Pilar García
LA FIRMA
6 FEBRERO 2014
Desde hace muchos siglos, la Iglesia ha controlado la vida y moralidad de la gente, independientemente de que crea o no en religión, y han sido siempre las mujeres el principal foco intromisión de la Iglesia cristiana, interponiéndose en sus vidas y sus camas.
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La lucha histórica de las mujeres, ha ido contra esta Iglesia que ha pretendido dominarlas y apartarlas de la vida pública, desde el inicio de los tiempos, para que perdurase la discriminación, recortándonos derechos por el hecho de ser mujeres. La libertad, en un estado supuestamente laico, presume el respeto a los que creen y a los que no creen. Ya pasaron negras épocas en las que no cumplir los mandatos religiosos era motivo de expulsión, castigos e incluso asesinatos. Pues bien, no teníamos bastante con esa parte de la curia irracional, retrógrada, e impositiva, por supuesto sin generalizar, que le ha salido un Ministro creyente, defensor de esa moral. Gallardón, se ha creído que tiene derecho a disponer de la libertad y de la vida de mas de la mitad de la población española, pretende recortar derechos conseguidos en muchísimos años de lucha, (incluso para poder usar algún tipo de anticonceptivo) y no se ha enterado de que las leyes no están para seguir marginando a las mujeres, con un mal paternalismo, que solo consigue que se nos diga que debemos hacer en cada momento de nuestra vida, sin respetar las decisiones individuales a la hora de ser madre o no. Nuestra decisión sobre nuestros cuerpos y nuestra elección o no de maternidad, es un tema