LA FIRMA 6-3-2014 Ha entrado Marzo, dejando atrás un mes de febrero triste, que nos ha dejado los corazones rotos a los amantes del flamenco, de las 6 cuerdas, o de la música en general. No me atrevo a hablar de Paco de Lucía, me causa muchísimo respeto, y comparto las opiniones de sus amigos, sus vecinos y la gente que le conocía cuando hablan de su sencillez y humanidad. Nuestro Téllez, su biógrafo y amigo, leyó una despedida emotiva en su funeral, y creo que mejor que él no lo conocía nadie por dentro y por fuera, porque compartieron juntos muchos momentos de confidencias y anécdotas. Enhorabuena por el programa especial que hizo la Ser, haciéndome estar más cerca en esos momentos, de los sentimientos de nuestra ciudad y de nuestra gente. Digo que no voy a hablar de Paco, aunque mi vena reivindicativa me ha salido incluso con este tema. Algeciras, la olvidada, la mal cuidada, la improvisadora, ha tenido que ponerse las pilas para asear el centro, que iba a
ser visitado por miles de ciudadanos, muchos famosos y medios de comunicación, en la despedida al Maestro, por la repercusión mundial que ha tenido este acontecimiento. Mientras que el conservatorio de música que lleva su nombre, está abandonado por las administraciones, se le lava la cara a una Algeciras dejada, y se le deja la ropa interior sucia.
No estuve allí el día del sepelio, pero me imagino que dejaron el cementerio como los chorros del oro, cuando las calles de los patios de los difuntos, llevan años con socavones y hierbajos, mal cuidado, teniendo en cuenta el peligro que eso supone para andar por allí, a las personas mayores principalmente, que suelen visitarlo. No se como calificar que solo se cuiden las cosas en estos momentos, siempre de urgencia o para maquillar la verdadera cara sin que nos muramos de vergüenza, para que luego, cuando pasen los meses, se vuelva a la ruinosa rutina que nos acompaña habitualmente. Espero que ahora se tomen más en serio el cuidado de ese camposanto, y de nuestras calles, ya que seguro que el lecho de Paco de Lucía será visitado por muchos admiradores y por los todos que le querían, y espero que no se tenga que morir nadie para que le den una manita de cal al pueblo, y que el homenaje al reconocido
internacionalmente Paco de Lucía, no se quede en un concurso de guitarras, o en un busto en su tumba. Mi padre descansa allí, en ese patio, él me transmitió su amor por la música, así que espero que esté en primera fila, con los vellos de punta, escuchando en directo la inmortal guitarra del genio de la Calle San Francisco, a su humilde vecino, Francisco Sánchez, y que esté siempre acompañado al cante por su amigo Camarón. Descanse en paz querido Maestro… Mª del Pilar García Victorio