Joaquín Rivera Larios
LA FILOSOFIA QUE ATESORAN ALGUNAS CANCIONES
San Salvador, El Salvador, Agosto 2013
LA FILOSOFIA QUE ATESORAN ALGUNAS CANCIONES
LA FILOSOFIA QUE ATESORAN ALGUNAS CANCIONES Joaquín Rivera Larios
La canciones suelen atesorar una filosofía de la vida, o de algún área de la misma, cualesquiera sea el genero: boleros, baladas, rancheras, rock, pop, tango, bachata, salsa, cumbia, etc. En las líneas subsiguientes analizo algunas tonadas que me parecieron relevantes, haciendo énfasis en las tradicionales y omnipresentes baladas. Las baladas son esas canciones románticas, interpretadas generalmente por solistas, acompañados por una orquesta. Guardan mucha similitud con el bolero, pero se dice que éste cuenta con un lenguaje más metafórico y sofisticado y aquellas están dotadas de una expresividad más directa. Los argumentos eternos de este género son el amor y el desamor y las emociones conexas, en torno a ellos fluye el pensamiento creativo de los autores, compositores e intérpretes. Miguel Unamuno, el rector de la Universidad de Salamanca sostenía: “Hay que sentir el pensamiento, y pensar el sentimiento”. Los letristas con la filosofía que le inyectan a algunas canciones nos ayudan a ejercer el imprescindible ejercicio de reflexión serena que demanda el buen vivir y es que a los seres humanos nos hace falta procesar racionalmente la experiencia y
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comprender la complejidad y matices de las emociones, sin dramatizaciones ni exageraciones, poniendo cada cosa en su respectivo lugar. Y es justamente por no ejercer adecuadamente este ejercicio de meditación-que demanda ser críticos y autocríticos-es que hay tanta infelicidad, frustración y amargura. Queremos entender la vida con recetas e hipótesis simples, con sencillos juicios morales, que ni por asomo avizoran la complejidad de la existencia humana. Los interpretes, autores y compositores con sus obras recrean, describen y desmenuzan los sentimientos, en ocasiones proponen pautas de conducta, proporcionándonos insumos para desarrollar el proceso de introspección. El amor ideal José Luis Perales, en el tema “El amor”, precisa situaciones, acciones, emociones o pensamientos que revelan ese precioso sentimiento, y nos dice que “es una fruta para dos”, “un espacio donde no hay lugar parta otra cosa que no sea amar”, “es perdonarte tú y comprenderte yo”; además alude a síntomas propios del enamoramiento, mencionando que el amor “es parar el tiempo en el reloj”, “es un paseo largo sin hablar”, “es soñar oyendo una canción”. De manera que hace un planteamiento inocente, cándido, exento de tacha, dejando entrever que el amor entraña solo emociones positivas.
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El origen del amor Otro tema que estremecía conciencias era “Y surgió el amor”, interpretado por la potente voz de José Luis Rodríguez “El Puma”, que aludía a la soledad, al frío, al miedo, al viento, a la tierra desolada que agobiaban al hombre en los inicios de la creación, y de ahí que la divinidad dispuso crearle una ayuda idónea y que fuese el complemento perfecto para él, y entonces de la prodigiosa mano celestial surgió el amor convertido en mujer. Las
contradicciones
del
amor Alguien podrá decir que el amor por ser un sentimiento noble no puede albergar emociones negativas, y probablemente tenga razón. Pero no hay que perder de vista que la naturaleza humana y por ende las emociones son ambiguas y contradictorias. No es extraño que una parte de uno se sienta atraído por una persona y otra la rechace. Por eso hay que superar la visión maniqueísta de ver las cosas como totalmente buenas o totalmente malas. En esta visión me ubico cuando pienso en “Amigo amor”, interpretada a dúo por José Luis Rodríguez “El Puma” y Rocío Jurado:
“Unos dicen que es un loco melancólico/que te asalta por la espalda y a traición/Otros dicen que es un médico fantástico,/Por que suaviza los vaivenes de tu corazón/Hay quien dice que es
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un angelito cínico/Caprichoso, malcriado y juguetón/Yo prefiero imaginarlo suave y tímido/Un salvavidas más de mi imaginación …/ Amigo amor, /Si tú pudieras darte un vuelo por aquí, /Y te quedaras un ratito junto a mi/Ten por seguro que me harías un favor….Unos dicen que se viste de romántico/Otros dicen que se pinta de ladrón./Es simpático y cruel, es lento y rápido…/Hay quien piensa es pañuelo para lágrimas./Hay quien dice que es leal pero es infiel…” Algunas canciones describen con acierto la heterogeneidad de las emociones, la ambivalencia de las mismas, como éstas se camuflan. Al menos en cuatro de sus temas, Ricardo Arjona plantea la ambivalencia de las emociones: en “Por qué es tan cruel el amor”, preconiza que este sentimiento te puede tirar y te puede levantar a la vez; enfatiza en “Fuiste tú”, no aceptes rosas, si no quieres soportar la espina; en “Tú” sugiere que un amor puede ser remedio y mal a la vez; describe en “Dime que no” como el sí y el no, la aceptación y el rechazo, suelen intercalarse en el proceso de seducción. El amor y el odio Siempre he pensado qué tanto puede bifurcarse el amor en odio, y el genio en locura, y si estos dos extremos se mezclan. La naturaleza ambivalente e intrincada de los sentimientos, me trae a 3
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cuenta el tema “Odiame”, de Julio Jaramillo, en el que deja entrever que el amor se puede mezclar con el odio, porque solo se odia lo querido. La guerra del amor Algunos discrepan de la idea que el amor es una guerra, porque consideran que esta última actividad es sucia, cruel, hiriente, despiadada, y el sentimiento amoroso es noble, íntegro, generoso; sin embargo, con frecuencia se presentan desavenencias o conflictos (celos, infidelidades, rechazo, despecho, otros pretendientes, carencias económicas, altibajos emocionales, rutina, monotonía), que ponen en jaque la relación, y entonces conservar el vínculo se vuelve una lucha cotidiana. Al respecto recuerdo la canción que popularizó Manuel Mijares: “Soldado del amor/ en esta guerra entre tu y yo/ cada noche caigo herido/ por ganar tu corazón./Soldado del amor/ luchando a muerte por tu piel,/soy un héroe de mentira/un gigante de papel…” El amor y el interés El amor y el interés aparentemente son como el agua y el aceite, dos elementos que no pueden mezclarse, pero quizá este enfoque es muy extremo, ya que es probable que eventualmente lleguemos a amar a aquellos que satisfacen nuestros intereses, que suplen de manera óptima y oportuna necesidades afectivas y materiales. Pero también es posible que nos enamoremos incondicionalmente de
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personas, por aspectos muy alejados del dinero o de los bienes materiales. Probablemente podamos encontrar una solución ecléctica y caigamos en la cuenta que el amor y el interés pueden constituir un solo enjambre, situación que no comparten aquellos autores que increpan a su amada por haberlos abandonado motivadas por conveniencias económicas, en esa línea ubico bellas canciones como “Oro” del grupo Bronco, y “Te vas arrepentir”, interpretada por Los Jonic´s: “…Pero te vas arrepentir/cuando veas que no es nada/su riqueza comparada/con lo que yo a ti te dí/verás que la felicidad no se compra con dinero/mas vale un amor sincero/que vivir en soledad.” El
amor
ciego
y
exacerbado Conforme arriban a la madurez, los autores observan una mutación de su concepción de las emociones, así podemos apreciar “Te amaré” y “Morir de amor” de Miguel Bosé, escritas cuando frisaba los diecinueve años, edad propicia para ensalzar un amor incondicional, iluso, ingenuo. “Con los ojos cerrados” de Gloria Trevi, que también postula un amor ciego sin precondiciones, como quien se lanza del trapecio sin malla de protección, apoyado nada más en su fe y en su intuición, que le hacen pensar que será correspondido en ese salto al vacío.
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A mediados de los años setenta recuerdo que sonaba incesantemente en las emisoras “Jamás, Jamas”, interpretada por la portentosa voz de Camilo Sesto, una de las canciones que preconizaban un amor total, intenso, donde no hay resquicio para la razón, llevado a la cúspide del delirio, a tal punto de conferirle a la persona amada dominio sobre nuestro ser y emociones. Estas concepciones de amor erótico, exacerbado pasan por alto que cuando se desvanece la atracción carnal lo que mantiene a flote la relación es el amor ágape, es decir aquel acendrado sentimiento de compromiso y entrega incondicional desprovisto de deseo sexual. Pero hay amores dosificados por el dolor y sazonados por la experiencia, como el tema “El recuento de los daños”, que revelan la madurez que adquirió Trevi después de su tormentosa experiencia en la cárcel. El complemento ideal Aunque John Lennon1 recomendaba que no debemos esperar que otra persona sea nuestra media naranja, quizá el clímax del amor se da cuando la otra persona no solo llena el 1
John Lennon dijo: “Nos hicieron creer que cada uno de nosotros es la mitad de una naranja, y que la vida solo tiene sentido cuando encontramos la otra mitad. No nos contaron que ya nacemos enteros, que nadie en nuestra vida merece cargar en las espaldas con la responsabilidad de completar lo que nos falta”.
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vacío existencial de su pareja, sino que le da contenido y sentido a su vida, le inyecta inspiración y motivos para soñar y luchar, configurándose una relación, no solo satisfactoria, sino de mutuo crecimiento. En este contexto me instalo cuando oigo el emotivo tema que interpreta José Feliciano: “Después de cada instante el mundo girará/después de cada año más tiempo se nos va/ después de un buen amigo, otro amigo encontrarás/ y después de ti... que, después de ti que…/ Después de ti, no hay nada/ni sol ni madrugada/ni lluvia ni tormenta/ni amigos ni esperanza/Después de ti no hay nada, ni vida hay en el alma/ni paz que me consuele/no hay nada si tú faltas…” Las
diferencias
de
edades ¿Quién piensa que el amor tiene fronteras? La experiencia ha demostrado que es capaz de vencer las fronteras raciales, idiomáticas, geográficas, culturales, económicas, la diferencia de edades. Sin pasar por alto las complicaciones que añaden las diferencias de edades a las parejas, no siempre el interés económico por parte de la mujer y el deseo de rejuvenecerse por el lado del hombre, es lo que une a estas parejas. A veces ella siente una necesidad de amor paterno, o una genuina atracción hacia los atributos que representan la madurez, y desde luego él experimenta una reedición de sus años mozos. Al respecto recuerdo Cuarenta y veinte, interpretada por José
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José: “…Que yo soy otoño en tu vida/ y tu eres dulce primavera,/ no saben que guardo un verano que quema./Cuarenta y veinte…/es el amor lo que importa y no lo que diga la gente./Cuarenta y veinte…/toma mi mano, camina conmigo, mirando de frente…” El amor a uno mismo Frederick Nietshe dijo: “Yo digo: ámate a ti mismo, así te amarán también los demás.” Un presupuesto necesario para amar a otros es amarse a uno mismo, ello supone cuidar nuestra salud física y mental, defender nuestra dignidad, protegernos frente al maltrato y la manipulación, no tolerar relaciones abusivas. El amor a uno mismo no debe confundirse con el egotismo, el egocentrismo o el narcisismo, que son degeneraciones o desvaríos del noble sentimiento en mención. El amor se manifiesta en servicio, en dar bienes materiales e inmateriales y es muy difícil que alguien que tenga una vida demasiado maltrecha o deteriorada pueda dar algo provechoso a otros, primero debemos aprovisionarnos y enriquecernos, para luego compartir y esto conlleva quererse uno mismo. Cuando reflexiono sobre el particular recuerdo “Pensando en mí”, compuesta por Sergio Andrade e interpretada por Crystal:
“Nací y pasé la infancia siendo un buen bebe/siempre tratando de
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agradar a los demás/ /obedeciendo sin remedio todo aquello que dijeran mis papás/crecí y me encontré un extraño amor tan especial/que me cambió hasta la manera de peinar/y me pasaba el día temblando, procurando que no se fuera a enojar/jamás fui yo, pero hoy he decidido/ que a partir de hoy voy a vivir/pensando en mi, pensando en mi/porque si yo no pienso en mi/quien pensará…/porque si acaso no me cuido quien lo hará…quien va a querer secar mi llanto/y a quererme tanto, hasta el final…” La
aceptación
de
la
pareja El sentimiento amoroso no se limita a la atracción física, al romanticismo, implica la aceptación de la otra persona, de sus virtudes, de sus defectos, de sus diferencias y semejanzas, la aceptación de lo que ha sido, será y de lo que ya no será, ya que los seres humanos, para bien o para mal, estamos insertos en esa dinámica de constante cambios. Cuando comienza una relación es como se principiara una función de teatro, se corre el telón, y empezamos gradualmente a descubrir la parte oscura o gris de la persona, aspectos del pasado o del presente que generan tensión y que demandan paciencia, tolerancia, amplio criterio, capacidad de 6
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perdón, a fin de tratarlos sin desembocar en la ruptura. En este orden de ideas, recuerdo “Quiéreme tal como soy” de Herb Alpert:
“Yo soy así es mi forma de ser/ qué te puedo decir amor/Soy bueno soy malo a veces/ y no puedo ser mejor/Tengo mi cruz mis locuras/ mis tardes oscuras mi forma de hablar/Soy bueno soy malo a veces y no puedo ser mejor/Quiéreme tal como soy/con mis noches y mis días/con mi manera de amar/con mis penas y alegrías/Quiéreme tal como soy/y si no sigue adelante/nunca encontrarás amor/mas amigo mas amante/Quédate amor pero antes/quiéreme tal como soy.” Proceso de enamoramiento
Hay canciones que de manera implícita revelan el proceso de enamoramiento, en el cual la voluntad y la racionalidad tienen un rol bastante restringido, ya que aquí intervienen aspectos físicos, químicos, fisiológicos, que se manifiestan en la activación de hormonas, que producen diferentes síntomas: perdida de concentración, taquicardia, tartamudeo, aumento de la presión arterial, risa floja, taquicardia, alteración de la percepción, de modo que el sujeto se vuelve prisionero de una emoción que no puede controlar. Chayane, de alguna manera lo expresa en una tonada de los años ochenta: “ ¿Y qué culpa tengo yo?/ De seguir enamorado de ti/ Mi cabeza dice no/
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Pero el corazón me pide un sí/No, no, no, no/¿Y qué culpa tengo yo…” Uno de los síntomas del enamoramiento es que los pensamientos se ven dominados por la imagen y presencia del ser que nos cautiva, ese rostro o esa silueta se nos aparecerán continuamente, cualesquiera sea la actividad a que nos dediquemos o en cualquier lugar que estemos, esa figura se posará irremediablemente en la páginas de nuestros libros, o en la pantalla de nuestra computadora. Es lo primero que pensamos al momento de despertar, lo último que meditamos a la hora que nos acostamos, aun en los sueños navega esa figura escurridiza. Las horas a su lado se vuelven minutos, y las horas de espera son infinitas. Bien lo dijo Pablo Neruda “es tan corto el amor y tan largo el olvido.”Al reflexionar sobre este acuciante tópico, recuerdo dos bellas canciones denominadas “Pienso en ti”, una de Fernando Ubiergo y otra interpretada por Thalia:
“Siento un espacio en la piel, ¿que pasará?/siento que nada es igual./ Oigo tus pasos recorrer mi soledad,/ siento tu aliento que se va./ Fue de repente que pensé en hablar/y una lágrima me hizo callar./¿Qué es lo que queda cuando tu no estás?/¿A quién acudo para amar? Quiero decirte que me hiciste mal/que no puedo recordar/si te quiero amar o te quiero olvidar/pienso en ti, despierta o dormida/pienso en ti, que tus manos me 7
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acarician/pienso en ti, cada instante de mi vida/pienso en ti, porque eres todavía mi amor…” El hecho de estar enamorado ha sido tema de muchas canciones, entre ellas “Enamorado estoy de ti”, “Estar enamorado”, “Voy a perder la cabeza por tu amor”, “El último romántico”, “Cuando me enamoro”, interpretadas en su orden por “Fiebre Amarilla”, Raphael, José Luis Rodríguez “El Puma”, Álvaro Torres, Juan Luis Guerra y Enrique Iglesias (a dúo). Las cinco tonadas dejan entrever que el que se enamora se ubica en un estado de alucinación que le hace perder la perspectiva de la realidad, que lo coloca en una situación de indefensión frente a los eventuales desengaños. Idealizamos a la persona, le atribuimos cualidades que no tiene o las exageramos. Lo ideal es quizá jugar con la ilusión, pero sin dejar de tener los pies en la tierra a fin de no sucumbir o desplomarnos, cuando nos demos cuenta que los sueños no coinciden con la realidad. La belleza femenina Hurgando en la novela Las chicas de alambre, me encuentro un pensamiento que revela el carácter ambivalente de la belleza: “La belleza puede ser la gloria o la ruina de una persona. Depende de quién la lleve, de cómo la lleve, de cómo la utilice o a quien se la regale”. En otras palabras, puede ser una herramienta de perdición o de redención, dependiendo cómo se le utilice, si quien la posee se rige por
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principios o valores o no. La belleza femenina normalmente es elemento altamente estresante y perturbador en la vida masculina, recientemente se ha determinado que el contacto con una fémina atractiva eleva la hormona de cortisol, estrechamente relacionada con el estrés, que altera el metabolismo celular. La atracción hacia las féminas puede ser obsesiva y escapar de todo control racional, llegando un connotado escritor uruguayo al extremo de expresar: “No consigo dormir. Tengo una mujer atravesada entre los párpados. Si pudiera, le diría que se vaya; pero tengo una mujer atravesada en la garganta”. Este un tópico desestabilizador, inquietante, me recuerda dos famosos temas “Insoportablemente bella” y “Bella”, interpretadas por Emanuel y Manuel Mijares respectivamente. Erotismo
sobre
el
escenario La música es un vehículo poderoso de seducción y con frecuencia su impacto se ve sustancialmente incrementado por la magnética personalidad de sus intérpretes. Kiara y María Conchita Alonso, dos actrices y cantantes venezolanas me cautivaron con su derroche de erotismo y seducción en cada canción y en cada video, era inevitable no ser hipnotizados por la enorme capacidad de atracción que desplegaban sobre el escenario, por esa arrolladora descarga de belleza,
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carácter, carisma y voz que vertían sobre su público que extasiado las ovacionaba. ¿Cómo olvidar a Kiara cantando “Qué bello eres tú”, “Con la cara lavada”, “Tesoro mío”, “Libérame”? ¿Cómo olvidar a María Conchita Alonso, cantando “Noche de copas”, “Y es que llegaste tú”, “Hazme sentir” “Acaríciame” “La loca”? Ambas representan claros ejemplos del enorme poder de seducción que una mujer con prestancia y talento puede adquirir. Bellezas extravagantes Los estilos y herramientas de seducción varían. Algunas mujeres cautivan con su mirada, o con su sonrisa, con su timbre de voz, su inteligencia, espíritu alegre, servicial, progresista, emprendedor, su buena vibra, su seguridad en sí mismas. Pero existen algunas con personalidad extravagante, que visten blusas escotadas, pantalones ajustados, provocativas minifaldas, que destacan sus figuras curvilíneas y redondeadas, y por doquiera que pasean su estampa causan alboroto y desatan toda suerte de piropos y murmullos. Provocan sobresalto con solo oír sus pasos y pareciera que encienden luces artificiales por donde caminan, son capaces de parar un tren o una fila de autos. En esta categoría de féminas se auto ubica Yuri en su famosa canción de los año ochenta “Hombres al borde un ataque de celos”:
“Altos tacones, minifalda, escote/ derritiendo miradas voy/lentes
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oscuros contoñon de cintura/pelo suelto, revuelo alrededor/me llaman, hey hey/me dicen hey hey/me siguen como moscas a la miel/abren las puertas/y me ceden las aceras/paro el tráfico, quepo yo/ el que me espera basilisco/hora y media casi dos/al verme hey hey/se pone blanco y no puede ni hablar/Hombres al borde de un ataque de celos, pobres hombres/son como niños míralos, benditos/Hombres al borde un ataque de celos/todos nervios, qué decepción…” La
persona
y
el
personaje Muchos de los más deslumbrantes artistas, tienen como máximo adversario a sus propias figuras públicas: en el escenario son grandes héroes o heroínas, luminosas estrellas que arrancan aplausos, grandes ovaciones y despiertan suspiros de admiración. Pero al cerrarse el telón, son seres deprimidos, tristes, incomprendidos, inseguros de sí mismos, que sufren desamor, adicción en las drogas, en otras palabras, el mote de estrellas afecta sus vidas privadas, porque son idealizados, esperándose de ellos o ellas mucho más de lo que pueden dar o de lo que en realidad son. Una canción que de alguna manera retrata este drama es “Tan solo una mujer”, otro exquisito tema del Maestro Arjona, interpretada por la escultural Bibi Gaytan:
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“Tienes que saber que yo no soy paisaje/soy más que un diseño nuevo en traje/que he tenido que tapar con maquillaje/una una pena, una lagrima, un te amo/ Soy de sueños en mi piel/tan de miel como de hiel/soy solo mujer/Por eso tómame, ámame/sin temor alguno/no me veas como estrella/se ha cerrado el telón/acaríciame pronto/siente mi corazón…/quiero ser en tus brazos solo una mujer”. Caricias emocionales Pocas mujeres quizá se resisten ante la amabilidad, el respeto, las finas atenciones. Ellas demandan importancia, atención exclusiva, fidelidad, mas aún considerando que algunas están condicionadas por experiencias traumáticas precedentes. Si la relación no se estimula con caricias emocionales, muy probablemente no recibiremos la calidez y el amor que esperamos. Si queremos entablar una relación fructífera y gratificante, debemos cultivar primero una genuina amistad, para trascender posteriormente a una relación más íntima, atropellar la gradualidad de este proceso nos puede conducir a fiascos enormes. Es poco probable que una mujer se entregue plenamente, si no ve satisfechas otras necesidades como la autoestima y la autorrealización. Estas reflexiones me llevan a recordar “Acariciame el alma”, de la autoría de Sergio Andrade e interpretada por Crystal:
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“Acaríciame el alma por favor/y no quieras tener hoy más de mi/que me cuesta creer en el amor/que las penas me han hecho ser así/acaríciame el alma por favor/haz que sienta la calma junto a ti/haz que vuelva a confiar en el amor/haz que vuelva otra vez a sonreir/acaríciame el alma y nada más/que la vida es difícil para mi/que quisiera volverme a enamorar/que quisiera volver a ser feliz”. La duda Las relaciones románticas, suelen ser merodeadas por la duda, la desconfianza, la incertidumbre, el temor al rechazo, la especulación, la indecisión, que impiden que el sentimiento amoroso se manifieste plenamente, sin inhibiciones. En coyunturas así, que son muy recurrentes, suelo recordar el tema de Luis Miguel: “Decídete, no lo dudes más/ decídete, que no puedo resistir sin tenerte/ maldita mi suerte, decídete/simplemente amor, decídete/ y volemos hacia mundos lejanos/ los dos de la mano, decídete…” Inestabilidad emocional La firmeza de carácter, la constancia de propósito, la estabilidad de ánimo, la valentía de defender principios y valores en medios de situaciones tormentosas, son cualidades fundamentales, porque constituyen el cimiento de las demás virtudes. De una
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persona inestable que muda constantemente de opinión y posición, que experimenta cambios abruptos de ánimo, no se puede esperar una conducta congruente con las nobles emociones. Y para defender el amor como valor supremo en entornos tan cambiantes y hostiles, se requiere firmeza, por eso recuerdo siempre a la encantadora Lucero entonando su bello tema “Veleta”:
“Fuego y amor ayer noche/hoy solo frío y desdén/y es que tu amor como azúcar /se disuelve en el café/ déjame ver si lo acierto/ ella se ha puesto a tus pies/te ha suplicado que vuelvas/y no sabes lo que hacer/ Veleta…no sabes a dónde vas/ni entiendes lo que es amor/tu única ley/el palo que te sujeta./Eres una veleta/me robas el corazón/mendigas mi soledad/y el mar de tu amor/no tiene final ni meta/tú no sabes amar/tú eres una veleta…” Triangulo amoroso Álvaro Torres en su reconocido tema “Tres”, sostiene que amor entre tres no sustenta, que el amor es solo para dos, que tres no hacen pareja. No obstante, ¿Será posible enamorarse de dos personas al mismo tiempo? Algunos sostienen que no, que al menos en una relación existe un enamoramiento aparente, probablemente un capricho, otros hablan de la fragmentación del alma, que el amor se divide, que los sentimientos se dispersan. Woody Allen
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postula en la película Vicky Cristina Barcelona, protagonizada por Javier Bardem, Penélope Cruz y Scarlett Johansson, que una relación polígama, pueden generar un balance, un equilibrio entre los miembros de un triángulo amoroso. En la práctica el poli amor es una constante, y genera por igual forcejeos, tensiones y gratificaciones. Este duelo pasional me recuerda “A pesar de todo”, el célebre tema de Nelson Ned:
“A pesar de todo, de todo lo que yo sufrí,/todavía lamento aquel día cuando te perdí,/ a pesar de todo, de todo lo que tuve que pasar/ todavía te amo, y ni por un minuto, yo te pude olvidar…/ A pesar de saber, que el amor de los dos, siempre estuvo prohibido/Y todo lo que hicimos fue muy escondido/para no hacer sufrir a quien vive conmigo/A pesar de saber que vivimos un día un amor dividido/sin embargo, mi amor, haberte conocido,/fue la cosa más linda que a mi me sucedió.” El tercero en discordia Un personaje que normalmente deambula bajo las sombras de la clandestinidad, que suele ser el vértice de un triangulo o un cuadrilátero amoroso, es la o el amante, que juega el rol de complemento afectivo, amigo con derecho que suple carencias materiales y/o afectivas que deja el o la cónyuge 11
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burlado/a. Es un rol éticamente reprochable, porque regularmente conlleva un engaño o un acto de deslealtad, capaz de generar daños morales y económicos no solo al consorte burlado, sino también al grupo familiar. Ser el o la segunda o el reemplazo, es una situación socialmente incómoda, porque la relación no puede exhibirse libremente bajo la luz del sol, además de que el o la amante recibe remanentes o residuos de amor y de tiempo, sufre la censura social. Las canciones retratan esta situación como “La prohibida”, interpretada por Ednita Nazario y “Y me canse de ser la otra”, entonada por la India. El hombre ideal ¿Cuáles son los atributos del
hombre ideal? ¿Cuáles son las cualidades que debe reunir un romántico perfecto? Es evidente que no solo cuentan los atributos intrínsecos de la persona (educación, porte, prestancia, madurez emocional), sino también la capacidad de hacernos querer, de comunicar importancia a la pareja, de hacerla sentir única, de atender sus necesidades y sueños. Quizá el secreto es una compleja combinación de dones administrados con balance e iluminados por un aura inefable que generan corto circuito en el cerebro de la mujer amada. Dos canciones son una verdadera apología al hombre maduro, capaz de tejer una red de fascinación que provoca que una mujer se desmaye en sus brazos o se derrita de deseo por
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estar con él, la primera es el “Hombre que yo amo”, interpretada por Miriam Hernández, y la segunda “Casi perfecto”, interpretada por Ana Cirré:
“Afín a mi signo del zodiaco,/ y con tu futuro ya resuelto,/ nunca bebes y odias el tabaco/ tu debes de ser un gran prospecto./El otoño se llevó tu pelo/y escondes la panza bajo el saco/es cierto que no eres un modelo/pero me derrites con tu trato./Dudo como un pez frente al anzuelo/de una vez te tomo o te dejo,/eres casi el hombre perfecto,/ el que busqué por tanto tiempo,/el que me hace vibrar la piel y el esqueleto./Eres casi el hombre perfecto/el que yo imaginé en mis sueños/de los que rara vez se pueden ver/debiste nacer en año bisiesto…” Hay preguntas que flotan en el ambiente ¿Hasta qué punto se puede terminar una relación en buenos términos y dejando huellas benéficas e imborrables? ¿En qué medida se pueden conservar los lazos de cariño y admiración, después de una ruptura? ¿Será cierto que a un buen seductor no hay chica que se le resista? ¿Hasta qué punto se podrá edificar la personalidad del romántico ideal? ¿Qué significación e importancia tiene un ex novio, ex cónyuge o ex amante en la cadena de relaciones románticas que ha vivido una persona? Estas interrogantes afloran cuando pienso en la posibilidad que
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haya algún ungido que pueda cantar con plena propiedad “Inventame”, la celebre canción de Marco Antonio Solís: “Ya no me mandes a decir/que no me quieres perder/ahora ya es muy tarde si quieres volverme a ver/ Inventame, oblígale a que te ame como yo/construye con los años mi existir/hazle sentir, lo que en mi te gusto/Inventame, y dale como a mi un beso a él/ a ver si se te eriza igual la piel/Iventame, inventa lo que un día pudimos ser”. La soledad Otro tema recurrente en las canciones es la soledad, generalmente se le asocia con el dolor por la pérdida o ausencia del ser querido. Recuerdo “Soledades” de José Luis Perales, “Solo” de Ricardo Arjona, “Soledad” de Laura Pausini, “Sola con mi soledad” de Maricela. Esta situación de carencia, de vacío, puede ser una aliada o una enemiga, lo importante es sacar el mejor provecho de ella; es un excelente espacio para la reflexión, para dialogar con nuestro interior, una oportunidad para reencontrarnos con nosotros mismos y conocernos mejor, descubriendo nuestra esencia y las oportunidades que nos rodean. Puede ser una enemiga si nos dedicamos a cultivar la tristeza, el despecho o la culpa u otras emociones negativas. La sensación de soledad también asoma cuando estamos rodeados de personas que no nos comprenden o no nos dispensan atención.
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La psicología femenina Es sumamente complejo descifrar la cambiante e impredecible psicología femenina, por eso acertadamente Ricky Martin asocia la conquista de un amor con la dificultad que encierra el deporte ciencia: “Juego de ajedrez quererte tanto/ qué difícil es,/conquistar tu amor…” Al igual que el ajedrez, las relaciones amorosas demandan arte y cálculo, dominio de nociones teóricas y practicas. Es cierto que el amor no es un juego ni los corazones son juguetes, es un sentimiento que supone compromiso, seriedad, responsabilidad, vivir para servir, pero paradójicamente debemos aplicar tácticas, estrategias, y técnicas propias de un juego o deporte, para poder cubrir los vacíos, las necesidades, y colmar los sueños que tiene la otra persona, debemos cumplir un protocolo de acción para desempeñar asertivamente ese rol. Y ello supone tener al menos un bosquejo del mapa psicológico de la persona a la que nos debemos, es decir, tener ciertas nociones básicas de cómo piensa, siente y actúa. El silencio Suelo reflexionar sobre el poder y la elocuencia del silencio, a veces una mirada, un guiñón de ojos, una leve sonrisa, una lágrima, una suave caricia, un profundo suspiro o un gesto, pueden comunicar más que las palabras. Reza un proverbio: “Cuando hables, procurar que tus palabras sean mejores que tu
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silencio”. A veces el lenguaje mudo es más convincente a la hora de expresar nuestros sentimientos, al hacer una confesión de amor. Es muy cierto aquello que los ojos son el espejo del alma, ésta se expresa cuando los labios callan. En este contexto me ubico, cuando escucho “Amor en silencio”, canción de Marco Antonio Solis, entonada por la primorosa voz de Dulce: “Llega a mi vida y se abre una
página nueva/en la noche incesante de la humanidad/Busco ya entre la oscuridad esa luz que me de libertad…/Mi llanto se deja escuchar/ hoy es mi primer despertar…/ descubro miradas que enfrían mi piel/Veo del mundo lo bello y lo cruel/hay palabras que rompen mi hiel/Pero donde existe dolor/ siempre hay una semilla de amor/Amor en silencio es vivir momento a tiempo/amor en silencio es darte un beso a mano es darte amor sin explicar…” Los celos Los celos son aquellas emociones perturbadoras que desestabilizan las relaciones de pareja, que se alimentan de la desconfianza, de la duda, que genera la presencia de un tercero con los atributos suficientes para apartarnos de aquella persona que consideramos nuestra o cuya compañía anhelamos. El hecho de sentirnos amenazados o desplazados, genera angustia, ira, incertidumbre, conductas violentas, y
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diversas formas de control. Los celos excesivos pueden ser enfermizos. Son sentimientos que afectan el espacio de libertad individual que debe tener cada persona y que suelen nutrirse de problemas de baja autoestima y trastornos derivados de carencias afectivas. Hay tantas canciones que describen ese sentimiento tan recurrente “Esos celos”, “Tengo Celos” y “Celos”, interpretadas en su orden por Vicente Fernández, José María Napoleón y Daniela Romo. El
dominio
de
la
seducción “Tu reputación” de Ricardo Arjona, conjura los celos retrospectivos y explica cómo una vida intensa abocada a los placeres carnales, pueden conducir al dominio del arte de la seducción, con ello parece desmontar el patrón androcentrista que ve a la mujer como un objeto de posesión o detentación, del que se puede hacer ostentación, cuando expresa: “Si otros han sido tu escuela, yo seré tu graduación, cuando pongas en la cama al corazón”. Con ello echa al traste toda la connotación que el machismo le da a la virginidad femenina y la depreciación social que sufre la mujer que la ha perdido en una sociedad patriarcal. El despecho Cuando se produce la ruptura de una relación de pareja, si el ser que se apartó era querido y su compañía anhelada, el que se siente abandonado 14
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puede sufrir sentimientos mezclados de dolor, rabia, rencor, indignación, desesperación, en ocasiones pánico, en el peor de los casos se pueden producir sentimientos de odio y de venganza, más aún cuando hubo de por medio una infidelidad, un engaño o una traición. Y de este padecimiento se pueden derivar alteraciones como el estrés, insomnio, fatiga, dolores de cabeza, trastornos estomacales. Es vasto el repertorio de canciones que aborda este tema, recuerdo algunos temas que expelen veneno como “Rata de dos patas”, de Paquita La del Barrio, “Qué ganas de no verte nunca más”, interpretada por Valeria Linch, “Ni guerra ni paz”, de Lupita Dalesio, “Ingrata”, de Café Tacuba, “Que lloro”, de Sin Bandera. La virginidad femenina En los ochenta resonaba en las radios el cantautor español, Braulio, que popularizó canciones como “Pequeña amante”, “En la cárcel de tu piel”, “La más bella herejía”, “Juguete de nadie”, “En bancarrota”, entre otras, de las cuales traigo a cuenta “Noche de bodas”, una tonada que revolucionó la concepción de la virginidad femenina, en el contexto del matrimonio tradicional, al sugerir que no se encuentra donde habitualmente la situamos: “Y ya en la habitación te vi nerviosa,/ es lógico al pasar de niña a esposa;/pero rompió tu llanto tan desoladamente/que ahogada en sollozos te oí decir:/Escúchame tienes derecho a saber que nuestro lecho/no amanecerán
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delicadas rosas rotas que demuestren mi virtud”. La primera relación La primera relación sexual es muy esperada y muy temida a la vez, es trascendental porque marca para bien o para mal la vida del ser humano, especialmente la vida de la mujer. Si la relación no es precedida por caricias físicas y emocionales y no es presidida por el afecto y el respeto, pueden sobrevenir emociones encontradas, y sentimientos como la culpa, la vergüenza y la frustración. Una mala experiencia puede determinar negativamente la actitud frente a relaciones futuras, generando traumas y bloqueos. Es un momento álgido en el que interactúan el deseo, el placer, la pasión, el frenesí, conjugados con una cuota de dolor físico y emocional. Consciente de las emociones en juego, los autores han escrito bellas canciones para recrear esa primera relación, así tenemos “Primera vez”, de Ricardo Arjona y “Atrévete”, interpretada por José Luis Rodríguez:
“En tu pecho quema un sueño/que deseas conocer/la experiencia de entregarte/a alguien por primera vez/Al fundirse nuestros cuerpos/volaremos hacia el sol/mariposa no le temas/ a la llama del amor/Atrévete, crucemos el Jordán/que la tierra prometida nos espera/Abrázame no te entretengas más/que la 15
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vida es solo un soplo y el amor se va/ Te desnudas poco a poco/y dejas la niñez/ sorprendida sobre un pliegue de tu piel…” La sexualidad responsable
Dos canciones dirigidas a adolescentes invitan al ejercicio de una sexualidad responsable “Detente” y “Cuando estemos juntos”, interpretadas por Tatiana y el ex menudo Johnny Lozada, que aluden a la prevención de embarazos no deseados y a la noción de paternidad responsable, visualizando el drama desde los jóvenes que son consumidos por el deseo voraz de satisfacer sus necesidades sexo afectivas, pero que carecen de la madurez emocional y de la capacidad laboral y económica para asumir de las consecuencias que normalmente sobrevienen de las uniones carnales. Además, estos temas concientizan sobre la importancia de dar a los hijos e hijas lo mejor para su desarrollo integral, puntualizando en “Detente”: “Detente, no amemos a destiempo/detente, después será un lamento/detente, que amores de volada/ engendran niños de solo pan y agua/engendran niños sin amor sin nada.” La desnudez Si algo genera reacciones ambivalentes es la desnudez femenina, que es objeto de censura y de adoración, de rechazo y de codicia, es fuente de liberación y de esclavitud, provoca vergüenza y orgullo, conmoción y
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relajamiento, muestra poder y vulnerabilidad, lo cierto es que representa la naturaleza, lo que realmente somos, al margen de maquillajes, disfraces o vestimentas y cualquier artificio. Cuando reflexiono al respecto, inmediatamente evoco otro célebre tema de Arjona:
“…será porque no me gusta la tapicería/creo que tu desnudez es tu mejor lencería/ /por eso me gustas tal y como eres…/dejame llenarme de tu desnudez/para afrontar los disfraces de afuera/de una mejor manera./Desnuda, que no habrá diseño que te quede mejor/que el de tu piel ajustada a tu figura./Desnuda, que no hay un ingenuo que vista una flor/sería como taparle la hermosura./Desnuda, que la naturaleza no se equivoca/y si te hubiese querido con ropa,/con ropa hubieses nacido…” Hay tonadas que aluden a otro tipo de desnudez: la del alma. Pienso en las disputas maritales y en la sinceridad como un valor que debe impregnar nuestros actos, palabras y actitudes, recuerdo aquella bella canción que interpretaba Enmanuel: “Ven que no quede por mi/yo estoy dispuesto a escucharte/ aunque debiera negarte el favor/por todo lo que me engañaste…/ Pero ven con el alma desnuda, /con la pura verdad por delante/yo te quiero y no puedo negarte/que quisiera volver a empezar…” 16
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Y es que la relación amorosa descansa en la confianza, en la verdad, en la lealtad. No puede ser un montaje, una impostura o un juego de apariencias. La presuntuosidad, la vanidad, la autosuficiencia o la evasión, tampoco abonan a una relación de pareja sólida y feliz. Debemos enfrentar los problemas que aquejan a la pareja con un sentido crítico y auto crítico, con los pies en la tierra, haciendo un inventario de los daños y procurando reparar agravios. La arrogancia y la altivez Hay vicios como la arrogancia, el orgullo, la altivez, que conspiran contra el sentimiento amoroso, inclusive son actitudes anti seductoras, que impiden una relación empática. La humildad y la mansedumbre, unidas a una buena capacidad de comunicación, son presupuestos básicos del amor y de las uniones fuertes y estables. Estas virtudes traen implícita la capacidad de pedir perdón, de reconocer nuestros errores, de asumir compromisos de cambio. En esta línea de pensamiento, me conmueve siempre que la oigo “Te pido de rodillas” de Los Iracundos: “Te llamé porque hace un año que no hablamos/para romper aquel adiós que nos juramos/Voy a pedirte de rodillas/ que regreses junto a mi/ porque soy de ti/y te quiero como antes, mucho más/Te llamé porque te quiero todavía/porque esta amor me atormenta noche y día…” Sexo sin amor
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¿Cuántas veces hemos tenido un cuerpo femenino vacío, carente de afectividad, porque la mente y el alma de ella están puestas en una tercera persona? Dos cuerpos se juntan, pero emocionalmente hay un abismo de distancia. Puede haber un abrazo físico, pero hay un desprecio implícito, las inhibiciones femeninas afloran plenamente. Las caricias se vuelven frías y los besos forzados. Y al terminar el encuentro nos invade una sensación de vacío y tristeza aun mayor. Hemos logrado una conquista a medias: conquistamos momentáneamente el cuerpo, pero no el corazón. Este drama tan habitual es retratado por una canción que definió e inmortalizó a Alejandra Guzman:
“Amanecer con él a mi costado/ no es igual que estar contigo/no es que este mal, ni hablar/pero la falta madurar, es casi un niño…/Hacer el amor con otro, no, no, no,/no es la misma cosa, no hay estrellas de color rosa/no destilan los poros del cuerpo …/ es como no hacer nada falta fuego en la mirada/falta dar el ama en cada beso/ y sentir que puedes alcanzar el cielo”. La intuición y la locura ¿Será posible encontrar la dicha viviendo de manera lineal, calculada, guiados por esquemas rigurosamente racionales? ¿Será necesario inyectarle a la existencia una dosis de aventura, de riesgo, de imprevisión, de locura 17
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controlada, tomar decisiones sobre la base de la intuición y no de la fría razón? La fría razón nos precave de tropiezos y nos aleja de peligros, al no asumir riesgos, al no embarcarnos en aventuras, pero probablemente nos aleje de la felicidad que supone vencer nuevos retos y desafíos, romper la monotonía, innovar, buscar atajos para llegar a la meta. ¿Quién tiene más posibilidades de ser feliz el que persigue una aventura y asume riesgos o el que se aferra a la misma rutina y a lo que considera seguro? “Brindis”, una bella canción interpretada por Thalía nos plantea este dilema:
“Seguir siguiendo al corazón/ y coquetear con la intuición/seguir creciendo y esquivando las rutinas/seguir soñando en un rincón/seguir creyendo que hay un Dios/que me endereza de un tirón la puntería/es que siempre voy detrás de lo que siento/cada tanto muero y aquí estoy…/Tantos desiertos que crucé/tantos atajos esquivé/tantas batallas que pintaron mis heridas/tantos incendios provoqué/tantos fracasos me probé/que no me explicó como canto todavía/y es que siempre voy detrás de lo que siento/cada tanto muero y aquí estoy…/Por esos días por venir/por este brindis para mí/por regalarle a la intuición al alma mía/ porque los días se nos van/ quiero
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cantar hasta el final/ por otra noche como éstas, por mi vida…” La rebeldía La rebeldía tiene diversas manifestaciones y causas, puede expresarse de manera violenta, irracional o irreflexiva, puede expresarse de manera inteligente, propositiva, argumentada; existen rebeldes con causa y rebeldes sin causa. Los órdenes o sistemas que rigen las diferentes áreas de actividad humana, se vuelven arcaicos, obsoletos, desfasados, se necesitan espíritus rebeldes para reformarlos o remozarlos. Pero hay rebeldes que son hijos de la incomprensión, del desamor, de la discriminación, de la exclusión, entonces la rebeldía se tiñe de rencor, de odio, amargura, y puede generar sentimientos de soledad y ensimismamiento. En 1971 apareció una bella cantante, con una enternecedora voz, llamada Jeannette, que nos obsequió “Soy rebelde”, de la autoría de Manuel Alejandro:
“Yo soy rebelde/porque el mundo me ha hecho así/porque nadie me ha tratado con amorporque nadie me ha querido nunca oir/yo soy rebelde/porque siempre sin razón/ me negaron todo aquello que pedí/y me dieron solamente incomprensión/y quisiera ser como el niño aquel/como el hombre aquel que es feliz/y quisiera dar lo que hay en
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mi/todo a cambio de amistad/y soñar y vivir…” Sé tu mismo “Conócete a ti mismo”, es un axioma socrático que manda a explorar nuestro mundo exterior y desentrañar sus misterios, a fin de contrarrestar nuestras debilidades y reafirmar nuestras fortalezas y existe otro imperativo “sé tu mismo”, lo que supone erigir una personalidad en la medida de lo posible original, única, inimitable, con convicciones propias, que se aparta de los convencionalismos, de la rutina, de los caminos trillados, pese a la crítica, a la burla por ser diferente y apartarse de la uniformidad que arropa a la muchedumbre. En esta línea de pensamiento me ubico cuando oigo “A quien le importa”, interpretada por Thalía:
“La gente me señala/me apuntan con el dedo/susurra a mis espaldas/y a mí me importa un bledo/qué más me da/ si soy distinta a ellos/no soy de nadie,/no tengo dueño/…Quizá la culpa es mía/por no seguir la norma,/ya es demasiado tarde/para cambiar ahora/me mantendré firme a mis convicciones/reportaré mis posiciones/Mi destino es el que yo decido/ el que yo elijo para mi/¿a quién le importa lo que yo haga/¿a quién le importa lo que yo diga?/yo soy así, y así seguiré,/ nunca cambiaré.”
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El estilo Sinatra “A mi manera”, ha sido considerada una balada crepuscular de autoayuda y superación personal, fue grabada por Frank Sinatra en 1969, de una adaptación al inglés realizada por Paul Anka de una canción popular francesa de la que solo quedó la melodía, posteriormente fue interpretada por Elvis Presley, Luciano Pavoroti, Raphael y por Eduardo Fuentes en El Salvador. Esta canción que postula un estilo de vida, visto desde el espejo retrovisor, por quien se encuentra en el ocaso de su vida. No se advierte una pizca de arrepentimiento. El autor sopesa sus triunfos y sus derrotas, amores y desamores, orgulloso de haber seguido su propio libreto, de haber actuado con desprendimiento, franqueza y emprendedurismo, de acuerdo a un código propio de principios y valores, sin dejarse inhibir por temores, barreras. Esta tonada preconiza una actitud de disfrutar el placer, separando el dolor y se volvió el tema insignia de Frank Sinatra, al punto que a la manera de vivir con independencia se le ha llamado el “estilo Sinatra”:
“El final, se acerca ya,/lo esperaré, serenamente,/ya ves, que yo he sido así,/te lo diré, sinceramente,/viví la inmensidad,/ /sin conocer, jamás fronteras/y bien, sin descansar, y a mi manera./Jamás, tuve un amor,/que para mí, fuera 19
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importante,/tomé, solo la flor,/y lo mejor, de cada instante,/viví y disfruté,/no sé si más, que otro cualquiera,/y si todo esto fue a mi manera/Por que sabrás, que un hombre al fin,/conocerás por su vivir,/ no hay por que hablar, ni que decir,/ni que llorar ni que fingir,/puedo seguir, hasta el final,/a mi manera./Tal vez lloré, o tal vez reí,/tal vea gané, o tal vez perdí, /ahora sé que fuí feliz,/que si lloré, también amé,/puedo vivir, hasta el final, a mi manera.” Vida frenética Hay canciones como “Me olvide de vivir”, interpretada por Julio Iglesias, que cuestiona en tono de arrepentimiento un estilo frenético de vida, de aquel que se obsesiona por triunfar a cualquier costo, sufriendo para lograrlo ayunos, soledad, lejanía de la familia, carencia de afecto, estancias en hoteles, extenuantes y agotadoras jornadas de trabajo. Por andar inmerso en la burbuja de fantasía que genera el éxito y el aplauso, descuidan principios y valores importantes como la veracidad, el amor de su pareja, el cuido y la crianza de sus hijos, o se privan de disfrutar cosas accesibles y cotidianas como contemplar una puesta de sol, jugar con los niños, nadar en un río, subir una montaña, recorrer descalzo la playa, etcétera.
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El fracaso Un aspecto medular del éxito es tener una actitud mental positiva, que incluye asumir con optimismo el fracaso, saber cerrar círculos, levantarnos de cada caída y reiniciar la marcha con mayor determinación. Se puede tropezar en cualquier ámbito de la actividad humana, pero si algo lacera la autoestima y el ánimo, son los fracasos amorosos. Siempre que reflexiono sobre la necesidad de interiorizar los deslices afectivos, con resignación y calma, recuerdo el tema “Buen perdedor” de Franco Devita:
“Sé que piensas marcharte ya lo sé/ y no te detendré, haz lo que tu quieras/ sin embargo recuerda que yo estaré aquí en el mismo lugar/ y si solo tienes ganas de hablar con gusto escucharé/ Y si el supo darte más amor/supo llenarte mas que yo/claro que se perder/claro que se perder…” Superman Una tonada que captó mi atención desde la primera vez que la oí, aparte de su ritmo alegre y contagioso, es “Superman”, porque sugiere una reacción no habitual del pretendiente perdedor, frente a su amada. Normalmente la actitud del que resulta rechazado en una relación romántica, es frustración, amargura, impotencia, baja autoestima, emociones negativas que dan lugar a la maledicencia.
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Pero el pretendiente en cuestión se muestra gozoso, altivo, autosuficiente, irónico, despectivo, y de alguna manera levanta la autoestima de aquel que pueda encontrarse en una situación emocional similar. Así, que cuando la chica que despierta suspiros diga no y se decante por otro, recordemos:
“Tú siempre andas diciendo que soy muy poco para ti…/que mereces más, mucho más que yo/que no soy digno de ti…/ Tu sueñas con amores de esos de la televisión…/donde solo ves lujos y emoción,/pero todo eso es ficción/Y mira tu con quien estás saliendo/ perdona que me tenga que reír/si para ti eso es un hombre/entonces yo seré un supermán…” La mentira Nadie es cien por ciento sincero, ni cien por ciento hipócrita, la sociabilidad exige componentes teatrales o histriónicos para sobrellevar las relaciones humanas de manera mínimamente aceptable. La verdad muchas veces castiga, causa desencanto, tiene componentes tóxicos o corrosivos, hay que matizarla o exponerla con eufemismo para no herir susceptibilidades. Me pregunto hasta qué punto aquel que abandonó a su pareja por otro u otra, la engañó mientras duró la unión, o si simplemente los sentimientos de afecto cambiaron por nuevos
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estímulos o circunstancias, que determinaron la ruptura. A lo mejor nunca sabremos el cúmulo de verdad y de mentira que subyace en las relaciones. Pero lo cierto es que nos vemos estremecidos por tonadas que hacen del engaño el tema central. Así, “Mentiras”, de Marito Rivera y su grupo Bravo, “El me mintió”, interpretada por Amanda Miguel, y “Mentira” que popularizó el cantautor nicaragüense, Hernaldo Zúñiga. La libertad La libertad es ese ideal, ese sueño, caracterizado por la facultad de auto normar o gobernar nuestra vida, sin una autoridad que regule nuestros pasos, lo cual tiene sus pro y sus contras, ya que el asumir la existencia por cuenta y riesgo propio, conlleva niveles de responsabilidad tanto individual como social. La responsabilidad y la sensatez, nos permiten conservar ese valioso bien, de lo contrario podemos terminar presos o esclavos de alguna baja pasión. Debemos luchar por conservar y defender las libertades de conciencia, de criterio, de religión, de información, de expresión, y ambulatoria, entre otras, que son las que permiten la autorrealización del ser humano. Bellas canciones como “Velero llamado libertad”, de José Luis Perales y “Qué es la libertad”, interpretada por Francisco Javier, enaltecen esa facultad indispensable para afianzar la dignidad humana. Cuando reflexiono sobre el particular recuerdo: “Qué es la libertad,
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un juego para soñar/que juegas a no perder/y pierdes todo al ganar”. El calvario del inmigrante La nostalgia profunda que sufre el inmigrante por la tierra lejana, ha sido retratada en múltiples canciones. La necesidad de labrarse un mejor futuro para su familia mueve a millones de personas a emigrar, con el consiguiente dolor de dejar atrás a sus seres queridos, a su novia, a sus amigos, al barrio en el que creció, al equipo de futbol de su localidad. La tristeza hace su arribo la noche previa a la partida y se acentúa en el aeropuerto o el puerto bus con los abrazos que se estrechan los que se despiden con la mirada nublada por el llanto. En tierra extraña cualquier noticia del terruño estremece, el himno nacional o ver ondear la bandera de la patria. Habrá compatriotas que prefieran el desarrollo tecnológico y material sobre el paisaje pueblerino, pero habrá quienes añoren todos los días el suelo natal y cobijan la esperanza de volver. Temas como “Mojado” de Ricardo Arjona, “Un ser humano como tú”, de Tato Henríquez, revelan la cruel realidad que viven los inmigrantes que no han legalizado su permanencia en el país de destino, “Aquí está tu tierra”, de Alux Nahualt, invita a volver al suelo patrio; y “Pensalo dos veces Martín”, escrita por Daniel Rucks e interpretada
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por Jaime Turish en el Festival OTI 1986, exhorta a no abandonar el país:
“Tienes el equipaje/itinerario y ya listo el pasaje/tu mama llora en el portal/el calendario le dice que mañana te vas Martin/te vas Martin/dejas tus amigos mejores/la novia de siempre/la tristeza en el jardín/ Pensalo dos veces Martín/donde más vas a ser feliz/Pensalo dos veces Martín, sino en tu propio país/Hicimos una despedida/diez pesos por cabeza/ y se acabó la bebida/tocamos viejas canciones/hablamos de mujeres, parrandas y goles/pero algo raro pasó/y se nublo la sonrisa/como a eso de las dos/ Pensalo dos veces Martín/donde más vas a ser feliz…” La paternidad Vale mencionar “No basta”, de Franco Devita, un conmovedor tema que reivindica el verdadero rol de un padre y enfatiza la importancia de proveer acompañamiento, amistad y comunicación a los hijos y no solo bienes materiales, los cuales no consiguen llenar los vacíos afectivos. Se requiere saber combinar los roles de corrección y figura de autoridad con los de amigo y confidente. Hoy se habla mucho de darles tiempo de calidad a los hijos, es decir, atenderlos con esmero en el corto período en que estamos con ellos, pero quizá eso con frecuencia no basta, y sea
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necesario darles un acompañamiento más exhaustivo y prolongado.
Injusticia social Independientemente de cuál sea el mejor modelo económico o ideario político, si es el capitalista o el socialista, una necesidad insoslayable es combatir la desigualdad y la extrema pobreza, y aunque las canciones del cantautor venezolano Alí Primera alentaron la lucha revolucionaria que dejó tras de sí miles de muertos y desaparecidos, tienen el enorme mérito de visibilizar la triste realidad de privaciones y carencias que sufren los más humildes, alentar el compromiso social con el cambio, denunciar vejaciones a los derechos humanos, y exaltar de los valores patrióticos frente a la injerencia imperial. A diferencia de otros autores, Alí Primera hizo del pueblo su musa en temas memorables como “Casas de Cartón”, “Dale salvadoreño”, “No basta rezar”. Al margen de que sea viable o no la utopía socialista que abrazaba Primera, sus canciones encierran un mensaje de redención humana que debe cambiar conductas y transformar la realidad. Cristo es el camino José Luis Rodríguez “El Puma”, también popularizó canciones que despiertan la espiritualidad, como “Se busca”, que nos invita a buscar a Cristo, y a seguir sus pasos, pues no sabemos a
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dónde vamos y solo él puede darnos la paz y propiciar el cambio que tanto necesitamos, destacando que la compensación es salvación y vida eterna. El cristianismo comienza con la muerte del ego, de la autosuficiencia, y con la humillación y rendición ante el Supremo Hacedor, quien es el único que nos puede prodigar paz interior, gozo y justicia, si seguimos la senda que señala su hijo. La muerte La muerte es un evento tan natural como la vida, es más es la que vuelve valiosa y tan anhelada la existencia, saber que estamos en una carrera contra el tiempo, que cada día más es un día menos en la cuenta regresiva. Sabemos que para cada ser tiempo y vida es conceptualmente lo mismo, al extinguirse la vida se agota el tiempo. Aunque es un hecho inminente que nadie sale vivo de este mundo, vemos la muerte como un tema tabú, fuente de angustia e incertidumbre, más inexorable. Por eso me llaman la atención las baladas románticas que versan sobre ese acontecimiento inevitable que nos marca como seres mortales y perecederos, pienso en dos canciones “¿Por qué se fue?” que alude a una chica que muere en un accidente de tránsito, entonada por Leo Dan y “Adiós sin rosas”, del grupo Mojado: “Hoy me despido de este mundo/con un dolor grande y profundo/ me voy a donde nadie más regresa/ y con infinita 23
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tristeza/quiero decírtelo…/ Mi última mirada, te la dedico a ti/mi último suspiro, será solo por ti/aquí en la tierra este historia terminó/pero en el cielo no…”
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