XX Muestra de Arte del Principado de Asturias

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XX EDICIÓN MUESTRA DE ARTES PLÁSTICAS DEL PRINCIPADO DE ASTURIAS 2009



XX EDICIÓN MUESTRA DE ARTES PLÁSTICAS DEL PRINCIPADO DE ASTURIAS 2009 SARA GARCÍA FERNÁNDEZ LORENA ÁLVAREZ BARRERO ADRIÁN CUERVO MANUEL GRIÑÓN MONTES CARLOS LÓPEZ TRAVIESA REBECA MENÉNDEZ CARLOS F. PÉREZ RODRÍGUEZ RUBENIMICHI (LUIS JOSÉ SUÁREZ ÁLVAREZ)


Consejera de Cultura y Turismo Mercedes Álvarez González Director del Instituto Asturiano de la Juventud Guillermo Martínez Suárez Equipo Técnico de Programas Culturales Mª José Baragaño Castaño Margarita Llamas Cuesta Selección de Artistas realizada por Francisco Crabiffosse Cuesta, crítico de arte y comisario de exposiciones Ana Botella, LABoral Centro de Arte y Creación Industrial Nuria Franco, Galería Espacio Líquido Ricardo Mojardín, artista plástico y profesor de la Escuela de Artes de Oviedo Jaime Luis Martín, crítico de arte

// Catálogo Textos Mercedes Álvarez González Guillermo Martínez Suárez Francisco Crabiffosse Cuesta Jaime Luis Martín Diseño Gráfico Jorge Lorenzo | Diseño y Comunicación Visual SL Traducción Caroline Lelanchon (Francés) Lambe y Nieto (Inglés) Fotografias Enrique Ros Wagener Fiumfoto Rebeca Menéndez RGB Fondo Sala Borrón Imprime Imprenta Narcea S.L. Depósito Legal AS-4770/09

// Exposición Comisariado Coruño, SL. Seguros Catalana-Occidente Promueve Consejería de Cultura y Turismo Colaboran Cajastur Injuve La Muestra de Artes Plásticas es una actividad realizada por el programa “Culturaquí” Instituto Asturiano de la Juventud // Consejería de Cultura y Turismo // Principado de Asturias


presentación

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/////////////////// Mercedes Álvarez González Consejera de Cultura y Turismo

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Guillermo Martínez Suárez

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Siempre, y así que pasen los vientos Francisco Crabiffosse Cuesta

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Director del Instituto Asturiano de la Juventud

Comisario de exposiciones

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Poshistóricos y remezcladores Jaime Luis Martín Crítico de arte

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obras

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trayectorias

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la muestra 1990 // 2009


MERCEDES ÁLVAREZ GONZÁLEZ Consejera de Cultura y Turismo

La Consejería de Cultura ponía en marcha en 1990 la Muestra de Artes Plásticas del Principado de Asturias. Las obras premiadas, objeto de una exposición conjunta en la Sala Borrón de Oviedo, iniciaban una itinerancia anual de carácter regional, nacional e internacional, además de ofrecerse la posibilidad de acceder a otros programas de becas o de artistas en residencia. Y lo hacía respondiendo al claro y decidido interés de los poderes públicos por promocionar la creación artística de los más jóvenes, al objeto de posibilitar el acercamiento a los circuitos comerciales. Año a año, edición tras edición, de la mano de críticos, galeristas, directores de museos y de todos cuantos han configurado los distintos jurados, más de un centenar de artistas asturianos iniciaban su tránsito a la madurez creadora y buscaban su lugar en el territorio arte, aportando frescura y explorando nuevas vías de expresión, huyendo del estancamiento y del adocenamiento. Veinte años después, Sara García, Lorena Álvarez, Rebeca Menéndez, Manuel Griñón, Carlos López, Carlos F. Pérez, Adrián Cuervo y Luis José Suárez nos traen un suculento menú de nueva creación donde se fusionan pintura, escultura, grabado, dibujo, instalaciones y fotografía al gusto del paladar más exigente. Disfrútenlo.

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Mercedes Álvarez González

Mercedes Álvarez González

Ministre de la Culture et du Tourisme Du Gouvernement de la Principauté des Asturies

Regional Minister of Culture and Tourism

Le Ministère Régional de la Culture lançait, en 1990, l’exposition Muestra de Artes Plásticas del Principado de Asturias. Les oeuvres primées, objet d’une exposition conjointe dans la Salle Borrón d’Oviedo, entreprenaient une itinérance annuelle à caractère régional, national et international, et bénéficiaient en outre de la possibilité d’accéder à d’autres programmes de bourses ou d’artistes en résidence.

In 1990, the Regional Ministry of Culture created the Plastic Arts Exhibition of the Principality of Asturias. The selected works go on exhibit at Sala Borrón in Oviedo, and then tour throughout the local region, the rest of Spain and further afield, while the artists are given access to scholarships and artist-inresidence programmes.

L’objectif répondait à la volonté claire et déterminée des pouvoirs publics de promouvoir la création artistique des plus jeunes, de sorte à leur permettre de se rapprocher des circuits commerciaux. Année après année, édition après édition, soutenus par les critiques, les galeristes, les directeurs de musées, et tous les membres des différents jurys, plus d’une centaine d’artistes asturiens initiaient leur voyage vers la maturité créatrice, cherchaient leur place sur le territoire de l’art auquel ils apportaient leur fraîcheur, et exploraient de nouvelles voies d’expression, fuyant l’inertie et l’engourdissement. Vingt ans plus tard, Sara García, Lorena Álvarez, Rebeca Menéndez, Manuel Griñón, Carlos López, Carlos F. Pérez, Adrián Cuervo et Luis José Suárez nous apportent un succulent menu de nouvelle création où la peinture fusionne avec la sculpture, la gravure, le dessin, les installations, la photographie, pour le délice des palais les plus exigeants. Goûtez-y.

The Plastic Arts Exhibition was set up in response to the public administration’s proven interest in promoting art created by young practitioners, especially with a view to introducing them into commercial circuits. Year after year, event after event, the art critics, gallerists, museum directors and other experts who sit on the juries have chosen the work of over one hundred artists from Asturias on the cusp of creative maturity who are looking for a place of their own within the art world, contributing new ideas and eschewing any signs of stagnation or mediocrity. Twenty years later, Sara García, Lorena Álvarez, Rebeca Menéndez, Manuel Griñón, Carlos López, Carlos F. Pérez, Adrián Cuervo and Luis José Suárez are presenting us with an appetising new creative menu offering painting, sculpture, engraving, drawing, installation and photography to please the most discerning palate. Enjoy!


Guillermo Martínez Suárez Director del Instituto Asturiano de la Juventud

Es cuestión de fe, quizás; pero la tenemos, no nos ha faltado en estos veinte años. Es cuestión de principios, quizás; pero a ellos nos aferramos, porque no nos han fallado en estos veinte años. Es cuestión de confianza, quizás; y esa es nuestra gran baza, porque sabemos que por delante nos aguardan otros veinte, otros cuarenta, otros sesenta años… Es sabiduría que se desprende de los tangos. Divino tesoro más allá del poder de los anillos. Napoleón, a la sombra de las pirámides, hablaba de siglos y contemplación. Nosotros, bajo el techo de la Sala Borrón, hablamos de veinte años y de futuro.

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Guillermo Martínez Suárez

Guillermo Martínez Suárez

Directeur de l’Institut Asturien de la Jeunesse

Director of Instituto Asturiano de la Juventud

C’est une question de foi, peut-être ; mais ce n’est pas la foi qui manque, nous en avons à revendre et nous n’en n’avons pas manqué ces vingt dernières années.

It might be just a matter of faith, but faith is something we have plenty of. And something we have never been short of throughout these last twenty years. Perhaps it is also a question of principles, but principles are something we hold on to. And something that has not failed us over these twenty years.

C’est une question de principes, peut-être ; mais nous tenons à nos principes qui ne nous ont pas lâchés une seule fois en vingt ans. C’est une question de confiance, peut-être ; et c’est là notre plus gros atout : nous savons que nous en avons encore pour vingt ans, voire quarante et même soixante... C’est la sagesse des tangos. Trésor divin au delà du pouvoir des anneaux. Napoléon, à l’ombre des pyramides parlait de siècles et de contemplation. Nous, sous le ciel de la Salle Borrón, nous parlons de vingt ans et de futur.

Maybe it is a matter of trust. And that is our trump card, because we are keenly aware that another twenty, another forty, another sixty years lie ahead of us… It is the wisdom of tangos. A divine treasure beyond the power of rings. Under the shadow of the pyramids, Napoleon spoke of centuries and contemplation. Under the ceiling of Sala Borrón, we speak of twenty years and of the future.


FRANCISCO CRABIFFOSSE CUESTA

Difícilmente logramos desprendernos de la orfandad que nos dejan los espacios perdidos. Escenarios de una cotidianeidad que va forjando actitudes y certezas ante la acción de lo imprevisto, hay ámbitos, sin embargo, que parecen fortalecer sus cualidades de amparo, propensos a mantener sin doblez ni renuncia su protección a los que los habitan y a las acciones que éstos llevan a cabo. Como imantado por lo mágico, ese ambiente va mutando hasta desembocar todo su espíritu en esas ceremonias de matiz sagrado, en las que ofician sacerdotes algo ajenos al mundo que se empeñan en sermonear sobre las cualidades de lo soterrado o lo ignoto, intentando desentrañar en lo posible los misterios y valores de la creación.Y allí donde más se eterniza ese proceso de iniciación y filiación con el entorno es en esas salas que parpadean, abren y cierran los ojos para el juego de las miradas, abrazan o expulsan a quienes se atreven a ver y concluir sobre las obras que periódicamente ocupan ese territorio sin límites. Los años acumulados en todo tipo de muestras e intervenciones dieron a la Sala Borrón la experiencia que se supone deben atesorar esos espacios resueltos en la práctica como huella de su origen como simples ventanas que dejan ver desde el exterior lo que acontece dentro así como desde el interior fuerzan por abrirse a una conquista no ya de los fieles, sino de los tibios o desconcertados, que dudan o se interrogan sobre lo que se cuenta o sucede dentro. Esa inquietud, ese“no saber”qué ocurre entre los muros, en esa atmósfera blanca bañada por una luz intempestiva, se resume en un amplio repertorio de miradas y actitudes que van desde la entrega emocionada hasta el desprecio más agresivo, siendo pocos los que afrontan con valentía el gesto de traspasar el umbral para ser partícipes de la emoción o de la desilusión.

siempre, y así que pasen los vientos

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Pero todo conocimiento implica comunión, y aquélla sala exigía una atención más profunda, una entrega sin contrapartidas, para poder desvelar la razón última de una personalidad siempre difícil de desvelar que la hacía tan atractiva en el vacío de la pureza como en el asombro de la ocupación pródiga. De habitada por estudiantes entre aromas de café y tabaco, experimentó una primera mutación como sala humilde, pequeña y acogedora, que pronto necesitó crecer y abrirse con ese componente orgánico que es inherente a toda arquitectura, y así fue habitación de dos puertas fácil de guardar, hasta que una última expansión cegó una en beneficio de un amplio paño de pared. Fue a la `postre una sala que jugaba con ángulos, lugares algo recónditos, luces diurnas indominables y territorios inmaculados como desiertos de posible conquista y habitabilidad. Tenía la gracia y el guiño, ese “piensa y sucumbe a mi encanto”, que tantas veces fue engaño propio para provocar la carcajada o el desasosiego del fracaso. Pero fue siempre un espacio generoso, que nunca dejó de mostrarse afectuoso y receptivo no solo con los que supuestamente lo dominábamos, sino también con aquéllos extraños que fugazmente pretendían hacerlo suyo. Murió con nosotros, en agonía breve y sin deudos, para pasar el testigo a otro espacio que había brillado en modelos de azulejería y saneamiento, y que periclitado el gusto por lo cercano y pequeño, había bajado la persiana como negocio en el variopinto cosmos de la ciudad penúltima, el Oviedo despistado sobre el qué hacer y hacia dónde ir. La nueva sala pide reiterar el acercamiento, un “conocimiento algo carnal”, que diría el cursi, para seguir deshojando la flor de esa juventud correosa que se alarga a la treintena y que pugna por no desfallecer. La Borrón

refundada hereda el vértigo de lo angular y la necesaria expansión blanca, sucumbe al claroscuro de luces y sombras de artificio eléctrico, foco y baño, maquillaje de corrección para las obras, y aminora su complicidad con la calle, renuente a dejarse ver en plenitud y optando por esa travesura esquinada que tiene como horizonte la palmera indolente que acompaña la fachada clásica del antiguo hospicio, o hace hueco en la pared para otear verja, jardín, y el más allá de los muros bancarios. Así la percibía cuando Alicia GonzálezLafita la ocupó para posar su arquitectura dentro de esta arquitectura, y nunca hasta entonces el derrotero de esta sala tuvo un sentido tan profundo como el que señala la metáfora del uso, la razón de ser de una utilidad artística que incardina todo cuanto es necesario en la realidad y en el sueño de la utopía; la vida, al fin, que no deja de enviar mensajes para que la comprendamos, y que traza línea sobre línea para levantar el edificio, la casa que protege lo propio y nos retrata en lo cotidiano, tierra al fin entre el fuego y el agua. Las cerillas de los días consumidos, materia carbonizada en negro sobre blanco; el registro del agua en huída o bendita y hazte la señal de la cruz; el paño y la tijera, construye y deconstruye la camisa del mundo cuerdo en ese maniquí que desafía al espacio y pide la calle. La exposición realizó un sortilegio, traspasando esa novedad que parece marchitarse siempre tras el esfuerzo de la artista, y que ahora recupero aquí en el engranaje de una nueva Muestra con esa hipotética sabiduría que dicen da la práctica, y que a la postre sirve de bien poco cuando todo es nuevo o está en esa ebullición que anuncia una explosión controlada. En la jornada inaugural, cuando se desveló una obra tan rigurosamente planteada en su concepto como en su materialización,


entre ese público en movilidad que espera ver y se tropieza con los que ya han visto, reapareció uno de esos creadores casi silentes, casi extraños a su generación, pero a los que no se puede catalogar de únicos: esos raros que buscan solos su camino de salvación sin aportar claves para que no sepamos a ciencia cierta cuál es su ruta. Se acercó, musitó una de esas frases de educada práctica social, y comenzó, como siempre hace, un recorrido de minuciosa contemplación, como si diseccionara obra a obra para sacar una conclusión a veces asombrosa. Él, que había tentado los estudios de arquitectura de Escuela en Escuela hasta topar con el último sur, con una Sevilla que sería la puntilla de su carrera académica y el despertar de su decisión imbatible de ser artista-pintor, como aún se calificaba a los que les atraía el caballete, dejó caer una de sus clásicas definiciones, dando pausa a cada una de sus palabras para que tuviesen el peso definitorio: “Aquí está la arquitectura en toda su complejidad y en su razón de ser; incluso en lo que parece faltar, en ese aire que todo lo habita y todo lo envuelve”. No salieron de su boca otras expresiones, salvo la fórmula elegante de una despedida con la que se retiró para desaparecer probablemente por años. Recordé entonces al joven que era en aquellas primeras Muestras, cuando sus ojos saltones como semáforos locos imponían una autoridad brusca y sin piedad, despejando la fronda para atrapar el fruto. Pasó aquella euforia de figuras evanescentes en cielos concretos con nubes pausadas que ocupaban casi toda la superficie del lienzo, dejando minúsculos aquéllos ángeles en gloria que huían de lo humano como de una condición impropia. Es cierto que allí el aire se hacía presente, que Eolo no era un mártir ausente, sino ese dios etéreo que componía los paisajes con sierpes que eran marco de la auténtica divinidad para hacerse imagen de lo cotidiano. Así se explicaba en privado apoyándose en las descripciones de un Berger, un autor que entonces veneraba y que era una de sus fuentes espirituales nutricias. Pasaron los años, y nuestro artista dejó arrumbados los cielos por unos mares que rondaban archipiélagos. Fue la contaminación generacional la que le hizo como a otros cerrarse a los paisajes inmediatos que potenciaban la ciudad volcada al mar y olvidaban el gusto por esa periferia desastrada que había sido la escena predilecta de los que consideraban maestros locales. Fue la ciudad nostálgica de arcadas, paraguas como árboles, lluvias perennes y orquestas desafinadas la que arrumbó verdades o las desenterró del olvido para reconstruir una Atlántida hundida en los fangos de la industria. Su ciudad quiso ser

otra, la que se saliera de la silueta programática que hacía de la arquitectura mero telón de fondo, comparsa de una humanidad inactiva y sumida en la perplejidad. Su urbe cantábrica era un conjunto de islas en una laguna, minúsculos espacios deshabitados en los que se alzaban todos los faros posibles con banderas y gallardetes tremolantes, desprendiendo la luz de los meses opacos. Para entonces su hijo iba creciendo con una mirada similar a la de su progenitor, y el padre artista convocaba a los niños a construir cometas que alzarían al vuelo en las playas. Esas sierpes lo arrastraron asombrado a esos mundos que entendía nuevos, pero que eran los mismos que su padre había descubierto décadas atrás con el mismo equipaje de la sola imaginación. Y así fue creciendo, empapándose de rebeldía mística mientras hacía caminos continentales con la vocación única de ser artista. Hizo el periplo europeo, y recaló en el Berlín trasgresor, ocupa y marginal de las nuevas colectividades, pero el frío lo llevó a India, y allí se fundió en la calle con esa corriente que deambula resignada buscando la salida al paraíso. Allí, también, al tiempo que recrea con su pintura esas calles con el cromatismo que lo acerca a los trópicos, retomó el diseño de unas cometas que bendicen genios inéditos, monstruos obesos que cobran vida en movimientos circulares antes de desplomarse a tierra sin peder un ápice de esa sonrisa burlona que transmite la travesura siguiente. Convirtió el aire en materia, y sigue el viaje hasta donde encuentra fronteras infranqueables, muros insalvables que cierran el paso a todo empeño, salvo esos finos hilos que colocan en suspensión los deseos en terreno prohibido. Su padre cuenta que llegó a la playa de Beit Lahiya, en Gaza, para participar en una acción con los refugiados de la Franja, y que su emoción la fue documentando en multitud de imágenes que le envió. A él le impresionaron los cielos aprisionados por el color, la suma de variadas tonalidades que el aire lograba componer con las tres mil sierpes en vuelo como metáfora de esa gran pintura que desde siempre ambicionó y en la que día a día se afana en dar forma precisa, con esa genialidad menor que procura esconder para no levantar suspicacias. Antes de salir, de recorrer de nuevo instintivamente el espacio de la sala y lo que contenía quiso hacer confesión de un error, de un pecado con cuya carga entendía no podía cruzar el umbral: “Me equivoqué, aquí también está el aire”. Apenas se extendió en un razonamiento, pero dijo que algunas de las imágenes de la playa palestina mostraban otro horizonte tras las leves manchas horizontales de color que dejaban las cometas: la

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verticalidad de los esqueletos de los edificios bombardeados, las ruinas de la acción militar israelí, en las que afloraban esas estructuras complejas aún en pie que se habían proyectado para que no las habitase el aire, sino aquellos que reclamaban el justo derecho a un techo. Pero ahora, era el viento, ese aire costero y salino, su único dueño y señor, el poseedor sereno que hacía de ellas el símbolo de su poder, y las comparó con los diseños y planos de Alicia González-Lafita, otorgando a su obra el valor de saber trabajar con el espacio y los volúmenes.

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Y al fin concluyó recordando la antigua Sala Borrón de sus primeras presencias, desgranando memorias de lo que entendía como significativo de aquel ámbito que buscaba siempre el diálogo con su obra y la de otros artistas, para afirmar que esta sala era la misma sala que había mutado, crecido como ellos, buscando el mismo acomodo para continuar con su misma ofrenda para todos los que ahora daban vigencia a las quimeras de los que les precedieron. Con un rutinario “nada cambia pues todo deviene en su igual”, con una fórmula que hacía del cumplido manifestación sencilla de un sentimiento, acertó a decir que incluso los paréntesis, o precisamente ellos, nos hacen ser los mismos, y que este ámbito aparentemente nuevo era tan antiguo como nosotros, eludiendo emplear el término viejo para no cargar de peso peyorativo una frase que era un sincero elogio a la historia de la sala y de todo a cuanto había dado amparo.


FRANCISCO CRABIFFOSSE CUESTA

l’intérieur. Cette inquiétude, ce ne pas savoir ce qui se passe entre les murs de cette atmosphère blanche baignée de lumière intempestive, se résume en un immense répertoire de regards et d’attitudes qui vont de la reddition émue au mépris le plus agressif, peu nombreux étant ceux qui affrontent avec courage le passage du seuil pour participer à l’émotion ou à la déception.

toujours, et en dépit des vents qui passent

Difficilement nous nous remettons du sentiment d’orphelinage que les espaces perdus laissent en nous. Cadre d’une quotidienneté qui petit à petit forge des attitudes et des évidences contre le fait de l’imprévu, il existe cependant des espaces qui semblent renforcer leurs vertus protectrices, des espaces enclins à assurer, sans duplicité ni renoncement, la protection de ceux qui les habitent et de leurs actions. Comme aimantée par le merveilleux, cette atmosphère mute et son esprit débouche sur ces cérémonies de l’ordre du sacré, officiées par des prêtres par trop éloignés du monde qui, à coup de sermons, persistent à évoquer les qualités de l’inconnu et de l’enseveli, essayant de démêler les mystères et les valeurs de la création. Ce processus d’initiation et de filiation avec l’entourage s’éternise particulièrement dans ces salles qui clignotent, ouvrent et ferment les yeux pour un jeu des regards, étreignent ou expulsent ceux qui osent voir, qui osent statuer à propos des oeuvres qui occupent périodiquement ce territoire sans bornes.

Mais toute connaissance implique communion, et cette salle, La Borrón, requérait une attention particulière, un dévouement sans contreparties, afin de dévoiler la raison ultime d’une personnalité toujours difficile à percevoir, qui la rendait aussi attrayante dans le vide épuré que dans l’étonnement de l’occupation prodigue. Antre des étudiants qui l’occupaient dans les parfums de café et de tabac, sa première mutation en a fait une salle humble, petite et accueillante, qui très vite a eu besoin de s’agrandir et de s’ouvrir sous l’effet de cette composante organique inhérente à toute architecture ; elle s’est alors transformée en un espace à deux portes faciles à surveiller, dont l’une est plus tard condamnée au gré d’une dernière extension et au profit d’un large pan de mur. Elle s’est mise à jouer des angles, des espaces semi occultes, sous des lumières indomptables et dans des territoires immaculés, déserts offerts à la conquête et à l’habitabilité. Elle avait la grâce et le clin d’oeil, cet“imagine, et succombe à mon charme” qui, si souvent était un leurre pour provoquait l’éclat de rire ou le désarroi de l’échec. Mais, toujours, un espace généreux, qui toujours s’est montré affectueux et perméable à ceux qui, comme nous, étions censés la savoir, mais aux étrangers aussi, qui fugacement prétendaient la faire leur. Elle est morte avec nous, en une brève agonie, sans héritiers, et a passé le relais à un autre espace qui avait brillé du feu des échantillons de carrelages et de sanitaires et qui, à la faillite du goût pour les petites choses et pour la proximité, avait baissé rideau dans le cosmos chamarré de la ville pénultime, l’Oviedo en prise à la question du que faire et où aller.

Des années d’expositions et d’évènements de toute sorte ont donné à la Sala Borrón l’expérience que sont censés accumuler et receler ces espaces qui ont été matérialisés dans la pratique -trace de leur origine- comme de simples fenêtres qui laissent entrevoir, de l’extérieur, ce qui se passe à l’intérieur, et qui, de l’intérieur, s’évertuent à s’ouvrir à la conquête, non seulement des fidèles, mais aussi des tièdes ou des décontenancés, de ceux qui doutent et s’interrogent sur ce qui se dit ou se produit à

Aujourd’hui, la nouvelle salle a besoin de recréer la proximité, elle nécessite une “connaissance un peu charnelle” comme diraient les maniérés, pour pouvoir continuer à effeuiller la fleur de cette molle jeunesse qui se prolonge jusqu’à la trentaine et qui lutte pour ne pas défaillir. La Borrón refondée hérite du vertige de l’angulaire et de l’inévitable expansion blanche, elle succombe au clair-obscur des lumières et des ombres de facture électrique, spots et revêtement, maquillage correcteur pour les

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oeuvres, et perd de sa complicité avec la rue. Peu encline à se laisser voir dans sa plénitude, elle fait le choix de cette galéjade diagonale qui a pour horizon le palmier indolent de la façade classique de l’ancien hospice, et aménage un vide en son mur qui permet de scruter la grille, le jardin et l’au-delà des murs bancaires.

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C’est ainsi que je l’aie perçue le jour où Alicia González-Lafita est venue l’occuper et déposer son architecture dans cette architecture, Jamais, jusqu’alors, l’itinéraire de cette salle n’avait eu un sens aussi profond que celui que la métaphore de l’usage révèle, la raison d’être d’une utilité artistique qui incardine tout ce dont la réalité et le rêve de l’utopie ont besoin; la vie, en définitive, qui ne cesse de lancer ses messages pour se faire comprendre, et qui trace ligne sur ligne pour ériger le bâtiment, la demeure qui protège nos biens et nous raconte au quotidien, territoire en définitive, entre le feu et l’eau. Les allumettes des journées consumées, matière carbonisée en noir sur blanc ; le registre de l’eau en fuite ou bénite, et faites votre signe de croix ; l’étoffe et les ciseaux, construisez et déconstruisez la chemise du monde sur ce mannequin qui défie l’espace et réclame la rue. L’exposition a l’effet d’un sortilège, dépasse l’ordre du nouveau qui toujours semble se faner malgré l’effort de l’artiste, et que je découvre ici dans l’engrenage d’une nouvelle Muestra, sous l’angle de cette hypothétique sagesse que l’on attribue à la pratique et qui, en définitive, est bien inutile lorsque tout est nouveauté ou dans l’état d’ébullition qui annonce une explosion contrôlée. Le jour inaugural, lorsqu’une oeuvre aussi rigoureusement abordée dans son concept que dans sa matérialisation est dévoilée à un public en mobilité qui veut voir et se heurte à ceux qui ont déjà vu, l’un de ces créateurs quasi silencieux, quasi étrangers à leur génération, mais que l’on ne peut pour autant cataloguer d’uniques, a refait son apparition: un de ces êtres étranges qui cherchent seuls le chemin de leur salut, sans fournir les codes qui nous permettraient de connaître avec certitude leur itinéraire. Il s’approche, murmure l’une de ces formules propres à la pratique sociale polie, et entame, comme il l’a toujours fait, un itinéraire de contemplation minutieuse, comme s’il disséquait les oeuvres l’une après l’autre, avant de produire une conclusion souvent déroutante. Lui, qui avait tenté des études d’architecture d’École en École avant de découvrir le Sud ultime, la Séville qui allait mettre un point

d’orgue à sa carrière académique et marquer l’éveil de son irrésistible décision d’être artiste peintre comme on appelait encore à l’époque ceux que le chevalet attirait ; lui, donc, laisse tomber l’une de ses définitions classiques, offrant une pause à chacun de ses mots pour qu’ils acquièrent le poids définitoire : “L’architecture, c’ est ça ; dans toute sa complexité et sa raison d’être ; elle est partout là, même dans ce qui semble manquer, dans cet air qui habite tout et enveloppe tout”. Aucune autre phrase ne sort plus de sa bouche, hormis l’élégante formule d’adieu sur laquelle il se retire et disparaît, pour des années sans doute. Je me suis alors souvenu de combien il était jeune à l’époque des premières Muestras, lorsque ses yeux proéminents comme des feux rouges fous imposaient leur autorité brusque et impitoyable, écartaient le feuillage pour attraper le fruit. L’euphorie est passée de ces figures évanescentes dans des ciels concrets aux nuages posés qui occupaient presque toute la surface de la toile, rendant minuscules ces anges de gloire qui fuyaient l’humain comme une condition impropre. C’est vrai: l’air s’y rendait présent, Éole n’était pas un martyre absent mais au contraire ce dieu éthéré qui composait les paysages au moyen de serpents, cadres de la divinité authentique devenus image du quotidien. C’est ainsi qu’il s’expliquait, en privé, en se fondant sur les descriptions de Berger, un auteur qu’à l’époque il vénérait et qui était l’une de ses sources spirituelles nourricières. Les années sont passées, et notre artiste a troqué les cieux contre des mers qui embrassent les archipels. La contamination générationnelle l’a fait, comme d’autres, se fermer aux paysages immédiats qui potentialisaient la ville ouverte sur la mer et oubliaient le goût pour la périphérie dégradée qui avait été la scène de prédilection des maîtres dits locaux. C’est la ville nostalgique aux arcades, aux parapluies comme des arbres, aux pluies éternelles et aux orchestres mal accordés, qui a mis les vérités au rancart ou les a déterrées de l’oubli pour reconstruire une Atlantide enfouie dans les boues de l’industrie. Sa ville a voulu être autre, celle qui émergerait de la silhouette programmatique pour qui l’architecture est une simple toile de fond, comparse d’une humanité inactive et plongée dans la perplexité. Sa ville cantabrique était un ensemble d’îles dans une lagune, de minuscules espaces inhabités sur lesquels se dressaient tous les phares probables, aux pavillons et aux donjons trémulants,


qui diffusent la lumière des mois opaques. Son fils grandissait. Son regard ressemblait à celui de son géniteur et le père artiste invitait les enfants à construire des cerfs-volants pour le ciel des plages ; des cerfs-volants dont les serpents ont entraîné le petit, ébahi, vers des mondes qu’il pensait nouveaux, mais qui n’étaient guère que ceux que son père avait découverts des décennies auparavant, avec ce seul même bagage qu’est l’imagination. Ainsi il grandit, s’imprégnant de rébellion mystique et sillonnant les routes continentales, mu par l’unique vocation d’être artiste. Il a entrepris le périple européen et s’est posé dans le Berlin transgresseur, squatter et marginal des nouvelles collectivités. Mais le froid l’a poussé jusqu’en Inde où il s’est fondu, dans les rues, à ce courant qui déambule résigné, à la recherche des portes du paradis. Là encore, alors qu’il recrée, par sa peinture, ces rues dont le chromatisme le rapproche des tropiques, il reprend la création de cerfs-volants bénis par des génies inédits, de monstres obèses qui prennent vie dans des mouvements circulaires avant de retomber à terre, sans perdre un pli de ce sourire moqueur qui annonce déjà l’espièglerie suivante. Il convertit l’air en matière et poursuit son voyage jusqu’aux frontières infranchissables, jusqu’aux murs insurmontables dressés contre toute tentative exceptée celle des fines cordelettes qui mettent les rêves en suspension au-dessus des territoires prohibés. Son père raconte qu’arrivé sur la plage de Beit Lahiya, à Gaza où il participait à une action des réfugiés de la Bande, il illustre son émotion par une multitude d’images qu’il leur envoie. Lui, ce sont les cieux emprisonnés par la couleur qui l’ont impressionné, la somme des tonalités diverses que l’air réussit à composer autour des trois milles serpents en plein vol ; une sorte de métaphore de cette peinture majeure que depuis toujours il a ambitionnée et à laquelle, au jour le jour, il tente de donner une forme précise, avec cette génialité mineure qu’il essaie d’occulter pour ne pas inspirer de la méfiance.

Avant de sortir, de reparcourir instinctivement l’espace de la salle et de ce qu’elle contenait, il a tenu à avouer une erreur, un péché sous le poids duquel il ne pouvait franchir le seuil: “Je me suis trompé, l’air est là aussi ”. Il a à peine développé son raisonnement mais il nous a dit que certaines images de la plage palestinienne dévoilaient un autre horizon derrière les taches de couleur légères que laissaient les cerfs-volants : la verticalité des squelettes d’immeubles bombardés, les ruines de l’intervention militaire israélienne où affleuraient des structures complexes, encore dressées, qui avaient été conçues non pas pour être habitées par l’air, mais par ceux qui réclamaient le droit légitime à un toit. Or le vent, cet air côtier salin, était aujourd’hui leur seul maître et seigneur, le possesseur serein qui en faisait le symbole de son pouvoir, et il les a comparés aux dessins et aux plans d’Alicia González-Lafita à qui il a attribué la vertu du travail scient de l’espace et des volumes. Il a fini, pour conclure, par rappeler l’ancienne Sala Borrón, celle de ses premières présences, égrenant les mémoires de ce qui, d’après lui, caractérisait cet endroit qui toujours avait recherché le dialogue avec son oeuvre et celle d’autres artistes. Enfin il a affirmé que cette salle était restée la même, qui avait muté, grandi comme eux, cherché le même aménagement pour pouvoir présenter sa même offrande à ceux qui aujourd’hui reconduisent les chimères de ceux qui les ont précédés. Avec un “rien ne change car tout devient son égal” routinier, et une formule qui faisait d’un compliment la manifestation simple d’un sentiment, il finit par dire que, même les parenthèses, ou précisément les parenthèses, nous font être les mêmes, et que cet espace apparemment nouveau est aussi ancien que nous, en évitant d’employer le terme vieux afin de ne pas imprimer sa charge péjorative à une phrase qui était un hommage sincère à l’histoire de la salle et à tout ce qu’elle avait accueilli.

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The years accumulated in all types of shows and interventions give Sala Borrón the experience purportedly treasured in those spaces which, in the practice, are resolved in a print of their origin as mere windows opening up a view to the outside of what is going on inside, and which, from the inside, strive not only to preach to the converted, but also to win over the half-hearted or the disconcerted who doubt or wonder about what is being told or takes place there. That restlessness, that“not knowing”what is happening behind the walls, in that white atmosphere flooded with merciless light, is summarised in a wide repertoire of gazes and attitudes, ranging from the emotive total embracement to the most aggressive disdain, with very few bravely confronting that gesture of crossing the threshold to partake in the emotion or in the disappointment.

FRANCISCO CRABIFFOSSE CUESTA

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always, and as the winds die down

It is difficult to shake off the feeling of orphanhood we are left when certain spaces are lost to us. These are often the settings of a quotidianity that forged attitudes and certainties in the face of the action of the unforeseen. That said, they are also places that provide shelter, places that, openly and without rejecting anything offhand, protect those who inhabit them and the actions they carry out there. As if magnetised by the power of magic, this kind of place gradually mutates till it channels all its spirit into ceremonies charged with a sense of the sacred, officiated by priests that are somehow removed or distant from the world they insist of preaching to, about the buried or the unknown, trying to decipher, as far as possible, the mysteries and values of creation. And where that process of initiation and grounding in the place is made most eternal is in those rooms or halls that blink, opening and closing their eyes to a play of gazes, welcoming or refusing those who dare to look and conclude the works periodically occupying their unlimited territory.

But all knowledge requires communion, and the above-mentioned hall demanded closer attention and an unconditional commitment in order to unveil the ultimate motivation of a personality that has always been hard to pinpoint, and that made it as appealing with the emptiness of purity as with the confusion of plenty. Once frequented by students in clouds of cigarette smoke and the aroma of coffee, it then underwent a mutation, first into a humble, small and cosy gallery that soon needed to grow and to open up with that organicity inherent to all architecture. And so it became a hall with two doors, yet just as easy to guard, until a final expansion blocked up one of them to the benefit of an extra stretch of wall. The room eventually played with angles, with hidden places, with strong daylight and with territories as immaculate as potentially conquerable and inhabitable deserts. It had grace and a knowing wink, a kind of “believe and surrender to my charms” that was so often the consequence of one’s own deception at the laughter of others or the unease of failure. But it was always a generous space that was always affectionate and receptive, not only to those who were supposedly trying to tame it, but also with those strangers who tried to make it their own, if only for a brief lapse of time. It died with us, after a short agony and without leaving any heirs, passing on the baton to another space that had once shone bright with tiles and sanitaryware and which, with the decline of the taste for the familiar and small, had closed its doors as a business in the colourful cosmos of the penultimate city, that Oviedo without a clear idea about what to do or where to go. The new premises called for a new rapprochement, “a carnal knowledge” as someone might put it prissily, in order to keep pulling the petals off the flower of an evasive youthfulness now entering its thirties and striving not to lose ground. While inheriting the vertigo of angularity and the necessary white expansion, the newly-founded Sala Borrón succumbed to the chiaroscuro of lights and shadows of electrical devices and spotlights,


a correct make-up for the works, and played down its streetwise past, reluctant to let itself be seen at its prime and opting for the naughtiness of the indolent palm tree of the classic façade of an ancient orphanage as a horizon, or making an opening in the wall to look at the fence, at the garden and, further ahead, the banking walls. That is how it was perceived when Alicia González-Lafita occupied it to place her architecture inside that architecture. Never before had the fate of that room a more meaningful meaning than the one highlighted by the metaphor of use, the raison d’être of an artistic function incorporating all that is needed in the reality and the dream of utopia. In other words, of life, that does not stop sending us messages that may help us to understand it, and that draws a line after line to raise the building, the house that protects what is ours and that portrays us in the everyday; that is to say: a land in between fire and water. The matches of spent days, a charred matter of black on white; the track of water flowing away or holy water, and then, making the sign of the cross; the cloth and scissor constructing and deconstructing the shirt of a sane world on that mannequin that challenges the space and begs for the street. The exhibition casts a spell, going beyond the novelty that invariably seems to wither after the artist’s effort, and that now returns here, in the guise of a new Show, with the hypothetic wisdom we are told that comes with practice and which, ultimately, is not so useful when everything is new or at the boiling point forewarning a controlled explosion. On the opening day, upon unveiling a work as rigorously formulated both in concept and rendition, in between a mobile audience jostling with those who had already seen, reappeared one of those almost silent art practitioners, virtually removed from his generation yet impossible to classify as unique: those loners on a solitary quest for the path to salvation and who do not proffer any keys in order to prevent us from knowing, for sure, what their route is. He came closer, uttered one of those sentences borrowed from well-mannered social practice, and began, as he always does, a guided visit based on focused and minute contemplation, as if dissecting one work after another to extract a sometimes astonishing conclusion from them. After tentatively engaging with architecture, studying from school to school until arriving in the South, in a Seville which would give the coup de grâce to his academic training and see the awakening of his resolute drive to be a painter-artist, as those who felt the attraction of

the easel were still called, he dropped one of his classic definitions, with a pause after each one of his words to grant them the correct weight: “Here we have architecture in all its complexity and raison d’être. Even in what seems to be missing, in that air inhabiting and enveloping everything.” No other expressions came out of his mouth, except for the elegant formula of a goodbye prior to his disappearance, probably for years. Then I recall that young man from the first shows, when his bulging eyes, like crazy traffic lights, imposed an abrupt and merciless gravitas, clearing the foliage to grab the fruit. Gone was that euphoria of vanishing figures on concrete skies, with paused clouds occupying practically the whole of the surface of the canvas, dwarfing those angels in the Glory, fleeing from the human as from an improper condition. True, the air became present there, for Aeolus was not an absent martyr, but that ethereal god making up landscapes with snakes that were the frame of a true divinity to act as an image of the everyday. That is how he explained himself in private, resorting to descriptions by Berger, a writer who he worshiped at that time and who was one of his nurturing spiritual sources. The years passed, and our artist traded in those skies for seas that courted archipelagos. It was a generational cross-contamination that pushed him— as had happened to others before—to close himself to the immediate surrounding landscapes heightening the profile of a city leaning to the sea and ignoring the taste for that unkempt periphery that had been the favourite scene of those who regarded themselves as local masters. It was that nostalgic city of arcades, of umbrellas like trees, persistent rain and out-oftune orchestras that cornered truths or unburied them from forgetfulness to rebuild an Atlantis sunk in the sludge of industry. A city that wanted to be another, one escaping the programmatic silhouette that turned architecture into a mere backdrop, the

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accompaniment of an inactive humankind, immersed in perplexity. His Cantabrian city was an collection of islands in a lagoon, tiny uninhabited spaces, on which stood all the possible lighthouses with fluttering flags and pennants, giving off the light of opaque months. By then, his son was growing up with a gaze similar to that of his father, and the artist-father brought together the children to build kites that they could fly on the beach. Those snakes dragged him puzzled to worlds he saw anew, but they were the same as his father had discovered some decades beforehand, with the same and exclusive baggage of imagination. And that is how he grew up, imbued with mystic rebelliousness while travelling continental paths with the wish to become an artist his only vocation. He completed the European voyage and got to the transgressing, squatter and alternative Berlin of new communities. But the cold weather drove him to India, and there he blended in the street with that stream of people wandering resignedly in search of the exit to paradise. Also there, while recreating with his painting those streets with a use of colour that brought him closer to the tropics, he retook the design of some kites that bless unseen genies, obese monsters coming to life in circular movements before collapsing onto the ground without losing one bit of that smirk that announces the next prank. He turned air into matter, and continues his journey until he bumps into insurmountable borders, impassable walls cutting off the way forward to any enterprise, except for those thin threads suspending the desires over a forbidden territory. His father tells how he arrived at the beach of Beit Lahiya, in Gaza, to take part in an action with the refugees from the Strip, and that his emotion gradually documented it in many of the images he sent home. He was impressed by those skies imprisoned by colour, the combination of the varied hues the air managed to compose with the three thousand flying snakes as a metaphor of that large painting he always wanted to make and on which he works day by day to

give it a precise form, with that minor geniality that he tries to hide in order not to raise suspicion. Before departing, before instinctively retracing our steps in the space of the room and what it contained, he wanted to confess a mistake, a sin whose weight impeded him from crossing the threshold: “I was wrong: the air was also here.” He barely expanded on his reasoning, but he claimed that some of the images from the Palestinian beach showed a different horizon behind the light horizontal stains of colour left by the kites: the verticality of the armatures of the bombed buildings, the ruins of the Israeli military action in which those complex structures still standing, designed not to be inhabited by the air, but by those defending the right to a ceiling above their heads. But now its only owner and master is the wind, that salty coastal air, a tranquil holder who turned them into the symbol of his power, comparing them with the drawings and blueprints of Alicia GonzálezLafita, giving the work the value of knowing how to work with space and with volumes. And he eventually concluded, recalling the old Sala Borrón of his first presences, reeling off memories of what he understood as remarkable in that sphere that always looked for a dialogue with his work and with the work by other artists, to claim that that hall was the same one that had mutated, grown like themselves, in search of the same settlement to continue with the same offering for all those giving validity to the chimeras of those preceding him. With a customary “nothing changes because everything becomes its equal,” with a formula turning the compliment into the simple expression of a feeling, he managed to say that even the parentheses, or precisely the parentheses, is what makes us ourselves, and that this apparently new sphere was as ancient as we were, avoiding the use of the term ‘old’ so as not to pejoratively charge a sentence that was a sincere praise of the history of the gallery and of whatever it had provided shelter to.


JAIME LUIS MARTÍN

Si veinte años no es nada para volver junto al primer amor, como decía la canción, sí que representan una experiencia excepcional cuando hablamos de la Muestra de Artes Plásticas del Principado de Asturias. Su vigésimo cumpleaños supone celebrar y reconocer que nos hallamos ante un proyecto singular y con continuidad en el tiempo, aspecto básico para que funcionen este tipo de iniciativas culturales. Durante estas dos últimas décadas se ha logrado cartografiar el arte joven asturiano con la mirada abierta y, aunque en ocasiones, errante en las sombras, siempre buscando aquellos signos que dotaban de contenido y densidad la experiencia artística. El balance resulta, ciertamente, positivo, pues más allá de la posición y gesto de cada artista se ha conseguido trazar un discurso comunitario sobre la historia del arte joven asturiano. Seis años antes de la primera edición de la Muestra (1990) Arthur C. Danto publicaba La muerte del arte (1984) donde señala como característica de esta nueva era la existencia de múltiples direcciones que conducían a una época poshistórica, un arte situado en los lindes,“sin ninguna forma de arte mandatada históricamente” (Arthur C. Danto, Después del fin del arte, Paidós, 1999), que abre paso al todo vale. Liberados del peso de la historia, se presenta un panorama muy interesante y, si bien se encuentra sometido al furor mercantilista, a los discursos demagógicos que reclaman una vuelta a la tradición y a la proliferación de propuestas vacías de contenido, algunas respuestas elaboradas desde posturas críticas desbrozan el camino, asumiendo que no hay un estilo que dure mil años y que resulta impensable en la actualidad imponer, como pretendía Picasso, según su propia confesión a Gilot, un nuevo orden estético. Debemos aceptar que vivimos en el caos y

poshistóricos y remezcladores

que, desterrada la certeza del vocabulario artístico, conscientes de los agotamientos de neos y pos, sin un claro en el bosque que nos permita disfrutar de un momento de luz, todo parece a punto de derrumbarse. Sólo algunos conceptos relacionados con el consumo, el márketing y el mercado apuntalan las ruinas de una sociedad que rinde culto a lo efímero y a lo intranscendente. ¿Acaso vivir el instante, santificar el goce, no medir el tiempo, negar la duración, despreciar la experiencia no son lugares comunes de la juventud? “Se terminó esa principalidad de la cultura anciana, basada en la experiencia, la memoria y el asentamiento sedimental de lo ya sabido: ella carece de respuesta frente al mundo que tenemos, frente al mundo que nos viene encima” (José Luis Brea, Todas las fiestas del futuro. Cultura y Juventud, Exit 4, 2001). Tampoco los jóvenes tienen respuesta, aunque parecen sentirse cómodos en ese no saber que, sin embargo, les permite actuar resplandecientes tras un disfraz rebelde o narcisista. El mercado defiende a la juventud y estira hasta lo irreconocible esta etapa de la vida, insistiendo en las bondades de una mirada adolescente, fácilmente manejable, acrítica y consumista. El arte joven participa de esta cultura. Cierto que el (la) joven artista se encuentra con una sociedad saturada de imágenes y objetos, sumergida en una estética decorativa que oculta tras los trampantojos la basura que produce, el maloliente malestar social, a los desheredados de la tierra. En este lugar nauseabundo, tiene que hacerse un sitio sin despreciar –si no quiere volverse invisible– el sistema institucional y de mercado. En el mejor de los casos construye una mirada transgresora y crítica con su entorno, aunque,

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muy posiblemente, terminará asimilada; pero la mayoría asume la banalidad como norma, expresándose con torpeza e ingenuidad, y una subjetividad que a nadie importa, acomodada en lo superficial.

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Ambos, los asimilados y los incipientes rebeldes, son herederos de una tradición que manejan con cierto desparpajo, desmembrando y montando a su antojo, recorriendo la senda del pastiche o reconstruyendo con ambigüedad una historia más próxima al espectáculo que a la realidad, que no hace más que revelar su conformismo y sometimiento. El arte vive el paroxismo de producir imágenes en las que no hay nada que ver, pero sólo desde un profundo cambio, asumiendo que el arte no es sólo arte sino, sobre todo, pensamiento, quizá podamos encontrar una mirada diferente que nos devuelva el futuro. A diferencia de aquellos artistas asturianos de generaciones precedentes que vieron en diferido los diferentes ismos que sacudieron el siglo veinte, los actuales jóvenes creadores trabajan en tiempo real enganchados a la Red por la que circula un intenso flujo de información y creatividad. Además LABoral. Centro de Arte y Creación Industrial se ha convertido, desde su inauguración, en un potente emisor que nos permite contemplar en directo una de las transformaciones más importantes que se están produciendo en la cultura visual desde mediados del siglo pasado. La irrupción de las nuevas tecnologías ha modificado los modos de producción, situando el producto en la esfera de lo simbólico, y alterando la forma de distribución y el consumo, ya sin ninguna limitación, posible desde cualquier lugar y en cualquier momento. Estas prácticas conviven con las más tradicionales y el olor a óleo, a pigmentos y tinta sigue impregnando


el mundo del arte. En la actualidad la pintura ha perdido muchos privilegios y se encuentra influida por la fotografía, moviéndose con total libertad estética, mezclando épocas y tendencias, recurriendo a una falsa y pretendida torpeza amateur para producir un efecto desenfadado, y buscando maridajes con otros medios para expandir su propio campo. Por tanto, se abren nuevas posibilidades para la pintura al igual que está sucediendo con el dibujo o las diferentes técnicas de estampación que se han expandido mezclando tendencias y manejando con desenfado muy diversos recursos estilísticos. Y la Muestra de Artes Plásticas del Principado de Asturias no hace más que reflejar este tiempo de rutinas y reciclajes, pero, también, apuesta por trayectos que puedan romper el aislamiento del arte contemporáneo, sacándolo del ensimismamiento en que se encuentra sumido y devolviéndole toda su potencialidad y sentido. ¿Cómo desgarrar la uniformidad y las estructuras actuales? Posiblemente, se trate de elaborar nuevos recorridos, diseñar otros territorios que pongan al arte en relación con la sociedad, menos como objeto decorativo y más como práctica comunicativa, centrado en discursos heterodoxos que potencien otras estrategias frente al agotamiento de las actuales. Posiblemente, la salvación no se encuentre en los refugios de lo visto y lo asimilado, sino, más bien, en los acantilados y precipicios, en las rupturas y peligros a los que el arte ha renunciado para abandonarse en brazos de la molicie. Los artistas seleccionados participan de este empeño por evitar los lugares comunes y, sin llegar al filo de lo cortante, sus reflexiones nos permiten adentrarnos en la complejidad del momento actual. Moviéndose en esta dirección se encuentra Sara García, Premio Asturias Joven de Artes Plásticas en la presente edición, que recorre las páginas de los libros de contabilidad trazando una caligrafía icónica, ácida y visceral. Su propuesta “Debe y Haber” revuelve en lo textual, flirtea con lo conceptual y logra que sus microhistorias y dibujos se muevan entre la poética y una desgarradora frialdad en la expresión. La dulzura de muchas de las imágenes y el soporte empleado contrastan con las frases febriles de una intimidad desbordada. Estas confesiones se distancian de otros trabajos de la artista en los que abraza sin complejos una estética kitsch que cuestiona lo que tradicionalmente se entiende como arte. También Manuel Griñón se desvía de los repertorios convencionales armonizando diferentes subculturas con una personal y lúcida mirada, contaminada de registros expresionistas y oníricos. Un trabajo centrado en el dibujo, próximo al mundo

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del cómic, muy vinculado al retrato y a una estética en blanco y negro. Sus personajes caricaturescos, con los que resulta fácil conectar, construyen un entorno crítico que afronta los problemas sociales y medio ambientales.

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El colectivo Rubenimichi –integrado por Luis José Suárez Álvarez, Miguel Ángel Cabrerizo Laiz y Rubén Bartolo García- ha venido desarrollando su trabajo a través de una variedad de registros que van desde la pintura a la cerámica, a la fotografía o la ilustración. Maneja un lenguaje influido por la iconografía pop que se nutre de imágenes de la cultura de masas y, especialmente, las relacionadas con la música, la televisión, la religión y el sexo. Sus pinturas narrativas y con toques oníricos tienen un aire inquietante y extraño, a pesar de estar protagonizadas por una iconología reconocible. Las escenas pictóricas de Lorena Álvarez se encuentran inmersas en una tupida red de relaciones, que dan como resultado composiciones abigarradas de intenso y llamativo colorido. Este universo se fragmenta en diversos microcosmos, realizados con un estilo desenfadado. Son situaciones invadidas por el caos, fragmentadas y superpobladas por motivos ornamentales, consecuencia de los plásticos y las telas estampadas empleadas como fondos. Esta figuración con ligeros toques kitsch nos traslada a terrenos fértiles para la comunicación y lindantes con el entorno de la viñeta. Carlos López Traviesa recrea diversas narraciones en sus pinturas, historias extraídas de la prensa diaria que modifica quedándose con aquellos elementos más esenciales y simbólicos. Los paisajes que recorre están relacionados con los juegos, los animales y el sacrificio, representados en cuadros de pequeño formato dejando que fluyan las sensaciones y unos colores llamativos que se erigen en protagonistas de las composiciones. En sus dibujos, de fuerte carga narrativa y gran dinamismo, opera con estructuras cáusticas y tramas críticas. Las estampaciones litográficas de Carlos F. Pérez se centran en el viaje, acentuando los aspectos emotivos y los anhelos que acompañan cada recorrido. Su obra aspira a una delicadeza y sensibilidad asociada con el color y a unos trazos figurativos con pronunciados desvíos hacia la ilustración. El resultado son unas escenas como de cuento, con un elemento común: un barco de papel que se relaciona con los personajes sin rostros que, en ocasiones, se ven asaltados por una liebre que imprime dinamismo a la tranquilidad de la atmósfera. Rebeca Menéndez, que utiliza indistintamente la fotografía, la pintura y la serigrafía, reflexiona en su trabajo sobre la identidad y la individualidad, pero, también, explora los

lugares domésticos a los que adhiere un halo de misterio e irracionalidad. Los escenarios de sus fotografías son habitaciones abandonadas o apartamentos con paredes empapeladas, espacios que modifica y reconstruye, dotándolos de un simbolismo pictórico. Las protagonistas de sus obras se mueven en terreno resbaladizo, entre lo familiar y un misterioso acontecimiento siempre a punto de suceder. Las instalaciones de Adrián Cuervo se encuentran relacionadas con el tiempo, la velocidad y una intensa levedad poética, con la pantalla como soporte de estas vivencias. Si su obra La huella responde a estímulos sonoros del ambiente que producen en la pantalla rastros pictóricos volátiles, en La Vitesse (La velocidad) una imagen real manipulada digitalmente se transforma en formas abstractas y fluctuantes que fluyen por tres pantallas sincronizadas con un retardo de 2 segundos, creando una falsa sensación de movimiento. La propuesta relaciona, de manera promiscua, pintura, escultura e imagen en movimiento, cuestionando y diluyendo los límites entre las diferentes disciplinas. Así la creación actual emergente le debe mucho a la forma de trabajar del DJ, quien, atento al momento que le ha tocado vivir, sensible a cuanto le rodea, remezcla y manipula los diferentes signos sin renunciar a la retórica, pero transgrediéndola al mismo tiempo; reconociendo la pérdida de originalidad, pero afirmando una personalidad basada en la recombinación; cuestionando lo establecido, pero haciendo suya la historia y hurtando los lenguajes para rescribir nuevos discursos. ¿Hasta qué punto estas tácticas servirán para pensar un arte sin límites y resistente a la pandemia de banalidad que nos asola? No cabe más remedio que ser optimistas si no queremos que el futuro se conjugue como un pretérito imperfecto.


JAIME LUIS MARTÍN post-historiques et remixeurs

Si, comme dit la chanson « Vingt ans! Ça n’est rien si l’on retrouve son premier amour », vingt ans, c’est une expérience exceptionnelle dans le contexte de l’exposition Muestra de Artes Plásticas del Principado de Asturias. Ce vingtième anniversaire célèbre et reconnaît un événement singulier, un événement qui a su perdurer, condition majeure pour qu’une initiative culturelle de cette teneur fonctionne. Durant ces deux dernières décennies, l’art jeune asturien a été cartographié d’un regard ouvert qui, s’il errait parfois dans les ombres, a toujours recherché les signes qui dotaient l’expérience artistique de contenu et de densité. Le bilan est à tous points de vue positif. Au delà de la position et du geste de chacun des artistes, c’est un discours communautaire sur l’histoire de l’art jeune asturien qui a été écrit. Arthur C. Danto publiait La fin de l’art (1984) six ans avant la première édition de La Muestra (1990). Il évoquait, comme une caractéristique de cette nouvelle ère, l’existence de directions multiples qui conduisent à une époque post-historique, à un art qui se situe aux limites,“sans aucune forme historiquement mandatée”(Arthur C. Danto, Après la fin de l’art, 1999), à un art qui mène au tout est valable. Libéré du poids de l’histoire, un nouveau panorama se présente, extrêmement intéressant ; s’il est, c’est un fait, soumis à la fureur mercantiliste, aux discours démagogiques qui réclament un retour à la tradition, et à la prolifération de propositions vides de contenus, certaines réponses élaborées depuis la critique débroussaillent néanmoins le chemin, et acceptent qu’il n’y a pas de style qui dure mille ans, qu’il est impensable d’imposer aujourd’hui, comme l’aurait voulu Picasso qui en faisait part à Gilot, un nouvel ordre esthétique. Nous devons accepter l’idée que nous vivons dans le chaos et que, la certitude n’ayant plus cours dans le vocabulaire artistique, conscients de l’épuisement des néos et des post, privés de la clairière qui, dans la forêt, nous permettrait de jouir d’un rayon de soleil, tout semble être sur le point de s’effondrer. Il n’y a guère que quelques concepts liés à la consommation, au marketing et au marché, qui étayent les ruines d’une société qui vénère l’éphémère et le non transcendantal. Vivre l’instant présent, sanctifier la jouissance, ne pas prendre la mesure du temps, nier la durée, mépriser l’expérience... ne sont-ce pas autant de lieux communs de la jeunesse ?“Finie, la principalité de la culture ancienne basée sur l’expérience, sur la mémoire et le fondement sédimentaire de ce qui est su : elle n’a aucune réponse à apporter au monde qui est le nôtre, au monde qui nous arrive”(José Luis Brea,

“Toutes les fêtes du futur. Culture et Jeunesse”, Exit 4, 2001). Mais les jeunes n’ont pas la réponse non plus, même s’ils semblent à l’aise dans ce ne pas savoir qui ne les empêche pourtant pas d’agir, resplendissants qu’ils sont derrière leurs déguisements de rebelle ou de narcissiste. Le marché défend la jeunesse et dilate jusqu’à l’improbable cette étape de la vie, en insistant sur les bontés du regard adolescent, facilement manipulable, acritique et consumériste. L’art jeune participe de cette culture. Le (la) jeune artiste est, il est vrai, confronté à une société saturée d’images et d’objets, immergée dans une esthétique décorative qui camoufle derrière des trompel’œil les ordures qu’elle produit, le malaise social malodorant, les déshérités de la terre. Dans ce cadre nauséabond, il (elle) doit faire son trou sans mépriser –s’il ne veut pas devenir invisible– le système institutionnel et marchand. Dans le meilleur des cas, il jette un regard transgresseur et critique à son entourage même s’il est très probable que celui-ci finisse par être assimilé ; mais ils assument la plupart du temps la banalité comme une règle, s’expriment avec maladresse et ingénuité, et font preuve d’une subjectivité qui ne dérange personne, accommodée dans le superficiel. Assimilés ou rebelles naissants, ils sont tous les héritiers d’une tradition qu’ils manipulent avec une certaine aisance qu’ils démembrent et recomposent à leur guise, en parcourant les chemins du pastiche, ou en reconstruisant avec ambiguïté une histoire plus proche du spectacle que de la réalité, qui ne fait que dévoiler leur conformisme et leur soumission. L’art vit le paroxysme des images dans lesquelles il n’y a rien à voir. Seul un changement profond, seule l’assomption du fait que l’art n’est pas qu’art mais qu’il est surtout pensée, pourront-ils nous apporter un regard différent qui nous restituera l’avenir. Contrairement aux artistes asturiens des générations précédentes qui ont vécu en différé la série des ismes qui ont secoué le vingtième siècle, les jeunes créateurs contemporains travaillent en temps réel, accrochés au Réseau qui véhicule un flux intense d’information et de créativité. De surcroît, LABoral. Centre d’Art et de Création Industrielle est devenu, depuis qu’elle a été inaugurée, un puissant émetteur qui nous permet d’assister en direct à l’une des transformations les plus importantes qui se soient produites dans la culture visuelle depuis le milieu du siècle passé. L’irruption des nouvelles technologies a modifié les modes de production en

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situant le produit dans la sphère du symbolique et en altérant la forme de distribution et de consommation, sans limites, partout et n’importe quand. Ces pratiques cohabitent avec les plus traditionnelles et l’odeur de l’huile, des pigments et de l’encre imprègne encore aujourd’hui le monde de l’art. La peinture a perdu aujourd’hui ses privilèges et est influencée par la photographie ; elle évolue avec une liberté esthétique totale, mélange époques et tendances, a recours à une fausse et prétendue maladresse d’amateur pour produire un effet désinvolte, elle recherche des mariages avec d’autres disciplines pour étendre son propre domaine. De nouvelles possibilités s’ouvrent donc à la peinture, tout comme au dessin et aux différentes techniques d’estampillage qui se sont généralisées, mélangent les tendances, et manipulant avec légèreté des ressources stylistiques très diverses.

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La Muestra de Artes Plásticas del Principado de Asturias ne fait que refléter cette époque de routines et de recyclages, mais elle parie néanmoins aussi pour des trajectoires susceptibles de briser l’isolement de l’art contemporain, de le sortir de son envoûtement et de lui rendre toute sa potentialité et tout son sens. Comment mettre en pièces l’uniformité et les structures actuelles ? probablement faut-il élaborer de nouveaux parcours, retracer de nouveaux territoires qui mettront l’art en contact avec la société, pas tant comme un objet décoratif, mais plutôt comme une pratique communicative, en favorisant les discours hétérodoxes qui renforcent de nouvelles stratégies face à l’épuisement des stratégies actuelles. Le salut ne consiste probablement pas à se réfugier dans le vu et dans l’assimilé, mais plutôt à fréquenter les falaises et les précipices, les ruptures et les dangers auxquels l’art a renoncé lorsqu’il s’est laissé aller dans les bras de la mollesse. Les artistes sélectionnés partagent cette volonté d’éviter le lieu commun et, sans pour autant arriver au tranchant de la lame, leurs réflexions nous permettent de plonger dans la complexité du moment actuel. Sara García s’inscrit dans cette mouvance, Prix Asturias Joven de Artes Plásticas de la présente édition, elle parcourt les pages des livres de comptabilité et y trace une calligraphie iconique, acide et viscérale. Sa proposition“Debe y Haber”(Dépenses et Recettes) fouille le textuel, flirte avec les concepts et réussit à faire que ses micro histoires et ses dessins évoluent entre la poétique et une déchirante froideur. La douceur de certaines images et le support employé contrastent avec les phrases fébriles d’une intimité débordée. Ces

aveux s’éloignent d’autres travaux de l’artistes dans lesquels elle embrassait sans complexes une esthétique kitsch qui remet en question ce que l’on entend traditionnellement par art. Manuel Griñón dévie lui aussi des répertoires conventionnels et harmonise différentes sous-cultures avec un regard personnel et lucide, empreint de registres expressionnistes et oniriques. Un travail concentré sur le dessin, proche du monde de la bande dessinée, très lié au portrait et à une esthétique noir et blanc. Ses personnages caricaturesques, avec lesquels il est facile de connecter, construisent un entourage critique qui affronte les problèmes sociaux et environnementaux. Le collectif Rubenimichi –Luis José Suárez Álvarez, Miguel Ángel Cabrerizo Laiz et Rubén Bartolo García- travaille différents registres qui vont de la peinture à la céramique, en passant par la photographie ou l’illustration. Son langage est influencé par l’iconographie pop qui se nourrit d’images de la culture de masses et, en particulier, d’images liées à la musique, à la télévision, à la religion et au sexe. Ses peintures narratives et parfois oniriques ont un air inquiétant et déconcertant, malgré des protagonistes issus d’une iconographie reconnaissable. Les scènes picturales de Lorena Álvarez trempent dans un réseau touffu de relations et produisent des compositions bigarrées aux couleurs intenses et ostensibles. Cet univers est fragmenté en différents microcosmes réalisés dans un style désinvolte. Ce sont des situations envahies par le chaos, fragmentées et surpeuplées de motifs ornementaux, du fait des plastiques et des tissus bariolés qu’elle emploie comme toile de fond. Cette figuration à base de légères touches kitsch nous transporte vers des terrains favorables à la communication et proches de la bande dessinée. Dans ses peintures, Carlos López Traviesa recrée diverses narrations, des histoires extraites de la presse quotidienne qu’il modifie en n’en conservant que les éléments essentiels et symboliques. Les paysages qu’il parcourt sont liés aux jeux, aux animaux et au sacrifice, représentés dans des tableautins où les sensations fluent et les couleurs voyantes s’érigent en protagonistes des compositions. Dans ses dessins, une charge narrative très forte et un grand dynamisme ; il opère à partir de structures caustiques et de trames critiques. Les estampages lithographiques de Carlos F. Pérez renvoient essentiellement au voyage et soulignent les aspects émotionnels et les attentes sousjacentes à chaque itinéraire. Son oeuvre aspire à


une délicatesse et à une sensibilité qu’il associe à la couleur et à des tracés figuratifs qui dévient nettement vers l’illustration. Il en résulte des scènes de contes, et un élément commun : un bateau en papier qui poursuit les personnages sans visage, de temps à autres interpellés par un lièvre qui imprime un certain dynamisme à cette atmosphère paisible. Rebeca Menéndez, qui utilise indistinctement la photographie, la peinture et la sérigraphie, réfléchit à l’identité et à l’individualité. Elle explore également les espaces domestiques enveloppés dans un halo de mystère et d’irrationalité. Les décors de ses photographies sont des chambres abandonnées ou des appartements aux murs tapissés de papier, des espaces qu’elle modifie et reconstruit pour les doter de symbolisme pictural. Les protagonistes de ses oeuvres évoluent sur un terrain glissant, vont du familier à l’événement mystérieux qui risque toujours de se produire. Les installations d’Adrián Cuervo nous renvoient au temps, à la vitesse et à une intense légèreté poétique, sur un support d’écran. Si son oeuvre, La huella (L’empreinte) répond à des stimuli sonores de l’entourage qui produisent sur l’écran des traces picturales volatiles, dans La Vitesse une image réelle manipulée numériquement se transforme et produit des formes abstraites et fluctuantes qui circulent sur trois écrans synchronisés avec un retard de 2 secondes, créant ainsi une fausse sensation de mouvement. La proposition conjugue dans la promiscuité, peinture, sculpture, image en mouvement, elle remet en question, en la diluant, les limites entre les différentes disciplines. La création émergente actuelle doit beaucoup à la façon de travailler du DJ, qui –attentif au moment qu’il est amené á vivre, sensible à tout ce qui l’entoure- remixe et manipule les différents signes sans renoncer à la rhétorique mais tout en la transgressant ; en admettant la perte d’originalité, mais en affirmant une personnalité fondée sur la re-combinaison ; en remettant en question les faits établis, mais en s’appropriant l’histoire et en dérobant les langages pour réécrire de nouveaux discours. Dans quelle mesure ces tactiques servirontelles à penser un art sans limites et résisteront-elles à la pandémie de banalité qui nous ravage ? Il ne nous reste plus qu’à être optimistes si nous ne voulons pas que le futur se conjugue à l’imparfait.

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JAIME LUIS MARTÍN posthistorics and remixers

Maybe for the old tango it’s true that “twenty years are nothing to go back to a first love”, but they do stand for a unique experience if we are talking about the Plastic Arts Exhibition of the Principality of Asturias. The twentieth anniversary is an occasion to celebrate and a chance to recognise the uniqueness of the project and its continuity over time, the latter being a key feature for the proper functioning of this type of cultural initiative. Throughout these last two decades, it has been possible to map young art from Asturias with an open albeit also occasionally wandering gaze, always in search of signs furnishing artistic experience with content and density. The balance is certainly positive, for beyond each artist’s individual stance and gesture, it has been possible to outline a communal discourse of the history of young Asturian art.

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Six years before the first edition of the Plastic Arts Exhibition in 1990, Arthur C. Danto published The Death of Art (1984), in which he underscored, as a core feature of this new era, the existence of a multiplicity of directions leading towards a posthistoric era, an art located on the borders, claiming that “there can now be no historically mandated form of art”, thus paving the way for an everything goes. Freed from the weight of history, the outlook was highly promising and, though it is subjected to the furious pace and whims of the market, to demagogic discourses advocating a return to tradition, and to the proliferation of proposals devoid of real content, some responses elaborated from critical positions did mange to clear a path, accepting that no one style can survive a thousand years, and that nowadays it would be unthinkable to impose a new aesthetic order, as Picasso intended, if we are to believe his confession to Gilot. We must accept that we are living in the midst of chaos and that, with the word “certainty” purged from the vocabulary of art, and aware of the exhaustion of neos and posts, without a clearing in the forest allowing a ray of light to break through, everything seems to be on the verge of collapse. The ruins of a society worshiping the ephemeral and the banal are shored up by a few concepts related with consumption, marketing and the market. Yet, aren’t living in the moment, sanctifying pleasure, not measuring time, denying duration and a contempt for experience just the commonplaces of youth? “Past are the times of the principality of ancient patrimonial culture based on experience,


memory and sedimentary setting of what is already known: it lacks answers for the world we have, for the world to come.”Nor do young people have an answer, although they seem to be more comfortable in the not knowing which, nonetheless, allows them to perform brilliantly behind a rebellious or narcissistic guise. The market defends youth and stretches this period of life to unrecognisable limits, insisting on the essential goodness of an easily manageable, acritical and consumerist adolescent gaze. Young art inevitably partakes in that culture. It is true that the young artist belongs to a society saturated with images and objects, immersed in a decorative aesthetics that hides the rubbish it generates, a nauseating social unease and the dispossessed of the Earth behind trompe l’oeils. And in this sickening place, the artist has to stake a place for himself without spurning the institutional and market system if he does not want to become invisible. In the best of cases, the artist casts a transgressive and critical gaze over his surrounding environment, though that gaze will very possibly end up being assimilated. However, most artists accept banality as the norm, expressing themselves with awkwardness, ingenuousness and a subjectivity that is of interest to no one, seemingly comfortable with the superficial. Both the assimilated artist and the budding rebel are the heirs of a tradition they handle with a certain brazenness, dismembering and mounting it at will, taking the path of the pastiche or ambiguously rebuilding a history closer to the spectacle than to reality. And that does nothing but reveal their conformism and their submission. Art is undergoing the paroxysm of producing images in which there is nothing to see. But it is only from a profound change, accepting that art is not just art but, above anything else, thought, that we might be able to find a different gaze capable of returning the future to us. Unlike those Asturian artists from previous generations who witnessed the various isms that shook the 20th century as if on a pre-recorded deferred broadcast, young practitioners today work in real time, hooked to the Net and its intense flow of information and creativity. Besides, since it opened, LABoral Centro de Arte y Creación Industrial has become a powerful emitter, allowing us to see live one of the most important transformations that has taken place in visual culture since the mid 1900s. The irruption

of new technologies has modified methods of production, placing the product in the sphere of the symbolic and altering patterns of distribution and consumption, which is now possible from any place and at any given time without any kind of limitation. These practices rub shoulders with more traditional disciplines and the smells of oils, pigments and ink still impregnate the art world. At present, painting has lost many of its former privileges and is strongly influenced by photography, moving with absolute aesthetic freedom, mixing different periods and styles, making use of a fake and purported amateur awkwardness to provoke a light-hearted effect and looking for couplings with other media with a view to expanding its own field. Therefore, new possibilities are opening up for painting, and indeed this is true for drawing and the various printing techniques that have expanded by freely mixing tendencies and a wide diversity of stylistic resources. What the Plastic Arts Exhibition of the Principality of Asturias does is to reflect this time of routines and recycling, yet equally focussing on new openings which could break with the isolation of contemporary art, rescuing it from the selfabsorption it finds itself in and restoring all its potential and meaning. How can we break away from the present-day uniformity and structures? It might mean opening new paths, imagining other territories that put art into contact with society, less as a decorative object and more as a communicational practice, focusing on heterodox discourses strengthening certain strategies in the light of the exhaustion of current ones. Perhaps salvation cannot be found by taking refuge in what is already seen and assimilated, but in standing on the edge of the abyss and precipices, in accepting the ruptures and risks that art relinquished when it abandoned itself in the arms of complacency. The artists selected here share that endeavour to eschew commonplaces. Without wielding the sharp blade of the cutting edge, their reflections allow us to penetrate into the complexity of the present. That is the direction taken by Sara García, winner of this year’s Asturias Young Artist Award; García covers the pages of accountancy ledgers with an iconic, acid and visceral calligraphy. Her project “Debe y Haber” dwells on the textual, flirts with the conceptual and manages to make her microstories and drawings shift between poetics and a heartbreaking coldness of expression. The sweetness of many of the images

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and the medium employed contrast with the feverish sentences of a confessional intimacy. These declarations are distanced from other works by the artist, where she uninhibitedly embraces a kitsch aesthetics questioning the conventional assumptions about what is understood as art. Manuel Griñón also strays from conventional repertoires, bringing together the threads of various subcultures with a personal and lucid gaze, contaminated with expressionist and oneiric nuances. A work focusing on drawing, touching on the world of comics, and with strong links with portraiture and a black and white aesthetics. His caricature-like and easily connectable characters build a critical atmosphere that addresses social and environmental issues.

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Rubenimichi—a collective made up by Luis José Suárez Álvarez, Miguel Ángel Cabrerizo Laiz and Rubén Bartolo García—has been developing its work across a breadth of media, from painting to ceramics, photography and illustration. The group uses a language influenced by the Pop iconography that feeds mass culture with images, very particularly those related with music, television, religion and sex. Its narrative paintings with oneiric overtones are undercut by a strange unsettling air despite the recognisable iconology. Lorena Álvarez’s pictorial scenes are an entangled mesh of relationships, creating busy crowded compositions with an intense and colourful palette. This universe is fragmented in different microcosms, executed in a free and easy style. These situations are chaotic, fragmented and overpopulated by ornamental motifs borrowed from the patterned fabrics and plastics she uses as backgrounds. This figuration with kitsch, bordering on the space of the cartoon, maps a territory which is fertile ground for communication. In his paintings, Carlos López Traviesa re-enacts a number of narratives—stories taken from the daily press modified by the artist, yet maintaining their core symbolic elements. The landscapes López Traviesa conjures up are populated with games, animals and sacrifice, represented in small-format works in which sensations are left to flow, as well as striking colours that stand out in the compositions. In his drawings, with a strong narrative load and considerable dynamism, the artist operates with caustic structures and critical plots. Carlos F. Pérez’s lithographic prints explore the notion of the voyage, highlighting the emotive aspects and longings accompanying each journey. His work aspires to

the kind of gentleness and sensibility we associate with colour, and to figurative outlines with acute shifts towards illustration. The results are fairytalelike scenes with a common element: a paper boat related with the faceless characters who are sometimes attacked by a hare, imbuing the peaceful atmosphere with a sense of dynamic energy. Using photography, painting and silkscreen indistinctively in her work, Rebeca Menéndez reflects on identity and individuality, yet while doing so also exploring domestic environments to which she manages to attach an aura of mystery and irrationality. The settings for her photographs are deserted rooms or wall-papered apartments—spaces Menéndez alters and rebuilds, endowing them with a pictorial symbolism. The protagonists of her works populate a slippery territory, half way between the familiar and a mysterious event always on the verge of happening. Adrián Cuervo’s installations are connected with time, speed, and with an intense poetic levity, using the screen as the support for these experiences. While his work La huella (the trace) reacts to environmental sound stimuli to create volatile painterly traces on the screen, in La Vitesse (Speed) a digitally manipulated real image is transformed into abstract and fluctuating forms, flowing across three synchronised screens with a two-second delay that creates a false feeling of movement. The work freely mixes painting, sculpture and moving image, questioning and blurring the boundaries between the various disciplines. As we can readily see, emerging creation today owes a lot to the way of working of a DJ who, attentive to the moment and receptive to everything around him, remixes and manipulates the various signs without renouncing rhetoric, but at the same time transgressing it; admitting the loss of originality but affirming a personality that is based on recombination; questioning what is established, but taking history and making it his own, and stealing from languages to rewrite new discourses. To what extent will these tactics be useful in rethinking an art without restrictions and resistant to the current epidemic of banality? We have no choice but to be optimistic if we do not wish the future to be conjugated as a past continuous. Arthur C. Danto: After the End of Art, Princeton University Press, 1998. José Luis Brea,“All the parties of the future. Culture and youth,”Exit 4, 2001.


SARA GARCÍA FERNÁDEZ LORENA ÁLVAREZ BARRERO ADRIÁN CUERVO MANUEL GRIÑÓN MONTES


CARLOS LÓPEZ TRAVIESA REBECA MENÉNDEZ CARLOS F. PÉREZ RODRÍGUEZ RUBENIMICHI (LUIS JOSÉ

SUÁREZ ÁLVAREZ)



OBRAS


SARA GARCÍA FERNÁNDEZ Gijón // 1983 saritagarciafernandez@gmail.com www.morcillakitsch.blogspot.com

DEBER Y HABER 1 // reunión de zorras, perdición de gallinas tinta sobre papel 32 x 43 cm // 2009 2 // maravillosa humillación, el fracaso es la meta tinta sobre papel 32 x 43 cm // 2009 3 // con amor: mis mejores pesadillas tinta sobre papel 32 x 43 cm // 2008 4 // el ansia de volver a tu lado hace aun mayor el amor que yo siento tinta sobre papel 32 x 43 cm // 2008 5 // hasta te dejaría pegarme tinta sobre papel 32 x 43 cm // 2007









1 // paseo por la selva óleo sobre plástico 100 x 138 cm // 2007 2 // el melocotonazo óleo sobre plástico 200 x 250 cm // 2009 3 // merienda de negros óleo sobre plástico 108 x 140 cm // 2008 4 // brainstorming óleo sobre plástico 108 x 140 cm // 2008

San Antolín de Ibias // 1983 gracita.morales@yahoo.com

LORENA ÁLVAREZ BARRERO

5 // el campo de batalla óleo sobre plástico 103 x 140 cm // 2008









Gijón // 1981 www.adriancuervo.com info@adriancuervo.com

ADRIÁN CUERVO 1 // la vitesse (la velocidad) instalación // 2009 3 pantallas TFT 7" // video en bucle 14 x 92 x 2,7 cm edición de 3 + 1 pa. 2 // la incómoda sensación de que un autómata guía nuestras vidas instalación sonora // 2008 2 altavoces, 2 LEDs, reproductor de mp3, maleta de amplificación medidas variables // edición única foto cortesía de fiumfoto 3 // recuerdos, gota a gota instalación audiovisual // 2008 dvd audio de 6 canales, 10 altavoces, 10 LEDs 15 x 6 x 2,8 m // obra específica para arenas movedizas 08 foto cortesía de fiumfoto







1 // aaah rotring y rotulador sobre tabla forrada de papel 35 x 30 x 6 cm // 2007 2 // i want a suburban home rotring y rotulador sobre tabla forrada de papel 25 x 45 x 3 cm // 2009 3 // ya has oído, hippy rotring y rotulador sobre tabla forrada de papel 25 x 30 x 3 cm // 2008 4 // are you angry or are you hungry? rotring y rotulador sobre tabla forrada de papel 35 x 45 x 6 cm // 2009 5 // that´s a deal rotring sobre tabla forrada de papel 35 x 65 x 6 cm // 2009

MANUEL GRIÑÓN MONTES Luarca (Valdés) // 1981 manugrinon@hotmail.com www.flickr.com/manugrinon









1 // futura perspectiva Nevski acrílico sobre lienzo 26,5 x 34,5 cm // 2009 2 // principio de flores del mal acrílico sobre lienzo 19,5 x 30 cm // 2009 3 // edificio abogado tinta china sobre papel 29,7 x 42 cm // 2009 4 // dark moon tinta china y grafito sobre papel 29,7 x 42 cm // 2009 5 // descendí hasta tu cubo Rubik tinta china sobre papel 29,7 x 42 cm // 2009

Llanes // 1979 Carlolopez2000yahoo.es CARLOTIDO.blogspot.com

CARLOS LÓPEZ TRAVIESA









Avilés // 1976 rebecamenendezgutierrez@yahoo.es

REBECA MENÉNDEZ 1 // sin título serigrafía 70 x 100 cm // 2009 edición 1/12 2 // sin título serigrafía 70 x 100 cm // 2009 edición 1/12 3 // sin título serigrafía 70 x 100 cm // 2009 edición 1/12 4 // sin título lambda sobre dibond 160 x 180 cm // 2009 edición 1/5 5 // sin título lambda sobre dibond 200 x 143 cm // 2009 edición 1/5









CARLOS F. PÉREZ RODRÍGUEZ Bogotá (Colombia) // 1977 alchemy@alchemyprints.com www.alchemyprints.com

1 // port litografía 73 x 48 cm // 2009 2 // arrival litografía 48 x 73 cm // 2009 3 // el deseo litografía 67 x 97 cm // 2009 4 // tormenta litografía 48 x 73 cm // 2009 5 // el salto II litografía 67 x 97 cm // 2009









1 // ofrenda acrílico sobre lienzo 41 x 23 cm // 2007 2 // la noche acrílico sobre lienzo 73 x 92 cm // 2006 3 // regeneración acrílico sobre lienzo 65 x 50 cm // 2008 4 // juramento acrílico sobre lienzo 65 x 50 cm // 2008 5 // halcón acrílico sobre lienzo 73 x 92 cm // 2007

Oviedo // 1976 rubenimichi@rubenimichi.com www.rubenimichi.com

RUBENIMICHI (LUIS JOSÉ SUÁREZ ÁLVAREZ)










TRAYECTORIAS


SARA GARCÍA FERNÁNDEZ

Gijón // 1983 // saritagarciafernandez@gmail.com // www.morcillakitsch.blogspot.com

formación // Licenciada en Bellas Artes por la Facultad de Bellas Artes de Pontevedra, completa su formación cursando el Master en Producción Artística de la Universidad Politécnica de Valencia // Ha realizado los Seminarios de Diálogos ”La voz en la mirada”. Universidad Politécnica de Valencia (2007), el Taller “Partituras” con Isidoro Valcárcel de Medina, Universidad Politécnica de Valencia y el Taller con Crhistian Boltanski, IVAM, Valencia (2008) // Ha gestionado la Sala de exposiciones La Perrera de Valencia exposiciones individuales // 2008 // Mariscos, limones y melones. Sala Ateneo de la Laguna, Tenerife exposiciones colectivas // 2008 // Yolovi ´08. Muestra de Videoarte Jerez // Afinidades selectivas II. Casa Galega da Cultura, Vigo // XIX Muestra de Artes Plásticas del Principado de Asturias. Itinerante: Avilés, Oviedo, Guadalajara, Salamanca, Bruselas (Bélgica), Gijón, Lorient (Francia) y Langreo // Somos diferentes y apenas nos conocemos. Casa de Cultura de Puçol, Valencia // 2006 // Implicarte. Sala das Campas Pontevedra y Auditorio de Santiago de Compostela // Las Pingüinas, exposición del colectivo “Las Pingüinas”. Galería Hades, Vigo // Boas Pezas. Integrante del colectivo “Las Pingüinas”. Sala X, Pontevedra // 2005 // Menos cuarto. Facultad de Bellas Artes de Pontevedra // O primeiro baño do ano. Colectivo “Ru”. Casa da Xuventude de Vigo // 2004 // Festival de Arte IFI. Exposición y acciones, colectivo “Pingüino no sé”, Facultade de Bellas Artes de Pontevedra // 2003 // Festival de Arte IFI. Exposiciones y acciones, colectivo“Pingüino no sé”. Pazo da Cultura de Pontevedra y Facultad de Bellas Artes de Pontevedra becas y premios // 2009 // Premio Asturias Joven de Artes Plásticas // 2008 // Seleccionada en la XIX Muestra de Artes Plásticas del Principado de Asturias

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LORENA ÁLVAREZ BARRERO San Antolín de Ibias // 1983 gracita.morales@yahoo.com

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formación // Licenciada en Bellas Artes por la Universidad de Cuenca (2007) // Beca en la Escuela de Música Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, México(2006) // Taller impartido por Luis Navarro ,director del archivo situacionista hispano. Facultad de Bellas Artes. Cuenca.“Posibilidades de la poesía: poemas, videopoemas, acciones e instalaciones”// Taller impartido por Dionisio Cañas. Facultad de Bellas Artes. Cuenca. (2005) // Taller Arte y Literatura en Marruecos. Facultad Bellas Artes. Cuenca // Beca Erasmus en la Scoli Kalón Tecnon Atenas (2004) // IV Jornadas de Grabado y Edición de Arte, Escuela de Arte, Oviedo (2001) exposiciones individuales // 2005 // Mi primera vez. Casa Municipal de Cultura de Avilés exposiciones colectivas // 2009 // Al otro lado del río. Espacio On, Madrid // Cualquier tiempo pasado. Galería Mad is Mad, Madrid // 2008 // 10 x menos de 100. Galería Mad is Mad, Madrid // Jornadas de Puertas Abiertas. Los artistas del barrio, Madrid // Espacio Max Luz, Madrid // La gente es así. Galería Mad is Mad, Madrid // 2007 // Exposición colectiva Premio de Pintura Erótica. Mayo Joven. Bullas, Murcia // Tariro-Tariro. Sala de Exposiciones, Facultad de Bellas Artes, Cuenca // 2006 // Sísifos. Sala de exposiciones de Leioa, Pais Vasco // 2005 // Lugares de la mirada. Museo LAI del Espacio Luzernario, Gijón // 2004-2005 // DISPARARTE. Muestra de Artes Plásticas del Principado de Asturias. Itinerante: Avilés, Oviedo, Museo de Sta. Cruz, Toledo, Escuela de Arte Casa de los Picos de Segovia, CAI, Fundación Municipal de Cultura de Gijón // 2003 // I Edición del Premio de Obra Gráfica IDAE, Madrid // XXVI Certamen de Minicuadros, Elda, Alicante // 2002 // Montaje de la instalación de Monique Bastiaans para la obra Foudtre, un oratorio electroacústico. Auditorio de Torrent, Valencia // Mamá quiero ser artista, pero un señor malo no me deja. Sala de exposiciones de la Facultad de Bellas Artes, Cuenca // Exposición colectiva de fotografía lomográfica. Proyecto Interlap a cargo de Hael Yxxs. Galería Kunstverein Panitzsch (Alemania) becas y premios // 2009 // Premiada en la XX Muestra de Artes Plásticas del Principado de Asturias // 2004 // Premiada en la XV Muestra de Artes Plásticas del Principado de Asturias // 2003 // Obra seleccionada en la I Edición del Premio de Obra Gráfica IDAE, Madrid // Obra seleccionada en el XXVI Certamen de Minicuadros, Elda, Alicante otras actividades // Aparición en el libro “Arte actual en Asturias, un patrimonio en curso”. Natalia Tielve // Creación junto a Javier Lozano del Folletín “El Acto” subvencionado por la Facultad de Bellas Artes de Cuenca // Edición de un libro de dibujos en Ediciones Puré, Cuenca (2007) // Actuación de Ritmo y melodía en el espacio Max Luz, Madrid (2008)


ADRIÁN CUERVO

Gijón // 1981 info@adriancuervo.com www.adriancuervo.com

formación // Licenciado en Bellas Artes por la Facultad Alonso Cano, Universidad de Granada // Beca Erasmus, Université Paris 8, París // Beca Séneca, Universidad del Pais Vasco, Bilbao exposiciones colectivas // 2010 // Process is Paradigm. LABoral Centro de Arte y Creación Industrial, Gijón // 2009 // XX Muestra de Artes Plásticas del Principado de Asturias // VIII Premio y Concurso de Artes Plásticas Gobierno de Cantabria. Casa Museo de Jesús del Monasterio, Casar de Periedo, Cantabria // Textnol?gicos. Facultad de Bellas Artes Alonso Cano, Granada // 2008 // Arenas Movedizas 08. Laboral Ciudad de la Cultura, Gijón // 2006 // MEM 04 La necesidad de lo real, Bilbao // 2005 // XVII Exposición AV UPV. Bilbao. Fundación BBVA, Bilbao becas y premios // 2010 // Beca Fundación Arte Ladines. Ladines, Asturias // 2009 // XX Muestra de Artes Plásticas del Principado de Asturias // VIII Premio Gobierno de Cantabria de Artes Plásticas. Premio adquisición // 2008 // Beca de producción artística. Fundación Municipal de Cultura, Educación y Universidad Popular, Gijón obra en colecciones públicas // Colección del Gobierno de Cantabria

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MANUEL GRIÑÓN MONTES

Luarca (Valdés) // 1981 manugrinon@hotmail.com www.flickr.com/manugrinon

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formación // 2008/09: Estudios de Grabado Calcográfico en el Taller de Jose Rincón durante 8 meses, Madrid // 2006 hasta el presente: Cursando Estudios Superiores de Diseño Gráfico. Escuela Arte10, Madrid // 2005/06: Curso Profesional de fotografía analógica. Escuela Superior de Imagen EFTI (Madrid) exposiciones individuales // 2009 // Pareces salvaje del monte. Tienda-galería Botón, Oviedo // 10 dibujos de Manuel Griñón. Tienda Ewan, Gijón // ¡Tu furor es un misterio! Galería Miscelänea, Barcelona // 2008 // Don´t you see all this a bit weird? Galería Rojo Máquina, Madrid // Remendar es Antisocial. Escuela Arte10, Madrid exposiciones colectivas // 2009 // Licenciatura en Fetichismo. Sala Aifos, Universidad de Alicante // ¿Qué haces en la Escuela? Escuela Arte10, Madrid // Exposición espontánea. Colectivo“Ja”, Madrid // Taller de Grabado Jose Rincón, Madrid // Dfest 09. Matadero, Madrid // Certamen de Jóvenes Creadores. Calcografía Nacional, Madrid // Crap Container. Espacio MenosUno, Madrid // 2008 // Fetiche. Mutxamel, Alicante // Festival Edición Madrid de Jóvenes Creadores. Casa de Vacas, Madrid // 2007 // Duduá se va al mar. Barco Naumon, Barcelona// 2003 // Sociedad Fotográfica ITT Tralee, Irlanda otros datos de interés // 2007 - hasta el presente // Edición y distribución de publicaciones de ilustración y literatura bajo el nombre de Jerseys Para Los Monos // Conciertos y publicación de grabaciones con el grupo musical Montañas // 2006 - hasta el presente // Autoedición del fanzine de ilustraciones Remendar es Antisocial, cinco números publicados hasta la fecha // 2006 // Premio especial del Jurado Concurso de Fotografía EFTI, Madrid


CARLOS LÓPEZ TRAVIESA Llanes // 1979 Carlolopez2000yahoo.es CARLOTIDO.blogspot.com

formación // Licenciado en Bellas Artes por la Universidad del País Vasco // Técnico superior en grabado y técnicas de estampación por la escuela de Arte de Oviedo exposiciones individuales // 2008 // OLVI,DAT,OS. Casa de Cultura de Nueva, Llanes // Hipotecas Deportivas. Centro Cívico Posada de Llanes // 2000 // Casa de Cultura de Llanes exposiciones colectivas // 2009 // DFEST ´09. Matadero de Madrid // 2009 // Feira laica. Spaço Campanha, Oporto (Portugal) // Bienal Balconadas de Betanzos, Betanzos (A Coruña) // Master obra gráfica CIEC. Fundación CIEC, Betanzos (A Coruña) // 2006 // 18º exposición audiovisual de la Facultad de Bellas Artes de Bilbao. Sala del BBVA de Bilbao // 2005 // Escultura UPV. La Casa de la Música, Sestao // 2004-2003 // Inauguración del IFI. Colectivo“Pingüino no se”, Pontevedra // 2003 // Jornadas del comercio justo. Pontevedra // 2002-2001 // DE LO NUEVO 2001. Cajastur. Itinerante: Mieres, Avilés y Oviedo // 2001-2000 // Certamen de arte gráfico para Jóvenes creadores. Calcografía Nacional y Academia de San Fernando. Itinerante obra en // CIES, Cajastur y en la colección privada de Leo Bassi otras actividades // Cofundador de la editorial TROQUIS. Integrante de los colectivos artísticos “ Pingüino No Se” con el que ha realizado diferentes intervenciones performance y audiovisual en el Festival IFI, en Pontevedra en el 2003 y 2004 // Realiza autoediciones limitadas de camisetas, libros y chapas con el colectivo “DEVINO TESORO”

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REBECA MENÉNDEZ

Avilés // 1976 // rebecamenendezgutierrez@yahoo.es

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formación // Licenciada en Bellas Artes, por la especialidad de pintura.Universidad de Vigo. Promoción 96/01 // Certificado de Aptitud Pedagógica (CAP), por el Instituto de Ciencias de la Educación, en el curso académico 02/03, Asturias // Al Norte, Taller de artista. Dirigido por el artista Daniel Quintero, Gijón, 20, 21, 22 de mayo del 2002 // Al Norte, Taller de artista,“Construir la mirada”, dirigido por Pello Irazu, Gijón 22, 23, 24 de mayo del 2002 // Concurso de Diseño MOTIVA 03, Escuela de arte, Oviedo, 31 de mayo, 1, 2, 3, 4 de Abril del 2003 // Seminario de Acción Cultural de las Ciudades del Arco Atlántico “Las Políticas del Arte” dentro del proyecto cultur*At, Centro de Cultura Antiguo Instituto durante los días 15, 16, 17 de mayo del 2003 // Curso de serigrafía textil, Centro de Cultura Antiguo Instituto, 30 horas, julio del 2003, Gijón // Curso de Grabado, Litografía Viña, de julio a Diciembre del 2003, Gijón // I Jornadas sobre Espacios de Creación Contemporánea, 30 y 31 de marzo del 2004, Avilés // Curso de Extensiones Universitarias “Los nombres del Diseño I”, dirigido por Rosa María Quirós, del 26 de febrero hasta el 31 de marzo del 2004, Avilés // Jornadas O. O. H (Observatorio Orbital de lo Humano, bajo la coordinación de José Ramón Alcalá, Centro de Cultura Antiguo Instituto, del 6 al 17 de septiembre del 2004 // Iniciación a la práctica cinematográfica, Centro Cultural Cajastur Muralla Romana, del 25 al 29 de julio de 2005, Gijón exposiciones individuales // 2009 // Contuve la respiración. Galería Paola Verrenguia, Salerno (Italia) // La Trampa (el diminuto espacio de tiempo que contiene un hecho infinito). Galería T20. Murcía // 2006 // Galería Espacio Líquido, Gijón // Certamen Nacional de Artes Plásticas de Luarca (Valdés). Sala de Exposiciones Teatro Campoamor, Oviedo // Certamen Explum 06. Puertolumbreras, Murcia // 2004 // Dibujando el espacio que dejan tus recuerdos. Casa de Cultura “Escuelas Dorado”de Langreo // 2003 // Museo Barjola. Beca Al Norte. Diario El Comercio, Gijón // 2002 // Cuerpos en el laberinto. Casa Municipal de Cultura de Avilés // En sí mismo. Galería Espacio Líquido, Gijón exposiciones colectivas // 2009 // El arte de la semejanza. exposición itinerante, Galicia // Arenas Movedizas, Lavandería edificio antigua Laboral, Gijón // Bolonia ARTE. Galería Paola Verrengia. Bolonia (Italia) // Pulse Miami 09. Galería Espacio Liquido. Miami (USA) // 2008 // Pulse Miami 08. Galería Espacio Líquido, Miami (USA) // Hot 08. Galería Espacio Líquido, Basilea, Suiza // SP ARTE. Sào Paulo. Galería Leo, Bahía // Pulse NY 08. Galería Espacio Líquido, New York (USA) // Play Again. Galería Paola Verregia, Salerno, (Italia) // ARCO 08. Galería Espacio Líquido // ¿Qué arte? Discursos sin fronteras, Oviedo // Hasta el infinito y más allá. CAS, Sevilla // 2007 // Entre Arte II. Palacio de Revillagigedo, Gijón // Arco ´07. Galería Espacio Líquido // Luz Bit. Museo Barjola, Gijón // Valencia Art. 07. Galería Espacio Líquido, Valencia // Arte Santander. Galería Espacio Líquido, Santander // 2006 // Salamanca/ Art 06. Galería Espacio Líquido // Valencia Art.06, Galería Espacio Líquido // ARCO ´06. Galería Espacio Líquido, Madrid // 2005 // Fem05 festival edición. Madrid Nuevos Creadores. Hotel de las Letras, Madrid // Valencia/Art.05. Hotel Puerta de Valencia // Terrenos de juego. CAI, Fundación Municipal de Cultura de Gijón // Certamen Explum ´05. Puerta Lumbreras, Murcia // Art. Brussels 2005, stand Espacio Líquido, Bruselas // Foro Sur, Cáceres // 2004 // Art. Brussels ´04. Stand Espacio Líquido, Bruselas // Artísima, Feria Internacional de Arte Contemporáneo. Stand Espacio Líquido, Turín // Art. Fair, Feria Internacional de Arte Contemporáneo, Stand de Espacio Líquido, Santander // Premio de Artes Plásticas del Gobierno de Cantabria // 2003 // Estampa. Sala Internacional de Grabado y Ediciones de Arte Contemporáneo, Madrid // 2002 // El papel en el arte. Galería Espacio Líquido, Gijón // Arte Santander. Palacio de Exposiciones y congresos, Santander // Galería Amaga, Avilés // Arte Santander. XI Feria Internacional (obra en depósito) // Arte Solidario. Galería Sargadelos, Pontevedra // 2001 // Odisea en el espacio. Muestra de Artes Plásticas del Principado de Asturias. Itinerante: Casa de Cultura de Avilés, Sala Borrón de Oviedo, Palacio Fonseca de Salamanca, Palacio del Infantado de Guadalajara, Casa Duró de Mieres, Ateneo de la Calzada de Gijón y Festival Intercéltico de Lorient (Francia) // Arte Solidario. Galería Sargadelos, Pontevedra // Mulleres Artistas. Sala de exposiciones de la Facultad de Bellas Artes de Pontevedra // Viola la femme. Ateneo Santa Cecilia. Marín, Pontevedra // Sala María Balteira. Santiago de Compostela // Concurso de Pintura de Villaviciosa. Ayuntamiento de Villaviciosa // Galería Espacio Líquido, Gijón becas y premios // 2009 // Seleccionada Muestra de Artes Plásticas del Principado de Asturias // 2005 // Premio 36º Certamen Nacional de Arte de Luarca (Valdés) // Premio adquisición en el Certamen de Artes Plásticas Explum05, Murcia // 2004 // Premio Art. Nalón, modalidad nacional, Langreo // 2000 // Finalista XV Premio de Hispanoamérica de Pintura Joven, Diego de Losada obra en colección // Colección Domus Artium 2002 Salamanca // Colección de Arte Contemporáneo. Explum // Instituto de la Mujer de la Comunidad de Madrid // Colección la Galería Espacio Líquido, Gijón // Museo de Bellas Artes de Oviedo publicaciones // 2009 // Catálogo“El arte de la semejanza” // Bologna Al Tempo della Fiera // 2007 // Catálogo Luz Bit // 2006 // Catálogo Explum, Murcia // Catálogo individual Certamen Nacional de Arte de Luarca // 2006 // ABC Cultural nº 739 pag. 46 // 2005 // El Pais de las Tentaciones, 18 de marzo // 2004 // Catálogo Artes Plásticas del Gobierno de Cantabria // Catálogo individual exposición“el espacio que dejan tus recuerdos”, Ayuntamiento de Langreo // Libro“LA mujer y el Arte en Asturias durante el siglo XX” // 2003 // Catálogo Al Norte // Revista Experimenta nº2 // Revista aMínima nº1 // 2001 // Catálogo Muestra de Arte


CARLOS F. PÉREZ RODRÍGUEZ Bogotá (Colombia) // 1977 alchemy@alchemyprints.com www.alchemyprints.com

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formación // Licenciado en Bellas Artes en la especialidad de Pintura y Grabado por la Universidad de Nuevo México, Alburquerque, New México (USA) exposiciones colectivas // 2009 // XXXVII Premio Internacional de Grabado Carmen Arozena. Espacio Canarias de Creación y Cultura, Madrid // La joven estampa. Casa de las Américas, La Habana (Cuba) // 2008 // Libros de Artista. Litografías Viña, Gijón // Lazos Verdes. Ciudad de Juárez (México) // 2007 // Entorno e intimidad. CMAE, Avilés // Migraciones Artístiques Espaciu Astragal, Gijón // III Premio Nacional de Litografía Ciudad de Gijón, Gijón // I Certamen de Grabado Bodegas Bretón, Rioja // 2006 // Archivo abierto. Sala Lai, Gijón // 2004 // Xilografías. Museo de Santo Domingo. Oaxaca (México)


RUBENIMICHI (LUIS JOSÉ SUÁREZ ÁLVAREZ) Oviedo // 1976 // rubenimichi@rubenimichi.com // www.rubenimichi.com

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formación // Licenciado en Derecho por la Universidad de Oviedo // Ha realizado curso de Cerámica en el Taller Cerámico Res, Madrid (2008-09) y de Serigrafía Artística en Arteria Gráfica, Madrid (2006-07) // Forma parte del colectivo Rubenimichi junto con Miguel Ángel Cabrerizo Laiz y Rubén Bartolo García exposiciones individuales // 2008 // Revelación. FEM, Festival Edición Madrid de Nuevos Creadores. Centro Cultural Casa de Vacas. Parque del Retiro, Madrid // 2006 // I love Rubenimichi. Escuela de Arte de Guadalajara // 2004 // Retrátame. Ateneo Cultural El Albeitar, León // 2001 // III Festimod Weekend. Sala Zero 18, Albacete // 2000 // Sala Häga, Madrid // 1999 // Mis labores. Homenaje a Vainica Doble. Círculo de Bellas Artes, Sala Minerva, Madrid // 1996 // Sala Corazón Negro, Madrid exposiciones colectivas // 2009 // Everything but the kischen. La Luz de Jesús Galery, Los Ángeles (California) // Los niños terribles. Fast Galery, Madrid // 2008 // La Fresh Gallery, Madrid // Calaveras. Espacio Max Luz, Madrid // Work in progress. Centro Cultural San Prudencio, Talavera de la Reina, Toledo // 2007 // Las cosas del querer. Centro Cultural El Foro. Pozuelo de Alarcón, Madrid // Geyperman se va de casa. Galería Mad is Mad, Madrid // Souvenirs. Berkana, Madrid // 2006 // Fever Duck Show. Galería Mercado del Borne, Barcelona // La Naturaleza y la noche. Galería Espacio Valverde, Madrid // Sexualidades. Festival visible. Centro Cultural El Foro. Pozuelo de Alarcón, Madrid // Osos, gamos, poneis y otros animales. FESTIVAL VISIBLE. Galería Mad is Mad, Madrid // Exposición trimestral. Galería Mad is Mad, Madrid // 2005 // Galería Art´s Factory, Paris // Sneaker Pimps. Galería Maxalot, Barcelona // 2001 // La Figura de Cristo en el Arte Actual. Galería El Cantil, Santander (Catálogo) // 2000 // San Sebastian Mártir. Centro Cultural el Foro. Pozuelo de Alarcón, Madrid // 1998 // Eurovisión 2000. Galería Talismán, Madrid


LA MUESTRA 1990//2009



1990

1991

MUESTRA REGIONAL DE ARTES PLÁSTICAS

MUESTRA REGIONAL DE ARTES PLÁSTICAS

pintura // Cristina Cuesta // Rubén Fernández Iglesias // Carlos Coronas // Pelayo Varela // José Manuel Vázquez Pomar dibujo // Mario Cervero escultura // Paco Cao // Charo Cimas // Cuco Suárez // Francisco Jesús Redondo // Aurora Suárez Moreno fotografía // Mª Colubi // Beatriz Fdez Alameda

pintura // Maite Centol // Mario Cervero // Cristina Cuesta // Alfonso Gómez Gordillo // Pelayo Varela dibujo // José Carlos Álvarez Cabrero escultura // Gema Ramos // Francisco Jesús Redondo // Aurora Suárez Moreno // Cuco Suárez // Aurora Suárez Moreno fotografía // Mª Colubi // Beatriz Fdez Alameda

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1992

1993

MUESTRA REGIONAL DE ARTES PLÁSTICAS

MUESTRA REGIONAL DE ARTES PLÁSTICAS

pintura // Jorge Ayús Sobrino // Maite Centol // Mario Cervero // Beatriz Fdez Martínez // Pelayo Varela dibujo // François Winberg Nodal escultura // Charo Cimas // Miguel Fano // Gema Ramos // Fermín Santos // Javier Tablón fotografía // Colectivo Argayu // Beatriz Fdez. Alameda // Marcos Morilla // Javier Rio

pintura // Fernando Gutiérrez // Maite Centol // Santiago Mayo // Juan Stové // Chus Cortina escultura // Susana Villanueva // Pedro Suárez Flórez // Javier Tablón instalaciones // Pelayo Varela // Paco Cao // François Winberg // Gema Ramos fotografía // Raúl Hevia // Enrique Ros Wagener // Colectivo Argayu artistas en residencia // Chus Cortina // Maite Centol // Sarah Raine // Helen Osorio




1994

1995

MUESTRA DE ARTES PLÁSTICAS EL VIENTO DEL NORTE THE NORTHERN WIND

MUESTRA DE ARTES PLÁSTICAS LATITUD NORT NORTH LATITUD

pintura // Pablo de Lillo // Chechu Alava // Coloma Miravalles // Ramón Isidoro // Guillermo Simón // François Winberg escultura // Isabel Cuadrado // Gemma Iglesias Delmiro grabado // José Carlos Álvarez Cabrero // Pablo Rodríguez instalaciones // Iván Rodríguez Ramos // Pedro Suárez Flórez fotografía // Mercedes Blanco // Eduardo Breña // Monika Herguedas artistas en residencia // Timothy Pugh // Pedro Suárez Flórez // Gemma Iglesias Delmiro // Rebecca Sitar

pintura // Chus Cortina // Cristina Cuesta // Pablo de Lillo // Gemma Iglesias Delmiro // Sandra Rodríguez Asenjo // Jezabel Rodríguez Asperilla // Jaime Rodríguez // Javier Tapia escultura // Gonzalo García instalaciones // Fermín Santos fotografía // Javier Rio Domínguez // Ernesto Ruiz Leivar // Yolanda Vega artistas en residencia // Anneke Pettican // Kelly Large // Ernesto Ruiz Leivar // Javier Tapia

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1996

1997

MUESTRA DE ARTES PLÁSTICAS ÁREA NORTE NORTH AREA

MUESTRA DE ARTES PLÁSTICAS EL CRISOL DEL NORTE THE NORTHERN CRUCIBLE

pintura // Jorge Tomás Faes grabado // José Carlos Álvarez Cabrero escultura // Chus Cortina // Fermín Santos López instalaciones // Gema Ramos // Iván Rodríguez Ramos fotografía // Luis Felipe Aguirre // Julio Cuadrado // Iván Martínez

pintura // Chechu Álava // Miguel Mateo Fano // Pablo de Lillo // Noelia Pañeda Domingo grabado // Jacobo de la Peña // Sandra Fernández Sarasola escultura // Beatriz Cimadevilla // Avelino Sala fotografía // Ana Costales // Julio Cuadrado // Beatriz Fdez. Alameda




1998 MUESTRA DE ARTES PLÁSTICAS NEXO pintura // Chechu Alava // Jorge Jovino Fernández // Fernando Gutiérrez grabado // Jacobo de la Peña // Juan José Rodríguez Rico escultura e instalaciones // Sandra Gallo // Rubén González Prieto // Noelia Pañeda // Avelino Sala fotografía // Chus Cortina // Julio Cuadrado // Alberto Vena

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1999 MUESTRA DE ARTES PLÁSTICAS EFECTO: 2000 pintura // Chus Cortina // Pedro Fano // Jorge Jovino Fdez. // Fernando Gutiérrez grabado // Fermín Santos escultura e instalaciones // Beatriz Cimadevilla // Jacobo de la Peña // Avelino Sala // Rut Álvarez Valledor fotografía // Elde Gelos-Argayu // Carmen Miranda Garrido


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2000

2001

MUESTRA DE ARTES PLÁSTICAS GRAVEDAD CERO

MUESTRA DE ARTES PLÁSTICAS ODISEA EN EL ESPACIO

pintura // Rut Álvarez Valledor // Carlos Suárez Fernández grabado // Beatriz Corredoira // Eduardo Guerra escultura e instalaciones // Laura Blanco // Natalia Pastor // Tamara Díaz // Avelino Sala

pintura // Irma Álvarez Laviada // Rebeca Menéndez // Natalia Pastor // Faustino Ruiz de la Peña // Roxana Popelka // Grupo Shillebeeckx (José Mallo y Jorge Jovino Fdez.) grabado // Fermín Santos escultura e instalaciones // Avelino Sala fotografía // Soledad Córdoba




2002 MUESTRA DE ARTES PLÁSTICAS ATRAVESARTE pintura // Máximo Aláez Corral // Jorge Jovino Fdez. Fdez. // Jacobo de la Peña Miguelez // Faustino Ruiz de la Peña // Javier Soto García grabado // Laura Blanco Díaz // Jaime Rodríguez López escultura e instalaciones // Fernanda Álvarez Jiménez // Noelia Pañeda Domingo // Beatriz Cimadevilla Alonso

2003 MUESTRA DE ARTES PLÁSTICAS ALTERARTE pintura // Úrsula Faya Alonso // Cristina Busto Álvarez // Chus Cortina Sanz // Jorge Jovino Fernández // Sandra Paula Fernández // Fernando Gutiérrez grabado // Lorena Palomar Fernández // Fermín Santos López escultura e instalaciones // Euliser Polanco Báez // PSJM fotografía // Jezabel Rodríguez Asperilla

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2004 MUESTRA DE ARTES PLÁSTICAS DISPARARTE

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pintura // Lorena Álvarez Barrero // Irma Álvarez Laviada // Cristina Busto Álvarez // Juan Díaz-Faes Díaz // Jorge Faes Ruiz // Jorge Nava Montes // Jacobo de la Peña // Elena Rato Tascón grabado // Eduardo Guerra Álvarez // Fermín Santos López fotografía // Irma Álvarez Laviada // Isabel Fernández Rodríguez // Eva Pividal Alonso

2005 MUESTRA DE ARTES PLÁSTICAS ILUSIONARTE pintura // Juan Ignacio Fdez. Alava // Assaf Iglesias Rivero grabado // Jacobo de la Peña escultura e instalaciones // Pablo Armesto González // Blanca Nieto fotografía // Eduardo Guerra premio “asturias joven” de artes plásticas // Pablo Iglesias Prada




2006 MUESTRA DE ARTES PLÁSTICAS HÉPTASIS 06+1 pintura // Enrique Álvarez de Celis // Elena Rato y Adriana Rodríguez escultura e instalaciones // Cristina Busto fotografía // Noé Baranda // Juan José Pulgar premio asturias joven de artes plásticas // Isabel de la Sierra

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2007 MUESTRA DE ARTES PLÁSTICAS 7X7

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pintura // Jorge Faes // Sandra Paula Fernández // Ursula Faya // Virginia López escultura e instalaciones // Alicia Jiménez // Patricia Vázquez premio asturias joven de artes plásticas // Jorge Nava

2008 MUESTRA DE ARTES PLÁSTICAS pintura // Breza Cechini Riu // Fabián Fernández Prado // Sara García Fernández // Nacho Suárez Blanco grabado // Valle Baranda Ferrero escultura e instalaciones // Alicia Jiménez Sánchez premio “asturias joven” de artes plásticas // María Castellanos Vicente




Esta publicaci贸n se ha realizado con motivo de la exposici贸n XX Edici贸n Muestra de Artes Pl谩sticas del Principado de Asturias 2009


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