Ayurá. Memorias de ciudad

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Archivo Hist贸rico de Envigado


Ayurá, Memorias de ciudad Coordinación: Yadira Muñoz Mejía (Profesional universitaria) Archivo Histórico de Envigado Alcaldía de Envigado Secretaría de Educación para la Cultura Dirección de Gestión para la Cultura Diseño: Jorge Fidel Castro Alexander Cuervo Fotografía: Jorge Fidel Castro Juan Mauricio Agudelo Envigado Diciembre de 2006


Presentación

La Ayurá Otra forma para imaginar el trayecto

Este folleto nace como ejercicio académico del Archivo Histórico del Envigado y convoca a la construcción de pensamiento y a la emergencia de nuevas competencias de memoria, que imprimen y expanden otras formas de identidad en el Municipio de Envigado. Proponemos dos cartografías para el territorio denominado Cuenca La Ayurá. Dos configuraciones de paisaje desplegados en imagen y texto sobre los cuales podemos hacer visible otras grafías de ciudad. Paisaje practicado que devela a la Cuenca sobre nuevas relaciones entre su entorno natural y su interrelación con las lógicas de construcción de lugar. La Ayurá atraviesa el Municipio de Envigado de suroriente a noroccidente, con una longitud aproximada de 15 kilómetros, un trayecto sobre el que expondremos unas miradas, unas imágenes y unas memorias. Yadira Muñoz Mejía Profesional Universitaria Dirección de Cultura/Archivo Histórico

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ENTRE LA TRADICIÓN Y EL PROGRESO1 Bibiana Preciado Zapata

Playa de La Ayurá hacia la década de 1940 Colección particular Álvaro Jaramillo

La quebrada La Ayurá ha estado presente en la vida de los habitantes de Envigado desde su fundación, en las postrimerías del siglo XVIII, hasta nuestros días. Sus aguas, que dieron origen al mito de la fecundidad, han bañado el territorio envigadeño y, a través del tiempo, se han usado en múltiples actividades: económicas y productivas, recreativas y domésticas. De ahí que esta quebrada se haya convertido en uno de los símbolos más representativos de la cultura envigadeña. Los usos del agua en La Ayurá, observados en perspectiva histórica, dan cuenta de las transformaciones que se presentaron en la interacción entre la sociedad envigadeña y su entorno natural, de los cambios en las percepciones sobre el elemento hídrico y las tecnologías que permitieron su aprovechamiento. Estos usos variaron mientras Envigado realizaba su transición de la vida rural a la urbana. A partir de 1910 el municipio inició su ingreso a la modernización, proceso que jalonó la élite antioqueña instalada en Medellín desde su inserción al mercado mundial, a finales del siglo XIX. De esta manera, se impuso un ideal de progreso que se caracterizó por el desprecio de la herencia colonial y por la adopción de modelos europeos y norteamericanos en la transformación del entorno urbano2. Otro aspecto fundamental fue la

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transformación de la naturaleza mediante una acción organizada y concentrada, que se apoyó en los avances de la ciencia y la tecnología3. En este contexto, comenzó el aprovechamiento de La Ayurá en la generación de energía eléctrica y la producción de fuerza motriz para la industria, y con ella el vertimiento de desechos industriales. Más tarde, en 1934, se inició la conducción de agua por tuberías de hierro, paso decisivo en la transformación de las pautas de consumo del líquido. Los nuevos usos entraron a rivalizar con prácticas antiguas, como los lavaderos de ropa, los baños públicos, la producción de fuerza hidráulica para mover los trapiches, hasta provocar la desaparición de algunas de ellas en el transcurso del siglo XX. Tales cambios estuvieron presididos por un ideal de progreso y un discurso higienista, acompañados por nuevas ideas sobre el agua. Por una parte, su valoración como fuente de riqueza y poder, propia de la racionalidad capitalista, comenzó a desplazar su valor simbólico como fuente de vida, representado en el mito de la fecundidad. Por otro lado, la potabilidad del líquido vital, es decir, la buena calidad del agua para el consumo humano se convirtió en un requisito indispensable para mejorar la salubridad de la población. 1. Usos tradicionales La cercanía de una fuente de agua, ya fuera río, quebrada o arroyo, era uno de los factores más decisivos en la elección del terreno para fundar un pueblo en la época colonial. No era para menos, pues la abundancia, accesibilidad y pureza del elemento hídrico resultaba primordial en la vida cotidiana de las nacientes poblaciones. Así, alrededor de La Ayurá se desenvolvió la vida de Envigado desde su fundación en 1776. De la quebrada a las fuentes públicas En el Envigado preindustrial, caracterizado por la vida rural, que se desenvolvía básicamente en torno a las actividades agrícolas y ganaderas, el agua se conducía por acequias destapadas. De este modo el líquido v ita l q u e d a b a e x p u e s t o a l a s inmundicias procedentes de las fincas, solares y calles que recorría, pues sus habitantes no tomaban precauciones para protegerla. Los desagües, las materias orgánicas provenientes de los corrales y los chiqueros de engorde de

La Ayurá a la altura de Rosellón en la década de 1940. Colección particular Álvaro Jaramillo.

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cerdos contaminaban el agua, convirtiéndola en la causante de la fiebre tifoidea, la disentería y otras enfermedades gastrointestinales. De ahí la insistencia del Concejo en construir un acueducto cerrado desde la década de 19204. Los habitantes que, mediante la compra de un derecho de propiedad, contaban con el dinero para constituirse en comuneros del acueducto o quienes de forma ilegal construían un canal para desviar el agua, recibían el suministro hídrico en sus viviendas. Lo más común, para la mayoría de la población, era cargarla en recipientes desde las pilas y “pocetas” públicas hasta sus casas. Baños o charcos Esta quebrada también se constituyó en espacio de uso cotidiano y de sociabilidad. En ella los envigadeños iban a lavar la ropa, a pescar y a tomar un baño. Por ejemplo, en 1918, el alcalde municipal Heliodoro Zapata, al considerar que el baño de la quebrada Ayurá era el preferido por las vecinas del Distrito “por lo saludable de sus aguas”, y que era frecuente, “especialmente en las épocas de verano, la concurrencia de personas de toda edad a los baños que hay en la 'Ayurá', cerca del paraje 'El Placer'”5, decretó la separación del baño de mujeres y hombres. Por razones morales, ellas se bañarían por la mañana y ellos, después del medio día. Lavaderos de ropa Muchas mujeres establecieron sus lavaderos en La Ayurá, donde se dedicaban días enteros a lavar ropa ajena, generalmente de las familias que vivía en los barrios centrales del Municipio. Otras más se ocupaban de lavar sólo las prendas de sus casas. Esta actividad hizo parte de la cotidianidad de Envigado durante la primera mitad del siglo XX. Sin embargo, los funcionarios públicos la percibían como una amenaza a la potabilidad del agua que abastecía la población desde 1915. En ese año el alcalde municipal señalaba en un juicio de policía instaurado por lavar ropa en las “aguas de uso público”: Ayer a las dos p.m. en momentos en que el suscrito alcalde practicaba con su secretario una comisión en el paraje de Rosellón y en el denominado “El Salado”, de este Distrito, vio unas mujeres lavando ropa sucia en las aguas de la quebrada “Ayurá”, arriba donde se surte la población, por lo cual se acercó a ellas en asocio con los testigos Luís Acevedo y Mariano Cano, para reconocerlas, y eran Mercedes Pareja, Delfina Londoño y Petronila Echavarría...6 Además, la actividad de las lavanderas se asociaba con la contaminación del agua que había originado una epidemia de disentería y otras enfermedades causadas por el manejo que se le daba.

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Los trapiches En la primera mitad del siglo XX, La Ayurá también proporcionó la fuerza hidráulica para mover los trapiches de la caña de azúcar destinada a la producción de panela; uno estaba ubicado en la finca Andalucía y otro a orillas de la quebrada, antes de pasar el puente que conduce al Hospital Manuel Uribe Ángel, donde hoy termina la calle 37 Sur7. A comienzos del siglo pasado, sus dueños se disputaron el control sobre el uso del agua con el Concejo y la fábrica de Tejidos Rosellón. Asimismo, los productores de panela rivalizaban por el aprovechamiento del recurso hídrico en sus máquinas de moler caña, a tal punto que en 1926, en una de sus altercados, ocasionaron la suspensión del suministro hídrico del “Barrio de la parte baja de población”, ubicado alrededor de la Casa Andalucía. Este asunto tuvo tanta relevancia que los usuarios del acueducto de la familia Botero, que abastecía el barrio Andalucía, informaron a la Gobernación sobre sus dificultades para acceder al líquido, haciendo énfasis en la responsabilidad que tenían los productores de panela. Su descripción revela la importancia de La Ayurá en la producción de ésta, las rivalidades que hubo entre los Botero y Rubén Uribe, propietarios de los trapiches, tanto por el control sobre el uso del agua como por la inequidad en su distribución y la sequía, como las principales causas del desabastecimiento. Por ello expresaron mediante un memorial: 1º. Tienen los citados Botero a su señora Madre unas máquinas de moler caña en la parte baja de la población y para molerla conducen agua de la Ayurá agotada casi por completo y cuya toma, la última de la Ayurá, sirve para las aguas que vienen al acueducto de donde las derivamos para nuestras casas; 2º. El sr. Rubén Uribe, dueño de la otra máquina, al borde de dicha Ayurá, tiene su toma por más arriba de la anterior y por motivo de la misma agua estableció y está en querellas con los señores Boteros dichos; 3º. A consecuencia de la querella el sr. Alcalde dividió el agua en la toma de Uribe por la mitad pero como es tan poca, no alcanza a nosotros los vecinos, de modo que hace muchos días estamos privados del agua; 4º. La parte de la población que se beneficia de esta agua es más o menos la tercera, estimados por tres mil individuos, con habitaciones de familia numerosas, con excusados en seco, fetidísimos, sufriendo las consecuencias de la ambición de dos casas riquísimas...8 La documentación existente no informa sobre la conclusión de este conflicto. En todo caso, ambos productores siguieron aprovechando la fuerza hidráulica que les proporcionaba La Ayurá, y el abastecimiento de la población ubicada alrededor de la Casa Andalucía debía mejorar al concluir la temporada de sequía. Cuando la fecundidad corría por La Ayurá Para los habitantes del Envigado tradicional, más rural que urbano, era tan evidente la relación entre el agua de La Ayurá y la vida que inventaron un mito para representarla, el de la fecundidad. De esta forma, atribuyeron a

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esta quebrada el poder para dar o aumentar la fertilidad de las mujeres que se bañaban en ella9. Sin embargo, el valor del agua como fuente de vida se fue perdiendo a medida que avanzaba la modernización y se imponían otros discursos, entonces se le atribuyeron nuevos calificativos, como potableimpotable, sucia, fuente de riqueza, entre otros. 2. Usos modernos En el proceso de modernización de Envigado coincidieron el interés de la administración municipal por fomentar el progreso material de la población y el de los empresarios de Medellín por expandir el proceso industrial que se había iniciado en la capital antioqueña. En esta convergencia de intereses, la necesidad de un alumbrado público, el aumento de la población urbana y el asentamiento de industrias en la cuenca de La Ayurá generaron profundos cambios en el aprovechamiento del agua. Desde 1910 los nuevos hábitos entraron a rivalizar con los tradicionales y aumentaron las tensiones entre los intereses públicos y privados por el uso y control del preciado líquido, al entrar en juego los intereses de los industriales y de los accionistas de la Compañía de Instalaciones Eléctricas. Al imponerse la valoración del agua como fuente de riqueza, aumentó la inequidad en su distribución. Por tal motivo, la escasez hídrica se convirtió en uno de los problemas más graves de la población, que se agudizó en década del 1940, cuando Rosellón ejerció su dominio sobre las aguas de La Ayurá y su afluente El Salado. Pese a la importancia que adquirió el agua para el abastecimiento de la creciente población urbana, en La Ayurá comenzó el vertimiento de desechos industriales y el aumento de las aguas negras de origen doméstico, acelerando el proceso de contaminación, que desde finales del siglo XX se presenta como uno de los problemas ambientales más graves del Municipio. Pero a principio de este mismo siglo, debido al predominio del discurso higienista y a la persistencia de las epidemias causadas por la impotabilidad de agua, este problema comenzó a ser tratado, en el discurso de los funcionarios municipales, como un asunto de salud pública. Planta eléctrica El Concejo declaró en el Acuerdo Nº 8 del 25 de junio de 1910 que la instalación de una planta eléctrica de cien caballos de fuerza era una obra de “necesidad, utilidad y conveniencia pública”10. Esta planta se instaló en la parte baja de la población, alrededor de lo que es actualmente la Universidad Cooperativa de Colombia, y se alimentó con los sobrantes de aguas sucias que salían de la población y con las que gratuitamente le suministraba el acueducto público. Con ella empezó la prestación del servicio de luz eléctrica, que en principio se destinó al alumbrado de las calles y la plaza pública y al que paulatinamente accedieron algunos particulares. Ésta proporcionó, asimismo, la energía para el funcionamiento de la fábrica de Calzado Rey Sol, que tomó en arrendamiento diez caballos de fuerza entre 1912 y 1934, y la Manufactura Nacional de Sombreros.

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La planta eléctrica perteneció en sus inicios a la Compañía de Instalaciones Eléctricas de Envigado, que tuvo el “privilegio exclusivo para producir y enajenar energía eléctrica y convertirla en luz en todo el Distrito de Envigado”11. Ésta era una empresa mixta con un capital de 500 acciones, repartidas hacia 1920 así: 100 del municipio, 350 de Rey Sol y las demás divididas entre otros particulares12. En 1920 el Concejo Municipal decidió adquirir la empresa de servicio de energía pero el proceso de negociación con la fábrica de Calzado, la principal accionista, se tornó conflictiva. Con el propósito de presionarla, retiró el suministro proveniente del acueducto municipal que recibía la planta eléctrica, pues legalmente no tenía derecho a aprovechar las aguas de uso público13. De esta manera, el servicio desmejoró notablemente hasta que Rey Sol accedió a vender su parte de la empresa. En 1926, tras la compra de todas las acciones que estaban en manos de particulares, se municipalizó la empresa de energía eléctrica14. Luego, desapareció la Compañía de Instalaciones Eléctrica y este servicio quedó a cargo del Concejo y del personero municipal hasta la creación de las Empresas Municipales en 1933. Pero como la capacidad de la planta eléctrica era ya insuficiente para atender las demandas de la industria y la población, se estudiaba la posibilidad de construir otra nueva, usando las aguas del río Medellín en el paraje de Ancón. Industria El Concejo Municipal de Envigado, orientado por el interés de promover el progreso económico a través de la producción industrial, otorgó exención de impuestos y concesiones sobre el agua de La Ayurá a las primeras sociedades comerciales de Medellín que instalaron sus empresas en el Municipio. De modo que algunas se ahorraron los costos que implicaban la compra de energía eléctrica o el uso conspicuo de combustibles como leña y carbón, usados para accionar la máquina de vapor. Desde 1910 hasta 1920, el Concejo Municipal otorgó concesiones sobre el uso de agua a la fábrica de Tejidos Rosellón a un taller mecánico de sistema moderno, compuesto de fundición, ferrería y todo lo relacionado con ésta clase de industria15, a un taller de fundición, a La Fábrica de Chocolate, a La Fábrica de Cafetería y a Chocolatería, en la Sebastiana, uno de sus afluentes más importantes. Rosellón16 aprovechó el agua en generación de la fuerza motriz que activaba la maquinaria en sus instalaciones. Al verter tintas en la quebrada, acaparar el agua en la producción industrial y causar la suspensión del suministro de la población, incumplió las reglas de juego fijadas en el contrato de 1912. Por estas razones, sus relaciones con el Concejo se tornaron tensas y en ocasiones conflictivas. Motivado por el problema de vertimiento de tintas en La Ayurá, el Concejo instauró entre 1919 -1922 un pleito contra esta compañía, con el propósito de obtener la anulación del acuerdo y el contrato celebrados para el establecimiento de la misma. El asunto alarmó a otros funcionarios, entre ellos al médico oficial y al personero municipal. El primero declaró, en 1919,

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que el agua de La Ayurá se encontraba en estado de envenenamiento “por razón de las anilinas que la fábrica de los expresados señores Medina [los propietarios de Rosellón]” derramaban en ella, “lo que podía comprobarse por medio de un análisis químico hecho por hombres expertos en la materia”17.

Factoría Rosellón. Colección particular Carlos Mario Restrepo.

El Concejo continuó con el pleito y, al parecer, en 1922, el Tribunal de lo Contencioso Administrativo18 declaró nulo el Acuerdo Nº 22, por el cual se aprobaba el contrato celebrado entre el Municipio y La Sociedad Hermanos Medina & Cía., para el establecimiento de la fábrica de tejidos19. Sin embargo, la Compañía siguió gozando de la concesión otorgada por el Concejo, y la tensión entre sus intereses y los públicos se intensificaron. En la década del cuarenta, el uso del agua en la producción de fuerza hidráulica se impulsó sobre los demás para mover la maquinaria en la fábrica. En ello influyó una nueva concesión que el gobierno nacional, a través del Ministerio de Economía Nacional, le otorgó a Rosellón en 1940 y una negociación entre esta empresa y el Concejo. Éste último, motivado por la falta de condiciones técnicas adecuadas para bombear el agua en el acueducto municipal, cedió su antiguo acueducto de barro a cambio de la utilización del tanque de la fábrica que cumplía con estos requerimientos, poniendo el abastecimiento del área urbana en manos de sus principales adversarios en el uso del líquido. La escasez hídrica fue una causa de

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malestar social durante esta década entre los envigadeños, pero también una constante preocupación por parte de los funcionarios públicos, según se refleja en la siguiente comunicación enviada por el Concejo al administrador de la fábrica, en 1946: De la manera más respetuosa y comedida el H. Concejo ruega al señor Administrador de la Fábrica de Rosellón, colaborar con las entidades municipales en la solución del grave problema de abastecimiento de agua potable para la ciudad, fijando la mayor cantidad de sobrantes en las aguas del tanque de presión que se halla al cuidado de Coltejer, dado la existencia de un contrato en el cual se establece claramente las condiciones en que la empresa debe beneficiarse de ese tanque20. Suministro hídrico A comienzos del siglo XX, La Ayurá abastecía el acueducto público y los acueductos comunes de Guanteros –en el que el municipio era comunero– y el de los Boteros, que conducía el agua hasta la finca Andalucía. El suministro se presentaba en medio de un gran desorden: abusos en la utilización del agua potable, servidumbres ilegales y continuos daños en las calles públicas causados por acueductos y desagües21. Esta situación, el crecimiento de la población, el asentamiento de industrias y el interés en convertir el agua en una fuente de riqueza pública, llevaron al Concejo a formular varios acuerdos sobre la reorganización y la reglamentación del agua que abastecía el área urbana. Se dio entonces exclusividad al Municipio para introducir el agua potable a la cabecera urbana22 y prohibir la venta de las aguas públicas; para darla en arriendo a los vecinos del área urbana que la solicitaran y para prestarla “en la cantidad y por el tiempo que se estimara conveniente, siempre que las circunstancias lo requirieran y el bien general lo exigiera”23. Sin embargo, los acueductos de Guanteros y el de los Botero siguieron, en la primera mitad del siglo, en poder de particulares. La organización y la reglamentación fueron muy lentas y, a medida que la modernización se intensificó, aumentaron los problemas relacionados con el acceso y uso del agua de La Ayurá. El discurso higienista generó un interés entre los funcionarios públicos, por la potabilidad del agua para el consumo humano. Entonces, se inició una intensa campaña para evitar la propagación de enfermedades originadas por la mala calidad del agua, en la que pululaban los microbios gracias al antiguo sistema de conducción que era a cielo abierto. En 1934 el Inspector de Higiene informaba: Que durante los últimos meses se ha acentuado de un modo considerable la propagación de enfermedades de origen hídrico como lo demuestran los datos estadísticos enviados mes por mes a la Dirección Departamental de Higiene. Que en vista de ello, hoy se estima de la mayor urgencia sanitaria del Distrito mejorar las condiciones del agua de dicho Acueducto Municipal,

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cuyo análisis, hecho por orden de los empleados del Distrito, según informes adquiridos por el suscrito Inspector, dieron un número de más de 10.000 bacterias por centímetro cúbico, antes de entrar el agua de acueducto viejo a la tubería del Distrito24. Así, finalizaba la instalación de la tubería de hierro, como primer paso en la adopción de soluciones técnicas para mejorar la potabilidad del agua, asunto que era fundamental en el saneamiento de la ciudad y que se hizo más apremiante con el crecimiento de una población aglomerada en torno a la producción industrial. Sin embargo, los problemas en el abastecimiento hídrico, asociados tanto con la cantidad como la calidad del líquido, sólo se resolverían hacia los años 60 y 70. Usos actuales y la herencia del pasado Sin duda, el asentamiento de industrias, particularmente de la fábrica de Tejidos Rosellón, la transformación de Envigado en una sociedad urbana, al igual que el ingreso de un discurso y unas prácticas higienistas, influyeron en la adopción de las pautas que definirían los usos actuales del agua. Pero algunos de ellos, como el vertimiento de residuos industriales y domésticos, condujeron a La Ayurá a un alto estado de deterioro y contaminación que reduce considerablemente las posibilidades de aprovechamiento y disfrute del elemento hídrico y de los demás recursos naturales presentes en ella. Aunque hoy algunos barrios se siguen abasteciendo con sus aguas o las de sus afluentes. La quebrada perdió su importancia como lugar de uso cotidiano y sociabilidad, sobre todo en la parte media y baja. Los tiempos modernos pusieron a disposición tecnologías que “facilitan la vida”, por ejemplo, basta abrir una llave para recibir el agua necesaria para lavar la ropa o bañarse. Usos como la generación de energía eléctrica y fuerza hidráulica para la industria, también desaparecieron. Y aunque no tengan el caudal y la profundidad de antaño, hoy se aprovechan los charcos de El Salado, que hacen de esta quebrada un importante lugar de recreo en el Municipio de Envigado. Notas 1. Este texto es parte de los resultados del proyecto “Modernización y cambios en los usos del agua de la quebrada La Ayurá, 1910-1942”, elaborado por la autora para optar al título de historiadora en la Universidad de Antioquia, cofinanciado por el Comité de Desarrollo de la Investigación, CODI 2. Naranjo G., Gloria y Villa M, Marta Inés, Entre luces y sombras. Medellín: Espacios y políticas urbanas. Medellín, Corporación Región, 1997, p. 21. 3. Corredor Martínez, Consuelo. Los límites de la modernización. Santafé de Bogotá, Cinep, 1992. p. 51. 4. Archivo del Concejo de Envigado (en adelante se citará A.C.E.), Actas 1919-1921, Acta Nº 56 de 25 de enero de 1921. Hacia los años treinta se instalaron tuberías de hierro en el acueducto público.

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5. Archivo Histórico de Antioquia (en adelante se citará A.H.A.), Gobernación de Antioquia, Gobierno Municipios, T. 5250, 1918, f. 214v-215r. 6. Archivo Histórico de Envigado (en adelante se citará A.H.E), Alcaldía, Inspección de Policía, Juicio de Policía, doc. 03865, 1915. 7. Botero Barrera, Hernando “La Máquina”, en: Muñoz Mejía, Yadira. Memorias de ciudad. Espacios de Re-conocimiento. Envigado, Municipio de Envigado, julio de 2005, p.36. 8. A.H.A. Gobernación de Antioquia, Gobierno Municipios, T. 5339, 1926, f. 113 r-v. 9. Meza y Posada, Samuel Arturo, “Historia de la Ayurá”, en: Garcés Sacramento y otros, Monografía de Envigado, Hemisferio, Nº 26, 1959, p. 43. 10. A.H.E. Concejo, Acuerdos 1888-1920, Acuerdo Nº 8 de 25 de junio de 1910. 11. A.H.E. Acuerdos 1888-1920, Acuerdo Nº 38 de 25 de junio de 1910 (sin folio) 12. A.C.E. Acuerdos 1233-1934, Acuerdo Nº 174 de 22 de mayo de 1934. 13. A.C.E. Actas 1919-1921, Acta Nº 44 de 22 de octubre de 1920, f. 210-211. 14. A.C.E. Actas 1923-1926, Acta Nº 53 de 26 de septiembre de 1926. 15. A.C.M. E. Acuerdos 1910-1912, Acuerdo Nº 30 de 21 de noviembre 1912. 16. La imagen de la fábrica fue tomada de: Martínez, Julio y Sánchez Bustamante, Vedher. Envigado entre la montaña y el río. Medellín, Lealon, 2002, T. I, p. 267. 17. Ídem. 18. A.C E. Actas 1922-1923, Acta Nº 40 de 23 de octubre de 1922. 19. Ídem. 20. A.C.E. Actas 1946, Acta Nº 38 de 24 de octubre de 1946. 21. A.H.E. Concejo, Actas y Acuerdos 1912-1930, Acuerdo Nº 51 de 11 de agosto de 1913. 22. Ídem. 23. A.H.E. Concejo, Acuerdos 1888-1920, Acuerdo Nº 10 de 24 de abril de 1916. 24. A.C.E. Acuerdos 1933-1934, Resolución 21 de junio de 1934 de la Inspección de Sanidad, envida a la Dirección Departamental de Higiene.

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FLORES DE TODOS LOS COLORES Recorrido urbano por la vegetación de la Ayurá

Jorge Fidel Castro Ruiz “...sus campos, que más bien parecen lindos jardines, ofrecen en variada combinación las producciones alpinas, hermanadas con las más lozanas y robustas de la zona tórrida. Al lado de la caña de azúcar, las pasifloras; junto al limonero y al naranjo, las tacsonias y las fragasias; cercano a la lujosa palmera de cuesco, el sombrío y colosal ciprés; y por todas partes, en vistosa confusión, el poleo y la piña, los rosales y los badeos, los jazmines y los claveles, el geranio y los narcisos, el jazmín del cabo y la camelia del Japón… “ Manuel Uribe Ángel

“Flores de todos los colores” es un recorrido en imágenes por la vegetación de la cuenca La Ayurá, desde la estación Ayurá del Metro hasta el puente de La Última Copa, en el barrio El Salado. Aborda los árboles y las plantas, pero se detiene en el paisaje y en la estética de las flores, con la apreciación del detalle, el color y la diversidad como ejes fundamentales. El recorrido está propuesto desde la silvicultura urbana, que se desprende a su vez de la ingeniería forestal, como disciplina encargada de investigar y aplicar un conocimiento técnico sobre las coberturas vegetales urbanas, en aras de un beneficio estético, ecológico, recreativo y paisajístico, para el bienestar de los ciudadanos, en la que se puede aplicar técnicas de selección de semillas para propagación o preservación de plantas, manejar viveros, siembras, transporte y transplante de árboles, mantenimiento con podas, entre otras. La aplicación de este saber se relaciona con la armonía estética de la ciudad en la relación árbolinfraestructura, en cuanto al manejo espacial y la precaución que se debe tener con los sistemas eléctricos, de acueducto y de alcantarillado. En la ecología, resalta la sombra y frescura de los microclimas generados por la vegetación y su soporte como nichos de vida para algunos insectos y aves. Por otro lado, los árboles se pueden utilizar como barreras vivas contra la contaminación particulada, el ruido o fuertes vientos, o sirven para diseñar lugares y crear ambientes apacibles donde los olores, formas, texturas y colores sean agradables para los ciudadanos. Aplicada a la ordenación territorial, participa en la construcción del paisaje, debido a la capacidad que tienen los árboles de modificar espacios y ayudar a construir relaciones hombre-naturaleza de permanencia física en el tiempo, por lo tanto, crear espacios de representación histórica y cultural del territorio. Se resaltan los colores de las flores debido a su vistosidad, y entre eucaliptos, pisquines, mionas, narcisos, clavellinos, san joaquines, bellas donas, mangos, lirios, orquídeas, crestas de gallo, heliconias, curazaos, bifloras, escobillones, platanillos, anturios, guayacanes, catapes, hibiscus, higüerillos, batatillas, carboneros, ojos de poeta, rosas, búcaros, acacias, jacarandas, camarones, payanesas, crotos, guamos, nísperos, cítricos, balsos y muchas otras plantas, y se presentan algunas anotaciones, para el disfrute de la quebrada La Ayurá. 1. Manuel Uribe Ángel, Geografía General del Estado de Antioquia en Colombia (1885), (edición crítica): Roberto Luis Jaramillo, Medellín, Secretaría de Educación y Cultura de Antioquia, p. 113.

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1. Acacia amarilla Nombre científico: Caesalpinia peltophoroides Benth Descripción: árbol originario del Brasil; de crecimiento medio a rápido (hasta 16 m de altura) y vida larga. Aunque su copa es abundante y aparasolada, deja caer todo su follaje en periodos cortos, pero florece varias veces al año. Su inflorescencia es cónica y su flor, amarilla. Ubicación: estación Ayurá del Metro.

2. Guayacán amarillo Nombre científico: Tabebuia chrysantha (Jacq.) Nicholcson Descripción: árbol originario de Colombia y símbolo nacional de Venezuela; de crecimiento medio a rápido (hasta 35 m de altura en el bosque) y vida larga. Su copa en estratos deja caer periódicamente todo su follaje. Su florecimiento es lo más llamativo. Sus flores son amarillas y sus frutos contienen semillas aladas. Ubicación: antejardines de las urbanizaciones Villagrande y Camino Verde.

3. Gualanday Nombre científico: Jacaranda mimosifolia D. Don. Descripción: árbol originario de Brasil y Argentina; de crecimiento rápido (hasta 15 m de altura) y vida media. Su copa es redondeada y puede dejar caer su follaje en periodos cortos. Su inflorescencia es en racimos de flores violeta. Presenta fuerte olor “berrinchoso” y sus hojas y corteza tiene propiedades medicinales. Ubicación: alrededores de la urbanización Villagrande, cerca a la carrera43A.

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4. Miona o Tulipán africano Nombre científico: Spathodea campanulata Beaw Descripción: árbol originario de la costa occidental de África; de crecimiento rápido (algo más de 15 m de altura) y vida media. Su copa frondosa y redondeada deja caer periódicamente su follaje. Posee inflorescencia en racimos de grandes flores rojas de borde anaranjado que al ser comprimidas en su base liberan un “chorrito de agua” o “miao”. Ubicación: sobre la avenida 43A y cerca a la urbanización Camino Verde.

5. Narciso Nombre científico: Nerium oleander L. Descripción: arbusto que se origina desde el Mediterráneo hasta la China; crece rápidamente (hasta 10 m de altura) y posee flores vistosas agrupadas en racimos, muy fragantes, en colores púrpura o crema. Es tóxico, aunque de propiedades medicinales. Ubicación: margen derecha de la quebrada La Ayurá, subiendo por el Hospital Manuel Uribe Ángel.

6. Catapis o catape Nombre científico: Thevetia peruviana (Pers) K. Schum Descripción: árbol pequeño originario de México y Centroamérica; de crecimiento medio (hasta 7 m de atura) y vida media. Su copa es redondeada, sus flores amarillas muy fragantes y frutos globosos triangulares. Presenta látex blanco en toda la planta y en general es tóxico, y sus semillas son utilizadas para hacer collares. Ubicación: alrededores de la urbanización Camino Verde.

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7. San Joaquín Nombre científico: Hibiscus sp. Descripción: arbusto originario de la China; de crecimiento rápido (hasta 1.5 m de altura). Es utilizado ampliamente como cerca viva y normalmente manejado con poda debido a su buena regeneración. Posee grandes flores rojas, amarillas, anaranjadas o blancas. Ubicación: antejardines de la urbanización El Embrujo.

8. Majagua Nombre científico: Hibuscus elatus SW Descripción: árbol pantropical; de crecimiento rápido (hasta 15 m de altura) y larga vida. Su copa es densa y redondeada. Sus flores son de gran tamaño y color amarillo o anaranjado. Se adapta a todo tipo de suelos. Ubicación: alrededores de la urbanización El Embrujo.

9. Mango Nombre científico: Mangifera indica L. Descripción: árbol originario de la India, Birmania y Malasia; es de crecimiento medio (hasta 30 m de altura) y larga vida. Su copa es ovoide, con inflorescencias de flores minúsculas muy aromáticas y melíferas. Sus hojas pueden presentar tonos de rojo a verde a lo largo del año. Es aconsejable podar en zonas húmedas para evitar el ataque de hongos. Ubicación: alrededores de las avenidas Las Vegas y El Poblado y el Hospital Manuel Uribe Ángel.

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10. Limón Nombre científico: Citrus sp. Descripción: arbolitos del noroeste de la India y del sur de la China; de crecimiento medio (hasta 10 m de altura) y vida media. Su copa es redondeada, sus flores blancas y fragantes. Como ornamentales hay que tener cuidado con sus espinas. Ubicación: alrededores del Hospital Manuel Uribe ÁngeL.

11. Cresta e' gallo Nombre científico: Erythrina crista-galli L Descripción: árbol pequeño original de Brasil meridional, Paraguay, Uruguay y Norte de Argentina, símbolo nacional de este último país; de rápido crecimiento (hasta de 7 m de altura) y larga vida. Su copa es redondeada y su inflorescencia es en racimos vistosos de flores rojas y melíferas. Ubicación: puente de La Sebastiana.

12. Búcaro Nombre científico: Erythrina fusca Loureiro Descripción: árbol originario de Centro y Suramérica; de crecimiento rápido (hasta 20 m de altura) y larga vida. Presenta una amplia copa elíptica e inflorescencias terminales con flores anaranjadas frecuentadas por loritos que las cortan. Ubicación: puente La Paloma.

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13. Carbonero

14. Guamo

Nombre científico: Leucaena leucocephala (Lam.) de Wit Descripción: pequeño arbol originario de Centro y Suramérica; de rápido crecimiento (hasta 12 m de altura) y vida media. Su copa es redondeada y ligeramente irregular, de inflorescencia de flores redondas con estambres blancos y fruto alargado color marrón. No es ornamental, pero al crecer espontáneamente es común verlo en la ciudad. Ubicación: cerca a la desembocadura de La Ayurá, en el río Medellín.

Nombre científico: Inga sp. Descripción: árbol originario del geotrópico; de rápido crecimiento (hasta 15 m de altura) y vida media. Su copa es globosa. Posee inflorescencias de flores con largos estambres blancos, además presenta unos curiosos nectarios en la base de sus hojas de donde se alimentan insectos. El fruto contiene un arilo comestible y se propaga fácilmente por la semilla. Ubicación: a la altura del Hospital Manuel Uribe Ángel, subiendo por el costado derecho de la quebrada La Ayurá.

15. Veranera o Curazao N o m b r e c i e n t í f i c o : Bougainvillea sp. Descripción: arbusto trepador originario de Brasil; crece rápidamente y pueden alcanzar los 8 m de altura. Es muy vistoso por el color rosado, carmín, morado o anaranjado de las brácteas que cubren las flores. Se puede sembrar en el suelo o en macetas y gracias a su flexibilidad, elaborar formas decorativas. Ubicación: cerca al Hospital Manuel Uribe Ángel, en el puente de la calle 37 sur.

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16. Calistemon o escobillón rojo Nombre científico: Callistemon speciosa D.C Descripción: árbol originario de Tasmania y Australia; de crecimiento medio (hasta los 10 m de altura) y larga vida. Su copa es amplia e irregular de ramas pendulares, lo que le da un toque diferente. Sus inflorescencias son espigas terminales con estambres de color rojo a lila; es melífero. Al apretar sus hojas se pude sentir un olor característico como el de la guayaba y el del eucalipto, de que es “pariente”. Ubicación: alrededores de las urbanizaciones Camino Verde y el Embrujo.

17. Anturio Nombre científico: Anthurium sp. Descripción: planta pequeña (alrededor de 70 cm de alto) encontrada comúnmente en bosques, pero muy utilizada ornamentalmente como planta de interior, en jardín o, por su follaje en arreglos florales. Vistosa por sus hojas en forma de corazón y por su llamativa inflorescencia, compuesta por un espádice o “filamento” que contiene a la vez las flores masculinas y femeninas, y una bráctea de color rojo intenso o blanco que la hace muy llamativa. Ubicación: El Salado, cerca al puente de La Última Copa.

18. Níspero del Japón Nombre científico: Eriobotrya japonica (Thunb.) Lindl Descripción: árbol originario del la China y del Japón; de crecimiento medio (hasta los 6 m de altura) y vida media. Su copa es irregular, de hojas pubescentes o “peludas” e inflorescencias con flores blancas y aromáticas. Sus frutos son comestibles. Ubicación: cerca al puente La Paloma.

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19. Caucho o Ficus Nombre científico: Ficus elastica Roxb. Ex Hornem Descripción: árbol originario de la región que abarca desde la India hasta Malasia; de crecimiento mediano (hasta 30m de altura) y de vida media a larga. Su copa es amplia e irregular; presenta un tronco que crece hasta 2 m de diámetro. Es característico por sus raíces colgantes y por su látex blanco. Las Flores no son vistosas, pero los primordios de las hojas están cubiertos por una bráctea protectora color rojo intenso. Ubicación: cerca del puente de la calle 37sur, subiendo por el margen derecha de la quebrada La Ayurá.

20. Payanesa Nombre científico: A r c h o n t o p h o e n i x cunninghamiana (Wendl.) Wendl .et Drude. Subfamilia: Arecoidea Descripción: palma originaria de Australia, de crecimiento rápido (hasta los 6 m). En la base de las hojas forma una vaina color marrón que recubre el estipe o “tallo”. Produce Inflorescencias de hasta 50 cm de largo, muy ramificadas y compuestas por flores aromáticas color lila y frutos color rojo. Ubicación: al rededores de la Urbanización Villagrande.

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