La Iglesia Nueva Apostólica se ha propuesto incentivar la música edificante.

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Efectos de la música en las personas La Iglesia Nueva Apostólica se ha propuesto incentivar la música edificante. La música como uno de los dones que Dios entregó al hombre, enriquece nuestra existencia. Estimula el estado de ánimo, genera la alegría, paz y equilibrio interior; también fortalece el sentido de comunión. En contrapartida puede ser utilizada para aturdimiento y manipulación. Por estas razones, el Grupo de Proyecto asignado por el Apóstol Mayor para ocuparse de "Temas contemporáneos" se dedicó a estudiar los efectos de música en las personas. Efectos de la música en las personas En todos los tiempos, los seres humanos provenientes de las diferentes culturas y formas sociales más diferentes se han servido de la música, por ejemplo: -para expresar alegría y congoja; para expresar y transmitir sentimientos y sensaciones, para transmitir mensajes, - Como entretenimiento (baile y vida social) - para incentivar la comunión - para la práctica religiosa y las tradiciones, - para la representación pública y la demostración de poder, - para influencia política o comercial, - para fines terapéuticos. El uso y el efecto de la música son, por ende, según la razón y el destino, bien diferentes. Seguramente quisiéramos aceptar gustosos aquel consejo de Johann Gottfried Seume (1763-1818) en el sentido de su letra de canción, que decía algo así como: "Donde hay canto, detente en calma-... los malvados no tienen canciones", además de sus consideraciones tan optimistas. sin embargo, seguir a ciegas esta sabiduría popular, implicaría cerrar los ojos a ciertos aspectos negativos. Casi ningunos dictados de la historia prescindieron de la música para llevar sus ideas al pueblo. A través de la música es posible difundir efectivamente entre las masas, aquellas ideologías que desprecian al ser humano. La música también se utiliza en publicidad para lograr resultados. En este mismo contexto, los gerentes de las grandes tiendas conocen bien el efecto envolvente, que incentiva a comprar, por lo que se valen de ellos. La música genera calidad de vida ¡Pero qué pobre sería el mundo sin música y sin canto! Cantar y tocar música son expresiones vitales elementales del hombre. Con estas actividades, el hombre lleva a la práctica los dones que recibió del Creador. La actividad musical puede incentivar la comunión, puede ayudar a aliviar las tensiones y a expresar sentimientos, y a través de todos ellos, producen un alto grado de equilibrio y satisfacción. La música genera calidad de vida Pero la música y el canto pueden mucho más todavía: también son capaces de generar calidad en la fe. En su época, Martín Lutero ya sabía que "si no lo cantan, no lo creen". Una canción puede ofrecer consuelo, esperanza y optimismo a los tristes y amargados; un salmo puede dotar de seguridad a un inseguro. A través del vínculo entre los sentidos, es decir entre lo emocional y lo racional, un cántico servirá al creyente para expresar alabanza a Dios. O como opinaba Lutero en otro pasaje de su obra: "La voz es el alma de la palabra".


Cantar y tocar música afina la capacidad de percepción, de sí mismo, del entorno y de cómo la conducta repercute en el medio ambiente, genera alegría y fortalece el espíritu, hace posible que el hombre experimente la unidad de espíritu, alma y cuerpo, fortalece la sensibilidad, genera el sentimiento de comunión. El flujo musical continuo - fomenta el consumo de música carente de crítica, -desvaloriza la música convirtiéndola en narcotizante y estimulante, -activa en contra de una auténtica comunión. -La música ligera escuchada muchas veces a fuerte volumen, se compone de unos pocos modelos rítmicos, armónicos y textuales, que -se reiteran una y otra vez. Por esta razón restringe los planos de sensaciones, de sentimientos y pensamientos de quienes lo oyen y no - -incentiva la capacidad de escuchar al prójimo con atención. Como influye en la gente -Nuestro cerebro procesa el lenguaje y la música en diferentes zonas de sus hemisferios. Por eso, la música incentiva todas las percepciones en forma íntegra. -En el cerebro, la música genera estímulos que influyen en los sentidos. - La música genera cambios en el balance hormonal. debido a ello, influye en los sentidos, incentiva la fantasía y los sueños diurnos, además de despertar recuerdos. Así por ejemplo, si una pareja escucha una canción que le sirvió para acercarse, recordará el momento en que conoció toda vez que escuche la misma melodía. -La música puede influir en las acciones. Los niños pequeños suelen bailar y saltar espontáneamente cuando oyen música. -Los hombres también se dejan transportar a estados de éxtasis o trance y pierden, entonces, el control sobre sí mismos. esto se logra mediante ritmos incentivadores que se repiten permanentemente, por alto volumen y por tonos muy graves o muy agudos. En conciertos de música pop, eventos políticos y rituales se aplican técnicas como estas. Se ha probado que determinada música que se oye mientras se maneja, en muchas personas altera su modo de conducir. Seducir con la música El flautista de Hamelin sedujo a los niños con la melodía que tocaba en su flauta. Y la seducción con auxilio de la música sigue funcionando todavía hoy. Escuchar música influye en nosotros, nos desvía de la realidad, altera la forma de ver las cosas y de evaluar las impresiones de nuestros sentidos. No en vano, las películas se acompañan de una banda


musical y todos los días se pasa música en los supermercados y grandes tiendas. ¡Es posible medir el éxito! Hace algunos años se presentó una probable situación de riesgo. En algunas cintas de audio se grabaron mensajes aterrorizantes enmascarados con música "normal". Solo con la cinta en retroceso se los podía escuchar. Los especialistas lo llaman "backward masking". ¿Acaso esto no nos contamina inconscientemente con pensamientos malintencionados? La ciencia sale al cruce tranquilizándonos, ya que asegura que el cerebro no puede descifrar estos mensajes. Sin embargo, no es posible probar que algún efecto repercuta en el hombre. La música como don divino La música como don divino tiene efectos positivos sobre el hombre. Por lo tanto, resulta imprescindible que los niños sean inducidos tempranamente con ella. Oír y tocar música a temprana edad, incentiva el desarrollo espiritual y la inteligencia del niño. Antes de nacer Lo primero que escucha un niño por nacer es el latido del corazón de su madre. Por eso, todas las personas tienen la impresión de la música, básicamente interpretada al son del ritmo cardíaco tiene efectos calmantes. Aproximadamente a partir del séptimo mes de gestación, el niño estaría en condiciones de percibir el sonido del mundo externo. El timbre de voz de la madre, es el que mejor queda registrado. las experiencias musicales antes de nacer pueden contribuir, entonces, a formar el oído musical y desarrollar la forma de sentir la música. Primer año de vida El cerebro del lactante se sigue desarrollando durante el primer año de vida. Los estímulos externos, como el contacto con la madre influyen en la forma en que se desarrolla el cerebro y marcan al niño. Cantarle canciones infantiles simples, seguramente contribuye a afinar su percepción de la música, aunque esto sea difícil de probar en lo científico. El periodo preescolar El niño ya aprendió a hablar y a cantar. A través de la música, expresa deseos y sueños, juega con el lenguaje inventando letras fantasiosas de canciones, que suelen carecer de sentido. Pero la música también es un medio para canalizar la agresividad. A partír de los cuatro años, aproximadamente, el niño es capaz de asistir a cursos de iniciación musical temprana. En ellos, las criaturas aprenden, por ejemplo, a lograr el dominio sobre la ira, la tristeza o el dolor. Esta es una habilidad importante a la que se podrá recurrir más adelante, siendo adulto. La edad escolar Aquí también se aplica la consigna "Lo que no aprende Juancito..." Este saber popular nos sugiere que padres y educadores pueden incentivar en los niños el sentido por la música y promover que la sepan recrear. Para los niños será un placentero tener contacto con ella, además les servirá para desarrollar su personalidad y apuntalará su mundo de experiencias y capacidad de autodeterminación. La pubertad La pubertad es una etapa de crecimiento en la cual, los niños son fáciles de tentar, en la que se sienten inseguros y en la que su temperamento se debate entre abruptos cambios de humor. En muchos casos, tocar o escuchar música facilita el proceso de maduración. Se dan los primeros pasos


en el afincamiento de la propia conciencia para ir mitigando las tensiones emocionales. En esta etapa de vida, la presión socia de los amigos y compañeros de escuela es particularmente fuerte. También la industria de la música pone en la mira a las niñas y a los niños de esta edad como grupo objetivo. La casa paterna, la escuela y la Iglesia pueden estabilizar a los púberes, ofreciéndoles la posibilidad de realizar actividades musicales y promoviendo que lo sigan haciendo en el futuro. La juventud En ninguna otra fase de vida, el gusto por la música desempeña un papel tan destacado como en la juventud. La forma de vestirse, la música que escuchan, deciden a que grupo de adolescentes pertenece el joven. A veces se producen conflictos con los padres por el gusto musical de los hijos jóvenes. Los padres suelen estar preocupados porque detrás de los sonidos "extraños" que salen de la habitación del adolescente bien podría ocultarse un abrupto cambio de personalidad. Por suerte esta es una situación poco común. La ciencia ya demostró que el gusto musical no es necesariamente un reflejo de la personalidad. Más allá de ello, el gusto por la música de los jóvenes es objeto de importantes idas y vueltas. Lo que hoy está de moda, mañana ya a nadie le interesa. Recién a edad adulta se fortalecen las preferencias musicales. Las preferencias musicales Al respecto el escritor Wilhelm Busch comentaba (en alemán en rima): "Muchas veces la música no se considera linda porque siempre se la vincula a ruido inconsistente". La música que depara placer a un joven, para otra persona puede ser un verdadero suplicio...Las preferencias musicales que tiene cada persona están marcadas por sus experiencias personales, por el disfrute de la música en la casa paterna y, más adelante, en el círculo de amigos. Lo que le es familiar a una persona por lo general es considerado bello, por el contrario, los sonidos extraños se tildan más bien de raros o repulsivos. El efecto sobre la salud La música puede incentivar o perjudicar la buena salud de las personas. Puede producir estrés o tener un efecto relajante, generar agresividad o calma, y al mismo tiempo puede mejorar la capacidad auditiva o destruirla, al punto de producir sordera. Los daños auditivos Un volumen alto y la exposición prolongada al ruido, producen hipoacusia. En algunas personas, este proceso avanza rápidamente, en otras es más lento. Para el oído, la fuente del ruido, ya sea música o sonido de máquinas de aviones o de balancines neumáticos, es absolutamente indiferente. Aproximadamente el 60 por ciento de los jóvenes de 20 años en Alemania sufren de daños auditivos: El motivo: hay demasiadas fuentes de ruido y muy pocas pausas para que los oídos descansen. La exposición permanente a la música, ya sea en el automóvil, en la propia casa (principalmente a través de auriculares), en las conferías bailables y en camino al trabajo o a la escuela con el walkman, es la culpable. También lo son los ruidos en el trabajo o al realizar tareas en el hogar al amolar, agujerear o aserrar. Muchas veces el afectado recién nota la reducción de su capacidad auditiva cuando aparece un zumbido permanente y en los oídos (tinnitus) o cuando otros le dicen insistentemente que está "sordo". Esta pérdida en la capacidad auditiva no tiene cura. Sólo puede ser mitigada con la ayuda de audífonos. La única manera de evitarla es la prevención. Por ejemplo, utilizando protectores auditivos en puestos de trabajo ruidosos y evitando la música


demasiado fuerte. Una regla simple: si debido al ruido o la música resulta imposible conversar o es necesario gritar, el oído corre grave riesgo de quedar afectado. Consejo e información La Iglesia Nueva Apostólica se ha propuesto incentivar la música edificante, la que regocije el alma y el espíritu. Se han propuesto también, asesorar a los padres para que la aptitud musical de sus hijos pueda ser mejorada sensiblemente, no por último a través de la educación musical temprana. Pero también los padres, portadores de ministerio y los que colaboran con el trabajo infantil y juvenil deben ser informados sobre los efectos y los peligros que entraña la música y las formas en que esta consume. Por razones éticas y religiosas, la Iglesia Nueva Apostólica aconseja evitar la música que -exprese el odio a Dios, la creación y el hombre, -identifique el culto satánico, -propenda a la discriminación, -difunda ideas sexistas, -exhorte a la violencia y a la guerra, -quiera generar miedo o sentimientos de culpa. Por razones médicas, la Iglesia Nueva Apostólica recomienda evitar las interpretaciones o los festivales musicales en los que: -los participantes sean expuestos sostenidamente a fuertes volúmenes de sonido (peligro de hipoacusia), - los oyentes pudieran experimentar la pérdida del autocontrol por entrar en trance o por consumo de sustancias energizantes o que generan adición


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