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SALUD INTERCULTURAL: Biodiversidad y Multiplicidad Cultural
from Agrum 38 (1)
by John Eddowes
Los recursos naturales y las prácticas de salud ancestrales son ampliamente usados en nuestro país, aunque su potencial para el desarrollo de políticas públicas en el campo de la salud ha sido escasamente considerado, a diferencia de lo que ocurre en otros países de la región.
La formación de los profesionales de la salud, entrenados exclusivamente en medicina occidental ligada a la industria farmacéutica, es uno de los legados coloniales que limitan el desarrollo y expansión de las prácticas tradicionales y el uso de plantas medicinales. Estos valiosos recursos son grandes ausentes en universidades y servicios de salud en el país. No han sido estudiados de manera sistemática ni tampoco promovidos considerando su enorme potencial para el cuidado de la salud.
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El año 2012 fue declarado “Año de la Integración Nacional y el Reconocimiento de Nuestra Diversidad” en el Perú. Nuestro país destaca por la gran variedad de formas de vida, exhibiendo casi todos los ecosistemas del planeta. Los pueblos originarios han heredado y recreado conocimientos ancestrales en permanente interacción con su hábitat, enriquecidos con el aporte del mestizaje. Este bagaje ha dado lugar a la “ciencia del vegetalismo” ampliamente difundida en la Amazonía peruana, cuyos exponentes son practicantes especializados que dominan el uso de las plantas medicinales para un sinnúmero de problemas de salud.
18 La perspectiva de Salud Intercultural considera las variables étnicoculturales en el proceso de atención de salud, reconociendo la diversidad de modelos médicos y prácticas
Dr. John Eddowes Villarán E-mail: eddowesj@yahoo.com Telf.: 999-300-218
para el cuidado y restablecimiento de la salud de los pueblos indígenas y mestizos. No obstante, la participación de estos pueblos en la definición y construcción de políticas de salud con un enfoque intercultural constituye aún un desafío.
Una de las dificultades para el estudio de la medicina tradicional es que la forma de acceder al conocimiento desafía muchas veces la comprensión racional, a través de senderos iniciáticos que consideran no sólo la dimensión corporal y mental sino también espiritual de la salud, fruto de una relación armónica con el entorno social y natural. Aquí se ubican, por ejemplo, las experiencias con plantas “maestras” o sagradas, que ayudan a la persona a modificar hábitos y pensamientos perturbadores, favoreciendo un intenso vínculo con las plantas, consideradas seres vivos que ayudan al proceso de curación, y con los cuales prevalece una relación de reciprocidad.
Salud Intercultural en la región
A nivel de Latinoamérica, existen importantes experiencias que buscan una convergencia de la medicina occidental y tradicional en la formación de profesionales y los servicios de salud pública. Tal es el caso de la Universidad de Santiago de Chile (USACH), que ofrece a los estudiantes de ciencias de la salud la posibilidad de optar por una formación en medicina intercultural y la atención a pacientes de pueblos originarios. La Facultad de Ciencias Médicas de la USACH y la Red de Salud Intercultural Mapuche Warriache (“gente de ciudad”) operan un Centro de Medicina Intercultural. Los puestos de salud de los territorios Mapuche son atendidos por médicos y Machis (cu
Ayahuasca
randeras Mapuche), y se promueve la enseñanza de la medicina Mapuche en las escuelas.
En Ecuador, la Universidad Intercultural de las Nacionalidades y Pueblos Indígenas "Amawtay Wasi" tiene entre sus especialidades una Facultad de Ciencias de la Salud y Medicina Intercultural, formando médicos indígenas a partir de una integración respetuosa de sus conocimientos y los conocimientos de medicina moderna. La facultad cuenta con un Consejo de Amautas compuesto por Uwishin, yachaks, chamanes y parteras, todos ellos sabios reconocidos por sus comunidades.
Bolivia cuenta con un Vice Ministerio de Medicina Tradicional e Interculturalidad, cuya misión es “promover, proteger, velar por la preservación y fortalecimiento de las medicinas tradicionales, de acuerdo al conocimiento y sabiduría de las culturas originarias; transversalizar la temática de la interculturalidad
en salud para el diseño e implementación de políticas públicas sectoriales del nivel central y en el nivel descentralizado; formular políticas de modo que se articulen con el sistema público de salud, en un modelo de gestión y atención con un enfoque intercultural en salud”. Desde este espacio, se ha promovido la implementación de la medicina tradicional en los establecimientos de salud del país.
En el caso de México, existen universidades dedicadas a la investigación de plantas medicinas, como ocurre con la Universidad Autónoma Chapingo, que cuenta con un Programa de Medicina Tradicional y Terapéutica Naturista. Este espacio promueve la integración de los conocimientos de científicos y practicantes calificados de medicina tradicional.
En otro contexto, un caso relevante a nivel mundial es el de China, que pudo preservar su medicina herbaria y sus conocimientos sobre acupuntura gracias a la sistematización documentada y el apoyo del Estado.
En el Perú, la falta de voluntad política gubernamental se traduce en una escasa asignación de recursos humanos y presupuestales para la promoción de la salud intercultural. Existen algunos avances importantes, aunque insuficientes, como el enfoque de “adecuación cultural” en los servicios de atención de la salud materna, a través de la norma de parto vertical y la instalación de casas de espera orientadas a facilitar el acceso al parto institucional en las poblaciones rurales a fin de disminuir la mortalidad materna.
La amenaza de la biopiratería
La falta de sistematización, reconocimiento y regulación de los conocimientos y prácticas de medicina tradicional deja abierta la puerta a la amenaza de la biopiratería, es decir, el uso de leyes de propiedad intelectual (patentes y derechos) para un control monopólico sobre recursos genéticos basados en el conocimiento y la innovación de los pueblos indígenas. Principalmente, apropiación y monopolización de conocimientos de las poblaciones tra
dicionales sobre el uso de los recursos naturales. Esto ocurre tanto en la Amazonia como en otras zonas ricas en biodiversidad del planeta, especialmente las áreas tropicales.
Uno de los casos emblemáticos de biopiratería es el de Loren Miller, un estadounidense que obtuvo en 1986 la patente de la ayahuasca. Miller afirmaba haber "descubierto” una nueva variedad de banisteriopsis en un huerto indígena de Ecuador. La patente le otorgaba derechos exclusivos para vender y desarrollar nuevas variedades de ayahuasca. La Coordinadora de las Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica-COICA manifestó que no se harían responsables de la integridad física de Miller si éste se presentaba en los territorios indígenas. La patente fue cancelada en 1999 por la Oficina de Marcas y Patentes de los Estados Unidos, reconociendo que ésta fue otorgaba sobre una planta que tenía conocimientos ancestrales y no representaba innovación alguna. La International Plant Medicine Corporation de Loren Miller está trabajando para generar medicamentos derivados de la ayahuasca en el campo psiquiátrico y cardiovascular.
El Instituto Nacional de Defensa de la Competencia y de la Protección de la Propiedad Intelectual (INDECOPI) ha iniciado un Registro de conocimientos colectivos de los Pueblos Indígenas -los mismos que forman parte del patrimonio cultural de la humanidad-, a fin de tomar medidas para registrar la propiedad intelectual sobre plantas medicinales y sus aplicaciones terapéuticas.
Perspectivas de la salud intercultural en el Perú
dicina tradicional son escasas en general y en la formación de personal de salud profesional y técnico en particular. Como consecuencia, el personal de salud oficial tiene serias dificultades para comprender las diferentes formas de abordar el proceso de salud-enfermedad y para establecer un diálogo respetuoso con la población a la cual tiene el mandato de atender.
La docencia de plantas medicinales debería comenzar en la escuela y continuar en las universidades hasta el nivel de posgrado, abriendo mayor cantidad y calidad las cátedras de medicina tradicional en la formación del personal de salud.
La difusión del uso de plantas y otros recursos naturales para la salud puede promoverse desde los Gobiernos Regionales a través de jardines botánicos que conserven y propaguen las diversas especies en los distintos pisos ecológicos de la región. Asimismo, las Municipalidades, Escuelas y Universidades deberían incluir estos jardines con las especies útiles de su entorno con fines de docencia y difusión. Estos espacios podrían convertirse en los lugares donde los conocedores se reúnan con los aprendices para mantener y acrecentar el conocimiento sobre las plantas y fomentar el interés y vínculo con por las especies vivas y la ecología.
A diferencia de otros países, en el Perú no se ha dado un esfuerzo sistemático por recoger los conocimientos tradicionales en el campo de la salud a fin de profundizar su estudio y promover su incorporación al sistema de salud pública. Ello es especialmente importante dado que la medicina tradicional tiene tantos matices como la geografía y las culturas que habitan los Andes y la Amazonía. Las cátedras de me