La corrupcion en México

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1era Parte. LA CORRUPCIÓN un mal de nuestro tiempo y una conducta característica de nuestros legisladores J. G. Bonavdez P. CONCEPTOS, CAUSAS, CONSECUENCIAS Y TIPOS. Conceptos de corrupción. Stephen D. Morris, quien realizó un interesante estudio de la corrupción en México, sostenía que "Se le puede definir como el uso ilegitimo del poder público para el beneficio privado" ; "Todo uso ilegal o no ético de la actividad gubernamental como consecuencia de consideraciones de beneficio personal o político"; o simplemente como "el uso arbitrario del poder" , lo que en nuestro caso caracteriza a nuestros legisladores, gobernadores, presidente, secretarios de Estado, así como a sus familiares que se ven favorecidos por el fenómeno del influyentismo. Vista así la corrupción es un "comportamiento político desviado" (falta de ética política); "conducta política contraria a las normas jurídicas" (falta de ética jurídica y política); y "usurpación privada de lo que corresponde al dominio público". La corrupción entonces es un acto racional ilegal, ilegitimo y no ético por parte de servidores públicos, en perjuicio del interés común de la sociedad y del gobierno, y en beneficio de un interés egoísta o solidario de quien lo promueve o lo solapa directa e indirectamente.

Consecuencias de la corrupción: Favorece la consolidación de élites y burocracias políticas y económicas, como hemos visto con los denominados partidos de mayoría PRI, PAN y PRD, que se han divorciado del interés de las mayorías, para sencillamente enriquecerse y hacer de la democracia su mejor negocio. Lo que en México ha erosionado la credibilidad y legitimidad de los gobiernos, pero que al ser un pueblo altamente despolitizado y poco educado en el ejercicio de la democracia; además de bien mediatizado por Televisa y T: V: Azteca, en general se conduce como una manada de borregos que solo se interesan por el títere del momento, la novela de moda, o el fut-boll y sus ídolos fomentados por estos órganos de control gubernamental. Lo que genera y produce entonces que nuestras cámaras de legisladores aprueben con suma facilidad leyes hacendarías, laborales y fiscales sin que los ciudadanos ejerzamos reclamos en contra de esto, o sin que aquellos que las realizan sean tomados en cuenta. Razón por la cual se aprueban y se ponen en operación leyes, programas y políticas, sin sustento o legitimidad popular. Y como constatamos recientemente, estos mismos cuervos y hienas justifican la represión de los ciudadanos tildándoles de maleantes, agresores a la paz social, entidades manipuladas por intereses ajenos a la nación, trasgresores de los designios de la mayoría y demás calificativos. /Y empleando para revitalizar su cultura de imposición y control mediático, con toda su fuerza los medios a su alcance como lo son la radio, la prensa y la t.V.


Existen diversas tipologías de la corrupción desde la que hace sólo referencia a la extorsión y el soborno, hasta las que se refieren a tipos específicos y especiales. De estos tipos tan diversos los que más se presentan entre nuestros servidores públicos (legisladores) son: Peculado.- Es la apropiación ilegal de los bienes por parte del servidor público que los administra. Colusiones.- Es la asociación delictiva que realizan servidores públicos con contratistas, proveedores y arrendadores, con el propósito de obtener recursos y beneficios ilícitos, a través de concursos amañados o, sin realizar estas (adjudicaciones directas), a pesar de que así lo indique la ley o normatividad correspondiente. Fraude.- Es cuando servidores públicos venden o hacen uso ilegal de bienes del gobierno que les han confiado para su administración. Trafico de influencias.- Es cuando un servidor público utiliza su cargo actual o sus nexos con funcionarios o integrantes de los poderes ejecutivo, legislativo o judicial, para obtener un beneficio personal o familiar, o para favorecer determinada causa u organización. La falta de ética.- Es un tipo especial de corrupción que si bien no tiene que ver directamente con la apropiación ilegal de recursos del gobierno y de ciudadanos usuarios. Esta falta de ética se pude observar cuando determinado servidor público no cumple con los valores de su institución, es decir, cuando no conduce sus actos con: honestidad, responsabilidad, profesionalismo, espíritu de servicio, por citar algunos.

2da. Parte. Corrupción en México . Jorge G. Bonavidez P. El tema de la corrupción en México es un tema tan complejo como delicado. Dicho tema es complejo por la cantidad de facetas o aspectos que presenta: soborno, el peculado, el uso privado de bienes públicos,el castigo al inocente y el premio a quien no lo merece. La corrupción significa, de manera gradual la destrucción de la vida institucional, el desprecio por la legalidad y el triunfo de la ilegitimidad y de la inmoralidad. Luego entonces, una sociedad corrupta Dada la extensión y la profundidad alcanzadas por la corrupción en nuestro país, no sería una exageración afirmar que estamos frente a un peligro de seguridad nacional. Y que ello ha permitido el retorno del PRI, y asegurado las prebendas de sus secuaces del PAN, el PRD y el Verde Ecologista. Todas las acciones presentes de nuestros magistrados y legisladores están inmersas en una teoría política que favorece la preservación del Estado Neoliberalista de producción y la sumisión de la mayoría (asalariados), a los designios de los dueños de los consorcios que controlan nuestro país e imponen a sus títeres en las cámaras legislativas, para aprobar, las leyes y reglamentos que mejor se adapten a sus intereses oligárquicos y capitalistas de estos señores. Por tanto dichas acciones está cargadas de teoría política, con motivaciones y objetivos políticos específicos


como podemos ver. Por tanto tratar de extirpar la corrupción de nuestros espacios, requiere modificar plenamente nuestra idiosincrasia como pueblo y ello para mi solo será posible en la medida que despertemos a las comunidades de su letargo; y solo será posible este despertar si junto a ellas estudiamos sus problemáticas y desde ellas mismas buscamos las soluciones, es decir el pleno ejercicio democrático comunitario. Por que de lo contrario es como estar peleando con los ojos, los odios tapados y las labios cerrados, pues no seremos competentes ni eficientes para oponer desde la práctica consecuente y consciente las medidas necesarias para extirpar a estás hienas y cuervos de sus sillas legislativas. Y continuara ocurriendo lo que nos ha pasado que: “ quizá se pueda asestar uno que otro golpe al adversario, pero es sumamente improbable que se le pueda ganar la pelea”. En la mentalidad de nuestros legisladores, los beneficios personales son prioridad sobre el servicio que deberían prestar a los ciudadanos mexicanos. En estos señores la mentalidad esencial es ¿como aseguro mi hueso?, ¿como perpetuo mi estancia en el poder?,¿como me enriquezco y heredo este poder a los mios?, lo cual para mi es una forma pervertida de ser y de ver el mundo. Y quienes resultamos completamente perjudicados, con esta visión de nuestros funcionarios públicos, somos nosotros los ciudadanos comunes que no formamos parte de la gran familia política mexicana. Es una ingenuidad pensar que una enfermedad social como la corrupción podría perdurar indefinidamente sin acabar con el paciente, es decir (en este caso), con la nación mexicana,lo cierto es que en la actualidad el país literalmente está empezando a asfixiarse ,ante una pobreza desmedida y una injusticia laboral en ascendente. Dadas Puesto que la corrupción que nos agobia es tanto jurídica como política, pero es también médica, deportista, cultural, financiera, académica,moral, familiar,artística, etc., es decir, se manifiesta en prácticamente en todas las dimensiones de la vida contemporánea. Es la sociedad la que se encuentra corrompida e inmersa en esta política que permite que nuestros legisladores actúen impunemente. Así que mis amigos cuando iniciaremos el despertar, cuando nos agruparemos como comunitarios urbanos y agrícolas, cuando comprenderemos que el poder somos nosotros la mayoría agrupada, ejecutante, consecuente y participativa. 3era. Parte. La corrupción en México.

El mexicano actual es el producto humano del devenir histórico de lo que llamamos “sociedad mexicana”, por tanto son los modos de vida lo determinante, por ello el fenómeno de la corrupción se comprende como el producto social. Lo que conlleva la idesincracia de “lo mexicano” y esto último es una categoría no individual, sino cultural y social. Son los modos de vida lo que determina nuestra tolerancia y aceptacion de la corupción, y esto último es una categoría no individual, sino cultural y social. Las sociedades se distinguen por sus respectivos grados de corrupción, por tanto hay sociedades más corruptas unas que otras y no hay ninguna en la que la corrupción esté totalmente ausente. En este sentido, hablar de un “estado ideal”, lo que sí podemos decir es que hay sociedades menos imperfectas unas que otras, menos echadas a perder unas que otras. Debemos estar conscientes de que la victoria sobre la corrupción es factible, pero también que nunca dicha victoria será total y que será necesariamente gradual o paulatina. Visto así entonces, el ciudadano


mexicano es corrupto porque su sociedad (sus instituciones, sus hombres públicos, su organización política y social, su vida cultural y académica, etc.) está corrompida y porque, salvo en casos excepcionales, como entidad social sencillamente no puede escapar a su medio ambiente. Desafortunadamente, este estado de cosas consistente en vivir de manera sistemática por fuera del marco de la legalidad (ilegítima e injusta) y dentro de la corrupción, y su más recalcitrante expresión “la corrupcion de nuestros grupos parlamentarios” ha ido conformando nuestra mentalidad de disconformidad silenciosa y agunatadora, que con el paso del tiempo, se ha revelado como un desesperante obstáculo para el progreso nacional. En nuestro momento presente la corrupcion se expresa en la existencia de leyes injustas, el carácter artificial y semi-absurdo de la impartición de justicia, los niveles de pobreza material, la vida en la insalubridad, el abandono de todo proyecto educacional masivo serio y las grandes asimetrías sociales. Y ante ello la gente, no puede hacer otra cosa más que intentar arreglar las cosas a su modo, esto es, convenciendo, congraciándose, rogando, pagando, aceptando sobormo por la compra de su voto, etc., lo cual quiere decir viviendo por fuera de la ley. El problema es que es un hecho también que no sólo el pobre es corrupto. Es más: sostengo que en general la corrupción del pobre es mucho menos dañina socialmente que la del rico. Puesto que son más corruptos los favorecidos del sistema (diputados, Senadores, Gobernadores, funcionarios públicos, ministeriales y oros). A lo que hemos llegado es a que, independientemente de las circunstancias, la vida del mexicano actual fluya por canales chuecos o torcidos. Luego entonces, si la corrupción sigue vigente ¿se debe ello a que ésta transmite de manera automática a través de cierta mentalidad uno de cuyos rasgos fundamentales es la aversión y el desprecio por la legalidad?, ¿o se debe a que las circunstancias actuales perpetúan la mentalidad heredaday mediatizada de 75 años de control Priísta? ¿No es acaso porque la sociedad mexicana no se ha en lo esencial alterado drásticamente, que sigue siendo la misma?, ¿no será entonces que se ha reproducido la forma mediatiza, controlada y manipulada de naturaleza Priísta por todos los grupos partidarios como el PAN, el PRD y el Verde Ecologísta?, ¿ será entonces que esta mediatizacion ejercida por la T.V., la radio y prensa hace que no podamos todavía zafarnos de las garras de la corrupción? Yo reitero que para cambiar estas condiciones tenemos que trasformarnos en los promotores de las organizciones comunitqarias, altamente democrática, horizontales, ejecutivas y análiticas, las cuales en principio se avoquen a estudiar sus problemáticas como comunidades y a definir sus opciones de solución, fuera de todo paternalismo estatal. Así pues confío en que la modificación de mentalidad es algo totalmente pausible, pero requiere de la educación y el cambio de la mentalidad individualista, a la mentalidad grupal. Por terrible que sea, la corrupcion florece porque hay un caldo de cultivo que lo nutre y este es fundamentalmente la situacion que prevalece en nuestras camaras de legisladores, donde el influyentismo, el abuso de poder, su perpetuación en el erqario publico, su fuero y otras circunstancias, lo hacen parecer como lo común y lo deseado para acceder a la bonanza y a la cúpula de la nación. Por tanto este tipo de corrupción es en mucho el flagelo social de mayor envergadura en nuestro país, pues


avarca el total de nuestra vida nacional. Y se deja sentir en el taller mecánico, en la carnicería, en la cantina, en las instituciones de educación, en las secretarías de estado, en la iniciativa privada, en las relaciones de pareja, en el deporte, en los juzgados y así indefinidamente. Por tanto mientras no eduquemos en el bienestar común, en la asociacion grupal y velemos por el adecuado cumplimiento de nuestras leyes; así como, mientras no derroquemos a esta sarza de vandidos que se han apoderado de nuestros poderes legislativos, dificilmente nuestra situacion como ciudadanos cambiara. 4ta. Parte. La Corrupción en México, un mal actual. J. G. Bonavidez P. 15 de dic. 2012. La solución de los problemas de la corrupción conlleva necesariamente educar para el cambio, y educar en el proceso de la asociación comunitaria y la generación del bienestar común, cosa que, a nuestro Estado Neoliberalista y nuestros legisladores no les conviene y por tanto el último rubro educativo que tocarían sería la reglamentación de estos aspectos en el plano educativo nacional. Pero antes de entrar a este aspecto, es necesario contextual izar algunos de los estragos que la corrupción genera en nuestra dinámica social: considero que sus efectos mas perjudiciales para los ciudadanos lo son, la perversión de la mentalidad en particular de nuestros legisladores (abuso de poder, influyentismo y enriquecimiento ilícito), el encarecimiento y depauperación de la calidad de vida y poder adquisitivo del mexicano común (los que no pertenecemos a la oligarquía y/o la gran familia política mexicana) y el debilitamiento y perdida de la credibilidad en nuestras instituciones. En nuestro país pagamos impuestos y servicios públicos, así como jurídicos y otros; pero por todo ello en general tenemos que pagar un extra para agilizar, malversar los resultados jurídicos, y/o sencillamente demostrar nuestra inocencia. Solo que al ser parte del mismo sistema mediatizado y corrupto y caer en esto, en realidad estamos impidiendo que las instituciones funcionen de manera normal. Por ejemplo cuando al médico las farmacéuticas le entregan dinero para que prescriba sus medicamentos, cuando el abogado le da dinero a los empleados de los ministerios para hacer perdedizo un archivo o modificarlo, cuando en una escuela privado el directivo modifica las calificaciones para favorecer a un alumno a cambio de los regalos obtenidos, sencillamente la calidad y ética de dichas instituciones y profesiones se deteriora. Luego entonces el diagnóstico es claro: la dinámica general de nuestras instituciones es la corruptela. Es evidente que la corrupción impide que las instituciones funcionen apropiadamente, pues se trasforma en una distorsión constante, que implica el vivir con instituciones disfuncionales, tergiversadas, des estructuradas, que de hecho no nos permiten vivir en un auténtico Estado de Derecho, puesto que el individuo tiene que ingeniárselas para sobrevivir ante y con instituciones disfuncionales. Luego entonces con está tangible realidad, lo que sobreviene es un caos social y su resultante es el vivir bajo la ley de la jungla (la voracidad del más fuerte y poderoso y el buscar como protegernos de esto). Lo que debemos preguntarnos es: ¿es así como se vive en México o no?, ¿deseamos continuar viviendo así?, ¿que herramientas o medidas ciudadanas podemos ejecutar para cambiar esto? Entre las causas sociales de la corrupción es posible contextual izar las siguientes: Una ilegalidad constante (legalidad absurda), nuestro sistema jurídico se caracteriza por dar lugar a


grandes situaciones de injusticia, pues su normatividad es la venta al mejor postor. Como hemos constatado nuestro sistema jurídico se ha visto impedido para actuar en contra de los crímenes de cuello blanco en particular los cometidos por nuestros legisladores, por ello difícilmente podría negarse que el marco jurídico que nos rige es realmente perverso e injusto. Así vemos que mientras un joven alcanza penas de seis a un año por haberse robado un pan por hambre, por otro lado nuestros legisladores se roban millones de pesos, abusan de su poder, se alían con el narcotráfico y venta de órganos o prostitución y trata de blancas a gran escala se les comprueba estos delitos y sencillamente continúan en funciones: ¿Cómo es posible que por cuatro pesos una persona pase tres meses en la cárcel y que por un fraude de millones de dolares un sujeto como Jorge Hank Rohn quede libre?. Lo menos que podría afirmar es que nuestro sistema jurídico carece de sentido común y que su pervertida acción da lugar a severos castigos para infracciones menores y cuenta con muchos subterfugios para que grandes criminales como Azcarraga y su reciente escándalo por narcotráfico eluda el peso de la ley. Luego entonces esto conlleva a un segundo aspecto que es la Impartición de Justicia Viciada, resultante de vivir en bajo sistemas jurídicos defectuosos y desequilibrados, que dan lugar a una impartición de justicia absurda, indignante e injusta. Nuestros Ministerios Públicos mexicano están corroídos por la corrupción. Pues cualquier mexicano sabe que si ha participado en un evento donde ha delinquido ya sea por haber golpeado salvajemente a su esposa, abusado de un niño, falsificado una firma, comprado un auto robado, participado en una licitación gubernamental, etc., sabe perfectamente que todo o casi todo se puede arreglar con una mordida o sobada de mano. Así entonces la corrupción es un mal frecuente, sistemático y presente: donde, mientras más poderoso y adinerado se es, más corrupto y deshonesto se puede ser y, de hecho lo ejemplifican perfectamente nuestros legisladores en sus acciones. Lo que el estado Neoliberalista realiza ahora es el mantener estas condiciones para poder expoliar y perpetuar su oligarquía básicamente económica y legal, por y a través de sus hienas y cuervos elegidos por ellos para legislar su reino (Su Estado Capitalista Mexicano). Y ello ha dado lugar a una calidad de vida de la mayoría de los mexicanos altamente deteriorada y asfixiante. Mis amigos ¿cuanto más necesitamos?, para entender que solo asociándonos comunitariamente y ejerciendo la negociación asertiva, ejecutiva y democrática para la búsqueda de soluciones ciudadanas horizontales podremos cambiar este estado de las cosas en nuestra nación. ¡Por la asociación democrática comunitaria y por la libertad asociémonos! 5ta parte. La corrupcion en México.

J. G Bonavidez Palacios.

Como ya hemos visto: la corrupción del rico (político, banqueros, empresarios,etc) es tal envergadura en nuestro país que sus efectos sobre los ciudadanos en general son totalmente perjudiciales a su economía, a su calidad de vida, sobre la calidad de los servicios educativos y asistenciales, etc., y con ello cada día a día la pobreza se incrementa en nuestro país, junto a una asfixiante y depauperada calidad de vida. Luego entonces esta asimetría jurídico social propiciada por el surgimiento y desarrollo de la corrupción (compra-venta de la justicia al mejor postor), nos indica que los mexicanos no somos iguales ante la ley, pues existen de excelsa clase (poder), mediana y bajo estatus, por tanto los excelsos se imponen por influencia y poder en los ámbitos de justicia; mientras que los demás no tenemos forma de comprar esta justicia en venta. Por igual constatamos que existen grandes diferencias entre los espacios habitados por los grandes bloques poblacionales y los habitados por estás minorías


privilegiadas, incrementándose día a día la distancia entre la mayoría empobrecida y carente de amparo legal, ante una numéricamente insignificante pero toda poderosa oligarquía y sus hienas y cuervos nuestros mal llamados legisladores. Pero que; ¿no es injusto e insultante el despilfarro y la ostentación de unos cuantos, frente a millones de desempleados,e indígenas muertos de hambre?, ¿que acaso esto no es perversión social por parte del Estado Mexicano?. La estratificación social en sí misma no es inapropiada;pero si es injusto como muchos de estos personajes (legisladores y servidores públicos) se encumbraron a estos niveles gracias a la corrupción estatizada, controlada y favorecedora por parte de un Sistema legislativo y Jurídico totalmente corrompido. No existe entidad humana fuera de las prácticas sociales, pues somos esencialmente organismos en constante convivencia e intercambio de ideas y acciones, y como unidades bio-psico-sociales actuamos con “libertad”, dentro de los margenes fijados por el conjunto de instituciones y aprendizajes formales e informales que se conforman en nuestro núcleo social. Luego entonces la corrupción es un fenómeno social eminentemente humano que se genera en el ámbito de Instituciones defectuosas, que se supone actúan bajo un estado de derecho; pero que realmente están totalmente disfuncionales en aras de favorecer a solo unos cuantos y mantener el estado actual de privilegios de unos pocos, violando así permanentemente la normatividad regulada jurídicamente y ello gracias a las entidades humanas altamente corruptas que deberían velar por el apropiado funcionamiento de estas instituciones (Conductas del IFE 2012). En la inmoralidad, perversión personal, y el egoísmo individual bajo el cual hemos sido educados, florece fácilmente la corrupción y el cinismo mayúsculo, frente a un provocativo desinterés por el bienestar común y la búsqueda solo del estatus individualista, lo que explica porqué sujetos como nuestros legisladores ven a los ciudadanos comunes como los borregos y medios para la obtención de sus fines particulares. Estos sujetos y no solo ellos, pues incluso muchos de los mexicanos comunes, se vanaglorian de haber salido airosos de la evasión de sus obligaciones y/o compromisos, Pues como corruptos aspiran a resolver sus problemas, a beneficiarse de una u otra manera (tráfico de influencias), sin importar lo que sus acciones puedan generar a los demás, pues consideran que ellos tienen más derechos que cualquier otro pues por algo están donde están (Cámara legislativa, puestos gubernamentales, ministerios públicos, etc.,). El corrupto no se avergüenza de obtener algo que no merece. La educación, en el sentido de instrucción, es necesaria para modificar esta cultura de la corrupción; esta educación debería ser comunitaria, favorecer el interés por nuestros conciudadanos, implementar la asociación participativa, resolutiva y ejecutiva, favorecer el análisis critico-constructivo y la búsqueda de soluciones desde el interior de la comunidad y alejada de todo paternalismo. Por tanto generadora de una cultura de solidaridad social, del respeto por nuestros semejantes y la creación de empoderamiento grupal consecuente y activo en el entorno correspondiente. Pues solo así podremos hacer frente a esta ponorámica vigente y corrupta en nuestras Instituciones. Pues una de nuestras grandes carencias es nuestra falta de cohesión social, la falta de sentimientos y asociación comunitaria, la falta de seguridad social, y la escasa o casi nula educación política del


mexicano. Pues el mexicano actual no se concibe como parte de un proceso colectivo, salvo los eventos de circo y teatro montados por televisa y T.V Azteca (mediatizados y confabulados para mantener el presente Estado Mexicano). Como podemos ver de no erradicar este fenómeno de nuestra panorámica nacional, este se continuará perpetuando y debilitando a las mayorías de los mexicanos, hasta que finalmente estalle un movimiento social de cambio, pero sin que los mexicanos en nuestra mayoría estemos conscientemente claros de hacía donde dirigirnos. Así que necesitamos reeducarnos y asociarnos para ello. Los invito entonces a generar sus propios espacios comunitarios y a involucrarnos en el estudio de nuestras problemáticas y darles solución, sin esperar que este Estado Mexicano Neoliberal nos de opciones para el cambio.

6ta. Parte. Nuestras leyes, sus recovecos y la corrupción de nuestros legisladores. J. G. Bonavidez P. 18/12/2012. La estructura formal de una sociedad es el sistema normativo que rige y regula el apropiado funcionamiento jurídico-social; solo que en México esta estructura esta gravemente afectada y podrida por años de priísmo, panismo y perredismo al servicio de la oligarquía nacional; es evidente entonces que si dicho esqueleto es defectuoso( corrupto, en venta al mejor postor, o altamente influenciable por los órganos legislativos), este es entonces sumamente caótico. Luego entonces mientras no tengamos auténticos supervisores (organizaciones ciudadanas) del apropiado funcionamiento de estos implementos de impartición de justicia, no podremos liberarnos de la corrupción. Pues en general la impartición de justicia se caracteriza por presentar múltiples recovecos para amparar en particular al trasgresor influyente y joder al que menos poder económico o político tiene. Nuestro actual estado jurídico se ha caracterizado por presentar conductas blandengues, flexibles, inexactas, o bien por estar sujetas a los intereses particulares de la gran familia política mexicana y el grupo de hienas y cuervos que nuestros grandes magnates eligen para controlar a su borregada y consumidores adecuadamente maniatados y mediatizados. Por tanto, si los castigos que las leyes imponen son algo negociable, vendible y sujeto al mejor postor, entonces dichas leyes son una invitación al crimen; en particular a las corruptelas más desdeñables, como las ejecutadas por nuestros legisladores (trafico de influencias, malversación de los bienes públicos, manejo a su antojo de los eventos sociales de descontento y otros). Así entonces si estos delincuentes legislativos pueden darse el lujo de trasgredir la ley (su maldito fuero), entonces dichas leyes son inoperantes ya, y deben ser modificadas (desaparición del fuero), pues mientras estos sujetos no puedan ser sujetos de acción penal, continuaran expoliando a nuestra nación y colocando a la inmensa mayoría en una situación de desamparo legislativo y judicial, en primera instancia ante los atropellos de está hienas (funcionarios públicos), y ante las reformas fiscales y laborales diseñadas solo para proteger a las empresas capitalistas y perpetuar este Estado Mexicano neoliberal y represor. Luego entonces el principal cambio que debería ejecutarse son los correspondientes al código federal y en particular lo que atañe a los poderes de los legisladores, pues son estos en particular junto a nuestros gobernadores, y presidente, los responsables directos por lo que se denomina “crímenes de lesa humanidad”, y nuestros reglamentos jurídicos actuales no han sabido responder a semejantes atentados a la integridad humana, como lo acontecido el pasado 1ero de diciembre ante las protestas por la toma de EPN, y de lo cual aún no hay certeza de como actuará el Poder Judicial mexicano respecto de los ciudadanos mexicanos que aún se encuentran privados de su libertad, solo por haber ejercido su


derecho a manifestar su descontento. El trafico de infantes, de órganos, abusos de de poder de toda índole, malversación de bienes públicos, han sido no solo tolerados, sino propiciados y fomentados e incluso son negocios personales de muchos de nuestros legisladores y gobernadores estatales, dichos crímenes han sido denunciados, demostrados, incluso a nivel internacional, y sin embargo gentes como Gregorio Greg Sanchez Mtz, Jorge Hank Rhon, Alejandro Gerts Manero, Julio Cesar Godoy Toscano, Flavio Romero de Velasco, Carlos Rivera Aceves, Enrique Álvarez del Castillo, Lázaro Cárdenas Battel, Arturo Montiel Rojas, y muchos otros continúan como legisladores y/o funcionarios públicos a pesar de haberse demostrado sus nexos con el crimen organizado.

Resulta entonces altamente significativo el como nuestras cámaras de legisladores están repletas de criminales envestidos de funcionarios dizque elegidos por nuestro voto, y el como nuestros Estados se encuentran bajo el poder de estos sujetos. Por tanto es emergente el tapar los hoyos legales que permiten que estos delincuentes oficializados evadan los castigos que se merecen. Difícil resulta ver esta realidad mexicana, pero más difícil me resulta ver la apatía de muchos ciudadanos mexicanos ante tanta podredumbre oficial entronizada en las esferas políticas más altas. Lo que los mexicanos tenemos que ejecutar es contextual izar y dar lugar a los instrumentos legales apropiados para lidiar con los criminales, lo que se esperaría de una verídica cámara de legisladores representativa de los ciudadanos, es que velara por ello. Solo que en México esta es la cámara bajo estos legisladores actuales, es la más alejada de la ciudadanía, y la más presta a cometer cualquier crimen con tal de enriquecerse este cuervos y hienas institucionalizadas y libres de toda aplicación o condena legal gracias al fuero del que gozan. Por tanto me atrevo a aseverar que los primeros responsables del triunfo de la corrupción lo son nuestros legisladores; pues ellos más que legislar y velar por los interés de los mexicanos, legislan para cuidar de sus perversos intereses. Visto así ha llegado la hora de exigirles que rindan cuentas a la nación y si estás no son apropiadas y justas, el ser penalizados jurídicamente por sus acciones. Luego entonces requerimos de un aparato jurídico ministerial que examinara los casos específicos de violación a la seguridad nacional, al bienestar de la nación, de enriquecimiento ilícito, de abuso de poder y trafico de influencias entre otros crímenes cometidos por estos señores. Mi apreciados amigos continuaré con este análisis en breve, ahora solo quiero invitarlos nuevamente a educarnos políticamente y asociarnos para derrumbar este estado de las cosas en nuestro amado país. 7tima y última parte. La corrupción en México. J. Gilberto Bonavidez P. Con los seres humanos que nuestro sistema educativo promueve, conforma y mediatiza, los cuales viven en las condiciones de corrupción ya analizadas, no resulta emergente entonces reeducar a nuestros ciudadanos en el bienestar común, y por tanto una reforma educativa tendiente a educar en el


ámbito comunitario comprometido y democrático, consideremos que no todo esta perdido, que en realidad podemos lograr el cambio, pero ello implica iniciar por nosotros mismos y preocuparnos por mejorar nuestro entorno y conocer las problemáticas de nuestra comunidad. Asociarnos y exigir nuestros derechos de asociación y de demandar al Estado un veraz interés por las mayorías. Por tanto, por ningún motivo debemos perder de vista que la corrupción es extirpable, sino del todo, si lo necesario para liberarnos de estos buitres y hienas que se han apoderado de nuestras cámaras legislativas y para quitarles poder a nuestros grupos oligárquicos. Luego entonces ¿Como luchar contra la corrupción?, ¿como la combatimos?: en primera instancia tiene que quedarnos claro que la corrupción es un síndrome, un mal con muchas manifestaciones distintas, por ello requiere ser atacada desde muy diversas perspectivas, por tanto solo encarándola desde sus diversos ángulos se le podrá extirpar de nuestra vida cotidiana. Por lo tanto, es una ilusión pensar que si se lograra subir el nivel de vida de la población se acabaría con este mal de nuestro tiempo. El segundo punto es de más bien orden estratégico. En la medida en que el problema es más bien de carácter social y colectivo, es claro que su lucha deberá expresarse en todos los ámbitos, pues como fenómeno social tiene una identidad propia y no es reductible a sumas de conductas individuales. La lucha entonces contra la corrupción es eminentemente política, y si es así nos corresponde el generar instituciones no gubernamentales, altamente sociales e influyentes, de naturaleza educativa y promotores de la lucha contra la corrupción, que exigan y demanden del Estado el impulsar las políticas necesarias para abatir este mal de nuestro tiempo El tercer punto tiene que ver con la transparencia y la equidad en la impartición de justicia, “lo que realmente debería ser el espíritu de la Ley”. Esta lectura, sin embargo, es completamente inútil y no está conectada de manera obvia con la praxis de nuestros ministros jurídicos, además de que, su malversación de la justicia, simplemente se limita a aludir a algo que en principio todos deberíamos respetar , por tanto nuestras leyes fácilmente se desgastan y se vuelve una frase vacía de sentido. Por tanto aquí lo realmente emergente es llegar a una justa y autentica aplicación de las leyes, es decir sin disparidad de interpretaciones o recovecos que amparen y protejan a nuestros buitres senatoriales y diputados. Donde el espíritu de la ley sea el estar imbuida de la clara idea y contextualización de que no existen excepciones, ni privilegios, ni ciudadanos de primera, segunda o tercera categoría. La ley tiene que valer para todos, porque cuando la ley no funciona de esta manera lo que impera es la corrupción. para todos, porque cuando la ley no funciona de esa manera lo que impera es su Con base en lo anterior, podemos pensar en diversas medidas que, de tomarse de manera conjunta, disminuirían considerablemente la corrupción. Deberíamos entonces entender que no podremos liberarnos de la corrupción mientras nuestros legisladores continúen con su prebenda del FUERO, sin ser susceptibles de ser penalizados por sus acciones mientras estén embestidos de esta legislatura, luego entonces mientras esto continué lo que predominara en nuestro país es el imfluyentismo y la corruptela. En verdad, considero y me atrevo a sostener que los primeros responsables del triunfo de la corrupción en México lo son nuestros legisladores, Pues ellos no legislan por el bienestar común, más bien legislan para ellos y para proteger su enriquecimiento ilícito. Ya es necesario exigirles cuentas y someterlos a las penalizaciones correspondientes, considero entonces que debería haber un ministerio ciudadano que examinará las actuaciones de estas hienas y penalizara sus corruptelas.


Ministerio ciudadano que tambaleen supervisara la impartición de justicia. Estoy convencido de que el mero cambio del marco legal en el sentido sugerido acarrearía consigo beneficios inmensos. Por consiguiente, es claro que la modificación legal debe venir acompañada de una renovación en los mecanismos de impartición de justicia. Es menester acabar con prácticas ilegitimas como las que realizan nuestros órganos legislativos, el tribunal del IFE y nuestros actuales ministerios imbuidos en el poder de la gran familia política mexicana (PRI; PRD; PAN; Verde Ecologista, otros). Otro aspecto necesario para romper con la corrupción lo es la Democratización y el cambio de los ya anquilosados grupos de poder en México. Pues estos grupos se han perpetuado en el poder y sencillamente los legisladores se cambian de estado, modifican las leyes y se autopromueven para continuar en el erario Público, como lo vemos en el caso de la Señora Dolores Padierma quien se ha mantenido en puestos de elección popular por más de 18 años ya, (diputada, delegada, senadora), que más quiere para continuar con su egocentrismo y falsa representatividad. Sin embargo es el PRI el caso más claro de perpetuación en el poder. La renovación en el poder es importante porque, por razones obvias, las nuevas autoridades no estarán contaminadas por la multitud de compromisos de influyentismo y compra de curules de las anteriores (esto para mi aún es un sueño), ya que mientras la mayoría de nosotros no nos eduquemos para hacer y ejecutar política en México continuaremos viendo las viejas estructuras de poder. La corrupción entonces es un fenómeno asociado al ejercicio del poder, de ahí que este sea un monopolio de unos cuantos mexicanos. Y esto requiere ya de ser neutralizado. Lo mejor para neutralizar la fácil perversión del manejo del poder es la creación de un sistema plural, de competencia permanente y de rotación obligatoria. Pues no hay nada más dañino para una sociedad que el que una persona, un grupo o un partido se entronice en el poder. No tiene caso engañarnos: o se combate en serio la perpetuación de estas hienas en las cámaras legislativas y se les quita sus prebendas, o continuaremos en nuestro ya depauperado sistema político mexicano. serio la apropiación de las esferas de poder por parte de un grupo o sencillamente Es obvio que mucho de la desmoralización del mexicano se debe a la corrupción que se ejemplifica en la mayoría de nuestros gobiernos, pues estos magnifican la imagen del triunfo cínico del político corrupto y exitoso que sale fuera del contexto jurídico, del político que se vuelve millonario a expensas del erario público. Basta ya de esto amigos, nuevamente reitero que necesitamos agruparnos y consolidarnos comunitariamente, que requerimos demostrar nuestro poder social y demandar una impartición de justicia equitativa y por igual para todos los mexicanos. Por la revolución de las conciencias y el cambio en México, asociémonos y revolucionemos al País.


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