El caso de la mujer arruinada

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EL CASO DE LA MUJER ARRUINADA. Marcos 5.22-34 La Biblia está llena de imposibles, casos más allá de toda esperanza. Situaciones y circunstancias. Tormentas, necesidades, muertes, enfermedades, que son imposibles para la mente humana, aun así Dios usa su soberanía. En el libro de Marcos vemos varias situaciones imposibles. Hay una tormenta, un hombre endemoniado, la muerte de una niña. Jesús usa cada caso y prueba que él es capaz de demostrar su poder. No hay predicamentos con el Señor. ¡Tu situación tampoco está más allá de él mismo! ¡Tu pecado no es irreversible! ¡Tu tormenta no está más allá del poder Dios! Jesús se dirige a sanar a una niña, hija de un hombre importante llamado Jairo. Vemos un dúo interesante en este texto. Un oficial de la sinagoga (quienes administraban los rollos, etc) y una mujer que no podía entrar a la sinagoga. Uno respetado, la otra rechazada. Jairo con una hija de 12 años a punto de morir, y una mujer con 12 años de enferma. La gente se apretuja en torno a Jesús. Una mujer tocó a Jesús; al hacerlo instantáneamente se sana. Vamos a examinar este caso imposible. Los hechos nos pueden ayudar a enfrentar situaciones en nuestras propias vidas.

I.

v. 24-26 Su sufrimiento a. v.25 Su Aflicción. Se nos dice que sufría de “flujo de sangre”. Literalmente significa una hemorragia. Puede significar que sufría de un flujo menstrual que no cesaba. Lo que le causara este hemorragia interna, la enfermaba. Al estar el verbo en presente continuo indica una constante hemorragia. b. v.26 Su Angustia. Este constante flujo le causaría un indecible sufrimiento. Examinemos algunas áreas: i. Su Angustia Física. Supongo que esta mujer estaba anémica. Pálida. Sin energías ni siquiera para colarse entre una multitud y tocar a Jesús. Esta enfermedad era como un latigazo a su cuerpo. ii. Su Angustia Médica. Había tratado todos los medicamentos de su día. Nos dice el texto que sufría a manos de los médicos. Las cosas no han cambiado tanto. 1. El Talmud da unas once recetas. Algunas son mezcla de hierbas, pero otras son simples supersticiones. 2. “Tome goma de Alejandría, y de la planta crocus hortensis; macháquelas, y dele vino a la mujer que sufre de flujo.” 3. Si eso falla: “Siéntela en la confluencia de dos caminos, con una copa de vino en la mano; deje que alguien venga por detrás y la espante, y le diga, Levántate de tu flujo.” 4. Si no le hiciere bien, “Tome un puñado de comino, otro de crocus y otro de avena griega; las mezcla, y se las da a beber, y dice, Levántate de tu flujo.” iii. Su Angustia Social. Creo que ni debía ser una mujer casada, porque a través de un simple contacto, hubiera hecho impuro a su esposo. No


podría trabajar rodeada de personas. Su vida se reduciría a pedir en los portales. Era una mujer marginada, un escalón por encima de un leproso. iv. Su Angustia Emocional. La Biblia nos dice que sufría desde hacía 12 años. Teniendo en cuenta que el promedio de vida era bajo, asumimos que sufría esto desde su pubertad. v. Su Angustia Religiosa. Bajo la Ley, Lev 15.19; 25-27, esta pobre mujer era considerada impura. También cualquiera que la tocaba. No podría ni siquiera ir al patio de las mujeres en el Templo. vi. Su Angustia Financiera. La Biblia nos dice que se había “gastado todo lo que tenía.” Su cuenta bancaria también sufría de un flujo negativo. c. v.26 Su Agonía. Luego de años de dolor, se dio cuenta que vivía bajo pena de muerte. Moriría de esa enfermedad. Su vida se le iba yendo cada día. Lev 19.11 Me pregunto cuántos nos podemos identificar con esta mujer. Aun aunque no hayas sufrido esta enfermedad. i. Esta mujer es un cuadro de cada persona que no conoce a Jesús como salvador. Los que están perdidos también tienen una enfermedad en la sangre. Hemos heredado la enfermedad de Adán, Rom 5.12. Esta condición afecta a toda persona de este mundo desde que nacieron. Es una “enfermedad” congénita. Rom 3.10, 23; Gal 3.22 Es una condición en la que el pecador no puede mejorar por sí mismo. 1. Muchos pasan toda su vida buscando el sentido de su condición, pero empeoran. Sus corazones se endurecen, y se afianzan en sus pecados. Todo esfuerzo y religión no mejora su condición. 2. Esta pobre mujer aún tiene más salud que una persona que no conoce a Jesús. Ella se dirige al sepulcro. El que no tiene a Cristo se dirige a un infierno eterno, Sal 9.17; Rom 6.23 ii. También es un cuadro de cada creyente que se esfuerza bajo un pesado yugo. Muchos hijos de Dios están desanimados y derrotados. Han tratado todo en sus propias fuerzas. Todos los libros y conferencias, y predicadores te dejaron tan seco como antes.

II.

v. 27-28 Su Situación. Esta mujer elaboró un plan para acercarse a Jesús. a. v.27 Sus Razones. En algún lado escuchó sobre Jesús. Tal vez había escuchado de al sanidad del leproso en Marcos 1.40-42. O de aquel ex endemoniado que andaba predicando por Decápolis Marcos 5.1-20. b. v.28 Su Resolución. Había escuchado a Jesús. Vio en Jesús al único que podía darle esperanza. i. Se determinó a meterse entre la multitud, a dar de codazos para llegar hasta Jesús. ii. Fue un gran riesgo de ser reconocida, riesgo de ser humillada y ridiculizada, porque no faltaba en el pueblo judío quien creía que toda enfermedad era causa del pecado de la persona enferma.


iii. Estaba empeñada en gastar toda su energía para llegar ante un hombre llamado Jesús. iv. ¿Llegaste a ese momento en tu vida? Cristo es la única esperanza y fuente de salud espiritual, Hch 4.12; Juan 14.6. v. Otros sí son salvos, pero están derrotados, necesitan el valor que tuvo esta mujer. Mateo 11.28; Heb 4.15-16; 1 Pedro 5.7.

III.

v.29-34 Su Salvación. a. v.29 Era Poderosa. Con mano temblorosa alcanzó a tocar su manto de oración, Mateo 9.20. En forma instantánea sintió un cambio en su cuerpo. b. v.30-33 Era Personal. Jesús supo que algo había pasado. Esa palabra “virtud” significa “poder.” i. No fue un simple toque de ropa, sino que fue un toque con fe. El la llamó porque quería darle algo más que salud física. Quería salvar su alma. Hubo mucha superstición en todas las épocas y culturas en el tocar o ser tocados para ser sanados. Jesús quería darle la oportunidad de recibir algo más. Esta mujer le tocó en forma subrepticia por temor a ser ridiculizada. Al tocar a Jesús éste estaría sucio hasta la puesta de sol. Jesús estaba interesado en predicarle, pero no un sermón sobre la impureza ritual. ii. Ella dijo toda la verdad públicamente, tirada a sus pies. Confesó lo que tenía en su corazón. c. v.34 Era Profunda. Jesús la llama “hija”, la única vez en el Nuevo Testamento donde llama así a una mujer. Él y ella tienen una nueva relación. De ser una paria pasó a ser una hija de la familia de Dios. Su fe la había hecho salva. Cuando vamos conociendo a Cristo nos damos cuenta que la salvación es algo más que una póliza de seguros contra incendios. i. Somos hijos de Dios. 1 Juan 3.1-2 ii. Tenemos un hogar en el cielo. Juan 14.1-3 iii. Somos herederos de Dios y coherederos con Cristo. Romanos 8.17 iv. Tenemos nueva vida. 2 Corintios 5.17 v. Somos libres del poder del pecado. Romanos 6.14 vi. Ya no somos enemigos de Dios. Romanos 8.7 vii. Nos hemos reconciliado con Dios. Efesios 2.12-19 viii. Hemos sido completamente perdonados. Colosenses 2.13-14 d. v.34 Era Permanente. Las palabras finales de Jesús, “tu fe te ha hecho salva” era la evidencia plena de que estaba libre de su enfermedad. Quizá el idioma griego nos traicione, porque Jesús hablaba en hebreo, o en su defecto arameo, y la palabra que usaría es “Shalom” que es más que un saludo. Implica una paz verdadera en todo el sentido holístico de la persona: espiritual, emocional y físico. Ella tenía una nueva vida en todo el sentido pleno de la palabra. Aquel día docenas de personas tocaron a Jesús, pero solo una fue transformada.


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