Iglesia Nueva Apostólica Internacional
La doctrina de las últimas cosas: el simbolismo del Apocalipsis sobre el último tiempo Parte I En la primera parte de esta serie de artículos se definirá en primer lugar el concepto “últimas cosas”. Luego se explicará la doctrina de la doble venida de Cristo valiéndose de la epístola a los Tesalonicenses y del lenguaje simbólico del Apocalipsis. A continuación se tratará lo que acontecerá en la primera venida de Cristo. Le sigue una referencia a las bodas del Cordero y a la gran tribulación.
¿Qué son las “últimas cosas”? Dentro de la teología se llama “doctrina de las últimas cosas” a la doctrina sobre la muerte, el más allá, la resurrección y el juicio. El concepto “escatología” que hace un tiempo está apareciendo en la doctrina nuevoapostólica, no significa otra cosa que la doctrina de las últimas cosas. Lo que sigue no ahondará en el tema de la muerte o el más allá, sino que tratará el futuro escatológico: el retorno de Cristo, el arrebatamiento, la Primera Resurrección, las bodas del Cordero, la gran tribulación, el reino de paz, el juicio final y la nueva creación. Estos aspectos de nuestra fe en el futuro son llamados en el Catecismo “La doctrina de las cosas futuras” (Catecismo de la INA §10). La siguiente exposición se basa en los enunciados del Catecismo y los explica. La doble venida de Jesucristo La principal esperanza en el futuro que poseen los cristianos nuevoapostólicos es la certeza del retorno de Cristo. De esta esperanza no sólo da testimonio el Nuevo Testamento, sino también las Confesiones de la Iglesia antigua y además, el noveno artículo de la Confesión de fe nuevoapostólica. Muchos cristianos tienen la convicción de que el retorno de Cristo está vinculado con el juicio final. La Iglesia Nueva Apostólica enseña, además, que Jesucristo vendrá primero para buscar a la comunidad nupcial.
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Luego Jesucristo vendrá con esta comunidad para establecer el reino de paz. Esta segunda venida es llamada la “venida del Señor con poder y gran gloria”. La doctrina de la doble venida de Cristo no sólo se encuentra en la Iglesia Nueva Apostólica y en la Iglesia Católica Apostólica, sino también en otras Iglesias cristianas surgidas en el siglo XIX. 1 Tesalonicenses 4:15-17 y Apocalipsis 19:11-16 constituyen importantes fundamentos bíblicos para la doctrina de la doble venida de Cristo. La 1º epístola a los Tesalonicenses, que probablemente sea el libro más antiguo del Nuevo Testamento, habla de la venida de Cristo relacionada con la resurrección de los muertos y el arrebatamiento de los vivos. El Apocalipsis de Juan explica este acontecimiento y además habla en múltiples imágenes de variadas interpretaciones de una venida de Cristo con los suyos para establecer su reino.
El retorno de Cristo y el arrebatamiento de la comunidad Una prueba importante del retorno de Cristo para arrebatar o buscar a su comunidad es 1 Tesalonicenses 4:15-17: “Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor”. Este texto tenía originalmente una función de consolación, pues en la Iglesia de Tesalónica algunos se preguntaban qué ocurriría con los miembros de la comunidad que morían antes del retorno de Cristo. Se temía que esos muertos no tuviesen participación en el retorno. Nuestro texto habla sobre esta situación apremiante. Pablo aquí abre un nuevo acceso al acontecimiento del retorno y deja en claro su carácter de consolación. Observando en este pasaje qué acontecimientos menciona, resulta lo siguiente: en el retorno de Jesucristo, los muertos en Cristo resucitarán incorruptibles y los vivos que se dejaron preparar para su venida vivirán la transfiguración sin padecer la muerte física. Los que viven y los muertos recibirán entonces un cuerpo semejante al cuerpo de resurrección glorificado de Cristo. Aquellos que hayan recibido un cuerpo glorificado, serán arrebatados todos juntos hacia Jesucristo para ser llevados a la eterna comunión con el trino Dios. Para esta comunión el Apocalipsis emplea la imagen de la novia o la esposa.
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Las bodas del Cordero La comunión de la novia con Jesucristo después del arrebatamiento es llamada en el Apocalipsis las “bodas del Cordero”. La imagen de la fiesta de bodas escatológica alude a la comunión perpetua de la comunidad nupcial con su Señor y la participación en su gloria (comparar con Ap. 19:6-9). ¿Por qué en este contexto se habla de Jesús como el Cordero? La imagen del cordero que es llevado al matadero ya es utilizada en Isaías 53:7 para el siervo de Dios angustiado. En el Nuevo Testamento, Jesús es llamado el Cordero por Juan el Bautista: “He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo” (Jn. 1:29). Esto alude a que Jesús ofrece el sacrificio por los pecados de la humanidad. En el Apocalipsis de Juan aparece la imagen de Cristo como el Cordero en diferentes lugares. Apocalipsis 5:12 expresa que el Cordero que fue inmolado, fue el que obtuvo la victoria. Esto significa que el Hijo de Dios humillado y crucificado es al mismo tiempo triunfante y vencedor. El Cristo crucificado es el que vendrá nuevamente, el Novio que buscará a su novia. Mientras se festejen las bodas del Cordero, los hombres sobre la tierra tendrán que padecer el dominio de Satanás, la gran tribulación.
La gran tribulación Después del retorno de Cristo comenzará un tiempo en el que los hombres y la creación toda estarán expuestos al poder de Satanás. Mientras que la comunidad nupcial tomará parte en las bodas del Cordero, reinarán sobre la tierra circunstancias negativas y el mal desplegará su poder. La comunidad nupcial quedará preservada de estas circunstancias. Hace referencia a estos acontecimientos Apocalipsis 3:10, entre otros; allí habla de la “hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra”. Ya en Daniel 12:1 se menciona ese período de la historia de la salvación aludiendo a un “tiempo de angustia”. El gran despliegue de poder de Satanás en la gran tribulación supera ampliamente las pruebas y la gravedad de las aflicciones por las que debe pasar la Iglesia antes del retorno del Señor. No obstante, también durante la gran tribulación se podrá experimentar protección y acompañamiento divino. Dios no deja solos a aquellos que creen en Él y que lo buscan. En Apocalipsis 12:6 se encuentra la imagen de la mujer vestida del sol, que en el
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“desierto”, es decir, en una condición de aflicción y privación, sigue experimentando acompañamiento divino y atención espiritual. También en ese tiempo habrá cristianos que serán matados por causa de su testimonio de Cristo. Estos se convertirán en “testigos de sangre”, es decir en mártires (Ap. 13:10 y 15; comparar con Ap. 14:12-13). Estos mártires no quedarán en la muerte, sino que en la venida de Cristo con poder y gran gloria serán provistos de un cuerpo de resurrección formando parte del sacerdocio real.
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