Gibraltar

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La Firma Juan Barreno

GIBRALTAR A finales del mes de julio, el gobierno de Gibraltar decidió el lanzamiento de 70 bloques de hormigón en la bahía de Algeciras, que perjudicaba seriamente a los pescadores de la zona, con el argumento ecológico de protección del fondo marino, aunque no sé si algún día sabremos los intereses espurios que esconden esta medida. Ese día que se produjo el lanzamiento de los bloques de hormigón, se acabó la tranquilidad, hasta ese día imperaba la armonía entre los pueblos vecinos, Gibraltar, gracias a la diplomacia moderada, iba consiguiendo lo que realmente quería de España, con todos los gobiernos anteriores, pero a partir del día siguiente de esa acción, empezaron las colas interminables de entrada y salida de Gibraltar, acuse continuado por parte de España del contrabando existente, denuncia de paraíso fiscal ante la UE, amenaza a los llanitos que viven en España de pagar impuestos, escraches por parte de ciudadanos gibraltareños a la Guardia Civil, pero también por parte del Reino Unido anuncio de una nueva Ley para regular las ventajas fiscales


del juego On Line que emplea al 12% de la fuerza laboral de la colonia. Este cambio radical en las relaciones con Gibraltar solo tiene un culpable, que se llama Fabián Picardo, ministro principal de la roca, demasiado joven, carente del talento político que hay que tener para saber mezclar justicia y estrategia, prudencia y astucia, dejándose llevar además por un fanatismo que le pierde, quizás por ser descendiente de española republicana que se refugió en Gibraltar en la guerra civil, circunstancia ésta, como suele suceder con los charnegos en Cataluña, que parece que le obliga a tener que demostrar ser más gibraltareño que nadie, lo que le lleva a no ser diplomático y en definitiva tampoco eficiente. Frases como “se helará el infierno antes de retirar los bloques de hormigón” o “que España quiera ir a un tribunal es música para nuestros oídos” son frases cargadas de chulería, o esta otra cuando decía “en un tribunal internacional justo, nos darían la razón”, sin darse cuenta que, siendo abogado como es, que está hablando como si hubiera tribunales justos y tribunales injustos. Estoy seguro porque me lo han confirmado algunos llanitos, que hay ya en la roca mucha gente arrepentida de haberle votado, conscientes del cambio que ha supuesto en su vida cotidiana, quizás era un político con buena proyección pero se precipitó Joe Bossano cuando apostó por él como líder del Partido Socialista Laboral de Gibraltar, con solo 40 años y sin haberlo curado antes de su arrogancia. Por último hay que recordar que Gibraltar está incluida entre las últimas 17 colonias, de las 80 que existían en 1945, destinadas a ser descolonizadas, según el Comité Especial de Descolonización de Naciones Unidas, siendo además la única en Europa, por lo que muy a su pesar, tarde o temprano tendrá que dejar de ser una colonia, lo que también le impide que tenga aguas jurisdiccionales, ya que según La Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, las aguas jurisdiccionales de cualquier Estado, repito Estado, no colonia, se


extienden 12 millas, si Gibraltar cree que tiene derecho a estas 12 millas, sus aguas podrían llegar hasta la playa de Palmones. En el programa que Angels Barceló hizo desde Gibraltar hubo una anécdota graciosa cuando Fabián Picardo hizo referencia a las aguas territoriales de Gibraltar y dijo literalmente que “entonces si yo voy a la playa y me doy una zampullá, quiere decir que me estoy bañando en España y puede venir la Guardia Civil a detenerme”. Esta expresión que utilizó, la zampullá, tan castiza nuestra, creo que le delata demasiado para tratar de ser un buen político gibraltareño y británico como él quisiera.

Picardo durante durante su intervención en Hora 25

Típica imagen de Gibraltar con la “boína” del levante


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