La sanidad pública somos todos Los profesionales de la sanidad pública del Campo de Gibraltar salieron ayer tarde a la calle en Algeciras rechazando la política de recortes que está llevando a cabo el Servicio Andaluz de Salud. Este sector lleva mucho tiempo alertando del deterioro del servicio, que cada vez más pone a prueba la paciencia de los profesionales y de los usuarios. Esto no es nuevo puesto que la situación actual no es solo reflejo de la crisis económica, sino resultado de la evolución del deterioro reiterado del sistema sanitario comarcal. Un deterioro que hemos ido viendo quienes hemos tenido que utilizar en algún momento los servicios hospitalarios y que denuncian los trabajadores. Es ya una reivindicación histórica. Ahora es el cierre del 50% de Cuidados Intermedios o la desaparición de camas en Pediatría, o en otras especialidades: neurología, ginecología o el cierre de la Unidad de Desintoxicación Hospitalaria. “Lo sentimos, es verano, y llegan las vacaciones”. La dirección ha presentado un plan de vacaciones que no convence al sector. No se cubren, en condiciones, los puestos, con la correspondiente carga de trabajo en un ámbito, el de la salud, que debería ser prioritario para todos los gobiernos.
¿Qué está pasando?. Quienes trabajan en el sector temen, como ha ocurrido en otras ocasiones, que estos recortes según el Área de Gestión Sanitaria del Campo de Gibraltar, “provisionales”, no sean una excepción y se conviertan en permanentes. Me viene a la memoria la unidad de paliativos ubicada en el antiguo hospital de la Cruz Roja. El servicio se mantiene, pero con una plantilla bajo mínimos. Al final esos servicios recortados ya no se reintegran a su normalidad, anuncian. Los recortes sanitarios no son exclusivos del Campo de Gibraltar, ni de la Comunidad Autónoma de Andalucía. Año tras año hemos visto cómo un sistema que era ejemplar y tenido como modelo de sanidad pública se va desinflando. Un sistema que costó mucho sacar adelante. Los recortes del Gobierno central han apretado el cinturón de las comunidades autónomas, pero en Andalucía, donde se presumía de apostar por la sanidad o la educación pública, no parece que se sea muy congruente con lo que nos pretendían “vender” a los ciudadanos”. Hay prioriades, sí, pero creo que la sanidad debe ser una de ellas, al igual que la educación, porque si no invertimos en ambos sectores, a la larga nos resultará más caro el remedio que la enfermedad. Ha bajado la calidad de la sanidad, a costa de la saturación del trabajo, esto se ve paliado, sin embargo, por la profesionalidad del personal, que ahora ha salido a la calle para llamar la atención. Un sector que en la comarca, según denuncia, sufre el índice más alto de eventualidad de Andalucía. No podemos quedarnos callados ante un derecho que debe ser incuestionable. El sistema sanitario público es caro, efectivamente, pero no se debería cuestionar el servicio en sí, lo que hay que cuestionar son los gestores que han permitido el despilfarro, a los responsables que no saben gestionar. La gente está harta de corrupción y de políticos que sólo se miran el ombligo. Por favor, que no nos toquen más la sanidad, porque la sanidad pública somos todos. Algeciras, 17 de junio de 2014