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No. 1 - 168 E.B. Julio 2013 Mayo 2011
México, D. F., 27 de Mayo de 2013
A los bahá’ís de México Muy apreciados amigos: Por este medio les comunicamos con regocijo que durante la “53a Convención Nacional” se realizó la elección de la Asamblea Espiritual Nacional de México para el periodo 2013-2014, la cual dio el siguiente resultado: Alejandra Carrión Oropeza, Francisco Díaz Gómez, Ingmar Groppe, Houman Motlagh Arani Ortiz, Samira Nikaein Towfighian, Arturo Serrano Santoyo, Josué Zárate Arista, Munés Zárate Khalili y Daryoush Yaldaei Ghofrani. Con cariñosos saludos bahá’ís, Daryoush Yaldaei Ghofrani Secretario2General
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A los bahá’ís del mundo
Amados colaboradores: Este pronunciamiento tan emotivo nos viene a la mente de manera espontánea al contemplar los esfuerzos consagrados que ustedes realizan en todo el mundo en respuesta al llamamiento de Bahá’u’lláh. Puede advertirse por doquier la espléndida respuesta a Su llamado. Para los que se detienen a reflexionar sobre el desenvolvimiento del Plan Divino, se vuelve imposible ignorar cómo el poder contenido en la Palabra de Dios cobra ascendencia en los corazones de mujeres y hombres, niños y jóvenes, en un país tras otro, en agrupación tras agrupación.
Muy queridos amigos: “El Libro de Dios está completamente abierto y Su Palabra emplaza al género humano a volverse a Él”. En tan conmovedores términos describe la Suprema Pluma el advenimiento del día de la unión y de la congregación. Bahá’u’lláh prosigue: “Prestad atención, oh amigos de Dios, a la voz de Aquel a Quien el mundo ha agraviado, y sosteneos firmemente de todo aquello que ha de exaltar a Su Causa”. Y continúa exhortando a Sus seguidores: “Con la mayor amistad y con espíritu de perfecta fraternidad, reuníos a consultar, y dedicad los preciosos días de vuestras vidas al mejoramiento del mundo y a la promoción de la Causa de Aquel que es el Anciano y Soberano Señor de todo”.
Una comunidad mundial está refinando su capacidad de leer su realidad inmediata, analizar sus posibilidades, y emplear sabiamente los métodos e instrumentos del Plan de Cinco Años. Como se esperaba, con 3
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funcionamiento puede discernirse tanto en los datos cuantitativos que reflejan el progreso de la comunidad como en la variedad de relatos acerca de sus logros. Lo que es especialmente prometedor es que muchos de estos rasgos distintivos y destacados que caraterizan a las agrupaciones más avanzadas son también evidentes en comunidades que se hallan en fases mucho más tempranas de su desarrollo.
gran rapidez se está acumulando experiencia en aquellas agrupaciones donde se están haciendo avanzar las fronteras del aprendizaje de manera consciente. En estos lugares, son bien comprendidos los medios que permiten que un número cada vez mayor de personas fortalezca su capacidad de servicio. Un instituto de capacitación vibrante actúa como puntal de los esfuerzos de la comunidad para impulsar el Plan, y las destrezas y habilidades desarrolladas mediante la participación en los cursos del instituto se despliegan sobre el terreno lo más rápido posible. Algunos, mediante sus interacciones sociales cotidianas, se encuentran con almas abiertas a la exploración de temas espirituales, búsqueda esta que se lleva a cabo en una variedad de entornos; otros están en situación de responder a la receptividad de una aldea o barrio, tal vez por haberse trasladado a la zona. Un número creciente se levanta a asumir responsabilidades, engrosando así las filas de quienes sirven como tutores, animadores y maestros de niños, de los que administran y coordinan, o de los que de alguna otra manera trabajan para apoyar las labores. El compromiso de los amigos con el aprendizaje se manifiesta a través de la constancia de sus propios esfuerzos y de su voluntad de acompañar a otros en los suyos. Además, son capaces de tener siempre presente dos perspectivas complementarias sobre el modelo de acción que se desarrolla en la agrupación: una, los ciclos trimestrales de actividad — el pulso rítmico del programa de crecimiento — y otra, las distintas etapas de un proceso de educación para los niños, para los prejóvenes, y para los jóvenes y adultos. Aunque comprenden claramente la relación que enlaza estas tres etapas, los amigos son conscientes de que cada una tiene su propia dinámica, sus propias necesidades, y sus propios méritos inherentes. Por encima de todo, son conscientes de la intervención de poderosas fuerzas espirituales, cuyo
A medida que la experiencia de los amigos se ha vuelto más profunda, ha aumentado su capacidad de fomentar dentro de una agrupación un modelo de vida rico y complejo, abarcando cientos e incluso miles de personas. Cuánto nos complace observar las múltiples perspectivas que los creyentes están adquiriendo como fruto de sus esfuerzos. Comprenden, por ejemplo, que el desenvolvimiento gradual del Plan en el ámbito de la agrupación es un proceso dinámico, necesariamente complejo, y que no se presta a una simplificación fácil. Ven cómo avanza a medida que aumenta su capacidad tanto para impulsar los recursos humanos como para coordinar y organizar bien las acciones de los que se levantan. Los amigos se dan cuenta de que a medida que se potencian estas capacidades, se hace posible integrar una gama más amplia de iniciativas. Igualmente, han llegado a reconocer que cuando se incorpora un nuevo elemento, este requiere una atención especial por cierto tiempo, pero ello no disminuye de manera alguna el valor de otros aspectos de sus labores de construcción de comunidad. Pues entienden que para que el aprendizaje sea su modo de funcionamiento, deben estar alerta a las posibilidades que ofrece cualquier instrumento del Plan que resulte ser especialmente apropiado para determinado momento y, cuando sea necesario, dedicar más energía a su desarrollo; ello no significa, sin embargo, que cada persona deba ocuparse del mismo aspecto del Plan. Los amigos también 4
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el progreso se logra más fácilmente en un ambiente impregnado de amor, un ambiente en el que los defectos se pasan por alto con tolerancia, los obstáculos se superan con paciencia y los enfoques ya probados se acogen con entusiasmo. Y es así cómo, mediante la sabia dirección de las instituciones y agencias de la Fe que operan en todos los niveles, los esfuerzos de los amigos, por modestos que sean individualmente, confluyen en un esfuerzo colectivo para asegurar que la receptividad al llamado de la Bendita Belleza se identifique con rapidez y se nutra con eficacia. Una agrupación en estas condiciones es claramente una donde las relaciones entre el individuo, las instituciones y la comunidad — los tres protagonistas del Plan — evolucionan con solidez. En este panorama de floreciente actividad, un prospecto merece mención especial.
han aprendido que no es necesario que el enfoque principal de la fase de expansión de todos los ciclos de un programa de crecimiento gire en torno a un mismo objetivo. Las circunstancias pueden requerir, por ejemplo, que en un ciclo determinado la atención se concentre principalmente en invitar a las almas a abrazar la Fe mediante una intensificación de las labores de enseñanza, llevadas a cabo de manera individual o colectiva; en otro ciclo, el enfoque podría orientarse a multiplicar una actividad básica determinada. Por otro lado, los amigos son conscientes de que la labor de la Causa avanza a ritmos diferentes en lugares diferentes, y con buena razón — al fin y al cabo, es un fenómeno orgánico —, y cada ocasión de avance que observan les llena de gozo y aliento. De hecho, reconocen el beneficio que se deriva de la contribución de cada individuo al progreso del conjunto, y por tanto todos valoran el servicio prestado por cada persona, de acuerdo con las posibilidades que les ofrecen sus propias circunstancias.
En el mensaje que les dirigimos hace tres años, expresábamos la esperanza de que los amigos de agrupaciones con programas intensivos de crecimiento en marcha procuraran aprender más acerca de las maneras de construir comunidad mediante el desarrollo de centros de actividad intensa en barrios y aldeas. Nuestras esperanzas se han visto superadas, pues incluso en agrupaciones donde el programa de crecimiento aún no ha alcanzado intensidad, los esfuerzos de unos pocos por iniciar actividades básicas entre los residentes de pequeños sectores, una y otra vez han demostrado su eficacia. En el fondo, este planteamiento se centra en la respuesta a las enseñanzas de Bahá’u’lláh de parte de poblaciones que están listas para la transformación espiritual que Su Revelación fomenta. Mediante la participación en el proceso educativo promovido por el instituto de capacitación, se sienten motivados a rechazar la apatía y la indiferencia inculcadas por las fuerzas de la sociedad y, en su lugar, a proseguir
Las reuniones de reflexión se entienden cada vez más como ocasiones en las que los esfuerzos de la comunidad son, en su conjunto, objeto de deliberación seria y edificante. Los participantes se informan de lo que se ha hecho en general, comprenden sus propios esfuerzos dentro de ese contexto, y realzan su conocimiento sobre el proceso de crecimiento mediante la asimilación de los consejos de las instituciones, y aprovechando la experiencia de sus correligionarios. Semejante experiencia se comparte también en muchos otros espacios que surgen para la consulta entre los amigos que participan intensamente en labores específicas, ya sea dedicándose a una línea de acción común o sirviendo en un determinado sector de la agrupación. Todo este entendimiento se ubica en una apreciación más amplia de que 5
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Al tiempo que la expansión y consolidación han progresado de manera constante durante el último año, han avanzado igualmente otras áreas importantes de actividad, a menudo en forma muy paralela. Como ejemplo notable, los avances en el ámbito de la cultura que se registran en algunas aldeas y barrios se deben en gran parte a lo que se está aprendiendo de la participación bahá’í en la acción social. Nuestra Oficina de Desarrollo Económico y Social ha elaborado recientemente un documento en el que se condensan treinta años de experiencia acumulada en este campo, desde que se estableció dicha Oficina en el Centro Mundial Bahá’í.
pautas de acción que logran transformar la vida. Cuando este planteamiento ha evolucionado durante varios años en un barrio o aldea y los amigos han mantenido su enfoque, se vuelven evidentes, gradual pero inequívocamente, los extraordinarios resultados. Los jóvenes se empoderan para asumir la responsabilidad del desarrollo de los menores a su alrededor. Las generaciones mayores acogen con agrado la contribución de los jóvenes a las conversaciones significativas sobre los asuntos de toda la comunidad. Para los jóvenes y mayores por igual, la disciplina cultivada a través del proceso educativo de la comunidad desarrolla la capacidad para la consulta, y surgen nuevos espacios para las conversaciones llenas de propósito. Sin embargo, el cambio no se limita meramente a los bahá’ís y a los que participan en las actividades básicas requeridas por el Plan, de quienes sería lógico esperar que, con el tiempo, adoptaran nuevas formas de pensar. El espíritu mismo del lugar se ve afectado. Una actitud devocional cobra forma dentro de gran parte de la población.
Entre las observaciones que hace, está el hecho de que el instituto de capacitación confiere un impulso vital a los esfuerzos por participar en la acción social. Esto no se debe simplemente al aumento de recursos humanos que genera. Las percepciones espirituales, las cualidades y las facultades que se cultivan mediante el proceso del instituto han demostrado ser tan vitales para la participación en la acción social como lo son para la contribución al proceso de crecimiento. Se explica, además, cómo las distintas esferas de actividad de la comunidad bahá’í se rigen por un marco conceptual común y evolutivo, compuesto de elementos que se refuerzan mutuamente, si bien asumen manifestaciones diversas en distintos ámbitos de acción. El documento que hemos descrito recientemente se ha compartido con las asambleas espirituales nacionales, a las cuales invitamos a que, en consulta con los Consejeros, consideren cómo los conceptos que se exploran en el mismo pueden ayudar a realzar los esfuerzos actuales que se ejercen bajo su patrocinio en el área de la acción social, y a elevar la conciencia de esta notable dimensión de la labor bahá’í.
Las manifestaciones de la igualdad entre hombres y mujeres se hacen más evidentes. La educación de los pequeños, tanto niños como niñas, reclama mayor atención. El carácter de las relaciones dentro de las familias — forjadas por supuestos que se remontan a siglos — cambia de manera perceptible. Se impone un sentido del deber para con la comunidad inmediata y el entorno físico de la persona. Incluso la lacra del prejuicio, que proyecta su sombra nefasta en todas las sociedades, comienza a ceder ante la fuerza irresistible de la unidad. En síntesis, el trabajo de construcción de comunidad al que se dedican los amigos ejerce influencia en aspectos de la cultura.
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el comienzo de la última ola de persecuciones, ha estimulado a sus hermanos y hermanas de otros países a acudir en su defensa. De entre los dones inapreciables que la comunidad mundial bahá’í ha adquirido como consecuencia de esa entereza, al respecto mencionamos este: una red impresionante de entidades especializadas a nivel nacional que han demostrado ser capaces de fomentar relaciones con los gobiernos y las organizaciones de la sociedad civil de manera sistemática. Paralelamente, la evolución de planes sucesivos ha mejorado la capacidad de la comunidad para participar en los discursos predominantes en cualquier espacio donde se conduzcan, desde conversaciones personales hasta foros internacionales.
Esto no debiera interpretarse como un llamado colectivo a la acción generalizada en este campo — la germinación de la acción social ocurre de manera natural, a medida que cobra fuerza una comunidad en crecimiento — pero ha llegado el momento de que los amigos reflexionen más profundamente sobre las implicaciones de sus esfuerzos para la transformación de la sociedad. El aumento del aprendizaje que se está produciendo en este campo incrementa las exigencias impuestas sobre la Oficina de Desarrollo Social y Económico, y se están tomando medidas para garantizar que, del mismo modo, evolucione su funcionamiento. Una característica especialmente notable de los últimos doce meses ha sido la frecuencia con la que, en una abundante variedad de contextos, se identifica a la comunidad bahá’í con esfuerzos encaminados a lograr el mejoramiento de la sociedad, en colaboración con personas de ideas afines. Desde la esfera internacional hasta las bases de la vida de las aldeas, los líderes del pensamiento en todo tipo de entornos han manifestado ser conscientes de que los bahá’ís no solo desean de corazón el bienestar de la humanidad, sino que tienen una concepción convincente de lo que se necesita lograr y de los medios efectivos para hacer realidad sus aspiraciones. Estas expresiones de aprecio y de apoyo han llegado también de algunos sectores nunca antes esperados. Por ejemplo, incluso en la Cuna de la Fe, a pesar de los formidables obstáculos colocados en su camino por el opresor, los bahá’ís cuentan con el creciente reconocimiento de las profundas implicaciones que tiene su mensaje para el estado de su nación y con el respeto por su inquebrantable determinación para contribuir al progreso de su patria.
En las bases, la participación en este tipo de empresa se crea de manera natural, por medio del mismo enfoque orgánico que caracteriza el aumento constante de la participación de los amigos en la acción social, y no se requiere esfuerzo especial alguno para estimularla. A nivel nacional, sin embargo, se está convirtiendo con mayor frecuencia en objeto de atención para estas mismas entidades especializadas que ya funcionan en decenas de comunidades nacionales, y se desarrolla de acuerdo con el modelo familiar y fructífero de acción, reflexión, consulta y estudio. Para realzar esos esfuerzos, facilitar el aprendizaje en esta esfera, y garantizar que las medidas adoptadas sean coherentes con las demás labores de la comunidad bahá’í, hemos establecido recientemente la Oficina de Discurso Público en el Centro Mundial Bahá’í. Le instaremos a que apoye a las asambleas espirituales nacionales en esta materia mediante la paulatina promoción y coordinación de actividades y la sistematización de experiencias. Alentadores progresos se dan también en otras áreas. En Santiago de Chile, donde se
El sufrimiento que han soportado los fieles en Irán, sobre todo en las décadas transcurridas desde 7
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de actividad a las que se dedica, totalmente entregada al cumplimiento de su misión. Su entusiasmo y dedicación se evidencian en el tremendo fervor generado por el anuncio de hace unos dos meses de la convocatoria de 95 conferencias de juventud en todo el mundo. Es gratificante la reacción de los jóvenes mismos así como las muestras de apoyo expresadas por sus hermanos en la Fe, quienes aprecian la forma en que los seguidores más jóvenes del Bahá’u’lláh proporcionan un estímulo vital para todo el cuerpo de la Causa.
está erigiendo el Templo Madre de América del Sur, las obras continúan a buen ritmo. Se han completado las construcciones de hormigón de los cimientos, el sótano y el túnel de servicio, así como las columnas que sostendrán la superestructura. Crece la expectativa asociada con este proyecto, y un sentimiento de interés similar se está suscitando en los siete países en los que se han de levantar Mashriqu’l-Adhkárs nacionales o locales. Han comenzado los preparativos en cada uno de ellos, y los aportes de los creyentes al Fondo de los Templos han empezado a utilizarse; sin embargo, las consideraciones de tipo práctico como puedan ser la ubicación, el diseño y los recursos representan solo un aspecto de la labor que están realizando los amigos. La suya es, esencialmente, una labor espiritual, una tarea en la que participa toda la comunidad.
Nos llenan de esperanza las sucesivas pruebas que observamos de la difusión del mensaje de Bahá’u’lláh, del alcance de su influencia y la creciente conciencia de los ideales que este encierra. En esta temporada de aniversarios, traemos a la memoria ese “Día de la felicidad suprema”, separado de este Ridván por un siglo y medio, cuando la Belleza de Abhá proclamó por primera vez Su Misión a Sus compañeros en el Jardín de Najíbíyyih. Desde ese santificado lugar, la Palabra de Dios se ha extendido a todas las ciudades y costas, convocando a la humanidad a un encuentro con su Señor. Y a partir de ese primer séquito de amantes embriagados de Dios ha florecido una diversa comunidad con propósito, flores multicolores en el jardín que Él ha cultivado. Con cada día que pasa, un número creciente de almas que recién se han despertado se vuelven suplicantes hacia Su Santuario, el lugar en el que nosotros, en honor a ese Día bendito, y en agradecimiento por cada favor otorgado a la comunidad del Más Grande Nombre, inclinamos nuestras cabezas en oración ante el Sagrado Umbral.
El Maestro se refiere al Mashriqu’l-Adhkár como el “imán de las confirmaciones divinas”, “los fuertes cimientos del Señor”, y “el firme pilar de la Fe de Dios”. Dondequiera que se establezca, será naturalmente un componente integral del proceso de construcción de comunidad que lo rodea. En aquellos lugares donde habrá de levantarse una Casa de Adoración, la conciencia de esta realidad está ya ahondando entre las filas de los creyentes, que reconocen que sus vidas colectivas deben reflejar cada vez más esa unión de adoración y servicio que encarna el Mashriqu’l-Adhkár. Así pues, en todos los frentes vemos a la comunidad bahá’í marchando hacia adelante con paso firme, avanzando en su comprensión, deseosa de adquirir mayor entendimiento derivado de la experiencia, dispuesta a asumir nuevas tareas cuando los recursos lo permiten, ágil en su respuesta a nuevos imperativos, consciente de la necesidad de asegurar la coherencia entre las distintas áreas
La Casa Universal
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de J usticia
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Destrucción Destrucción de de la la Más Más Grande Grande Casa Casa 27 de Junio de de 2013
Con los corazones rotos, hemos recibido noticias de la destruccion de la Más Grande Casa: la Casa de Baha’u’llah en Bagdad. Aunque las circunstancias precisas que rodean esta atroz violación todavía no están claras, su consecuencia inmediata no deja lugar a dudas y debe recalcarse categóricamente: los pueblos del mundo han sido despojados de un recinto sagrado de inmensurable santidad. Acto tan deplorable, acaecido en visperas de la congregación mundial sin precedentes de los jóvenes seguidores de Baha’u’llah y sus amigos, evoca esa misteriosa interacción de crisis y victoria mediante la que se consumará finalmente Su indestructible, incontenible, inexorable voluntad. Suplicamos a la Bendita Belleza que confiera a Sus fieles seguidores en todo el mundo fortaleza y determinación frente a esta dolorosa adversidad. Se facilitará mayor información a medida que se disponga de ella.
La Casa Universal de Justicia
Casa de Bahá‘u‘lláh en Baghdad 9
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Persecución contra el pueblo de Irán 2 de Marzo de 2013
A los bahá’ís de Irán
el denunciante considerara más conveniente para sus propósitos. Por otro lado, la negativa inflexible de los miembros de la comunidad a participar en actividades políticas partidistas ha sido interpretada como una falta de interés por los asuntos del pueblo iraní. Ahora que las verdaderas intenciones de sus opresores han quedado al descubierto, les corresponde dar respuesta al creciente interés de sus compatriotas por comprender la actitud bahá’í hacia la política, no sea que concepciones erróneas lleguen a debilitar los lazos de amistad que ustedes están forjando con tantísimas almas. En este sentido, ellos merecen más que unas cuantas declaraciones — por importantes que éstas sean — que invocan imágenes de amor y unidad. Con el fin de ayudarles a transmitir una visión del marco que da forma al enfoque bahá’í sobre el tema, les ofrecemos los siguientes comentarios.
Muy queridos amigos: Desde hace tres décadas y media, ola tras ola de persecuciones de diversa intensidad han azotado su duramente castigada y valiente comunidad, tempestad que no es sino la última de una serie desatada hace más de ciento sesenta años. No obstante, contrario a las expectativas de quienes están decididos a minar las fuerzas de la comunidad de los seguidores de Bahá’u’lláh en Su tierra natal, sus maniobras han servido para fortalecer aún más sus cimientos y consolidar sus filas. Un número cada vez mayor de sus compatriotas, víctimas ellos mismos de la opresión, no sólo ven con claridad el rastro de las injusticias cometidas contra los bahá’ís a lo largo de los años, sino que reconocen también en su historial ininterrumpido de servicio desinteresado a la sociedad una fuerza de cambio constructivo. A medida que crece la simpatía hacia ustedes, crecen también las voces que claman la eliminación de los obstáculos que les han impedido participar en la vida de la sociedad en todas sus dimensiones. No es de extrañar, entonces, que las preguntas sobre la postura que mantienen los bahá’ís en todas partes en relación a las actividades políticas hayan adquirido mayor relevancia a los ojos de sus compatriotas.
El punto de vista bahá’í sobre la política está ligado a una concepción particular de la historia, de su curso y dirección. Todos los seguidores de Bahá’u’lláh tienen la firme convicción de que la humanidad se está acercando hoy a la etapa culminante de un proceso milenario que la ha llevado desde su infancia colectiva hasta el umbral de la madurez, una etapa que será testigo de la unificación de la raza humana. Similar al de una persona que atraviesa el inestable aunque prometedor período de la adolescencia, durante el cual salen a la luz facultades y capacidades latentes, la humanidad en su conjunto se encuentra en medio de una transición sin precedentes. Tras gran parte del tumulto y la agitación de la vida contemporánea están los arranques y tropiezos de una humanidad que se debate para llegar
Sin duda, históricamente, la posición en la que la comunidad bahá’í iraní se ha encontrado en este asunto ha sido un tanto peculiar. Ha sido falsamente acusada de tener motivaciones políticas, de estar coligada en contra del régimen imperante, de ser el agente de cualquier potencia extranjera que 10
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a la mayoría de edad. Costumbres y prácticas ampliamente aceptadas, actitudes y hábitos apreciados, se van quedando obsoletos, uno por uno, a medida que comienzan a imponerse los imperativos de la madurez.
Como ustedes saben a través de su estudio de los escritos bahá’ís, el principio que ha de imbuir todas las facetas de la vida organizada sobre el planeta es la unidad de la humanidad, el sello distintivo de la edad de su madurez. El hecho de que la humanidad constituye un solo pueblo es una verdad que, otrora vista con escepticismo, recibe amplia aceptación en la actualidad. El rechazo a los prejuicios profundamente arraigados y un creciente sentido de ciudadanía mundial son algunos de los signos de esta mayor toma de conciencia. Sin embargo, por prometedor que sea el aumento de la conciencia colectiva, debe verse como sólo el primer paso dentro de un proceso que llevará décadas — más bien siglos — en desplegarse. Pues el principio de la unicidad de la humanidad, tal como proclama Bahá’u’lláh, no solamente demanda la cooperación entre las personas y las naciones. Llama a una re-conceptualización total de las relaciones que sustentan a la sociedad. La intensificación de la crisis ambiental, impulsada por un sistema que tolera el saqueo de los recursos naturales para satisfacer una sed insaciable por más, sugiere lo totalmente inadecuada de la concepción actual que tiene la humanidad de su relación con la naturaleza; el deterioro del ambiente del hogar, con el consiguiente aumento de la explotación sistemática de mujeres y niños en todo el mundo, deja en claro lo incisivo de los indeseables conceptos que definen las relaciones dentro de la unidad familiar; la persistencia del despotismo por un lado, y la creciente falta de respeto por la autoridad por el otro, revelan lo insatisfactoria que es la naturaleza de la relación actual entre el individuo y las instituciones de la sociedad para una humanidad en proceso de maduración; la concentración de riqueza material en las manos de una minoría de la población mundial da una idea de cuán radicalmente mal concebidas son las relaciones entre los
A los bahá’ís se les alienta a que perciban en los cambios revolucionarios que se desarrollan en todas las esferas de la vida la interacción de dos procesos fundamentales. Uno es destructivo por naturaleza, mientras que el otro es integrador; ambos sirven para llevar a la humanidad, cada uno a su manera, a lo largo del camino que conduce hacia su plena madurez. La intervención del primero es evidente en todas partes: en las vicisitudes que han aquejado a instituciones consolidadas, en la impotencia de los líderes en todos los ámbitos para reparar las grietas que aparecen en las estructuras de la sociedad, en el desmantelamiento de las normas sociales que tiempo atrás mantenían a raya pasiones indecorosas, y en el desaliento y la indiferencia que muestran no sólo los individuos sino también sociedades enteras que han perdido todo sentido de propósito. Aunque devastadoras en sus efectos, las fuerzas de desintegración tienden a apartar los obstáculos que impiden el avance de la humanidad y abren espacio para que el proceso de integración reúna a grupos diversos y devele nuevas oportunidades de cooperación y colaboración. Los bahá’ís, sin duda, se esfuerzan por alinearse individual y colectivamente con las fuerzas asociadas con el proceso de integración, con el convencimiento de que continuarán cobrando fuerza, no importa cuán sombrío parezca el horizonte inmediato. Los asuntos humanos serán reorganizados por completo, y se inaugurará una era de paz universal. Tal es la perspectiva de la historia que subyace en cualquier emprendimiento de la comunidad bahá’í. 11
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diversos sectores de lo que es ahora una naciente comunidad global. El principio de la unidad de la humanidad implica, pues, un cambio orgánico en el armazón mismo de la sociedad.
correspondientes, que encarnen el principio de la unicidad de la humanidad y las convicciones que lo sustentan, de las que mencionaremos aquí sólo unas cuantas a modo de ilustración: que el alma racional no tiene género, raza, etnia o clase, lo que hace intolerable cualquier forma de prejuicio, entre los que destacan aquellos que impiden que las mujeres alcancen su potencial y participen en diversos campos de actividad codo a codo con los hombres; que la causa raíz del prejuicio es la ignorancia, que puede eliminarse a través de procesos educativos que hagan accesible el conocimiento a toda la raza humana, garantizando que no se convierta en propiedad de una minoría privilegiada; que la ciencia y la religión son dos sistemas complementarios de conocimiento y práctica, por medio de los que los seres humanos llegan a comprender el mundo que les rodea y a través de los cuales avanza la civilización; que la religión sin ciencia pronto degenera en superstición y fanatismo, mientras que la ciencia sin religión se convierte en un instrumento de materialismo descarnado; que la verdadera prosperidad, fruto de una coherencia dinámica entre las necesidades materiales y espirituales de la vida, se volverá cada vez más lejana, mientras el consumismo siga actuando como el opio del alma humana; que la justicia, como facultad del alma, permite al individuo distinguir lo verdadero de lo falso y guía la investigación de la realidad, tan esencial si han de eliminarse las creencias supersticiosas y caducas tradiciones que impiden la unidad; que cuando se ejerce debidamente sobre las cuestiones sociales, la justicia es el instrumento más importante para el establecimiento de la unidad; que el trabajo realizado con espíritu de servicio a nuestros semejantes es una forma de oración, un medio de adorar a Dios. Convertir en realidad ideales como éstos, producir una transformación a nivel del individuo y sentar
Lo que debemos decir aquí llanamente es que los bahá’ís no creen que la transformación así prevista se producirá exclusivamente por sus propios esfuerzos. Tampoco están tratando de crear un movimiento que pretende imponer a la sociedad su visión del futuro. Todas las naciones y todos los grupos — de hecho, cada individuo — contribuirá en mayor o menor grado al surgimiento de la civilización mundial hacia la que se dirige irresistiblemente la humanidad. La unidad se logrará de manera progresiva, tal como presagió ‘Abdu’l-Bahá, en distintos ámbitos de la vida social, por ejemplo, “la unidad en el dominio político”, “la unidad de pensamiento en proyectos mundiales”, “la unidad en la libertad”, “la unidad de las razas” y “la unidad de las naciones”. A medida que éstas se vayan haciendo realidad, irán tomando forma paulatinamente las estructuras de un mundo políticamente unido, que respeta toda la diversidad cultural y proporciona canales para la expresión de la dignidad y el honor. La cuestión que ocupa a la comunidad mundial bahá’í es, entonces, cómo contribuir de la mejor manera al proceso de construcción de civilización a medida que aumentan sus recursos. Dos son las dimensiones inherentes a su contribución. La primera está relacionada con su propio crecimiento y desarrollo, y la segunda con su participación en la sociedad en general. En cuanto a la primera, los bahá’ís del mundo entero, en los lugares más modestos, se esfuerzan por establecer un patrón de actividad y las estructuras administrativas 12
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las bases de estructuras sociales adecuadas no es una tarea fácil, sin lugar a dudas. No obstante, la comunidad bahá’í está dedicada al proceso de aprendizaje de largo plazo que esta tarea conlleva, empresa a la que se invita a participar a un número creciente de personas de toda condición y de cualquier grupo humano.
de vista personales, tiene en debida cuenta datos empíricos válidos, no eleva al rango de realidad lo que es una mera opinión, ni define la verdad como un compromiso entre grupos de interés opuestos. Para explorar cuestiones como éstas y las muchas otras que ciertamente surgirán, la comunidad bahá’í ha adoptado un modo de funcionamiento caracterizado por la acción, reflexión, consulta y estudio — un estudio que implica no sólo una constante referencia a los escritos de la Fe sino también un análisis científico de las pautas que van siendo desplegadas. De hecho, cómo mantener este modo de aprendizaje en acción, cómo garantizar que un número creciente de personas participe en la generación y aplicación del conocimiento relevante, y cómo diseñar estructuras para la sistematización de una experiencia en expansión a nivel mundial y la distribución equitativa de las lecciones aprendidas, son, en sí mismos, objeto de examen periódico.
Por supuesto, son numerosas las cuestiones que el proceso de aprendizaje que está en marcha en todas las regiones del mundo debe resolver: cómo reunir a gente de distintas procedencias en un ambiente que, desprovisto de la constante amenaza de conflictos y destacado por su carácter devocional, les anime a dejar de lado las costumbres divisivas de una mentalidad partidista, fomente un mayor grado de unidad de pensamiento y acción, y suscite su participación incondicional; cómo administrar los asuntos de una comunidad en la que no hay una clase gobernante con funciones sacerdotales que pueda reclamar distinción o privilegio; cómo hacer posible que contingentes de hombres y mujeres se liberen del cautiverio de la pasividad y de las cadenas de la opresión para participar en actividades que propicien su desarrollo espiritual, social e intelectual; cómo ayudar a los jóvenes a navegar por una etapa crítica de sus vidas y empoderarse para encauzar sus energías hacia el avance de la civilización; cómo crear dinámicas dentro de la unidad familiar que lleven a la prosperidad material y espiritual, sin inculcar en las nuevas generaciones sentimientos de alienación hacia un “otro” ilusorio, o alimentar cualquier instinto de explotación de los que han sido relegados a esa categoría; cómo hacer posible que la toma de decisiones se beneficie de una diversidad de perspectivas mediante un proceso consultivo que, si se comprende como investigación colectiva de la realidad, promueve el desapego a los puntos
La dirección general del proceso de aprendizaje que la comunidad bahá’í está llevando a cabo está dada por una serie de planes globales cuyas disposiciones vienen establecidas por la Casa Universal de Justicia. El lema de estos planes es la creación de capacidad: su objetivo es hacer posible que los protagonistas del esfuerzo colectivo fortalezcan los cimientos espirituales de pueblos y barrios, den respuesta a algunas de sus necesidades sociales y económicas, y contribuyan a los discursos predominantes de la sociedad, a la vez que mantienen la necesaria coherencia en los métodos y enfoques empleados. El aspecto medular del proceso de aprendizaje es la investigación de la índole de las relaciones que unen al individuo, la comunidad y las instituciones de la sociedad — actores en el escenario de la historia, 13
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entrelazados en una lucha por el poder a través del tiempo. En este contexto, el supuesto de que sus mutuas relaciones deben acomodarse inevitablemente a los dictados de la competencia, concepto que ignora el extraordinario potencial del espíritu humano, se ha descartado en favor de la conjetura más probable de que sus interacciones armoniosas pueden favorecer una civilización digna de una humanidad madura. Lo que anima el esfuerzo de los bahá’ís para descubrir la naturaleza de un nuevo tipo de relaciones entre estos tres protagonistas es la visión de una sociedad futura inspirada en la analogía descrita por Bahá’u’lláh en una Tabla, hace casi un siglo y medio, en la que compara el mundo con el cuerpo humano. La cooperación es el principio que rige el funcionamiento de ese sistema. De la misma forma en que la aparición del alma racional en este reino de la existencia es posible gracias a la compleja asociación de un número incontable de células, cuya organización en tejidos permite la realización de facultades específicas, la civilización puede considerarse el resultado de una serie de interacciones entre componentes distintos pero estrechamente vinculados entre sí que han trascendido el propósito limitado de cuidar solo de su propia existencia. Y del mismo modo en que la viabilidad de cada célula y cada órgano depende de la salud del cuerpo en su totalidad, la prosperidad de cada individuo, cada familia y cada pueblo debiera buscarse en el bienestar del conjunto de la raza humana. De acuerdo con esta visión, las instituciones, apreciando la necesidad de una acción coordinada canalizada hacia fines provechosos, no tienen por objeto ejercer control sino nutrir y guiar al individuo, quien, a su vez, recibe orientación gustosamente, no por obediencia ciega sino por una fe basada en un conocimiento consciente. Por su parte, la comunidad asume el desafío de mantener un ambiente donde los poderes de
los individuos, que desean ejercer la libre expresión de manera responsable de acuerdo con el interés colectivo y los planes de las instituciones, se multiplican en la acción unificada. Si la red de relaciones mencionada anteriormente ha de tomar forma y dar lugar a un patrón de vida caracterizado por la adhesión al principio de la unidad de la humanidad, deben examinarse cuidadosamente ciertos conceptos fundamentales. El más notable entre ellos es la concepción que se tiene del poder. Es evidente que el concepto de poder como medio de dominación, con los criterios asociados de competencia, disputa, división y superioridad, debe abandonarse. Ello no significa negar la presencia del poder; después de todo, incluso en casos en los que las instituciones de la sociedad han recibido su mandato mediante el consentimiento del pueblo, el poder interviene en el ejercicio de la autoridad. Pero los procesos políticos, al igual que otros procesos de la vida, no deben dejar de servirse de los poderes del espíritu humano, que la Fe bahá’í — en realidad, todas las grandes tradiciones religiosas que han aparecido a lo largo de los siglos — espera aprovechar: el poder de la unidad, del amor, del servicio humilde, de las acciones puras. Asociadas con el poder en este sentido, se encuentran palabras como “liberar”, “alentar”, “canalizar”, “guiar” y “facultar“. El poder no es una entidad de la que hay que “apropiarse” y “guardar celosamente”; constituye una capacidad ilimitada para transformar, que reside en la raza humana como colectivo. La comunidad bahá’í reconoce sin reparos que tiene un largo camino por recorrer antes de que su creciente experiencia brinde perspectivas sobre la manera como operan las interacciones a las que se aspira. No pretende ser perfecta. Mantener altos ideales y haberse 14
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convertido en su personificación no son la misma cosa. Hay un sinnúmero de desafíos que tenemos por delante, y queda aún mucho por aprender. El observador accidental podría optar por llamar “idealistas” los intentos de la comunidad para superar estos desafíos. Sin embargo, no cabe duda que no estaría justificado representar a los bahá’ís como personas desinteresadas en los asuntos de sus propios países, ni mucho menos como antipatriotas. Por idealista que pueda parecer a algunas personas el esfuerzo de los bahá’ís, no se puede desdeñar su profunda inquietud por el bien de la humanidad. Y en vista de que ningún sistema actual en el mundo parece capaz de levantar a la humanidad del embrollo de conflictos y discordias y garantizarle la dicha ¿por qué debería oponerse algún gobierno a los esfuerzos de un grupo de personas por ahondar su comprensión de la naturaleza de esas relaciones esenciales inherentes al futuro común hacia el que inevitablemente está siendo atraída la raza humana? ¿Qué hay de malo en ello?.
en base a las enseñanzas de la Fe. Ante todo, los bahá’ís, individual y colectivamente, se esfuerzan por llevar a la práctica el mandato de Bahá’u’lláh: “Quienes se hallan dotados de sinceridad y lealtad deben relacionarse con todos los pueblos y razas de la tierra con alegría y esplendor, puesto que la relación con la gente ha promovido y continuará promoviendo la unidad y la concordia, las cuales, a su vez, conducen al mantenimiento del orden en el mundo y a la regeneración de las naciones.” ‘Abdu’l-Bahá explicó, además, que es por medio de la “asociación y reunión” que “encontramos la felicidad y el desarrollo, individual y colectivo.” “Aquello que conduce a la asociación, la atracción y la unidad entre los hijos de los hombres”, Él ha escrito a este respecto, “es el medio para la vida del mundo de la humanidad, y todo lo que causa división, repulsión y lejanía lleva a la muerte del género humano.” También en cuanto a la religión, El ha dejado en claro que “debe ser la causa de amor y hermandad. Si la religión se convierte en causa de enemistad y odio, es evidente que abolir la religión es preferible.” Es así que los bahá’ís hacen lo posible en todo momento para acatar el consejo de Bahá’u’lláh: “Cerrad vuestros ojos al alejamiento, y fijad vuestra mirada en la unidad.” “Es de hecho un hombre”, exhorta Él a Sus seguidores, “quien hoy se dedica al servicio de toda la raza humana”. “Preocupaos fervientemente de las necesidades de la edad en que vivís”, advierte, “y centrad vuestras deliberaciones en sus exigencias y requerimientos.” “La necesidad suprema de la humanidad es la cooperación y la reciprocidad”, señala ‘Abdu’l-Bahá. “Cuanto más fuertes sean los lazos de compañerismo y solidaridad entre los hombres, mayor será el poder de construcción y realización en todos los planos de la actividad humana.” “Tan potente es la luz de la unidad”, declara Bahá’u’lláh, “que puede iluminar la tierra entera”.
Así pues, dentro del marco esbozado por las ideas anteriores, podemos considerar la segunda dimensión de los esfuerzos de la comunidad bahá’í para contribuir al avance de la civilización: su participación en la sociedad en general. Está claro que lo que los bahá’ís ven como un aspecto de su contribución no puede contradecir el otro. No pueden aspirar a establecer pautas de pensamiento y de acción que dan expresión al principio de la unidad dentro de su comunidad y, en otro contexto, participar en actividades que, de alguna manera, reafirman un conjunto de supuestos acerca de la existencia social totalmente distintos. Para evitar esta dualidad, la comunidad bahá’í ha ido perfeccionando poco a poco a lo largo del tiempo las características principales de su participación en la vida de la sociedad, 15
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Es con estos pensamientos en mente que los bahá’ís, en la medida en que sus recursos lo permiten, entran en colaboración con un número creciente de movimientos, organizaciones, grupos e individuos, estableciendo asociaciones que se afanan por transformar la sociedad y fomentar la causa de la unidad, promover el bienestar humano y contribuir a la solidaridad mundial. En efecto, las pautas establecidas por pasajes como los anteriores inspiran a la comunidad bahá’í a participar activamente en cuantos aspectos de la vida contemporánea como les sea posible. En la elección de áreas de colaboración, los bahá’ís han de tener presente el principio consagrado en sus enseñanzas de que los medios deben ser coherentes con los fines; no pueden alcanzarse metas nobles con medios impropios. En concreto, no es posible construir una unidad duradera a través de esfuerzos que requieren disensión, o dar por sentado que bajo cualquier interacción humana yace un conflicto de intereses consustancial, aunque sea de manera sutil. Cabe señalar aquí que, a pesar de las limitaciones impuestas por la adhesión a este principio, la comunidad nunca ha sufrido de falta de oportunidades de colaboración; son muchas las personas en el mundo de hoy que trabajan intensamente por uno u otro de los objetivos que los bahá’ís comparten. En este sentido, también tienen cuidado de no sobrepasar ciertos límites con sus colegas y asociados. No deben tratar ninguna iniciativa conjunta como una ocasión para imponer sus convicciones religiosas. Deben evitarse por completo la beatería y otras manifestaciones desafortunadas de celo religioso. No obstante, los bahá’ís ofrecen gustosamente a sus colaboradores las lecciones que han aprendido a través de su propia experiencia, del mismo modo que están dispuestos a incorporar en sus esfuerzos de construcción de comunidad los conocimientos adquiridos a través de dicha asociación.
Finalmente, esto nos lleva a la cuestión específica de la actividad política. La convicción de la comunidad bahá’í de que la humanidad, habiendo atravesado las primeras etapas de su evolución social, se encuentra en el umbral de su madurez colectiva; su creencia de que el principio de la unicidad de la humanidad, sello distintivo de la edad de la madurez, implica un cambio en la estructura misma de la sociedad; su dedicación a un proceso de aprendizaje que, animado por este principio, explora el funcionamiento de un nuevo conjunto de relaciones entre el individuo, la comunidad y las instituciones de la sociedad, los tres protagonistas en el avance de la civilización; su confianza en que una concepción revisada del poder, libre de la noción de dominación y las ideas relacionadas de competencia, disputa, división y superioridad, cimienta el conjunto de las relaciones deseadas; su compromiso a una visión de un mundo que, beneficiario de la rica diversidad cultural de la humanidad, no se atiene a líneas divisorias — éstos constituyen los elementos esenciales del marco que da forma al enfoque bahá’í sobre la política que se expone brevemente a continuación. Los bahá’ís no buscan el poder político. No aceptan cargos políticos en sus respectivos gobiernos, cualquiera que sea el sistema imperante, aunque sí toman cargos que consideran de carácter puramente administrativo. No se afilian a partidos políticos, no se dejan atrapar en cuestiones partidistas ni participan en programas vinculados a las agendas divisionistas de cualquier grupo o facción. Al mismo tiempo, los bahá’ís respetan a quienes deciden ir tras aspiraciones políticas o participar en actividades políticas, por un deseo sincero de servir a su país. El enfoque adoptado por la comunidad Bahá’í de no participar en 16
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dichas actividades no tiene como propósito manifestar una objeción fundamental a la política en su sentido verdadero; de hecho, la humanidad se organiza a sí misma mediante sus asuntos políticos. Los bahá’ís votan en elecciones civiles, siempre y cuando para ello no tengan que identificarse con algún partido político. En este sentido, los bahá’ís ven al gobierno como un sistema para el mantenimiento del bienestar y el progreso ordenado de la sociedad, y todos y cada uno de ellos acatan las leyes del estado en que residen, sin dejar que se infrinjan sus creencias religiosas internas. Los bahá’ís no tomarán parte en ninguna instigación para derrocar un gobierno. Tampoco interferirán en las relaciones políticas entre los gobiernos de distintas naciones. Ello no quiere decir que son ingenuos con respecto a los procesos políticos del mundo de hoy y no distinguen entre gobiernos justos y tiránicos. Los gobernantes de la tierra tienen obligaciones sagradas que cumplir con respecto a sus pueblos, que deben considerarse el tesoro más preciado de cualquier nación. Dondequiera que residan, los bahá’ís siempre se esfuerzan por mantener los estándares de la justicia, confrontando las desigualdades hacia ellos o hacia los demás, pero sólo a través de los recursos legales que tienen a su alcance, evitando cualquier forma de protesta violenta. Por otra parte, el amor que tienen en sus corazones por la humanidad no va en contra del sentido del deber que sienten para emplear sus energías en el servicio de sus respectivos países.
sociales, mantenga su cohesión e integridad como una entidad global, y garantice que las actividades de los bahá’ís de un país no pongan en peligro la existencia de los que residen en otros lugares. De esta forma, protegida de los intereses contrapuestos de naciones y partidos políticos, la comunidad bahá’í puede desarrollar su capacidad para contribuir a los procesos que promueven la paz y la unidad. Queridos amigos: Reconocemos que seguir por este camino, tal como ustedes han hecho de manera tan hábil durante décadas, no está exento de desafíos. Requiere una integridad inquebrantable, una rectitud de conducta indestructible, una claridad de pensamiento que no se puede ofuscar, un amor a la patria que no se puede manipular. Ahora que sus compatriotas comprenden su situación — y sin duda se abrirán posibilidades de que puedan participar todavía más en la vida de la sociedad— oramos para que reciban la ayuda de lo Alto para explicar a sus amigos y compatriotas el marco expuesto en estas páginas con el fin de que, en colaboración con ellos, encuentren cada vez un mayor número de oportunidades para trabajar afanosamente por el bienestar de su pueblo, sin comprometer en modo alguno su identidad como seguidores de Aquel Quien, hace más de un siglo, llamó a la humanidad a un nuevo Orden Mundial. La Casa Universal
de Justicia
El enfoque, o la estrategia si se quiere, con la sencilla serie de parámetros delineados en el párrafo anterior permite que la comunidad, en un mundo donde las naciones y tribus se enfrentan unos a otros y la gente se encuentra dividida y separada por las estructuras 17
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Nombramiento del Centro Internacional de Enseñanza
11a. Convención Internacional Bahá’í
15 de Mayo de 2013
30 de Abril de 2013
Con corazones llenos de alegría anunciamos el nombramiento de los miembros del Centro Internacional de Enseñanza para el periodo de cinco años que empieza el 23 de mayo de 2013:
A todas las Asambleas Espirituales Nacionales. Los miembros de la Casa Universal de Justicia recien elegidos son:
Uransaikhan Baatar, Ramchand Coonjul, Antonella Demonte, Andrej Donoval, Praveen Mallik, Alison Milston, Juan Mora, Rachel Ndegwa y Mehranguiz Farid Tehrani.
Paul Lample, Firaydoun Javaheri, Payman Mohajer, Gustavo Correa, Shahriar Razavi, Stephen Birkland, Stephen Hall, Chuungu Malitonga, Ayman Rouhani.
Estamos profundamente agradecidos con Joan Lincoln, Zenaida Ramirez y Penelope Walker por sus abnegados esfuerzos en esta institución vital.
La Casa Universal de Justicia
La Casa Universal de Justicia
“11a. Convención Internacional” 18
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Delegados de la “11a. Convención Internacional” 19
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A: Asamblea Espiritual Nacional de los Bahá’ís de México
1 de Mayo de 2013
A los bahá’ís del mundo
4 de Junio de 2013
Muy queridos amigos: Tan abrumadora ha sido la respuesta de los jóvenes bahá’ís y de sus amigos — de hecho, de las comunidades bahá’ís del mundo entero — al comunicado de las 95 conferencias que se convocarán alrededor del mundo entre julio y octubre, que parece improbable que los planes existentes puedan acomodar la cantidad de jóvenes que desean asistir, y es evidente por lo tanto que se requiere una dotación adicional de estos encuentros. Con suma alegría, aprovechamos esta oportunidad en la que los miembros de las Asambleas Espirituales Nacionales están reunidos en consulta en la Undécima Convención Internacional Bahá’í, para anunciar hoy nuestra decisión de convocar 19 conferencias complementarias en los siguientes lugares: Bertoua, Bidor, Biratnagar, Brisbane, Cagayán de Oro, Georgetown (Guyana), Houston, Kampong Thom, Kigoma, Los Ángeles, Mahikeng, Milne Bay, Minneapolis, Montreal, Nuku’alofa, Nundu (República Democrática del Congo), Seattle, Vientiane, y Washington, D.C.
El mensaje de los delegados reunidos en la Convención Nacional fue causa de gran regocijo para nosotros, complaciéndonos también que sus consultas incluyeran el importante papel que los jóvenes desempeñarán en el desarrollo de la Causa en su país. Es nuestra ferviente esperanza que los amigos, reforzados por lo que están aprendiendo en el campo de la acción, se levantarán con confianza para departir con aquellas almas receptivas que están dispuestas a unirse a la misión espiritual en que se halla consagrada la comunidad del Más Grande Nombre. Los amigos en México pueden estar seguros de que nuestro sincero amor y fervientes oraciones les acompañarán y les rodearán a medida de que laboran con renovada determinación en pos de las metas del Plan de Cinco Años.
La Casa Universal de Justicia
Esta grata circunstancia es muestra de la magnitud de las reservas de energía y devoción que los jóvenes poseen. Debe hacerse todo lo posible para ayudarles a que sigan actuando conforme a sus responsabilidades, y en ellos ponemos nuestras esperanzas de ensanchar los horizontes de lo que la comunidad bahá’í puede lograr. Damos gracias a la Bendita Belleza por conferir a Sus jóvenes seguidores una inmensa capacidad colectiva para el servicio, y Le suplicamos que ésta pueda cristalizarse en beneficio de la humanidad. La Casa Universal de Justicia 20
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México, D. F., 17 de Junio de 2013
A los bahá’ís de México Muy estimados amigos:
Por este medio les comunicamos que esta Asamblea Espiritual Nacional, durante su última pasada reunión, eligió a sus oficiales, dándose los resultados siguientes:
Coordinador: Tesorero: Vicecoordinador: Secretaria de Actas: Secretario:
Arturo Serrano Houman Motlagh Francisco Díaz Samira Nikaein Daryoush Yaldaei
Asimismo, les damos a conocer a continuación tanto el calendario de reuniones de esta institución para el año venidero como el de la próxima convención nacional:
26 - 28 15 - 18 13 - 15 12 - 14 15 - 18
de julio de 2013 de agosto de 2013 de septiembre de 2013 de octubre de 2013 de noviembre de 2013
10 - 12 07 - 10 29 - 31 24 - 25
de enero de 2014 de febrero de 2014 de marzo de 2014 de abril de 2014
La convención nacional se llevará a cabo del 25 al 27 de abril de 2014. Sin otro asunto a tratar, nos despedimos. Con cariñosos saludos bahá’ís,
Daryoush Yaldaei Ghofrani Secretario General
Delegados en la 53a “Convención Nacional de los Bahá’ís de México”
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Mensaje de la Tesorería Nacional México, D.F., 17 de Mayo de 2013 A todos los bahá’ís de México
comodidades de la existencia material. En medio de esta agitación, se va forjando la Voluntad Divina para la humanidad.
Muy queridos amigos, Alláh’u’Abhá: Agradecidos a Bahá’u’lláh por el inestimable privilegio de permitirnos servir juntos en Su bienamada Causa en este Glorioso Día, aprovechamos la oportunidad para compartir con ustedes cierta información relevante relacionada con la situación de nuestro Fondo Nacional.
El progreso registrado por la comunidad del Más Grande Nombre es motivo de la más profunda satisfacción. Sus miembros, sin ceder ante las distracciones y preocupaciones dominantes, se afanan por aportar seguridad y perspectiva a las personas con las que entablan relación, procurando asegurarse de que la visión confiada que informa sus actos no se vea oscurecida por la perspectiva limitada que caracteriza al conjunto de la humanidad. Los actuales acontecimientos mundiales ofrecen a los bahá’ís la oportunidad de demostrar la aplicación del remedio aportado por el Médico Divino.
Sin embargo, dado el paralelismo y la similitud de las circunstancias que nos aquejaban hace más de una década y que nuevamente se manifiestan en la actualidad, quisiéramos apelar al llamado que hiciera nuestra amada Casa Universal de Justicia en una carta dirigida a los bahá’ís del mundo fechada el 12 de noviembre de 2001, en donde expone de manera precisa y elocuente la situación crítica de los Fondos de la Causa y la acción inmediata y concertada requerida para “responder a las necesidades de la Causa de Dios en continuo avance” a través del “refuerzo de los afanes consagrados que desplieguen los amantes de la Bendita Belleza, dondequiera que estén”.
En este momento crítico nos vemos obligados a dirigirnos a ustedes, nuestros colaboradores, para informarles de la necesidad apremiante de aumentar marcadamente las aportaciones realizadas al Fondo…
Nuestra amada Institución Suprema afirmó:
Apelamos ahora, encarecidamente, a los seguidores de Bahá’u’lláh a que den respuesta a esta necesidad. Nuestro llamamiento se dirige a todos sin excepción: a las personas de medios modestos, así como a aquellas que poseen recursos sustanciales. Es imperativo una actuación inmediata y sostenida por parte de ustedes, ya que el cumplimiento de su obligación espiritual de contribuir en pro del avance de la Causa no admite demora. Las bendiciones que han de acompañar a sus actos sacrificados están aseguradas.”
“El Plan Mayor de Dios continúa operando en el mundo y acelerando la desintegración del viejo orden, mientras va desplegándose el nuevo. Al tiempo que da impulso a una transformación social de una magnitud nunca antes conocida, el temor y la incertidumbre atenazan la conciencia de lamayor parte de la población mundial, inconsciente del propósito de Dios para este Día. Hay una sensación creciente de que se están produciendo cambios fundamentales de dimensión trascendental, en un entorno en que se procura poner freno a la preocupación por los placeres y
Queridos amigos, actualmente la Asamblea Espiritual Nacional está haciendo uso de los 22
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Fondos de Reserva, creados como una protección para cualquier emergencia, así como una precaución, previendo alguna contingencia. Estos Fondos se han visto reducidos en una tercera parte, y de continuar con la misma tendencia lineal y participación reducida de los amigos e Instituciones, que de manera sacrificada y constante aportan al Fondo Nacional, nuestra sostenibilidad será una mera ilusión, ejerciendo un impacto negativo en el cumplimiento de nuestra responsabilidad con el avance de la civilización desde nuestro frente nacional. En otras palabras, las oportunidades que tenemos delante de nosotros para cumplir con el deseo de Shoghi Effendi de contribuir de manera universal a los Fondos de la Causa, no importando el monto de nuestros donativos, son inmensas.
en las oficinas nacionales, debido a que los delincuentes entraron deliberadamente cuando el lugar se encontraba vacío. La Asamblea Nacional ha tomado las medidas correspondientes para fortalecer la seguridad de la Sede Nacional y el trabajo en las oficinas administrativas nacionales sigue su curso de manera normal. Confiamos plenamente en que la protección de la Bendita Perfección acompaña a sus siervos en cada paso que dan en el servicio a Su Causa, por lo que no encontramos motivo alguno para lamentarnos ni albergamos el más mínimo resquicio de preocupación. Esperamos, convencidos y certeros de su compromiso y sensibilidad con las necesidades de nuestra amada Causa en México y su solícita atención a este llamado, su expedita respuesta y su asidua contribución al Fondo Nacional. Tengan la seguridad de nuestras oraciones por cada uno de ustedes, los miembros que conforman la comunidad del Más Grande Nombre en México.
Por último, es el deseo de la Institución Nacional hacer de su conocimiento que el pasado sábado 4 de mayo, unos individuos aún no identificados entraron a plena luz del día a la Sede Nacional bahá’í llevándose consigo algunos activos fijos, así como dinero en efectivo, dañando a su paso parte del mobiliario de este recinto. Gracias a Dios, no hubo ninguna afectación de carácter física hacia las personas que laboran
Con profundo amor,
Houman A. Motlagh Araní Ortiz
Tesorero Nacional
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México, D. F. 3 de Julio de 2013
A los bahá’ís de México Muy amados amigos:
Es motivo de gran alegría para esta Asamblea Espiritual Nacional ver el resultado del gran esfuerzo que toda la comunidad está realizando por invitar a cuanto joven han podido a la trascendental Conferencia de Jóvenes en Aguascalientes: estos esfuerzos nos han llevado a reunir al día de hoy a una asistencia confirmada de 314 jóvenes. Para continuar con los esfuerzos y lograr la meta de que participen 500 jóvenes, les instamos a aumentar en una medida mucho mayor las acciones que lleven a confirmar la concurrencia de más jóvenes en sus comunidades, recordando que la invitación es para todo joven bahá’í de entre 15 y 30 años, “…aunque sea necesaria cierta flexibilidad”, en cuanto a este rango de edades. Tengamos siempre presente que es “el deseo ferviente de la Casa de Justicia que el mayor número posible de estos jóvenes bahá’ís participe en las conferencias, junto con jóvenes de la sociedad en general que se sienten cercanos a la Fe o interesados en participar en las actividades de desarrollo comunitario.” Debido a las exigencias logísticas de un evento con los estándares de calidad que espera nuestra amada Casa Universal de Justicia, esta Asamblea Espiritual Nacional les anuncia que la fecha de registro o inscripción de los jóvenes se ha ampliado al próximo lunes 8 de julio, deseando que la Comisión Organizadora de la Conferencia de Jóvenes cuente con un registro de la mayoría de los participantes a la conferencia para la fecha antes mencionada y rogándoles que en caso de que más jóvenes confirmen su participación después de esa fecha, envíen su inscripción de inmediato. Ante la empresa prevista, se vuelve particularmente relevante la estrecha comunicación y coordinación entre los Consejos Regionales y las Asambleas Espirituales Locales para asegurar la sinergia y colaboración necesarias para el éxito de la conferencia. Queridos amigos, subrayando el hecho de que el deseo de nuestra amada Casa Universal de Justicia es que la participación de los jóvenes sea fuertemente promovida y que su asistencia no se vea impedida por cuestiones monetarias, les suplicamos cerciorarse de dar cumplimiento a esta encomienda y ponerse en contacto con el Tesorero Nacional para aclarar cualquier duda o solicitar algún apoyo. Esto no quiere decir que la importancia y la urgencia de las contribuciones que todos los jóvenes deben hacer hayan quedado en segundo plano, o que sus esfuerzos y preocupación por cubrir la totalidad o el mayor porcentaje de sus gastos deban ser reducidos o desalentados. El espíritu que debe estar impregnado en cada aportación que los jóvenes hagan para cubrir sus correspondientes gastos debe ser de compromiso y pertenencia. Agradecemos todo el apoyo que están brindando a los jóvenes para que respondan al llamamiento de la Casa Universal de Justicia de reflexionar, comprometerse y equiparse para una vida de servicio de la cual fluirán bendiciones en abundancia. Con cariñosos saludos bahá’ís,
Asamblea Espiritual Nacional de los Bahá’ís de México 24
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México, D. F. 18 de Junio de 2013
A los bahá’ís de México Muy queridos amigos:
En estos días emocionantes cuando casi se halla a la puerta la celebración de la Conferencia para Jóvenes en Aguascalientes, dada esta oportunidad maravillosa para suministrar impulso al desarrollo de la Causa de Dios en México, exhortamos con alegría a todos los jóvenes del país para que se esfuercen con entusiasmo, tomando en cuenta la gran importancia de su asistencia, por sufragar el total de sus gastos de participación a esta conferencia y de no ser posible, que procuren sufragar una fracción de sus gastos de asistencia. Por otra parte, en razón de que la Casa Universal de Justicia nos ha instado a todos a apoyar la participación de los jóvenes en esta y demás conferencias, urgimos, en caso de que los jóvenes lo necesiten, a los amigos y a las comunidades para que brinden todo el apoyo económico necesario que posibilite la participación de los jóvenes de su región. Finalmente, les rogamos que tengan presentes en sus mentes y corazones la oportunidad que brinda esta conferencia para que los amigos en todas las regiones manifiesten un gesto de solidaridad extraordinario y aporten al fondo de ésta en apoyo a los esfuerzos por asistir que están realizando los jóvenes, a fin de que incluso a aquellos que viven en las regiones más lejanas del país, les sea posible participar en este evento, no obstante todas las dificultades económicas que enfrentan por sufragar el monto de su viaje y asistencia. Les aseguramos tanto nuestras fervientes oraciones a fin de que la Bendita Belleza les confirme en este empeño como nuestro sincero amor. Con cariñosos saludos bahá’ís,
Asamblea Espiritual Nacional de los Bahá’ís de México
Querétaro: preparándonos para la Conferencia de Jóvenes 2013 I. Información general de la reunión:
Prejóvenes participantes: Oliver, Jania, Ian, Berenice, Jimena (5 participantes)
Fecha de reunión: Sábado 20 de abril de 2013 Lugar de reunión: Querétaro, Qro. Horario de la reunión: 19:30 a 22:30 p.m. Material empleado: proyector, laptop, rotafolio, plumones y refrigerios Jóvenes participantes: Emiliano, Valentina, Leyli, Soraya, Rubén, Jatziri, Parivash, Shirin y Samira (9 participantes).
Facilitador: Houman Motlagh II. Objetivo de la reunión: Catalizar los esfuerzos locales por animar y preparar al mayor número posible de jóvenes en Querétaro y Corregidora para la Conferencia de Jóvenes en Aguascalientes. 25
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III. Programa de la Reunión: Actividad
Descripción
Oraciones
Se pidió con antelación a una joven que prepara un programa devocional para dar inicio a la reunión. Dicha reunión consistió de algunas oraciones recitadas así como otras cantadas.
Introducción a la lectura del Mensaje de la Casa Universal de Justicia del 8 de febrero de 2013
Se preguntó a los jóvenes y prejóvenes sobre lo que sabían acerca de la Conferencia, así como su significado, convocatoria e implicaciones. Se hizo una lluvia de ideas que centraron el interés en el Mensaje de a Casa Universal de Justicia.
Lectura de los párrafos 2 y 4 del Mensaje de la Casa Universal de Justicia del 8 de febrero de 2013
Se pidió a algunos jóvenes que leyeran en voz alta los párrafos seleccionados del Mensaje.
Reflexión dinámica en plenaria sobre la lectura del Mensaje
Tras la lectura de cada párrafo del Mensaje, se analizaron sus ideas principales, tomándose nota de las mismas en una presentación de Power Point proyectada al grupo. Esta dinámica se siguió para ambos párrafos del Mensaje.
Reflexión sobre el rol de los jóvenes en el proceso de construcción de comunidad y en el mejoramiento de la socieda
Se analizó el papel de la juventud en los movimientos históricos sociales, culturales y artísticos a través de ejemplos, resaltando las características de creatividad, energía, justicia y vanguardismo para explicar que los jóvenes han sido y son motores de cambio en la sociedad.
Profundización sobre los métodos e instrumentos del Plan de Cinco Años
Se reflexionó sobre las cuatro actividades básicas como instrumentos para el mejoramiento del mundo, así como la importancia de los tres elementos del plan (individuo-instituciones-comunidad). Se pidió a algunos jóvenes y prejóvenes que compartieran sus experiencias como participantes y/o tutores/maestros/animadores de actividades básicas.
Reflexión sobre cómo identificar a jóvenes que podrían beneficiarse de esta oportunidad única
Se exploraron tres perfiles de jóvenes a los que la Conferencia está dirigida: jóvenes bahá’ís, jóvenes que les gusta la Fe bahá’í, y jóvenes con deseos de servir y mejorar el mundo. Se compartió además la meta nacional de alcanzar una participación de 500 jóvenes en la Conferencia. Finalmente se invitó a los jóvenes a que escribieran sus nombres y el nombre de amigos y/o conocidos suyos que cumplieran con el perfil y que quisieran invitar a la Conferencia.
Construcción del discurso para invitar a otros jóvenes a la Conferencia
Se hicieron escenificaciones para construir de manera conjunta un discurso para invitar a cada perfil de joven a la Conferencia.
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V. Resultados obtenidos: • Se estableció como “Meta Aguascalientes” que 43 jóvenes de Querétaro y Corregidora serán animados para asistir a la Conferencia de Aguascalientes. Los nombres de estos 43 jóvenes quedaron plasmados en un rotafolio. • Se estableció como “Estrategia 19 de julio” que se realicen reuniones quincenales en donde los jóvenes inviten a otros jóvenes que cumplan con el perfil a participar en la Conferencia, para exponer los principios de la Fe, dar información acerca de las actividades de desarrollo comunitario que ofrece la comunidad bahá’í, al tiempo que se les invita a participar en ellas, y estrechar los lazos de amistad a través de la sana convivencia. • Se identificó a Shirin Nikaein como “joven motor” para animar al seguimiento de la “Estrategia 19 de julio” ideada en la reunión. Shirin Nikaein había sido previamente nombrada por la Asamblea Local de Querétaro con el mismo objetivo. VI.- Fotografías de la Reunión:
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Junio 2 de 2013 Con gran alegría anunciamos los nombres de quienes servirán como miembros de la Junta Internacional de Fiduciarios del Huqúqu’lláh durante un periodo de • tres años que comienza en junio de 2013: el Dr. Ramin Khadem, la Sra. Marzia Rowhani-Dalal, y el Sr. Rodrigo Tomás. Agradecemos profundamente a la Sra. Sally Foo, que figura entre los que fueron nombrados miembros de la Junta Internacional cuando esta fue establecida, por los devotos servicios que ha brindado en calidad de Fiduciaria. La Casa Universal de Justicia Cuentas de la Tesorería Nacional:
Asamblea Espiritual Nacional de los Bahá‘ís de México Calle: Emerson No. 421 Bosques de Chapultepec Delegación Miguel Hidalgo C.P. 11580 México, D.F. E-mail: secretariado@bahai.mx Tel. (55) 5545-2155
Fondo Nacional:
BANAMEX Asamblea Espiritual Nacional de los Bahá’ís de México, A. R. No. de cuenta: 667353-4 Sucursal: 856 (Horacio) México, D.F.
Fondos Destinados:
BANAMEX Asamblea Espiritual Nacional de los Bahá’ís de México, A. R. No. de cuenta 670711-0 Sucursal: 856 (Horacio) México, D.F.
Departamento Nacional del Boletín
(Órgano Informativo de la Asamblea Espiritual Nacional de los Bahá’ís de México) Apartado Postal No. 2-1 Aguascalientes, Ags. C.P. 20141 Tel./Fax: (449) 918-56-55 De 10:00 a 20:00 hrs.
Favor de informar de sus donativos a la Tesorería Nacional vía: Tel. (55) 5545-2155 E-mail: fondobahai@gmail.com
E-mail: llamadobahai@gmail.com
Colaboradores: Houman Motlagh Arani, Samira Nikaein F. Y muchos mas... Muchas gracias a todos 28
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“Participantes de la 53a Convención Nacional de los Bahá’ís de México”
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