LA SANTA CENA 2º PARTE IGLESIA NUEVA APOSTÓLICA.

Page 1

Iglesia Nueva Apostólica Internacional

La Santa Cena – 2ª parte En la segunda parte del artículo sobre la Santa Cena se explicarán primero los distintos niveles del significado de este Sacramento: es cena de conmemoración, cena de confesión, cena de comunión y cena del tiempo final. Luego siguen exposiciones sobre la verdadera presencia de cuerpo y sangre de Jesús, así como del sacrificio de Jesús en la Santa Cena. A continuación, se tratará la relación entre la Santa Cena y el perdón de los pecados, como también la relación entre el ministerio de Apóstol y la Santa Cena. Finalmente, se hablará de los efectos de la Santa Cena y de quién puede participar en ella.

La Santa Cena como cena de conmemoración La Santa Cena es una cena de conmemoración, pues en ella se recuerda en primer lugar la muerte de Jesucristo como un hecho único y válido para todos los tiempos. Es importante recordar este hecho porque destaca que Jesucristo es verdadero hombre y tuvo que sufrir una muerte verdadera. También se recuerda la situación de la institución de la Santa Cena en presencia de los Apóstoles, subrayando de esa manera la importancia que ellos tienen para la correcta administración de la misma. No obstante, la recordación va aún más allá, incluyendo la resurrección del Señor – por eso la Santa Cena también es una cena pascual – y su ascensión. Todo el que celebra la Santa Cena, tiene parte en esta recordación y su anuncio, hasta que Jesucristo venga (comparar con 1 Corintios 11:26). No se trata entonces, solamente de un recuerdo orientado al pasado, sino también de la convicción de la presencia de Cristo en la actualidad y de su futuro reino.

La Santa Cena como cena de confesión La Santa Cena es una cena de confesión (“la muerte del Señor anunciáis“). El confesarse a la muerte, resurrección y retorno de Jesucristo es parte de la confesión básica de la fe cristiana. Esta confesión es requerida en todos aquellos que desean participar de la Santa Cena y recibirla para su salvación.

D&E © 2011 Iglesia Nueva Apostólica Internacional

Pagina 1 de 6 Octubre 2011


Quien participa permanentemente de la Santa Cena, asimismo confiesa su fe en el obrar y la potestad de los Apóstoles de Jesús que hoy están activos, como expresa la Confesión de fe nuevoapostólica. El énfasis en el carácter confesional de la Santa Cena también es de utilidad para evitar un manejo irreflexivo o puramente formal de este Sacramento.

La Santa Cena como cena de comunión La Santa Cena es, en tres sentidos, una cena de comunión: En el festejo de la Santa Cena, el Hijo de Dios encarnado y glorificado está en comunión primeramente con sus Apóstoles. Aquí se repite la situación original de cuando fue instituida. Pero en cada festejo de la Santa Cena, el Resucitado también está en comunión con los creyentes que la reciben dignamente y para su salvación. Además, en la Santa Cena también se halla en comunión entre sí la comunidad reunida para el Servicio Divino.

La Santa Cena como cena del tiempo final La Santa Cena posee un carácter del último tiempo, es decir, un carácter escatológico, pues está estrechamente relacionada con la cena de las bodas en el cielo. En Jesucristo se ha acercado el reino de Dios. Conforme a lo expresado por Él: “No beberé más del fruto de la vid, hasta que el reino de Dios venga” (Lucas 22:18), la comunidad reunida para la Santa Cena espera esta promesa cuyo cumplimiento se anuncia en la comunión de la Santa Cena. Hasta la unión futura y definitiva de la esposa con el Novio, la comunidad experimenta la más estrecha comunión con el Señor en la Santa Cena.

La verdadera presencia de cuerpo y sangre de Cristo en la Santa Cena Mediante la consagración y pronunciando las palabras de institución, no es transformada la sustancia de los elementos pan y vino. Antes bien, se les agrega la sustancia del cuerpo y sangre (consustanciación). Por lo tanto, no tiene lugar una transformación de la sustancia (transustanciación). Existe una estrecha vinculación entre la Santa Cena y el hecho de que Jesucristo posee naturaleza humana y naturaleza divina, coexistiendo ambas en Él en forma pura e inseparable. La relación de pan y vino con el cuerpo y la sangre de Cristo debe entenderse a

D&E © 2011 Iglesia Nueva Apostólica Internacional

Pagina 2 de 6 Octubre 2011


partir de allí: después de la consagración existe un paralelismo entre las analogías “pan y vino – naturaleza humana de Cristo” y “cuerpo y sangre – naturaleza divina de Cristo”. En la Santa Cena, pan y vino corresponden a la naturaleza humana; cuerpo y sangre a la naturaleza divina de Cristo. Consiguientemente no puede producirse una transustanciación del pan y el vino. Antes bien, después de la consagración, el pan y el vino mantienen su sustancia natural. Pan y vino no son únicamente metáforas o símbolos del cuerpo y la sangre de Cristo; el cuerpo y la sangre de Cristo, más bien, están verdaderamente presentes (presencia real). A la sustancia del pan y vino se le agrega, a través de la palabra de consagración pronunciada por un Apóstol o un portador de ministerio autorizado por él, la sustancia del cuerpo y la sangre de Cristo. Por este hecho no se opera cambio alguno en la apariencia externa (accidente) de los elementos de la Santa Cena. Así como en Jesús mientras vivía sobre la tierra sólo era visible el ser humano, en la Santa Cena sólo pueden verse pan y vino. Sin embargo, después de la consagración los elementos de la Santa Cena tienen, análogamente a ambas naturalezas de Jesucristo, dos sustancias, que son la sustancia del pan y el vino, así como la sustancia del cuerpo y la sangre de Cristo. El Hijo de Dios, por ende, está verdaderamente presente en los elementos de la Santa Cena, en su divinidad y en su naturaleza humana. Sin embargo, no sucede en los elementos de la Santa Cena que el pan sólo corresponde al cuerpo y el vino sólo a la sangre de Cristo, más bien el cuerpo y la sangre de Cristo están totalmente presentes en cada uno de ambos elementos, en el pan y en el vino. El cuerpo y la sangre de Cristo quedan presentes en las hostias consagradas hasta que hayan llegado al receptor establecido. Después del Servicio Divino, las hostias que no fueron suministradas, deben ser tratadas con reverencia y cuidado.

La verdadera presencia de cuerpo y sangre de Cristo en la Santa Cena En la Santa Cena no sólo están presentes cuerpo y sangre de Cristo, sino que también está verdaderamente presente el mismo sacrificio de Jesucristo. Este ha sido ofrecido una vez y en la Santa Cena no se repite. La Santa Cena tampoco es un simple recordatorio del mismo; antes bien, durante el festejo de la Santa Cena Jesucristo está en medio de la comunidad como el que fue crucificado, el que resucitó y el que vendrá nuevamente. De esa manera, también está presente el sacrificio que ofreció y por sus efectos cada uno podrá acceder a la salvación. Así, el festejo de la Santa Cena le hace tener presente a cada participante una y otra vez la muerte del Señor en sacrificio y por ende, la podrá anunciar con convicción (comparar con 1 Corintios 11:26).

D&E © 2011 Iglesia Nueva Apostólica Internacional

Pagina 3 de 6 Octubre 2011


El perdón de los pecados y la Santa Cena El perdón de los pecados y la Santa Cena están estrechamente relacionados. Tanto el perdón de los pecados como la Santa Cena tienen su fundamento en el sacrificio de Cristo (comparar con Hechos 13:37-38). Cristo instituyó la Santa Cena en vista de su sacrificio: “Porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados” (Mateo 26:28). Esta palabra del Señor pone en claro al mismo tiempo, que Él ofreció su sacrificio para redimir al hombre del pecado. Cristo les dio potestad a sus Apóstoles para anunciar el perdón de los pecados y celebrar la Santa Cena así como Él mismo hizo con ellos (Lucas 22:19: “Haced esto en memoria de mí“). Aunque el sacrificio de Cristo está presente en la Santa Cena, este Sacramento no causa por sí mismo el perdón de los pecados. Más bien, el perdón de los pecados antes de la consagración de los elementos de la Santa Cena, sirve para posibilitar la participación digna en la misma.

La Santa Cena y el ministerio de Apóstol Jesucristo instituyó la Santa Cena en presencia de los Apóstoles, confiándosela a ellos. Les dio el encargo de predicar el Evangelio y dispensar los Sacramentos. En la epístola a los Hebreos queda demostrado que Jesucristo es el verdadero Sumo Sacerdote, que se ofreció a sí mismo en sacrificio. Cuando el Apóstol o el portador de ministerio sacerdotal autorizado por él, realiza la consagración, esto acontece por encargo y poder pleno de Jesucristo. Es el Espíritu Santo el que hace posible la verdadera presencia del Hijo de Dios, su cuerpo y sangre en la Santa Cena. También en este sentido, los Apóstoles de Jesús son “administradores de los misterios de Dios” (1 Corintios 4:1).

Las palabras de consagración de la Santa Cena El portador de ministerio autorizado pronuncia las siguientes palabras para la consagración de la Santa Cena: “En el nombre de Dios, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, separo pan y vino para la Santa Cena y coloco sobre los mismos el una vez traído y eternamente valedero sacrificio de Jesucristo, pues el Señor tomó pan y vino, y habiendo dado gracias, dijo: Esto es mi cuerpo que por vosotros es partido. Esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados. ¡Tomad, comed! Haced esto en memoria de mí. Así, pues, todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis este vino, la muerte del Señor anunciáis hasta que Él venga. Amén”.

D&E © 2011 Iglesia Nueva Apostólica Internacional

Pagina 4 de 6 Octubre 2011


El festejo y la recepción de la Santa Cena El Sacramento de la Santa Cena es dispensado suministrando cuerpo y sangre de Jesucristo en la hostia consagrada, con las palabras: “El cuerpo y la sangre de Jesús dados para ti”. Por lo tanto, la denominación “Santa Cena” se utiliza en primer lugar para la hostia consagrada y suministrada (pan y vino como medio sacramental). Como también la consagración de las hostias y su administración forman parte del Sacramento, el concepto “Santa Cena” en un sentido más amplio es la denominación del acto completo de consagración y administración (acto sacramental). Debido a su gran importancia, se convoca a la comunidad a celebrar la Santa Cena en solemne devoción, profunda fe y entrega total a Cristo.

Condiciones previas para recibir la Santa Cena Las condiciones previas básicas para recibir dignamente la Santa Cena son un corazón deseoso de salvación y arrepentido, y la fe. Aunque la incredulidad no invalida el Sacramento, la fe es la condición previa para que pueda tener efectos de salvación y bendición. La incredulidad al recibir el Sacramento puede relacionarse con 1 Corintios 11:29: “Porque el que come y bebe indignamente, sin discernir el cuerpo del Señor, juicio come y bebe para sí”. Quien es indiferente al padecimiento y la muerte de Cristo o toma el festejo del Sacramento sólo como una costumbre, participando del mismo de esa manera, corre el riesgo de gustar la Santa Cena indignamente.

Cómo se recibe la Santa Cena La Santa Cena es recibida tanto por los portadores de ministerio como por la comunidad en sus dos figuras, es decir, en pan y vino. Desde 1917, la Iglesia Nueva Apostólica suministra ambos elementos de la Santa Cena conjuntamente en la forma de una hostia en la que se han dejado caer gotas de vino.

Los efectos de la Santa Cena Quien gusta dignamente la Santa Cena, es partícipe del mérito obtenido por Jesucristo con su sacrificio. El tomar parte en el nuevo pacto y en el mérito de Cristo, iniciado en el Santo Bautismo con Agua y en el Bautismo con Espíritu, se confirma permanentemente al recibir la Santa Cena.

D&E © 2011 Iglesia Nueva Apostólica Internacional

Pagina 5 de 6 Octubre 2011


Además, la Santa Cena garantiza la comunión de vida con el Hijo de Dios. Constituye una manifestación visible y un fortalecimiento de la vida con Jesucristo. A través de su cuerpo y sangre, Cristo comparte con el creyente su naturaleza, que se destaca ante todo por la perfección de su poder para vencer, de manera que el creyente vive en Cristo. A raíz de la verdadera presencia del cuerpo y sangre de Cristo, participar dignamente de la Santa Cena da lugar a la verdadera comunión con el Señor, unificando a los creyentes entre sí, tanto a los que viven como a los que han muerto (comparar con Juan 17:20-21). Esto también se expresa en 1 Corintios 10:17: “Siendo uno solo el pan, nosotros, con ser muchos, somos un cuerpo; pues todos participamos de aquel mismo pan”. La unidad de los creyentes adquirida a través de la Santa Cena, es la unidad con Jesucristo, los Apóstoles por Él enviados y todos los renacidos de agua y Espíritu. En contraste con otros tipos de comunión íntima de participación, la verdadera naturaleza y la verdadera forma de la Iglesia de Cristo son más evidentes en la comunión de la Santa Cena. La Santa Cena es un medio esencial en la preparación para el día del retorno de Cristo.

El derecho para participar de la Santa Cena Están autorizados para participar en forma permanente de la Santa Cena quienes hayan sido bautizados en la Iglesia Nueva Apostólica, los adoptados y los sellados. Estos se confiesan a los contenidos de los artículos de la fe nuevoapostólicos, la Confesión de fe. Una condición esencial para recibir la Santa Cena es el Santo Bautismo con Agua; sólo los bautizados deben tomar la Santa Cena. Si bien por lo general sólo los cristianos nuevoapostólicos reciben la Santa Cena, también se les puede conceder el acceso a la Santa Cena como invitados a aquellos cristianos que hayan sido bautizados en la debida forma. Se les debería aclarar que la Santa Cena consiste en una cena de confesión al Hijo de Dios que ha muerto, resucitado y que vendrá nuevamente. Retirándose o siendo excluido de la Iglesia Nueva Apostólica caduca al mismo tiempo el permiso para participar de la Santa Cena. Al volver a ingresar a la Iglesia Nueva Apostólica se permitirá a la vez la participación en la Santa Cena.

D&E © 2011 Iglesia Nueva Apostólica Internacional

Pagina 6 de 6 Octubre 2011


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.