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UN MERCADO PARA TODOS
UN MERCADO
PARA TODOS
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ALEXA MONSALVE GERENTE DE PRODUCTO ARUS
El software se ha vuelto un imperativo en nuestros días y la democratización tecnológica ha logrado su uso de manera natural en la población sin importar la edad, la formación técnica o escolaridad. Uno de los ejemplos más usados para acercar estos conceptos es el Smartphone, donde tenemos visión artificial, biometría de voz, interfaces, analítica, soluciones robotizadas, nube, interacciones con metaversos y aplicaciones de todo tipo, que ahora son tan importantes para trabajar, estudiar, divertirnos, movilizarnos, realizar compras, viajar, entre otras actividades. Hemos aprendido y convivido con esta evolución a tal punto que no tenerlas afecta nuestro día a día y nos genera alta frustración. Este desarrollo tecnológico, impulsado en gran medida por el cambio en las tendencias del consumidor, la transformación digital de las empresas y los cambios que trajo consigo la pandemia, genera grandes retos en el ámbito académico, empresarial y social. Si miramos un computador, aproximadamente el 90% de sus fallas son por software y el 10% pueden asociarse al hardware, el mundo está cambiando, con una alta inclinación hacia lo digital y esta transformación se está viendo en nuestros hábitos de compra y consumo, modelos de trabajo, en las carreras y en nuestra forma de relacionarnos. Indudablemente la evolución tecnológica no va a parar y seguirá impactando la calidad de vida
de toda la población y dependiendo de su uso, este impacto será positivo o negativo, de ahí la importancia de un manejo ético en su adopción.
A partir de esta tendencia creciente, hemos experimentado en las empresas e instituciones el impacto en la escases del talento a nivel mundial, un riesgo que debemos mitigar, los estudiantes han bajado el interés en algunas ingenierías, no hemos logrado incrementar la participación femenina en carreras y roles en tecnología a niveles que nos muestre mayor equidad, la oferta sigue decreciendo y la demanda en incremento de profesionales capacitados.
La academia tiene grandes retos, transformando sus programas para que los niños y jóvenes en su educación básica y media aprendan programación, electrónica u otras asignaturas asociadas a la tecnología, que incremente la participación en la educación superior, también en diseñar modelo de atracción del talento, enamorando a los estudiantes del mundo digital, sin importar la edad o el género, mostrando la programación como lo que es, una forma de dejar volar la imaginación, hacer realidad la creatividad e implementar soluciones que impacten la vida y la salud de la población, mejorando el conocimiento, las interacciones e incrementando el desarrollo económico de los países.
Las mujeres ocupan un papel fundamental en la tecnología, sin embargo, solo alrededor del 25% de los empleos en tecnología están ocupados por mujeres en 2021, en Ingeniería de Software representan el 14%, un crecimiento de 2% en los últimos 21 años (Fuente Built In). La diversidad e inclusión en el mundo laboral sigue teniendo grandes desafíos, no se trata de decirlo, se trata de sentirlo y evidenciarlo, la consultora de Diversidad y actual VP Inclusion Strategy de Netfix, Verna Myers lo defne así: “Diversidad es que te inviten a una festa. Inclusión es que te saquen a bailar“. Mientras las empresas sigamos hablando en términos de inclusión y diversidad como un indicador, seguiremos dando pequeños pasos sin impactar la cultura, es el momento de modifcar nuestro mindset, nuestra visión hacia el futuro y de ver el aporte que todos podemos dar.
Como mujer, considero que tenemos que cambiar nuestro modo de pensar, lo único que nos separa es un tema cultural y de falta de referentes, no de capacidades. En mi día a día a la mayoría de las reuniones que asisto con empresas de tecnología, el 90% son hombres. Si analizamos en innovación la creación de startups con foco en tecnología siguen siendo en un alto porcentaje lideradas por hombres, aunque viene creciendo el liderazgo femenino en este campo.
La invitación es clara, como mujeres nada nos debería limitar, creamos en nosotras, amemos los retos que los cambios traen, no estereotipemos las carreras, creamos en la transformación desde la razón de esta y no desde la estadística. Hay una frase en Colombia que dice que “detrás de un gran hombre hay una gran mujer” y no hay nada menos inclusivo que esto, porque no estamos para estar detrás de nadie, estamos lado a lado, para crecer, crear, innovar y gestar el cambio juntos, sin diferencias ni sesgos.
Enamorémonos de esta evolución que el mundo está teniendo, entendamos los cambios y desafíos, habilitémonos para un futuro inminente equitativo y lleno de nuevos retos tecnológicos que impactan de manera positiva la calidad de vida. Nos encontramos en un mundo cercano y accesible para todos, un mundo donde todo es posible.