¿Qué determina una medida de seguridad eficiente?
La eficiencia o medición de una medida de seguridad consiste en poder determinar fehacientemente y de manera comprobable que el riesgo se redujo en una determinada magnitud a un costo que garantiza el retorno de la inversión o ROI de los medios implementados
Los problemas cotidianos de seguridad empresarial son la tarea más habitual que todo profesional de seguridad debe enfrentar. La protección de activos o “blancos” comprenden al personal (recurso humano), la información crítica –no solamente la informática- y los bienes de todo tipo como stock, insumos y equipos.
La evaluación de la naturaleza de los delitos en un determinado emplazamiento, empresa, depósito, sucursal/es, etc. es clave para poder determinar cómo se minimizan los riesgos hasta un nivel aceptable o, directamente, encontrar los
mecanismos para anularlos. Los incidentes de seguridad representan una de las fuentes más valiosas para ejercer “inteligencia delictiva” frente a las amenazas y desarrollar “contra-inteligencia” para suprimir dichas amenazas y, así, clasificar los potenciales riesgos.
La comprensión del delito, del tipo y lugar de las instalaciones y de los incidentes delictivos permiten tomar decisiones de seguridad acertadas ya que son -decisiones informadas-, única forma para prever los riesgos de forma eficiente –en el sentido de análisis de costos- y, a la vez, de manera efectiva.
Por consiguiente la optimización en seguridad es la piedra angular para cualquier tipo de contramedida de defensa que se quiera aplicar. ¿Qué se optimiza? El nivel de seguridad para un emplazamiento que no solo reduce el riesgo sino que se realiza a costos óptimos.
Dentro de estos costos debe contemplarse no solo el ROI (Return on Investment) o Retorno de la Inversión producido por los gastos en seguridad sino también el LOI (Lost of Inversion) o Pérdidas de las Inversiones realizadas por no aplicar las contramedidas de seguridad requeridas.
¿Entonces, qué se entiende por medidas de seguridad “requeridas? Se determinan si son requeridas por algún método de evaluación que considere el máximo nivel de contramedidas de defensa o de protección para minimizar o mitigar los riesgos minimizando, simultáneamente, la inversión realizada.
Y aquí toma participación la principal ciencia de la seguridad táctica alguna vez creada: la Investigación Operativa.
También llamada Operations Research, se la aplica para muchos ámbitos, en especial en el ámbito de la seguridad ya permite desde planificar de forma táctica cualquier tipo de ataque hasta cualquier tipo de defensa de manera óptima.
Los diferentes Ministerios de Defensa forman personal especializado en el ámbito de la Defensa Nacional y de la Inteligencia acerca de este punto basándose en los modelos de ataques y defensas establecidos por la Investigación Operativa.
Simultáneamente, en el ámbito de las empresas privadas se combinan varios elementos que actúan conjuntamente bajo el manto de esta disciplina analítica basada en cifras, tanto estadísticas como exactas- que el común de la gente interpreta como “seguridad física”, a saber: el análisis de riesgos –también con métodos cuantificables- y la protección de los activos.
Así se interpreta a la seguridad en el ámbito privado. Explicado con mayor sencillez: Aplicada una o varias medidas de protección luego de realizada una determinada inversión ¿puede evaluarse cuánto se redujeron los riesgos de seguridad sin caer en consideraciones puramente subjetivas? La respuesta es afirmativa.
La ecuación reside en el principio básico de la Investigación Operativa para fines tácticos: la máxima seguridad se logra cuando se dispone de la información cuantificable adecuada (modelos tácticos, datos e inteligencia) para aplicar la
contra-medida de defensa más efectiva..
Por lo expresado, quedan descartadas automáticamente cualquier tipo de suposición de efectividad de una contramedida de defensa, por ejemplo: “si coloco cámaras, el riesgo debe bajar ¿no?”. La respuesta es: no necesariamente. “¿Y si se agregan guardias de seguridad?”. La respuesta es la misma. Y así sucesivamente.
La seguridad no es para improvisados ya que la mayor parte de los incidentes no se rigen por el sentido común. La seguridad se logra cuantificando el riesgo, modelizando y optimizando las contramedidas de defensa, evaluando la reducción de los incidentes y realizando un análisis de ROI/LOI.
Podemos concluir, entonces, que las medidas de seguridad (observe, lector que hablo de –medidas-) que se apliquen tomando en consideración los aspectos antes mencionados resultarán en gran medida, eficaces.
Finalizando: nunca escuchará a un profesional de la seguridad serio hablar de la palabra “Disuasión”. Es una palabra prohibida. ¿Por qué? Porque no es cuantificable. Es totalmente subjetiva y no depende de quién aplique la medida disuasoria sino de las circunstancias propias de un tercero: el delincuente. Alguien a quien no conocemos.
Por eso, cuando piense en seguridad, piense en números, no en aparatos. Cuando piense en disuasión, llame a psicólogo no a un especialista en seguridad.