UNA REFLEXION DE ACTUALIDAD. Jorge Gilberto Bonavidez Palacios
19 de julio del 2012.
La Libertad como institución jurídico política, no debe verse como la ilusión de “democracia” burguesa demagógica oportunista a favor de un grupúsculo de altos potentados monopolistas que ejercen su presión sobre todos los instrumentos del poder mundial social para el mantenimiento de privilegios, (Carlos Slim, Salinas pliego, Azcarraga... otros) mediante su manipulación y mediatización de las conciencias de lo que ellos llaman el vulgo y nosotros denominamos ciudadanos. La historia de la libertad muestra que la personalidad humana asociada y comunitaria es el único camino viable para modificar esta situación, pues es solo a través de los colectivos ciudadanos organizados y constituidos como iremos imponiendo lenta pero efectivamente el respeto y reconocimiento a los derechos universales, así como un proceso de legislación más equitativo. Por ello,para mí el bienestar no admite doble identidad y requerimos dar el viraje del bien individual al bien colectivo pues solo mediante la generación de cooperativas ciudadanas podremos oponernos al embate de los 20 grupos monopólicos que actualmente controlan nuestro país, y quienes nos han impuesto a su presente títere EPN. Recordemos que los derechos humanos son comunes a todos los individuos ,son en todos iguales, en su ejercicio y su aplicación. Solo que en México están mediatizados y atados a los intereses de unos cuantos personajes que cuentan con sistemas y aparatos de mediatización para actuar sobre la ciudadanía eficazmente, como la prensa radio y televisión oficial y que solo benefician a unos cuantos grupos monopolistas (CARSO, Grupo Azcarraga, Grupo Salinas Pliego, Grupo de Hank Ronk, Grupo de Eugenio Garza, Grupo de María Aramburo-Zabala, otros). Nuestro proceso político Mexicano discurre por los cauces de constituciones estatales de articulación coherente y compleja para justificar la maquillada Democracia Neo-libera lista y empoderar a estos grupos. Legitimando los derechos patrimoniales personalistas del comercio capitalista como doctrina liberal fortaleciendo a estos grupos oligarquicos. El papel de la cultura contemporánea extensiva requiere de la refundación del Estado postmoderno; lo que implica educar al ciudadano en el ejercicio democrático asociativo, resolutivo y en la búsqueda de la creación de las sociedades cooperativistas auto-sustentables basada en la realidad de las comunidades y no en los caprichos gubernamentales. Nuestra reciente acción ciudadana electoral nos indica que funcionan mal algunos resortes fundamentales de las estructuras sociales emancipadas, confundiéndoles a través de la mediatización de su compra de los votos por el hambre padecida. La falla, no reside en la libertad conferida a la personalidad humana y la doctrina de igualdad "justicia social" conferida en oportunidades iguales y, "a cada quien según sus capacidades y, a cada quien según sus necesidades" sino a una falsa libertad “liberalismo económico” difuso, sesgado y receptivo dentro de la planificación social nacional que autoriza el tásito abuso de los grupos encabezados por Televisa y T.V. Azteca, Carso y otros que nuestras cámaras de legisladores han y continúan favoreciendo y protegiendo con sus adecuados códigos y reglamentos de fuero político inexpugnables. ¿Y los iguales, el pueblo, donde quedan? Así entonces yo no quiero esta libertad neo-liberalista, que ha generado 72 millones de mexicanos viviendo en la pobreza; generada por tanta corrupción, depauperación social, y la hegemonía de los 20 grupos corporativos que definen nuestros gobiernos y su orientación. Vergonzoso por tanto me resulta que exista quien se venda la idea de transparencia en nuestras recientes elecciones, las cuales son solo la muestra de una Política de acaparadores, del Hábeas Corpus orgánico social, de sus riquezas, de su poder antisocial e inhumano afirmando que la libertad es eso, "libre mercado de capitales hegemónicos", y no el “desenfreno irracional de las
turbas irresponsables y saqueadoras” como llaman a las exigencias comunitarias de justicia social moderna emancipadas desde innumerables movimientos sociales emergentes en todo el mundo. No hay libertad, entonces, donde una casta, secta, clan, familias, o sociedad oligárquica intenta ejercer poder político corporativo, asumiendo derechos adversos al bienestar social sobre otros. Allanando su inmunidad comunal. Por ello yo llamo a revolucionar a nuestro país en principio pacíficamente, y espero no llegue el momento en que más vale iniciar una revolución armada que morir de inanición en las calles, recordemos que en este país se desarrollaron 29 de las mayores fortunas del mundo, y que tan solo el cerdo más rico tiene 77mil millones de dolares en su haber, que acaso con ello no podríamos tener un México más justo y pleno.