Juan Martinez // A pesar de todo

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Juan MartĂ­nez Y a pesar de todo




Juan MartĂ­nez _ Y a pesar de todo _ Sala de Exposiciones Banco Herrero Oviedo 26 de mayo _ 26 de junio _ 2010


Créditos _ 4

Gobierno del Principado de Asturias

Catálogo

Presidente Vicente Álvarez Areces

Coordinación Viceconsejería de Promoción Cultural y Política Lingüística

Consejera de Cultura y Turismo Mercedes Álvarez González Banco Sabadell

Presidente José Oliu Creus Presidente de Consejo Consultivo de Banco Herrero Juan Manuel Desvalls Maristany Exposición

Organiza Gobierno del Principado de Asturias Coordina Consejería de Cultura y Turismo Comisario Tomás Paredes Diseño y montaje Tomás Paredes M.Iconos Transporte Lidon Seguro STAI

Textos Tomás Paredes Francisco Calvo Serraller Antonio Gamoneda Fotografías Samuel Crettenand Diseño y maquetación Jorge Lorenzo Diseño y Comunicación Impresión y encuadernación Imprenta Narcea Realización editorial © de los textos: sus autores 2010 © de las imágenes, sus autores 2010 © de esta edición, Gobierno del Principado de Asturias y Real Instituto de Estudios Asturianos, 2010 Depósito Legal AS-2314/10 ISBN 978-84-87212-89-5


Índice

_ Textos

Pag 9

Mercedes Álvarez González Consejera de Cultura y Turismo del Principado de Asturias

Pag 11

José Oliu Creus Presidente de Banco Sabadell

Pag 13

Y a pesar de todo Tomás Paredes

Pag 17

Visión de altura Francisco Calvo Serraller

Pag 21

Memoria y luz de Juan Martínez Antonio Gamoneda _ Obra

Pag 27

Y a pesar de todo _ Trayectoria

Pag 122

Exposiciones individuales

Pag 124

Museos con obra del autor



incluir institucional

Textos _ Tomรกs Paredes Francisco Calvo Serraller Antonio Gamoneda


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_ Mercedes Ă lvarez GonzĂĄlez Consejera de Cultura y Turismo del Principado de Asturias


La Sala Banco Herrero presenta la obra de un artista cuya actividad creativa está presente en muchos de los grandes museos nacionales e internacionales como el Guggenheim de New York o el Centro de Arte Reina Sofía Autor comprometido, Juan Martínez es más conocido fuera que dentro de nuestras fronteras, pero él, no sólo a través de sus pinturas sino también a través de sus actos, se resiste a ser extranjero en su país. La presencia en los últimos años de exposiciones de su obra en diferentes lugares de España hace que poco a poco se pueda conocer y reconocer a un artista donde el dibujo, el color o el tratamiento de las formas configuran una obra innovadora e inconformista frente a la realidad y la sociedad actual. Es para nosotros una satisfacción poder acercar al público asturiano una pintura donde la influencia centroeuropea se aprecia sobre todo en los matices de ese expresionismo que nos cautiva en especial. Máscaras, muerte, amor, miradas, gritos…..son algunos de los temas que acompañan al artista en su dilatada trayectoria. Interrogantes que surgen en el espectador con la contemplación de cada cuadro, emociones que provoca cada

fragmento de su pintura y permiten al visitante de esta exposición adentrarse en una reflexión interior en torno temas que muchas veces tendemos a eludir. Esta es una muestra más de la contrastada calidad que gracias al convenio de colaboración entre el Banco Sabadell y el Gobierno del Principado de Asturias puede disfrutar el público asturiano en el marco de esta sala. El variado número de formas, técnicas y expresiones artísticas que se vienen sucediendo hacen de este lugar expositivo objeto de visita obligada para los ciudadanos más sensibilizados ante las muestras de cultura y aun con frecuencia para el público en general. Durante estos años de colaboración se ha venido realizando una programación continuada que ha permitido disfrutar de diferentes manifestaciones artísticas como pintura, escultura, cartelería, modas, video-arte…y hacer patente de ese modo la gran riqueza cultural de nuestra Comunidad, así como también las enormes posibilidades de expresión que tienen aquellos artistas foráneos que, como Juan Martínez, no nos dejan indiferentes con su creatividad.


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_ JosĂŠ Oliu Creus Presidente de Banco Sabadell


Como Presidente de Banco Sabadell es un placer para mí presentarles esta exposición de la Sala Banco Herrero que forma parte del acuerdo de colaboración de la Consejería de Cultura del Gobierno del Principado de Asturias y Banco Herrero. En esta ocasión contamos con la obra de Juan Martínez, un artista español, vinculado a las corrientes artísticas europeas de su tiempo. La muestra recoge plenamente su dualidad, mezcla de la influencia internacional y de su arraigo a la tradición artística española que nunca dejó de lado. Quiero transmitir mi agradecimiento a todos aquellos que con su intervención han hecho posible que la obra de este gran artista esté en Asturias y pueda ser conocida y disfrutada, no sólo por las personas que se acerquen a la Sala Banco Herrero, sino también por todas las que tengan este catálogo en sus manos.


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Y a pesar de todo _ Tomás Paredes Comisario de la exposición Presidente Asociación Madrileña de Críticos de Arte


En enero de 2009, finalizaba, en Sevilla, la exposición “Aún así” de Juan Martínez, presentada por la Fundación Cajasol. Esta propuesta actual da continuidad a aquella y a la de Alcalá de Henares, con la coherencia que la obra y el pensamiento del artista evidencian. “Y a pesar de todo”, reúne obra de 1993-2010 y no rompe la cadena de su discurso, sino que se convierte en otro eslabón de la misma, en un nuevo grito de atención, pertinente y consecuente, a pesar de todo. En los dos últimos años, Juan Martínez ha desarrollado un intenso diálogo con los poetas, materializado en sendas publicaciones. No quiere ello decir que antes fuere ajeno a la poesía, sino que del mencionado diálogo han surgido publicaciones tan hermosas como Antí-Dotos, con poemas de José Manuel Caballero Bonald y Desva-Ríos con poesía de Juan Gelman. Ambos publicados, con precioso cuidado, por el Centro de Ediciones de la Diputación de Málaga. El primero se presentó en Málaga y Madrid, en el Instituto Cervantes. Y ante una retrospectiva de su obra, con un recital de Antonio Gamoneda en la Sala de los Derechos Humanos y de la Alianza

de las Civilizaciones, bajo la cúpula de Miquel Barceló, en el Palacio de Naciones Unidas, en Ginebra. El segundo no ha tenido presentación oficial, por ahora, por la ajetreada agenda de su autor literario. El 10 de octubre de 2009, la Galería Numaga de Colombier, cantón de Neuchâtel, inauguraba una muestra de su pintura reciente, que fue todo un acontecimiento, por la respuesta del público, de la crítica y del coleccionismo. En el ámbito de esa exposición extraordinaria, tuvo lugar un coloquio de distintos agentes sociales, una mesa redonda con el título de “Du sens de l’investissement a l’importance de l’art et de la culture dans notre societé”. En ella intervinieron políticos, empresarios, economistas y yo mismo, representando el estamento del arte, en un encendido debate que iluminó diversas zonas de penumbra o incertidumbre. En este recorrido reciente está la raíz de la que ahora se presenta en Oviedo, siendo la segunda vez que Juan Martínez expone en la capital del Principado de Asturias. Connotaciones afines, pero distintas muestras. En la sevillana estaba el


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inicio, en la suiza había una temporalidad que aquí se alarga. Esta antológica contiene en torno a la treintena larga de piezas, acrílicos sobre lienzo y papel, fechados entre 1993 y 2010, si bien la mayoría de la obra es de 2008 a 2010. ¿Qué aporta esta nueva exposición española de Juan Martínez? Profundidad, madurez, soledad e insistencia en ese acicate primordial de su obra de remover conciencias. ¡Juan Martínez pregunta y se pregunta, incidiendo en muchos resortes fundamentales de la condición humana! No parece un tiempo propicio, pero Juan insiste, aún así y a pesar de todo. La obra de este creador plástico-pintor, escultor, dibujante, pensador- tiene facultades perturbadoras, araña o acaricia, levanta ampollas o cura; no busca la belleza, como fin, pero consigue atesorar un sentido claro de belleza, en la forma y vivacidad con las que expone sus cromías. Ante todo, Juan Martínez es un pintor comprometido. Pareciera que el término compromiso pertenece a un tiempo concreto y pasado, pero eso es así, para quienes no están comprometidos con el desarrollo social y cultural del tiempo en

el que viven. Comprometido con una actitud ética, con la sobriedad, con la sociedad, con el hombre, con el sentido social más explícito, a pesar de todo. No hay arte sin pensamiento. Puede haber otras cosas, pero el arte lleva siempre implícito pensamiento. Su dimensión esta en relación a la entidad del pensamiento que lo imbrica. Su icono puede estar apoyado en temas o asuntos de diversa índole, su estructura está siempre mantenida por el pensamiento. Lo cual no lo hurta ni a la plasticidad, ni a la belleza, ni al gusto estético de posibles gustadores. ¿Cómo se compromete el artista? Haciendo que su trabajo, que su obra, que su arte sirva al hombre, a las causas nobles que hacen del hombre aquello de lo que nos enorgullecemos y no aquello de lo que abominamos. El arte ha sido siempre la mejor semilla del ser , la mayor gala de la humanidad, lo que se ha respetado por distintas generaciones y lo que se seguirá respetando. En ese sentido es en el que Chillida aseguraba que “el arte es siempre contemporáneo”, esté realizado en la época que fuere.


Juan Martínez se inició con un expresionismo figurativo y ha ido depurando su proceso para adentrarse en un cosmos de reducciones y esquemas, que sensibilizan su lenguaje y lo hacen exultantemente elegante. Sus finos gestos se convierten en formas y las formas en enigmas, que generan misterio, que junto a la emoción que reverberan son elementos imprescindibles en toda obra de arte. El arte no reproduce, manifiesta. El arte no es un correlato de la verdad, sino de profundidad, de intensidad, de fuerza. Todos estos elementos es lo que podemos apreciar en este conjunto de telas y papeles, con perfume existencial, tatuados con acrílico, que conforman esta exposición. En la que, más allá de la información sobre el autor, está la impronta de su iconografía, la de su iconología, la de su humanismo. No es un arte amable, dulce. Todo lo que pregunta, inquiere, es inquietante, removedor de conciencia, para quien quiera ver algo más allá de la simple combinación de formas y colores. Juan ha alcanzado una tensión que se equilibra con los contrastes cromáticos, una armonía que no empece la dureza, lo trágico, como sucede en

la vida, cuando se vive con decencia y entrega. La lectura de una antológica es menos globalizadora que la de una retrospectiva, pero suficiente para que el espectador tome conciencia de que hay obras de arte que sirven para algo muy distinto a la decoración, a lo políticamente correcto. Su incorrección- una forma de volver al rigor del sentido- es precisa y no siempre bien acogida, porque perturba, fustiga o zarandea, pero es honesta, hermosa, contundente, limpia. Está orientada hacia un horizonte de luz, después de atravesar tinieblas, y se constituye en necesaria, a pesar de todo.


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Visi贸n de altura _ Francisco Calvo Serraller


En principio, podría parecer hasta extraño, pero la primera vez que tuve noticia visual directa de la obra de Juan Martínez, aunque había expuesto en la Galería Sen de Madrid hacia el ecuador de la década de 1970, fue en la Bienal de Venecia de 1980. Formaba parte de la representación de nuestro país en el pabellón oficial español, en el que los otros cinco artistas seleccionados sí me eran conocidos. Sin embargo, la explicación de mi previa desinformación de Juan Martínez era sencilla y, en todas las direcciones temporales, aleccionadora: había concluido sus estudios artísticos en Suiza y su carrera profesional se había desarrollado por aquellos parajes centroeuropeos. A partir de aquellas fechas, no obstante, pude contemplar, con relativa periodicidad, su obra en Madrid, primero, en la Galería Juana Mordó; más tarde, en la galería Seiquer, Levy y Amparo Gámir. En cualquier caso, si rememoro estos antecedentes, es porque esa primera vez que descubrí la obra de Juan Martínez, me dejó huella y no dudé en acudir, unos años después, a su estudio en Senarclens, donde empecé a anudar una relación personal con él, que se ha mantenido ya durante un cuarto de siglo. No

son anécdotas, porque la relación cabal con un artista, pienso, debe ser así: primero, con la obra, y, después, a través y a causa de ésta, con su autor. También es importante, según creo, que esa relación sea duradera, sin perder intensidad, sin caer en lo consabido. Lo que me impactó en mi encuentro veneciano con la obra de Juan Martínez no fue su comparativa mayor integración en lo que se podría llamar nueva corriente expresionista europea, sino que mantuviese un peculiar acento español, aunque nada tópico. No sé; había algo en sus patéticas figuras como del Buñuel más alucinado, algo como hierático y fantasmal; algo, en fin, como simultáneamente muy terrenal y místico. Eran figuras impresas sobre una ondulada gasa atravesada por unas largas agujas que la engarzaban a modo de bastidor, como si se tratasen de estandartes de la miseria y el sufrimiento humanos. Los trazos del pintor eran gruesos y simplificados y circundaban efigies sintetizadas, casi de máscaras, pero signadas por una expresión entre la perplejidad y el dolor. Desde el punto de vista formal, cabía asociar esta forma de pintar de Juan Martínez con la tradición expresionista,


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aunque no tanto en lo que ésta, en el siglo XX, tenía simplemente de exaltación de lo primitivo, sino de inmersión profunda en el mundo interior, un poco, para entendemos, en la línea de un Munch o un Rouault. No obstante, y eso es algo, creo que muy español, no ahondando tanto en la singularidad herida, sino en la atormentada alma colectiva; esto es: no en el individuo, sino en la sociedad o en el pueblo. En este sentido, desde Ribera hasta Solana, el naturalista arte español ha dado no pocos ejemplos, además, no siempre sustanciados, que también, a través de la épica. En cualquier caso, las atónitas y compungidas máscaras humanas de Juan Martínez, aunque no porten ninguna identidad es específica y, menos, de naturaleza folclórica, tienen un trasfondo muy español. Todas estas consideraciones salen al paso, no obstante, para rememorar, no sólo mi primer encuentro con la obra de Juan Martínez, sino mi alargada vinculación con ella. También, porque, evocando lo que entonces hacía, casi treinta años atrás, para corroborar que el paso del tiempo no ha atenuado su intensidad, ni, todavía más difícil, se ha “acomodado” a ella o en ella. La intensidad es fijación en una visión, pero no implica ausencia de exploración y monotonía. E1 visionario ahonda verticalmente; es un excavador de la verdad. Desde el punto de vista formal, si es que cabe abordar la agónica y conminatoria obra de Juan Martínez desde esta

perspectiva “forense”, sus cuadros últimos me han vuelto a sorprender la manera con que ha tejido pictóricamente sobre el primer plano, con un cuidado rigor ornamental, trazos precisos colores puros, toda la hondura del drama humano al filo de la muerte. Es un nuevo salto en pos de apurar la superficie pintada para desnudar más sintéticamente todavía la verdad latente de la existencia. Como en el arte de los primitivos, la obra de Juan Martínez se desenvuelve por completo en el primer plano, sin profundidad, lo que deja desnudo al pintor, porque le despoja de todas las artimañas ilusionísticas. Este plegamiento de cualquier representación a la superficie, la convierte en una suerte de tatuaje, en el que hasta lo ornamental adquiere un valor simbólico. Sin perspectiva, en suma, no hay ninguna jerarquía entre fondo y figura, entre, si se quiere, forma y contenido. Prácticamente Juan Martínez se ha mantenido siempre en esta sutil línea roja, que no tiene más espesor que el de una afilada cuchilla. Es importante tenerlo en cuenta a la hora de juzgar lo que hace con esta voluntaria aminoración extrema de recursos, que, en cierta manera, le han llevado a plantearse pintar con el aplanamiento de un tejido o la macla de una vidriera. Quien ha empleado esta severa disciplina expresiva, lo ha hecho casi siempre por razones de naturaleza mágica o sagrada, que, en Juan Martínez, se trasponen en hondura existencial.


Su icono fundamental ha sido, como ya se ha señalado, el rostro humano de expresión atónita, ojos y boca abiertos, encarado de manera frontal. A veces, este rostro está encajonado en una calle vertical, como quien mira a través del quicio de una puerta entreabierta, un poco como observando a hurtadillas, viendo sin dejarse ver por completo. A veces, también, este rostro, que es una máscara, porta otra encima como un colgajo al desgaire, lo que acentúa su patetismo. Pero, durante los últimos años, progresivamente, su imagen recurrente se intercala con la de la calavera, cuya macabra silueta puede llegar a llenar la entera superficie del cuadro. Los otros dos motivos más frecuentados por Juan Martínez son los de las cerillas a medio consumir y el de la letra “T”, que es uno de los motivos simbólicos más antiguos y de mayor enjundia significativa en todos los órdenes. A partir de este vocabulario figurativo esencial, despliega Juan Martínez toda su compleja carga emocional, que, por fuerza, es muy intensa. Pero ¿desde qué perspectiva nos impreca esta pintura sin perspectiva de Juan Martínez? Aunque esté referenciada a las tribulaciones humanas del “más acá”, es evidente que se eleva por encima de la historia, sobrevolando todos los avatares temporales. Es como la perspectiva de los ángeles terribles de Rilke y, sobre todo, personalmente me recuerda el que describe Walter

Benjamin en su célebre ensayo titulado Sobre el concepto de historia, en cuya tesis novena cita la acuarela de Paul Klee que representa al “Angelus Novus”, al cual el pensador alemán describe de la siguiente manera: “... Se representa a un ángel que parece a punto de alejarse de algo a lo que mira fijamente. Los ojos se le ven desorbitados, tiene la boca abierta y además las alas desplegadas. Pues este aspecto deberá tener el ángel de la historia. Él ha vuelto el rostro hacia el pasado. Donde ante nosotros aparece una cadena de datos, él ve una única catástrofe que amontona incansablemente ruina tras ruina y se las va arrojando a los pies. Bien le gustaría detenerse, despertar a los muertos y recomponer lo destrozado. Pero, soplando desde el Paraíso, una tempestad se enreda en sus alas, y es tan fuerte que el ángel no puede cerrarlas. Esta tempestad lo empuja incontenible hacia el futuro, al cual vuelve la espalda mientras el cúmulo de ruinas ante él va creciendo hasta el cielo. Lo que llamamos progreso es justamente esta tempestad”. Pues bien, desde esta perspectiva angélica feroz, que es la de quien contempla una catástrofe sin poder intervenir en ella, nos habla la obra de Juan Martínez, cuya trayectoria es como una alargada cola visionaria, una especie de cinta continua, perforada por viñetas del humano desamparo.


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Memoria y luz de Juan Martínez _ Antonio Gamoneda

_ Las palabras en cursiva han sido tomadas de títulos de obras del propio Juan Martínez


Cuando del corazón habitado por hormigas surge un grito de espanto y las cortinas del silencio envuelven ciertos rostros amados, fíjate que lástima, ya está: el pastor de sombras yace asesinado por manos invisibles, Mona Lisa se oculta para siempre y ya nadie sonríe sobre la tierra. Sin embargo, tú alumbras las máscaras carnales la penumbra de España, el damero maldito de los abandonados y la serpiente negra que obedece al silbido del último verdugo. Un huracán de signos avanza inútilmente hasta la aurora inversa del hombre del cuchillo y en el armario esplenden las ácidas mentiras disfrazadas de invierno en las desnudas cámaras. Alguien, silencioso, entra en la fosa de los números, alguien ve en el espejo las cuerdas del olvido. Un paso más allá, todo es inexistencia, todo se explica en el no ser. Corazón, mírame; mira a pesar de todo a la muerte en su luz. Van a caer noticias, van a abrirse las grietas más profundas y rojas, van a venir muy pronto los reptiles del llanto.


Qué difícil oficio tachar rostros vivientes, cegar tantas miradas que no vas a olvidar, descender al acero, abolir los pronombres y encontrar otra vez al animal que llora. Espíritu salvaje, metal sin esperanza. Alguien está gritando cercado por la púrpura. Un hombre herido extiende su mirada sabiendo que en su córnea se esconden las cifras terminales.

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Hay cuerpos navegando en aguas silenciosas y otros que se desnudan al borde del suicidio. Sube conmigo, sube, amor sin esperanza: todas tus formas sean anuncios indecibles. Hay músculos sangrientos, úlceras extinguidas, fístulas abrasadas, límites observados por pupilas dispersas y la sabiduría convertida en sustancia que precede a la muerte. Un tótem rojo acecha entre los muros blancos de la calcinación; un perro sangra rodeado de cíngulos y de miradas frías antes de convertirse en azul insondable. En los cuerpos desnudos hay luces macilentas, cunden fétidas rosas y rostros desgarrados, hay lívidas mitades heridas por rectángulos y el armario, otra vez, va a desplegar sus alas. El hombre incomprendido contempla la tortura de las cosas envueltas en fístulas y llamas, en seres indecisos rodeados de formas donde las cruces pesan y las espinas hablan. Es difícil el círculo del olvido. Sus diámetros se desprenden cansados. Debajo de las ménsulas el acecho se implica en la desesperanza. Sube, sube despacio la escala sin destino.


Una canción se enciende y las ramas que ardieron crepitaban furiosas en el bosque amarillo. Nosotros en nosotros, todos en la agonía esperamos el fuego de las marcas sagradas. Un mundo dividido por límites salvajes se abre en sus esporas. Frutos enloquecidos copulan con los restos apagados del fósforo, con las cifras oscuras y la tinta simpática. Sube, sube conmigo a los grandes espejos donde todo se oculta. Sube, Juan, al azogue que tan sólo se entrega al fulgor de la nada y a los últimos signos, a los incomprensibles. Los ausentes agitan sus pálidas banderas ante la frialdad de las cuencas vacías, en las urnas se ocultan las manos cenicientas que dibujan los cauces angulares del odio. A la hora del llanto despertará el durmiente, se extenderá el insomnio en el verde sombrío, como un cuchillo negro te mirarán sus ojos y tú verás en ellos el perfil de la muerte. De las grandes ruletas y las tumbas vacías, cuando se han extinguido las normas digitales, aparece, imagínate, el animal desnudo, desnudo para siempre, desnudo hasta los huesos. Sube conmigo, Juan, sube siempre, Martínez: la luz es el comienzo de la causa invisible. Tus manos y tus ojos arden en la materia y a pesar de sí misma la materia es sagrada.


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Juan MartĂ­nez _ Y a pesar de todo


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Acecho T azul _ AcrĂ­lico sobre lienzo 210 x 160 cm // 1993



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Navas _ AcrĂ­lico sobre papel 107 x 157 cm // 1996



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Intemporel _ AcrĂ­lico sobre lienzo 200 x 165 cm // 2002



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Vanidad y vacĂ­o _ AcrĂ­lico sobre lienzo 205 x 200 cm // 2003



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Resurgencias _ Acr铆lico sobre cart贸n 120 x 237 cm // 2004



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Un poema pequeño _ Acrílico sobre gasa 108 x 80 cm // 2004



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Vanidades y territorios _ AcrĂ­lico sobre lienzo 225 x 190 cm // 2005



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Consecuencias _ AcrĂ­lico sobre lienzo 205 x 250 cm // 2005



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Esquema sobre verde _ AcrĂ­lico sobre lienzo 175 x 160 cm // 2002-2006



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Vanidad con esquema _ AcrĂ­lico sobre papel 157 x 107 cm // 2006



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Territorios _ AcrĂ­lico sobre lienzo 205 x 250 cm // 2006



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Foule et vanité _ Acrílico sobre lienzo 210 x 157 cm // 2006



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Sor-Pi _ AcrĂ­lico sobre lienzo 200 x 150 cm // 2007



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LĂ­mite _ AcrĂ­lico sobre lienzo 180 x 160 cm // 2007



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La voz del sur _ AcrĂ­lico sobre lienzo 200 x 200 cm // 2007



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III Carátulas _ Acrílico sobre lienzo 190 x 150 cm // 2007



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CosmologĂ­a _ AcrĂ­lico sobre lienzo 205 x 190 cm // 2007



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Les fleurs du mal _ AcrĂ­lico sobre lienzo 200 x 200 cm // 2008



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Consciente _ AcrĂ­lico sobre lienzo 200 x 200 cm // 2008



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Identidad blanca _ AcrĂ­lico sobre papel 106 x 78 cm // 2008



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Ex-tridente _ AcrĂ­lico sobre lienzo 200 x 158 cm // 2008



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La brutalidad en el coso _ AcrĂ­lico sobre lienzo 195 x 200 cm // 2008



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Escala animal _ AcrĂ­lico sobre lienzo 200 x 200 cm // 2008



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Poeta _ AcrĂ­lico sobre papel 130 x 150 cm // 2008



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Tao _ AcrĂ­lico sobre lienzo 200 x 160 cm // 2008



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Identidad en el bosque _ AcrĂ­lico sobre lienzo 140 x 185 cm // 2008



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Caída azul _ Acrílico sobre lienzo 205 x 160 cm // 2008



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Dos patrias _ AcrĂ­lico sobre papel 107 x 157 cm // 2006-2009



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Retrato con tulipanes _ AcrĂ­lico sobre papel 165 x 130 cm // 2006-2009



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Ă frica nocturna _ AcrĂ­lico sobre papel 157 x 107 cm // 2009



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Sin Título _ Acrílico sobre cartón 157 x 107 cm // 2009



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Esquema c贸smico _ Acr铆lico sobre papel 157 x 107 cm // 2009



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Frente a Frente _ AcrĂ­lico sobre papel 157 x 107 cm // 2009



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La tentativa _ AcrĂ­lico sobre papel 160 x 150 cm // 2009



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Recipiente _ Acr铆lico sobre cart贸n 200 x 150 cm // 2009



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La hora-algo _ AcrĂ­lico sobre lienzo 200 x 160 cm // 2009



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Ofrenda _ AcrĂ­lico sobre papel 106 x 78 cm // 2009



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Identidad roja _ AcrĂ­lico sobre papel 106 x 78 cm // 2009



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EspĂ­ritu salvaje _ AcrĂ­lico sobre lienzo 200 x 140 cm // 2009



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Memoria de primavera _ AcrĂ­lico sobre lienzo 200 x 200 cm // 2007-2010



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Viaje oscuro _ AcrĂ­lico sobre lienzo 200 x 180 cm // 2010



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Miradas vacĂ­as _ AcrĂ­lico sobre lienzo 200 x 180 cm // 2010



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MontaĂąa verde _ AcrĂ­lico sobre lienzo 200 x 180 cm // 2010



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Vanidades-espejo _ AcrĂ­lico sobre lienzo 200 x 150 cm // 2010



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Ataduras (rojas) _ AcrĂ­lico sobre lienzo 200 x 160 cm // 2010



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CĂ­rculo apagado _ AcrĂ­lico sobre lienzo 200 x 140 cm // 2010




Juan MartĂ­nez _ Trayectoria


Juan Martínez _ Navas de San Juan, Jaén 2 de diciembre de 1942 _ Escuela Superior de Arquitectura, Barcelona. Escuela Cantonal de Bellas Artes, Lausana.

EXPOSICIONES INDIVIDUALES _

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1967 Galería Contemporanea, Ginebra 1968 Galería Numaga, Auvemier Galería Il Bílico, Roma Galería Latín, Hamburgo 1969 Gabinete de las Estampas, Ginebra Galería Richard Foncke, Gante Galería demeester, Roesalare 1970 Galería Art factory, Friburgo Galería du Vieux-Quartier, Montreal Club 44, la Chaux-de-fonds 1971 Museo del Ateneo, Sala Crosnier, Ginebra 1972 Galería Carl van der Voort, Ibiza 1973 Galería Richard Foncke, Gante Galería La Palette, Zurich Galería Gaetán, Ginebra Galería Carl van der Voort, Ibiza 1975 Museo de Bellas Artes, Lyon Galería Sen, Madrid Galería Val i 30, Valencia

1976 Galería White, Lausana Art7’76, Basel (White Gallery) Galería Adriá, Barcelona Grafikhuset Futura Galleri, Estocolmo 1977 Seyhoun Gallery, Teherán Galerie Alice Pauli, Lausana 1978 Galería Juana Mordó, Madrid Galerie Alice Pauli, Lausana Art 9’78, Base (Galerie Alice Pauli) 1979 Galerie Schlegl, Zurich Galerie Maeght, Barcelona 1980 Lefebre Gallery, Nueva York Galerie Alice Pauli, Lausana Pabellón Español. Bienal de Venecia Internationaler Kunstmarker, Düsseldorf (Galerie Schlegl) 1981 Galerie Braunbehers, München Galerie Schlegl, Zurich Galería Juana Mordó, Madrid 1982 Lefebre Gallery, Nueva York Kunsthalle, Düsseldorf 1983 FIAC´83 París (Galería Juana Mordó) Lefebre Gallery, Nueva York


1984 Galerie Schlegl, Zurich Galería Juana Mordó, Madrid Lefebre Gallery, Nueva York 1985 Palacio de la Madraza, Granada Museo de Bellas Artes, Oviedo 1986 Galerie Katrina Hartje, Frankfurt ART Cologne, Köln (Galería Juana Mordó) 1987 Art’LA, Los Ángeles (Galerie Katrina Hartje) Hartje Gallery, Boston Galería Juana Mordó, Madrid 1988 Galería Alice Pauli, Lausana Kunst Komplex, Düsseldorf Galerie Eolia, París Galerie Hannah Feldmann, Berna 1989 Galerie Schlegl, Zurich Editart, Ginebra Galerie Katrina Hartje, Frankfurt Conjunto escultórico en Parque de la Victoria, Jaén 1991 Galerie Kara, Ginebra Centro de Exposiciones Ibercaja, Valencia Art 22’91, Basel (Galerie Kara) 1992 Antiguo Hospital de Santiago, Úbeda Galería Seiquer, Madrid Centro de Exposiciones Ibercaja, Zaragoza Galerie Hannah Feldmann, Berna Galería italia, Alicante 1993 Galerie Hannah Feldman, Liepzig ARCO’93, Madrid (Galería Seiquer) Galería Levy, Madrid Galería Levy, Hamburgo 1994 Galerie Siegert, Basel 1995 Galeria Siena, Burgos Espacio Cajaburgos, Burgos Centro Cultural Sao Lourenço, Almancil, Portugal 1996 Galerie Alice Pauli, Lausana 1997 Galería Italia, Alicante Galería Seiquer, Madrid Centro Cultural Sao Lourenço, Almancil, Portugal Junta de Andalucía, Convento de Santa Inés, Sevilla

1998 Museo Provinvial de Bellas Artes, Jaén Galerie Michael Schultz, Berlín 1999 Galería do Sacramento, Lisboa Galerie Winter, Wiesbaden Centro Cultural Sao Lourenço, Almancil, Portugal 2000 Editart, Ginebra Art Frankfurt (Galerie Winter) Galerie Michael Schultz, Berlín 2001 Centro Cultural Sao Lourenço, Almancil, Portugal 2002 Galería do Sacramento, Lisboa Art Frankfurt (Galerie Winter) Galerie Winter, Wiesbaden 2003 Universidad de Jaén, Jaén Art Brussel (Galerie Winter) Art Frankfurt (Galerie Winter) Centro Cultural Sao Lourenço, Almancil, Portugal Galería de Arte Convento Espirito Santo, Loulé 2004 Galerie Rigassi, Berna Galería Amparo Gamir, Madrid Sala Alameda, Diputación de Málaga Art Frankfurt (Galerie Winter) 2005 Art Frankfurt (Galerie Winter) Centro Cultural Sao Lourenço, Almancil, Portugal Galerie Winter, Wiesbaden 2006 Galería Caracol, Valladolid Galería Amparo Gamir, Madrid Ville de Delémont, Suiza Palacio Don Gutierre, León 2007 Centro Cultural Sao Lourenço, Almancil, Portugal Galería de Arte Convento Espirito Santo, Loulé 2008 Galerie Winter, Wiesbaden Musée de Pull, Suiza 2009 “Aún así”, Centro Cultural Cajasol, Sala Villasís, Sevilla “Aún así”, Iglesia de San José de Caracciolos, Alcalá de Henares “Juan Martínez”, Palacio de Naciones Unidas, Ginebra “Juan Martínez”, Numaga Galerie, Colombier/Neuchâtel


Obras en las colecciones de los siguientes museos (selección) _ Museo de Bellas Artes, Ginebra Guggenheim Museum, Nueva York Museo Español de Arte Contemporaneo, Madrid Museo de Antropología, Madrid Musée Cantonal des Beaux-Arts, Lausana Winterthur Kunstmuseum, Winterthur Museum of Arts, Pittsburg, Pennsylvania Parque de la Victoria, Jaén Musée Regional des Beaux-Arts, Lyon Museo de Budapest, Hungría Museo Provincial de Jaén Universidad de Jaén Collection Banque Cantonale Vaudoise, Lausana Colección Marie et Volker Huber, Almancil, Portugal



Este testimonio de vida y pensamiento se publicó, en la ciudad de Oviedo, el 22 de mayo de 2010, tricentésimo vigésimo segundo aniversario del nacimiento de Alexander Pope- “Haz bien tu parte. En eso reside todo el honor”Fue diseñado por Jorge Lorenzo Diseño y Comunicación Visual e impreso por Imprenta Narcea , esta edición consta de 300 ejemplares, numerados, en arábigos, del 1 al 300. Con probabilidad, Virgilio pensó en el arte cuando escribió en la Aeneida, I, 118: ¡RARI NANTES IN GURGITE VASTO!

Ejemplar nº




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