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UNA INDUSTRIAQUE CAMBIARÁ EL FUTURO DE LOS NIÑ@S Y LA ECONOMÍA COLOMBIANA

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PENSEMOS

PENSEMOS

UNA INDUSTRIA

QUE CAMBIARÁ EL FUTURO DE LOS NIÑ@S Y LA ECONOMÍA COLOMBIANA

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ANTONIO JIMÉNEZ CEO HELPPEOPLE

Son emocionantes la cantidad de historias que podría compartir, pero el gran mensaje es la capacidad transformadora que la industria del software logra

Por estos días que vemos distante y lejano un futuro diferente para todos, es común escuchar a los más jóvenes con tristeza y agobio hablar sobre sus expectativas para salir adelante, refriéndose a estas como lejanas y con gran nivel de incertidumbre. Sin saberlo, existe una industria que cuenta con miles de oportunidades para que no dejen de soñar y hacer que sus expectativas tomen ese impulso de fe.

Curiosamente vivimos bajo el concepto que las oportunidades son solo para unos pocos y de manera individualizada, sin embargo, esta industria le apunta y asegura un impacto grupal, alcanzando comunidades, familias y regiones apartadas y olvidadas de nuestro país. Pues esa llama de esperanza que muchos niñ@s y jóvenes en Colombia no han dejado apagar, se ilumina con el potencial que hoy hemos logrado avivar con la tecnología, especialmente con el software y la robótica.

Recuerdo que desde Fedesoft, iniciamos una ardua lucha por motivar e incentivar que los niños vieran esta oportunidad, la cual nos tomó más de 5 años descubrir una fórmula que nos permitiera atraer este talento. Pensamos en principio que nuestro foco sería solo la calidad, que la pertinencia y cantidad llegarían después. Luego, replanteamos todo y nos enfocamos en las tres, dándole especial énfasis a la cantidad, pues solo así tendríamos de donde escoger la calidad y la pertinencia. Es así como el tiempo nos dio la razón y llegaron los apoyos con el pasar del tiempo. Un compañero invaluable ha sido Redis, la Red de Programas de Ingeniería de Sistemas y Afnes, con ellos construimos y hemos llevado a otro nivel iniciativas como el Concurso Nacional de Programación para Colegios; Sin duda, todo un reto lleno de grandes satisfacciones, ver y escuchar niñ@s de los sitios más apartados de nuestros departamentos de rincones con las situaciones más difíciles y complicadas para hacer sus sueños realidad. Eso era sin duda el desafío más grande.

Llegar al concurso y el solo hecho de presentarse, ya los hacia ganadores. Con emoción recuerdo cuatro niños del corregimiento de San José cerca a El Águila al norte del Valle del Cauca, un pequeño caserío que por geografía es mas de Caldas que del Valle. Ellos me contaban como

caminaban 4 horas para llegar al ViveDigital más cercano, luego rezar porque tuvieran servicio de internet y por supuesto que no lloviera, no por la caminada, sino porque cuando llueve no hay servicio, estos niños que con esas difcultades nunca se dieron por vencidos, desarrollaron un sistema para regar con agua los cultivos de su corregimiento, con un grado de precisión involucrando el desarrollo de software, robótica e internet de las cosas ¡sorprendente!, ¿verdad?

Y como olvidar a los niños de Corinto Cauca, cómo algunos saben, es una región históricamente azotada por la violencia, sin embargo, estos cinco niños crearon el primer robot cívico en Colombia “Arwins”, pusieron a medio pueblo a participar de este sueño, el dueño del granero les dio un viejo computador inservible y empolvado, la peluquera del barrio un monitor viejo, y entre venta de lechonas y bingos terminaron consiguiendo para reunir todas las partes y hacer realidad su creación ¡pero no crean que era cualquier robot! No, no, no… este robot se desplazaba, te ofrecía agua o carga para tu celular, incluso sostenía una conversación y te recordaba lo importante que es decir “por favor” y “gracias”. En realidad, era algo sorprende y muy meritorio, no solo por el hecho de haber sido creado por niños, sino de ser un robot made in Corinto, Cauca.

Son emocionantes la cantidad de historias que podría compartir, pero el gran mensaje es la capacidad transformadora que la industria del software logra, me atrevo a compartirles algunas cifras: en el 2017 a esta industria le hacían falta 49,000 desarrolladores de software, en el 2019 le faltaban 61,000 y se estima que para 2022 falten alrededor de 131,000. ¡Ah!, y en el mundo; el défcit esta alrededor de 3,5 millones de programadores de software, ¿qué si hay empleo?, ¡por supuesto que sí! Pero más allá de ocupar estas vacantes, la gran noticia es que en esta industria no se paga con un salario mínimo, pues el salario de entrada llega a doblar y hasta más en algunos casos, un atractivo más.

Si lo vemos ahora, desde el escenario político y social, es encantador, ya que no hay que crear empleo, sino ocuparlo. Un sector claramente con todo el potencial para crecer y mostrarle al país con dinámicas económicas nunca vistas. Algo que no dejó pasar MinTIC, lo que los llevó a apostarle y crear la MisiónTIC y su programa de formación de 100,000 colombianos en programación una estrategia con un impacto muy positivo y que ayuda rotundamente a nuestro sector.

Ahora bien, este es el caso del empleo, pero no podemos dejar a un lado el emprendimiento con apoyos e iniciativas cómo las que realiza Innpulsa. Es atractivo hacer empresa y sin duda si o si involucrará el software, nuevamente la tecnología está presente. Además, no dejemos a un lado, lo seductor que se han vuelto las empresas de tecnología, pues cada vez llegan más fondos de inversión que han puesto el ojo sobre nuestro país dado el talento extraordinario que tenemos, y gracias a casos reconocidos como Rappi y Habi, siendo los primeros unicornios colombianos, defnitivamente nos volvimos muy llamativos.

Entonces, ¿Cuál es la gran apuesta?, convencer a miles de niños en etapas tempranas desde los 5 años en adelante, (como ya lo hacen en Japón, China, Estonia y los países nórdicos en Europa) a que vean en esta industria su futuro, un futuro que sin duda alguna cambiará la economía de sus familias

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