Número 464 Noviembre 8, 2015
6 Propuestas a favor de la justicia El fenómeno Corbyn ¿Por qué Benito Juárez escogió el Norte?
La crisis del pensamiento crítico latinoamericano Los Partidos Políticos y la regeneración democrática
2 DOMINGO 8 DE NOVIEMBRE DE 2015
CORREO del SUR
La crisis del pensamiento crítico latinoamericano EMIR SADER
E
n el momento de auge de los enfrentamientos políticos y de las grandes luchas de ideas en América latina, se siente con más fuerza la relativa ausencia de la intelectualidad crítica. En el momento en que los gobiernos progresistas sufren las mas duras ofensivas de la derecha, buscando imponer procesos de restauración conservadora, valiéndose del monopolio de los medios de comunicación, el pensamiento crítico latinoamericano podría tener un rol importante, pero su ausencia relativa es otro factor que afecta la fuerza del campo de la izquierda.
La derecha se vale de ese monopolio y de sus pop stars. Vargas Llosa y Fernando Henrique Cardoso vuelven con fuerza al campo para apoyar a Mauricio Macri, a la derecha venezolana y a atacar a los gobiernos de Brasil. Ecuador, Bolivia. No les faltan espacios, aunque les falten ideas. Al pensamiento crítico no le faltan ideas, tiene que pelear por espacios, pero falta más participación, faltan entidades que convoquen a la intelectualidad crítica a que participe activamente en el enfrentamiento de los problemas teóricos y políticos con que se enfrentan los procesos progresistas en América latina. A la pobreza de las propuestas de retorno a la cen-
tralidad del mercado, del Estado mínimo, de las políticas de retorno a la subordinación a los Estados Unidos, a la apología de las empresas privadas, queda un amplio marco de argumentos y de propuestas a ser asumidos por la intelectualidad de izquierda. Para desenmascarar las nuevas fisonomías que asume la derecha, para valorar los avances de la década y media de gobiernos posneoliberales, de promover el rol de esos gobiernos latinoamericanos, en la contracorriente de la onda neoliberal que sigue barriendo el mundo y los derechos de los más vulnerables. Esos gobiernos han hecho la crítica, en la practica, de los dogmas del pensamiento único, de que “cualquier gobierno serio” debería centrarse en los ajustes fiscales. De que no era posible crecer distribuyendo renta. De que las políticas sociales solo podrían existir como subproducto del crecimiento económico. Que el dinamismo depende de más mercado y menos Estado. Que no hay camino en el mundo que no sea el de la subordinación a los países del centro del capitalismo. Que el Sur es el retraso. En fin, todo lo que los gobiernos progresistas han desmentido rotundamente, son argumentos fuertes para que el pensamiento crítico se apoye en ellos y encare las dificultades presentes en las perspectiva de la profundización de esos procesos y no de su abandono. Esto lo hacen los –de derecha y de ultraizquierda– que se refugian en el triste consuelo para ellos de un supuesto agotamiento del ciclo progresista. A ambas fuerzas les sobran motivaciones, derrotadas que han sido, durante una década y media. Pero les faltan razones, no pueden proyectar un futuro para el continente, que no sea la reiteración del pasado desastroso y superado o el discurso sin práctica. Es el momento para que pensamiento crítico deje a un lado las prácticas burocráticas que neutralizan el potencial crítico del pensamiento latinoamericano, que mediocrizan las entidades tradicionales y así vuelva a protagonizar, en primera línea, la lucha antineoliberal. Vuelva, sin miedo, a proponer ideas audaces, nuevas, emancipatorias, que vuelva a engarzar a la intelectualidad crítica con las nuevas generaciones, huérfanas de futuro. La burocratización es un enfermedad fatal para el pensamiento crítico, sea de las estructuras académicas, sea de las prácticas institucionales en otras instancias. ¿Hasta cuándo la intelectualidad crítica dejará que los “intelectuales mediáticos” de la derecha ocupen prácticamente solos los espacios de los debates de ideas, que formen nuevas generaciones en los valores del egoísmo, de los prejuicios, del consumismo? La burocratización conduce a la despolitización, que es el mejor servicio que se puede prestar a la derecha, sustrayendo espacios críticos a la lucha de ideas para volcarlos simplemente a la mantención de cargos y de sueldos. Son burócratas que, aunque nominalmente pretendan pertenecer al campo de la izquierda, lo que hacen es desmoralizar a la izquierda, con el uso abusivo de las palabras sin práctica o con una práctica sin ideales ni proyección política concreta. Fue una tragedia para la izquierda la separación entre una práctica sin teoría –que a menudo se pierde en los meandros de la institucionalidad vigente– y una teoría sin trascendencia concreta –que se pierde en sí misma–. Hoy es indispensable rescatar la articulación entre pensamiento crítico y lucha de superación del neoliberalismo, entre teoría y práctica, entre intelectualidad y compromiso político concreto. Si los viejos caminos se han desviado de esas vías, nuevos tienen que ser abiertos, los espacios públicos conquistados ahí están para ser ocupados. “Los caminos que encontramos hechos / son desechos de viejos destinos. / No crucemos por esos caminos / Porque solo son caminos muertos”, canta Pablo Milanés. Seamos fieles a los precursores del pensamiento crítico latinoamericano, pero sobre todo, fieles a los nuevos destinos que apenas hemos empezado a construir. El que pierde la batalla de las ideas está destinado a la derrota política. No merecemos perder ni la una ni la otra.
CORREO del SUR
Los Partidos Políticos* y la regeneración democrática VICTORIA CAMPS
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a necesidad de una regeneración democrática de las instituciones políticas es uno de los clamores populares más persistentes en estos momentos en la sociedad española. De todas las instituciones políticas, la más necesitada de reformas es la de los partidos políticos. Así lo ponen de manifiesto las encuestas de opinión que muestran el decreciente nivel de confianza y la falta de afecto que éstos despiertan en los ciudadanos. Es indiscutible que los partidos políticos sufren una crisis de dimensiones extraordinarias, pero también lo es que sin partidos políticos no hay democracia que pueda funcionar, ya que en ellos descansa la organización de la representación y participación políticas. Así lo proclama la Constitución en su artículo 6 cuando declara, entre otras cosas, que “son instrumento fundamental de la participación política”. Participación y representación no son dos formas alternativas de entender la democracia. En el mundo actual, la democracia representativa es la única concebible, por lo que es básico que los órganos que articulan la representación no excluyan la participación ciudadana, sino que sean tan plurales, transparentes y abiertos como lo exige la idea original de democracia. Una democracia que no puede sustentarse en el supuesto de que ya dispone de las instituciones pertinentes para funcionar como tal, sin plantearse reiteradamente si esas instituciones, y las personas que las componen, están cumpliendo con los objetivos que las definen y se guían por los valores que la ética y el ordenamiento jurídico reconocen como fundamentales. Las razones del deterioro de los partidos políticos son harto conocidas y, hasta cierto punto, comprensibles. En la transición democrática, el peligro más temido por los constituyentes fue el de no ser capaces de construir un régimen político que gozara por encima de todo de estabilidad política. Fue dicha preocupación por la estabilidad lo que condujo a la creación de unos partidos fuertes, homogéneos y cerrados en sí mismos, temerosos de albergar conciencias excesivamente críticas y de sucumbir a la dispersión de facciones opuestas entre sí. Se fueron consolidando, en consecuencia, unas organizaciones en las que lo importante eran la unidad y la disciplina internas, por encima de la relación directa e interactiva con la ciudadanía. Un sistema electoral de listas cerradas contribuyó a ahondar la distancia entre electores y candidatos, los cuales, una vez en posesión de sus cargos, se han venido mostrando más pendientes de rendir cuenta de sus actuaciones a sus respectivos partidos, que de atender a las demandas de la ciudadanía. Si, de acuerdo con el artículo de la Constitución Española arriba citado, es función
de los partidos concurrir “a la formación y manifestación de la voluntad popular”, es evidente que una organización distanciada de los ciudadanos lo que menos hace es ocuparse de la formación o hacerse eco de las voluntades populares. En más de treinta años de democracia, no se ha inculcado a la ciudadanía la convicción de que los cargos electos son, efectivamente, los interlocutores más pertinentes para recoger las quejas y sugerencias de los ciudadanos. No ha sido así porque, por su parte, los partidos políticos han devenido maquinarias para organizar elecciones y han descuidado el poder formativo y auténticamente representativo de que eran depositarios. Todo ha contribuido a que hoy sean vistos como instrumentos de iniciación en la carrera política, una carrera que no exige tanto formación cuanto obediencia a unas reglas destinadas ante todo a mantener la cohesión interna de la militancia, en especial aquella que aspira a hacer de la política su ocupación profesional. La descripción es desoladora no tanto por los vicios que la institución de los partidos políticos ha ido desarrollando, cuanto por la escasa voluntad que ha mostrado en corregirlos. Si hoy se exige a voces la reforma de los partidos es porque un cambio en profundidad es condición necesaria para la regeneración de la democracia. Los defectos hablan por sí mismos y lo más lamentable es que hacen cada vez más difícil mantener la teoría de que los partidos son necesarios. Aunque sólo fuera para cerrar el paso a aventuras de nuevos grupos, construidos sobre la única base de evitar la lógica partidista, habría que emprender sin dilación una reforma de los partidos políticos. Felizmente lograda la transición a la democracia, la obsesión por la estabilidad política no debe ser ya un imperativo irrenunciable como lo fue en el período constituyente. Sabemos que los partidos son un puntal imprescindible del funcionamiento democrático, pero también que los partidos que tenemos no contribuyen a sostener el prestigio que toda democracia merece. Sería una lástima, e incluso una irresponsabilidad, que, por creerse insustituibles y porque sólo ellos
mismos pueden dinamizar la transformación requerida, los partidos siguieran dando largas a su regeneración y evitaran los cambios sustantivos que la ciudadanía exige desde hace tiempo. La propuesta de una Ley de Partidos que se presenta a continuación propone algunas alternativas a la organización y funcionamiento de los partidos, que pueden contribuir a hacerlos más democráticos, más participativos y más cercanos al sentir de la ciudadanía. Más democracia interna, más apertura a la participación y menos distancia del mundo exterior son seguramente los tres valores menos reconocibles en la actuación de los partidos. No podemos aceptar como una inercia de las democracias consolidadas que la militancia política decrezca, bien porque considere que la participación es ficticia e inútil, bien porque las organizaciones políticas se muestren incapaces de mantener
el magnetismo que en algún momento ejercieron. A la ciudadanía hay que convencerla de que la política es algo más que la lucha por arrebatarle el poder al adversario. El “partidismo” debería dejar de ser el motivo de nuestro escenario político, como si no hubiera otros intereses que los de cada corporación para construir la razón pública. Sería bueno que los partidos volvieran a ser laboratorios de ideas y que sus dirigentes no tuvieran otro móvil que el del servicio público. Una reforma en profundidad nunca es la panacea que corrige todas las deficiencias, pero sí es muestra de la voluntad de erradicarlas. Es el primer paso para recuperar la confianza perdida. *http://www.jordisevilla.com/2013-1015/preambulo-de-victoria-camps-a-la-propuesta-de-ley-de-partidos-politicos/
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La política (perdón)
VERDADES QUE VIENEN A CUENTO
DOMINGO 8 DE NOVIEMBRE DE 2015
EDUARDO MAZO*
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raer en estos días la idea de Aristóteles en la que afirma que la ética desemboca en la política y ésta se subordina a aquella, parecería más una cáustica reflexión que un sincero llamado de lo que debe ser, por sobre toda circunstancia y toda estrategia, el más digno ejercicio de convivencia entre los seres que conforman una comunidad. La política, precisamente, por empírica y no exacta, necesita de ese otro elemento que permite acercarse a la apreciación de lo justo. Nos estamos refiriendo a la virtud. Sin embargo, ya desde nuestros primeros conocimientos, se nos escamotea la verdadera función de la política –de lo político- con una pátina de fugaces y genéricas definiciones que reducen su dimensión histórica a un simple trámite electoral. (Que con profundo gusto obviarían muchos de los que ya alcanzaron el podio civil de un gobierno). ¿Qué se hizo hoy de aquella política que se pulía en su propio movimiento y rectificación? ¿Cuánto de venal, de corrupción y de sevicia se lanzó al abordaje de esto que llamamos democracia y que, por ahora, defendemos como nuestro modo de vida? ¿Cómo podremos higienizar el contenido de una política internacional que se mide por la cantidad de misiles de un estado contra la decisión de soberanía de otro? ¿Cómo neutralizar esa presión financiera que ahoga países con su gente dentro y que forma parte de las relaciones políticas entre naciones? Hay otra política, la que merodea cerca de cada uno de nosotros, más doméstica, que aflora en las campañas electorales, donde los misiles son suplantados por insultos y la presión por burlas ásperas y crueles. Nuestro derecho de hombres libres (si nos sentimos realmente así, y tenemos la capacidad de apagar el televisor a tiempo) es reivindicar la política como patrimonio de toda la sociedad. Y es la sociedad la que debe exigir el regreso de sus trabajadores políticos a un comportamiento y a un discurso maduro, sobrio, donde el contenido no se mida por el ensañamiento hacia el otro sino, por la dignidad de la palabra que conduzca, precisamente, a una mayor calidad de análisis. *Escritor
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CORREO del SUR
De la sociedad civil a los diputados
6 Propuestas a fa
Señoras y señores Legisladores: ueremos agradecer de modo muy sincero, su hospitalidad y su presencia esta mañana. Su disposición a escucharnos y la voluntad de diálogo para explorar alternativas –precisamente- en estos momentos difíciles, momentos en los que a ustedes les corresponderá definir y votar el primer presupuesto a la baja que ocurre en el siglo XXI mexicano. De hecho, estamos ante el primer recorte en 20 años, probablemente estructural, de consecuencias para el mediano plazo y que viene de la mano de nuestro declive petrolero. Gracias especialmente al Diputado Jesús Zambrano por su interés y su implicación personal para la celebración de este encuentro. Nuestra gratitud. Nos presentamos: somos un grupo de más de 60 organizaciones muy distintas, con presencia y trabajo en muy diferentes ámbitos de la vida social, cívica, pública y cultural de nuestro país. XXX organizaciones que, no obstante nuestras propias diferencias, y de frente a la evidencia, compartimos la visión de que la desigualdad y la pobreza son problemas inmensos y en realidad, la fuente de la que emanan muchos otros lastres y deformaciones del presente en México. Por eso, para nosotros, desigualdad y pobreza tendrían que ser el eje, la prioridad número uno, la que recorra toda la lógica del Presupuesto en el año 2016, todavía más ahora, que los datos de nuestras instituciones más confiables (INEGI y CONEVAL) han mostrado que en los últimos años la pobreza creció y el ingreso de los mexicanos siguió disminuyendo. Por desgracia, la iniciativa presupuestal enviada por Hacienda no está construida con esa lógica ni ubica a la pobreza ni a la desigualdad como su prioridad. Lo que hemos venido a exponerles, señoras y señores diputados, son seis puntos que pueden corregir –así sea en parteesta situación: colocar en el centro de la confección presupuestal, el combate a la pobreza y la desigualdad. Se trata de seis medidas que comparten estas características: Concitan el consenso de XXX organizaciones muy diversas. Expresan por eso, una posibilidad de encuentro de la pluralidad real del país. Se trata de propuestas estudiadas y debidamente fundamentadas. Cuentan con el rigor técnico necesario de organizaciones que se han especializado en muy distintos campos y que ahora lo ponen al servicio de este documento. Son medidas para tomar ahora, medidas que no cambiarán la realidad de un plumazo, pero que si constituyen un punto de inflexión, una nueva trayectoria en la manera en que se distribuyen los recursos públicos en México. Lo subrayamos: son seis propuestas que modifican seriamente las prioridades
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del paquete presupuestal y empiezan a colocar a la desigualdad y la pobreza como el centro de la preocupación y de las decisiones nacionales. De modo que, si la Legislatura anterior será recordada por el cúmulo de reformas estructurales que aprobó, nosotros quisiéramos ver a la presente legislatura -a ustedes- como la Legislatura que porta e impulsa la agenda de la justicia: de la justicia social, de los derechos humanos y del combate a la impunidad y la corrupción. Esta Legislatura puede ser recordada así, con la condición de que empiece hoy, porque no hay tiempo y porque los problemas de la justicia, de la pobreza y de la desigualdad son inmensos. Y a eso hemos venido. Con ánimo de transmitir, con la mayor claridad nuestras propuestas, queremos formular 6 preguntas que invitan a la reflexión y a definiciones precisas. En caso que sus respuestas sean afirmativas, en un
ánimo constructivo y de colaboración, les hemos venido a ofrecer soluciones y redacciones específicas para iniciar los cambios desde ahora, en la discusión y aprobación del Presupuesto 2016. Distinguidos Legisladores. Para hacer frente a la desigualdad y la pobreza: ¿Están de acuerdo en trascender los esquemas clientelistas y el uso parcial, en ocasiones electoral, de los programas sociales? ¿Están de acuerdo en contribuir a la mejora del ingreso de los trabajadores más pobres, no en el futuro incierto, sino como condición del crecimiento desde ahora? ¿Están de acuerdo en priorizar la inversión productiva, la infraestructura material, social –hospitales y escuelas- en las zonas con mayor rezago social, en lugar de pagar deuda adelantada? ¿Están de acuerdo en reducir privilegios de los actores políticos y como una señal de cohesión y solidaridad, destinar los recursos a programas con impacto social?
¿Están de acuerdo en que la cobertura universal de salud sea una política real para erradicar esa carencia en los próximos 3 años? ¿Están de acuerdo en cumplir durante este período el mandato de la Constitución, que nos obliga a contar con un marco legal nuevo, mucho más riguroso y coherente, contra la corrupción? En caso que la respuesta sea afirmativa -y en verdad esperamos que así lo seaconsideramos que esta Cámara tiene las facultades y los instrumentos para lograrlo en este mismo período legislativo.
1. Padrón y Datos Abiertos
Para trascender los enfoques clientelistas y el uso electoral de los programas sociales, el primer paso es generar información transparente del destino de los recursos de los programas y dar el paso definitivo para contar con un padrón único, nacional, de beneficiarios como lo establece la Ley Ge-
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neral de Desarrollo Social. El Decreto del Presupuesto de Egresos de la Federación en el artículo 26 puede incluir el mandato al Ejecutivo Federal y
2. Liberar el salario mínimo y cambiar la forma en que se decreta cada año.
especial vigilancia de esta Cámara y de la sociedad, puede sentar un precedente virtuoso de cómo generar fondos de equidad y combate a la desigualdad de
vigente y en cumplimiento de disposiciones que fueron aprobadas hace ya 12 años. Resulta importante subrayar además que la Secretaría de Salud debe cumplir
establecer la obligación de que los programas sociales transparenten el destino y aplicación de los recursos en el formato de datos abiertos. De esa manera además contribuirán a cumplir los compromisos asumidos por México en la Alianza por el Gobierno Abierto, cuya cumbre se acaba de celebrar la semana pasada. En el artículo 25 del Decreto del Presupuesto 2016 se puede incluir el mandato para establecer ya el padrón único para los programas sociales de transferencias en efectivo y en especie, así como para aquellos programas de subsidios a las personas y a los hogares. Como un siguiente paso se puede aprobar una reforma a la Ley General de Desarrollo Social para establecer el padrón único como la vía obligatoria de asignación de subsidios y transferencias a hogares y personas, así como los criterios para garantizar el acceso efectivo, la transparencia y mecanismos de vigilancia ciudadana.
los trabajadores más pobres del país, (casi tres millones en el sector formal, más otros cuatro en el informal), esta Cámara puede aprobar de inmediato la Minuta aprobada por el Senado para desindexar el salario mínimo. Puede formarse una Comisión de seguimiento para que las legislaturas en los estados trabajen duro y ese cambio fundamental, quede aprobado en noviembre de este año. De modo tal que la Comisión Nacional de Salarios Mínimos, en diciembre, no tenga excusas para iniciar el proceso de recuperación salarial y establezca que el salario mínimo para 2016 sea superior a la línea de pobreza fijada por CONEVAL. Este incremento aunque insuficiente, sería el primer paso para empezar la recuperación gradual del salario mínimo y el cumplimiento con lo establecido en el artículo 123 de la Constitución. Las organizaciones ciudadanas que impulsamos estas propuestas, estaremos exigiendo a la Comisión Nacional de Salarios Mínimos fijar para 2016 el salario mínimo por encima de los $87.35 que es la línea de pobreza señalada por CONEVAL. Un salario mínimo de $87.35 para 2016 es una medida perfectamente posible con nuestra estructura productiva actual y en estas condiciones macroeconómicas.
manera eficaz y transparente. Para ello se requiere reformar la propuesta de la Secretaría de Hacienda a la Ley General de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria que pretende obligar a usar estos recursos de la ganancia cambiaria forzosamente al pago anticipado de deuda.
con las obligaciones de transparencia para que los recursos transferidos a los servicios estatales garanticen la atención efectiva de la población.
Para contribuir al aumento del ingreso de
avor de la justicia
3. Invertir en infraestructura productiva, salud y educación la ganancia cambiaria.
Para promover la inversión productiva en las zonas de mayor rezago social y una vez aprobadas las medidas de transparencia y rendición de cuentas que aprobó el Senado en la Ley de Ingresos, resulta indispensable revisar la propuesta de la Secretaría de Hacienda que mandata que las ganancias cambiaras del Banco de México se destinen -en un cien por ciento- al pago anticipado de deuda. Para decirlo en palabras llanas: el hecho de que BANXICO haya comprado dólares de 11 o 12 pesos durante años, y ahora haya vendido una gran cantidad a 15 y 16 pesos, representa una ganancia que debe ser bien dirigida y bien gastada en un momento en que dominan las fuerzas recesivas. La intención de anticipar el pago de deuda carece de racionalidad económica, en condiciones de estrechez de ingresos, el pago anticipado de una deuda con intereses bajos no es racional, ni eficiente y profundiza la recesión. Queremos dejarlo muy claro: no estamos proponiendo no pagar la deuda, estamos proponiendo no pagarla anticipadamente con recursos extraordinarios generados por la ganancia cambiaria operada por el Banco de México. Tampoco se pueden usar esos recursos para gasto corriente o para gasto suntuario. Tampoco proponemos crear estructuras que produzcan nuevas presiones de gasto futuro. Su inversión en infraestructura productiva, en aquellas zonas de rezago social, en un fondo con
4. Reducir privilegios de actores políticos
Para enviar un claro mensaje de solidaridad y de cohesión social, proponemos reducir las prerrogativas de los actores políticos y destinar esos recursos a programas de impacto social. Para eso se requiere por un lado, una reforma al artículo 41, fracción II, inciso A de la Constitución en la que se establezca que el financiamiento público a los partidos políticos se fije multiplicando la nueva unidad de medición y actualización –la unidad que sustituye al salario mínimo para definir otros precios que no sean salarios- por el número total de votos válidos de la elección anterior. Eso modifica la tendencia siempre ascendente de los recursos a los partidos políticos, dado que la actual redacción determina que el financiamiento se calcula multiplicando el número de electores contenidos en el padrón electoral. Modificar el factor y alinearlo a los votos válidos además genera incentivos a los partidos en su conjunto para convencer a los electores de ejercer su derecho y reducir el abstencionismo. En otro tenor: también se requiere adicionar en el artículo 17 del Decreto del Presupuesto de Egresos de la Federación la estricta prohibición de pagos extraordinarios de cualquier índole a los mandos superiores de todas las entidades de gobierno y públicas. Aguinaldos superiores a 40 días, bonos extraordinarios, compensaciones por desempeño, fondos de gestión y otros pagos diferentes al salario y las prestaciones regulares del conjunto de la administración pública deben ser erradicados en un contexto de tanta pobreza y tal desigualdad.
5. Garantizar el derecho a la salud para todos (universal)
Si están de acuerdo en iniciar la construcción de un “piso” de derechos sociales básicos para toda la población, un primer paso al alcance es promover el logro de la cobertura universal de salud para toda la población, en los próximos 3 años. La cobertura universal de salud fue un mandato de la Reforma a la Ley General de Salud de 2003 que debió cumplirse en 2010. En la reciente medición de la pobreza de CONEVAL, se muestra que aún hay 20 millones de compatriotas, 18% de la población, que no tiene acceso a servicios. Destinar los recursos liberados de la eliminación de los privilegios de los altos mandos y del financiamiento a los partidos, para ampliar la cobertura de salud es una medida posible, en el marco institucional
6. Concluir el ciclo de reformas destinadas a combatir la corrupción.
Nada de lo anterior podrá lograrse, mientras el país siga atado a un marco jurídico y organizacional que ha tolerado la apropiación y la desviación de los recursos públicos sin oponer una política nacional de rendición de cuentas, capaz de garantizar que los programas presupuestarios cumplan con sus cometidos, que no sean utilizados para otros fines que los establecidos por la representación popular, que se ejerzan con la más absoluta transparencia, sin excusas ni pretextos y que anulen la impunidad ante los hechos de corrupción. Es urgente que las y los legisladores mexicanos respondan al justificado agravio que tiene la sociedad mexicana en esta materia. Ningún mandato público podrá cumplirse a cabalidad, mientras la corrupción y la impunidad sigan medrando sobre el uso de los dineros y las atribuciones públicas.
*** Las organizaciones aquí representadas, no agotan sus agendas en estos seis temas cruciales. Existen varias propuestas importantes, adicionales, que abonan en esta tarea común. Por eso, les solicitamos mantener un canal de diálogo abierto para poderlas examinar juntos y así poder aportar a esta Cámara el conocimiento y experiencia de la sociedad civil organizada. Señoras y señores legisladores: creemos que esta es la agenda de justicia, posible, para trabajarse en las siguientes semanas –no meses, semanas- y que empezaría a modificar el rostro desfigurado de nuestro país. La Legislatura a la que ustedes pertenecen puede empezar haciendo historia con estas y otras medidas, claras, específicas, practicables ahora, sin ambigüedades. La desigualdad y la pobreza no pueden seguir siendo los problemas que -algún día- se resolverán como resultado remoto de las reformas estructurales. Creemos que ha llegado la hora de cambiar las prioridades, instalar un punto de inflexión en el Presupuesto, y emitir un mensaje real, material, de solidaridad y de cohesión social, como el que le urge a la nación. Muchas gracias. México D.F. a 3 de noviembre de 2015. *Leído por el Dr. Mauricio Merino en nombre de “Acción Ciudadana frente a la Pobreza” en la mesa de diálogo “Desigualdad y pobreza: Los problemas que debe atender el presupuesto 2016”, celebrada en las instalaciones del Palacio Legislativo de San Lázaro, 3 de noviembre de 2015.
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CORREO del SUR
¿Por qué Benito Juárez escogió el Norte? VÍCTOR OROZCO
¿P
or qué Benito Juárez escogió el Norte para continuar desde allí la lucha contra el ejército francés y los conservadores, cuando se vio obligado a abandonar la capital de la República el 31 de mayo de 1863?. Recordemos que en la segunda batalla de Puebla el núcleo del ejército mexicano comandado por el general Jesús González Ortega quedó destruido, mientras que el francés había sido reforzado y agrupaba a unos treinta y cinco mil soldados, a los que se sumaban las tropas del envalentonado ejército conservador también crecido y bien provisto de armamento por los invasores. El gobierno tenía pues pues claro que se avecinaba una guerra profundamente desigual y entonces debía encontrar una estrategia para librarla en las mejores o menos peores condiciones posibles. Una de las piezas claves en el enfrentamiento era mantener viva -física y políticamente- la cabeza del Estado mexicano. Los dos contendientes sabían que si aquella desaparecía, sea porque el Presidente de la República y los altos miembros del gobierno fueren capturados o muertos o bien porque perdía la dirección sobre los jefes republicanos, la guerra estaba perdida para la causa independentista y liberal. Esperaba para México una larga dominación, quizá de cien años, si consideramos que casi esto duraron los colonialistas franceses en Viet Nam, donde también desembarcaron tropas por los mismos tiempos. ¿A dónde ir pues?. Se opinó que hubiera sido de mayor lógica refugiarse quizá en Oaxaca, entidad de la que Juárez había sido gobernador y por tanto con más sólidas bases de apoyo entre los pobladores. Reseño varias de las explicaciones que no son desde luego excluyentes entre sí, aunque algún peso mayor debió tener alguna de ellas. La doctora Patricia Galeana explicó que la decisión de caminar hacia el Norte fue determinada por el hecho de que en esta zona del país era bastante menor la influencia de la iglesia católica, cuyo aparato, puesto al servicio de los invasores, constituía una fuerza temible alineada contra la causa republicana. Durante el sitio de Puebla que culminó con la batalla del cinco de mayo de 1862, por ejemplo, tal era la prédica de los numerosísimos curas católicos contra los defensores comandados por el general Ignacio Zaragoza que inclinaron a una buena parte de los habitantes, quizá a la mayoría, a favor de los franceses. El hecho provocó la indignación del jefe mexicano, quien en un ex abrupto llegó a decir, que la ciudad debía ser quemada para acabar con los traidores. Aunque la Guerra de Reforma, en la cual triunfaron los liberales, se libró sobre todo en la región del centro y occidente del país, dónde igual era muy grande el influjo religioso, de cualquier manera la situación se presentaba allí con grandes desventajas iniciales. Quedaba pues el Norte, con sus inmensos espacios salpicados aquí y allá por sus breves ciudades y sus minúsculas rancherías y pueblos, frecuentados de cuando en cuando por los altos dignatarios religiosos. Chihuahua por ejemplo, que recuerde, hasta mediados del siglo XIX tuvo a dos obispos de visita en sus tierras, la del legendario Pedro Tamarón y Romeral en 1760 y otra en 1851. En apoyo de esta tesis, traigo a colación el pensamiento del general José Esteban Coronado, jefe de los milicianos chihuahuenses liberales en 1858-59, quien atribuía la fuerza de los conservadores en el estado de Durango a la circunstancia de estar allí la sede del obispado. Si esta fue la reflexión prevaleciente entre las que se hicieron los miembros del gabinete republicano, ello determinó que la modesta carroza negra, con el presidente y sus ministros, enfilara hacia el Norte, donde a los hombres agobiaban menos los anatemas religiosos. Lucas Martínez, prolífico historiador coahuilense, consideró que el juicio de Benito Juárez se inclinó por ir hacia las regiones septentrionales, porque en la última guerra, la de Reforma, el papel de los llamados fronte-
rizos, sobre todo los de Nuevo León y Coahuila, fue decisivo para alcanzar la victoria. Y estos jóvenes militares siguieron en el nuevo ejército liberal, refiriendo el hecho de que el estado mayor de Ignacio Zaragoza (nativo de la provincia de Coahuila y Texas) estaba compuesto en su mayoría por paisanos de estos lares. Jesús Vargas, que sabe de historia de Chihuahua, ponderó la lealtad y el calor humano que rodearon al presidente durante los más de dos años que permaneció en su territorio. Por mi parte, ofrecí otra variante, derivada de algunas comunicaciones de Benito Juárez en Paso del Norte: la estrategia era desgastar al enemigo haciendo que alargara cada vez más sus líneas de combate y abastecimiento. De cierto, a estos hombres de Mesoamérica, internarse en las planicies norteñas les implicaba retos y peligros innumerables. Sus calores infernales y sus inviernos, “de Laponia” como llegó a exagerar Guillermo Prieto, quien los sufrió sin resignación, estaban bien para apaches y comanches o para sus rivales los rancheros instalados allí dos siglos atrás, pero no para individuos cuya vida había transcurrido en los climas templados. Sin embargo, estas adversidades también golpeaban a los invasores. Cada legua que avanzaban los franceses desde Zacatecas o San Luis Potosí hacia arriba del mapa, les costaba más cara y complicaba en extremo el suministro de las tropas. No encontraban una sucesión de haciendas en donde surtir sus bien provistos trenes de carros cargados de parque y comida, sino alguna grande de vez en vez o rancherías miserables, de las que muy poco podían sacar. Apenas instalado en Paso del Norte, el 16 de agosto de 1865, el presidente escribía: “…el enemigo …después de haber gastado un dineral y atravesado un desierto inmenso, nada ha encontrado al llegar…y ha debilitado sus líneas del interior”. Unas semanas después reafirmaba “Si el enemigo pudiera venir hasta esta villa, nos haría un favor, porque
mientras más prolongue su línea, se debilitará más”. Es curiosa esta afirmación de Juárez, pues todo hacía suponer que se sentía arrinconado en la remota villa de Paso del Norte y que no le quedaba otra que renunciar, refugiándose en Estados Unidos. Contrario a esta idea, si las columnas galas se aproximaban a la frontera, había previsto marchar a Coahuila, dónde desde finales de 1865 estaban cambiando los vientos para favorecer a las armas nacionales. O quizá a Sonora, donde el gobernador le había pedido que instalara la sede del gobierno. ¿Cuánto tiempo habrían tardado el comando francés para organizar una nueva expedición por los desiertos y las sierras norteños?. En medio de maldiciones para el indio presidente que no se dejaba coger, quizá uno o dos años. Mientras tanto, aumentaban las guerrillas chinacas en Michoacán, Oaxaca, Guerrero y Sinaloa. Y, el tablero del ajedrez mundial también empezaba a cambiar, con el ascenso vertiginoso de Prusia, la antigua rival de Francia y la conclusión de la guerra civil en Estados Unidos, que dejaba las manos libres a los yanquis. ¿De dónde recordaban algo parecido los soldados franceses? ¿No había acontecido algo similar cuando el otro Napoleón invadió Rusia?. La escala era menor, desde luego, pero la estrategia era la misma. Ambas partes lo sabían muy bien. Para nada, los vencedores de Crimea, de Magenta y Solferino, querían regresar a la amada Francia como lo hicieron sus abuelos: ensangrentados, con hambre, piojos y mugre. El resultado ya lo sabemos: el Norte, con sus habitantes menos sometidos a los dogmas de la religión, sus guerreros experimentados, sus sentimientos de lealtad y su enorme e inhóspita geografía donde se detuvieron las legiones francesas, decidió la victoria. La Gran Chichimeca, ha sido siempre un hueso duro de roer para quienes han deseado conquistarla.
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Las causas de las crisis financieras, económicas, sociales y políticas* Vicenç Navarro
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No se puede entender la economía sin comprender el contexto político-social que la determina Una percepción generalizada entre analistas de economía (sean economistas o estudiosos de otras disciplinas) consiste en asumir que el objetivo más importante del comportamiento del mundo empresarial en la esfera privada es optimizar los beneficios empresariales. La acumulación de capital (es decir, la absorción de los beneficios generados en la producción de bienes y servicios y en las inversiones financieras) se presenta como único objetivo al que supeditar toda actividad empresarial. Sin duda hay un importante elemento de verdad en esta lectura de la motivación del mundo empresarial. Pero no es toda la verdad. En realidad, tenemos evidencia empírica de que esta explicación es insuficiente, pues frecuentemente el empresario no apoya intervenciones públicas que incluso le generarían más beneficios. Así, hoy vemos que la gran patronal (en aquellos sectores productores de bienes y servicios) está apoyando políticas de aus- 001-240 Ataque a la democracia.indd 25 30/06/2015 9:08:25 26 teridad (recortes de gasto público y salarios) que afectan negativamente a sus beneficios, pues dichas medidas de austeridad reducen la demanda de bienes y servicios que esas grandes empresas producen. En realidad, en Europa puede verse que muchos países con salarios elevados y un gran gasto público social, distribuido universalmente (como los países escandinavos en el norte de Europa), con menores desigualdades, tienen también mayor demanda y actividad económica que aquellos, como en el sur de Europa, donde los salarios son más bajos y los Estados del bienestar más reducidos. En otras palabras, países menos desiguales, como los escandinavos, tienen mayor eficiencia económica que países muy desiguales, como son los países del sur de Europa. ¿Por qué entonces la gran patronal de los paí- ses del sur se opone a medidas públicas encamina-
das a reducir las desigualdades que podrían incrementar la demanda de sus productos, y con ello sus beneficios? No es difícil encontrar la respuesta. La gran patronal desea sobre todo mantener su poder en relación con los agentes de los cuales derivan sus bienes y servicios, muy especialmente los del mundo del trabajo y de otros segmentos de la población. El poder (es decir, la capacidad en términos relacionales de tener mayor poder de decisión que otros) es su mayor objetivo. En realidad, la acumulación de beneficios es un medio para alcanzar tal fin. De ahí su enorme deseo de influir, cuando no controlar, en los mecanismos de decisión no sólo privados, como los medios de información y persuasión, sino también en los públicos, como las instituciones representativas y los aparatos del Estado. Y ahí está uno de los mayores defectos del conocimiento económico: que en sus modelos clásicos no toma en cuenta en absoluto esta relación de poder. Asigna erró- 001240 Ataque a la democracia.indd 26 30/06/2015 9:08:25 27 neamente al mercado este poder de decisión, ignorando la enorme importancia que tiene para entender la economía el conflicto político-cultural-ideológico que configura ese mercado. Un ejemplo claro de la insensibilidad hacia el contexto político del fenómeno económico y financiero es el trabajo de los economistas galardonados con el Premio Nobel de Economía de 2013 (Eugene F. Fama y Lars Peter Hansen), que desarrollaron modelos interpretativos del comportamiento de los mercados financieros que ignoraban completamente el hecho básico y elemental de que el impacto político sobre tales mercados es lo que determina su comportamiento. Hay una evidencia abrumadora al respecto. La supuesta desconfianza de los mercados financieros hacia los bonos públicos de los Estados periféricos de la Eurozona, incluyendo España, se diluyó rápidamente con la declaración del presidente del Banco Central Europeo, el señor Mario Draghi, de que haría todo lo posible para salvar el euro. Explicar el comportamiento de aquellos mercados basándose en un modelo de equi-
librio, como generalmente hace la economía neoclásica, es de una ingenuidad por desgracia recurrente en el pensamiento económico dominante de orientación liberal, el más extendido hoy en los foros donde se reproduce y promueve la sabiduría convencional del país. Como bien dijo John Kenneth Galbraith, uno de los economistas más agudos que EE.UU. haya tenido, en su famosa lección inaugural de la Asociación Estadounidense de Economía (AEA), «la mayor debilidad de la teoría económica neoclásica es que, al eliminar el poder del foco de análisis, ha despolitizado el conocimiento económico, distanciándolo del mundo real» (citado en «Pursuing Profits – or Power?» de James K. Boyce, Dollars and Sense, julioagosto de 2013, p. 8). Y ahí está la causa del gran fracaso 001-240 Ataque a la democracia.indd 27 30/06/2015 9:08:25 28 del conocimiento económico de hoy: que no predijo la crisis actual, la más profunda desde la Gran Depresión. En realidad, los únicos que la predijeron fueron economistas a los que se define como heterodoxos –como Dean Baker, del Center for Economic and Policy Research de Washington, y Jeff Faux, el fundador del Economic Policy Institute, también de Washington–, que centraron sus análisis en la relación entre el poder financiero económico y el Estado federal de EE.UU. Otro ejemplo es Thomas Palley, que centró el origen de la crisis en el crecimiento de las desigualdades en la distribución de la renta resultado del conflicto capital-trabajo, con gran dominio del primero (tema que será ampliamente tratado en este libro). Estos autores son prácticamente desconocidos en España, lo cual no es de extrañar dada la enorme influencia del capital financiero sobre los medios generadores de opinión y consiguiente falta de diversidad en tales medios. *Primer capitulo del libro Ataque a la democracia y al bienestar recién publicado por la editorial Anagrama. Ver: http://lamentable.org/lectures/ataque-a-la-democracia-y-al-bienestar/
El fenómeno Corbyn MARCELO JUSTO
¿P
uede Jeremy Corbyn ser el próximo primer ministro del Reino Unido? En medio de la artillería pesada que le disparan diariamente los medios desde que asumió como líder laborista, el 12 de septiembre, Corbyn y sus seguidores exhiben una calma zen y una fe inconmovible en el deseo de cambio de la sociedad británica. La encuesta más exhaustiva a la fecha sobre el impacto del nuevo líder muestra que el electorado está más a la izquierda de lo que se supone pero, al mismo tiempo, es extremadamente conservador en algunos temas clave. El sondeo de YouGov/Prospect, que analiza la reacción del electorado a las quince principales medidas que propone el nuevo líder laborista, muestra que los británicos simpatizan con seis de las más radicales: nacionalización de ferrocarriles y compañías energéticas, aumento impositivo a las grandes corporaciones, mayor regulación de los bajos salarios y los alquileres privados, y mayor control municipal de la educación. En algunas de estas políticas el apoyo es abrumador. A favor de un salario mínimo de 8 libras la hora fuera de Londres y 9 en la capital, se manifiesta el 80 por ciento, mientras que un 55 por ciento está a favor de nacionalizar los ferrocarriles y un 51 por ciento por hacer lo mismo con el gas y la electricidad. El gigantesco talón de Aquiles de Corbyn es su política de defensa, que incluye la eliminación del actual programa nuclear, el rechazo a ataques militares contra Estado Islámico en Siria y la reducción del presupuesto de las fuerzas armadas. En todos estos temas, más del 50 por ciento de los votantes está en contra de las políticas que impulsa el líder laborista: el porcentaje que lo apoya no llega al 30 por ciento. El tema inmigratorio, que desde hace tiempo figura entre los temas que más preocupan a los británicos, tampoco favorece a Corbyn. La propuesta de que el Reino Unido acepte un fuerte aumento del número de refugiados sirios solo sintoniza con un 31 por ciento de los británicos: un 59 por ciento está en contra. En cuanto al Estado de Bienestar los votantes están en contra dos a uno de su política de rechazar los límites que ha impuesto el gobierno conservador a los montos a recibir en beneficios sociales. En un intento de “pensar lo impensable” el director de YouGov Peter Kernell se pregunta si Corbyn podría ganar las próximas elecciones virando sutilmente su política en defensa, estado de bienestar y refugiados sirios “sin que sus partidarios sientan que está traicionando sus propios principios” La respuesta es negativa. “La clave se encuentra en una pregunta que hicimos una y otra vez en las pasadas elecciones cuando Ed Miliband era líder de los laboristas. ¿Cómo reaccionarían los votantes a la idea de que fuera el primer ministro?”, señala Kernell. Miliband jamás logró superar su falta de carisma. El sondeo muestra que el problema es más grave aún para Corbyn. En su caso no es tanto la falta de carisma como un problema de imagen. En una sociedad acostumbrada a los líderes fuertes —Winston Churchill, Margaret Thatcher, Tony Blair— pocos lo “ven” al frente del gobierno. El nivel de rechazo absoluto es muy alto: un 46 por ciento reacciona con horror a un Corbyn en 10 Downing Street. Sólo un 19 por ciento reacciona con entusiasmo. En el lenguaje de los encuestadores esto equivale a un resultado negativo neto de menos 27 por ciento (46 en contra menos 19 a favor). Miliband sólo tenía un 8 por ciento negativo cuando asumió como líder laborista, porcentaje que saltó a un 25 por ciento negativo a medida que se acercaba la elección. Corbyn tiene un largo camino por recorrer con un único consuelo. En el sondeo de Yougov/ Prospect entre un 28 y un 36 por ciento se sitúan entre los que se inclinan por el “no sabe-no contesta”. En las últimas elecciones un 40 por ciento de los británicos no votó. Corbyn y sus huestes han señalado a ese sector del electorado como una prioridad, aunque no hay garantías de que ese 40 por ciento se vaya a inclinar mayoritariamente por su figura.
CORREO del SUR Director General: León García Soler
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