Anuario Joly Andalucía 2015: Sociedad

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Sociedad Inmigrantes en España después de la crisis JOSEFINA CRUZ VILLALÓN ● El futuro (demográfico) no es tan oscuro JUAN ANTONIO FERNÁNDEZ CORDÓN ● Ley del aborto, razón de cálculo electoral JOSÉ YÑIGUEZ ● Respuesta del sistema sanitario español a la enfermedad por virus Ébola JOSÉ MIGUEL CISNEROS ● Exámenes genéticos: una nueva medicina MANUEL CONCHA RUIZ ● La Formación Profesional: naturaleza, auge y perspectivas ANTONIO MONTERO ALCAIDE ●

Tiempos difíciles para La Cónsula CRISTINA FERNÁNDEZ ● Una botella en el océano planetario MANUEL LOZANO LEYVA ● La investigación biomédica en Andalucía JOSÉ LÓPEZ BARNEO ● Incentivos a la I+D+i en Andalucía JOSÉ LUIS HUERTAS DÍAZ ● Malos tiempos para las televisiones públicas MANUEL CAMPO VIDAL ● El escaparate de las posturas FRANCISCO A. GALLARDO ● El móvil envuelve la reconversión de la prensa JESÚS OLLERO ● La cocina creativa ISABEL GONZÁLEZ TURMO ● Hacia una iglesia de puertas abiertas RAFAEL PADILLA ● Bergoglio y el caso de pederastia en Granada YENALIA HUERTAS ● La convivencia en el Mediterráneo MARIAM ISABEL ROMERO ARIAS


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Inmigrantes en España después de la crisis Josefina Cruz Villalón Catedrática de Geografía Humana de la Universidad de Sevilla

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a evolución de la economía y de la inmigración/emigración de trabajadores se ha venido comportando como vasos comunicantes. Dejando atrás, ya por histórica, la emigración de trabajadores españoles en el segundo tercio del siglo pasado, en el tránsito del siglo XX al XXI hemos asistido, primero, a la entrada masiva de trabajadores al calor de la expansión económica y, después, a una salida no tan masiva por el impacto de la crisis económica, aunque retardada en su reacción. España, se dijo entonces, era el país que más empleo generaba en la Unión Europea en plena expansión económica; como contrapunto ha sido también el país que más empleo ha destruido en los últimos siete años. Y ello ha tenido su correlato en los flujos migratorios. En la fase expansiva y con una tasa de paro que en ningún momento ha bajado del 8%, el país recibe un elevado contingente de extranjeros que vienen a cubrir la oferta de trabajo. Basten las siguientes cifras para entender la magnitud del cambio: En 2001, aproxi-

en tan solo 21.000 personas. De ahí que hayamos afirmado que los flujos migratorios han reaccionado de forma retardada a la instalación de la crisis entre nosotros. Desde entonces, las salidas de extranjeros superan a las entradas; han sido el principal responsable del crecimiento poblacional que se experimenta entre 2006 y 2010 y de que éste se haya situado en valores negativos en 2012 y 2013, ya que el crecimiento vegetativo se encuentra estancado con tendencia también hacia valores negativos en el corto plazo. Según la información estadística disponible, las tendencias apuntan a una desaceleración de la destrucción de empleo

tornado a sus países de origen, como por la adquisición de la nacionalidad española por una parte de ellos. De este volumen, menos de un 20% podríamos identificarlo con personas inactivas o jubiladas, que se han establecido preferentemente en las zonas costeras mediterráneas, y a quienes la crisis económica ha afectado en menor medida. Más del 80% restante, pues, en torno a 3.600.000 residentes, responden al perfil del inmigrante (y su familia) que busca formar parte del mercado laboral. Nuestra primera conclusión respecto a este vaivén de flujos migratorios es que la última fase expansiva de la economía española ha consolidado la presencia de un

A poco que se reactive nuestra economía, el flujo migratotio retornará de nuevo a valores positivos sin pronosticar exactamanente fechas

Temporeras inmigrantes en un invernadero de la provincia de Huelva.

madamente un millón y medio de extranjeros residían en España (1.572.000 personas) y representaban menos del 4% de la población censada en el país (3,85%). Entonces, al hacer balance del decenio 1991-2001, el propio Instituto Nacional de Estadística aludía a la “masiva entrada de inmigrantes”, pues efectivamente apenas 350.000 extranjeros residían en España diez años antes. ¿Qué decir entonces de los 5.402.000 residentes extranjeros de 2010, que superan el 11,6% de la población del país? Esta fase expansiva de la economía española fue el principal factor del efecto llamada a la inmigración de trabajadores europeos, americanos, africanos o asiáticos. Tal situación se mantuvo hasta el año 2008, cuando el saldo de entradas/salidas de extranjeros superó las 312.000 personas, y todavía es positivo en 2009, si bien

entre los inmigrantes a partir del segundo semestre de 2013 y a una ralentización de la salida de extranjeros de España en 2014, con todas las reservas que haya que tener con respecto a las tendencias. Como hipótesis mantenemos que, a poco que se reactive nuestra economía, el flujo migratorio retornará de nuevo a valores positivos, sin que nos atrevamos a avanzar más sobre fechas en las que podría producirse, ni sobre su intensidad, que también va a depender de cómo y en qué medida el mercado de trabajo absorba el elevado volumen de parados (españoles y extranjeros) hoy existente. En 2014, la cifra de extranjeros residentes en España supera ligeramente los 4 millones y medio de personas; la diferencia con respecto a 2010 se explica tanto por la salida de antiguos inmigrantes que han buscado mejor destino en Europa o han re-

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considerable número de trabajadores extranjeros que han venido para quedarse, que han resistido en los momentos más duros de pérdida de empleo y de falta de perspectivas. En 2007 la población inmigrante ocupada alcanzaba la cifra de 3.349.000 personas, la crisis les ha barrido 730.000 empleos entre 2007 y 2013, y ha dejado reducida su ocupación, por tanto, a 2.620.000 trabajadores. Una pérdida de considerable magnitud, sin duda alguna, con todas las secuelas que ello ha debido suponer en los distintos ámbitos de su vida, incluida la propia subsistencia y la opción por el retorno o un nuevo destino laboral. Pero siendo importante la cifra de las pérdidas, lo es aún más la consolidación de ese volumen de trabajadores inmigrantes ocupados en distintos sectores de la economía española, de la que ya han pasado a formar parte de manera estable, estructural.


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Por tanto, si entendemos que nos encontramos al final del ciclo recesivo, tanto las cifras de la población extranjera residente como las de los inmigrantes ocupados reflejan una misma situación: la crisis les ha afectado de forma directa y proporcionalmente con más intensidad que a la población ocupada española, pero no hemos vuelto a la casilla de partida. La estructura demográfica y laboral del país se ha visto modificada por la permanencia de inmigrantes, inicialmente atraídos por las favorables perspectivas económicas de España y a los que la crisis solo ha expulsado en una parte menor. Desde esa perspectiva de su estabilidad es desde la que debemos valorar la importancia y el papel que estos colectivos van a seguir jugando en nuestra sociedad y en nuestra economía. En sus inicios, su integración en el mercado laboral se realizó en los sectores de actividad menos cualificados, peor pagados, con jornadas laborales más largas, con trabajos más temporales o estacionales, con condiciones laborales más precarias y/o ambientalmente más duras: la agricultura, la construcción, la hostelería y el servicio doméstico constituyeron el destino preferente de los trabajadores extranjeros. La crisis económica ha afectado en particular al empleo de inmigrantes en la construcción. De los 730.000 empleos perdidos entre 2007 y 2013, más de las tres cuartas partes lo han sido en la construcción: fiel reflejo de la hipertrofia del sector y de las débiles bases del ciclo expansivo. La agricultura y el sector servicios apenas han perdido ocupados

A pesar de la crisis, muchos trabajadores inmigrantes se han quedado de forma estable en el país en este periodo o incluso se han incrementado. De este modo puede concluirse también que la crisis, en general, no ha producido el desplazamiento de trabajadores inmigrantes por españoles ahora parados, ni por los jóvenes que no logran incorporarse por primera vez al mercado de trabajo. Ello nos da las claves de cuáles son las actividades económicas para las que la sociedad española demanda la presencia de trabajadores inmigrantes, aún con elevadas tasas de desempleo. Pero, a su vez,estos trabajadores están envejeciendo, por su propia dinámica demográfica natural, pero sobre todo porque la crisis ha expulsado a los inmigrantes más jóvenes. Tal realidad nos lleva una vez más a concluir que, a poco que nuestra economía se reactive, se hará preciso un nuevo contingente de trabajadores inmigrantes extranjeros.

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El futuro (demográfico) no es tan oscuro Juan Antonio Fernández Cordón Demógrafo IECA

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spaña ha despertado del sueño demográfico que alentó la burbuja inmobiliaria y financiera. Después de un rápido crecimiento de la población, muy celebrado por los Gobiernos de turno entre 1999 y 2008, hoy el número de habitantes disminuye porque se marchan más personas de las que llegan a nuestro territorio y porque el número anual de defunciones está a punto de superar al de los nacimientos. Reflejo de la decadencia económica y social en la que nuestro país ha sido sumergido, la demografía parece anunciar un futuro lleno de amenazas. Sin embargo, lo destacable es más bien lo moderado que está siendo el efecto de la crisis en este ámbito. España ha basado su continuidad demográfica en la inmigración, que compensa su endeble fecundidad, y el inconveniente de este modelo es que los movimientos migratorios están muy condicionados por la coyuntura económica y no por la lógica demográfica. El desaforado crecimiento del sector de la construcción y del crédito creó una demanda de mano de obra poco cualificada y mal pagada, que fue cubierta con gran rapidez por la llegada de inmigrantes. Por fortuna, la inversión de la coyuntura no ha tenido un efecto contrario tan radical: la gran mayoría de los que llegaron se ha asentado en España. A final de 2013 había 4.677.000 extranjeros, 4 millones más que en 1998 y, desde ese año han aparecido 1.100.000 españoles más, por concesión de la nacionalidad a extranjeros. Así que la burbuja de 1998-2007, tan desastrosa para la economía, ha tenido efectos positivos para la evolución demográfica. A pesar de todo, para muchos, la demografía, el temido envejecimiento de la población, representa actualmente el principal argumento para recortar el gasto público, en pensiones o en sanidad, por ejemplo. El temor ante el futuro demográfico es compartido por un amplio abanico social, no solo por los “expertos” o los políticos que apoyan la incansable búsqueda de mayores beneficios

para el sector privado. Ni siquiera la social- democracia dispone actualmente de un discurso diferenciado y coherente sobre la demografía. Sin embargo, un análisis no ideologizado de la situación actual y del futuro previsible lleva a desmitificar ese agigantado espectro. El envejecimiento, un proceso normal en todas las sociedades desarrolladas, se debe a dos factores: la disminución de la mortalidad y la disminución de la fecundidad, que configuran un nuevo modelo demográfico. La esperanza de vida al nacer de los hombres en España es ahora de 80 años y de 19 años a los 65. La de las mujeres es de 85,6 años y de 22,9 años, respectivamente. Estos valores están entre los más altos del mundo desde los años ochenta. En el otro extremo, la fecundi-

Niños inmigrantes en un colegio de Málaga.

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SERGIO CAMACHO

dad en España, 1,27 hijos por mujer en 2013, es de las más bajas del planeta y solo supera, en la Unión Europea, la de algunos países del antiguo bloque soviético. Los dos parámetros conducen, por consiguiente, a un envejecimiento acelerado de la población y a su declive, algo que, sin embargo, no se ha verificado hasta ahora, gracias a la inmigración, que compensa el déficit de nacimientos. La proporción de personas mayores, que ha disminuido entre 2000 y 2010, es de 17,7% en 2013, inferior a la media de la UE (tanto de la eurozona como de los 28), equivalente a la de Francia, país en el que se mantiene una fecundidad en torno a 2 hijos por mujer de forma sostenida. El aumento del envejecimiento desde 2010 es un efecto directo de la crisis económica, por la emigración de adultos jóvenes que pro>> voca. Las perspectivas de futuro dis-


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tan de ser tan alarmantes como quie-

>> ren hacernos creer. Es cierto que las proyecciones oficiales, las del INE o de EUROSTAT, prevén un considerable aumento de la proporción de mayores, hasta el 33,4% en 2050, según EUROSTAT, y un correspondiente deterioro de la llamada “ratio de dependencia” (relación entre la población de 65 o más años y la de 15-64) que llegaría a 53,5% en 2040 y 62,5% en 2050, años en los que Grecia y España serán los países más envejecidos de Europa. Hay que objetar, en primer lugar, que estas proyecciones no resultan creíbles, porque son incompatibles con cualquier senda de crecimiento, e incluso de mantenimiento, del PIB en España y en otros países de la UE, que exigirá necesariamente la incorporación de un mayor número de inmigrantes a la población de 15-64 años. Por otra parte, la “ratio de dependencia”, indicador puramente demográfico, tiene escasa relevancia en la situación económica actual de subocupación, en la que solo el 57,3% de los que tienen edad de trabajar goza de un empleo y, de ellos, un 15% a tiempo parcial, mientras un 21% de los asalariados tiene contrato temporal. Es perfectamente posible que el empleo y la producción aumenten, aunque disminuya la población en edad de trabajar: todo depende de la economía. Además, si la tasa de empleo llega a alcanzar un máximo, será posible recurrir a la inmigración, como ha ocurrido anteriormente. No resulta actualmente prudente realizar proyecciones demográficas sin tener en cuenta explí-

citamente la evolución del mercado de trabajo, que a su vez depende de la situación económica. Paradójicamente, la situación de España frente al envejecimiento es en realidad mejor que la de muchos países de la UE, como por ejemplo Alemania, país que deberá recurrir a la inmigración mucho antes que nosotros, si no quiere que disminuya su PIB. Aceptando que nuestra producción puede aumentar, a pesar de la actual perspectiva de una disminución de la población en edad de trabajar (parte esencial del proceso de envejecimiento) solo queda por ver si podrá ser soportada la carga adicional que va a suponer el aumento de personas mayores debido a la disminución, pasada y futura, de la mortalidad. La respuesta de los “expertos” en recorte de las pensiones es que no: según ellos sería necesario dedicar un porcentaje del PIB inasumible para la economía española, en torno al 16% en 2040, el doble del actual, si no se rebajan las pensiones. Que esta previsión sea inasumible es una afirmación arbitraria, que no tiene en cuenta, precisamente, el cambio en la composición por edades de la población. Si, con una proporción reducida de adultos y el doble de personas mayo-

La evolución demográfica futura no es tan fiera como la pintan. Simplemente exige cambios que permitan una redistribución de la riqueza

res, la economía consigue producir al menos lo mismo, la parte del PIB que va a los de más edad debe aumentar proporcionalmente. De lo contrario se producirá una redistribución de la renta a favor de los menores de 65 años, en detrimento de los mayores. Es factible multiplicar por dos la parte del producto que va a los jubilados, sin que disminuya el nivel de vida de adultos y niños. Si, además, tenemos en cuenta el probable aumento de la productividad, el nivel de vida mejorará en el conjunto de la población. Lo que realmente plantea problema no es la demografía sino la tendencia a reducir tanto el empleo como los salarios, que está provocando un trasvase de las rentas salariales hacia las del capital. Con una tasa de empleo mayor podrían reducirse aún más los salarios reales, al amparo de la reforma laboral vigente, ahora sin afectar al nivel de vida, puesto que disminuiría la carga de dependientes adultos (parados e inactivos). De que este excedente vaya a engrosar las rentas del capital o pueda ser dedicado a la población mayor depende el futuro de nuestro sistema de protección social. La evolución demográfica futura no es tan fiera como la pintan. Simplemente exige cambios que permitan una redistribución de la riqueza que no sacrifique el nivel de vida de adultos y niños. Lo más urgente es, sin ninguna duda, desplazar el debate hacia la producción y la distribución de la renta y es probable que las soluciones exijan más Estado. Por desgracia, los vientos actuales no soplan precisamente en esa dirección.

Ley del aborto, razón de cálculo electoral José Yñiguez l penúltimo día del año trajo el dato oficial del número de abortos practicados en España en 2013. La cifra descendió un 3%, situándose en el nivel más bajo desde 2006. Algo que desmiente la tesis de que la todavía vigente ley del aborto del gobierno socialista de Rodríguez Zapatero fuera una invitación a abortar. La modificación de esta ley por otra más restrictiva que no contemplara plazos para abortar legalmente, sino solo en algunos supuestos y bajo informes médicos, era uno de los puntos fuertes del programa electoral con el que el Partido Popular se presentó a las elecciones generales de noviembre de 2011 que ganó con mayoría absoluta. Y uno de los pocos puntos de dicho programa que pronto se intentó cumplir. El nombrado ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, anunció en su primera comparecencia en el congreso el propósito de reformar la ley, pero hasta diciembre de 2013 no dio Rajoy luz verde

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al proyecto (ratificado y modificado el 15 de enero de 2014). De la ley actual a este anteproyecto va un mundo, el que va de una de las leyes más permisivas a una de las más restrictivas en nuestro entorno. Prácticamente se volvía a la ley de 1985. Solo Irlanda y Polonia tienen leyes más estrictas para abortar, mientras que es ilegal en cualquier caso en Andorra, Malta y El Vaticano. Pero el 23 de septiembre de 2014, el presidente del gobierno, Mariano Rajoy, anunció la retirada del anteproyecto de Ley Orgánica de Protección del Concebido y los Derechos de la Embarazada por no haber conseguido el consenso necesario. Ese mismo día dimitía Ruiz Gallardón. Voces críticas desde el inicio, como la de Celia Villalobos, vicepresidenta del congreso, reflejaban la incomodidad del partido en el gobierno ante el anteproyecto presentado. Rajoy indicó del anteproyecto que solo salvaría la necesidad del consentimiento paterno para abortar a las menores de 16 años. Para intentar calmar a su electorado

se incluyó ese punto dentro del proyecto de Ley de Protección a la Infancia, a pesar de que el informe del Consejo de Estado no aprueba esta vía. De esta forma, y tal y como adelantó el nuevo ministro de Sanidad, Alfonso Alonso, esta norma tampoco se aprobaría antes de que terminara el año. Pero aun se mantiene el recurso de inconstitucionalidad de la ley vigente desde junio de 2010, que parece que el tribunal constitucional no tiene prisa en resolver. El indudable malestar de algunas personas del PP con el anteproyecto de Ruiz Gallardón lastró el desarrollo y aprobación del mismo, pero lo que acabó dándole el golpe de gracia fueron las encuestas que indicaban la perdidas de votos del PP, sobre todo tras la irrupción de Podemos en las elecciones europeas de 25 de mayo de 2014. Mientras tanto, las asociaciones pro vida desarrollan campañas activas para revocar la decisión del Ejecutivo, amenazando con no votar al PP en las próximas elecciones generales de 2015 y asegurando que si no rectifican perderán por esta causa unos 2 millones de votos.



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SOCIEDAD SANIDAD

Respuesta del sistema sanitario español a la enfermedad por virus Ébola José Miguel Cisneros Herrero Médico

a Enfermedad por Virus Ébola (EVE) es una enfermedad infecciosa aguda y transmisible, que tiene una mortalidad elevada, y para la que no existen vacunas ni tratamientos eficaces. La EVE no se transmite por el aire, como la gripe o la tuberculosis, ni tampoco por el agua ni con la comida, solo se transmite al tocar la sangre, las secreciones o los fluidos corporales de una persona enferma o muerta por esta infección u objetos contaminados por ella. Tiene un período de incubación de 2 a 21 días tras el cual se manifiesta por fiebre, dolores musculares, cefalea y debilidad, y en pocos días se añaden vómitos, diarrea y ocasionalmente fenómenos hemorrágicos. Desde que fue descrita en 1976, en la República Democrática del Congo, cerca del río Ébola, ha causado numerosos brotes limitados en extensión e intensidad a zonas rurales del Africa Occidental. El actual se inició a finales de 2013 en Guinea Conakry y se extendió a Sierra Leona y Liberia. Desde entonces sigue sin control en estos países donde ha ocasionado 11.288 casos confirmados de enfermedad y 6.388 muertes (57% de mortalidad). De manera puntual se han producido casos secundarios en otros países: Nigeria (19), Senegal (1), Mali (7), Estados Unidos (4) y España (1). A pesar de la extraordinaria magnitud de este brote, la respuesta internacional ha sido insuficiente y tardía para una enfermedad transmisible y letal como ésta. Cuando el día 23 de marzo de 2014 el Ministerio de Sanidad de Guinea Conakry declaró el brote a la OMS, ya habían pasado tres meses desde inicio del mismo. Y cuando el día 8 de agosto la OMS declaró que el brote era una emergencia de salud pública de importancia internacional, ya había causado 1779 casos y 961 muertos. En España la respuesta también ha sido tardía y ha estado plagada de errores. Cuando el Gobierno creó el Comité Especial para la gestión de la EVE, el día 10 de octubre de 2014, ya habían pasado dos meses desde la repatriación del primer paciente (7 de agosto). Y para atenderle tuvo la ocurrencia de desalojar a todos los pacientes ingresados en el hospital Carlos III, una decisión equivocada porque no

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hay razones médicas que la justifiquen, ya que este virus solo se transmite por contacto. Esta acción desmesurada y costosa aumentó además el nivel de histeria colectiva con el que reacciona nuestro país al comienzo de las crisis de salud pública; recuerden la gripe aviar, por ejemplo. La información oficial antes de la creación del Comité Especial fue un desatino continuo que incrementó la espiral de miedo colectivo y que culminó con las miserables declaraciones del Consejero de Sanidad cul-

A pesar de la magnitud de este brote, la respuesta internacional ha sido insuficiente y tardía para una enfermedad transmisible y letal

El equipo médico que atendió a la auxiliar de enfermería contagiada con el virus del Ébola , Teresa Romero. / EFE

pando a la auxiliar de enfermería del contagio, declaraciones que en un país normal habrían supuesto su cese fulminante. Por el contrario, nada dijo de una cuestión clave: ¿los profesionales que atendieron a los dos pacientes con la EVE habían recibido y adquirido la formación y el entrenamiento apropiados para ello?; entrenamiento del que es preciso recordar era y es responsable la propia Consejería. Esta información, que inexplicablemente sigue sin conocerse, es necesaria para la seguridad de los profesionales que componen

los equipos de la EVE y que se están entrenando en diferentes hospitales españoles, porque de ser NO la respuesta, alejaría las dudas de si los trajes de protección individual y los protocolos de colocación y retirada de los mismos son o no son seguros. Este proceder oscuro de nuestros responsables políticos contrasta con el de las autoridades del hospital de Tejas en el que se produjo también transmisión del virus al personal sanitario, que reconocieron públicamente y sin demora que sus equipos no estaban adecuadamente preparados. Las diferentes autonomías, y sus respectivos sistemas de salud, han puesto en marcha la preparación de centros y equipos específicos para hacer frente a posibles casos de EVE. Para evitar que los errores previos se repitan y se produzcan nuevos casos secundarios de enfermedad, es imprescindible acreditar que cada uno de estos centros reúne todas las condiciones necesarias: la estructura, los equipos de protección individual y el equipo humano formado y entrenado para hacer frente a la EVE. Y es responsabilidad de las administraciones autonómicas facilitar las estructuras y el equipamiento a los profesionales para que puedan entrenar y en su caso hacer el trabajo con la máxima seguridad. En contraste con la nefasta gestión política de la crisis del Ébola, están el comportamiento ejemplar del grupo de profesionales que, arriesgando su vida, decidieron atender a los pacientes con el virus Ébola; y su alto grado de competencia científicotécnica, que consiguió la recuperación de la sanitaria enferma. Profesionales sanitarios que tras la creación del Comité Especial han traído también la serenidad a los ciudadanos transmitiendo la información con conocimiento y propiedad, como debía haber sido desde el principio si les hubieran dejado hacer su papel. La crisis del Ébola ha puesto otra vez de manifiesto la incapacidad de nuestro país para responder en tiempo y forma a las crisis de salud pública. Para evitarlo, es imprescindible que las autoridades sanitarias: a) tengan en cuenta, desde el principio, los criterios técnicos de los profesionales más cualificados en las diferentes disciplinas de las enfermedades infecciosas y los antepongan a las razones políticas y a la presión mediática; y b) que los responsables de los diferentes sistemas sanitarios se pongan de acuerdo para preservar la salud de todos los ciudadanos de la que son responsables, porque el virus Ébola, como el de la gripe, no entiende de fronteras ni de autonomías.


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SANIDAD SOCIEDAD

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Exámenes genéticos: una nueva medicina Manuel Concha Ruiz Catedrático de Cirugía Cardiovascular

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l genoma humano es el material genético que define la naturaleza del ser humano, cada persona es diferente y tiene características únicas que la hacen diferente, esas características son dadas por los genes, que son heredadas de nuestros padres. Los genes están conformados por ácido desoxirribonucleico (ADN), a todo el ADN de un organismo se le llama Genoma Humano y está constituido aproximadamente por 23.000 genes. Si bien el 99% de una secuencia de ADN es idéntico de una persona a otra, el 1% los hace diferentes y esas diferencias en los genes provocan grandes cambios en la salud. Ello ha abierto una nueva rama de la medicina conocida como Medicina Genómica. El conocimiento integral del genoma humano hace cada vez más evidente la diferencia entre genética tradicional, que estudia genes o grupos relativamente pequeños y la genómica, dedicada al estudio integral de los genomas que abarcan a todos los genes de una especie. El primer análisis del genoma humano o primer “borrador”, se publicó en el año 2001. El 14 de Abril de 2003 se anunció la culminación del Proyecto Genoma Humano (PGH), financiado por el gobierno de Estados Unidos y publicado en la revista Nature. Poco después a finales del año 2007, se publica el análisis genómico prácticamente completo de un individuo estadounidense realizado por la compañía Celera Genomics, en la revista Science. Todo ello representa una nueva fase en el conocimiento de la Genómica humana personalizada, que se consiguió tras muchos años de trabajo de numerosos científicos, con gran apoyo técnico y de medios. Una de las principales aplicaciones de haber descifrado el código genético, es el valor de prevenir y tratar afecciones patológicas que antes no podían ser dilucidadas. La prevención de las enfermedades es la gran victoria, y merece ser situada en la vanguardia de la terapéutica moderna. La genómica abre las puertas a nuevos enfoques y nuevas formas de medicina, permitiendo una medicina personalizada que se adelanta al diagnóstico clínico y que permite personalizar el tratamiento. El diagnóstico genético preventivo puede predecir el riesgo de aparición de una futura enfermedad. Es el caso de las enfermedades metabólicas hereditarias, que

son consecuencia de alteraciones bioquímicas de origen genético, su frecuencia es baja, por lo que entran dentro de las llamadas “enfermedades raras” que son muy numerosas y variadas con gran impacto en la morbilidad y mortalidad de la población, y que detectadas a tiempo pueden tener un tratamiento efectivo. Es el caso de la fenilcetonuria, que conlleva alteraciones neurológicas y se puede conocer precisamente por la llamada “prueba del talón” que se hace a todos los recién nacidos en la primera semana de vida, y puede tener un tratamiento efectivo que evite dichas alteraciones neurológicas. Hace más de tres décadas destacados científicos intuyeron que la biología molecular también podía aportar nuevas respuestas al problema del cáncer, ese conocimiento molecular detallado de los tumores malignos representaron un paso decisivo hacia la instauración de “tratamientos individualizados” para cada tumor en cada paciente. La “farmacogenética” es la ciencia que estudia las variables genéticas específicas de cada paciente, lo que permite determinar no sólo el medicamento que mejor se adapta a ese perfil genético, sino así mismo orientar la dosis más eficaz y menos tóxica. Como decíamos, el diagnóstico genético preventivo, permite predecir el riesgo de aparición de una futura enfermedad. En los campos que más se ha avanzado es en el de las enfermedades metabólicas hereditarias de origen genético (“enfermedades raras”), que tienen un gran impacto sobre la salud de las personas y que diagnosticadas a tiempo pueden tener un tratamiento efectivo, como antes señalábamos. Los avances metodológicos de la última década han contribuido a detectar más de 30 enfermedades metabólicas hereditarias. Así mismo se ha avanzado mucho en el

diagnóstico genético de enfermedades cardiovasculares (miocardiopatías que provocan muerte súbita, desarrollo de aneurismas, enfermedades de las coronarias, etc.), ese avance ha sido muy evidente en determinados tipos de cáncer (cáncer de mama, colon, genito urinario, etc.). En el caso del cáncer de mama sabemos de las limitaciones de los estudios radiológicos habituales, como la mamografía. Los estudios inmunogénicos permiten diagnosticar más frecuentemente y detectar hasta en un 75% los casos negativos de una mamografía. Los estudios genéticos permiten obtener información necesaria para decidir cómo actuar ante esas enfermedades, no sólo en cuanto al tratamiento, sino también la forma de herencia, el estudio familiar, o evitar su transmisión a la descendencia. Por otro lado gracias al desarrollo de las técnicas de secuenciación de ADN durante los últimos años, han permitido que dejen de ser unas técnicas destinadas exclusivamente a la investigación científica. Lo que hace años era una técnica extraordinariamente costosa en tiempo y dinero, ha pasado a una rutina que se aplica en los laboratorios de diagnóstico genético. Determinar la secuencia de ADN de una parte del genoma de una persona y analizar su significado biológico es, por tanto, una tarea que se puede realizar en pocos días, lo que permite diagnosticar las enfermedades genéticas con relativa facilidad. Sin duda las investigaciones en medicina genómica tendrán un gran impacto económico, político y social en la detección y prevención de enfermedades, sin embargo todo ese conocimiento quedaría en parte malogrado si no se crea una cultura de la prevención y el cuidado de la salud y no se cambian los hábitos y estilo de vida no saludables.

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SOCIEDAD EDUCACIÓN

La Formación Profesional: naturaleza, auge y perspectivas Antonio Montero Alcaide Inspector de Educación. Profesor de la Universidad de Sevilla

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a Formación Profesional no es ajena a los cambios que, en la ordenación básica del sistema educativo, genera la alternancia de los gobiernos, ante la ausencia de consensos y acuerdos estables de la que adolece tal sistema en las casi cuatro décadas –cuarenta años parece tener otra connotación- de democracia. Por

exigencia académica de acceso que a éste: el título de Graduado en Educación Secundaria Obligatoria. Del mismo modo, frente a los niveles progresivos de la antigua FP, con la LOGSE se establecen ciclos formativos de grado medio y de grado superior (el acceso general a estos últimos requiere el título de Bachiller), que no responden a una lógica de progresión, sino al distinto y específico carácter de las competencias profesionales para cuya adquisición forman los distintos ciclos. Pues bien, el auge creciente de la FP, vinculado a su relevancia académica y profesional, es apreciable. Si se considera la evolución del alumnado matriculado en FP, en el periodo que va de los cursos

Cultura y Deporte. Otros datos, en este caso del Sistema Estatal de Indicadores de la Educación 2014, confirman este auge: del curso 2002-2003 al 2011-2012 la tasa bruta de acceso a los ciclos formativos de grado medio crece del 24,6% al 42,3% (18 puntos), al grado superior del 23,6% al 36,6% (13 puntos), mientras que, en el caso del Bachillerato, solo lo hace del 61,7% al 63,8% (2 puntos). El incremento del acceso a la Formación Profesional, además por circunstancias como la crisis económica y el ingente desempleo juvenil, tiene asimismo razón en los “niveles de referencia del rendimiento medio europeo”, dentro del marco estratégico del programa de la Unión Europea (UE), Educación y For-

Aulas y talleres de Formacion Profesional del IES Virgen de las Nieves Granada. / PEPE VILLOSLADA

ello, el análisis de la naturaleza, el auge y las perspectivas de futuro de la Formación Profesional (FP), objeto de este artículo, parte de los antecedentes que dan paso a la configuración de la FP actual y a las expectativas venideras. Puede afirmarse así que la promulgación de la Ley de Ordenación General del Sistema Educativo (LOGSE), en 1990, produjo una modificación sustantiva de la naturaleza de la FP, generalmente considerada como vía para el alumnado que no obtenía la titulación básica (entonces el Graduado Escolar de la Educación General Básica), y que se constituyó como opción alternativa al nuevo Bachillerato, pero con la misma

Para 2020, la proporción de abandonos prematuros de la educación y la formación deberá estar por debajo del 10%. En 2013 fue del 23,5% 2003-2004 a 2013-2014, en todo el Estado, el incremento es de más de 105 000 alumnos en el grado medio (de 229.005 a 334.055) y de casi 80.000 en el grado superior (de 234.461 a 314.380), a partir del informe Datos y cifras. Curso escolar 2014-2015, del Ministerio de Educación,

mación 2010, reformulado hasta 2020. En este caso, uno de esos valores de referencia establece que, para 2020, la proporción de abandonos prematuros de la educación y la formación (población con edades comprendidas entre dieciocho y veinticuatro años que solo tiene enseñanza media inferior o menos y no ha continuado en actividades de educación y formación) deberá estar por debajo del 10%. España, con datos de 2013, tiene el dato más alto de abandono escolar temprano de la UE (28): 23,5% frente a una media de 11.9%; y Andalucía, en ese mismo año, se sitúa entre las comunidades con mayor índice: 28,4% frente al 23,5% de media.


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EDUCACIÓN SOCIEDAD

La naturaleza de la Formación Profesional en el sistema educativo, algo adelantada al comienzo, se precisa a partir de la estructura que considera, tras su promulgación a finales de 2013, la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa. Además de los ciclos formativos de grado medio y de grado superior, se establece un ciclo de formación profesional básica, alternativo a la Educación Secundaria Obligatoria (ESO), todos ellos con periodos de formación en centros de trabajo, y dos itinerarios en el último curso de ESO que vinculan con las enseñanzas académicas del Bachillerato y las aplicadas de la Formación Profesional, previa superación de una prueba final (las conocidas como “reválidas”). Cuestión relevante asimismo es la configuración de la Formación Profesional dual en el sistema educativo español, entendida como “el conjunto de acciones e iniciativas formativas que, en corresponsabilidad con las empresas, tienen por objeto la cualificación profesional de las personas, armonizando los procesos de enseñanza y aprendizaje entre los centros educativos y los centros de trabajo”. Luego, sin obviar las probables y reiteradas modificaciones del sistema educativo con las alternancias en el gobierno que determinen los procesos electorales, pueden advertirse algunas perspectivas relevantes: acompasar el incremento de la demanda en el acceso a la FP con la permanencia de los alumnos en las enseñanzas (es alto el abandono en el grado medio) y, sobre todo, con la titulación final (tan solo la consiguieron, en el curso 2011-2012, el 22,4% del alumnado de grado medio y el 22,6% del grado superior); equilibrar la flexibilidad en las modalida-

El auge de la Formación Profesional está vinculado de forma apreciable a su mayor relevancia académica y profesional des de acceso (con requisitos académicos, mediante pruebas o cursos) con la relevancia formativa de las enseñanzas de FP; ajustar la oferta y el acceso a los ciclos con las calificaciones de los distintos títulos profesionales, en mayor medida que a la progresión entre grados –básico, medio y superior–; e implantar la formación profesional dual entre centros y empresas en el ámbito del sistema educativo. El desarrollo de la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa así como la promulgación de la Ley de Formación Profesional en Andalucía ponen marco a estos “deberes”, finalmente, para el presente 2015.

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Tiempos difíciles para La Cónsula Cristina Fernández os problemas no aparecieron este año. Las subvenciones que no llegan en su momento, las nóminas impagadas y las deudas a proveedores comenzaron a azotar a la Escuela de Hostelería de Málaga La Cónsula ya a finales del curso 2012-2013. Era el momento del traspaso de las competencias desde Empleo a Educación y la excusa de este funcionamiento irregular en un centro con 20 años de historia estaba servida. Las dificultades trascendieron al ámbito educativo y los alumnos empezaron el curso con dos meses de retraso. Cuando parecía que la actividad se normalizaba, en mayo de este año la Junta pidió a La Cónsula la devolución de 575.330 euros correspondientes a 2008 que consideraba no justificados correctamente. Se trataba de gastos de limpieza, seguridad y otros derivados del mantenimiento que el centro había hecho a cargo de los fondos europeos, como venía haciendo con la Consejería de Empleo. Mientras que no se resolviese este escollo, no llegaría la subvención. Sin ella, tampoco se podían cobrar los sueldos. El restaurante atravesó tales dificultades ante la escasez de género que plantearon su cierre anticipado. El Ayuntamiento de Málaga, administración que formaba en un 20% el consorcio, salió al rescate y aportó algo más de 213.000 euros con el propósito de pagar las nóminas atrasadas y los seguros sociales de los empleados. La Junta, por su parte, solicitó un préstamo de 700.000 euros con el objetivo de cubrir los salarios hasta finales de año. Desde entonces, es el único centro de estas características en el que sus profesionales se encuentran al día de pagos. En otros centros, como por ejemplo en la Escuela de Hostelería de Benalmádena, llevan seis meses sin cobrar. En verano se anunció que la gestión del centro formativo malagueño, al igual que de la decena de consorciosescuela andaluces salvo el CIO Mijas, al que la Junta ha dejado fuera por el momento, iba a depender en exclusiva de fondos propios de la Junta de Andalucía. Ello suponía un cambio de modelo y el paso de los trabajadores a ser personal laboral dependiente del antiguo ente público Infraestructuras y Servicios Educativos (hoy Agencia Andaluza de Educación y Formación). Pero para ejecutar esto, es necesario liqui-

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dar los consorcios y no todos los procesos están siendo sencillos. El Ayuntamiento de Málaga aprobó en el pleno del 30 de octubre la disolución del Consorcio aunque condicionado a la liquidación de las cuentas desde 2011 a la actualidad y a la creación de una comisión mixta para velar por el nivel de excelencia de la formación. Aunque con críticas por parte del Consistorio y denuncias de desfase en las cuentas, el pasado 14 de noviembre se aprobó la disolución del consorcio de La Cónsula. De esta forma se convierte en la escuela que parte en la mejor posición para el cambio hacia el nuevo modelo que se pondrá en marcha en enero. No obstante, estos vaivenes han provoca-

Cocina de la Escuela de Hostelería La Cónsula. / SERGIO CAMACHO

do la paralización de la actividad formativa tanto en La Cónsula como en el resto de centros. Y eso a pesar de que Educación aprobó la selección de alumnos para empezar el curso en septiembre. El 9 de septiembre inició su formación el segundo curso. Pero el día 22, fecha prevista para el comienzo de primero, los alumnos fueron recibidos por los docentes para explicarles que no podían ingresar en el centro. Como el resto de alumnos andaluces no podrán volver a las aulas hasta enero. Un trimestre perdido -y reclamado en diversas manifestaciones- que tendrán que recuperar a marchas forzadas si en verano quieren hacer prácticas en el sector hostelero.

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Una botella en el océano planetario Manuel Lozano Leyva Catedrático de Física Atómica, Molecular y Nuclear de la Universidad de Sevilla

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a hazaña científica y técnica del año 2014 ha sido el aterrizaje de un artefacto robótico europeo en un pequeño y remoto cometa después de un viaje de más de diez años. Los nombres de las principales máquinas son sugerentes: el cohete Ariane, la nave Rosetta y el robot Philae; y el del objeto natural, el cometa, extraño: 67P/Churyumov-Gerasimenko. ¿Cuáles han sido los méritos de esta misión espacial? Hagámonos una idea primero de los científicos y después de los técnicos. Hace 4.500 millones de años, cuando nuestro universo tenía ya la respetable edad de 9.320 años, una nube oscura vagaba por una de sus centenares de miles

de millones de galaxias, la Vía Láctea. La nube, remanente de la agonía de una de los centenares de miles de millones de estrellas (sí, el mismo número de ceros tiene el número de galaxias que el de las estrellas que forman cada una de ellas) se vio sacudida por la muerte explosiva de otra estrella. Eso desencadenó que la nube colapsara, es decir, que todo su material se desplomara hacia su centro contrayéndose y calentándose hasta tal punto que se desencadenaron las reacciones nucleares que dieron vida a una nueva estrella: el Sol. De este se desprendieron jirones de material ardiente. Muchos de ellos se aglomeraron formando poco a poco planetas, uno de los cuales se situó a una dis-

El cometa destino del viaje tiene un tamaño máximo de unos 4 kilómetros, está a unos 500 millones de kilómetros y se desplaza a 135.000 km/h

La sonda ‘Philae’ aterriza en un cometa a 510 millones de kilómetros. / ARCHIVO

tancia que permitió que en él apareciera la vida. La fortuna de este pequeño mundo vino sobre todo de que infinidad de minúsculos guijarros que no se aglutinaron entre sí impactaron sobre él trayendo algo precioso: agua. Y quizá incluso las moléculas embrionarias de lo que sería la vida. La composición y morfología de ese planeta (y todos los demás) evolucionaron mucho, pero aquellos pedruscos solitarios, los cometas, que no chocaron con ningún otro objeto celeste se mantuvieron inalterados desde que se desgajaron de la estrella primigenia. Estudiar de cerca uno de ellos nos daría por tanto información valiosísima del sistema solar primitivo. Esta es la hazaña científica que se pretendía. La técnica puede que sea aún más fascinante. El cometa destino del viaje, descubierto en 1969 por los astrónomos soviéticos Klim Ivanovych Churyumov y Svetlana Ivanovna Gerasimenko, tiene un tamaño máximo de unos 4 kilómetros (km) y está a unos 500 millones de km. Se desplaza a 135.000 km/h. El Pacífico tiene un


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tamaño máximo de unos 20.000 km y una botella unos veinte centímetros. Si se comparan el océano y la botella con el espacio interplanetario y el cometa, se verá que la hazaña de encontrar a este es miles de veces más difícil que dar con una botella en la inmensidad oceánica. Y mayor aún es aterrizar suavemente en él con instrucciones programadas y con una comunicación posterior con la nave que tarda una media hora en llegar hasta ella. La cual responde con equipos que tienen menos potencia que una bombilla doméstica: 32 vatios. Todo ha ido bien salvo que el lugar en que ha quedado alojada la Philae, pequeño contenedor de instrumentos de apenas un metro cúbico, es una oquedad a la que no llega suficiente luz solar para alimentar de electricidad a su transmisor. Habrá que esperar hasta agosto para que

Científicos, ingenieros y empresarios de 15 países han estado detrás de esta proeza y han desarrollado destrezas que suelen ser fuente de riqueza sus paneles solares le den vida y nos transmita la preciosa información que esperamos de ella. ¿Y todo esto para qué? Para aprender sobre nuestros orígenes y el universo que nos acoge. Este motivo sería suficiente, pero además, piénsese que todos los científicos, ingenieros, empresarios y trabajadores de los quince países que han estado detrás de esta proeza han desarrollado unas destrezas que siempre han mostrado ser fuente de riqueza económica. Cada euro invertido en la investigación científica y técnica suele generar varios euros, a veces muchos, al aplicar los conocimientos adquiridos en diversas industrias tecnológicas. Es lo que podemos esperar los españoles del Instituto de Astrofísica de Andalucía, del Instituto Nacional de Técnicas Aeroespaciales, de la Universidad Politécnica de Madrid y de varias empresas punteras del sector aeroespacial que han intervenido en el proyecto. Al robot Philae le viene el nombre de un obelisco bilingüe que junto con la trilingüe piedra Rosetta (nombre de la nave que lo llevó al cometa) permitieron descifrar los jeroglíficos de la enigmática y milenaria cultura egipcia. El bello nombre del cohete que los transportó viene de la mitológica Ariadna, cuya ayuda fue decisiva para que el hombre venciera al Minotauro de la ignorancia y hallar la salida del laberinto tras lucha desigual. Todos los europeos nos debemos sentir orgullosos de la hazaña protagonizada por Ariane, Rosetta y Philae.

SOCIEDAD

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La investigación biomédica en Andalucía José López Barneo Catedrático de la Universidad de Sevilla y Director del Instituto de Biomedicina de Sevilla

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urante las últimas décadas el desarrollo socioeconómico de España ha ido acompañado de la creación de un sistema de investigación y desarrollo (I+D) que, aunque con limitaciones, es único en nuestra historia. Incluso en una región como Andalucía, con atraso secular y con muy poca tradición científica, se han creado numerosos centros de investigación y existen en diferentes campos del conocimiento grupos con reputación internacional. En la investigación biomédica, Andalucía ocupa la tercera posición dentro del ranking nacional por detrás de Cataluña y la Comunidad de Madrid. A pesar de este éxito indudable los científicos hemos denunciado repetidamente que el sistema –creado en la década de los 80- tiene defectos graves que deben corregirse ya que son incompatibles con la ciencia altamente competitiva del siglo XXI realizada en un mundo cada vez más globalizado. Los problemas del sistema de I+D español no se deben solamente al déficit crónico de financiación pública y privada sino a aberraciones estructurales que podrían subsanarse con reformas relati-

vamente simples. Por razones difíciles de entender estas reformas no se acometieron durante los periodos de bonanza económica y la crisis actual, con la merma de la inversión en I+D, se ha encargado de mostrar la necesidad de las mismas de forma todavía más evidente. Dentro de la brevedad que impone este artículo se analizan a continuación los cambios que en mi opinión son más necesarios. El sistema español de I+D nunca ha contado con una financiaciónestable cercana al 3% del PIB, cifra recomendada desde hace tiempo por los organismos internacionales. Este defecto crónico se ha agravado con la crisis, ya que los recortes en la inversión castigan especialmente a los grupos liderados por científicos jóvenes que, aunque están bien formados, se encuentran en las fases iniciales de sus carreras investigadoras y disponen de pocos medios. Sin embargo, aunque el incremento de la financiación es necesario para el mantenimiento y expansión del sistema de I+D, no creo que en el medio plazo ello condujese a un cambio sustancial en el mismo si los recursos no se emplean de forma acertada. Aunque Andalucía se ha distinguido de otras comunidades autónomas por haber apoyado la investigación y la educación superior, particularmente en el campo de la biomedicina, creo que este esfuerzo ha pecado de excesiva uniformización y descoordinación. Además, decisiones importantes sobre la creación de plazas y centros de investigación, en ocasiones con muy alto coste, se han tomado de forma arbitraria –a veces para captar un puñado de votos >> o contentar a poderes fácticos auto-

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Instituto de Biomedicina del hospital Virgen del Rocio. / JUAN CARLOS MUÑOZ

nómicos o estatales– sin el necesario

>> análisis y valoración técnica de las personas mejor preparadas. La captación de capital humano basada en los principios del mérito, la incentivación y la internacionalización, debe ser el eje central de cualquier reforma del sistema de I+D. Sin buenos científicos, no sirven para nada los edificios, las infraestructuras o los gestores. Son los investigadores, con su esfuerzo y creatividad individual, los que consiguen proyectos competitivos con alto nivel de financiación. La realidad actual es que Andalucía no es capaz ni siquiera de incorporar a investigadores en los que invierte durante su periodo de formación. Igualmente preocupante es que Andalucía (y España) están dejando de ser interesantes para los investigadores más brillantes. Algunos científicos, todavía pocos, comienzan a optar por el atractivo laboral e intelectual, e incluso las oportunidades para la familia, que ofrecen instituciones del Reino Unido o Alemania y prefieren vivir a dos horas en avión de Andalucía en vez de soportar nuestra más pobre realidad cotidiana. En el campo de la investigación biomédica es urgente que Andalucía ponga en marcha un programa de captación de capital humano –investigador, docente y clínico- de calidad, regido de forma independiente por científicos, similar al ICREA que tan exitoso ha sido en Cataluña. Igualmente, debería potenciarse que

Es urgente para Andalucía un programa de captación de investigadores regido de forma independiente por científicos investigadores jóvenes bien formados ocupen plazas académicas en áreas de conocimiento cercanas a su especialidad que han sido incapaces (o no han podido) renovarse y por ello carecen de personal con el necesario nivel de calidad. Es difícil, y creo que poco eficiente, que Andalucía pretenda alcanzar niveles altos de competencia en todas las áreas del conocimiento. Es necesaria una diferenciación hacia campos donde las capacidades existentes favorezcan la innovación y la transferencia. Andalucía es relativamente fuerte en Biomedicina pues cuenta con grupos de investigación de calidad y un sistema sanitario amplio, bien organizado y distribuido en toda la Comunidad. De hecho, Andalucía ha sido, junto a Cataluña, pionera en la creación de centros de investigación multiinstitucionales –como el IBiS o IMIBIC- junto a los grandes hospitales universitarios donde se aúnan los esfuerzos de investigadores de las universidades (Sevilla y Córdoba, respectivamente) el Servicio Andaluz de Salud y, en el caso de

IBiS, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Estos centros han demostrado ser altamente competitivos y de su mantenimiento y desarrollo depende en gran medida el avance de la investigación biomédica en nuestra Comunidad. La investigación científica tiene que desenvolverse en un ambiente de absoluta autonomía y por ello los centros de investigación deben tener un sistema de gobierno independiente, con una gestión eficiente al servicio exclusivo de los investigadores. La forma más eficaz de acabar con la ciencia es desincentivando a los investigadores, mediante la imposición de trabas administrativas a la ejecución de los proyectos o la intromisión de los políticos en decisiones y tareas que deben ser técnicas. Naturalmente, la autonomía y flexibilidad en la gestión deben estar correspondidas con un proceso de rendición de cuentas que mediante el sistema de evaluación científica determine la productividad de los recursos invertidos en investigación. Los tiempos de crisis, aunque duros, pueden ser aprovechados para hacer examen crítico de lo que se ha hecho anteriormente. En el contexto de los deseos regeneracionistas de la actual administración andaluza, deberíamos revitalizar nuestro Plan Andaluz de Investigación, pionero cuando se ideó, de forma que sirva de fundamento para un nuevo impulso a la investigación científica en Andalucía.



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Incentivos a la I+D+i en Andalucía José Luis Huertas Díaz Doctor en Ciencias Físicas. Catedrático de Electrónica

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a Investigación pasa en estos momentos en España por una situación especialmente difícil. Esto no significa que en tiempos de bonanza económica el escenario haya sido ideal, sino que ahora se han agudizado los problemas estructurales que el sistema de I+D+i español arrastra desde hace tiempo. Las reformas diseñadas y aplicadas en los años ochenta del siglo pasado significaron un antes y un después en la organización y estructuración de nuestra investigación. Sin embargo, a partir de 1992, su evolución ha estado sujeta a vaivenes que le han restado capacidad y han ido lentificando su crecimiento. Sin duda, nuestro nivel científico ha mejorado mucho, pero el conjunto sigue careciendo de la fortaleza y vitalidad que exhibe en países con los que debemos compararnos. Esto se nota especialmente en momentos como los actuales en los que la seria disminución de la financiación pública y privada está minando las raíces de nuestro sistema público de I+D, especialmente en lo que se refiere a la incorporación de científicos jóvenes que puedan contribuir a enriquecerlo. A lo largo del período que va de 1988 a la actualidad, la Junta de Andalucía ha aprobado y llevado a cabo cinco planes de investigación, desarrollo e innovación (I+D+i); desde el primer PAI (aprobado en 1989)) al PAIDI cuya vigencia se extendió hasta el pasado año, ha habido una evolución positiva en numerosos aspectos. En este sentido, hay que señalar que los esfuerzos llevados a cabo en los últimos cinco lustros en Andalucía han dado lugar a una mejora sustancial de los indicadores más importantes usados para medir el grado de desarrollo de la ciencia en una comunidad. Las publicaciones de calidad, las patentes, la captación de fondos de fuera de nuestra región o, simplemente, el número de doctores que existen hoy día indican un grado de éxito indudable. Sin embargo, no podemos darnos por satisfechos, toda vez que el mundo de la ciencia es altamente competitivo y dinámico. Detectar nuestras debilidades y aprovechar nuestras fortalezas son acciones imprescindibles para conseguir progresar. Por ello, cabe establecer una comparación con el nivel de cambio que se ha producido en otras comunidades autónomas, así como en el marco nacional y europeo, con espíritu constructivo pero con la necesaria capacidad crítica para plantear mecanismos que permitan mejorar nuestro posicionamiento a nivel

internacional, la única referencia válida en el ámbito de la ciencia y la tecnología. En este momento se está elaborando el borrador de un nuevo plan de actuación insertado en el llamado Horizonte 2020 de la Unión Europea. Sin duda, las autoridades competentes y los expertos consultados estarán haciendo balance de los logros conseguidos y evaluando las fortalezas y debilidades de nuestro sistema regional de I+D+i. Este tipo de estudio suele ser de los que se conocen como top-down, considerando una visión globalizada de resultados. Sin embargo, conviene hacer también un análisis bottom-up, es decir, desde abajo, desde la visión del simple usuario o miembro de ese sistema, indicando los aspectos que han funcionado y los que todavía no tienen la necesaria operatividad. Este es nuestro enfoque en este artículo, necesariamente limitado y, por supuesto, subjetivo. Dentro del recién concluido PAIDI han existido tres grandes grupos de incentivos que la Junta de Andalucía ha estado manteniendo como mecanismos de apoyo a la I+D+i, y que han evolucionado a partir de los tres que se diseñaron en el primer Plan Andaluz de Investigación (PAI). Estos incentivos pueden resumirse en tres tipos de medidas que han subvencionado, respectivamente, a) la ejecución de proyectos de investigación, b) la formación de investigadores y el impulso

La inversión pública en investigación científica y desarrollo tecnológico no es ni un subsidio ni un lujo, sino un requisito indispensable

de la actividad científica, y c) la mejora de infraestructuras y funcionamiento de los llamados Agentes del Sistema Andaluz del Conocimiento. La única diferencia significativa en este sentido entre PAI y PAIDI ha sido el abandono de la financiación basal o complementaria de los grupos de I+D consolidados a favor del apoyo a proyectos subvencionados de distinto tipo. Este cambio de orientación es muy cuestionado, ya que implica un solapamiento con otras fuentes de financiación nacional o transnacional, pública o privada. En cuanto a los otros dos mecanismos básicos contemplados en el PAIDI, continúan siendo esencialmente los mismos de los últimos veinticinco años, probablemente porque han demostrado una eficacia razonable. Con todo, aunque pueda ser discutible si estos mecanismos en vigor son los más eficientes o no, el problema clave en el contexto de los incentivos es otro: la falta de una estructura de financiación que puedan contemplar un horizonte de estabilidad presupuestaria y de regularización periódica de convocatorias públicas; sobre todo, con una orientación independiente del contexto político regional o nacional: la ciencia exige un pacto de estado que la sustraiga de vaivenes inconvenientes. A esto debemos unir la todavía incipiente cultura de la competitividad basada en la excelencia y, desgraciadamente aún, la complejidad que conllevan estas convocatorias y el excesivo trabajo burocrático que requieren para los científicos que tienen que utilizarlas. Es una opinión fácil de contrastar visitando los centros públicos de I+D y atendiendo a los comentarios de su personal. Es verdad que se ha avanzado bastante con la creación de una “ventanilla única”, basada en una convocatoria que establece acciones plurianuales a lo largo de cada plan de I+D+i.

Acto reivindicativo ‘Salvemos la Ciencia’ en defensa de la Investigación y en contra de los recortes en I+D+i. / PEPE VILLOSLADA


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Centro de Investigación sobre Residuos de la Universidad de Huelva. / PAQUI SEGARRA

Pero eso no se acompaña de un presu-

>> puesto plurianual consolidado, que permita publicar convocatorias periódicas, con plazos fijos y bien establecidos, así como garantizar que los recursos concedidos lleguen en forma y momento a los grupos de investigación. En este momento, los investigadores carecen de garantías respecto al tiempo que deben esperar hasta que les llegue el dinero de las subvenciones, lo que pone en peligro la estabilidad contractual de una parte importante del personal –especialmente del personal en formación– y limita la utilidad de los fondos conseguidos en las convocatorias públicas por las que se rigen los incentivos a la I+D+i. A ello debe añadirse la necesidad de eliminar la precariedad que se ha venido sufriendo, especialmente en este período de crisis económica. La inversión pública en investigación científica y desarrollo tecnológico no es ni un subsidio ni un lujo, sino un requisito indispensable para el desarrollo social. La sociedad necesita la ciencia y, a su vez, la ciencia necesita a la sociedad en la que se desarrolla. Dejando aparte este problema nuclear, se echa en falta también, dentro de este conjunto de incentivos, una mayor y mejor atención a la captación de personal científico competitivo y con experiencia internacional. Una de las líneas de mayor éxito a nivel nacional ha sido la potenciación de programas que han permitido a nuestros científicos jóvenes salir a formarse a centros extranjeros de excelencia y luego han posibilitado su regreso. Sin embargo, no existen mecanismos bien asentados que permitan que este potencial se quede, ya que muchos de ellos (por ejemplo, los participantes en el programa Ramón y Cajal) se ven posteriormente obligados a volver a tomar el camino de la emigración. Estamos

desperdiciando ese talento por el que, además, hemos pagado una inversión enorme, en dinero, en tiempo, en esfuerzo y en ilusión. Una de las grandes tareas pendientes que la Junta de Andalucía debería abordar es la creación de incentivos específicos que permitan atraer a esta población de científicos, que rozan ya la mediana edad y han demostrado ampliamente sus capacidades, con mecanismos para fijarlos en nuestras instituciones a través de una carrera investigadora bien diseñada, soportada por plazas estables y basada en conceptos de calidad. Esto debería conllevar, simultáneamente, el apoyo a centros propios o concertados que pudieran acogerlos, ofreciéndoles libertad de trabajo y una garantía de financiación razonable. Y hacer todo ello sin consideraciones sobre la procedencia

La ciencia necesita una financiación estable y un personal cualificado que pueda dedicarse a ella con niveles de excelencia geográfica de los beneficiarios; es preciso atraer el talento venga de donde venga, evitando localismos trasnochados así como clientelismos derivados de las políticas internas de las universidades y los Organismos Públicos de Investigación. Capítulo especial merecen los intentos de conectar investigación e innovación. En este sentido, una carencia significativa es la falta de mecanismos consolidados que ayuden con eficacia a la transferencia de conocimiento. Ciertamente se han puesto en marcha muchas opciones en los últimos años, pero sin te-

ner en cuenta la importancia de contratar capital humano que haya acuñado una experiencia previa en estos temas. Una consecuencia negativa de estos esfuerzos ha sido la multiplicidad de opciones que se han incorporado al organigrama de los agentes de I+D+i sin una eficacia probada y, en cambio, introduciendo un entramado de estructuras que el investigador de a pie no entiende y, por tanto, no usa de manera eficaz. Otro aspecto a considerar es la necesidad de una política de creación de una plantilla profesionalizada de apoyo a la investigación: técnicos de laboratorio, informáticos, bibliotecarios, especialistas en patentes, administrativos, etc., en número suficiente y con un alto grado de cualificación y una sólida formación. Por concluir, un sistema sólido de I+D+i es crucial para el desarrollo de las sociedades modernas; en ese marco, Andalucía precisa de un fortalecimiento continuado del suyo propio y eso pasa por atender a los problemas que todavía existen para poder equipararnos a los de países que se consideran avanzados e incluso para compararnos con otras regiones españolas con mayor tradición e inversión. La ciencia necesita de una financiación sostenida y estable y de un personal altamente cualificado que pueda dedicarse a ella con los niveles de excelencia que hoy se requieran para ser competitivos. Los incentivos que se diseñen en el nuevo Plan de investigación serán la clave que abra o cierre nuestra potencialidad futura. En ese sentido, estas líneas han pretendido dar algunas opiniones críticas –aunque, sobre todo, constructivas- basadas en la experiencia y el conocimiento propios y en el diálogo frecuente con investigadores de diferentes edades y áreas de conocimiento.


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SOCIEDAD MEDIOS DE COMUNICACIÓN

Malos tiempos para las televisiones públicas Manuel Campo Vidal Director del Instituto de Comunicación Empresarial

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o es extraño que en un panorama tan revuelto en la política, la economía y las finanzas europeas, la televisión pública ande con dificultades para ajustar su modelo. Como es sabido, Europa se dio a sí misma, al nacer la televisión en los años cincuenta del siglo XX, un modelo público, salvo excepciones, mientras que en América la televisión, algunos años antes, nacía privada, también con alguna excepción. En Europa hubo que esperar tres décadas al impulso de la Unión para que des-

congelaran los grandes conglomerados públicos de RTV, la BBC británica, la RAI Italiana, la televisión francesa, la alemana y RTVE. Desde entonces en Europa conviven televisiones públicas y privadas, no siempre pacíficamente, pero sí de un modo razonablemente sostenible. La crisis económica desatada en el 2008 agravó la situación porque no solo hubo un drástico recorte de los ingresos publicitarios para todos sino que algunos gobiernos, entre ellos el español, presidido por Rodriguez Zapatero, cambiaron el modelo de financiación de la TV pública –eliminando casi de la noche a la mañana la publicidad en TVE y sin gradualidad ninguna- con lo que el sistema televisivo puso en riesgo su sostenibilidad. Además, en España, que es el país de Europa con más televisiones públicas –dos cadenas estatales, una o varias autonómicas en casi todas las Comunidades, más te-

levisiones locales, o insulares como la que existió en Mallorca– el modelo entró en seria crisis por la reducción, de una parte de la publicidad y por otra, por los recortes de las administraciones públicas que las financiaban directa e indirectamente. Pero no solo la economía agravó el escenario. La falta de neutralidad en algunas televisiones públicas erosiona su credibilidad y acaba reflejándose en una pérdida de audiencia y de influencia. Probablemente el caso más paradigmático en el que se concentraron todos esos factores fue el de la valenciana Canal Nou que acabó cerrando después de haber acumulado la mayor plantilla audiovisual de España - si descontamos la de RTVE- y de haber perdido su audiencia por su parcialidad extrema. Baste el ejemplo de que fue en su último día de emisión cuando por fin fue entrevistada la presidenta del Comité de Víctimas del Accidente del Metro de Valencia. La tragedia que costó 39 muertos fue prácticamente ocultada por la Tv pública valenciana por órdenes directas del presidente de la Comunidad, Francisco Camps. Pero televisiones públicas son también las de Aragón, Asturias y Extremadura

Varios trabajadores de RTVV muestran un cartel en protesta por el cierre inminente de Canal 9 en el plató de informativos.

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MEDIOS DE COMUNICACIÓN SOCIEDAD

que con los presupuestos más bajos tienen unas audiencias muy notables, especialmente la aragonesa. Este ejemplo de buena gestión y de control de la tendencia al gigantismo, tan propio de las empresas públicas, demuestra que es posible perfilar un modelo eficiente y sostenible. La profundidad de la crisis y su exagerada duración ha servido como el mejor

banco de pruebas para forzar una reflexión seria sobre el modelo de televisión en España. Nada está cerrado todavía pero existen ya experiencias suficientes para definir de una forma definitiva cual puede ser el modelo público de televisión. “Un país moderno debe contar con una televisión pública”, comentaba Maurizio Carlotti, vicepresidente de An-

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tena 3 TV en los días siguientes al cierre de la TV griega. Una Tv pública capaz de competir y de convivir con las privadas. Esa cohabitación no es sencilla y no estará nunca exenta de tensiones, pero responde a la idiosincrasia del modelo que Europa se dio y que conviene conservar para un mejor servicio a los ciudadanos.

El escaparate de las posturas

Debate en la Sexta Noche.

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Francisco A. Gallardo in la televisión un fenómeno tan rugiente, meteórico y creciente como Podemos no sería lo que es en este electoral 2015. La figura principal de la formación, Pablo Iglesias, no puede discutir (ni él ni nadie) que sin el apoyo de las tertulias políticas en la pantalla, altavoz público avivado a su vez por la interactividad de las redes sociales, no sería opción ni quebradero de cabeza para los demás. Sus tesis, a fuerza de reiteradas por todos los canales posibles, fue germinando en vísperas de las elecciones europeas y El Coletas (como despectivamente le tildan otros contertulios mediáticos) pasó de la Complutense a Bruselas en un salto impulsado desde las cadenas privadas. Las tardes de acusaciones y bostezo de

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programas como Sálvame y el griterío futbolero, el graderío descendido a la cancha del plató, de espacios como Punto Pelota (ahora El Chiringuito de Jugones), dieron paso, casi de forma natural, a los foros políticos de contenidos como Al rojo vivo o, debidamente engrasado hacia la polémica y la excitación, Las mañanas de Cuatro. En el primer programa conducido por Jesús Cintora (llegado desde la Cadena SER), el 6 de mayo de 2013, coincidieron a lo largo de la hora y media Pedro Sánchez, Pablo Iglesias y Alberto Garzón: la tripleta que simboliza la regeneración en las formaciones políticas, renovación de liderazgo que ha ido esquivando, pese a los numerosos casos de corrupción, el PP. Esa alineación de planetas, futuras (actuales) estrellas, vino a ratificar que los nuevos tiempos traen también nuevos modos en los políticos es-

pañoles. Incluso Sánchez llegó a llamar a Sálvame mientras preparada su aparición en El Hormiguero de Pablo Motos, lo que fue tildado de frivolidad. Pero Sánchez, si quería audiencia, congregó a mucha más gente que en una convencional entrevista –a Mariano Rajoy– en la misma cadena, Antena 3, sólo unos días antes. De los coloquios semilúgubres y afectados de la televisión franquista se pasó en la transición a la charla de expertos de La clave, donde toda crispación se controlaba con el temple juicioso de José Luis Balbín. La conversión del choque de opiniones en un espectáculo la trajo desde Estados Unidos el excorresponsal Hermida que en la frontera de los 80 propuso Su turno, dos bandos enfrentados, un espacio tatarabuelo de lo que sería el estilo de debates en las cadenas privadas. Ya en los 90 el guirigay , fuere el tema que fuere, llegó con Moros y cristianos en Telecinco, con la batuta de Sardá, mientras Con la crisis y que Hermida & Cía la corrupción, creaban un parlaademás de mento de ilustres y saber, la gente celebrities en Antena 3. La tertulia maquiere opinar tinal de política, al e indignarse, mediodía, a cargo lo que aviva de María Teresa las tertulias Campos, ya avanzada la década llevó la actualidad de portada a los magacines generalistas y con el nuevo siglo todos los líderes mañaneros (ahora todas mujeres, Ana Rosa Quintana, Susana Griso o María Casado-Mariló Montero) cuentan con su apartado político y económico. La crisis sólo vino a aumentar el interés por la política, y con él, la expectación, la interactividad, el cabreo, convirtiendo en protagonistas a directores de periódicos, columnistas de postín y resaneados políticos que estaban medio jubilados. La gente quiere saber, como más o menos titulaba Mercedes Milá en aquel mismo programa donde Paco Umbral se quejaba de no poder hablar de su libro, también en Antena 3. Y con la crisis y la corrupción, además de saber, la gente quiere opinar e indignarse. El revuelo nuestro de cada >> día ha ido avivando las tertulias en las

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SOCIEDAD MEDIOS DE COMUNICACIÓN

cadenas privadas fusionadas, las iz-

>> quierdistas Cuatro (Mediaset) y La Sexta (Atresmedia), mientras las institucionales TVE y Canal Sur, las públicas, son menos valoradas en credibilidad y pluralidad, aunque sea una idea manida e inexacta. El descenso de audiencia de La 1 que se ha ido agudizando mientras se hacía más férreo el control gubernamental en los Servicios Informativos, ha sido proporcional al aumento de audiencia de La Sexta (por encima del 8% de cuota mensual), y Cuatro (por encima del 7%), mientras La 1 se peleaba con el 10, a 3 y 4 puntos de An-

tena 3 y Telecinco, la cadena más vista en 2014 (y Canal Sur sobre el 9,5%). La 1, que llegó a contar con foros recientes valorados como 59 segundos o Tengo una pregunta para usted, sólo cuenta con un debate nocturno, que se emite pasada la medianoche, y que vegeta en la indiferencia conducido por el cesado director de Informativos Julio Somoano. El ambiente en el plató de TVE se aleja de las broncas y conexiones urgentes de Al rojo vivo con Antonio García Ferreras. La tertulia de sobremesa de La Sexta, al socaire de las mesas de los magacines, ha ido creciendo desde su aparición en 2011. Y la

respuesta de Mediaset fue la incorporación de Cintora a las mencionadas Mañanas de Cuatro. Un pulso por la actualidad con aura de crispación que se trasladó a La Sexta Noche, en los antiguos reinos de La Noria, y que Telecinco intentó reverdecer con Un tiempo nuevo, con Sandra Barneda. Este programa nocturno levantó con la presencia del Pequeño Nicolás, personificación paródica del estrellato tertuliano y el postureo político. El escaparate contertulio, donde el silencio y la discreción están devaluados, es un soporte de los nuevos modos de hacer y de hablar en la política española.

El móvil envuelve la reconversión de la prensa Jesús Ollero epartidos entre ADSL y Fibra, Internet mantiene tremendos crecimientos en penetración y flujo de datos. El 4G, el iPhone 6 o los wearables (tecnología ‘de vestir’) impulsaron 2014, por no hablar de los inefables selfies tan de moda desde los Oscar. La conectividad evoluciona hacia la movilidad y (casi) todo es accesible desde cualquier área desarrollada. En el periodismo, como en cualquier ámbito, la tecnología ha modificado fórmulas de trabajo en las redacciones y revolucionado la forma en la que se consumen los contenidos. Internet sigue creciendo: 71% de españoles, más de 28 millones, casi un millón más que en 2013 (+4,5 puntos) y el doble que en 2006. La gran mayoría (88%) navega a diario y Youtube es el sitio más visitado: 21 millones mensuales. El balance hombres/mujeres que usa Internet ronda el 50% (51-49 en otoño de 2014). Desde el inicio de la crisis, la penetración en Andalucía ha crecido más de 25 puntos porcentuales (40,2 en 2008 y 66,4 en 2014), con un +4 en 2014: dos de cada tres andaluces accede a Internet. En plena reconversión del modelo de negocio y de la propia profesión periodística, la crisis se convirtió en un factor tan influyente o más que la evolución tecnológica, por su voracidad y por no haber medio indemne de la pésima coyuntura. La tecnología ha sido un notable foco de agitación para el periodismo. El trasvase hacia el entorno digital se ha desencadenado sin un modelo de negocio sostenible, mientras el mercado publicitario (agitado igualmente) no resulta suficiente para solucionar esta indefinición. El lector se adaptó a que la información online definía un producto dinámico, rompiendo el hábito de consumo precedente, y su nueva demanda obliga a una continua actualización, en la cual influyen de manera evidente las redes, nuevas herramientas de comunicación de masas

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(Twitter como elemento de influencia y modulador de breaking news y tendencias, Facebook como lanzadera de distribución y ambos como agregadores de noticias) y de intensiva utilización en los dispositivos móviles (smartphones y tablets) que casi sin darnos cuenta capitalizan nuestro quehacer diario con la mensajería instantánea en cabeza (Whatsapp). Nada menos que el 86,3% de usuarios de Internet accede desde el móvil (espectacular subida de 33 puntos porcentuales respecto a 2013) y un 29% desde un tablet (+10). El 61% de usuarios de Internet interactúa en redes (16,8 millones) y el 54% accede a información de actualidad (15,1). La navegación en redes es más frecuente y, más importante, genera mayor permanencia (al menos una hora de las 2,5 diarias en la red), aunque la fragmentación propia del entorno subraye la ralentización en el crecimiento de las audiencias digitales a falta de comprobar el efecto real del apagón de Google News. El con-

sumo rápido y ligero de las redes (no digamos los riesgos de veracidad) y de buena parte de los portales se mantiene como factor de inconsistencia del entorno web. La evolución es tan rápida que la comunicación 2.0 es un concepto superado. La posibilidad de que los lectores opinen, participen y forjen su consumo editorial permitió a los medios un feedback inimaginable, que los receptores intervinieran en la producción y, esto sí tiene un gran impacto, medir todo lo que acontece alrededor del contenido. Lo que antes era prácticamente imposible, apenas estimaciones y estadísticas, es ya un maremágnum de datos que permite segmentar usuarios, observar su evolución, comprobar qué ven, cómo transitan por el site, cuánto tiempo, etc. Cifran, por tanto, el impacto global del contenido. Las tareas periodísticas han sufrido modificaciones que evidencian que los contenidos digitales suponen una tipología en los medios de comunicación tan marcada como la prensa escrita, la radio y la televisión. Si no se lee, escucha o ve lo mismo y de la misma manera en los medios tradicionales que en los digitales, no debe extrañar que la información deba ser elaborada, presentada y distribuida para adecuarla a los nuevos hábitos de consumo. Internet pide audiovisual e interactivos: fotos/vídeos y gráficos. Los primeros ya eran propios de la prensa en papel y tele, pero el segundo es un elemento diferenciador esencial de los contenidos digitales junto al consumo a la carta, en cualquier momento y desde cualquier dispositivo. Los interactivos emergen como el principal grupo de contenidos exclusivo del soporte digital. En esto, el Snow Fall del New York Times (The Avalanche at Tunnel Creek) marcó un antes y un después en el desarrollo de productos digitales informativos, mientras las aplicaciones móviles, por poner un ejemplo, experimentan una clara tendencia hacia el ocio.


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CONSUMO SOCIEDAD

La cocina creativa Isabel González Turmo Vicepresidenta del ICAF (International Commission on the Antropology of Food)

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a cocina creativa es la nueva marca que vende cocina y, además, desdeEspaña.Perodesdefuerade la cocina, desde la mesa, la barra o incluso la calle, resulta inevitable preguntarse qué es, qué se debe esperar de ella y por qué toca ahora ese nombre. ¿Acaso es más creativa que las anteriores?¿Qué tiene que ver con marcas como la cocina de autor, la cocinafusión,la cocinademercado,la cocinamediterránea y tantas como reclaman al comensal? ¿Por qué se promueven tantas marcas y cómo coexisten o compiten? ¿Hay cocinas creativas y otras que no lo son, que solo repiten? Parece que cualquiera que cocine, sea profesional, experta, aficionada, novata o incluso forzada, crea. Más o menos, mejor o peor, algo pone de sí en lo que antes de su intervención era nada. Pero no se trata tanto de calibrar la desigual creatividad de cuantos se acercan a la cocina, como de preguntarse si cocinar es crear. La cocina es una actividad que debe ser reinventada de continuo. Produce algo nuevo donde solo había ingredientes, condimentos, técnicas y cultura, claro está. Construye, así, donde no había y a eso se llama crear. Esa obra está destinada, además, a desaparecer por completo y en breve. El resultado de la cocina será ingerido y reinventado cada día, incluso varias veces. De ahí que, por mucha tendencia a la repetición que tenga quien cocina y por mucho que los comensales, la familia sin ir más lejos, reclamen siempre lo mismo, el proceso y el resultado en el plato serán siempre distintos. Ni pesando al gramo ni midiendo al centímetro, se consigue en la cocina del día a día un resultado idéntico al anterior. Son materias muy maleables y alterables: basta un cambio en la temperatura, en el tiempo, en las combinaciones para que el resultado sea distinto. La cocina es, además, un ejercicio diario de adaptación a los recursos económicos, a la disponibilidad de productos y al gusto y las limitacionesdietéticasdeloscomensales.Paraconseguir un buen resultado en ese fugaz equilibrio se necesita sentido de la proporción, quizá la cualidadmásnecesariaencocina.Yesacapacidad de disponer las partes hasta lograr un todo que guste y, además, comunique el significado que espera el comensal, ya sea de comida tradicional, exótica, innovadora, sana o lo que se quiera, requiere, sin duda, creatividad. La cocina es por naturaleza una práctica sensible, expresiva y creativa. Toda cocina lo es. ¿Pero entonces qué es esto que llaman cocina creativa? Ese gran paraguas, donde pare-

cen caber todos los que se acogen a la denominación, cubre a los que han optado por la innovación tecnológica, por productos locales y sencillos, antes incluso desechados, por fusionar sabores y por despertar los sentidos del comensal, que debe renunciar a la interpretación automática de modelos aprendidos para adentrarse en el descubrimiento del contrastado juego de experiencias que se le ofrece, aguzando sus sentidos y su memoria. Esa interacción se supone que la convierte en una cocina sorprendente y divertida. La evocación de la minuta que seguirá a este ejercicio es, sin duda, un acicate que agudiza la percepción. Y es que la cocina creativa, la que se puso en mercado gracias a la genialidad de cocineros españoles, es, en principio, cara. No tanto por la materia prima, que de merluza ha pasado a sardina y de solomillo a casquería, como por la mano de obra, pues cada plato necesita ocho manos y cada cocina ochenta, por lo menos. Los gastos de personal, ya se sabe, encarecen el resultado final. Aunque esto se soluciona, en parte, con los contratos en prácticas, que proporcionan mano de obra cualificada y barata. El problema pasa, así, a los vocacionales y sacrificados empleados, que deben vivir durante años en una dedicación monacal, máxime si pretenden saltar de una estrella Michelin a otra o ¡más difícil aún! montar su propio negocio. En esa pretensión luchan e invierten los aspirantes, mientras que el paraguas de la cocina creativa va haciendo sitio a los mejores, pero también ¡inevitablemente! a los menos innovadores, menos acertados y, por fortuna, menos caros. Y en esa carrera tan precipitada

La cocina es una actividad que debe ser reinventada de continuo. Produce algo nuevo donde sólo había ingredientes, condimentos, técnica y cultura

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como prolija, la cocina se va reproduciendo en una suerte de eclecticismo donde la creatividad se ejercita al cocinar, pero también ¡y mucho! para sobrevivir. Porque un restaurante no es solo una cocina, sino una empresa, agitada por los movimientos de un mercado global y virtual, donde el profesional necesita resituarse a diario: tiene que dirigir con habilidad los hilos que lo pueden situar en cabeceradelaswebsgastronómicasydeviajes;lidiar con los usuarios que juegan a críticos expertos; socializar con otros profesionales y participar en foros y redes ineludibles; trazar una cartadevanguardiasinpenetrarlosinviolables del gusto; interpretar ese gusto, que no es el de los críticos sino el de unos clientes impredecibles, porque son siempre distintos; ampliar sus servicios para diversificar riesgos y recuperar pérdidas coyunturales; y calibrar de continuo el concepto de restaurante, gastrobar, taller de cocina o lo que decida vender, pues la oferta es tan global como acelerada. Las preferencias cambian al ritmo de las redes y, con ellas, se desplazan los clientes. Lo que ayer era imprescindible, hoy es vulgar o aburrido. Los objetos delujo,cadavezmásnumerososydiversos,son desplazados a velocidad de vértigo y lo que es abrazado por las masas, será abandonado por los que pretenden distinción. También la cocina creativa, servida en barras a precio de tapas, desplaza el interés de quienes antes la pagaban haciaotrasexperienciasminoritariasy,unavez más, sorprendentes. El lujo debe superar, por definición, los medios normales de quien lo persigue. Y más aún: debe abandonar los objetos y usos que abrazaron los que vienen detrás. Lo de menos es el nombre. Pero lo singular es que ese afán profesional por adoptar una denominación destinada a vulgarizarse coincide con la virtualización de la oferta culinaria a través de internet. Los productos, en este caso cocinas, se ofrecen en tal cantidad y a tal vértigo que el profesional, salvo que haya alcanzado el vértice del movimiento y lo encarne, difícilmente puede prever ni conducir a su clientela. De hecho, el significado del término clientela se altera. El cliente es difícil de fidelizar. Antes de atravesar la puerta es usuario de internet: hace una primera cata en pantalla, descarta lo que no se ajusta a la cercanía, precio o especialidad que busca, selecciona con ayuda de las opiniones de críticos virtuales, y solo después decide entrar en un establecimiento, al que difícilmente volverá, incluso si sale satisfecho. La oferta es tan amplia que no hay tiempo ni modo de disfrutar de todo y, además varias veces. Esa multiplicación exponencial es un cambio cuantitativo que genera inevitablemente un cambio cualitativo. Los restaurante, como tantos bienes, son también de usar y tirar. Ocurre así que la denominación cocina creativa va ampliando y desdibujando sus significados, al tiempo que los profesionales tienen que volcar en el negocio mucha más creatividad de la que inicialmente reclamaba la marca. Crear cocina creativa creando estrategias para seguir creando. Las palabras dan para mucho. Crear es de las más generosas.

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SOCIEDAD RELIGIÓN

Hacia una Iglesia de puertas abiertas Rafael Padilla Catedrático de Derecho Mercantil de la UCA. Miembro del Consejo Editorial del Grupo Joly

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l Sínodo de la familia, clausurado a finales de 2014, junto a otras virtudes a las que después aludiré, ha tenido el efecto de poner rostros y nombres a la oposición conservadora dentro de la Iglesia. Dos importantes cardenales, el alemán Gerhard Ludwig Müller, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe (el antiguo Santo Oficio), y el estadounidense Raymond Burke, de la prefactura para la Asignatura Apostólica, han formulado duras críticas contra una posible modificación de la posición de la Iglesia en relación con los homosexuales, los divorciados y las parejas de hecho. También el mismo Burke ha expresado su malestar contra el propio documento que contiene las conclusiones del Sínodo: entiende que la Relatio utiliza un lenguaje “confuso y erróneo”. Otros cardenales, como el italiano Filoni o el sudafricano Napier, han subrayado los peligros de una deriva que pudiera quebrar principios básicos. No dudo que tales defensas de la ortodoxia sean leales y sinceras. Pero, al cabo, descubren el malestar de un sector de la comunidad católica no precisamente cómodo con las audacias de Francisco. En realidad, trascendiendo posturas personales legítimas y explicables, no cabe ocultar que existe una fuerte reacción inmovilista frente al nuevo tiempo que el papa abandera: a su actitud decidida contra la pederastia, las finanzas secretas del Vaticano, el lavado de dinero, la corrupción interna y hasta la convivencia de jerarcas religiosos con sectas masónicas y con la Mafia, se une ahora un replanteamiento de algunos de los pilares claves de la institución (la familia y el matrimonio), que circula por vías francamente complejas y predice un mañana trabajoso y tenso. Más allá de las referidas disensiones en el fondo y en la forma, el Sínodo desde luego ha constituido un hito en la expresión libre dentro de la Iglesia y ha consagrado de manera diáfana la voluntad de mantener “las puertas abiertas a todos” como idea central que ha de guiar su futuro. No es irrelevante que Francisco haya querido publicar el documento final sin excluir de él los puntos que no habían alcanzado la mayoría requerida. Tal ejercicio de transparencia, sin duda novedoso, anuncia la apertura de un periodo de reflexión comunitaria, franca y participativa que culminará con la celebración, el próximo año, del Sínodo Ordinario de Obispos.

Uno de sus logros esenciales es haber colocado en la agenda oficial del catolicismo temas hasta ahora al margen de ella. Cuestiones como la de los divorciados que se han vuelto a casar y su posible acceso a la comunión sacramental (lo que implicaría una radical innovación en la doctrina), el uso de medios artificiales de control de la natalidad (respecto de los que se “favorece la responsabilidad de los esposos de discernir en libertad de conciencia lo más conveniente para su vida matrimonial y fa-

Uno de los logros del Sínodo es haber colocado en la agenda oficial del catolicismo temas como el divorcio o la homosexualidad

las tentaciones que acechan (la del endurecimiento hostil, esto es, el querer cerrarse dentro de lo escrito –la letra– y no dejarse sorprender por Dios, propia de “tradicionalistas” e intelectualistas; la del “buenísimo” destructivo, que, en nombre de una misericordia engañosa, venda las heridas sin curarlas ni medicarlas; la de transformar la piedra en pan, ignorando su inmutabilidad, o el pan en piedra, utilizándola como arma arrojadiza; la de descender de la cruz para contentar a la gente y no permanecer en ella para cumplir la voluntad del Padre; la de descuidar, al cabo, el depositum fidei, considerándose no custodio, sino dueño del mismo o, a la inversa, la de olvidarse de la realidad y esconderla en palabras yermas) para comprender cuán delgada y delicada es la línea por la que ha de transitar una Iglesia que aspira a perpetuar su bimilenario mensaje.

Una de las reuniones del Sínodo. / GRUPO JOLY

miliar”), el reconocimiento del matrimonio civil, de las uniones de hecho y de la convivencia en pareja (en relación con los que predomina la doctrina más tradicional del matrimonio natural, no necesariamente constreñido por la instauración tardía de una determinada forma) o, finalmente, el valor a otorgar al vínculo entre personas homosexuales (el texto en discordia verdaderamente encierra una pregunta crucial: “las personas homosexuales –señala– tienen dones y cualidades para ofrecer a la comunidad cristiana; ¿estamos en grado de recibir a estas personas, garantizándoles un espacio de fraternidad en nuestras comunidades?”), no sólo han sido enunciadas, sino, en la búsqueda de principios que apuntalen el “Evangelio de la familia” en una sociedad movediza y poliédrica, sometidas a estudio, diálogo y controversia. El camino no se presenta fácil. Basta con leer el texto en el que Francisco enumera

Todo ello, aun, sin poner jamás en revisión las verdades fundamentales del matrimonio: la indisolubilidad, la unidad, la fidelidad y la procreatividad; pero también, al tiempo, sin miedo de “arremangarse las manos” y derramar bálsamo sobre las heridas de los hombres. Como el propio papa Francisco ha destacado, “ahora queda un año para madurar, con verdadero discernimiento espiritual, las ideas propuestas y para encontrar las soluciones concretas a las tantas dificultades e innumerables desafíos que las familias deben afrontar; para dar respuesta a tantos desánimos que circundan y sofocan a las familias: un año para trabajar sobre la Relatio Synodi, que es el resumen fiel y claro de todo lo que fue dicho”. Una singladura, entiendo, tan sutil, tan laberíntica y exigente de sobrehumano talento que únicamente por la luz del Espíritu podrá completarse en armonía.


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RELIGIÓN SOCIEDAD

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Bergoglio y el caso de pederastia de Granada Yenalia Huertas i se pudiera medir la intensidad informativa, noviembre sobresaldría como el mes en el que la actualidad local granadina traspasó todas las fronteras. La noticia de los presuntos abusos sexuales cometidos por varios sacerdotes de la diócesis de Granada contra dos jóvenes siendo menores de edad acaparó de inmediato la atención internacional. La llamada telefónica que el mismísimo Papa Francisco (Jorge Bergoglio) hizo en agosto para mostrar su apoyo y pedir perdón a una de las dos supuestas víctimas sirvió de altavoz en este escandaloso asunto. El caso llegó al Vaticano en forma de carta. La firmaba Daniel, que hoy tiene 24 años y es profesor fuera de Granada. El propio Pontífice le aconsejó que pusiera su calvario en manos de un juez. Finalmente, los tocamientos libidinosos supuestamente sufridos por el joven se transformaron en una denuncia, que aterrizó en el despacho de Antonio Moreno, titular del Juzgado de Instrucción número 4 de Granada. El magistrado trata, desde el 3 de noviembre, de esclarecer si los hechos relatados tanto por el primer denunciante como por el segundo ocurrieron como ambos afirman y si merecen reproche penal. Por lo pronto, tres curas y un profesor de Religión fueron detenidos el 24 de noviembre. Ese mismo día hubo por la tarde un registro en una vivienda de una urbanización del municipio de Pinos Genil donde, precisamente, a finales de octubre se produjo el robo de un ordenador, una tableta y una bolsa de monedas antiguas. Tras pasar dos noches en los calabozos de la Jefatura Superior de Policía de Andalucía Oriental incomunicados, los cuatro arrestados fueron puestos a disposición judicial.

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El arzobispo de Granada, Francisco Javier Martinez, contesta a los medios de comunicación. / EFE

Fue el 26 de noviembre cuando los religiosos y el docente fueron interrogados por el juez Moreno, que decretó prisión provisional, eludible con el pago de una fianza de 10.000 euros, para el principal sospechoso: el padre Román, párroco de una iglesia del barrio granadino del Zaidín. El religioso evitó ir al Centro Penitenciario de Albolote pagando la suma, mientras que el resto quedó en libertad con cargos. Todos ellos adquirieron entonces la condición de imputados por distintos delitos de los recogidos en el capítulo del Código Penal dedicado a los delitos contra la indemnidad y libertad sexual. Aunque el magistrado acordó el secreto de sumario desde que incoó las diligencias previas –y lo prorrogó otros 30 días al cumplirse un mes de la medida–

para evitar que se contaminasen pruebas y garantizar la pureza de los testimonios, la información no ha dejado de fluir. Ha llegado incluso la Fiscalía Provincial de Granada a dar un toque de atención a los medios de comunicación. Y es que desde que se conoció que el departamento que dirige la fiscal jefe Ana Tárrago había denunciado en los juzgados a finales de octubre el caso –que en un primer momento aterrizó en manos del fiscal superior de Andalucía, Jesús García CaldeEl Pontífice rón–, el interés púaconsejó al blico disparó el firmante de la mediático y propició la búsqueda carta que diaria de titulares. pusiera su Así, en las últicalvario en mas semanas de manos de un 2014 las noticias juez sobre el denominado clan de los Romanones –así se llama al grupo de religiosos implicados por el nombre del presunto autor material de los abusos– han ido dibujando una realidad que ha cuestionado incluso la actuación del Arzobispado de Granada en este asunto. El arzobispo, Francisco Javier Martínez, que se postró ante el altar durante una misa para pedir perdón por estos oscuros episodios, siempre ha defendido, sin embargo, haber seguido los pasos marcados por el Vaticano. Los supuestos abusos, por los que los tres curas implicados fueron apartados provisionalmente del ejercicio sacerdotal, ocurrieron hace siete años, pero no han sido denunciados hasta ahora, por lo que la sombra de la prescripción planea sobre el caso.

La convivencia en el Mediterráneo Mariam Isabel Romero Arias Presidenta de Junta Islámica y Vicepresidenta de la Comisión Islámica de España

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a convivencia en el Mediterráneo no admite dicotomías, ni obligadas ni necesarias, es una realidad histórica más allá de las coyunturas políticas, sociales o culturales a las que nos vemos sujetos todos los pueblos que respiramos el aire del Mar Mediterráneo. Cómo nos canta Serrat… y

que le voy a hacer si yo nací en el Mediterráneo. Es nuestro espacio natural, el alimento esencial del que han comido y bebido una gran diversidad de expresiones culturales, un espacio abierto en el que la globalización ha intervenido, seguramente para empeorar aún más, lo que los colonialismos europeos habían iniciado, delimitando fronteras artificiales, modelos de gobierno y valores a imagen y semejanza de los colonizadores. Los acontecimientos más importantes que están determinando hoy las relaciones en el Mediterráneo son, por una parte, la caída del muro de Berlín en 1989 y, por otra, los atentados del 11 de septiembre en Estados Unidos en 2001. El primero pone el punto fi-

nal a la confrontación este/oeste, y el segundo establece el nuevo eje del mal, de mucha mayor amplitud, entre occidente y oriente, o lo que es lo mismo, la puesta en vigor de la teoría del Choque de Civilizaciones, desarrollada por Samuel Huntington, politólogo norteamericano, e inspirada en la definición del concepto de civilización del Arnold J. Toynbee, en la que establece que una civilización es algo rígido y delimitado, y que el contacto con otra civilización produce “roces” o “choques” que acaban por desgastar aquella cuyas bases no son suficientemente sólidas abocándola a su desaparición. Obviamente la teoría del choque afir>> ma que la civilización occidental no es-

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tá bien centrada en lo que ellos conside-

>> ran sus bases: las democracias forma-

les, el cristianismo como base espiritual, la raza blanca y signos culturales afines en torno a los valores principales. No es difícil entender que esta definición de civilizaciones hace referencia exclusiva al ámbito de la geopolítica, pues es claramente insostenible desde el conjunto de aspectos que determinan una civilización. Huntington desarrolla esta teoría justo al dar por agotado el anterior eje del mal, cerrando cualquier puerta a otras teorías, como la que defendía Francis Fukuyama, en la que dibujaba el triunfo de las democracias en todo el planeta, a imagen y semejanza de los modelos occidentales desarrollados desde el final de la segunda guerra mundial. La visión de Fukuyama es la que impulsa el modelo contrario al Choque, el de la Alianza de Civilizaciones, liderada en nuestro país por el gobierno de Rodríguez Zapatero y por el Presidente Erdogan en Turquía, siendo hoy competencia de Naciones Unidas. Resulta cuanto menos curioso que entre los defensores del Choque de Civilizaciones encontremos a otro presidente de nuestro país, al Sr. Aznar, que junto con el ex presidente de los Estados Unidos, Sr George Bush y el líder Británico Tony Blair, escenificaron una de las mayores mentiras y por ende estafas a los ciudadanos del planeta, iniciando una guerra en Irak cuyas consecuencias aún no podemos medir. El concepto de Choque de Civilizaciones nos conduce inevitablemente a la confrontación y cómo toda batalla, necesita motivos, escenarios, personajes, herramientas, socios y por supuesto, víctimas. El motivo: el control de los recursos naturales, especialmente los energéticos como garantía del crecimiento económico, y por ende, el control de los mercados. Los escenarios: todos aquellos territorios que poseen recursos energéticos, especialmente petróleo, uranio y gas. Todo país que posea estos tres elementos está en riesgo de sufrir la codicia y el acoso de las grandes corporaciones internacionales, a pesar de que de facto ya controlan muchos de ellos. Personajes: por arriba, los gobiernos que defienden los intereses de las corporaciones internacionales, y por abajo, la ciudadanía con derechos y libertades recortados o inexistentes y sin capacidad alguna de decisión sobre sus modelos de gobierno y en definitiva de su futuro. Herramientas: el marketing del miedo. La construcción del miedo al otro, a la percepción de la diferencia como amenaza de lo propio, concretado y representado por el Islam y los musulmanes como el nuevo enemigo del que protegerse y al que combatir, y la mejor herramienta para combatirlo, el arma más antigua de la humanidad, la guerra en sus principales vertientes: física, psicológica. Los socios: las grandes alianzas geopolíticas que cuentan con los cómplices dentro del bando enemigo: el integrismo como ideología reli-

giosa, que permite extender una imagen homogénea y definitoria del Islam como religión de estado y la cosificación de los musulmanes sobre ese modelo ideológico. Las víctimas: son –somos– todos aquellos inocentes que sin haber intervenido en absolutamente nada de toda esta inmensa trama de intereses, sufrimos las consecuencias del miedo, la violencia, la pérdida de derechos, la confusión y en definitiva la incapacidad de reconocernos y desarrollarnos en paz como seres humanos. El entorno mediterráneo ha sido desgraciadamente uno de los campos de intervención de esta visión del Choque. Las llamadas pri-

Han convertido al Islam en ideología de estado, hecho que es absolutamente contrario a los fundamentos del Islam

Desde la aparición del petróleo en la península arábiga, el principal aliado de las grandes corporaciones petroleras ha sido ÁrabiaSaudí, que está exportando a todo el planeta una visión contemporánea del Islam, basada en un ideólogo y una ideología muy minoritaria en esta zona hasta los años 30/40, inspirada por el líder religioso Sheikh ul Islaam Muhammad ibn ‘Abd al-Wahhab at-Tamimi (1703-1792), del que la corriente toma su nombre: Wahhabismo. Este movimiento religioso fue rechazado y sus miembros expulsados de Meca, por considerarlo desviado de las enseñanzas tradicionales del Islam Sunnita. El sabio buscó refugio con el líder de una de las tribus que anhelaban la unificación y el control de los lugares sagrados, y contactó con el bisabuelo del fundador de la moderna Arabia Saudí, Abdelaziz Al Saud. El wahabismo fue asumido como visión oficial del Estado, y a partir de los años 40, exportado al planeta como la “auténtica” visión del Islam tradicional.

Miembros de la milicia chiíta Brigadas de Imam Abbas portan los ataúdes de sus compañeros, que fallecieron combatiendo con el Estado Islámico. / EFE

maveras árabes representaron el final de algunas de las dictaduras con más trayectoria. Lo que comenzó como un grito de libertad, no se está resolviendo precisamente con avances democráticos, especialmente en países como Egipto, Libia, Túnez y el conflicto crónico de Israel y sus intereses territoriales sobre Palestina, y la terrible guerra de Irak. Los movimientos ciudadanos exigiendo democracia han sido sustituidos por movimientos denominados islamistas, con visiones rigoristas de la Ley Islámica o Sharia. Estas organizaciones que habían permanecido en la clandestinidad, estaban preparadas para aglutinar el movimiento social que rechazaba las dictaduras laicas, cómo en el caso de Túnez. Los casos de Egipto, Libia y Siria son aún más dolorosos, ya que se han saldado con nuevos gobiernos autoritarios y con conflictos abiertos e indefinidos, así como con la aparición del nuevo símbolo del terror internacional, el Estado Islámico.

El poder económico de estos grupos, los intereses políticos de muchos estados de mayoría musulmana y el desconocimiento de la tradición islámica entre las nuevas generaciones, está permitiendo la difusión de una ideología muy alejada de los principios del Islam y de las enseñanzas del Profeta Muhammad (paz y bendiciones sobre él y su familia), convirtiendo al Islam en ideología de Estado, hecho que es absolutamente contrario a los fundamentos del Islam. Esta visión islámica ha permitido completar la estrategia que define el nuevo eje del mal y justifica la contradicción entre democracia e islam y por lo tanto entre civilización occidental y oriental. Se requiere el compromiso firme de todos, como ciudadanos musulmanes y no musulmanes en torno a los valores universales: dignidad de las personas, cumplimiento de los Derechos Humanos y libertad de conciencia. Estos principios son la base de la convivencia.



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