Firma Emy Luna 271115

Page 1

La Firma Educar, un acto de amor

Hay pocas personas públicas que nos merezcan el respeto que nos merece el Papa Francisco, un hombre sencillo que ha sabido meterse en el bolsillo a creyentes desilusionados y a agnósticos acérrimos. Una persona que, lejos de andarse con discursos manidos y utópicos, habla con los pies en la tierra refrendando sus palabras con el ineludible contacto con la realidad, su coherencia y sus actos. Me gusta la mayoría de las cosas que dice, pero de las que más me ha llamado la atención es cuando habla de la figura del profesor. Dice el papa Francisco que el acto de amor mas grande que hay es la educación. Educar es un acto de amor, es dar vida. Un educador no hace diferencias sino que se centra en los más débiles. Difícil tarea cuando vivimos inmersos en la sociedad del descarte. Descartamos a los minusválidos psíquicos y a las personas con taras físicas, a los síndromes de Down, a los ancianos... Esta tendencia se expande por todos los ámbitos de la sociedad y la escuela es el espejo de esa colectivo que formamos todos. En ella se reflejan y toman cuerpo la mayoría de los comportamientos del hombre. En estos momentos en que algunos adultos construyen su futuro sobre arena, el profesor intenta construir la formación de sus alumnos sobre roca, combatiendo su desidia y su desmotivación, binomio terrorífico donde los haya cuando hablamos de educación. Luchando contra la corriente relativista de "dejar hacer, dejar


pasar", el educador no duda en complicarse la vida corrigiendo los errores de sus pupilos aunque ello le conlleve enfrentamientos con los padres y con el sistema. Porque corregir es enseñar el camino de la verdad. El otro día leía a uno de mis autores preferidos decir que la corrección de la lengua es la premisa de la claridad moral y de la honestidad. Deformar la lengua es deformar la verdad también, y es que ¡cuántos placeres han permitido los lápices rojos de nuestros maestros en el colegio! Porque a las buenas intenciones no le hace efecto el paso del tiempo. El amor del profesor hacia sus alumnos es tan antiguo como el mundo. Es el deseo de ayudarles a mejorar lo que anima al educador a romper barreras. Es remover sus conciencias para ofrecerles una vida mejor. Si "la lucha del ser en la vida es la lucha del recuerdo contra el olvido", como diría el escritor checo Milán Kundera, la lucha del educador es intentar que sus alumnos nunca olviden los propósitos y la inquietud por aprender que una vez grabaron a fuego sus profesores en su corazón.

Emy Luna Algeciras 26 de Noviembre 2015


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.