gobernados por una casta especial, inhumana, sin escrúpulos y canalla.