Historia
Arquitectura
La Amテゥrica precolombina Los aztecas Los incas Arte primitivo en Venezuela Venezuela precolombina Arquitectura colonial americana Josテゥ テ]gel Figueroa 20728254
La América precolombina El año 1492 marcó en España el comienzo de una época que inauguró nuevas maneras de pensar a la vez que redujo libertades sociales. La toma de Granada, el último reino musulmán en la Península Ibérica, por los Reyes Católicos significó el fin de la “reconquista” cristiana de la península. Por una parte, este hecho ayudó a fortalecer la identidad naciente de una España unida, ejemplificada en la Gramática de la lengua de Nebrija, que normalizó un idioma oficial común para todo el reino; por otra parte, alimentó el fanatismo religioso que llevó a la expulsión de los judíos y aumentó el poder de la Inquisición. El humanismo renacentista dominó el ámbito cultural, mientras que el espíritu guerrero de la reconquista se dirigiría muy pronto hacia un continente a punto de ser “descubierto”. La culminación de la época de la conquista cristiana permitió también que los Reyes Católicos consideraran una extensión de su poder a otros territorios europeos. Los avances tecnológicos hicieron posible la búsqueda de nuevas rutas marítimas comerciales al Extremo Oriente, pues las rutas terrestres habían sido cortadas por los turcos. Los europeos establecieron colonias y puestos de comercio en lugares estratégicos a lo largo de estas rutas. Para el año 1444 Portugal ya había establecido una pequeña base en Cabo Verde, en la costa occidental de África, que le sirvió como avanzada de exploración y mercantil, y más tarde para un lucrativo comercio de esclavos. En 1492 los Reyes Católicos consideraron por segunda vez la petición de un marinero genovés llamado Cristóbal Colón de financiar un viaje para encontrar una ruta a las Indias por el Oeste. De hecho, Colón pensó que había llegado a las Indias. Esta idea equivocada le dio su nombre a las poblaciones indígenas de América, cambió drásticamente su historia y dio paso a una nueva época en la historia de España.
Se desconoce gran parte de la historia indígena de América antes de la conquista porque ésta se conservaba principalmente en la memoria colectiva, y era transmitida oralmente. Lo que se ha podido reconstruir de la historia de pueblos como los guaraníes de la Argentina y Paraguay, los mapuches de Chile, o los potiguares y tupíes del Brasil es muy poco porque el choque de la conquista destruyó su historia. Los textos que permiten reconstruir el pasado de civilizaciones más avanzadas se reducen a los códices de escritura pictográfica que sobrevivieron la destrucción generalizada de este tipo de material por los españoles —como el Códice Florentino --, a historias indígenas escritas después de la conquista por autores mestizos, y a las crónicas redactadas por los conquistadores y clérigos españoles.
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Los aztecas El imperio azteca creció sobre las ruinas de civilizaciones anteriores en el valle central del actual México. En el momento de su apogeo (que coincide con la llegada de los españoles), el imperio abarcaba un vasto territorio que se extendía desde el sur de los Estados Unidos hasta Guatemala. Los aztecas asimilaron la cultura y la religión de los toltecas, una civilización antigua que había dejado su huella trescientos años antes en el valle de México. Los toltecas a su vez asimilaron rasgos culturales y religiosos de los teotihuacanos, cuyo centro ceremonial más significativo se encontraba en Teotihuacán al norte de lo que es hoy la ciudad de México. El mito de fundación azteca propone que los dioses ordenaron a los mexicasfundar su capital en un lugar donde vieran un águila comiendo una serpiente sobre un nopal (un tipo de cactus). La escena ocurrió, según el mito, en una isla en medio del lago Texcoco, donde los aztecas establecieron la capital de su imperio, Tenochtitlán (la escena es el escudo oficial del México moderno, y se reproduce en su bandera). La ciudad de Tenochtitlán fue fundada en 1325 por los mexicas, quienes se consideraban herederos del dios Quetzalcóatl. El nombre “azteca” es de factura posterior a la conquista, y alude a Aztlán, la tierra mítica original de este pueblo de México, a quienes debería llamarse en propiedad “mexicas” o “tenochcas”. De su lengua, el náhuatl, se han incorporado algunos vocablos al español: ‘chocolate’, ‘maíz’, ‘coyote’, tomate’ y ‘comal’, entre otros.
En el siglo XV los aztecas expandieron su influencia hasta los límites geográficos ya mencionados, impulsados por una súbita explosión demográfica, una clase alta militarizada, y la naturaleza guerrera del culto azteca al dios Huitzilopochtli . Esta deidad solar guerrera requería alimentarse con la esencia de la vida, que se encontraba solamente en la sangre humana. Los aztecas creían que el universo se sustentaba con el sacrificio humano . La guerra y el tributo de seres humanos impuesto a los pueblos conquistados eran maneras de obtener prisioneros para sacrificar a su dios. Los españoles luego justificarían la conquista de la nación azteca debido a la naturaleza “salvaje” de los indígenas, ejemplificada principalmente en la práctica del sacrificio humano.
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Los Incas El imperio de los incas, llamado el Tawantinsuyo, se asentaba en las regiones andinas del Perú. La civilización incaica superó a la azteca en su extensión geográfica y organización política. En el siglo XV la influencia incaica se extendió hacia el norte por toda la costa hasta Ecuador, y hasta el Río Maile, en Chile, al sur. El poder incaico residía en el Cuzco, una ciudad en las alturas de los Andes. Los incas habían habitado esa región desde el siglo XIII, pero empezaron a aumentar su poder en el siglo XV, cuando los cuzqueños se apoderaron de los pueblos cercanos y pusieron en marcha un proyecto de expansión bajo el liderazgo de Túpac Yupanqui. La organización política del territorio incaico se realizó bajo el ayllu (tribu) de Sapa Inca, la familia de TupacYupanqui, y se basaba en un sistema de alianzas entre los pueblos autóctonos y el poder central incaico. Los pueblos aliados a los incas eran obligados a pagar tributos al gobierno central, lo que provocaba resentimientos locales que mantuvieron al imperio en un permanente estado de inestabilidad. Al igual que en el caso de los aztecas, la aplicación del nombre “inca” a toda la población es un error histórico, pues este nombre se refería exclusivamente a la alta nobleza del Tawantinsuyo. El poder del monarca incaico se debía a su descendencia directa del rey sol, Manco Cápac. Para mantener la pureza de la sangre, la sucesión al poder tenía que seguir las reglas de los ayllus que formaban la base dinástica de la sociedad incaica. Sin embargo, en esta sociedad poligámica la sucesión del poder a menudo se convirtió en una competencia entre los varios hijos del rey. La disputa dinástica entre Atahualpa y su medio hermano Huáscar, hijos del rey Huayna Cápac, fue clave en la desintegración política del imperio inca frente a la amenaza española. Justo antes de llegar éstos, Atahualpa había asesinado a Huáscar en el contexto de una guerra civil entre los partidarios de ambos. Las ruinas de Cuzco la ciudad ceremonial de Machu Picchu y las líneas de Nazca todavía permanecen como testimonios de esta civilización andina
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Arte primitivo en Venezuela
Coinciden los grandes antropólogos en señalar que la primera conversión del hombre sobre la tierra consistió en tomar el barro de la ladera, la arcilla del suelo, y trasformarla en un enser doméstico, votivo o figura humana. Aquello, desde el amasado de la arcilla, el secado hasta la colocación en la pira para nuestro antepasado del neolítico debió resultar una especie de encantamiento, un acto divino y de magia.Y es precisamente ese acontecimiento cultural que tuvo lugar hace mas de nueve mil años se repite en el taller “Primitivo” de Bruno Crespo, en la calle Sucre de El Torrellas, donde era el botiquín de Requena, su padre.Y así como para el hombre del Neolítico no había diferencia entre faber y ludens, entre trabajo y juego tampoco para Bruno y sus ayudantes hay diferencia entre trabajo, juego y placer cuando le dan forma a la arcilla y la transforman en auténticas obras de artes. Y es que provoca verlos “jugar” con el barro. Impresiona la destreza y habilidad con que este artesano de postín logra convertir la arcilla amorfa en ánforas, figuras humanas o cualquier otra pieza decorativa o utilitaria.Y que artesano auténtico no es cualquiera. Se nace artesano y Bruno nació con ese don que luego perfeccionó con estudios de la mano del maestro Candido Millán. El toque final a su arte se lo da un horno a gas que en su interior puede arder a la misma temperatura del corazón del sol como me dijo una vez el propio Bruno.
Sin que ello sea una hipérbole hay que decir que la transformación del barro el arte en el taller “Primitivo” ocurre en medio de un proceso o un ambiente casi místico, pues allí palpita la creación, se percibe la belleza; y en todo ello, el “supervisor” del trabajo del taller le da un toque de misticismo, de magia: Chus, el de Marbella como le decíamos los muchachos hoy cuarentones a esa pareja de personajes rústicos atravesando El Torrellas. Y es que Chus, hoy jubilado como botador de escombros y basura, con su silencia hace pensar que hay algo que trasciende la materia.
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La presencia de Chus en el taller de Bruno Crespo le quita al arduo trabajo del barro su carácter burocrático, alienante y agotador; y si ello no es suficiente Bruno incorpora cocuy de penca a la jornada laboral; lo que el no sospecha es que así debió hacer el trabajo alfarero de nuestro antepasados indígenas. El trabajo con el barro nos hace volver la mirada al pasado y a las cosas sencillas porque como bien lo dijera el filósofo griego, Empédocles, "de todas las cosas cuatro son las raíces: Fuego, Agua,Tierra y la altura inmensa del aire. Todas las cosas de tales raíces surgieron; los que serán y las que fueron". Con barro, agua, fuego y una habilidad que le es innata, Bruno Crespo hoy por hoy ha conquistado los mercados artesanales y nacionales e internacionales. Con barro, agua y fuego, en una armoniosa empresa cuasifamiliar, nuestro amigo enaltece el nombre de la Patria Chica con los objetos artísticos que le logra sacar a la arcilla y al talento. Arte, Tradición y mística se conjugan en sus piezas. Eso si sus piezas cuestan un ojo de las cara. Solo los muy fulleros y los muy platudos le piden botellas personalizadas para envasar su cocuy. Eso no es óbice que Bruno haya colocado varias de ellas en los bares particulares de los caroreños más exquisitos. Aunque él no lo sabe; a este artesano, que ya es internacional, podríamos decir sin exageración que su don, su afán por el barro, su destreza con las manos, le vienen por una vieja tradición alfarera que viene a conjugarse con la vocación por las cosas sencillas que tienen los auténticos artistas. Bruno en su artesanía incorpora talento, sencillez y amor por el trabajo para lograr piezas inigualables y de una belleza extraordinaria. Hasta el propio nombre del taller lo delata: Primitivo; una palabra que nos evoca al hombre el neolítico jugando con barro para construir una olla o una figura antropomórfica. Bruno Crespo y su taller Primitivo, en Venezuela, son hoy sinónimo de arte y belleza cuando de artesanía se trata. Este Torrellero que vive en La Osa contagia a sus amigos con su amor por el barro. Suele recurrir a la cosmogonía judeo cristina para referirse a origen de la humanidad:” Dios hizo al hombre de barro…hacer una pieza de arcilla es un acto creador y divino; como lo hizo el mismo Dios…” Naguara…
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Venezuela Precolombina Se cree que el ser humano apareció en el territorio que hoy se conoce como Venezuela hace unos 30.000 años, proveniente de la Amazonia, los Andes y el Caribe. La época precolombina en Venezuela a partir de ese instante puede dividirse en cuatro períodos: Paleo-Indio (30.000 a.C - 5.000 a.C), Meso-Indio (5.000 a.C. - 1.000 a.C), Neo-Indio (1.000 a.C - 1.500 d.C) e Indo-Hispano (1.500 hasta el presente). os períodos Paleo-Indio y Meso-Indio se caracterizaron por la elaboración de instrumentos de caza de grandes animales como el megaterio, el mastodonte y el gliptodonte; así como el posterior desarrollo de artes de pesca y la navegación a las islas del Caribe. Durante el período Neo-Indio se desarrollan la agricultura, la arquitectura y la cerámica: se construyen terraplenes, elevaciones, presas, terrazas, canalizaciones y bóvedas para alimentos; se adquieren conocimientos sobre los ciclos naturales de la flora y fauna local para su mejor aprovechamiento; y se esculpen también esculturas y otras obras en cerámica, destacándose la serie de las Venus de Tacarigua alrededor del lago de Valencia, así como los ornamentos cerámicos de la región andina, como los de la cultura carache. Las tribus más importantes eran los timoto-cuicas en los Andes, vinculados étnicamente a los chibchas; los caribes en las regiones del oriente y centro del país, Guayana y partes del Zulia y los llanos, aunque después de conflictos territoriales adquirieron la costa norte de Sudamérica; los arawakos, asentados en parte de las regiones del que es hoy el estado Amazonas, buena parte del occidente, centro occidente y parte de las costas. Algunos pueblos de filiación arawak son los wayúu, ubicados en el occidente del país hacia el norte y los caquetíos en Paraguaná que poblaron el norte del actual estado Falcón y que fueron desplazados por los conquistadores hacia los llanos occidentales. También hubo pequeñas migraciones de grupos independientes que poblaron la cuenca del Orinoco y otras reducidas zonas del país. Los indígenas de Venezuela usaban barro y paja u hojas de palma para edificar viviendas y otras construcciones, como palafitos con madera, cañas y paja. Los timoto-cuicas, por su parte, utilizaban la roca como principal material arquitectónico. Otros materiales como conchas marinas, eran empleados para el intercambio comercial ordinario, o trueque. La fauna de los años prehistóricos y precolombinos estaba formada por dantas, tigres dientes de sable, armadillos gigantes, entre otros.16 Al llegar los españoles existían en Venezuela numerosas etnias que hablaban lenguas caribe, arawak, chibcha y tupí-guaraní. Además, pudieron diseñar una mitología muy rica, y la cosmogonía de tribus como la de los maquiritare guardan sorprendentes similitudes con el Génesis bíblico.
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Arquitectura colonial americana
ectura colonial americana Para comenzar hay que distinguir dos colonizaciones francamente distintas: la española y la portuguesa. En la española, tres zonas culturales, tres “mundos” se imponen enseguida: a) el Caribe, especie de mar “Mediterráneo de América” de donde partieron los conquistadores; b) la totalidad de Centroamérica, desde California hasta Panamá; c) toda la América del Sur a exclusión del Brasil. Así que éstas serán las tres grandes zonas que se visitarán en este recorrido por la arquitectura colonial. Como se tendrá ocasión de comprobar más adelante, la inmensa mayoría de obras de la arquitectura colonial pertenecen al siglo XVIII. De este modo, desde mediados del siglo XVII, el estilo barroco tomó fuerza en América Latina sobre todo en los actuales territorios de México y Guatemala y en las ciudades peruanas de Cuzco y Lima. Pero el arte decorativista, fruto del mestizaje entre el barroco y las tendencias artísticas autóctonas, tuvo en las tierras volcánicas de Centroamérica una característica singular: la horizontalidad de los edificios, a causa de la actividad sísmica. En la arquitectura urbana se distinguen los edificios masivos, de muros anchos y torres bajas para resistir la actividad telúrica de la zona, así como las quinchas o entramados de cañas atadas y aglutinadas con barro.
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Por otro lado, también es preciso hablar del urbanismo que surge a raíz de la llegada de los conquistadores. La labor urbanística de los españoles y los portugueses a su llegada a América se desarrolló en varios planos: el asentamiento de los colonizadores en las ciudades existentes y en las de nueva fundación, la labor doctrinal y la defensa de su comercio. El modelo de ciudad adoptado en el Nuevo Mundo fue el que imponía el estilo barroco en Europa, donde la urbe se concebía como símbolo del poder absoluto de los reyes y se estructuraba en torno a un centro constituido por una gran plaza, la plaza mayor, y se distribuía en manzanas y amplias calles de trazado en cuadrícula. Sobre esta base, los colonizadores adaptaron para sus fines los grandes núcleos indígenas y fundaron otros nuevos. Asimismo, la preocupación por la seguridad del comercio se manifestó en la planificación de las ciudades costeras, construidas todas ellas con un carácter defensivo siguiendo la tradición de las fortificaciones militares. La Habana, Cartagena de Indias, San Juan de Puerto Rico y Veracruz, entre otras, contaron con murallas y castillos preparados para la defensa.
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