La firma Juan Antonio Palacios ENTRE EL VOLAR Y EL ANDAR.-
Cada vez que me coloco ante el micrófono para hilvanar con mi voz este comentario radiofónico, no sé muy bien si viajaré por las nubes o caminaré a pie de tierra.La realidad más cercana, la que nos ofrece nuestra ciudad, Algeciras, nos da motivos para ambas cosas. Pero no sufra, señor alcalde, que no les voy a cansar hablando de lo” increíblemente bien “que está la ciudad desde que usted gobierna, ni le voy a pedir que me lleve con usted a uno de sus viajes a Corea o cualquier lugar del mundo para promocionar este bello rincón, porque si lo hiciera, nadie se lo creería. Por cierto, que de los anteriores sabemos más bien poco, salvo que nos vendió humo que al parecer nadie ha comprado. Y en éste, señor Landaluce, además de explicar con claridad y transparencia sus objetivos comerciales y políticos, le convendría siguiendo el consejo de Manuel Morón, ser prudente para que no haya interferencia con las negociaciones portuarias. Tampoco voy a hablarles de lo difícil que resulta andar por muchas de nuestras aceras, entre cacas de perros y la cantidad de boquetes que hay que sortear practicando el salting, por favor al concejal de cráteres y agujeros, unas baldositas y una manita de cemento y a evitar que nos caigamos, que ahora me he enterado que esas son obras de calado, pues ánimo no se me corten. Quizás cambie el reloj para que no dé las horas en punto, y así pueda coincidir el tiempo y el espacio con el que ustedes viven.O mejor hincharé un globo hasta que explote. ¡Qué placer!
Mientras imaginaré el silbido de un tren que cada vez se acerca más, pero que intuyo que volverá a pasar de largo. Creo que cada día que amanece, sobrevivimos a pequeñas conquistas y fracasos. Entre las nubes y el suelo, la fantasía y la realidad, la cercanía y la distancia, nos movemos intentando representar cada uno nuestro papel de la mejor manera posible, combatiendo las rutinas y soledades, como infiernos de los que escapar , que se tienen cuando no se quieren y se desean cuando no se encuentran Volviendo a nuestra cotidianidad, a lo local para no volar demasiado por esos mundos etéreos y caminar más por estas tierras que pisamos y queremos, porque forman parte de nuestra biología, le diré estimado alcalde Landaluce, lo que decía Víctor Hugo “con la realidad se vive, con el ideal se existe”. Sin caer en el filibusterismo y estar hablando como el senador norteamericano del Partido Republicano, Ted Cruz, veintiuna horas y diecinueve minutos, porque entre otras cosas ni podría, ni querría ni me dejaría mi buen amigo Dicenta, permítanme finalizar con una reflexión. El paraíso cotidiano que queremos construir, como esa ALGECIRAS CAPITAL, que usted con tanto énfasis pregona, y todos los que hemos estado o están en la vida pública quieren y desean, debe estar lleno de contenido, en caso contrario se nos queda seco y sin sustancia y la gente puede pensar, no sin razón que se les está tomado el pelo. Porque aunque ustedes a veces crean que “una mentira repetida mil veces se convierta en verdad” como decía Joseph Goebbels ministro de propaganda de Hitler aunque hay quienes se la atribuyen a Lenin, el principio y el final de toda actuación pública empieza en el ideal y acaba en la realidad, para volver a alimentar otras ideas nuevas y necesarias que mejoren lo que diariamente vivimos y no nos gusta. Si no es así, todo se convierte en mera palabrería hueca y ególatra, que solo satisface a quien la pronuncia Juan Antonio Palacios Escobar