la Soledad Sincera

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La soledad sincera Autor: Jorge Llop Fecha: 2013

“Para Jonás, que me espero sin esperar nada.”

El oráculo de Delfos.

Un diamante en bruto. (p4)

Mito y logos. (p6)

El adecuado punto de vista. (p7)

Paradigma interior y exterior.

Emoción, pensamiento y conducta. (p8)

La resistencia de la realidad. (p9)

Pensamiento holístico y racional.

La inteligencia poliédrica. (p10)

El cuchillo y la cuerda. Las leyes de la coherencia. (p11)

Atención focal y atención en perspectiva. El latido de la mente. (p12)

El miedo, ese gran motor.

Emociones negativas. Zona de confort y zona de riesgo. (p13)

Razón VS Pasiones. La precaria balanza. (p15)

Conflictos y verdades ocultas. (p16)

Escalando la montaña. (p17)

Las conductas dependientes.

Nudos en el paradigma. (p18)

Teoría de sistemas sociales. Parias y genios. (p19)

Autocontrol y frustraciones. (p20)

Autoestima y asertividad. (p21)

Autoengaño y manipulación. (p22)

La moneda de dos caras.

El gato de Schrödinger. Cosas que pueden ser y no ser al mismo tiempo. (p24)

Libre albedrío y predestinación. (p25)

La recompensa. (p26)

Épica y maniqueísmo. (p27)

Los peligrosos extremos. (p29)

2

La cruz de personalidades. Los cuatro tipos.

La eterna búsqueda de ideales. Prioridades. (p30)

Hedonistas. (p31)

Sabios. (p32)

Líderes. (p33)

Científicos. (p34)

Aliados, enemigos y negociaciones. El equilibrio inestable. (p35)

El gran teatro del mundo. (p36)

La supraconsciencia (p37)

Paradigma. Autodefinición. (p38)

Ponte en marcha.

El mapa del mapa. (p39)

El camino y el horizonte. Acción y reflexión. (p40)

Abandona los prejuicios. (p41)

3

El oráculo de Delfos Un diamante en bruto “Vengo, maestro, porque me siento tan poca cosa que no tengo fuerzas para hacer nada. Me dicen que no sirvo, que no hago nada bien, que soy torpe y bastante tonto. ¿Cómo puedo mejorar? ¿Qué puedo hacer para que me valoren más?”

El maestro, sin mirarlo, le dijo: -Cuánto lo siento muchacho, no puedo ayudarte, debo resolver primero mi propio problema. Quizás después…- y haciendo una pausa agregó: Si quisieras ayudarme tú a mí, yo podría resolver este tema con más rapidez y después tal vez te pueda ayudar.

-E…encantado, maestro -titubeó el joven pero sintió que otra vez era desvalorizado y sus necesidades postergadas.

-Bien- asintió el maestro.

Se quitó un anillo que llevaba en el dedo pequeño de la mano izquierda y dándoselo al muchacho, agregó- toma el caballo que está allí afuera y cabalga hasta el mercado.

Debo vender este anillo porque tengo que pagar una deuda. Es necesario que obtengas por él la mayor suma posible, pero no aceptes menos de una moneda de oro. Vete ya y regresa con esa moneda lo más rápido que puedas.

El joven tomó el anillo y partió.

Apenas llegó, empezó a ofrecer el anillo a los mercaderes. Estos lo miraban con algún interés, hasta que el joven decía lo que pretendía por el anillo.

Cuando el joven mencionaba la moneda de oro, algunos reían, otros le daban vuelta la cara y sólo un viejito fue tan amable como para tomarse la molestia de explicarle que una moneda de oro era muy valiosa para entregarla a cambio de un anillo. En afán de ayudar, alguien le ofreció una moneda de plata y un cacharro de cobre, pero el joven tenía instrucciones de no aceptar menos de una moneda de oro, y rechazó la oferta.

Después de ofrecer su joya a toda persona que se cruzaba en el mercado -más de cien personas- y abatido por su fracaso, monto su caballo y regresó.

Cuánto hubiera deseado el joven tener él mismo esa moneda de oro. Podría entonces habérsela entregado al maestro para liberarlo de su preocupación y recibir entonces su consejo y ayuda.

Entró en la habitación.

4

-Maestro -dijo- lo siento, no es posible conseguir lo que me pediste. Quizás pudiera conseguir dos o tres monedas de plata, pero no creo que yo pueda engañar a nadie respecto del verdadero valor del anillo.

-Qué importante lo que dijiste, joven amigo -contestó sonriente el maestro-. Debemos saber primero el verdadero valor del anillo. Vuelve a montar y vete al joyero. ¿Quién mejor que él, para saberlo? Dile que quisieras vender el anillo y pregúntale cuanto te da por él. Pero no importa lo que te ofrezca, no se lo vendas. Vuelve aquí con mi anillo.

El joven volvió a cabalgar.

El joyero examinó el anillo a la luz del candil, lo miró con su lupa, lo pesó y luego le dijo: -Dile al maestro, muchacho, que si lo quiere vender ya, no puedo darle más que 58 monedas de oro por su anillo.

-¡¿58 monedas?!-exclamó el joven.

-Sí -replicó el joyero- Yo sé que con tiempo podríamos obtener por él cerca de 70 monedas, pero no sé… si la venta es urgente…

El Joven corrió emocionado a casa del maestro a contarle lo sucedido.

5 -Siéntate -dijo el maestro después de escucharlo-. Tú eres como este anillo: una joya, valiosa y única. Y como tal, sólo puede evaluarte verdaderamente un experto. ¿Qué haces por la vida pretendiendo que cualquiera descubra tu verdadero valor?

Y diciendo esto, volvió a ponerse el anillo en el dedo pequeño de su mano izquierda.

Mito y logos En el albor del pensamiento moderno, el que de alguna forma conforma el paradigma intelectual en el que estamos inmersos, hubo un gran cambio. Y como en todo cambio, algo murió. Los mitos que dotaban de sentido al hombre fueron desterrados del pensamiento y burlados como meros “cuentos para niños”. Así fue como murieron los dioses griegos y las leyendas, condenados a ser simple entretenimiento. Aportando tan sólo alguna que otra curiosa moraleja que permitiera a los niños aprender, a los adultos esperar y a los viejos creer.

El hombre abrazó el logos, y el eco de ese cambio aún resuena en nuestros días.

Gracias al él el hombre ha logrado comprender y manipular la naturaleza. Y aunque todavía no somos conscientes del precio que estamos pagando por ello, ninguno de nosotros podría negar la importancia que la ciencia y la tecnología, hijos de este logos, tienen para nosotros.

El cuento de antes forma parte del mito, un antiguo cuento japonés que en la filosofía zen nos habla de una verdad tan profunda como cierta del hombre.

No quisiera derribar el baluarte de la razón. Estoy seguro que ni tan siquiera podría. Pero quiero rescatar del pasado parte de la sabiduría olvidada y sepultada por los tiempos. Y dentro de mi modesta aportación, contribuir con ella.

El lector juzgará si es acertado o no.

6

El adecuado punto de vista Un último apunte antes de empezar. Pese a que intento ser justo, pero me es imposible ser imparcial, trataré de exponer los diferentes puntos de vista de mis teorías sin predisponerme. Tal y como aprendí cuando empecé mis clases de comic: “Todo vale. Tan sólo depende de lo que pretendas expresar.”

Este libro trata de ser una guía para el autoconocimiento. Y no creo que existan personalidades incorrectas. Puede haber si acaso, patrones de pensamiento incoherentes, pero incluso estos tienen una razón de ser. A algunas de las palabras que utilizo se les puede atribuir el adjetivo de “bueno” o “malo”, pero mi intención va mucho más allá, y trataré de explicar como todo tiene un propósito que en su equilibrio no tiene por qué ser negativo. Tan sólo hemos de comprenderlo para ser capaces de movernos por entre la polaridad de los conceptos que nos rodean.

A fin de cuentas, ¿qué existe si no hay nadie que pueda observarlo desde un lugar determinado?

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7

Paradigma interior y exterior: correspondencia Emoción, pensamiento y conducta De un modo frío y bastante aséptico podemos compararnos con máquinas.

Percibimos una emoción, la emoción es racionalizada y de manera voluntaria o involuntaria adoptamos una conducta que pretende ser adecuada. Simple, ¿verdad?

La emoción es algo ajeno a nosotros, tal y como denotaron los primeros psicoanalistas denominándolo como ello. No nos pertenece. Es incómoda. Pero tenemos que convivir con ella. La conducta en la mayor parte de los casos es algo que se rige por automatismos. Muchas veces ni siquiera tenemos una sensación de control sobre ella. La voluntad, que quizás es lo que nos define y nos dota de individualidad se centra en el pensamiento.

Tal y como apuntaba el neurólogo Ramón y Cajal al descubrir las sinapsis entre neuronas: “cada hombre es arquitecto de su propio cerebro”. Y esa es al fin nuestra labor y nuestra responsabilidad con nosotros mismos.

La forma en que nuestra mente está ordenada determina nuestro paradigma interior. Más adelante me meteré a tratar de dilucidar cómo se provoca ese orden. Por ahora basta entender que la forma en que nos relacionamos con el mundo y con nosotros mismos (pues somos nuestro principal compañero de viaje) la determina el pensamiento.

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Emoción

Pensamiento

Conducta

La resistencia de la realidad La realidad tiene su propia estructura. No es que nuestra mente funcione del mismo modo que la realidad. Nuestra mente tiene su propia forma de funcionar. Lo que hace nuestra mente es crear un mapa más o menos exacto de cómo funciona el mundo afuera.

Cuanto más exacto y fiel a la realidad sea nuestro paradigma menos resistencia tendrá que superar. Las leyes kármicas encuentran aquí su sentido pues de alguna manera lógica la realidad nos devuelve la mirada a través de paradojas.

El universo no es moral, si no una paradoja eternamente cambiante guiada desde lo invisible.

Siento apoyarme tanto en los refranes, pero sin duda ellos guardan gran sabiduría. Y así como se dice que todo es según el color del cristal con que se mire, así percibiremos la realidad según ese cristal que resulta de nuestro pensamiento.

Modifica el cristal, modificarás tu percepción de la realidad. Igualmente si uno enfoca su pensamiento hacia algo determinado terminará modificando la realidad. A menudo subestimamos nuestra capacidad para ello. Cuando alguien se propone algo el universo confabula para que lo consiga.

Tal y como se planteaba en las leyes herméticas, todo cumple perfectamente con la ley de la correspondencia: “Así es adentro como es afuera.”

9

Paradigma int.

Emoción

Pensamiento

Conducta

Percepción

Realidad

Interacción

Paradigma ext.

Pensamiento holístico y racional La inteligencia poliédrica De mis antiguas divagaciones pude descubrir que la inteligencia no es un concepto polar, si no poliédrico. Es decir, existen muchas maneras de medir la inteligencia. Y los test de CI dan buena fe de ello.

Inteligencia

Sí es cierto que todas las categorías pueden dividirse en dos: inteligencia racional e inteligencia emocional. La i. racional determina todo lo que se hace con el lado izquierdo del cerebro. Como su nombre indica, se dedica a racionar los conceptos en partes para su mejor asimilación. Por su parte la i. emocional que se rige por el lado derecho del cerebro, lo que hace es permutar distintas combinaciones de esos elementos para crear un todo nuevo. Una es analítica, la otra es creativa.

Cabe destacar una sencilla paradoja que a menudo lleva a equívocos a la gente. Cuanto más inteligente es alguien, más “bueno” es. Entendiendo “bueno” por alguien con un mayor concepto del sentido ético. Pues se puede afirmar que la ética forma parte del poliedro de la inteligencia. A menudo, la gente suele proyectar sus miedos en una errónea regla de tres y desconfiar de alguien más inteligente que ellos mismos, especialmente cuando tienen intenciones poco honorables.

10

El cuchillo y las cuerdas: leyes de la coherencia Metámonos a diseccionar, nunca mejor dicho, la mente humana. No en su forma material, si no en su concepto abstracto.

Según nuestra inteligencia racional y el pensamiento racional así seremos de hábiles con el cuchillo, o en este caso, con el bisturí. De ello depende nuestra capacidad para dividir las cosas por el sitio justo y en la justa medida. Ello nos permitirá poder asimilar problemas que de otra manera nos parecerían irresolubles.

La inteligencia emocional nos ayudará con el pensamiento holístico. Este funciona como una gran maraña que permuta las infinitas combinaciones de los distintos elementos (antes diseccionados) para intentar crear nuevas estructuras. Funciona en su mayor parte a un nivel inconsciente, a diferencia del pensamiento racional, que lo hace a nivel consciente. Es como una intuición. Al pensamiento racional todo esto le parece cosa de magia. “Sé hacerlo, pero no sabría explicarte cómo”. Al pensamiento emocional el proceso racional le resulta todo estéril. Piénsalo, ¿qué es aquello que hace que las cosas tengan valor? No las cosas en sí, si no la relación que tú estableces con ellas. Todo ello nos ayuda a resolver problemas ampliando el enfoque y viéndolos en su justa dimensión.

Todos ejecutamos este proceso. Algunos hasta somos capaces de echar la vista atrás y ver cómo. Pero lo que logremos con él no siempre es adecuado. Eso se debe a que debe existir cierta coherencia al hacerlo. Si fuéramos capaces de verlo (espera un poco más adelante, ávido lector) veríamos la estructura como algo bello.

Un buen paradigma sería claro, conciso y concreto. Un mal paradigma sería confuso, profuso y difuso. Dicho lo cual, cómo sea específicamente es algo que nos debería traer sin cuidado a la hora de evaluar su coherencia.

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Atención focal y atención en perspectiva: el latido de la mente Bien.

Cuando la mente funciona en modo racional me la imagino como un preciso láser, cuyo foco va dividiendo todo aquello que toca con una gran precisión. El mismo láser que puede matar puede resolver una operación quirúrgica y salvar una vida (si bien no es igual en intención).

Cuando pienso de forma holística me imagino un águila por el cielo viéndolo todo en perspectiva justo antes de elegir una presa y bajar a por ella.

Ambos tipos de atención se complementan. Para resolver problemas uno va de lo general a lo específico y luego de allí vuelve otra vez a lo general. Es un proceso que funciona como un big bang, como un gran latido: el latido de nuestra mente. Se observa el problema, se disecciona y con los trocitos se construye la solución. También se puede dar el proceso inverso. Partiendo de algo específico extrapolar a lo genérico. De hecho, es algo muy usado en psicología.

Todo ello me lleva a alguna conclusión extra. La mente está viva (o muerta) independientemente del cuerpo. No hablo de la transmigración del alma, si no del hecho de que en el momento que este proceso se vuelve estático una mente muere. Es decir, no cambia.

Sus patrones sigues siendo los mismos. Sus reacciones a los estímulos no seguirán un proceso de aprendizaje o este será muy lento. La mente es como un músculo de cuyo fortalecimiento depende que lata con fuerza.

Por último decir, que hay personas cuyo latido es enorme y pasan de un extremo a otro con gran fuerza. Eso es estupendo, pero a la gente que observa aquello (con mentes más débiles, sin duda) le parecerá algo inestable. Y puede que hasta que uno encuentre el equilibrio, así sea.

Pensamiento racional

Específico

General Pensamiento holístico

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El miedo: ese gran motor Emociones negativas: zona de confort y zona de riesgo Podemos decir que algo está en nuestra zona de confort si lo conocemos y estamos acostumbrados a ello. No importa si es bueno o malo, sabemos cómo reaccionar. Está todo bajo control.

Decimos que algo está en zona de riesgo si por el contrario, nos resulta desconocido. No sabemos cómo actuar, ni qué puede ocurrir. Podría ser desastroso.

O no.

En la zona de riesgo se encuentran las oportunidades del cambio. Aquello que imaginemos puede tornar real. Es una aventura.

Tiene sus riesgos. Pero, a fin de cuentas, ¿no trata la vida un poco de eso?

Hay una zona intermedia: la zona de aprendizaje. Es un lugar donde podemos adentrarnos en el peligro de manera más o menos controlada. Y volver a la seguridad una vez necesitemos recuperar fuerzas.

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Confort

Riesgo Aprendizaje

En la mayoría de las personas el miedo al peligro es un incentivo que le ayuda a superarse. Pero en algunos casos es tal que la persona se encuentra paralizada incapaz de resolver sus temores. En casos así a veces es necesaria una terapia de choque para resolver ese miedo.

Las emociones negativas tienen su razón y en este caso el miedo nos empuja a enfrentarnos a esa realidad que no comprendemos y que nos atemoriza porque no sabemos de qué manera interactuar con ella. Unido al miedo está la rabia, es un paso más pues nos decidimos a enfrentarnos al problema: “uno trata de matar aquello que teme”, al fin y al cabo. Un paso más allá está la tristeza, que no es ni más ni menos que la rabia canalizada hacia el interior en vez del exterior. Siempre es mejor tratar de cambiar uno que tratar de cambiar al mundo. Hay un último paso, pero que tras algunas divagaciones opino que se bifurca en dos.

Finalmente uno puede optar por la alegría y vencer así a la tristeza. O por el contrario avanzar hacia la comprensión.

Miedo Rabia

Tristeza

Alegr铆a

Comprensi贸n

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Razón VS Pasiones: la precaria balanza De lo anterior empezamos a vislumbrar la primera diferencia entre dos tipos de personas: las que optan por el placer y las que optan por la razón. Sin embargo, esta opción nunca se lleva demasiado lejos, pues ambos conceptos se necesitan el uno al otro. Funcionan como en una balanza que desequilibra uno al potenciar el otro.

Apoyo emocional

Apoyo crítico

Piénsalo. ¿Qué nos hace sentir bien? ¿Que nos digan algo agradable aunque sea mentira o que nos digan una cruda verdad que aún no estamos preparados para aceptar? Y, realmente, ¿qué nos ayuda a mejorar? ¿Las mentiras piadosas o las críticas bienintencionadas? En fin, un tema complicado como puedes ver.

Según uno se apoye más en un lado o en otro desarrollará la parte emocional o racional de la mente. Pero todo ello conlleva implicaciones que van mucho más allá.

Lo veremos pronto.

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Conflictos y verdades ocultas Comienza la verdadera batalla del hombre. Personas que quieren sentirse bien y no quiere escuchar a los demás. Y personas que no soportan que les engañen y se rebelan contra las primeras.

La batalla se libra en dos frentes que explotaré posteriormente: la autoestima y el autoengaño.

La gente que busca el placer tratará de conseguirlo aunque para ello tenga que manipular a los demás en su beneficio. La mejor forma de manipular consiste en anular la autoestima del oponente en cuestión. Eso puede hacerse tanto por activa mediante una actitud agresiva, como por pasiva ninguneándole y dejando en silencio su voz.

Por otro lado estas mismas personas suelen enredarse cada vez más y más en una telaraña de autoengaños que cada vez se hace más difícil de sostener. Algo que a las personas que optan por la razón no les suele pasar. Por esa razón, a menudo el verdadero conocimiento se encuentra velado para aquellos profanos a él, con el fin de mantenerlo alejado de fines corruptibles.

Hay dos fallos en ambos razonamientos que quizás puedan lograr un entendimiento en tan terrible conflicto.

La comprensión dota de una paz interior.

La realidad social también forma parte de la realidad.

Quizás en algún momento ambos extremos se den cuenta de que se necesitan el uno al otro.

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Escalando la montaña Bien. El camino comienza aquí. Has venido al mundo y no sabías en el fregado en que te habían metido. Sin darte cuenta te encuentras en medio del conflicto, hundido en una depresión y tienes que subir para salir de ahí.

Si eres de los que te has visto implicado en el conflicto de la autoestima tendrás que tirar de convicción y férrea decisión para salir. La gente se habrá acostumbrado de manera más o menos consciente a anular tu criterio y se encuentran muy cómodos así. No te va a ser fácil lograrlo porque vas a encontrar muchas resistencias a tu paso.

Si eres de los que han caído en las redes del autoengaño no tienes un pronóstico mucho mejor. Deberás usar la humildad para ser autocrítico y aprender de tus propios errores. Tendrás que empatizar con la gente que te rodea. Y eso duele. Sí, porque hasta este momento has vivido negando tu realidad y seguramente cuando te veas a ti mismo tal y cómo eres no te va a gustar la imagen que te devuelva el espejo.

La cuestión es conseguir que la convicción no se convierta en soberbia, ni la humildad en autocompasión.

Explotaremos eso un poco más adelante también.

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Las conductas dependientes Nudos en el paradigma ¡Vaya por Dios!

Estamos atrapados en un bucle sin salida. No sabemos salir de él y mirar las cosas en perspectiva para solucionar el problema. O quizás el problema es tan complejo que no sabemos cómo racionalizarlo y meterle mano. Sea como sea, estamos literalmente en un lío. ¿Qué significa eso? Significa que sigues conductas autodestructivas que se retroalimentan. Puede que ni siquiera seas consciente de ello. Párate un poco a pensar si te gusta tu vida o no.

Las drogodependencias no son la única conducta así. Puede que tus conductas giren en torno a la tecnología, a una persona, a la aprobación de un determinado grupo, a la búsqueda compulsiva de dinero o de placer o vetetúasaberqué.

18 El caso es que si no logras desenredar el nudo el futuro pinta negro. Siempre hay algo que no te has parado a pensar. Quizás algún prejuicio te impide darte cuenta, quizás no estás analizando correctamente el problema por algún motivo. En cualquier caso, he aquí alguna ayuda.

Drogas Conductas dependientes

Deseo

Teoría de sistemas sociales: parias y genios

No deseo

Deseo

No control

Fuera normas

Control

Dentro normas

Grupo

Externo

Interno

Autocontrol

Para hacer un buen análisis del deseo, que es la emoción que subyace detrás de toda conducta dependiente hemos hecho algunas divisiones (con el cuchillo, ya sabes). Ahora mismo las explico.

El no deseo está fuera del esquema ya que es algo más bien místico y yo por lo menos aún no lo he logrado. Después he divido en personas que controlan el deseo y personas que no. Dentro de las que no controlan lo he dividido por aquellos cuyo deseo le ha hecho ir fuera de las normas del sistema o no, y dentro de los que sí lo controlan por aquellos que lo hacen de una forma externa o interna.

Finalmente una conducta así, llevada a sus últimas consecuencias, siempre termina llevándote fuera del sistema. Es sólo cuestión de tiempo. El grupo lo conforman por un lado la gente que se deja llevar, y la gente a la que le gusta dirigir el asunto.

Ambos son casos de dependencia, ya que mientras uno centra todos sus esfuerzos en conseguir la aprobación del grupo, el otro lo hace en que el grupo le siga a él.

Realmente no cambia mucho. La gente intenta el control externo del deseo al darse cuenta de que depende de él. Razón por la que el hombre intenta someter a la mujer, los drogadictos se hacen camellos o simplemente la gente intenta ascender en la escala social y ser popular.

El paso final, y más difícil, consiste en lograr el control interno del deseo. Es decir, manejar tus impulsos sexuales, mantener la abstinencia a las sustancias o no hacer depender la propia valía de la aprobación ajena. Como eso es mucho más fácil escribirlo que hacerlo, habrá que diseccionar un poco más el asunto.

Finalmente apuntar que aquellos que logran controlar internamente el deseo acaban también expulsados del sistema del mismo modo que los parias que han roto con las normas impuestas. La gente que se deja llevar huye de todo aquello que le es extraño, mientras que aquellos que lideran ven un peligro en ellos que les hace sentir inseguros al no poder manipularlos. El mundo está lleno de genios que por una u otra razón han salido del sistema y viven fuera de él. Este gran potencial desperdiciado, es sin duda, algo sobre lo que merece la pena parase a pensar.

19

Autocontrol y frustraciones La vida no es justa ni está hecha a medida de nuestros deseos. Acéptalo. El autocontrol (interno) está condicionado por las frustraciones (externo) que encontramos al rozar con la realidad.

Alguien definió la frustración mediante una sencilla fórmula matemática: Frustración = Expectativas – Logros De lo que podemos desenterrar alguna asociación con conceptos que ya nos son familiares. La expectativa va en función de la realidad interna que uno perciba. Es decir, de algún modo el autoengaño puede disfrazar esas expectativas de manera irreal. De igual forma, los logros es la forma en que vamos a percibir un reconocimiento a nuestra propia valía, que determinará en última instancia nuestra autoestima.

Autocontrol

Autoestima

Autoengaño

Apoyo emocional

Apoyo crítico

De alguna forma que la vida nos ponga frente a retos puede verse desde un lado positivo. Los retos pueden hacernos daño, pero también pueden ayudarnos a crecer. Las mariposas antes de salir de sus crisálidas tienen que hacer una gran fuerza para romper los hilos que las mantienen presas, pero finalmente es esa fuerza la que hace que una vez fuera consigan mover sus alas y volar. Al igual que muchos juegos se nos van oponiendo retos cuya superación exige lo mejor de nuestras capacidades.

Tras superarlos estas capacidades no hacen sino aumentar. Si aprendemos a aceptar retos en la vida podremos llegar a ser más capaces de lo imaginamos.

20

Autoestima y asertividad No todo el mundo se tiene a sí mismo en estima. Hay personas que se rechazan a sí mismas. Otras se odian en secreto. Algunos vampirizan la autoestima a los demás para sentirse bien, sin ser capaces de generarla por sí mismos. La única forma correcta de generar autoestima consiste en proponerse objetivos y lograrlos. Pero el mundo exterior no nos lo va a poner tan fácil.

La asertividad es el correcto uso de las habilidades sociales para relacionarse, pedir ayuda, criticar, potenciar, negociar y de alguna manera darse a respetar, sin dejar por ello de respetar a los demás. También se escribe más fácil de lo que se hace.

Evitar las conductas sumisas o agresivas no es sencillo. Uno se acostumbra a ellas porque de alguna forma le funcionan. Mediante las conductas sumisas uno puede evitar el conflicto. Y mediante las agresivas imponer su opinión por encima de la de los demás. Finalmente ambas son erróneas. A la larga la conducta sumisa le acaba metiendo a uno en situaciones en las que tendrá que elegir entre actuar o hacer un mal. Y las agresivas igualmente terminan a uno alejándole de los demás. Si bien es cierto que ambos patrones de conducta suelen complementarse bien, realmente tan sólo son un caldo de cultivo para las relaciones dependientes, que de una forma o de otra terminan en maltrato.

La asertividad requiere de cierto autoconocimiento, del correcto manejo de las emociones, la empatía y la claridad. Lo cual de ninguna manera es algo sencillo. Pero sin serlo, es el camino correcto. Ser capaz de expresar la propia opinión, incluso cuando uno pensaba que no tenía ninguna opinión al respecto, siempre dota a uno de cierto orgullo propio y le hace sentirse reconocido ante sí mismo. Realmente, ¿vas a ir por la vida dejando que cualquiera determine tu propio valor?

Autoestima Interior

C. sumisa

Asertividad

C. agresiva

Exterior

A veces sucede un curioso efecto en los grupos relacionado con la autoestima.

Alguien que no entre en los juegos pasivo/agresivos de la dominación (mediante el uso de recompensa/castigo), puede coger fácilmente un rol en el que los otros “aprovechen” eso a su favor. De alguna manera este se convierte en blanco de las degradaciones más o menos obvias de los demás, lo cual de alguna forma genera un sucedáneo de autoestima en sus agresores. Cuando esta persona finalmente es consciente y abandona el juego, los demás pierden su “fuente” de autoestima y se ven obligados a buscarla de otras maneras, siendo incapaces de generarla por ellos mismos. Seguramente las relaciones restantes pierdan su vínculo de cohesión, ya que entre ellas sean incapaces de crear vínculos sólidos y sanos.

21

Autoengaño y manipulación Otra forma de conseguir autoestima consiste en el autoengaño. Uno disfraza la realidad de tal forma que a uno le haga sentir bien. Es decir, conforma un paradigma interior, en el que todo está colocado de tal forma en que uno se siente importante por sus logros, pero de alguna manera estos no son reales. Muy al contrario, uno realmente se autoengaña para no darse cuenta de sus propios fracasos.

Si bien un cierto autoengaño puede ayudar a moverte en la dirección correcta, un exceso puede tener consecuencias desastrosas tanto para la gente que te rodea como para ti mismo.

Es el contraste lo que hace derrumbarse el autoengaño. Por eso, existen verdaderos expertos en manipulación y habilidades sociales que pueden llevar el engaño no sólo a nivel interno si no a nivel grupal. Todo engaño tiene una cierta dosis de autoengaño y al revés, todo autoengaño tiene una dosis de engaño. Un engaño no resultaría muy creíble si uno antes no se lo cree. Mientras que si uno no ejerce ningún tipo de engaño finalmente el contraste con los demás le haré percibir la realidad tal y como es.

Existen patrones que determinan el nivel de autoengaño en una persona, tales como la receptividad y la claridad. Una persona no es receptiva cuando trata de impedir a su otro interlocutor que exponga su criterio, justifica sus acciones, niega la evidencia, anula el criterio ajeno o de alguna manera es incapaz de colocar la información que está recibiendo dentro de su propio paradigma. Una persona no es clara cuando no muestra sus pensamientos con claridad. Evidentemente, el ser receptivo no implica estar de acuerdo con las opiniones ajenas, y la claridad no es siempre aconsejada en un mundo en el que la información de uno mismo se puede volver en contra de uno, pero sí es cierto que de alguna manera determinan el grado de autoengaño que uno puede tener.

Ser claro no basta, hay que ser sincero. Eso significa que uno tiene que ser autocrítico con lo que hace y buscar soluciones a sus conductas negativas. De alguna manera el sentido crítico determina el autocrítico. Cuanto más críticos seamos con los demás, más lo seremos con nosotros mismos, ya que a menudo aquello que nos molesta de los demás es aquello que compartimos con ellos y nos desagrada en nosotros mismos. Y al revés, cuanto más permisivos e indulgentes seamos con nuestro entorno, más lo seremos con nuestras acciones.

Finalmente decir, que si has llegado hasta este punto del libro tengo que felicitarte por tu receptividad. Significa que de alguna forma, estando o no de acuerdo con mis “ideas” has conseguido integrarlas dentro de ti.

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Autoengaño

Receptividad

Sentido autocrítico

Interior

Claridad

Sentido crítico

Exterior

Nota: El autoengaño y la autoestima no son conceptos independientes, si no que existe una relación entre ellos. Por eso forman una balanza en equilibro. De hecho, llevo mucho tiempo tratando de explicar por qué la manipulación es una estrategia errónea sin hundirme en los fangos de la moralidad. Creo que por fin lo he conseguido.

Una persona sin autoestima es alguien fácilmente manipulable. Eso es de cajón.

Así como que tener autoestima es algo valorable y deseado. ¿Por qué manipular es erróneo? Bien. Todos habremos engañado alguna vez en nuestras vidas y seguramente no le hayamos dado mucha importancia. ¿Por qué? Porque el engaño tiene el mismo valor que valor le damos a la relación que tenemos con la persona que engañamos. No es igual engañar a tu pareja que engañar al tendero con las vueltas.

Si eso se convierte en una estrategia usual, finalmente nos veremos obligados a devaluar la mayor parte de nuestras relaciones. Y finalmente lo haremos con la relación propia, es decir nuestra relación con nosotros mismos. ¿Y qué es el valor de la relación que tenemos con nosotros mismos? La misma definición de autoestima. Así pues, finalmente una repercute en la otra.

Bien es cierto que muchos “manipuladores” aparentan tener un gran concepto de sí mismos. Pero quizás no sea más que una fachada fácil de destruir. En la soledad es donde esas máscaras no tienen valor alguno y es allí en dónde tenemos que ser francos con nosotros. Como dicen: puedes huir muy lejos de los demás, pero nunca podrás alejarte de ti mismo.

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La moneda de dos caras El gato de Schrödinger: cosas que pueden ser y no ser al mismo tiempo Hablemos del paradigma exterior, o al menos las ideas acerca de lo que podemos presumir que este sea. ¿Realmente podemos saber con certeza cómo es?

Me temo que tan sólo podemos presuponer, intuir, tratar de acercarnos a esa realidad que nos es tan cercana como ajena. ¿Podrías demostrar que el mundo funciona como piensas? ¿Podrías demostrar su falsabilidad? Cuando los presupuestos escapan a nuestras capacidades perceptivas y cognitivas, ¿de qué forma estar seguros?

Si bien, no podemos tener esa certeza, sí es cierto que la idea que tengamos de esa realidad exterior, va a determinar nuestra realidad interior. Y eso, ya no es algo despreciable.

Nuestro concepto de la realidad externa no es estático. Se va moviendo. Y de la misma forma en que este se mueve, tan bien lo hace nuestro paradigma interno en relación con él. La división que he hecho yo no es la única posible, pero a mí me funciona. Ya sabes, coge el cuchillo y haz tu propia división.

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Libre albedrío y predestinación Todo está escrito. Quizás en las estrellas, quizás en el libro de las almas. Tu destino ya fue decidido hace mucho tiempo. Puede que tú mismo tomaste la decisión o puede que alguien lo hiciera por ti. El caso es que no eres más que un mero espectador en la gran obra de teatro que es el mundo. Al final, y sólo entonces, entenderás el sentido de este cuento.

La idea de la predestinación es tan antigua como el hombre. De alguna forma le alivia un poco la carga de la responsabilidad ante sus acciones. La libertad es algo muy pesado y no todo el mundo se encuentra preparado para llevarla a cuestas. Sin embargo, si todo está escrito, ¿qué lugar tiene la moral en todo ello? ¿Qué importan mis decisiones si ya estaban tomadas de antemano?

La vida es como un juego de rol. Cada pequeña decisión puede ser transcendental tanto para uno mismo como para el mundo que le rodea. No hay ningún camino marcado. Eres libre de escoger a dónde quieres llegar. Pero puedes equivocarte. Así que ten cuidado al tomar la próxima decisión. ¿A que cambia el cuento? Ahora tenemos la libertad de nuestro lado y nos hemos librado de esa sensación opresora que ejerce el destino en nosotros. Pero ante los infinitos caminos de la vida, ¿quién no dudaría? ¿Quién no se sentaría un momento a pensar su siguiente paso? En fin, tómatelo con calma, pero no te pases el día debajo de un árbol.

Para mí ambas son las dos caras de una misma moneda. En lo posterior me centraré en el libre albedrío a diseccionarlo un poco más. La predestinación realmente no tiene mucho interés analítico a mi modo de ver.

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La recompensa Y al final de todo, los ríos llegarán al mar. Y entonces te fundirás con el Todo, y encontrarás el éxtasis final. Una sensación que ahora no alcanzas a imaginar. Has elegido bien tus acciones. Esta es tu recompensa.

Sin recompensa el libre albedrío se vuelve amoral. Es decir, tus acciones no siguen un patrón ético. Puede que tan sólo hagas lo que haces por temor a la autoridad o por querer integrarte dentro del grupo, pero no habrá un verdadero convencimiento si no piensas que aquello es lo correcto tanto para ti como para los demás. Como bien dicen, uno muestra su verdadero ser cuando nadie le mira o cuando actúa contra alguien que no puede nada contra él.

La vida no es más que una broma de mal gusto. Ni siquiera hay un fin. Es un tormento eterno, un infierno. La esperanza no sirve más que para alimentar la rueda del sufrimiento. Todos tus esfuerzos serán en vano. Quizás tienes que redimirte de tus malas acciones. Tienes toda la eternidad para ello.

He aquí el polo opuesto de la recompensa. Tan antiguo como el mismo hombre.

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Épica y maniqueísmo Hay un par de conceptos que a mí me sirven para tratar de analizar la concepción interna de la realidad: la épica y el maniqueísmo. La mejor forma de explicarlos es, cómo no, con un cuento.

El mundo se ha creado para ti. De hecho, eres la única voluntad consciente. El resto no es más que un programa preestablecido para dar la sensación de que todo es sólido. Todo empieza en ti. Todo termina en ti. Porque tú eres El Elegido y estás aquí para determinar la diferencia.

Todos somos el centro del universo, pero la épica hace que ese centro sea más o menos pesado. A veces necesitamos que todo se relacione de cerca con nosotros para saber quiénes somos, pero luego hay que dejar que corra el aire y darnos cuenta de nuestro lugar en el mundo. Alguien con una fuerte noción épica de la realidad atrae el paradigma hacia sí mismo. Es como un gran agujero negro de todo lo demás. Existe una fuerte concentración. Eso es positivo ya que le permite a uno una gran capacidad de superación, pero a cambio le dota de una falta de empatía por todo lo que le rodea.

A fin de cuentas, lo demás está condicionado a uno mismo, ¿no?

27 En el polo opuesto habría una noción demasiado disuelta del universo en relación con uno mismo.

El mundo es basto e infinito hasta límites que no alcanza a comprender tu insignificante mente de humano. Todo se rige por fuerzas que actúan con precisión milimétrica. Quizás con un propósito final o no, eso a ti no te concierne. Eres algo minúsculo incluso en relación con la humanidad. Y la humanidad ya es algo minúsculo en relación con el universo.

En fin, que no dan ganas de nada. Es algo positivo porque dota de cierta empatía, pero no invita mucho a mejorar. Total, si va a dar lo mismo.

Si la épica determinaba como de concentrada o disuelta era la realidad en relación con uno mismo, el maniqueísmo determina cómo se encuentra uno de bien o mal relacionado con el mundo. Es decir, cómo de polar es la concepción que uno tiene de la realidad.

El mundo es una gran batalla entre las fuerzas del bien y del mal. Es una batalla eterna. Puede de hecho que la batalla ya haya comenzado y “otros” estén evaluando a qué lado vas a dirigirte. Vigila tus pasos. Te están vigilando.

Esta visión de la realidad invita a la paranoia y la egolatría. Uno siempre tiende a pensar que está en el lado del bien y aquello que no le gusta en el lado del mal (faltaría más). Se debe a que todo ello que uno no es capaz de integrar dentro de su propio paradigma tiende a dejarlo de lado y apartado. Eso está bien si uno necesita enfocar la atención en otro lugar y volver a ello en algún momento. Por otro lado, la polaridad invita al movimiento y a la acción. La autocomplacencia no es una opción.

Por el contrario…

Todo está relacionado con todo. Todo tiene un sentido y un porqué. Todo está colocado así por algo. Todo esto ya ha sucedido y volverá a suceder. No hay bien ni mal. Esos son conceptos vagos y ambiguos que sólo sirven al hombre para moralizar aquello que no comprende. Sólo hay armonía o discordia. Las fuerzas de la armonía confían en ti. Te necesitan.

Algo poco maniqueísta podría representarse así.

Uno cree de alguna manera en el equilibrio, en la armonía, en la belleza y en la paz. Uno tiene una cierta sensación de protección, incluso puede pensar que otros seres superiores le protegen (ángeles, espíritus, extraterrestres).

Aunque quizás esa sensación no sea del todo beneficiosa. Pensar que alguien te va a salvar evita que uno se implique con lo que le rodea y actúe.

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Los peligrosos extremos El libre albedrío es un diamante. Fuera de ese diamante está el vacío. Uno puede moverse por su interior, pero dejar las facetas del diamante es peligroso. Una visión demasiado extrema de la realidad tiene sin duda consecuencias nefastas tanto para uno mismo como para el mundo que le rodea.

Podría ponerme a dar ejemplos aquí de ello, pero estoy seguro de que llegados a este punto, al lector se le ocurrirán unos cuantos. El análisis ya está hecho, es hora de usar las cuerdas para crear algo.

Recompensa

Épica Maniqueísmo 29

La cruz de personalidades: los cuatro tipos La eterna búsqueda de los ideales: prioridades Antes de meterme ya con todo el trabajo anterior a divagar sobre el paradigma interior, quiero hacer una pequeña anotación. ¿Para qué mierdas sirve todo esto del autoconocimiento? Bueno, sin meternos en cuestiones muy trascendentales, a lo largo de la vida te vas a ver obligado a tomar decisiones y no siempre va a ser fácil. Tendrás que establecer prioridades. Da igual si buscas comodidad, afecto o trascendencia, en algún momento tendrás que sacrificar alguna por otra y es en ese momento cuando saber quién eres tú te puede ayudar mucho.

Ojalá puedas conseguirlo todo, pero aún así, siempre preferirás enfocar tus esfuerzos en algo concreto porque te llena más, porque es más lo que deseas. De alguna forma, saber quién eres y saber qué quieres va de la mano. El cómo viene después, pues no llega antes el más rápido, si no el que sabe a dónde se dirige.

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Hedonistas Bien, la vida no tiene mucho sentido. Y si lo tiene no ha pensado en ti. Pero eso no significa que no sepas distinguir lo que quieres y lo que no. La vida puede ser un gran regalo, sólo hay que alargar la mano y arrancar el fruto. Disfruta, sea lo que sea aquello que te proporciona placer. No hay nada más importante que el ahora. ¿Qué pasará después? ¿A quién le importa realmente?

Suéltate el pelo y sal un rato. La vida espera.

Si tratamos de establecer relaciones entre el paradigma exterior e interior, podemos decir que los hedonistas tienen un concepto de la realidad muy poco épico pero altamente maniqueísta. Eso hace de ellos grandes vividores.

Humildes, no quieren destacar, pero sí que quieren disfrutar de todo lo que puedan. Seguir al líder está bien si el líder te proporciona placer. Los sabios dicen cosas interesantes. ¿Cambiar el mundo? ¿Para qué?

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La otra cara de los hedonistas la componen los artistas. La diferencia radica en el objeto de la búsqueda. Mientras un hedonista busca el placer, un artista anhela la belleza en su concepción espiritual.

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Sabios El universo no está fuera, está dentro. Esa es la verdad última que todo hombre debería conocer. Y tú eres un gran explorador de ese territorio ignoto para la mayoría. Quizás puedas encontrar pequeños diamantes y compartirlos con el mundo, aunque no todos sabrán apreciarlos, pero eso a ti no te importa. Podrías vivir aislado del mundo si tan sólo pudieras estar en paz contigo mismo y en armonía con el universo. Está ahí, ¿no lo sientes?

Los sabios tienen al igual que los hedonistas un concepto poco épico de la realidad, pero al contrario que ellos son poco maniqueístas, nulos en algunos casos. Son humildes y creen en el equilibrio de todo. Son los pensadores. Aquellos que hacen crecer el saber de la humanidad. Apreciados o difamados, cuyo conocimiento a veces anda velado o incluso se ha perdido a lo largo de las eras del hombre. Empatizan con aquellos que quieren cambiar el mundo y hacerlo un lugar mejor, pero entienden que eso no es posible sin tener en cuenta las emociones y el mundo interior del hombre. Desconfían de los líderes que quieren imponer su propio ego a los demás. Cada uno es dueño de sí mismo. ¿No crees?

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Al otro lado de los sabios están los locos. Si bien es cierto, que existe cierta genialidad en la locura, no se deben de confundir. Un loco no comprende aquello que piensan, tan sólo se deja guiar por su intuición.

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Líderes Has nacido con estrella. Tienes grandes hazañas esperándote aún sin escribir. La gente te seguirá, confiará en ti. Tu misión es guiarlos hacia un lugar mejor, ese lugar que tú (y sólo tú) conoces. No has nacido para que te digan lo que tienes que hacer, tú ya sabes lo que tienes que hacer. Serás tú el que marque la diferencia y ese es tu destino, algo que, sin duda, te trasciende. ¿Serás capaz?

El paradigma exterior de los líderes es opuesto al de los sabios, ya que es altamente épico y maniqueísta. Ellos son el centro, están destinados a grandes gestas, ellos saben lo que es bueno y lo que es malo. ¿Por qué no guiar a los demás hacia la tierra prometida? Podrías hacer del mundo un lugar mejor.

Siempre que no estés equivocado, claro. Son los inspiradores que moverán a las masas mediante su propio ejemplo e inflamarán los corazones del cambio. Usarán para ello tanto a la gente que necesita ser liderada como a aquellos que saben cómo cambiar el mundo. ¿Consejos? ¿Para qué?, si yo ya sé lo que tengo que hacer.

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Se pueden diferenciar entre líderes y tiranos. Mientras unos guían a los demás mediante la inspiración de sus palabras y sus actos, los otros tratar de imponerse mediante la fuerza, ya sea esta física o mental.

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Científicos El mundo. Esa gran ecuación que está ahí tan sólo para que las mentes más ávidas traten de resolverla. El mundo puede ser comprendido, estudiado, analizado. Puede ser manipulado y cambiado a nuestra forma. Puedes resolver los grandes males que afligen a la humanidad sólo con tu afán de conocimiento y tu voluntad. La humanidad es como una gran nave espacial que viaja hacia el progreso. Los límites no existen y si existen tú vas a traspasarlos.

Al igual que los líderes tienen un concepto épico de la realidad pero poco maniqueísta. Quieren cambiar el mundo, pero se cuidan de cuestiones que atañen a la moral. Ellos tienen ansias de conocer, pero es un conocimiento enfocado hacia afuera, no hacia adentro. Pueden entender tanto a los líderes que mueven a la humanidad (la sociedad también es una ciencia que puede ser estudiada) como el conocimiento de los sabios (siempre que sea práctico y no se pierdan en divagaciones). A los que no soportan bien es a los hedonistas.

Demasiado autocomplacientes. No somos animales, ¿no?

Cabe puntualizar la diferencia entre científicos y lo que yo vengo a llamar naturalistas. Ambos tratan de manejar las fuerzas de la naturaleza, pero sólo estos últimos lo hacen tratando de preservar el equilibrio con su entorno.

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(Antes de seguir hacer una pequeña aclaración. Es raro encontrar tipos puros.

Lo normal es que sean una mezcla de dos en los que predomine un tipo frente a otro.

Es más, como la vida es algo dinámico, alguien oscilará entre varios tipos, aunque es normal que uno siempre se mantenga y haga de pivote entre los demás. La especialización puede proveer de grandes avances en una determinada dirección, mientras que la complementariedad hará de alguien una persona más completa. No hago el ejercicio de permutar todo esto. Ya lo dejo a la imaginación del lector.)

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Aliados, enemigos y negociaciones: el equilibrio inestable Llegados a este punto podemos entender en qué consiste en gran escenario del mundo. Como todo jugador de rol que haya jugado a rol en vivo (sí, todo mi análisis parece un gran juego de rol, lo siento, es deformación profesional), uno sabe que los objetivos del juego no van en la misma dirección para todos los jugadores.

Algunos de tus objetivos irán en contra de otros e incluso serán excluyentes, otros irán de tu lado y podrás apoyarte en ellos, mientras que en la mayoría de los casos, serán algo neutro y ajeno a ti que podrás usar bien en tu beneficio o en el peor de los casos, cuidar de que no interfieran y te perjudiquen.

Hedonistas

Sabios

Introversión

Líderes

Científicos

Extraversión

Emoción

Razón

Los extremos opuestos representan aversiones, los idénticos afinidades y los colindantes algo ajeno, pero empático en cierta forma. La gracia del juego (sigo pensando en rol, lo siento) es encontrar aliados evitando enemigos, y tratar de ganar para ti a todos los elementos neutros que encuentres. Sin embargo, ocurre una cosa.

Los elementos neutros comparten aversiones entre ellos, por lo que de alguna forma te verás en la obligación de tratar de mediar entre ellos y de conciliar los opuestos. De esta forma, a pesar del conflicto se mantiene el equilibrio. A fin de cuentas, es de nuestros enemigos de los que aprendemos las más valiosas lecciones.

De alguna manera cada uno de ellos se encarga de una parcela de la realidad. Y sin la visión global, esta no estaría completa.

Realidad interior

Realidad exterior

Mientras que los sabios examinan cómo funciona la relación entre la propia realidad interior y ella misma, los científicos descifran la forma en que las leyes de la realidad exteior la dan forma. Los hedonistas exploran todo lo que les puede aportar a ellos el mundo de afuera, mientras que los líderes son los que impulsan a través de sí mismos a todo aquello que les rodea.

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El gran teatro del mundo Vamos a dar un paso más y a hacer un ejercicio práctico con lo que ya sabemos. Usemos nuestro lado creativo. Para ello permutaremos todas las posibles relaciones que existen entre los diferentes grupos y entre sí mismos, después las analizaremos y llegaremos a sus correspondientes conclusiones en la actualidad.

Hedonistas

Sabios

Líderes

Científicos

Los hedonistas forman el grueso de la sociedad. La masa caótica e informe que da solidez al hombre. Dotan de cierta estabilidad al Sistema y sin duda, son el indicador más fiable de que las cosas van bien o mal, porque son los primeros en sufrir los desequilibrios. Por otro lado, son las grandes víctimas de las dependencias, dependencia al grupo, a que los demás piensen por ellos, o dependencia a la tecnología y todo lo que el progreso lleva consigo.

36 Los sabios no son un grupo numeroso. De hecho, ni siquiera tienen conciencia de grupo. A menudo se siente infravalorados y rechazados. No son conscientes de la sutil pero gran importancia que tienen en la sociedad. Ellos son los que tienen la claridad de su lado y pueden percibir qué cambios son necesarios para que el hombre evolucione en armonía. De alguna forma, se encargan de guardar el equilibrio.

Los líderes dotan de forma y estructura al mundo. Sin ellos sería el caos. Por desgracia, son grandes víctimas del ego y del autoengaño y demasiado poco receptivos a los consejos de los demás. Ellos son también los grandes generadores de conflictos y los culpables del juego de tronos en el que muchas veces se ve envuelto el hombre.

Los científicos son los grandes impulsores del cambio. Ellos modifican el paradigma exterior y llevan a la humanidad por la senda del progreso, lo cual tiene grandes beneficios. Lo malo es que los cambios que generan no siempre son beneficiosos y muchas veces ellos son ajenos a las consecuencias que esos cambios pueden producir en el hombre.

La supraconsciencia De todo lo anterior encontramos la cruz con las dos grandes paradojas de la evolución del hombre. Por un lado vemos cómo líderes y sabios se distancian cada vez más y por otro, como los logros de los científicos generan más y más dependencias en la masa hedonista. La entropía de un sistema aumenta exponencialmente con el tiempo. Si tratamos de calcular lo que sucedería en realmente no mucho tiempo las previsiones son más bien trágicas.

Mientras los líderes caen en la corrupción sin importarles realmente nada más que ellos mismos, los sabios se sumergen en la pasividad, los científicos que resuelven los grandes males del hombre hacen que los hedonistas cada vez sean más inválidos.

El sistema termina volviéndose rígido, surgen conflictos y el hombre vuelve a retroceder a una época de barbarie.

Quizás sea un ciclo inevitable.

Yo quiero pensar que no es así, pero para ello hace falta que el sistema no sea cerrado, si no de que alguna forma esté abierto hacia otro sistema compensatorio.

Dándole vueltas a lo único que he llegado es a una especie de consciencia colectiva que de manera inconsciente aborde el pensamiento humano.

Los sabios deberían entrar en acción y convertirse en líderes. Deberíamos progresar científicamente sin abandonar la naturaleza, ni la nuestra ni la que nos rodea.

Quiero pensar que es posible. Finalmente lo será. La cuestión es cuántas veces tendremos que retroceder en el ciclo para darnos cuenta.

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Paradigma: autodefinici贸n

Emoci贸n

Deseo

Autoestima

Interno

Frustraci贸n

Autocontrol

Paradigma

Asertividad

Autoenga帽o

Externo Claridad

Conducta 38

Ponte en marcha El mapa del mapa El libro que tienes en tus manos (o en tu ipad o dónde sea) no es el mapa de ruta para tu viaje, ni siquiera es el mapa del mapa, es mi mapa del mapa. Pero es útil.

Aquí tienes las herramientas para emprender ese maravilloso viaje hacia uno mismo que es el autoconocimiento, y entonces seguir con ese otro viaje hacia afuera que es la vida.

Quizás ahora te sientas un poco más sabio y un poco más capaz. Hasta aquí es donde yo puedo llegar para ayudarte. El resto del viaje tienes que hacerlo tú. No estarás solo. Encontrarás gente por el camino. Algunos quedarán, otros desaparecerán. Igualmente cada uno de ellos te aportará algo. Habrá conflictos y batallas tanto dentro como fuera. Tendrás que superar obstáculos, comprender y manejar tus emociones, analizar y resolver complejos enigmas, pero finalmente estarás un poco más cerca de tu objetivo. El que te hayas propuesto. El que finalmente has descubierto en ti al llegar a conocerte.

Realmente, creo que no hay nada que pueda tener más valor.

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El camino y el horizonte: acción y reflexión Para caminar puedes apoyarte en tus dos piernas mentales: la acción y la reflexión. Al igual que al caminar deberás hacer que vaya una después de la otra en un movimiento con cierta armonía para evitar tropezar y caerte. Bueno, si tropiezas y caes te puedes volver a levantar y aprender de ello, que para eso están los errores.

Como dijo un antiguo sabio oriental (en palabras parecidas): “La reflexión sin acción es estéril, la acción sin reflexión peligrosa.”

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Abandona los prejuicios Todo está en tu mente. Este principio básico que no lo he descubierto yo, evidentemente, lo que viene a decir es que desde tu mente puedes cambiarlo todo, a ti mismo, al mundo que te rodea, manejar tus emociones y dilucidar los misterios del universo.

A menudo damos por hecho un montón de cosas que no son tales antes de hacer un juicio de valor con nuestra propia experiencia. Son simplemente prejuicios.

Un prejuicio no es más que una asociación que nuestro cerebro ha hecho acerca de algo y que nos mueve a actuar y a sentir de una determinada manera. La vida está llena de prejuicios, porque si tuviéramos que pararnos a juzgar cada detalle de nuestra existencia no avanzaríamos, pero en algunos casos, son los propios prejuicios los que nos impiden avanzar.

Romperlos no siempre es sencillo. Incluso siendo uno mismo la víctima de su propio prejuicio detectarlos no es tan fácil. Romperlos es aún más complicado. Puede ser sobre cualquier cosa, desde tu sexualidad a tu trabajo, desde tus relaciones a los hábitos más cotidianos de tu rutina. Están ahí. Y desde aquí yo te aliento a que te atrevas a rasgar el velo y a ser tú el que haga tus propios juicios de valor.

Quizás descubras cosas que hasta ahora no te habías parado a observar.

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"La respuesta de la vida, el universo y todo lo demás es...

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Las dinámicas de manipulación siempre derivan en el autoengaño. Cuantos más esfuerzos pongas en manipular a los demás, más grande será la mentira que tendrás que alimentar. Aléjate de este tipo de personas.

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La reflexión sin acción es estéril. Cuando hallas alcanzado un poso de sabiduría ponte en movimiento. Cree en ti mismo.

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La tecnología te aleja de tu propia naturaleza. Cuanto menos dependas de ella, más capaz serás como persona.

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La esclavitud de las pasiones encadena tu libertad. Crea rutinas que no te hagan esclavo de tus deseos.