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El Acuerdo Bermejo de Restos Humanos

1. El respeto por los restos mortales de los muertos deberá ser acordado con todos sin tener en cuenta el origen, raza, religión, nacionalidad, costumbre y tradición. 2. El respeto por los deseos de los muertos concerniente a la disposición será acordado siempre que sea posible, razonable y legal, cuando ellos son conocidos o pueden ser razonablemente inferidos. 3. El respeto por los deseos de la comunidad local y de familiares o guardianes de los muertos será acordado siempre que sea posible, razonable y legal. 4. El respeto por el valor de la investigación científica de esqueletos, momias y otros restos humanos (incluyendo fósiles de homínidos) será acordado cuando se demuestre que existe tal valor. 5. El acuerdo (convenio, concordancia) en la disposición de los fósiles, esqueletos, momias y otros restos será alcanzado mediante negociaciones en las bases del respeto mutuo por las legítimas preocupaciones de las comunidades por la apropiada disposición de sus ancestros, así como las legítimas preocupaciones de la ciencia y educación. 6. El reconocimiento expreso que las preocupaciones de varios grupos étnicos, así como aquellas de la ciencia son legítimas y son respetadas, permitirá acuerdos aceptables a ser alcanzados y honrados. Otras mociones también aprobadas por la Sesión Plenaria incluyen una petición de la Administradora WAC para tentar a: Establecer una beca de dos o tres años, proveyendo manutención, y costos de investigación de un individuo para localizar, inspeccionar y documentar las condiciones de las colecciones de esqueletos y los bienes asociados a entierros con una visión en la posible repatriación y/o enterrarlo nuevamente. Una segunda moción fue añadida: Esos fondos deberían ser también solicitados por la gente indígena para visitar aquellas colecciones una vez que hayan sido identificadas. La Administración también estableció un sub-comité de representantes indígenas, para desarrollar un Código de Etica para la práctica arqueológica, para la consideración del Concilio en WAC2 en 1990. Durante el Inter-Congreso un cráneo de Madagascar (parte del cráneo del Jefe Tomaka de Sogayé, el cual había sido llevado a Europa por los franceses en 1840 y luego dispuesto en la colección de un museo) -confiado a la WAC por Lord Wc Alpine para retornar a su país de origen- fue formalmente entregado para su retorno a Madagascar y su disposición de acuerdo a apropiadas prácticas culturales. Previamente, el cráneo completo de un Aborigen Australiano, el cual había estado en una Escuela Médica de Londres todo el tiempo por probablemente 100 años, fue entregado por el presidente de WAC a funcionarios de la Casa Australiana en Londres. Siguiente al Inter-Congreso, los participantes tomaron parte en el tour del Post-Congreso donde fueron invitados a aisitir a una ceremonia en la que se volvía a enterrar, en Wounded Knee, un considerable número de huesos los cuales habían sido perturbados por la construcción de un camino. Desde 1985 las cajas de cartón de huesos, a pedido de los “Indios Americanos en contra del sacrilegio”, han estado custodiadas en el Laboratorio Arqueológico de la Universidad del Dakota del Sur, y donde ahora son enterrados de nuevo bajo la dirección de líderes rituales Sioux y Seminole.

Universidad Nacional Mayor de San Marcos (Universidad del Perú, DECANA DE AMÉRICA)

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BOLETÍN DE ESTUDIANTES DE ARQUEOLOGÍA

AÑ0 2 Nº 2

MARZO, 2005

Tema:

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Colaboraciones:

Carlos Viviano Llave Carlos Alvino Loli Carlos Hidalgo Paúcar Javier Salinas Paz

Al arribo en el sitio del “re-entierro” estos líderes tribales llevaron sus espadas a los arqueólogos, diciendo que han sido responsables de la remoción de tantos huesos de indios de la tierra en el pasado, y que ellos deberían ser responsables por el regreso de estos ancestros a la tierra. Así fue que los arqueólogos y antropólogos de todo el mundo, unidos por los aborígenes australianos y otros, tomaron turnos para cavar un agujero de seis pies de profundidad y 6m², y cargaron pesadas cajas de cartón a la tumba y los bajaron. Luego, después de una breve ceremonia india, ellos fueron instruidos para cubrirlos con tierra. Únicamente cuando la tumba fue completamente llenada los líderes rituales vinieron de nuevo, para celebrar las ceremonias religiosas finales sobre los restos de sus ancestros. A poco menos de seis semanas del Inter-Congreso, y de la aparición en las noticias nacionales de la NBC de la filmación de la ceremonia de “re-entierro”, La Institución Smithsoniana se reservó su previa política de negarse a revelar detalles de sus colecciones de huesos y de únicamente retornar los restos humanos de conocidos y renombrados individuos, y anunciaron que su gran colección de restos de esqueletos de indios americanos serían retornados en el futuro en respuesta a alguna petición donde haya “razonable certeza” de un vínculo entre el grupo viviente y los restos solicitados. Jan Hammil Bear Shield, Director de los “Indios Americanos en contra del sacrilegio”, en bienvenida a este cambio de política, dijo que “sin el Inter-Congreso de Dakota del Sur el Smithsoniano no habría reaccionado tan rápido”.

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Edición: Jorge Carlos Alvino Loli

“En los templos o guacas, que es su oratorio, les daban a los que tenían por dioses presentes y servicios y mataban animales para ofrecer por sacrificio la sangre de ellos. Y por que les fuese más grato, sacrificaban otra cosa más noble, que era sangre de algunos indios, a lo que muchos afirman. Y si habían preso a algunos de sus comarcanos con quien tuviesen guerra o alguna enemistad juntábanse (según también cuentan), y después de haberse embriagado con su vino y haber hecho lo mismo con el preso, con sus navajas de pedernal o de cobre el sacerdote mayor de ellos lo mataba, y cortándole la cabeza la ofrecían con el cuerpo al maldito demonio, enemigo de natura humana”. La Crónica del Perú Pedro Cieza de León Cap. XLVIII, p. 132.

La Arqueología es una disciplina científica que nos introduce al estudio del hombre y de sus circunstancias históricas, de la memoria humana. Esta postura, respecto al estudio y conocimiento del pasado siempre ha estado presente en las diferentes sociedades de la humanidad, pero es a finales del siglo XIX d.C. cuando comenzó a estructurarse la profesión arqueológica tal y como la conocemos actualmente. El interés por el pasado motivó el uso de principios utilizados en otras disciplinas y de esta forma construir una base de carácter científico.

Es así que a lo largo del siglo XX la Arqueología fue accediendo a nuevos campos de estudio e implementando diferentes procedimientos metodológicos en base a diversos adelantos técnicos. En los últimos años la Arqueología ha ido adquiriendo nuevas vías de desarrollo, tanto dentro de las posturas académicas como también en la ética profesional, la opinión y presencia arqueológica en los diferentes proyectos sociales actualmente es necesaria. De esta forma la Antropología Física adquiere vigencia, no solo como forma de conocer el pasado sino también para considerar las actitudes presentes.

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Procedimiento Diagnóstico. Ventriculografía: Durante la ventriculografía el líquido cefalorraquídeo es reemplazado por aire o una sustancia de contraste. Este estudio es de particular importancia en el diagnóstico de tumores. El procedimiento se efectúa cuando existe una obstrucción entre el sistema ventricular y el conducto espinal. Se aspira el líquido ventricular, se introduce el aire a través de pequeños orificios y luego se obtienen placas radiográficas. Ecoencefalografía: Este estudio emplea ondas de ultrasonido para detectar la presencia de abscesos, tumores y hematomas cerebrales. Este procedimiento habitualmente se emplea en situaciones de urgencia. Tomografía axial computarizada. Esta genera radiografías del cerebro (u otras partes del organismo) representadas en cortes transversales. A través de ellas se obtiene el contorno de los ventrículos del cerebro, nervios, vasos sanguíneos, tumores u otras estructuras. Los tejidos se muestran de acuerdo con su coeficiente relativo de absorción de rayos X. Trepanación Exploradora: A pesar de los progresos alcanzados en materia de diagnósticos neuroquirúrgicos, hay circunstancias en que debe abrirse el cráneo para explorarlo y verificar la existencia de una lesión previamente localizada o sospechada. CONCLUSIONES. El estudio de las trepanaciones craneanas fue realizado por muchos investigadores de diferentes partes del mundo. Para poder entender las causas y el modo de como lo llevaron a cabo, se ha tenido que recurrir a comparaciones con tribus que ha mediados del siglo XX que tuvieron arraigada este tipo de actividad, esto, de alguna manera nos puede llevar a generalizar y a la vez tener inferencias erradas. Principalmente el objetivo de este trabajo es tratar de entender las antiguas trepanaciones en base a trabajos de neurocirugía actual. Las principales conclusiones a las que llegué son: La falta comprobada de anestesia, por la cual la incisión del tejido blando no debió haber sido muy cómoda.

Los trépanos actuales son diferentes a las antiguas. Se supone que los cuchillos de obsidiana o punzones, pudieron haber realizado el mismo trabajo, el de horadar el cráneo, pero no ayudaban en el cálculo de la profundidad de la horadación. Por los cráneos encontrados con signos de reanulación ósea se admite una supervivencia postoperatoria. Debió existir un modo de que el "Shirak" haya podido desinfectar los instrumentos de operación. En el experimento de Graña, este efectúa la operación con instrumentos prehispánicos pero la desinfección lo realiza con métodos actuales. Hasta ahora no hay respuesta a la pregunta del porque se hicieron las trepanaciones en cráneos sin traumatismo encéfalocraneano. Creo que no se puede hablar de un sustento mágico religioso, ya que si fue hecho y no hubiese tenido buen resultado hubiera cesado esta práctica. BIBLIOGRAFÍA. ALAYSA, Francisco. 1992 Historia de la cirugía en el Perú. Ed. Monterrico. Lima. COCA, Martín. 1990 Introducción a la neurocirugía. CRISTIAN, Federico. 1946 Técnica quirúrgica. Ed. El Ateneo. Buenos Aires. GRAÑA, Enrique. 1954 Las trepanaciones craneanas en el Perú. Ed. Santa María. Lima. LASTRES, Juan. 1959 La trepanación del cráneo en el Antiguo Perú. Ed. San Marcos. Lima. QUEVEDO, Arturo. 1944 La trepanación Incaica en la región del Cuzco. Cuzco. PARDAL, Ramón. 1937 Medicina aborigen americana. Biblioteca del americanista moderno. Buenos Aires. VERANO, John. 1981 Las trepanaciones como tratamiento terapéutico. WEISS. Pedro. 1962 Las trepanaciones de los antiguos peruanos. Lima.

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Finalmente la sala de operaciones dispondrá de un buen sistema de oscurecimiento para el caso de usarse luz frontal o separadores iluminados flexibles. TÉCNICAS DE TREPANACIÓN. Pueden ser con trepano de mano o trepano eléctrico, cualquiera de ellas tiene tres tipos de trepanación: Con trepano de mano: a) Trepano simple. El trepano, una vez articulado, se toma el puño con la mano izquierda y del manubrio con la derecha. Se aplica la mecha perforadora (taladro) contra el hueso en el punto que se quiere trepanar, y mientras con la mano izquierda se mantiene el aparato vertical, con la derecha se hace girar el manubrio en el sentido de las agujas del reloj. La punta afilada desgasta la tabla externa y llega al diploe, que se reconoce por su menor resistencia; en este momento se reemplaza la mecha perforadora con la fresa pequeña de Doyen, con la que se continúa la operación hasta la duramadre, que no es lesionada aún cuando el instrumento se ponga en contacto con ella. b) Trepanación Definitiva o Craniectomía. Una vez practicada la trepanación anterior, se retira el trepano y se empuña la gubia de articulación simple para el hueso blando. Se insinúa una rama de la pinza gubia entre la meninge y la tabla interna, se muerde fuertemente con la otra rama hasta sacar el fragmento en media luna del hueso. c) Trepanación temporaria o craniectomia osteoplástica. En esta operación se trata de formar y conservar un colgajo osteomuscutáneo, por tanto, la incisión será curva o aproximadamente hexagonal. Hecho el corte de todos los planos blandos, se aplica una corona de trepano con la técnica mencionada y con fresa chica en cada uno de los puntos cardinales de la incisión hasta la duramadre. Para desprender la meninge del hueso, se pasa una sonda acanalada flexible o una de Braatz entre dos orificios vecinos, se deja colocada a manera de protección y guía. La diéresis se puede hacer con una sierra circular de Martel o con la sierra de Gigli.

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Con trepano eléctrico: a) Trepanación simple. El aparato de Martel, armado con fresa roma y con el tutor automático; se aplica en el punto elegido para perforar; se le hace funcionar y en pocos minutos se termina la operación, al detenerse automáticamente el perforador tan pronto como toma contacto con la duramadre. b) Craniectomia definitiva. Por medio de la gubia se agranda el agujero anterior. c) Craneoctomia temporaria. Una vez que se ha trazado el colgajo hasta el periostio. Se hace el legrado de 1 cm. a uno y a otro lado del corte y en toda su longitud, luego se perfora la bóveda en varios puntos cardinales del colgajo, como si se tratara de una trepanación simple. Finalmente, los puentes óseos que restan interpuestos entre los orificios pueden ser seccionados de dos maneras: Con la sierra de Gigli o por medio del mismo trepano eléctrico. Causas. Traumatismos encéfalo craneanos. Hematomas subdurales. Hematomas intercerebrales. Aneurismas de la arteria cerebral media. Hemiplejia. Hidrocefalia. Abscesos o tuberculomas. Quistes hidaticos. Parkinson. Pinealomas. Craneoplastia. Consisten en reemplazar un área del hueso del cráneo con una placa de metilmetacrilato, un auto injerto o una prótesis de metal. Las deformidades del cráneo que se presentan como resultado de traumatismos o enfermedades pueden dejar expuesta una porción del cerebro o de duramadre. En estas circunstancias se emplea una prótesis para cubrir el área expuesta, protegiéndola de la lesión y mejorando el aspecto estético. La utilización del metilmetacrilato es la siguiente: Se prepara el metilmetacrilato, luego, mientras el cemento mantiene la consistencia pastosa, el cirujano lo coloca dentro de una bolsa de plástico.

LA ANTROPOLOGÍA FÍSICA EN EL PERÚ. Jorge Carlos Alvino Loli RESUMEN. La Arqueología es una disciplina que cada día viene integrando el aporte de otras ciencias e instrumentalizando diferentes técnicas que ayudan a precisar y extender sus propios lineamientos teóricos. La Antropología Física, además de desarrollarse cabalmente en la medicina y en las ciencias biológicas, es un soporte principal que complementa el enfoque arqueológico. Los antecedentes de su presencia en el Perú datan de mucho tiempo atrás, y al igual que en otros países de América, tiene una base antropológica y etnológica. THE PHYSICAL ANTHROPOLOGY IN PERU ABSTRACT: Archaeology is a discipline that every day comes integrating the contribution from other sciences and using different techniques that help to precise and to extend their own theoretical lineaments. The Physical Anthropology, besides to be exactly developed in the medicine and the biological sciences, is a main support that complements the archaeological approach. The antecedents of their presence in the Perú date back from long time, and like in other countries of America, it has an anthropological and ethnological base.

I. INTRODUCCIÓN. La Antropología Física en el Perú es un campo de estudio cuya perspectiva se encuentra enmarcada dentro de un proceso científico de carácter europeo, llegado al Perú a través de investigaciones referentes al pasado del hombre andino, y es una disciplina que hoy ha extendido sus campos de estudio y continúa renovándose constantemente. Aunque disponemos de las pruebas suficientes para sostener la idea que en los Andes Centrales desde épocas remotas existía una conciencia y una preocupación por conocer y estudiar la forma y el funcionamiento del cuerpo humano, el campo de estudio reconocido dentro de la disciplina arqueológica y científica de óptica occidental, es de tiempos relativamente recientes. La Antropología Física en el Perú, es pues, en principio deudora de una iniciativa intelectual de influencia europea, la cual reflexiona dentro de una corriente evolucionista. En estas primeras posturas se discute acerca de lejanos países en América y de sus antiguos habitantes. Posteriormente, y luego de algunos esfuerzos individuales, se logra a inicios del siglo XX, a adquirir un interés en el estudio del pasado de estos pueblos.

Durante el siglo XX, la Antropología Física en el Perú centró sus estudios en los restos disponibles, dentro de investigaciones arqueológicas (generalmente en contextos funerarios), pero también en otros aspectos de la evidencia física humana, como las relaciones sanguíneas o la paleosiquiatría. En los últimos treinta años, y debido a diversas situaciones sociales existentes en el país, el proceso metodológico de intervenir en los restos humanos y la capacidad técnica de entenderlos, encontró nuevas aplicaciones en nuestro medio. La intervención y participación pertinente de los estudios de restos humanos alcanzan relevancia activa en la actualidad a través de la Antropología Forense. La Antropología Forense tiene participación activa en el diario acontecer de la vida en sociedad y ha alcanzado un respaldo jurídico dentro del marco legal del país debido a su probidad e imparcialidad. Debido a esto, su desarrollo ha ido en continuo crecimiento tanto desde el punto metodológico como en las técnicas aplicadas a su uso.

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II. MARCO REFERENCIAL. La Antropología es una ciencia social porque estudia a la sociedad humana de una manera particular. En sus orígenes era una ciencia de carácter holístico (abarcando todos los aspectos del hombre) y totalizante. El objeto de su estudio, en principio fue el hombre primitivo, y posteriormente se extendió hacia las sociedades preindustriales y sociedades rurales. Hoy se acepta casi de manera general que la Antropología se divide en dos aspectos: La Antropología Socio Cultural (Etnología, Arqueología y Lingüística) y la Antropología Física (Antropología Física Sociológica y la Antropología Evolutiva o Paleontología.) Antropología Física: La Antropología Física es la ciencia que se dedica al estudio de la variabilidad y evolución orgánica del ser humano y sus determinantes culturales. Estudia la variabilidad biológica del ser humano como entidad individual y como especie. En este sentido, la Antropología Física es una ciencia articulada sólidamente, tanto con las ciencias naturales como con las sociales, aunque su contexto metodológico y epistemológico, sin duda, corresponde al de las ciencias sociales. III. ANTECEDENTES. Se debe a los antropólogos franceses los primeros intentos por organizar sistemáticamente y de manera coordinada los estudios de la ciencia del hombre en muchas partes del mundo y en especial en los Andes Centrales. El reconocido investigador Juan Comas ha publicado en extenso sobre la importancia de estas primeras iniciativas de la comunidad científica antropológica europea hacia el resto del mundo. Según los análisis de Comas se presentan diversos acontecimientos. Uno de estos acontecimientos fue la fundación de “La Sociedad de Observadores del Hombre” (SOH), en París en diciembre de 1799, y que tuvo como secretario al naturalista LouisFrancois Jaffret. Esta sociedad tuvo como objetivo principal intensificar los progresos de la “ciencia natural del hombre, dirigiendo su atención a los viajeros”; y para ello publicó “Topografía antropológica de antropológica de Francia” y una “Antropografía de las diferentes regiones”. 4

Comas hace hincapié en los objetivos que la SOH perseguía, indicando que en un principio se preocupaba de las observaciones de pueblos no civilizados, “comparando costumbres, lenguaje, industrias” y “esclareciendo los puntos mas oscuros de nuestra historia primitiva”, a fin de comparar “las variedades de la especie humana y sus costumbres”. El inicio de una metodología sistemática en las exploraciones antropológicas, Comas lo sitúa en la exploración a las isles del Mar del Sur y costa suroeste de Nueva Holanda, que el Museo de Historia Natural de París realizó. Sin embargo la situación política europea de ese momento imposibilitó un mayor desarrollo en las investigaciones e influyó en cambios en sus objetivos. Hacia 1804 la SOH realizaba sus reuniones con 60 miembros entre los cuales se contaban distinguidas personalidades ente lingüistas, naturalistas, filósofos, médicos, arqueólogos e historiadores. Comas también acredita la importancia que tuvo la fundación de la Sociedad Etnológica de París (SEP) hecha por William Edwards en 1839. Esta sociedad planteó como objetivo “el estudio de las razas humanas según su tradición histórica, las lenguas y los rasgos físicos y morales de cada pueblo”. A los estatutos de la SEP acompañaban unas “Instrucciones generales para viajeros”, refiriéndose a cómo observar la vida individual, de familia y social, las instituciones y la religión, las tradiciones locales, las revoluciones políticas y las antigüedades, es decir que se trataba sobre todo de conocer el origen y modo de vida de los pueblos, dando poco énfasis a lo biológico, aunque indicaba la conveniencia de determinar los caracteres físicos. La SEP sirvió de ejemplo para la aparición de las Sociedades Etnológicas en New York (1842) y Londres (1843). Otro antecedente en cuanto a Instrucciones para investigaciones antropológicas, es la Asociación Británica para el avance de la Ciencia que publicó en 1851 un primer cuestionario etnográfico que finalmente en 1874 aparecería completada y precisada con el nombre de “Notas en Antropología hechas por viajeros y residentes de tierras incivilizadas”.

NEUROCIRUGÍA ACTUAL. Concepto Los procedimientos neuroquirúrgicos se practican con el objetivo de extirpar lesiones patológicas, aliviar la hipertensión endocraneana motivada por una enfermedad o una lesión, aliviar el dolor y reparar los nervios periféricos enfermos o lesionados. La neurocirugía es un área sumamente especializada de la cirugía por lo tanto los hospitales deben contar con un equipo especial para asistir al neurocirujano. En algunos procedimientos de craneotomía se necesitan dos enfermeras. CRANEOTOMÍA. Con el nombre de Craneotomía se designa el abordaje de la cavidad endocraneana a través de un colgajo óseo. a) Craneotomía osteoplástica. Cuando el colgajo óseo retirado para practicar la intervención endocraneana puede volver a ser colocado y fijado al finalizar el procedimiento. b) Craneotomía osteoclástica. Cuando los fragmentos óseos son desechados quedando un defecto, el cual debe ser corregido con un colgajo plástico inmediatamente o en una segunda intervención. El abordaje de las lesiones intercraneanas, infratentoriales o de la fosa posterior, usualmente se hace utilizando este tipo de Craneotomía y también se usa para retirar los fragmentos de una fractura conminuta del cráneo. Antisépcia. Compuestos inorgánicos: a) Nitrato de plata y derivados argénticos. b) Derivados mercuriales. c) Agua oxigenada. d) Permanganato de Potasio. e) Derivados clorados. f) Derivados yodados. Compuestos orgánicos: a) Alcoholes. b) Fenoles. c) Clorohexidina. d) Detergentes aniónicos. e) Detergentes cationícos. f) Glicoles. Anestesia. Se hará de común acuerdo entre el cirujano y el anestesista, tomando como base el estudio del paciente.

Se emplea una solución de Novocaína o de Xylocaina al 0.5 o 1% con adrenalina. La inyección de anestesia local en el lugar de la incisión ayuda a lograr la hemostasia de esta zona ricamente vascularizada. Cuando el procedimiento se lleva a cabo bajo anestesia general, el nivel de anestesia puede ser más superficial y por lo tanto más seguro. El tejido encefálico en sí mismo es insensible al dolor. Solamente la piel del cuero cabelludo, las arterias extracraneanas y algunas porciones de la duramadre son sensibles al dolor. Hemostasia. Para esto se aplican clips de Raney o pinzas de Kolodney sobre los bordes del tejido. La sutura de Heidendenhein, es un buen recurso de hemostasis preventiva que, en regiones como la nuca, debe ser complementada con algunas ligaduras. A ambos lados de la futura incisión se atraviesa todo el espesor del cuero cabelludo con una sutura continua de seda gruesa y de puntos retrógrados muy apretados; se le retirará a ocho horas de la operación. INSTRUMENTAL Y MATERIAL QUIRÚRGICO. Diéresis de las partes blandas. Se emplean: Bisturí, eléctrico o de oculista para abrir la dura madre, pinzas de hemostasis, clips y tijeras rectas y curvas. Diéresis del hueso. Se emplean: Gubias, escalpelos, sierras, trépanos, destinados a horadar el cráneo; son accionados manualmente por el cirujano o por medio de la electricidad, legras, aguja pasa hilos de Heitz-Boyer; pinzas saca bocados como las de Dalhgreen y de Luer-Stille, erinas para levantar la duramadre, trocar de Cushing, sondas de Braatz, sierra de Gigli y sistema de aspiración. El material quirúrgico. Solución fisiológica a 37º, soluciones anestésicas, jeringas y agujas, cera de Horsley y otras sustancias hemostáticas (espumas de fibrina, de gelatina y de trombina), cucharilla y espátula, espigmanómetro, aparato de Claude para medir la presión del líquido cefalorraquídeo, aparato de transfusión, mesa de operaciones, de movimiento universal, mesa de Mayfield para los instrumentos, recipientes con agua caliente, y algodón en planchuelas con hilo de seguridad. 29


barrenado de corona trepano): Numerosos agujeros redondos, alineados una a continuación de otra para circunscribir un área circular u oval. Este se hacía cavando con la punta de un cuchillo de obsidiana o con los punzones encontrados en las tumbas, como antes se describió la prueba de Tello. Técnica torpe, con escasos conocimiento de la resistencia humana. Estas técnicas se definen en su individualidad, porque sus respectivos cortes no se superponen y menos se combinan. Las tres técnicas son las que más son usadas por los libros consultados, al menos están basadas en Weiss, Tello y Alayza. Causas. Son varias las causas, aunque en un comienzo se hicieron muchas inferencias sobre éstas. En un primer momento Broca creyó que éstos se hacían por el efecto de las convulsiones, con el fin de dar salida a los espíritus malignos, una vez conocida su técnica se empleó para tratar fracturas del cráneo. También fue encontrada por Tello una redondela craneana, la cual podría indicar una intervención quirúrgica de orden ritual post-morten. Sin embargo, Quevedo cree poco que se trate de un afán ritual post-morten, puesto que, en la antigüedad hubo un gran respeto por los restos humanos. No se ha logrado determinar claramente si tales manifestaciones se hallaron en el Perú (Lastres, 1959). Hasta el momento esta causa no tiene pruebas, más que la de Tello mencionada anteriormente, por lo tanto, el sustento del material osteológico no comprueba esta hipótesis. Una de las causas que tiene un sustento osteológico y en el que la mayoría de los investigadores coinciden, es la de Craniectomía por Traumatismos. Esta causa se sustenta en que los tipos de trepanaciones fueron realizados en el centro de heridas traumáticas del hueso, de las que todavía se observan fragmentos o fracturas irradiadas. Esta la sustentan Graña, Lastres, Alayza, Tello y Weiss. Otra de las causas sería Craniectomía por infecciones, podría ser a una osteítis o un goma sifilítico. Entre quienes sustentan esta hipótesis son Graña, Alayza, Weiss; más Lastres dice que este puede haber sido postoperatorio.

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La Craniectomía por Tumor, en este punto los casos ha sido estudiados por la mayoría de los investigadores, pero no todos llegan a un acuerdo. Graña hace un estudio radiográfico, según el cual, puede observar que algunas intervenciones se hicieron por esta causa, más el resto no lo admite. Weiss presentó la posible causa de la espongiohiperostosis, mal llamada osteoporosis simétrica, ésta se produce en niños y adolescentes, dejando en los cráneos huellas indelebles, consistentes algunas veces en engrosamientos considerables de la bóveda craneana, con cierre prematuro de las suturas y consecuente disminución de la cavidad craneana. Las evidencias se remiten a algunos cráneos de las cavernas de Paracas, sacadas por Tello. Cranioplastías Se han encontrado cráneos con trepanaciones cubiertas con láminas de plata, de oro y quizás algún caso de mate, pero indudablemente colocadas en cadáveres. Esto es porque médicamente no cabe la posibilidad de colocar metal o mate bajo la piel, menos en contacto con las meninges, sin producir reacciones de intolerancia altamente perjudiciales, o incompatibles con la vida. Más ahora que sabemos que para reemplazar la falta de hueso del cráneo se utiliza una placa de metilmetacrilato. Pruebas de Supervivencia Estas pruebas se basan en la cicatrización de los bordes de las craniectomías y la regeneración del tejido óseo. Hay algunos cráneos que presentan hasta 7 trepanaciones cicatrizadas.

Pero es en Francia en donde se funda en 1859 la "Sociedad de Antropología de París" (SAP). El médico Paul Broca redactó allí un estudio acerca de la hibridación en general y la humana en particular. En estas investigaciones se pronunciaba contra el dogma de la perpetuidad e inalterabilidad de las especies. Debido a las dificultades de la aceptación de su trabajo en las instituciones científicas pertinentes se decidió fundar una nueva agrupación. En 1858 se celebró la primera reunion, definiendo su objetivo principal: "El estudio científico de las razas humanas”. A partir de 1860 publicaran una serie de Boletines y Memorias, documentación valiosa que muestra el proceso evolutivo de las ideas y las hipótesis de trabajo de ese momento y que hoy son fuente de consulta. La importancia pertinente del SAP es su preocupación acerca de la investigación de los pueblos llamados "primitivos" y en virtud a ello redactaron unas Instrucciones que señalaban los datos e informes que se estimaban de importancia para ser recogida por los trabajos antropológicos, es decir se dieron importantes pasos para implementar una metodología. En lo que se refiere a América, a partir de 1860 se conformó las primeras comisiones para preparar las Instrucciones para un país sudamericano, este país fue Brasil; casi de inmediato se implementaron Instrucciones en Canadá hacia finales de 1860, Perú en 1861, México en 1862 y finalmente Chile en 1863.

Otra de las pruebas es la aplicación de la radiología al estudio de la supervivencia, este tipo de estudio realizado por Graña, Pardal y Guiard.

Las Instrucciones para el Perú. En sesión del 3 de enero de 1861, la SAP nombró miembros de su institución a los doctores peruanos Belisario Calonge de Trujillo y Telésforo León Alba de Lima. A petición de ambos se designó una comisión para redactar las Instrucciones destinadas a facilitar los estudios y observaciones antropológicas en el Perú, esta comisión estuvo integrada por Louis-André Gosse, Martin de Moussy y Le Bret.

La radiografía es capaz de indicar la estructura interna de los cráneos trepanados y aproximadamente la duración de la supervivencia del individuo (Guiard, 1930). Según Tello, señala que la supervivencia estaría en un 65%.

Estas Instrucciones, finalmente, contenían temas acerca del número de habitantes clasificados por su raza, sexo, mortalidad por razas y las características del mestizaje, indicando el grado de su inteligencia, fecundidad y longevidad.

Existen además múltiples ejemplos de cuatro a tres trepanaciones, algunos de ellos con claras muestras de haber sido intervenidos en oportunidades diferentes y otros donde parece tratarse de operaciones simultáneas.

IV. PRIMEROS ESTUDIOS. En el Perú, con los estudios antropológicos se habían desarrollado desde una visión europea desde las primeras publicaciones efectuadas por los viajeros que recorrieron el país que registraron incluso, gráficamente, costumbres y particularidades físicas de los pueblos llamados primitivos. George Squier, diplomático norteamericano, registra entre otras cosas las particularidades de las deformaciones craneanas e interpreta las perforaciones realizadas en las mismas sobre unos restos que encontró en Santa María. Después de la Guerra con Chile, en 1885, David Matto realiza una crónica médica acerca de las trepanaciones craneanas, y en 1886 Paolo Mategazza estudia otros cráneos trepanados hallados en Sanjaguar en Cuzco. A partir de 1890 se realizan algunos esfuerzos individuales avocados principalmente hacia la investigación de las conocidas trepanaciones craneanas. Así, en 1890, Antonio Lorena publica sobre “La medicina y las trepanaciones incásicas”. En 1894, Manuel Muñiz, profesor de la Universidad de San Marcos, analiza 19 cráneos procedentes de Huarochirí, Cañete, Pachacámac y Tarma. Finalmente en 1899, Lehmann-Nistche analiza tres cráneos y el Dr. Daniel Lavoreria publica sobre “El arte de curar entre los antiguos peruanos”. Ya en el siglo XX, y dentro de un ámbito universitario, Julio C Tello en 1908 presentaría su tesis de Bachiller en Medicina, el cual se titulaba “Craniectomía en el Perú histórico”, y posteriormente en 1909 sustentó su Doctorado con la notable tesis “La antigüedad de la sífilis en el Perú”. Algunos años después en los trabajos de Carlos Morales Macedo se reflexionará antropológicamente sobre las deformaciones craneanas en el Perú. Un poco antes, en 1915, el Dr. Hermilio Valdizán, estudia sobre el grado de delincuencia existente en la población indígena en su tesis de Medicina “La alineación mental entre los antiguos peruanos”. Estos son los inicios de aquellos estudios conocidos como paleosiquiatría, además realiza algunas mediciones craneométricas. El Dr. Eduardo Bello publica el mismo año “La cirugía del cráneo entre los antiguos peruanos”. 5


Finalmente en 1912, el Dr. Julio C. Tello, presenta en el Congreso Internacional de Americanistas realizado en Londres su trabajo sobre “Trepanaciones prehispánicas entre los Yauyos, Perú”. Este es un buen trabajo avalado en el análisis de 200 cráneos trepanados seleccionados entre 10000, procedentes de las tumbas de los Yauyos en la sierra de Lima. V. INVESTIGACIONES SOBRE ANTROPOLOGÍA FÍSICA Y MEDICINA. A partir de las excavaciones arqueológicas de principios de siglo, las publicaciones referidas a las investigaciones sobre las características físicas de los antiguos pobladores de los Andes fueron aumentando. Una continua labor en este campo la desarrollarán el Dr. Juan Lastres y el Dr. Pedro Weiss, quienes a través de diversos artículos publicados sobretodo en la Revista del Museo Nacional, difundirán a la comunidad científica nacional los resultados de sus investigaciones referidas a la Antropología Física, enfermedades, plantas, medicina y antropología en general. Pedro Weiss además de estudiar grupos sanguíneos desarrollará una larga investigación referida a la osteología y planteará además de una clasificación y tipología, los procedimientos de esta práctica. Además de estas investigaciones también se puede citar al Dr. Alberto Hurtado y Guzmán Marrón que estudió sobre la antropometría indígena y su capacidad vital de resistir las altitudes geográficas. También el Dr. Carlos Gutiérrez investigará sobre la antropología sicológica de los mismos indígenas, describiendo los diversos temperamentos que encuentra como el ciclotímico y el pícnico. VI. ANTROPOLOGÍA FÍSICA DENTRO DE LOS PROYECTOS ARQUEOLÓGICOS. Para Juan Munizaga la Antropología Física “estudia el origen y evolución de las poblaciones humanas pone énfasis en el análisis de los procesos que modelan la variabilidad biológica y conducen a la aparición de grupos que difieren tanto en su morfología como en su respuesta frente al medio. Estos procesos a veces coinciden con procesos socio culturales, lo que da lugar a áreas de interés común entre la Antropología Cultural y la Antropología Física” (Munizaga, 1992). 6

En el caso de América del Sur, los arqueólogos reconocieron la existencia de éstas áreas de interés común y contribuyeron a su desarrollo en un nivel que le dado a la Antropología Física sudamericana una fisonomía propia.

No solamente se hubiera utilizado este instrumento, sino que también fueron los productos de origen vegetal los que ayudaron a la hemostasia. Las hojas de Chamana servían para detener las hemorragias de las heridas (Pardal, 1937).

Según Quevedo, Graña, Lastres y Alayza, este instrumento sirvió para incidir en el tejido blando y el periostio, mas no se utilizó como instrumento de trepanación. En ciertas condiciones, fue aplicado para el raspador del hueso (Alayza, 1992).

Proyecto arqueológico de Pachacámac (1903). Max Uhle realizó excavaciones en dos cementerios cercanos al Templo del Sol de Pachacámac. De acuerdo a Uhle, en ambos cementerios pudieron existir más de un centenar de cadáveres de mujeres enterradas en fosas, de las cuales la mayoría tenían signos de haber sido sacrificadas. Los referidos cadáveres femeninos mostraban una edad promedio de treinta años y muchas veces estaban acompañadas de cadáveres de niños o perros.

INSTRUMENTAL Y MATERIAL QUIRÚRGICO. Se puede distinguir la utilización de diferentes instrumentos quirúrgicos para las trepanaciones debido a los experimentos efectuados actualmente. Los implementos encontrados en tumbas, son reconocidos por Tello, debido a su forma, como implementos de trepanación (Weiss, 1962).

Bello, en un principio creyó que el tumi pudo haber servido como trepanador, luego hizo una cronología manifestando en la misma que en un primer momento se utilizó la obsidiana y después el tumi.

Los estudios físicos de Uhle permitieron hacer una clasificación sobre los modos de sacrificio practicados durante el incanato y permitieron hacer posteriores comparaciones con las realizadas en Machu Picchu y que fueron registradas por Hiram Bingham

Un aporte en este sentido son los estudios del material cerámico tratado anteriormente, del cual se puede inferir el uso del cuchillo ceremonial o tumi. Desde el punto de vista pictórico, no existe ninguna representación efectiva del acto de la trepanación (Lastres, 1959).

Entre los diversos aportes de esta investigación Julio C. Tello incluyó datos sobre Antropología Física porque “la presentación de los productos industriales y artísticos de la Cultura de Paracas, a través de los estudios arqueológicos en las Cavernas y Necrópolis de Cerro Colorado… resultaría incompleta, si no se incluyera algunos datos sobre antropología física” (Tello y Mejía, 1959). De este modo y de acuerdo a las evidencias arqueológicas obtenidas en campo a través de las trepanaciones, se estableció un trabajo antropométrico y craneométrico, habiéndose completado con datos de estatura, edad y sexo.

Entre los principales instrumentos se encuentran: a) Cuchillos de obsidiana. El material es de restos volcánicos, tiene forma triangular, cuya base se halla fijada a un vástago de madera y de vértice agudo. Pudo utilizarse como cuchillo de sierra o raspador. Uno de los experimentos, sobre su posible función, fue la de Championere, el cual hizo un experimento en el cráneo de una mujer de 35 años, quien con un silex bien cortante y puntiagudo hizo una serie de agujeros con la punta, y luego él mismo los interconectó con el mismo instrumento, circunscribiendo un círculo, terminando con la extracción del hueso. De esta misma forma, también experimentaron tanto Broca y Muller. Según estas experiencias se puede deducir que este instrumento fue utilizado como cuchillo y barreno. La experiencia de Graña en un cráneo, no afirma este tipo de utilización; para él solamente puede utilizarse como cuchillo, porque como barreno deja muchas partículas. Para Weiss, Lastres, Alayza y Quevedo, este instrumento funcionaría como raspador.

El resultado de las mediciones se obtuvo de modo provisional mediante el uso de pocos instrumentos como el calibre, compás de espesor y antropómetro, este último improvisado de una regla de madera milimetrada con soporte y brazo horizontal corredizo.

b) Tumi. Hecho de material Champú, aleación de cobre, plata y oro. Su forma puede comparase con el anda de un navío, cuya parte curva en el lado convexo es cortante, el vástago emerge verticalmente desde la porción ventral del arco cóncavo.

Proyecto arqueológico de Paracas (1925). En 1925 Julio C. Tello descubrió e inició las investigaciones de la cultura Paracas a partir de excavaciones realizadas en el sitio del mismo nombre ubicado en el departamento de Ica. Estos trabajos continuaron durante cinco años en campo y posteriormente en los laboratorios de los museos por quince años más.

c) Bisturí o escalpelo. De semejanza con los actuales. Se dirige con los dedos y se actúa con la mano. d) Cinceles. De diferentes tipos, hechos de material de champú, con un extremo aplanado y de filo muy cortante, con un vástago de ocho centímetros sobre cuyo hueso se golpeaba para realizar la trepanación. e) Punzones cónicos. Ligeramente puntiagudos Según Tello se debió utilizar para realizar orificios cilíndricos. f) Pinzas. De diferentes tamaños. Tiene forma aproximada a las pinzas de dirección aunque su extremidad inferior es aplanada. g) Separadores. Son de metal o hueso, de dimensión variada adaptados a diferentes tipos de incisiones. h) Cucharilla y Cureta. Hecha de diente de cachalote. Encontrada en Paracas para el período Cavernas. i) Agujas. De diferentes tamaños y grosor, probablemente usadas en suturas quirúrgicas. Existen documentos probatorios de que el uso de suturas ya se practicaba. Tello y Quevedo tuvieron la oportunidad de observar heridas operatorias suturadas, en casos ya cicatrizados (Weiss, 1962; Lastres, 1959). TÉCNICAS DE TREPANACIÓN. Técnica de raspado: En las heridas operatorias producidas por esta técnica de raspado se distinguen dos formas, una con ribetes papiraceos, indicio del trabajo de raspado, que parece ser más antiguo; otros con bordados abruptos, como son las formas cuzqueñas. Técnica refinada. Técnica de cortes rectilíneos: Las aberturas de esta técnica son poligonales y los cortes, por razón de su forma, sobrepasan con sus extremos la cobertura de las heridas. Técnica torpe carente de aciertos. Técnica de orificio cilíndrico cónico (mal llamada 27


Graña, da a conocer una publicación en la revista Times en la cual, por testigos presénciales, narra el acto preoperatorio empleado por los indios, el cual se realizó en el primer cuarto del siglo XX; en ella explica como los indios colocan emplastos hechos de hierbas trituradas, entre las que se encontraba la coca. El procedimiento de su aplicación comenzaba sobre el cuero cabelludo previamente rapado dos días antes de la operación, esto con el objeto de reblandecer el epicráneo para poder incidir sobre el cuero cabelludo sin dolor. Otros autores creen que las operaciones pudieron haberse hecho aprovechando un coma traumático para cortar el tejido blando. Finalmente otros mencionan el hipnotismo. Quevedo ha hecho una revisión de las hierbas medicinales y soporíferos mencionados por Calancha, Garcilazo, Cobo, Acosta, Betanzos y de historiadores como Lavoreria, Valdizán, Tello y Escomel, no habiendo encontrado ninguna con efectos anestésicos. Algunos relatos de cronistas cuentan que para que a los jóvenes se les practiquen horadaciones en las orejas, tomaban chicha fermentada desde treinta días antes y que además, consumían un fruto parecido a la almendra que aumentaba su efecto. De igual forma procedían los que se iban a suicidar o en caso de sacrificios, para el entierro de algún personaje importante. Se sabe que solo ofrece dolor la incisión sobre el cuero cabelludo mas no sobre el hueso; y la vez porque una operación de este tipo necesita de la inmovilidad del paciente Graña incide mucho en decir que hubo una forma de anestesiar y da varias opciones para esto, pero no las toma en cuenta cuando experimenta sobre una persona viva a la cual anestesia por intubación. Para Weiss, el dolor en los antiguos pobladores no tenía la mínima trascendencia que en las culturas refinadas, refiriéndose para este ejemplo a relatos en donde el enfermo de sociedades primitivas, soporta resignado la intervención sin ningún atenuante para el dolor (Weiss, 1962).

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Hemostasia. El otro problema de la incisión cutánea, no solamente es la de anestesiar sino el de cómo tratar de prevenir la hemorragias o controlarlas. Se supone que en un primer intento la compresión digital fue empleada, pero existen pruebas que la compresión se efectuó por medio de ligaduras circulares. En un fardo de Paracas, descubrió el Doctor Tello un instrumental compuesto por sierras de obsidiana, separadores de hueso, cintas de tejido muy fuertes y elásticas interpretadas como torniquetes. El Doctor Leonard Freeman, se refiere a un ejemplar de cerámica del Museo de San Diego, en California que tiene colocado un aparato perfectamente conservado que parece haberse usado para controlar hemorragias de la piel del cráneo. Consiste en una larga cuerda que envuelve varias veces la base del cráneo, desde una oreja hacia la otra. Esta dispuesta de tal forma que tirando de un asa de la región occipital puede lograrse la presión deseada. La parte de la cuerda que pasa sobre el vértice del cráneo esta envuelta en algodón cubierta de gasa, que representa un vendaje quirúrgico y se encuentra manchado por algo que parece sangre. Un rasgo sumamente interesante de este vendaje es el material del que está compuesto, cuyo tejido puede comparase fácilmente con los que se encuentran en nuestros hospitales contemporáneos. El algodón es suave y blanco, la gasa es aún más fina que las actuales. Por estos hallazgos se puede deducir la manera en la que puede haber sido usados, aunque no fehacientemente ya que no sólo hay que basarse en cuestiones objetivas. Aunque la experiencia hecha por Graña, quien utilizó esta cinta de algodón como forma de torniquete en la experiencia de la craniectomía con instrumental precolombino en una persona con traumatismo encéfalo craneano, no hace más que reforzar la hipótesis de la función de este instrumento.

VII. ALGUNAS INVESTIGACIONES SOBRE ANTROPOLOGÍA FÍSICA APLICADA A INVESTIGACIONES ARQUEOLÓGICAS. Paracas. Arturo Del Pozo Flórez. 1984. Del Pozo investiga una gran cantidad de cráneos procedentes de las excavaciones hechas en Paracas a partir de 1925, con el Proyecto Arqueológico Cerro Colorado, Paracas, realizado por Julio C. Tello. El catálogo del Dr. Del Pozo Flórez contiene los especimenes más significativos de las colecciones de Antropología Física del Perú, y muestra amplia información sobre cráneos, esqueletos, momias, fardos funerarios, etc., así como sus principales características. Los cráneos son analizados a través de diversas técnicas como la craneoscopía para el análisis morfológico, el cual determina a través de la observación del esplacnocráneo y neurocráneo estas características morfológicas como rasgos genéticos. Del Pozo también aclara acerca de los alcances de su estudio señalando que el enfoque clásico de ésta la encaminó siempre hacia la antropometría. También dice que no se ha tomado en cuenta aún que la Antropología Física estudia “al hombre como sujeto biológico inmerso en una cultura y los factores que producen sus variaciones son biológicas y culturales” (Del Pozo, 1984). Cuando la Antropología Física es la opción biológica en el studio del hombre, se aplica la metodología de las ciencias Biológicas considerando a la población como un proceso evolutivo y a la cultura como un factor de adaptación creadora. Otro aporte de Del Pozo es precisamente el método empleado para la identificación de los individuos: Determinación la edad sobre la base de la erupción dentaria y a su desgaste. Determinación de sexo de acuerdo al desarrollo de las apófisis y crestas. Todos los cráneos seleccionados tienen deformaciones debido a su importancia cultural. Construyó craneogramas para la determinación de los tipos de deformación. Para el análisis morfológico aplicó la observación directa, cada cráneo tiene su fotografía en las cinco normas (superior, inferior, anterior, lateral y posterior) y la orientación en el plano alveolocondíleo de Broca.

Huacas Pando. Judith Vivar. 1980. Este trabajo es pionero en indicar algunos caracteres generales sobre la tipología humana de una muestra arqueológica de 260 restos óseos hallados en la Huaca Pando, a partir de diferentes y continuos trabajos arqueológicos hechos por el Seminario de Arqueología del Instituto Riva Agüero. El enfoque metodológico está orientado a informar el estado de conservación de las muestras escogidas al azar y abordar los caracteres paleodemográficos incidiendo para esto en el diagnóstico de las variables de sexo, edad, prevalencia de grupos etarios, morbilidad y mortalidad. Posteriormente, se centra en el análisis craneano a nivel morfológico y métrico, por periodos culturales de ocupación. Se registra asimismo algunos casos de deformaciones craneanas y algunas patologías óseas, completando toda la información, cuadros e índices de las mediciones. Las conclusiones demuestran la existencia de diversos tipos humanos específicos basados en los periodos de ocupación cultural. Asimismo se relacionan las evidencias con las secuencias de sufrimiento de enfermedades o padecimientos físicos. VIII. LA ANTROPOLOGÍA FÍSICA EN EL PERÚ DEL SIGLO XXI Cuando a través de la Antropología Física se llega a reconocer la importancia de la variabilidad biológica entre las poblaciones humanas, y a establecer que ésta es el resultado de la estrecha interrelación entre las formas culturales, el substrato biológico y el medio ambiente natural y social, no sólo se corrigen e, incluso, modifican posiciones y sistemas de creencias de verdades en el campo de las ciencias biológicas y sociales, sino que además se pueden buscar nuevas orientaciones a las políticas y programas de asistencia y desarrollo social. Los antropólogos físicos estudian y comparan las similitudes y diferencias en la forma del cuerpo, la composición genética, los ritmos de crecimiento y desarrollo desde el nacimiento hasta la muerte, la dinámica demográfica y las condiciones de salud de niños, mujeres, hombres y ancianos, de familias y poblaciones entre los distintos grupos humanos.

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De esta manera, no sólo se ha logrado entender y comprender mejor la forma en que se relacionan los ritmos y tendencias de la natalidad, la reproducción y la mortalidad con las condiciones ambientales, sino también la forma en que cada grupo humano, cada sociedad, ha sabido enfrentarse a estos problemas y resolverlos a través de sus manifestaciones culturales.

Antropología del Comportamiento Esta vertiente de la Antropología Física, ha construido una perspectiva diferente para comprender fenómenos relacionados con la sexualidad, la agresión y la territorialidad, entre otros, vinculando nuestra propia historia evolutiva como parte de la familia Hominidae con la gran diversidad de expresiones culturales existentes.

Estos conocimientos sobre nuestra historia, como V. especie, han permitido entender mejor quienes somos y cómo resolver muchos problemas a los que nos enfrentamos ahora. Igualmente, que todos los seres humanos, todos los hombres y mujeres, niños y ancianos, independientemente del color de piel y la forma de la cara o del pelo, son parte de una misma especie y por tanto tienen las mismas capacidades intelectuales, sociales y culturales.

Comprender los por qué y los cómo a partir de la antropología del comportamiento ha sido de enorme interés tanto para psicólogos, médicos y nutriólogos, como para abogados, criminalistas y politólogos.

Todos estos conocimientos se han logrado a partir de los grandes avances en las técnicas y los métodos que utilizan los antropólogos físicos, sin embargo estos se deben también a la forma en que se plantean los problemas en la actualidad, esto ha permitido conocer mejor nuestra historia remota y reciente y entender con mayor claridad donde estamos, pero también hacia donde vamos, como especie que forma parte de un sistema ecológico que nos afecta pero sobre el cual también nosotros influimos. IX. APORTES DE LA ANTROPOLOGÍA FÍSICA ACTUAL EN EL PERÚ. Se ha buscado, así, interactuar con especialistas de otras áreas como psicólogos, médicos, arqueólogos, etnólogos, lingüistas, antropólogos sociales, historiadores, ingenieros, arquitectos, abogados, entre otros. Ello ha abierto las posibilidades de abordar, desde distintas perspectivas teóricas y metodológicas, los problemas de interés común. Sobre las teorías evolutivas Estas teorías han continuado siendo un campo fértil de estudio en los últimos años. El papel de la selección natural y el rol del lenguaje en la evolución humana, han sido temas permanentes de investigación, buscándose además modelos teóricos explicativos que consideren la dimensión tiempo-espacio en el proceso de cambio evolutivo.

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Osteología Clásica Se han buscado nuevas explicaciones para los restos óseos con golpes traumáticos, las que no se han hallado en contextos en los pudiera inferirse algún evento de naturaleza ritual o de canibalismo. Bioarqueología Los análisis tecnológico, morfológico y funcional de la industria de hueso humano (como fracturas intencionales, exposición al fuego, perforaciones, etc., procedimientos todos dirigidos a la elaboración de herramientas y objetos ceremoniales). Estudios de demografía, población y nutrición Se ha profundizado en el estudio de la nutrición y sus efectos a escala corporal, entendiéndola como un proceso en el que se involucran tanto elementos de la genealogía biológica de las poblaciones, como las condiciones particulares que determinan la disponibilidad de alimentos y su distribución al interior de una comunidad. Antropología Física y Política Económica Se llevan actualmente estudios cuyos resultados dan cuenta de los efectos de las políticas económicas gubernamentales en la población infantil, en materia de salud, aprendizaje y crecimiento. Ergonomía La ergonomía (diseño de los utensilios usados por el hombre a partir de sus proporciones corporales) es otro de los campos en que se ha trabajado con éxito, se han logrado aplicar conocimientos y técnicas de la Antropología Física a la Arquitectura y al Diseño Industrial.

en su mano izquierda un tumi cuyo filo apoya sobre la cabeza del sujeto central y con la otra mano le sostiene la cabeza. Según Antze, parece provenir de la Cultura Chimú o Mochica, ninguna de las cuales practicó la operación. Aunque a simple vista podría tratarse de un acto de trepanación, hay quienes opinan de qué se trataría de un corte de cabellos, el cual era considerado en algunas culturas deshonroso. III. DISTRIBUCIÓN GEOGRÁFICA. Los autores que tratan sobre este asunto de las trepanaciones en el sentido geográfico, son dos: Francisco Graña y John Verano; ellos hacen un análisis geográfico basándose en los lugares en donde fueron hallados cráneos trepanados. Así se obtiene por medio de Graña, que una de las primeras culturas en donde se desarrolló y supuestamente apareció, fue la de Paracas, ubicada en la Costa Sur. A esta se le llamaría la cultura de la Primera Edad (1000-0 a.C.); luego vendrían los de la Segunda Edad (0-800 d.C.), los que estarían dispuestos en los sitios de Huarmey, Aija, Chilca, Makat Tampu y Chiquerillo; más tarde las de la Tercera Edad (800-1321 d.C.) que se darían en Huaraz, Pachacamac, Malena, Canta, Huarochirí, Yauyos y Cuzco; por último las de la Cuarta Edad (13211532 d.C.) se encontrarían en Ollantaytambo, Chalhuanca, Cuzco y Calca. Para Verano sería casi lo mismo, primero en la Costa Sur, luego en la zona del Titicaca, Sierra Sur, Sierra Central, Costa Central y Sierra Norte; en este último lugar se presentarían las diferencias planteadas por Grana. Verano plantea que este lugar de la Sierra Norte estaría ubicado por Cajamarca Y Urupachay. De esta distribución geográfica podemos darnos cuenta de que para la Costa Norte no hay evidencias de trepanaciones, a pesar de que la evidencia muestra que hubo cuchillo ceremonial o tumis, los cuales, en otros lugares como la zona del Cuzco, servirían como instrumento quirúrgico. También no se aprecia que la zona de la selva tuvo la presciencia de trepanaciones.

COMPONENTES DE LA TREPANACIÓN. Antisepsia. Como dice Weiss, es posible que los antiguos operadores no las tomasen en cuenta o las arreglasen con emplastos. Sin embargo personalmente no creo que haya sido de esta manera, ya que los instrumentos utilizados, (por ser de obsidiana o dientes de cachalote) como el tumi, debieron tener un procedimiento de desinfección para estar en contacto con las heridas. En las tumbas de Paracas, descubiertas por Tello, no sólo se encontró material quirúrgico, también halló algunos recipientes que contenían polvos metálicos, los que posteriormente analizados por el Doctor Guillermo Almenara, resultaron ser sales de mercurio. Es posible entonces, que se emplearan algunas soluciones de este metal o quizá ungüentos o polvos aplicados directamente sobre las heridas. Algunos cronistas como Calancha y Cobo, afirman la existencia de algunos elementos minerales que se utilizaron por su acción antibiótica sobre la sarna. Según Weiss, “resulta sorprendente el número escasísimo de infecciones secundarias de hueso alrededor de los traumatismos y las heridas quirúrgicas de los cráneos” (Weiss, 1962). Por otro lado, si existen signos de regeneración ósea y por lo tanto supervivencia de algunos pacientes, entonces esto quiere decir que hubo una forma de prevenir y tratar las infecciones. Ahora, Lastres hace una acotación muy importante, o mejor dicho una hipótesis. Se refiere a las trepanaciones cicatrizadas, las cuales habrían sufrido una infección benigna, llamada osteomielitis traumática, la cual se encargaría de una regularización y aislamiento de los bordes de una trepanación de cortes rectilíneos y de orificios cilíndricos o del barrenado. Anestesia. El modo de cómo trataron de aliviar el dolor para poder trabajar las trepanaciones aún no está bien aclarado. Es decir que no había ningún remedio exclusivo para este tipo de intervenciones. Se hablaba primero de que la coca, podría haber servido como anestesia empleando emplastos, pero se ha descartado esta hipótesis ya que la hoja de coca en su estado primitivo no tiene esta acción anestésica. 25


Estudios posteriores pudieron establecer que el material encontrado posiblemente databa del Período Neolítico. Por encontrar algunos trozos de calota en forma circular, se cree que en un primer momento se hizo este tipo de trabajo con el fin de extraer de los cráneos, un pedazo en forma circular, a manera de amuleto.

Gracias a todos estudios se pudo saber más sobre el procedimiento y la finalidad de estas operaciones. Dentro de todos estos estudios son de gran crédito los elaborados por Tello y Weiss (tratado en el libro de Lastres: “La trepanación de cráneos en el Antiguo Perú”), aunque yo sumaría los trabajos de Graña.

Aunque en algunos cráneos se ha encontrado una clara evidencia de cicatrización ósea, por lo que se puede deducir que fueron operaciones a las que el paciente sobrevivió, esta última característica no se encuentra presente en todos los cráneos por lo que no se puede saber si se trató de un intento terapéutico o de una operación de índole ritual o religiosa.

Representaciones de trepanaciones. Una de las piezas cerámicas, que más controversia ha ocasionado, ha sido el ceramio de Morales Macedo, procedente de un cementerio de Casma, deviene de la cultura preChimú (centro donde no se practicó la trepanación). En este ejemplar se puede observar a un individuo que sostiene entre sus piernas una cabeza y en la mano derecha un objeto que ha sido interpretado como un tumi por Morales Macedo y como un mechón de pelos por Tello. Según este último, se trataría de una cabeza trofeo; otros autores compartían la idea de Tello. Graña por el contrario piensa que el cuerpo no fue representado por encontrarse en un plano escultórico diferente.

Este comportamiento de los antiguos pobladores con respecto a los cráneos, se expandió por todo el territorio de Europa, Norte de África, Asia Menor, Siberia. Oceanía y América. Trepanación craneal en el Perú Prehispánico. La referencia más antigua sobre este procedimiento según Juan Lastres se encuentra en la Cranea Americans, publicado en 1839, en la que se aprecia un cráneo paleo-peruano, sin que fuera reconocido como tal. Pero el descubrimiento más antiguo reconocido por la mayoría de autores (y si es que Lastres fallara en su observación), sería el del cráneo encontrado en 1865 por el viajero inglés George Squier, quien lo vio en un museo en el Cuzco que pertenecía a la señora Centeno, quien al ver el interés del viajero por él, se lo obsequió. Lo que llamó el interés de Squier fue la horadación practicada sobre el cráneo en forma de cuadrilátero. Éste creyó que se trataba de una trepanación pre-morten. Este ejemplar fue llevado a los Estados Unidos en donde Waiman y Notte realizaron prolijas investigaciones completadas posteriormente por Broca y Nelaton. Después de estos primeros estudios encontramos una larga lista de quienes aportaron en el estudio de estos cráneos, entre los cuales podemos citar a P. W. Fenece, Virchow, Dmatto, Lorena, Muniz, Bello, Lavoreria, Valdizán, Mc. Gee, Championniere, Quevedo, Tello, Gram, Weiss, y otros más.

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Por su parte Lastres y Cabieses se inclinan a pensar que el ceramio no representa un acto quirúrgico, basándose en que en el lugar de donde proviene la cerámica no se practicaban las trepanaciones. Pedro Weiss, para su análisis, no toma en cuenta el ceramio de Macedo, más bien habla sobre uno encontrado por Vélez López, proveniente de Recuay y otro encontrado por Cabieses. No se puede dejar de mencionar otra representación de trepanación, aunque esta no pertenezca a lo que es cerámica ya que se trata de un tumi ornamental, este es del Museo de Hamburgo. En el tumi mencionado se observa en el extremo libre del mango un grupo escultórico formado por tres figuras humanas; la del centro que se encuentra en posición sentada tiene los ojos cerrados y expresión dolorosa, sin presentar ninguna actitud de defensa o terror, tal como si estuviese siendo sometido a un acto doloroso pero necesario. Apoya una mano sobre el sujeto sentado a su derecha quien esta sentado también y derrama lágrimas descansando su otra mano sobre la rodilla del sujeto a su izquierda. La tercera figura, sostiene

Antropología Forense La antropología forense, a través de la aplicación de técnicas de excavación, tafonómicas (tafos, tumba o entierros), moleculares y antropométricas en sus dos grandes vertientes –osteo y somatométricas–, así como de la interpretación de los datos arrojados a partir de tales aplicaciones, ha hecho enormes contribuciones a la criminalística en términos de la reconstrucción de procesos mortuorios e identificación de individuos. En este sentido, los antropólogos físicos trabajan actualmente en las diferentes dependencias de gobierno que tienen que ver con el estudio de estos casos, entre otras cosas para tratar de resolver las investigaciones relacionadas con algunos delitos. Antropología Molecular Es la utilización de técnicas de la biología molecular en el estudio de restos óseos antiguos. En su aplicación, el ADN mitocondrial es importante, ya que a partir del análisis de su secuencia nucleótida se pueden establecer semejanzas o diferencias entre poblaciones para la construcción de árboles filogenéticos, la detección de enfermedades genéticas, la determinación de sexo y el estudio de genética de poblaciones lo que permite rastrear migraciones y relaciones de parentesco de poblaciones desaparecidas. Osteología Craneofacial Los aportes consisten en el conocimiento de las técnicas de higiene y terapéutica oral, así como de las repercusiones en la vida cotidiana de algunas manifestaciones culturales prehispánicas y Virreinales. En esta misma línea de trabajo, son muy valiosos los estudios dedicados a conocer con detalle la morfología de los cráneos prehispánicos y los efectos que sobre la estructura del cráneo y, en particular sobre las órbitas oculares, tenía la deformación cefálica intencional, práctica muy común entre los pueblos andinos. Antropología del Deporte Se ha constatado que la recreación y la actividad física son elementos importantes para que los niños, en las distintas etapas de su vida, aprendan a canalizar de forma adecuada el estrés, alteración que puede influir de manera importante en su crecimiento. Este fenómeno se presenta en las grandes ciudades.

Por último, es de interés señalar también, los resultados aportados por los estudios antropofísicos en las áreas relacionadas con los procesos de envejecimiento, biomecánica, condiciones de saludenfermedad en poblaciones pasada. Así, además de las áreas en las que la Antropología Física ha incursionado de forma permanente, existen otras en las que está abriéndose paso para futuras investigaciones y para continuar con paso firme su desarrollo. X. FORMACIÓN DE LOS ANTROPÓLOGOS FÍSICOS EN EL PERÚ. -A modo de conclusiónNo existe en nuestro país entidades o instituciones universitarias que se encarguen de formar Antropólogos Físicos como profesionales. Las personas que hoy se dedican a la Antropología Física en el Perú son investigadores que en un principio estudiaron una carrera profesional diferente, como Medicina, Biología y en menor medida Arqueología. En las diferentes universidades la Antropología Física se da como una asignatura que se encuentra incluida en la currícula de estudios, ya sea como curso obligatorio o como curso electivo. Durante el siglo XIX y primeras décadas del presente siglo XX predominaron los métodos descriptivos y métricos; los Antropólogos se dedicaron a medir esqueletos y cráneos, en establecer proporciones o índices con la esperanza de precisar las características raciales. El Antropólogo Físico moderno tiene que emplear nuevas técnicas e incluir nuevas variables biológicas, a fin especializarse y enfocar mejor las investigaciones que tienen por objeto conocer la variabilidad en la especie humana. Es importante la utilización de los marcadores genéticos poblacionales que permiten caracterizar a una población, los grupos sanguíneos son excelentes marcadores genéticos. Allí están el sistema ABO, sistema RH, los factores Kell (caucásicos), Sutter (negros) y Diego (orientales y amerindios). Estas marcas genéticas permiten identificar con gran certidumbre el parentesco de un grupo humano con otro y de este modo poder seguir el curso de las migraciones.

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En este sentido hoy el docente Universitario en esta área debe aprender nuevos métodos y técnicas bioantropológicas, además de disponer en lo posible del instrumental necesario para un mejor estudio de las poblaciones, tanto vivas como extinguidas. En el Perú, la gente que se ha dedicado a la Antropología Física, en muchos de los casos, lo ha realizado buscando su propia información, enfrentando una serie de dificultades para encontrar bibliografía actualizada. La Antropología Física contemporánea requiere un perfeccionamiento en las técnicas modernas; se hace necesario entonces, que de alguna manera se implementen nuevos cursos en los que se capacite a los Antropólogos en las nuevas técnicas de trabajo en Antropología Física, como por ejemplo la Antropología Molecular. En otros países, como México (Universidad Autónoma), para citar un ejemplo, se dicta una Maestría en Antropología Física en donde el estudiante lleva cursos de importante formación como los de Ecología Humana, Demografía, Genética de Poblaciones Humanas, Biología Molecular, etc. Debido a los adelantos tecnológicos, incluso el instrumental de trabajo en Antropología Física se ha enriquecido; hoy no sólo se requiere de compases, calibradores, tallímetros, espirómetros, etc., también se utilizan cámaras electroforéticas, fuentes de poder, cámaras conservadoras de muy baja temperatura y una serie de kits y reactivos. Finalmente se hace necesario elaborar buenos proyectos de investigación que pueden ser presentados a instituciones financieras extranjeras, que apoyen con dinero y equipo la realización de los mismos.

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XI. BIBLIOGRAFÍA: COMAS, Juan. 1966 Manual de Antropología Física. México D.F. UNAM. 710 p. Antropología de los pueblos iberoamericanos. Barcelona. Ed. Labor. 223 p. CHU, Alejandro. 1998 “Pedro Weiss y la osteología cultural”. En: Boletín del Museo de Arqueología y Antropología de San Marcos. Año 1, N° 3, pp. 2, 3, 5. DEL POZO, Arturo. 1984 Guía Antropológica Física Paracas. INC. 327 p. GRAÑA, Luis. 1954 Las trepanaciones craneanas en el Perú en la época prehispánica. Lima. Imp. Santa María. LASTRES, Juan. 1938 “Antropología en el Perú”. En: Revista del Museo Nacional. MARZAL, Manuel. 1986 Historia de la Antropología Indigenista: México y Perú. PUCP. Lima. 57 p. MARTELLI, José. 1964 “Misterios del Antiguo Perú”. En: Fanal. Vol. XIX. N° 70. pp 2-11. MARROQUÍN, José. 1944 “Particularidades antropológicas del indígena puneño”. En: Revista del Museo Nacional. Lima. T. XV. pp. 13-32. MUNIZAGA, Juan. 1992 “Antropología Física en los Andes del Sur”. En: Prehistoria sudamericana, nuevas perspectivas. Betty Meggers. Ed.pp. 65-74. TELLO, Julio y Toribio, MEJÍA. 1959 Paracas. II Parte. Cavernas y Necrópolis. UNMSM. Lima. 502 p. VALCÁRCEL, Luis. 1953 “El conocimiento científico de los pueblos del Perú”. En: Revista del Museo Nacional. Lima. T. XXII. pp. 3-16. VIVAR, Judith. 1988 Restos humanos de Huaca Pando. PUCP. Lima.

TREPANACIONES Y NEUROCIRUGÍA EN EL ANTIGUO PERÚ. Javier Salinas Paz.

RESUMEN. Durante mucho tiempo se ha conocido restos humanos en los Andes que presentan signos de intervenciones quirúrgicas, las sociedades andinas yunga han sido muy vinculadas a estas prácticas y los esfuerzos científicos se avocaron durante mucho tiempo a estudiar. Últimamente la arqueología ha empezado el estudio técnico de las prácticas de trepanación prehispánica, tanto en la base instrumental y técnico, como en sus fines ideológicos. Este aporte intenta alcanzar algunos de estos datos y analizar su función. TREPANATIONS AND NEUROSURGERY IN OLD PERU. ABSTRACT: During long time one has known human rest in the Andes that display signs of surgeon interventions, the Andean societies yunga have been very tie to this practices and the scientific efforts were concentrated during long time to study. Lately archaeology has begun the technical study of the practices of pre-Hispanic trepanation, as much in the instrumental and technical base, like in its ideological aims. This contribution tries to reach some of these data and to analyze its function. I. INTRODUCCIÓN. Desde la antigüedad el hombre ha tratado de resolver todos los problemas que interfirieron en su quehacer cotidiano. Así, lo mismo sucedió en la medicina, un gran campo en donde el hombre prehispánico trató de desenvolverse y pudo vencer algunas barreras que le presentó la naturaleza. Se sabe que los antiguos pobladores de los Andes fueron grandes herbolarios, de lo cual sacaron provecho los conquistadores. No sólo fueron eso, sino que llegaron a estudiar el reino vegetal y su relación con los problemas de salud, para lo cual, en forma empírica, conocieron el cuerpo humano y las dolencias que lo aquejaban. La cirugía fue parte de ese conocimiento, y concerniente a este campo, las trepanaciones craneanas. Este tema fue estudiado y desarrollado con material arqueológico, básicamente limitado a restos óseos conformados por cráneos trepanados y algunos ejemplares de cerámica. Resulta penoso no tener evidencias escritas en crónicas u otras fuentes, las cuales nos hubieran ayudado en la reconstrucción de esta forma de conocimiento antiguo.

Nos damos cuenta que la Antropología Física y, mas exactamente la Osteología, la Medicina y la Arqueología, juntas, pueden ayudar a tratar de explicar las características de este de material óseo. Para entender este problema presento este trabajo, realizado con material bibliográfico. Aquí desarrollo lo que es la trepanación craneana en la época prehispánica y el tema de la neurología actual, queriendo hacer una comparación entre ambas y así poder entender esta problemática. II. TREPANACIONES CRANEANAS EN LA ANTIGÜEDAD. Trepanaciones craneanas. Es la incisión sobre el cuero cabelludo y el tejido subyacente y la apertura de uno o más orificios en el cráneo que posibilita el acceso a los tejidos que se encuentran inmediatamente por debajo de éste. Los primeros indicios de trepanaciones craneanas. Uno de los primeros en descubrir y mostrar ante la sociedad científica la existencia de cráneos que mostraban aberturas difíciles de interpretar, fue Prunieres, en Francia, a mediados de la segunda mitad del siglo XVI. 23


Durante mucho tiempo se pensó que las representaciones de sacrificios humanos no necesariamente debían coincidir con la realidad, es decir, que los Mochica no realizaron necesariamente estos sacrificios. Pero en los últimos años, las excavaciones de cementerios y templos Mochica han confirmado muchas de las situaciones que aparecen en el arte. Los individuos enterrados en las fastuosas tumbas del Señor de Sipán y la Sacerdotisa de San José de Moro corresponden a dos de los personajes que aparecen en la Escena de Presentación de la Copa. La Sacerdotisa en particular ha resultado informativa ya que no sólo su tocado es idéntico al que se representa en el arte, sino que fue enterrada con el mismo tipo de copa de pedestal alto con la que se tomaba la sangre. Este tipo de copa es, en cualquier caso, muy inusual. Sólo se conocen tres contextos en los que han aparecido copas, todos correspondientes a mujeres. Las excavaciones en los templos de la Huaca de la Luna y El Brujo han permitido ubicar los espacios donde probablemente se escenificaron los desfiles con prisioneros, los sacrificios y el consumo de la sangre. IV CANIBALISMO AMAZÓNICO. Según estudios realizados en tribus sudamericanas, de un total de cincuenta y cuatro tribus, dio como resultado que dieciséis son endocaníbales y el resto son exocaníbales. De los dieciséis solo catorce eran cazadores-recolectores, y de los treinta y ocho exocaníbales solo seis eran tribus no agrícolas. ¿Qué esta indicando esto? Que las tribus que se dedican a la agricultura, en su mayoría practican el exocanibalismo y que los cazadores-recolectores practican el endocanibalismo. Una explicación lógica a esto seria que las tribus al disponer de mayor tiempo disponible para la guerra como medida de protección de sus productos, estas guerras eran efectuadas después de las cosechas y almacenamiento de los productos. En contraste los cazadores-recolectores al no disponer de recursos suficientes no tenían intervalos de tiempo que perderlo en las guerras.

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V. BIBLIOGRAFÍA. CASTILLO, Jaime. 1993 "Prácticas funerarias, poder e ideología en la sociedad Moche Tardía" En: Gaceta Arqueológica Andina. INDEA. Nº 23. Lima. CASTILLO, Daniel. "Tumbas en la costa". En: http://www.arqueologia.com.ar. GISELA, Hecker & W. Hecker 1992 “Ofrendas de huesos humanos y uso repetido de vasijas en el culto funerario de la Costa Norperuana”. INDEA. Vol. VI. Nº 21. pp. 33-53. LEAKEY, Richard. Los orígenes del hombre: Aparición de nuestra especie y su posible futuro a la luz de los últimos descubrimientos. pp. 217225. LUMBRERAS, Guillermo. “Ofrendas de hombres y animales; antropofagia y sacrificios humanos”. INDEA. pp. 206-216. Lima. MARVIN, Harris. 1986 Caníbales y Reyes. Ed. Argos Vergara. S.A. PEGGY, Sanday. El Canibalismo como sistema cultural. Ed. Lerna. S.A. pp. 339. SANTOS, Fernando y BARCLAY, Frederica. Guía etnográfica de la amazonía. TERNEY, Patrick. Un Altar en los Andes: historia y vigencia de los sacrificios humanos. Ed. Muchick editores S.A. VERANO, Jhon. 1998 “Sacrificios humanos, desmembramientos y modificaciones culturales en restos osteológicos: Evidencia de las temporadas de investigación 1995-96 en la Huaca de la Luna”. pp. 159-171. Lima VELASCO, Emma. 1978 “La Kapacocha: Sacrificio humano en el Incario. En: Etnohistoria y antropología Andina. pp. 193-199. Lima.

POBLAMIENTO TEMPRANO EN EL PERÚ: LA EVIDENCIA ÓSEA Carlos Andrés Viviano Llave. RESUMEN. Desde los inicios de la Arqueología como disciplina, uno de los grandes temas de estudio ha sido el inicio de la aparición del hombre, su llegada y ocupación en los Andes Centrales. A la luz de nuevas evidencias en diferentes partes del continente americano se van proponiendo nuevas explicaciones sobre las bases de estas preguntas. La Antropología Física adquiere un importante papel en estas propuestas. EARLY POBLAMIENTO IN PERU: THE BONY EVIDENCE ABSTRACT: From the beginnings of Archaeology as a discipline, one of the great subjects of study it has been the beginning of the appearance of the man, its arrival and occupation in Central Andes. To the light of new evidences in different parts from the American continent they are seted out new explanations on the bases of these questions. The Physical Anthropology acquires an important paper in these proposals.

I. INTRODUCCIÓN. Sobre la base de semejanzas antroposomáticas, hay cierta seguridad en afirmar que los indígenas americanos derivan de poblaciones asiáticas de rasgos mongoloides. Es posible que rasgos no mongólicos sean vestigios de poblaciones premongoloides, australoide-caucasoide, que se mezclaron con grupos mongólicos más tardíos, ya sea antes de cruzar Beringia, como dentro del continente americano, pero sin que ello logre destruir ciertos rasgos de homogeneidad que caracteriza a las sub-razas americanas. Sólo los esquimales mantendrían cierta distinción del resto, relacionándose (en términos raciales) más directamente con grupos mongólicos-asiáticos, y siendo los últimos inmigrantes en llegar al Nuevo Continente. A juzgar por los restos óseos encontrados, ellos eran homo Sapiens sapiens, lo que implicaría migraciones desde los 40000 a.p. Evidencia arqueológica no ósea de sitios sudamericanos como Monte Verde y Piedra Furada, dan fechados cercanos a los anteriores, pero por ser sitios excepcionales, se les tiene con mucha reserva.

El corpus arqueológico total, da sustento a ocupaciones humanas seguras alrededor de los 15000 años. A pesar de que ya hay condiciones favorables para que alrededor de los 30000-40000 años grupos homínidos crucen el estrecho de Bering, hasta el momento no se ha encontrado en ningún yacimiento arqueológico restos óseos que difieran del homo Sapiens sapiens ni ninguna industria lítica que tenga relación con utensilios relacionados con el Paleolítico Medio. La evidencia ósea humana no sobrepasa el IX milenio antes de nuestra era, y en algunos casos se encuentran en un contexto poco claro. La escasa colección de restos humanos sugiere variabilidad racial más allá de la categoría de dolicocéfalo y braquicéfalo. De forma abreviada el panorama es el siguiente: El cráneo femenino dolicocéfalo hallado en Midland (Texas), asociado a herramientas tipo Folson, fechado entre los 10 000-9 000 a.C. El esqueleto humano de Tepexpán (México), fechado entre 9000-8000 a.C. y cuyo análisis craneal mostró rasgos modernos, lo que hizo sospechar su naturaleza intrusiva, aunque pruebas 11


químicas de los huesos confirmaron su antigüedad. Cosa parecida sucede en Marmes (Washington), donde las fechas de 10 esqueletos incompletos fluctúan entre 8500-8000 a.C., y muestran cráneos anchos, al igual que Tepexpán.

para ingresar y ocupar nuevos territorios en Sudamérica, inevitablemente tuvieran que cruzar las zonas andinas, en donde muchos grupos terminan permaneciendo, en esa situación los problemas de altura y las adaptaciones comienzan a manifestarse.

En Palli Aike (Patagonia), se encontraron restos humanos asociados a megafauna extinta y puntas proyectil "cola de pescado", con una antigüedad entre 9000-8000 a.C.; los cráneos eran dolicocéfalos y poseían incisivos en pala.

La altura con su baja presión barométrica y poco oxígeno les debió crear desviaciones fisiológicas como el soroche, causándoles los dolores de cabeza, nauseas, vómitos y escalofríos, además de la disminución de rendimiento físico.

En Pampa de los Fósiles (Perú), los esqueletos de un adulto y un niño, datados en el 8300 a.C, poseían cráneos dolicocéfalos; y en Lauricocha (Perú) sucede cosa similar con esqueletos de 7000-6000 a.p.

La infertilidad temporal es otra manifestación negativa que tuvieron que sufrir las hordas recién llegadas, pudiendo mantener estable al número poblacional hasta que el problema fue superado.

Otros restos humanos encontrados, aunque muy cuestionados, han sido hallados en Norteamérica. El primero procede de Taber, al que en un inicio se le asignaba una antigüedad de 18000 e incluso 60000 años, pero dataciones recientes con métodos más modernos, le dan un fechado de 3550 años. Cosa parecida sucedió con un cráneo procedente de Laguna Beach y otro del sitio de Del Mar, donde se les asignaba edades de 17000 y 48000 a.p. respectivamente, mas fechados posteriores con acelerador espectrométrico de C14 le asignan edades de 5100 y 4900 años respectivamente. El cráneo de Del Mar tiene rasgos completamente modernos (Fiedels, 1996; Pericot, 1962).

Habría que añadir los cambios bruscos de temperatura que debieron soportar, lo que, además, les debió exigir mayor consumo calórico. Todo ello produjo un "stress" en el organismo humano, debido a que el cambiar del medio ambiente significa cambios fisiológicos en el cuerpo (Bonavia, 1991).

Ya a la llegada de los españoles, los americanos tenían similaridades a los pueblos mongólicos, como el cabello lacio y grueso, cuerpo lampiño, piel marrón clara, ojos marrones, vestigios de pliegues epicánticos en los ojos, pómulos altos, alta frecuencia de incisivos en pala y la presencia de la mancha mongólica al nacer. Pero también poseían elementos que los diferenciaba de ellos y hasta daba cierta personalidad entre grupos americanos como el tener narices más prominentes, grupos sanguíneos predominantemente del tipo "0", cuando el de los mongoles asiáticos tiene alta incidencia del tipo "B", desarrollo facial en grupos nativos americanos, entre otras (Fiedels, 1996; Pericot, 1962; Gerber, 1972). II. LOS ANDES CENTRALES: PERÚ. Los primeros hombres cazadores recolectores llegados al área andina empiezan a tomar contacto con una realidad que los influirá física y culturalmente. Debido a cuestiones de transitabilidad es posible que las migraciones venidas del Norte,

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Sobre la base de estudios con poblaciones andinas actuales y restos óseos prehispánicos se puede afirmar con seguridad, que producto de la tensión producida por el medio, tuvo como corolario cambios antroposomáticos característicos, como el de poseer una caja toráxica amplia que albergue pulmones más grandes, estatura pequeña, extremidades cortas y una lenta tasa de crecimiento corporal. La primera característica referida, permite una mayor captación de aire para una oxigenación corporal más completa, mientras que las dos siguientes con la necesidad de circulaciones sanguíneas más cortas y rápidas y permiten un consumo de energía y oxígeno en proporciones menores, sin alterar su eficiencia en el trabajo (Brooke, 1972). Los hallazgos arqueológicos en los sitios de Lauricocha, Toquepala, Pachamachay, Telarmachay, Panalauca, etc. muestran a grupos bien acondicionados a alturas de más de 4000 m.s.n.m. y practicando actividades que requieren trabajo físico significativo, además estas variaciones físicas les permitía utilizar con más eficiencia las fuentes de energía sin alterar su capacidad de captación de alimentos ni sobreexplotar la delicada ecología, producto de una mayor exigencia de alimentos; es decir, adaptación biológica a las limitadas fuentes de recursos (Rick, 1983; Lavalleé y Otros, 1995).

El primero es definido como el sacrificio del individuo como parte de un ritual, pero que a su vez implica ingerir alguna parte del individuo sacrificado. Y el segundo que se define como la muerte del individuo también como parte de un ritual pero que no implica el consumo de carne, órganos o beber la sangre (Pajoan y Mansilla, 1997:196). El mínimo patrón de daño o modificación ósea puede ser reconocido como determinante de la evidencia como la exposición al fuego, abrasiones debidas a un percutor, marcadas de cortes, segmentos óseos faltantes tales como vértebras o iliacos y pulido en las puntas de los fragmentos de huesos largos. Por el contrario si la muestra en análisis presenta sólo algunos de estos indicios, la interpretación debe ser diferente y asociarse generalmente prácticas posteriores al sacrificio humano. En el análisis que hace Lumbreras (1986), toma conceptos de otros especialistas para analizar los restos óseos los cuales presentan distintas coloraciones como gris-azulado a blanco, y otros de color blanquecino o de color negro es decir carbonizados, pues estas coloraciones son resultado de la cremación (Ubelker). En los restos óseos que Lumbreras, encontró en la "Galerías de las Ofrendas", todos presentaban estas evidencias, y si bien no lo afirma, lo da como lo más probable, por que los restos óseos se encontraban junto con restos óseos de animales (peces, aves, roedores, cérvidos y camélidos), que eran parte de la dieta alimenticia, siendo así una prueba de que se trataría de canibalismo. Además los huesos más frecuentes son los húmeros, pelvis y los huesos del cráneo El canibalismo ritual, es una práctica muy conocida en la historia uno de los ejemplos más característicos en este continente tenemos a los Aztecas y los diversos pueblos tribales de Nueva Guinea. Los Aztecas practicaron el canibalismo ritual como parte de su cosmovisión. Por ello durante los rituales los Aztecas, no solo sacrificaban humanos si no de modo general, moldeaban sus ideas más amplias sobre el modo de ser de las cosas, y, con ella la regeneración de lo individual, lo social y lo divino era algo más que una cuestión de creencia (Peggy, 1987:244-245). Este canibalismo ritual, tenía como principio la ingestión del corazón y beber la sangre por parte de los dioses y el resto del

cuerpo por los demás individuos que eran los dueños de la victima. El cuerpo representaba a un dios que es sacrificado a otro dios que en realidad representa al hombre elevándose a lo divino y lo divino era atraído a la tierra (Peggy, 1987: 245). El ritual era hecho en homenaje a Totec o Xipe, quien representaba al sol, quien había tomado vida a través de la muerte de los dioses y por ello los humanos que se sacrificaban eran elevados a dioses para ser sacrificados para que este sol siga en movimiento. Por ello se debe que en el mito y en la realidad, la sangre transmitía la fuerza vital que confería la vida divina (Peggy, 1987: 256). En 1997, Carmen Pajoan y Josefina Mansilla, ambas antropólogas físicas, realizaron análisis de restos óseos provenientes de colecciones de la dirección de Antropología Física del Instituto Nacional de Antropología e Historia, que provenían de varias ciudades mejicanas, que pertenecían a los periodos preclásicos, clásicos y posclásicos, es decir en toda historia prehispánica de México. Los materiales óseos estaban rotos, principalmente los huesos largos, que no guardan ninguna relación anatómica. Un gran número de ellos presentaban marcas de cortes, fracturas intencionales y exposición al calor (Pajoan y Mansilla, 1997:196). Los restos pertenecerían a infantes, adolescentes, adultos, en estos dos últimos había restos óseos de mujeres. Para el caso de los Moches se practicó los sacrificios humanos y el canibalismo ritual que a diferencia a la Aztecas, sólo se bebían la sangre. Las representaciones Mochica ilustran diferentes tipos de sacrificios, unos se realizaban en estructuras ceremoniales, como las Huacas de la Luna o El Brujo, y otros en las islas guaneras, a donde los prisioneros eran conducidos en balsas. En algunos casos los prisioneros eran decapitados o desmembrados, pero básicamente el sacrificio consistió en su desangramiento. Y es que el sacrificio parece haber tenido como función principal extraer la sangre de los prisioneros, sometiéndolos a una muerte lenta y debilitadora a medida que perdían el fluido vital. Para esto se les hacía una perforación en el cuello y se insertaba un tubo, aparentemente de hueso o metal, por donde se conducía la sangre. Ésta no se perdía sino que, por el contrario, era cuidadosamente recogida en copas ceremoniales para ser bebida por sus dioseshombres. 21


Es por ello que se puede hablar de canibalismo desde de los primeros pobladores de la tierra aunque no este muy sustentada. Muchos de los investigadores al encontrar restos o fósiles de antropoides se han apresurado siempre a anunciar el hallazgo de pruebas concomitantes de «canibalismo». A pesar de que, en la mayoría de los casos, los colegas del descubridor declaraban como insuficiente la demostración. Cuando se descubrieron los simios antropomorfos africanos (australopitecos), el hombre de Chukutien (Homo erectus), el del Neandertal y el del Cromañón fueron considerados por quienes los descubrieron aficionados a la carne de sus semejantes.

Claro esta que el termino antropófago existía desde tiempos muy antiguos, quizás mucho antes de que los griegos fundaran sus ciudades estados.

Robert Broom y Raymond Dart, paleontólogos sudafricanos descubridores de muchos fósiles de australopitecos, pensaban que los huesos magullados y los cráneos perforados demostraban que descendemos de un simio predador que no se detenía ante los miembros de su propia especie. Algunos años más tarde, el profesor Franz Weidenreich colaboró en la excavación de los restos del Homo erectus (el hombre de Pekín) en una cueva en China y observó que muchos cráneos estaban magullados por la base. Concluyó que aquella gente se comía el cerebro de sus compañeros; pero luego cambió de idea. En diversos momentos, otros expertos han calificado con los mismos criterios al hombre del Neandertal como al primitivo Homo sapiens.

Existe el mito de un guerrero extranjero que pone fin el endocanibalismo y el incesto (representantes del caos). Este guerrero proveniente de tierras extrañas tiene como deber proporcionar hombres a sus jefes para el ritual como pago por mujeres que eran dadas como parte de una alianza tribal.

Los rasguños que se aprecian en los huesos fósiles de homínidos pueden tener otras causas distintas y no necesariamente provenían de caníbales. Los huesos podrían haber sido roídos y raspados por hienas u otros animales carroñeros. El Homo erectus fue quizá la presa y no el depredador. En el yacimiento del hombre de Pekín sólo se encontraron cráneos, lo cual podría significar que las cabezas fueron transportadas a la gruta para la celebración de algún rito. (Muchos pueblos tribales contemporáneos utilizan los cráneos de los parientes muertos en el culto a los antepasados). La práctica del canibalismo ha sido detectada en muchas partes del mundo. Algunos indicios apuntan su existencia ya en la época Neolítica. El historiador griego Herodoto y otros escritores de la antigüedad ya en sus libros mencionan algunos pueblos caníbales.

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Los Aztecas, a los que Harris en 1886 bautizó como Reino Caníbal, fueron propuestos dentro de un canibalismo institucionalizado ya que el Estado y la religión permitían esta práctica para aplacar la furia de los dioses y a través de ella controlar el caos y que la carne humana sirviera como nexo entre el hombre y los dioses. Todos practicaban de este festín pues los corazones y la sangre eran consumidos por los sacerdotes y el resto era consumido por los dueños de la victima.

Los kallatians, una tribu hindú donde se comían a sus parientes muertos, por que consideraban como bárbaro la quema de estos. Los Dieri, una tribu de aborígenes australianos, desprendían la grasa de los brazos, piernas, rostro y vientre de la persona fallecida; y luego eran consumidas por un pariente cercano, pues ellos creían que la consumir la carne de este, ellos asimilarían la personalidad y el alma de la persona muerta. Los Theddoray los Ngarigo, del Sureste de Australia solían cortar y comerse los músculos de brazos y piernas, así como la piel. Y los Sumo de Sudamérica, cortaban y se comían a sus enemigos muertos en batallas. III. DIFERENCIAS ENTRE CANIBALISMO Y SACRIFICIOS HUMANOS. El canibalismo es un término usado para designar personas que consumen carne humana, o comer algún tipo de órgano o, beber sangre humana ya que este también es parte del cuerpo humano. Puesto que no es lo mismo decir canibalismo que sacrificios humanos, el canibalismo es un concepto muy amplio, y es necesario hacer la especificación del tipo de canibalismo, por ello he diferenciado el canibalismo ritual de los sacrificios humanos debido a sus diferencias existentes.

La sangre de los pobladores de alturas presenta un mayor número de glóbulos rojos y hemoglobina (policitemia). Si bien esto ayuda al transporte del oxigeno, trae también desventajas en el organismo, debido a que es producto de una adaptación parcial y no completa. A diferencia de animales andinos (que si presentan un acondicionamiento completo), el hombre puede perder la adaptación y desarrollar el mal de montaña crónico o enfermedad de Monge, producto de un aumento excesivo de los glóbulos rojos y cuyo riesgo de contraerla aumenta con la edad. (León, 1990; Monge, 1990). A diferencia de otros periodos, la cantidad de restos encontrados para el Arcaico Temprano y Arcaico Medio, es pobrísima e insuficientes para estudios de índole estadística, y por lo tanto la información que se logre extraer de estos no puede ser generalizable. Aunque para los asentamientos Paijanenses, se han comenzado a encontrar contextos funerarios, las menciones al respecto son aún preliminares y escasas. Otro factor que limita los exámenes respectivos, es el deficiente grado de conservación en que suelen encontrarse la mayor parte de los esqueletos recuperados, no logrando siempre estudios detallados de ellos. Este es un problema generalizado a toda el área andina (Bonavia, 1982 y 1991; Dormida, 19611963; Briceño y Millones, 1999). Tratándose de grupos cuya permanencia en un solo sitio es temporal, y producto de ello haya hecho uso de varios campamentos en periodos determinados, es de esperar la poca acumulación de restos humanos, ya que la muerte de alguno de sus miembros sucede en cualquier lugar de recorrido o permanencia; en contraste a poblaciones sedentarias o que ocupan un lugar por tiempos prolongados y suficientes para que sucedan varias muertes y donde suelen destinarse un sitio específico para los cadáveres (cementerios). Ello sumado a las limitadas excavaciones para yacimientos del periodo tratado, puede explicar el reducido número de restos humanos que se dispone. Para el caso peruano se ha encontrado osamentas humanas en Lauricocha (Huánuco), Telarmachay (Junin) y en varios campamentos Paijanense de la Costa Norte, remitiéndonos principalmente a los hallados en Pampa de los Fósiles (Trujillo).

En Pampa de los Fósiles, en el sitio PV22-13 (que contiene 98 unidades, entre campamentos y talleres), fueron encontrados, en la unidad 2, los primeros restos humanos correspondientes al complejo Paiján (tres en total). Se ha obtenido de uno de los entierros una fecha de 8250 años a.C., convirtiéndose en uno de los restos humanos más antiguos del área andina central y de todo el continente (Chauchat y Lacombe, 1984; Briceño y Millones, 1999). La primera tumba, ubicada dentro de un taller de artefactos líticos, contenía los restos destruidos de un niño de probablemente tres años de edad, el cual fue enterrado sobre el costado derecho con las piernas flexionadas, los brazos doblados y las manos a ambos lados de la cabeza. La segunda tumba, corresponde a un individuo de 12 o 13 años, adoptando la posición decúbito lateral izquierdo, fuertemente flexionado, con las manos puestas delante del rostro y los pies con las plantas orientadas hacia atrás. El cráneo presentaba una pronunciada dolicocefalia, y prognatismo subalveolar. Las órbitas eran cuadrangulares y los dientes incisivos tienen la forma de pala. La altura del individuo era de 1.4 m., y presentaba anomalías congénitas como el poseer tres dientes supernumerarios. Tenía tres caries y con poco espacio para el normal brote de las piezas dentarias. Como ajuar funerario presentaba una vértebra de pescado perforada a la altura de la tercera vértebra lumbar. La tercera tumba, corresponde a un individuo masculino, de 20-25 años, adoptando la postura decúbito lateral derecho, con las piernas flexionadas y los miembros superiores puestos sobre el vientre. El cráneo y cara eran altos, con órbitas circulares-cuadrangulares, orificio nasal estrecho y alto y una mandíbula robusta. Había un collar asociado al cadáver, y este último al momento del enterramiento fue puesto sobre un lecho de brazas y cenizas produciendo huellas de quema en los huesos. Sobre su parte toráxica se colocó un petate, siendo cubierto todo nuevamente con cenizas (las cuales contenían resto s de pequeños animales). Los estudios han revelado que el sujeto presentaba una malformación de la pelvis que le provocó una escoliosis lumbar. A juzgar por el tipo de desgaste dentario, se sospecha su dieta eran principalmente vegetal. Se le ha calculado una altura de 1.68m. 13


El fechado radiocarbónico le asigna una antigüedad de 8250 años a.C. Dricot (1979), afirma que los rasgos craneales de los esqueletos (con cara estrecha y alta), los diferencian del tipo Láguido y del tipo Fuéguido, que poseen cara alargada. La nariz estrecha los diferencian también del Lagoa Santa. Debido a ello, los esqueletos Paijanenses, craneométricamente son distintos a los hallados en Lauricocha (Láguidos). Posteriormente, las exploraciones de Briceño y Chauchat han hallado un gran número de tumbas, en Quebrada de Cupisnique y Santa María, de las que han sido excavadas un grupo, y cuyo material está aún en proceso de estudio. Sin embargo se puede dar ciertos rasgos comunes de los contextos: a) Posición flexionada. b) Recurrencia en la orientación sur-norte. c) Entierros en los campamentos o áreas asociadas. Otras tentativas recurrencias son: d) Ausencia en algunos casos del cráneo. e) Reutilización de tumbas, disturbando la más antigua. También parece existir un tratamiento de los cuerpos antes de ser enterrados, pero no detectado en los entierros excavados (Briceño y Millones, 1999). En la cueva de Lauricocha (L-2), en los estratos más profundos, se encontraron once entierros humanos en mal estado de conservación, distribuidos tanto en el interior como en el talud. A los más antiguos se le fechó una antigüedad de 7000-6000 a.p. Cuatro de ellos eran individuos adultos, unos depositados en fosas excavadas en el suelo virgen y otros en la basura, adoptando posición lateral flexionada o decúbito dorsal con la parte corporal inferior flexionada. Asociados a ellos, aparecían artefactos líticos y huesos quemados, que según Cardich puede tratarse de ofrendas (Cardich, 1980). Además se encontró tres entierros de niños. El primero de 12 años de edad, en alto grado de deterioro, y cuyo lugar fue demarcado con 3 piedras a modo de "señal de tumba". Junto al cadáver se encontró herramientas de piedra y hueso, fragmentos de ocre amarillo, huesos calcinados y una turquesa. Otro mejor conservado contenía a un niño de 1 a 2 años de edad colocado en posición fetal junto a una roca y asociado a lascas pétreas, un fragmento de ocre rojo junto a su cabeza y huesos quemados. El tercer entierro era de un niño de 2 años de edad, con el cuerpo cubierto con óxido de hierro. 14

Se han estudiado tres cráneos fragmentados (de los cuatro encontrados), estando el perteneciente al esqueleto Nº 6 casi completo, y los pertenecientes a los esqueletos Nº 2 y 8 carentes de huesos faciales. El examen ha revelado que se trata de individuos dolicocéfalos y cara medianamente ancha. Además, uno de ellos (Nº 6) presenta deformación craneana tipo tabular erecto, con instrumentos no determinados. ¿Práctica surgida independientemente en América o traída con los primeros hombres que cruzan el estrecho de Bering?. Habría que tener en cuenta que esta práctica ya es conocida en el Paleolítico Medio del Viejo Mundo (50000 a.p.). Las causas de esta práctica son inciertas, especulándose que se trate de cuestiones estéticas o vinculadas a diferenciaciones sociales. Morfológicamente, estos cráneos muestran analogías con el tipo Paucarcancha (tipología de Newman), presentando craneoscópicamente la forma ovoides-elipsoides, prominencia del occipucio, achatamiento de los parietales y el desarrollo de la curva sagital con la típica "joroba de camello" de cráneos Paucarcancha. Hay un cráneo (Nº 6) que muestra particularidades morfológicas que lo conectan con el tipo racial Lagoa Santa (lágido), haciendo sospechar que este último y Paucarcancha, pertenecen a un mismo tipo. A opinión de Bórmida, los puntos craneométricos medidos a este último no son de gran importancia desde el punto de vista racial, puesto que presenta deformación craneana (Dormida: 1961-1963). La estimación de la edad de los cráneos Nº 4, Nº 6 y Nº 8, dio 50-60, 50 y 60 años respectivamente. Aunque lo limitado de la muestra ósea de Lauricocha, no permita dar conclusiones válidas de esperanza de vida, es muy sugerente que estos individuos del Periodo Lítico, hayan llegado a edades avanzadas (entre 50 y 60 años). Benfer (1977) nos dice que para cazadoresrecolectores y proto-agricultores, la mayor parte de la información sugiere esperanzas de vida para un recién nacido, hasta 22 años. En lo referente al tipo de dientes, el cráneo Nº 4, tenía incisivos de pala. En Telarmachay, ubicado en San Pedro de Cajas en Junín (4420msnm), fueron descubiertos tres entierros casi contemporáneos a Lauricocha (Lavalleé y otros: 1995). El primer esqueleto (entierro Nº 1), perteneciente a una mujer de 50 años, fue depositado en una fosa elíptica excavada cerca de la pared del abrigo. Adoptaba una posición doblada sobre el vientre y ligeramente vuelto hacia la

CANIBALISMO Y SACRIFICIOS HUMANOS EN EL ANTIGUO PERÚ. Carlos Albino Hidalgo Paúcar.

RESUMEN. Sobre las prácticas caníbales y los sacrificios humanos se han realizado muchos estudios, tanto desde los pensamientos antropológicos y sociológicos. Para la arqueología interesa la evidencia física de estas prácticas pues nos permite enfocar los niveles ideológicos de una sociedad con relación a la religión o el poder político. Sobre este tema se han construido diversas posturas, no siempre imparciales; nos interesa sin embargo exponer el significado atribuido a las antiguas sociedades andinas. HUMAN CANNIBALISM AND SACRIFICES IN OLD PERU. ABSTRACT: On the cannibal practices and the human sacrifices many studies have been made, as much from the anthropological and sociological thought. For archaeology it interests the evidence physical of these practices because it allows us to focus the ideological levels of a society in relation to the religion or the political power. On this subject diverse positions have been constructed, not always impartial; it nevertheless interests to us to expose the meaning attributed by the old Andean societies.

I. EL ORIGEN DE LA PALABRA CANÍBAL. Hoy en día se ha universalizado la palabra caníbal desconociéndose el verdadero origen de la palabra. Desde la llegada los europeos al Nuevo Mundo se usaba el término antropófago para designar a personas que comían carne humana. Esta palabra tan antigua, hoy a perdido fuerza. La palabra “caníbal”, para algunos tiene su origen con Cristóbal Colón. Cuando este desembarcó en América, se encontró con indios que eran amables y muy aptos para ponerlos a trabajar. Según su “traductor”, un judío, que hablaba árabe, los indios arawakos o Arawaks (pobladores de la amazonía venezolana), le dijeron que existían unos indios con un ojo y cara de perro, que comían carne humana y que se aparejaban con las amazonas. Podemos sugerir que pudo haber aquí algunos problemas de traducción. Esos indios fueron llamados caribes, esta palabra se transformaría en «canib» y luego en caníbal. Otros simplemente mencionan que la palabra “caníbal” deriva de “cariba” que significa valeroso y por una confusión de los primeros descubridores que la confundían con «caniba» y de aquí deriva caníbal que aplicaban a los indios que comían hombres.

II.- EL CANIBALISMO EN EL MUNDO Las prácticas de canibalismo han sido diversas en el mundo. Es diversa por la forma o la circunstancia en que se practica, muchas de estas se realizaron por hambre, o para vengar la muerte de alguien del propio grupo en donde la victima capturada en la guerra, es torturada y reducida en un acto de dominación. Al mismo tiempo el consumo de carne representa que el vencedor esta asimilando la fuerza y el poder hostil del otro. Otras prácticas tienen que ver con el control físico del caos, donde la victima es ofrendada a los dioses para aplacar su furia y mantener el orden social. El endocanibalismo, es otro tipo de canibalismo entendido como canibalismo entre parientes, donde la carne humana representa un canal físico para comunicar los valores los valores sociales y la fertilidad procreadora de una generación a otra. Por ultimo esta el exocanibalismo, que se práctica con los enemigos de la tribu mediante la guerra, en otros casos se habla de canibalismo de subsistencia por ser consecuencia de la escasez de alimentos y por último como una forma de control demográfico.

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izquierda, con la cabeza de perfil. Sus brazos estaban replegados sobre las costillas y cruzados, mientras sus piernas y muslos se apoyaban también sobre las costillas. La ausencia del cráneo, pero no de la mandíbula, indica que este ha sido probablemente eliminado por habitantes posteriores. A juzgar por la posición forzada del esqueleto (encogido), es probable que haya estado amarrado por algún ligamento o enfardelado. Presentaba como patología, artrosis del cúbito derecho. Sobre la base de la medida del hueso húmero y fémur, el cadáver tendría una estatura entre 1.58 m. y 1.60 m. El segundo esqueleto (Nº 2) correspondía a una mujer de 20 años, adoptando la posición flexionada y sobre el lado izquierdo. El entierro fue cubierto con piedras y posteriormente disturbado en parte. En la porción que quedó intacta se halló una bola de ocre rojo, en cuyo interior había instrumentos líticos, un guijarro de cuarcita y herramientas de hueso. Entre la tibia y el fémur reposaban dispuestas paralelamente, varias piezas óseas talladas de forma alargada y delgada. El estudio de los huesos detectó huellas de actividad vascular exagerada en el fémur izquierdo, e indicios de actividad inflamatoria en la tibia. El tercer entierro (Nº 3), delim itado con pequeños bloques de piedra, contenía los restos de un niño menor de 1 año, cubierto con ocre rojo. Debido al pésimo daño que mostraban los huesos, no había claridad en la posición del individuo, el que al parecer reposaba sobre el dorso. Debajo del mentón había un collar de conchas perforadas, y en los miembros inferiores una cantidad de colgantes rectangulares con perforación. El estudio de los huesos detectó como patología un proceso inflamatorio sistémico, probablemente debido a alteraciones metabólicas o malnutrición. El mismo proceso fue identificado en el entierro Nº 2. Alrededor del entierro Nº 2, se encontró restos óseos humanos disturbados, probablemente perteneciente a más de un individuo (denominado 2b). El único par de costillas encontradas entre estos restos sugería una edad de 18-25 años. Como patologías, se detectó hiperactividad vascular en un cúbito, osteoartrósis en un fragmento de vértebra lumbar, evidencia de artrosis en la epífisis distal de dos falanges, y artrosis en dos falanginas. Sonia Guillén (1995), nos dice que sobre la base de los entierros Nº 2 y 3: "Se puede presentar la hipótesis de que el stress nutricional sería un

problema recurrente en la zona, lo que se podría complementar con evidencia arqueológica adicional, e idealmente con el estudio de un mayor número de individuos, y el uso de técnicas analíticas más complejas". En el caso de la presencia de artrosis, afirma que mientras para el entierro Nº 1 hay posibilidad que se trate de un mal degenerativo producto de la avanzada edad; para los restos del entierro Nº 2 y 2b, se aprecia una remodelación extensiva en la muesca semilunar del cúbito derecho, dando la sospecha que la anomalía puede haberlo causado el uso exagerado de la articulación. Haciendo una comparación de los sitios descritos (Lauricocha, Telarmachay y Paiján) podemos notar una serie de semejanzas y diferencias interesantes. En lo que respecta a la posición de los cadáveres, se observa preferencias por la posición flexionada, indicando que desde periodos tempranos ya se observaba el inicio de lo que posteriormente será una tradición en los contextos funerarios (la posición fetal, con cierta variante en Telarmachay). Para el Periodo Arcaico, si bien hay la presencia de individuos adoptando esta típica posición, también hay evidencia que sugiere que ello aún no es práctica totalmente generalizada debido a que buen número de tumbas contienen esqueletos en posición decúbito dorsal (entierros en Paloma, Chilca 1, Santo Domingo, etc. donde aparecen estas dos variantes). Las evidencias nos están indicando, que hay cuidado y previa preparación del sujeto muerto, antes de ser enterrado y que hay presencia de determinadas reglas que muestran creencias sobre el mundo de ultratumba (o del más allá). El poner objetos probablemente a modo de ofrendas, el preparado del depósito mortuorio, el cuidado de posicionar al fallecido de un modo y ataviarlo, refleja esa preocupación sobre la muerte, y los mecanismos ideológicos que estos grupos crean para enfrentar aquella angustia. Si bien hay diferencias en los sitios, también hay coincidencias de las cuales poco podemos decir, debido a su reducido número, y por eso no podemos asegurar la presencia de cánones generalizados en amplias áreas geográficas para las fases tempranas de este período.

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Desde temprano se practican alteraciones corporales que son socialmente aceptadas, como es el caso de Lauricocha, el cual se ha puesto incluso como una prueba de los primeros atisbos de religiosidad. Ello ya se practica desde el Paleolítico Medio en Europa y es deducible que los primeros pobladores del Nuevo Mundo ya tengan todo un bagaje de creencia acerca de su existencia y del mundo que lo rodea.

La deformación de tipo tabular-erecto, variante del tipo Planolámbica (según la tipología de Imbelloni) está muy difundida para finales del Periodo Arcaico, por el 2000 a.C.

El cuidado con que son enterrados los niños en los tres sitios mencionados (en especial en Lauricocha) es interesante, al igual que la presencia de artrosis en esqueletos femeninos de Telarmachay (posiblemente producto de trabajos excesivos de la zona afectada). La densidad demográfica de poblaciones cazadorasrecolectoras era muy baja, y la mayor dependencia de estas a los productos de la naturaleza debió exigir un arduo trabajo limitando el crecimiento poblacional.

La deformación de tipos como sucede en las tribus Kung Dove, donde debido a este factor la menstruación se da por primera vez a los 16.6 años. que es muy común en sociedades serranas, está presente desde los 6 118 +-100 a.p. en las cuevas de Intihuasi y Candonga (ambas en Argentina).

Así pues, la carga excesiva de trabajo y de tensión por parte de la mujer gestante provocaría abortos espontáneos, como también crisis nutricionales en tiempos de escasez de alimentos; el consumo calórico bajo con relación al nivel de actividad pudo retrasar la menstruación como influir en la fertilidad, y la lactancia prolongada de los niños (que no contaban con muchos alimentos para facilitar el destete) haya contribuido en el espaciamiento de los nacimientos. Ello añadido a la mortandad infantil y materna, relativamente elevada, conllevaría a un lento crecimiento poblacional. En tales condiciones el nacimiento de nuevos individuos pudo ser muy deseado y la pérdida de estos, antes de llegar a la edad adulta, hubiera creado cierto grado de angustia po r parte del grupo, y cuyo valor está reflejado en el cuidadoso tratamiento mortuorio de los que son protagonistas los cadáveres de niños. Otro punto importante, es la presencia del ocre rojo en los entierros, el cual seguramente tuvo carácter de ofrenda. Volviendo al caso de Europa, también ha sido localizado este elemento en tumbas paleolíticas, lo que nos hace preguntarnos si el caso andino es una continuidad de dicha práctica o producto de una coincidencia, en donde el valor simbólico de este, es creado independiente al europeo. 16

Los estudios de Engel (Periodo Arcaico) 38 cráneos procedentes de Culebras (Huarmey) y Asia (Chilca), mostraban este tipo de deformación, pero siendo Lauricocha la evidencia más antigua.

Un último punto y sin duda el más notable es sobre la presencia de dolicocéfalos en este periodo. Se sabe muy bien que las poblaciones andinas posteriores son predominantemente braquicéfalas, pero no se sabe cuando estas últimas terminan poblando gran parte de los Andes, pudiendo estar implicada migraciones humanas posteriores. Esto último no significa que no existieran braquicéfalos en estos tiempos, siendo prueba de ello los hallazgos de Tepexpán (México) y Marmes (E.E.U.U.), pero la mayor parte del material recolectado sugiere una predominancia primigenia de dolicocéfalos. Kroeber, quien estudia cráneos de distintos períodos desde el Formativo (en su tiempo no era aún conocido el Período Arcaico), concluía que en los early periods (en un primer momento) hay mezcla de dolicocéfalos y braquicéfalos, pero que en los middle periods (momento intermedio) la braquicefalia se haría absolutamente dominante.

Para el Periodo Arcaico, los estudios craneométricos, son escasos, y estos nos muestran un panorama complejo. Ramos (1973) reporta para Tablada de Lurín (Arcaico), dos entierros con fechas de 5880 a.C. cuyos cráneos presentan dolicocefalia. Engel por su parte para Chilca y Lurín (5000 a.C.) menciona la presencia de dolicocéfalos prognáticos y cuya estatura es de 1.53 m, y para Bahía de Paracas dolicocéfalos que practicaban la horticultura por los 6 930 a.C. Los estudios realizados con restos óseos procedentes del sitio de Cabeza Larga (Arcaico) fechados en 3070 a.C., han dado como resultado la presencia de individuos braquicéfalos, braquicéfalos groseros (límite de la mesocefalia), mesocéfalos, mesocéfalos groseros (límite con la dolicocefalia) y dolicocéfalos (tipo eskimoide, y en el límite con la hiperdolicocefalia), siendo los terceros más predominantes y alcanzando cifras de 71,5 %. Estos datos nos muestran una mayor variedad craneal, que a opinión de Ramos puede ser debido a "confluencias de corrientes humanas con pequeña diferenciación en el tiempo o con variantes de cantidad de personas". Si bien estos datos de la Costa Sur y Centro Sur, nos hace inclinarnos a pensar que desde el Período Lítico hasta finales del Arcaico, en dicho sector hay una tendencia al aumento de mayor variedad craneal, hay que tener presente que mientras para finales del Arcaico se cuenta con muestras más significativas, para los inicios, la escasez de estas pueden distorsionar la realidad. Además, cabe la posibilidad que este panorama no sea aplicable a otras áreas.

Bórmida nos dice, que estudios más recientes han demostrado que las sucesiones raciales tienen valor para un área determinada y por lo tanto no puede ser generalizable.

Para finalizar, cabe agregar que Bórmida (19611963) propuso posibles diferencias biológicas entre las distintas poblaciones de costa y sierra, y Bonavia (1991) agrega que ello podría estarse manteniendo debido a cruces predominantemente intragrupales.

Así pues, en la Costa Central, las más antiguas poblaciones conocidas eran braquicéfalas y solo en late periods (en el último período) aparece una minoría dolicocéfala; mientras que en la Costa Norte y algunos sectores de la Costa Central, en early periods los braquicéfalos se asocian con una minoría dolicocéfala, y en late periods hay un cuadro similar al anterior.

Por su parte Chauchat y Lacombe (1984) creen que el Hombre de Paiján puede ser un tipo biológico distinto y desconocido hasta el momento, pero sin determinar aún si estos caracteres detectados en los dos individuos estudiados (el individuo de 12-13 años y el de 20-25 años) son representativos de una población o solo aplicable a escala individual.

EPÍLOGO El corpus de datos existentes no permite ver las rutas de acceso de los primeros hombres hacia Sudamérica. Tampoco es posible saber que regiones fueron las que primero albergaron a estas migraciones ¿bosques tropicales? ¿la faja costera? ¿ecologías de la cordillera?. Gruhn basándose en el fenómeno de eustatismo del mar durante los interglaciales postuló tres rutas de ingreso: La costa atlántica, la costa pacífica y el piedemonte de los Andes Centrales, siendo el ingreso hacia el interior andino, posterior. Ardila y Politis (1989), dicen que a pesar de que la evidencia mayoritaria e incontrovertible acumulada hasta el momento giran alrededor de los 12000 años, no es posible explicar el poblamiento temprano sin retroceder dicho fechado, pues "la diversidad, el desarrollo independiente o la adecuación tecnológicos a condiciones locales, solo son producto de un lento proceso de exploración, colonización y conquista de nuevos espacios, de crecimiento y formación de bandas, de saturación del espacio disponible". Los restos óseos encontrados sugieren la presencia de grupos raciales diferenciados, no solo en el ámbito de braquicéfalos y dolicocéfalos, sino también al interior de estas categorías, como lo muestra el hallazgo de restos óseos de Paiján y de Lauricocha (ambos como hombres dolicocéfalos diferentes). La presencia mayor de braquicéfalos para periodos posteriores mantiene causas inciertas, especulándose desde migraciones posteriores (desplazando a los dolicocéfalos), como también cruces intergrupales. Además, de los pocos estudios se puede afirmar que la sucesión de dolicocéfalos y braquicéfalos tiene variantes en el ámbito regional y por lo tanto los datos de un sector no podrían generalizarse a otro. Las costumbres funerarias en Telarmachay, Lauricocha y Paiján, poseen las primeras manifestaciones de una tradición presente en todas las sociedades andinas posteriores: Posición fetal del cadáver, deformación craneana y el uso de ocre rojo. Los entierros de niños, nos están mostrando la importancia de estos dentro del grupo y cabe la posibilidad que debido a la limitada natalidad y mortandad, el nacimiento haya sido muy esperado, y ya desde allí el individuo era considerado miembro del grupo (con derecho a ser ataviado y enterrado). 17


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