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LEONARDO DA VINCI, EL GRAN EMPRENDEDOR MULTIFACÉTICO

Desde niño Leonardo da Vinci tenía un gran talento para dibujar, pero su fuerte era esa gran habilidad para inventar cosas porque quería facilitar la vida a la sociedad.

A. NAIBÍ DOMÍNGUEZ

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El comienzo del Renacimiento dio la bienvenida a este mundo a uno de los hombres más innovadores, futuristas y creadores de todos los tiempos: Leonardo da

Vinci. Un hombre que no podía saciar su curiosidad y creatividad y que tenía el afán de encontrar cuál era el funcionamiento del mecanismo de los seres vivos, de los elementos naturales y del alma del ser humano. Un ferviente estudiante con una incansable energía para trabajar.

EL ARTISTA CON ESPÍRITU INNOVADOR Y MULTIFACÉTICO

Leonardo di ser Piero da Vinci, mejor conocido como Leonardo da Vinci (Vinci, Italia, 1452-1519), nació como hijo ilegítimo de un notario en una familia acomodada, lo que le ayudó a tener mejores oportunidades. Desde niño tenía un gran talento para dibujar, pero su fuerte era esa gran habilidad para inventar cosas; era un hombre que quería facilitar la vida a la sociedad.

Cuando el padre de Da Vinci observó las habilidades del chico, lo mandó a estudiar a Florencia con el mejor maestro de la época, Andrea de Verrocchio, un escultor de renombre en ese tiempo. En el taller de su maestro aprendió de todo —no sólo pintura y dibujo—, desde las bases para moler sus colores hasta principios de ingeniería, arquitectura y escultura, lo que lo alentó a sus trabajos más adelante.

En esos tiempos el artista no era más que un trabajador al que se le encargaban esculturas arquitectónicas o frescos (mural) en cúpulas, techos, paredes, cuadros de grandes dimensiones, etcétera; pero para montar todas estas obras debía tener conocimientos en ingeniería. De los primeros trabajos

En la actualidad los inventos de Da Vinci forman parte de nuestra vida diaria, por ejemplo, el paracaídas, el traje de buzo, el flotador, el carro, entre muchas otras cosas.

que Da Vinci realizó con su maestro fue la voluminosa esfera de cobre para la punta de la cúpula de la catedral de Florencia (reemplazada en 1600), para la cual fue necesario crear una maquinaria que la subiera y colocara en la punta de la estructura.

Leonardo se sintió muy atraído por la ingeniería, por lo que tras estudiar a grandes genios como Taccola y Valturio comenzó su camino como inventor creando máquinas, objetos

útiles y armas. Posteriormente, viajó a Milán para tratar de venderle sus ideas al Duque Ludovico y convertirse en ingeniero ducado. Mientras tanto, con su talento pictórico realizó diferentes encargos, entre ellos una de sus más grandes obras La última cena (1495-1498).

Da Vinci, perfeccionista y laboriosoobsesivo, estudió muchas áreas para poder comprender lo que construía, pintaba y labraba. Existen documentos que prueban sus estudios de hidráulica, geología, botánica, antropología y hasta música en diferentes universidades. Como extraordinario dibujante y pintor fue el primero en innovar en el manejo de la técnica del óleo ya que en esa época se usaba sólo el temple (base de huevo); también utilizó lo que serían los principios de la cámara oscura. Por eso y más debe ser recordado como el hombre multifacético que fue y no sólo como pintor.

Y AUN ASÍ UN GENIO DE LA PINTURA

Leonardo siempre será recordado como extraordinario por realizar uno de los cuadros más representativos: La Gioconda o La Mona Lisa (Señora en italiano antiguo), entre otros. Se dice que era la esposa de Francesco Bartolomeo de Giocondo, su nombre real era Lisa Gherardini. De su historia se sabe poco más que debió ser de una familia acomodada, aunque los expertos afirman que su emblemática sonrisa pudo haber sido referencia a la palabra Gioconda que en italiano significa ‘jubiloso’, por lo que quizá Da Vinci quiso representar a la felicidad de una manera velada. Lo cierto es que la sonrisa de la Mona Lisa es un enigma, y si bien para las generaciones actuales no es muy obvio, en la época que fue pintada una sonrisa era considerada un atrevimiento.

Ésta es una de las razones por las que a Leonardo se le atribuye una escultura nombrada La virgen con el niño sonriente, a sabiendas que este artista tenía la habilidad para casi todo, siendo la escultura una de las artes que estudió. Si bien en un tiempo se creyó que era de otro autor, varios expertos se dieron a la tarea de compararla con todas sus obras pictóricas, su estudio de anatomía y composición, llegando a la conclusión de que esta obra efectivamente es un Da Vinci. Igual que con La Gioconda, la sonrisa del niño Dios es un símbolo interesante, toda vez que era una herejía representar al hijo de Dios como un personaje común. Otro aspecto de la obra que es muy representativo es la posición de los personajes, denominador común de su obra pictórica.

La última cena es un cuadro que ha sido tema de muchas discusiones por el deterioro de la pintura y los personajes confusos. El cuadro representa el momento en que Jesús le dice a sus apóstoles que de esa mesa uno lo va a traicionar. Da Vinci capta el momento del asombro de sus apóstoles por semejante declaración y plasma la reacción de cada uno de ellos, mostrando con ello el carácter de cada apóstol. Se ha afirmado también que la persona ubicada a su derecha no es uno de los apóstoles, sino la misma María Magdalena, quien pudo haber sido su esposa. Esta ‘escandalosa’ suposición hace creer que el mismo Leonardo quizá sabría más sobre la historia no contada de Jesús.

Por supuesto, sólo son conjeturas sobre un cuadro que se ha deteriorado con el paso del tiempo tras estar colgado atrás de la cocina de un monasterio en Milán, lugar donde fue creado. Si bien la humedad lo pudo haber dañado, el análisis en el uso de los materiales de esta pintura ha mostrado que Leonardo quiso experimentar con otras técnicas en vez de usar el fresco en la manera tradicional. Esto quizá fue la causa por la que el cuadro se deterioró más rápidamente en comparación a otras de sus obras. Hay que recordar que él fue de los primeros en pintar al óleo en vez de las técnicas antiguas de los Flamencos, que hacían sus pigmentos y los usaban con las técnicas al temple.

GRAN CONOCEDOR DEL CUERPO HUMANO

Es preciso decir que su pintura es maravillosa por quien fue él: un artista que dedicó su vida al estudio del dibujo perfecto y que dejó su Tratado de anatomía para que los siguientes artistas supieran lo que debía ser perfeccionado. Al contemplar sus dibujos, éstos se perciben como fotografías a lápiz de los huesos de una mano, las articulaciones, los músculos y el cuerpo humano en su totalidad con las diferentes etapas de la vida, desde la infancia hasta su vejez. En la actualidad pocos

libros se han hecho de una manera tan sublime y perfecta.

Leonardo, además, se dio a la tarea de ‘saberlo todo’ para mejorarlo en una escala más allá de su alcance. Y es que su disciplina era parte de una educación que en esa época, ante la falta de tecnología, sólo era posible mediante la creación de objetos desde su base, desde cero. En el caso del artista, además de su talento, había un entusiasmo por aprender y perfeccionar las cosas, ser mejor que todos, lo que convirtió a este artista en alguien fuera de lo común.

Aunque varias obras quedaron inconclusas, Da Vinci deja un legado de inventos futuristas, obras de arte, estudios de anatomía, botánica, etcétera. En la actualidad, sus inventos forman parte de nuestra vida diaria, por ejemplo, el paracaídas, el traje de buzo, el flotador, el carro, entre muchas otras cosas. Así, la obra atemporal que dejó este gran genio innovador seguirá deslumbrando y maravillando nuestras vidas por siempre.

DIEGO RODRÍGUEZ: EQUILIBRIO ENTRE LA RAZÓN Y EL ESPÍRITU

Su obra plantea la idea de equilibrio entre elementos geométricos y colores sólidos, que representan la parte racional del ser humano, y la idea de libertad que hacen alusión a un lado espiritual.

ARIEL OLVERA

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