La Firma Carmen González
Buenas intenciones, más de lo mismo Comienzo el nuevo curso con la maleta llena de buenas intenciones y proyectos, con las pilas recargadas, con la energía renovada como la que desprenden los árboles que, como siempre en otoño, ven caer sus hojas o cambiar su color. Afronto los próximos meses, ahora ya sin el calor agobiante del verano, con ganas de introducirme, ya de manera más constante y regular, por esas veredas, caminos, o senderos que, con tanta variedad, nos acercan a la naturaleza en un entorno privilegiado que es de todos y que, en ocasiones, nos intentan arrancar. Hemos conocido proyectos urbanísticos que pretenden vendernos el potencial desarrollo económico de una zona, pero del que tan sólo pueden disfrutar directamente unos pocos, y con un coste ecológico fuerte. Me viene a la memoria el empecinamiento municipal de dotar a Valdevaqueros de una macro urbanización. Se trata, lo sabemos, de una zona virgen del litoral tarifeño, con un altísimo valor ecológico y paisajístico. Ahora otros intereses planean sobre la finca de La Almoraima, en pleno corazón del Parque Natural de Los Alcornocales. Todo apunta a que el Gobierno central está buscando inversores para desprenderse de esta finca, de algo más de 14.000 hectáreas, treinta años después de que las tierras del “Imperio Rumasa” pasasen al patrimonio nacional.
La excusa es el ahorro que ello supondría para las arcas públicas. Es cierto que la finca puede no ser rentable, pero hay que buscar otras alternativas, y entre ellas está la reactivación de la agricultura. Las vacaciones pasaron y me he reencontrado con el día a día de la actualidad local. Veo que no han cambiado mucho las cosas como, por ejemplo, los malos olores que padecemos cuando caminamos por el borde litoral de la ciudad de Algeciras, especialmente cuando la marea está baja. Ahí tenemos la asignatura pendiente de la depuración de las aguas. Nos encontramos con el intercambio de culpas entre el municipio y la Junta a costa de los vertidos de aguas fecales o con una nueva crisis municipal, ahora en el Ayuntamiento de San Roque. También, comprobamos con bastante pesar cómo, día a día, van cerrando los negocios en Algeciras. Algunos relacionados con grandes marcas nacionales que prefieren trasladarse al centro comercial, mientras el centro de la ciudad se va quedando vacío de contenido. Llevo años oyendo hablar de que es necesario reactivar el comercio, pero todo se queda en intenciones. De vez en cuando se escenifican las diferencias existentes entre los gobiernos de España y Gibraltar, como ha ocurrido este verano, llenando “el conflicto” páginas de periódicos y minutos en las cadenas de televisión. Mientras, hemos podido comprobar cómo una vez más, el dinero que el Ejecutivo ha destinado a la modernización de la línea Algeciras-Bobadilla se ha vuelto a quedar corto. Apenas cincuenta millones de euros. Se trata de una cifra superior a la del pasado año, pero muy inferior a los algo más de 1.000 millones que se van a destinar al ramal costero del corredor mediterráneo. Mientras tanto, el alcalde de Algeciras, José Ignacio Landaluce, ha viajado a Corea para hablar de las maravillas del puerto y del interés “demostrado” por parte del Gobierno respecto a la mejora de las infraestructuras ferroviarias para dar mayor fluidez al tráfico portuario. Siempre, más de lo mismo… A muchos políticos se les llena la boca de optimismo mientras se le da la puntilla a sectores tan básicos como el de la investigación, la educación o la sanidad, cada vez menos universales. Mientras, vemos hoy que los adultos españoles están a la cola de los países que integran la OCDE en matemáticas y en comprensión lectora. Hay que replantearse muchas cosas, pero sobre todo actuar… Algeciras 8 de octubre, de 2014