La firma: 21/11 / 2 013 Picardo haciendo amigos. Feibian <como le gusta que le llamen, y no Fabián que suena a español> Picardo, decididamente quiere que la cuerda se rompa. Hay sectores que reprochan a nuestros gobernantes la política en torno al contencioso de Gibraltar, territorio español sometido todavía a soberanía de su graciosa –¡qué gracia!- majestad. Estos hijos de la Gran… Bretaña se han empeñado en inrritarnos a quienes vivimos a este lado de la verja. Verja: eufemismo que se emplea en España para no llamar frontera a lo que es una frontera.
¿Se han dado cuenta ustedes que contencioso es como dos palabras comprimidas: contento y ocioso? Hay gente que está contenta, hay tipos que están ociosos y entre ellos, juntos, los contentos y los ociosos se dedican a echar gasolina a un fuego que sigue sin apagarse después de 300 años. Hay quienes se quejan de la intransigencia de España por ejemplo en el tema del balompié. Y reprochan a nuestras autoridades que prohíban a la selección de balompié yanita jugar en campos de futbol españoles homologados cercanos a la roca en el torneo UEFA. Y claro, estos chavales se han tenido que ir a jugar un partido amistoso a Portugal, país que como todo el mundo sabe es el que está suministrando piedras a Gibraltar para ganar terreno al mar en el oriente gibraltareño, en las proximidades de la playa del levante linense. Parece que fueron al Algarve los jugadores y cincuenta personas más. Pero la intransigencia es de Picardo que como digo, para hacer amigos va y echa bloques de hormigón en aguas que él dice son gibraltareñas. Normal, pues se confunde tanto (ayer dijo no se qué de disparos por si los polis yanitos confunden a ciertas embarcaciones con terroristas) igual se enreda y no atina a distinguir las aguas españolas con las de la colonia si es que tienen aguas. Los problemas de las colas de Gibraltar (español) en fin, tienen su origen en la intolerancia británica. No ya en cuanto ahora viene ocurriendo. Habría bastado que Reino Unido hubiese firmado los acuerdos de Schengen de supresión de fronteras en el espacio europeo y no habría los serpentines humanos que estamos viendo de la verja para allá. Todo lo cual no quita que si la gasolina y el tabaco estuvieran en La Línea de la Concepción más barato que en la Roca otro gallo le cantaría a Feibian Picardo.