MUNDO GRÁFICO
AÑO X X I
M I É R C O L E S 11 F E B R E R O
1931
DIRECTOR: JOSE L. CAM PU A
REVISTA POPULAR ILUSTRADA
APARTADO
?^E D A C C I O N ADMINISTRACIÓN J., T A L L E R E S :
"ERMOSILtA,
NUM. 1006
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T J N Attneo obrero, de índole sea necesaria en esa filantropía ^-' cultural, verdadero Ateneo, DEL AMBIENTE Y DE LA VIDA y beneficencia una descentraen el cu«l los intereses particulización (ScliafUe, Gneist), o se ^res de clase son sistemáticaquiera hacer de estas funciones diente pospuestos a los humaun deber meramente individual •los y patrióticos, el de Candas, í,,,,,.,,.,,.,.,,,,.,„.™.,.,..,.„.,..,.,.,.,.,.,.,.,,,,.,,..,,.,.,,,,.,,,.,.,.,.,.,,.,,.,.,.,,,,,,.,.,.,.,..,.^ .1 (Spencer, Proudhom, Balcouuna campaña en fana iniciado i • nin), ello e s q u e l a mayor preovor de lostrabajadores del mar, para la cual pide nos sumamos a ella.s ron todo nuestro corazón.. cupación de las sociedades modernas es el amiapoyo de los jornaleros de la pluma. Kn esa Nunca se ha sentido como ahora la filantro- noramiento del dolor en los individuos necesitas^nipaña ha^^ puntos de vista nuevos y origi- pía. Cierto que durante el paganismo hjbo fi- dos, la ayuda a todo el que trabaja y la consiaies y extremos, cual el que se relajona con lantropía, aunque ello se quiera negar. Léanse deración de la asistencia, no ya como un deber Servicio en las matrículas de mar, merece- las obra.s de L. Schmidt y de Schiern v se verá, ético, sino como una obligación jurídica, que °res de detsnido estudio. «Hay que penetrar con datos irrefutables, contra la opinión de nadie puede arrojar de sus hombros sin incurrir poco—escriben los ateneístas de Candas—en Martensen, que en Atenas la piedad tuvo su alen responsabilidad exigible y severa. * vivienda miserabL del marinero para com- tar particular, que el Estado mantenía a los Pero, ¡ay!,e.sta época, que es la de las más alprender la necesidad de los brazo.s del hijo que, menesterosos, que ello se hace constar también tas y noblesaspiraciones,es también la de los más úsente del hogar durante tres años, deja, qui- en varios pasajes de la «Odisea». Tu-ídides tremendos y dolorosos desencantos. Jamás como s, a un padre ya consumido por las aniqui- cuenta que, en jempos de peste, muchas perahora ha sido tan enorme el contraste entre el lad oras labores, llevando sobre sí la ,'arga de sonas iban de casa en casa a cuidar a los enferUniverso ideal y el Mundo real. Siempre hubo toda una familia, que suele .ser numerosa con mes; en las Leyes de Platón se fijan los deberes entre los pueblos guerras, pero nunca fueron . ^e.so. Es más que probable que, ante seme- humanitarios, y bajo el poder romano, sobre tan feroces, sangrientas y extensas como ahora ' ^'•^ espectáculo, se ablanda.-.en las entrañas, todo bajo la influencia estoica, hubo estableci- que en la conciencia de todos se halla el pacimuchas gen;es, muy de orden sin duda, pero mientos y fundaciones para los niños, ¡os escla- fismo como una exigencia y un maiidato de la HUe ahora se desinteresan de nuestras peticio- vos y los indigentes. Todo ello es cierto; pero razón. En todas las épocas hubo miseria, pero •les a los gobiernos.» lo es también que únicamente después del jamás tan terrible y angustiosa como en estos •'ean cuales fueren esas peticiones, es pbli- Cristianismo, como en Asia .en el budhismo, tiempos en que se siente universalmente el an&^Qo a los gobernantes estudiarlas. ¡Los pesca- la Caridad ha sido comprendida como un de- sia de emancipación de los humildes y el deber de una asistencia fraternal y aun de una igualres! Esta palabra e.^ trágica. Pese a los críticos recho de los desgraciados. y escritores vanguardistas, para los cuales paSin embargo: todo ello debía completarse dad en el disfrute de las cosas más necesarias para la vida. No hay memoria de que ni en e Ser el arte algo extraño a la vida, una es- con la acción social netamente jurídica y sin pecie de opio o de haichis; provocador de deli- intermediarios. La nueva sociología ha traído Esparta, ni en lugar alguno del planeta, ni . ^ fantásticos y enfermizos, yo desearía que un concepto racional de la filantropía. Nunca en período alguno de la Historia del género hu, "^os los niños leyeran y releyeran «La pesca», como ahora se le ha concedido la importancia mano haya s'do tan arraigado en el hombre el J^uñez de Arce, poema sentiniental, pero no que merece. Encargúese al Estado central de sentimiento de la libertad y jamás como en nsiblero; porque los cuadros que en él se pin- la función benéfica en absoluto (Comte, Fichte estas décadas se liace sentir en todos los pue•* Son, por desgracia, de una realidad trágica y las nuevas escuelas socialistas y comunistas). blos del globo la imposición de la violencia. Este contraste desgarrador entre las aspiracioy o que separa la sensibilidad de la sensiblería nes y los medios de satisfacerlas nos abruma y "' precisaniente, la justiiicación real de la desesjieranza. Porque todos los siglos sufrieron noción. Quien llora por su madre muerta no dolores e injusticias, pero o no se dieron cuenta un sensiblero y sí lo es quien gime por la de que lo eran o supieron abrir una ventana al P raída de una rata amaestrada. La poesía UaInfinito, ahora entornadas, para calmar los su^aa moderna es sensiblera casi siempre, porfrimientos con las vislumbres de una vida )^ e es falsa. Pero en «l>a pesca», Núñez de Arce, mejor. Sin embargo: la humanidad actual ha ."O lo mal gobernante que se qui ¡ra, pero insvisto como ninguna el deber de trabajar en esta ado siempre, hizo pensar en los pescadores vida por desterrar el mal y se esfuerza denoda'^'la manera honda y piadosa jOjalá que damente en alej arlo, en tanto que él luclia en l o s Jos poetas lograran apuntarse en su liaber Sus últimas, pero formidables trincheras. Por * obra semejante de misericordia! eso, si es tan formidable el combate, es tan A.1 pronunciar la palabra «pescadores», todos grande el dolor. No importa; trabajemos siem. 5 e.stremecemos Bastó que el gran Sorolla pre; hoy por los pescadores de Candas, mañana vara a una exposición su Iien?o «Aun dicen por los navegantes de todos los grandes misteH e el pescado es caro», ciertamente no el mejor rios que se nos antojan insondables. Muchos ios Suyos, (.ara que le fuera adjudicada Ja héroes están destinados a perecer en las toredalla de honor. La vida del pescador es siemmentas; pero la verdad que entre todos vayan Pr^e íieróica y, a más, es abnegada; porque los formando como las islas de coral los minúscuP scadoras no sOn los que más engruesan la los infusorios, esa verdad piadosa y sublime que ra de los emigrantes; nacen con la vocación es la razón y el porqué de la vida, sobrenadará, sa,-iifij,JQ y jjQpjieden vivir sin escuchar el ^ interminable > atronador del mar, del •ístruo gigantesco que los sonríe y que los ANTONIO ZOZAYA ^ uUa, y cuyo mito eterno 3S la sirena seduc^ y cnieí. Y la vida de los pes-adores no ^ ^ m e n t e es arriesgada y trágica, sino miséAi publicar en nuestro número anterior ohí^*' ^ ^^^ cuanto por ellos llagamos será el retrato Je D . Lucio Escribana Iglesias, j . igado si pensamos que las máximas ,vangéprofesor de! Instituto de Oviedo y redacI *^ "^o son palabras hueras y que, por ?u paite, tor de «La Voz de Asturias», i^ue ha fallein^ '^"^^^^ ideas de solidaridad nOs someten a cido en Madrid recientemente, por un perativcs qne no podemos desobedecer. Sean error de cajas le nicimos figurar con el ales fueren las peticiones de los ateneístas nombre de Luis, y como da la coincidentr ^K"*^ '**' Candas, desde luego nosotrcs, pobres . ^ ^ j a d o r e s en el mar implacable del pensar cia cjue un bermano del muerto lleva este • niijityQ^Q en que también liay miserias anDON ALFONSO HERNÁNDEZ CATA nombre, rectificamos a^uí el error c(ue ^ ^ i o s a s y hondos e impenetrables abismos. Ilustre literata qac acaba de publicar una nucTa e intercsantisi- involuntariamente padecimos. ma novela, titulada «La Voluoud de Dios»
{TIEMPOS DE LUCHA Y DE DOLOR i