Pilar García
LA FIRMA Ya hace seis días desde que el tifón Haiyán, ha arrasado las Filipinas. Una tormenta perfecta, con un enorme tsunami, acompañada de muchos terremotos, y de otra tormenta tropical que ha repasado nuevamente todas las zonas afectadas. Lo que no entiendo es, cómo con una catástrofe anunciada antes de que se produjera, o sabiendo de antemano hasta las zonas que iban a resultar más afectadas, porqué no se planificaron medidas de prevención, ni se envió la ayuda básica como medicinas, o plantas potabilizadoras de agua, a las zonas colindantes. Seis días ya, de caos, de hambre y de sed, de familias que no encuentran a los suyos, de descontrol sanitario y humano, de falta de organización, mientras los organismos oficiales a nivel mundial, se están empezando a movilizar y a llevar ayuda a cuentagotas ahora, una semana después… Para qué sirven esos organismos internacionales de expertos, que todo lo planifican en informes escritos, si ninguna mente privilegiada o al menos con un poco de sentido común, idea la forma de evacuar a la población, o intentar paliar los efectos de este gigantesco desastre, que como siempre, afecta a las zonas mas pobres del planeta, como si no tuvieran ya bastante con poder sobrevivir día a día en la miseria.