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Fútbol -
JomaTeam, campeón de la UEFA Europa League El Villarreal se llevó el partido ante el Manchester United en una fatídica tanda de penaltis en la que lanzaron los 22 futbolistas. El Villarreal ganó la UEFA Europa League en la tanda de penaltis. Tras empatar ante el Manchester United, el equipo amarillo tuvo que lanzar ¡once! penaltis para derrotar al equipo inglés. Con sufrimiento, garra, entrega y el aliento de la afición… ¡LO HEMOS LOGRADO! Una fiesta en las gradas. Los 2.100 ‘groguets’ que acompañaron al Villarreal en Polonia se hicieron notar desde mucho antes de que comenzara al partido. Se dejaron la voz disfrutando de una vivencia histórica, de un partido único para el club de sus amores. Tras una magnífica ceremonia inicial, empezó el verdadero espectáculo sobre el verde del Gdansk Stadium. Por fin se hacía realidad un sueño: vivir una final. El Manchester empezó mejor el encuentro. En los primeros compases, se hizo con la posesión, combinando en las inmediaciones del área amarilla. Al Villarreal, le costó un poco más entrar en el partido, pero con el paso de los minutos fue afianzándose en el terreno de juego. Antes de alcanzar la media hora de juego, en su primera ocasión, el Villarreal hizo lo más difícil. Se adelantó en el Gdansk Stadium. A balón parado, Gerard se empeñó en hacer historia y batir a De Gea rematando un excelente balón colgado al corazón del área por Dani Parejo. En tan solo un segundo, el gol de Gerard desató la locura en el graderío amarillo. El tanto ‘groguet’ no alteró la tónica del partido. El Manchester United seguía llevando el protagonismo ante el equipo de Unai Emery, que apostó por dejar pocos espacios y diluir las innumerables virtudes de su rival en Gdansk. Ya en la segunda mitad, en el minuto 54, en una acción muy desafortunada, el Manchester United igualó la contienda por mediación de Edison Cavani. El uruguayo aprovechó un balón muerto en el área a la salida de un saque de esquina para poner a los ‘red devil’ en igualdad de condiciones. 1-1 en el Gdansk Stadium. El empate abría un panorama completamente nuevo en el feudo polaco. El Villarreal debía
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dar un paso al frente y, desde la posesión, arrebatarle el protagonismo a un Manchester United que hasta el momento había sido claro dominador del partido. Para lograrlo, Unai Emery movió el banquillo e introdujo a Coquelin, dotando al equipo de capacidad y consistencia en el centro del campo.