¿SIEMPRE? . Un interrogante? “Siempre”: vocablo terminológico simple. Pretensiones de globalidad. De “plenitud”. De “absolutismo” De inmovilismo. De irreductibilidad. De inalterabilidad. De “irrevocabilidad” En plena rivalidad con la realidad de las cosas. Con la vida. En su más plena esencia. Una lectura inicial en armonía con términos como estabilidad. Permanencia Continuidad. Lectura apta para tranquilizar situaciones y conciencias. Lectura limitativa. Reduccionista.. Lectura “innegociable” en términos vitales. La vida es cambio. Una variabilidad imponderable de cambios. Un interrogante sostenido . En el tiempo. En el espacio. Un movimiento vacilante permanente. En contradicción con el determinismo del “siempre”. La incertidumbre. Esencia de la vida. Vivir es dudar! No es un mero planificar. No es un mero dibujar impolutos escenarios de actuación. Vivir colisiona con creencias radicales. Con criterios irrenunciables. Con valores inalterables. Con seguridades sostenidas. Con rigideces estructurales. Con ensimismamientos coercitivos. Con esencias inmutables. Con pensamientos estáticos. Con parálisis emocionales. Con reflejos condicionados. Con inmovilismos irreparables. Con sensibilidades abúlicas. Con sensibilidades asépticas. Con sensibilidades anoréxicas. Con acriticismo indulgente.. Con orientaciones rutinarias. Con reduccionismos “estratégicos”. Con esencias incuestionables e incuestionadas. Con referentes inmóviles.
Con diseños de ortodoxia irrefutable. Con “coherencias “cartesianas. Con “sentidos” estables. Con fórmulas incuestionables e incuestionadas. Vivir es esencialmente compartir receptivamente el cambio. Los cambios. “Siempre”. Si! Fómula, pretendidamente, sostenible como lenitivo emocional Como” prozac” vital. Difícil diseñar un “cuaderno de bitácora”. Difícil diseñar los rumbos . Vivir implica una clara movilización y apertura a lo inesperado. A lo cambiante. A lo inseguro. Díficil encaje de declaraciones absolutistas. De fanatismos evidentes o encubiertos. De “esencias compulsivas” De “hieratismos ideológicos”. De “hagiografías” transparentes, diáfanas. De rotundidades. De “excesos afirmativos”. De pronunciamientos indiscutibles. De partituras irrefutables. De musicalidades armoniosas. Necesidad de afrontamiento de lo nuevo. Necesidad de afrontamiento de nuevas dinámicas. De nuevos sentidos. De nuevos enfoques. De nuevas realidades. De nuevas “esencias”. De nuevas “sincronías”. De nuevas “temporalidades”. De nuevas perspectivas. De nuevos pensamientos. Una permanente creatividad. Una permanente apertura. Una permanente receptividad. Una permanente permeabilidad. Una permanente sensibilidad. Una renovada visión. Una renovada “revisión”. Una evaluación “evolutiva”. Una revisión dinámica. Un “aquí y ahora” en constante movimiento. Una liberación de todo tipo de corsés. De redundancias inútiles. De reiteraciones infundadas. De validaciones estáticas. De prejuicios establecidos. De inexpugnabilidades. De clonaciones.
De inmovilismos. De acriticismos. De “sintonías” inalterables. De ideas preestablecidas. De “moralidades” inapelables. De “cegueras” interesadas. De “inmovilismos”. Apertura hacia el cambio. Apertura hacia el movimiento. Apertura hacia lo impredecible. Apertura a la fragilidad. Apertura al riesgo. Apertura a la vida. Todo ello en un claro desencuentro con el término “siempre”. Con la pretendida seguridad de la oferta que el término en sí mismo incorpora. Evidencia de la “vacuidad” del término “siempre” Cabe el término en su pretendida “voluntad” de “apropiación” del todo? Es un término que “corresponde”, empatiza con la realidad de la vida? Es un término verbal “discapacitado” ? Es un mero sostén formal? Es una “voz vacía”? Es un mero “desideratum”?