FIRMA DE LA SER (29 de noviembre de 2013). Picador da una conferencia en Algeciras sin abrir el pico. Por Javier Malla. El alcalde de Gibraltar, Fabián Picardo, llegó anoche a la Escuela Politécnica y cumplió estupendamente con el objetivo que se había propuesto al aceptar la inoportuna invitación de los responsables de la UCA. Llegó, montó su numerito de político galáctico y ofendido y dio, sin abrir el pico, la conferencia que traía preparada, que no era otra que añadir un capítulo más a la enciclopedia del distanciamiento de los dos lados de la Verja. Picardo está haciendo un flaco favor a Gibraltar. Esa política populista hacia los yanitos le está sirviendo a corto plazo, pero con su actitud chulesca y prepotente hacia nosotros está consiguiendo que dos de los tres pilares de su economía, el turismo y el comercio (el tercero es continuar siendo un paraíso fiscal) se estén deteriorando de manera paulatina. Pero no quiero hablar de este asunto sin reflexionar sobre el flaco favor que nos ha hecho la UCA al invitar a Picardo, porque ha puesto en bandeja al yanito una fotografía nacional, incluso internacional, para exhibirnos como
canívales antidemocráticos que no somos capaces ni de corresponder educadamente a una invitación. Y la verdad es que a mí me preocupa bien poco dar imagen de educado con quien desprecia a nuestra Tierra, pero hubiera sido más coherente, debido al delicado momento histórico que estamos atravesando con el Peñón, haber aplazado la conferencia, si era imprescindible que la diera, para un momento de mayor sosiego. Así pues, la invitación ha sido inoportuna para nosotros (cosa que sabían hasta los niños de Primaria pero no la Universidad) y muy oportuna para la guerra mediática del alcalde yanito. No debemos pasar por alto la concentración de los pescadores y otros colectivos en la Politécnica para mostrar su rechazo a la visita, puesto que la ciudadanía ya está quemada con tanto jueguecito político que usa a los ciudadanos como pañuelos de papel de usar y tirar. Probablemente las formas no fueron las más correctas, pero hay momentos en los que las circunstancias hacen hablar hasta a los muertos e, incluso, hasta a los puñeteros bloques de hormigón que sembraron en un mar que no era su mar.
Picardo abandona, protegido por su escolta, las instalaciones de la Universidad de Cádiz en Algeciras.