El Nido del Cisne

Page 1

El Nido del Cisne

En los días prósperos, Un día cabizbajo caminaba; hasta que halle la sedosa pluma de un Cisne… esta llevóme a su nido y me dijo…; “Aquí tienes más plumas para acudir a mas nidos” Por las mañanas adiestro unos pequeños pájaros para que ellos canten a la orilla de tus parpados; la inocencia del arrullo de la Creación… y uno de ellos me dijo…: “Si pones precio a tu vida, habría que inventar una nueva moneda…” Carne envuelta que desconoce su espacio, y el espacio… dimensión oscura del desconocimiento…? ahora tu labor no debe descansar el respiro, más solo ha de vencer tu conciencia añosa de complacencia por ser la que nunca desocupa sus sentidos en la labor de nuestros corazones, y evoquen el manso caer de un riachuelo en el lomo de un cerro. “Pasto verde que viste tu alma en el tiempo” El verde pasto de mi conciencia anuda mi garganta y nubla mi vista pasajera, cuando escribo en silencio mi sangre se confunde con el cielo… Y yo, conmovido por su sereno despertar le contesto mi infantil voz…: “Báñate de la pasión de existir…, pues tus ojos son eternos; ellos acrecientan su visión y la misteriosa voz de sentir al iluminar las paredes internas de tu cuerpo que es tu Universo.


¡No te asustes…! Si ves tu cuerpo con otra apariencia, pues Dios con sus Soles y Lunas irrumpen la inerte desesperanza del hombre abyecto… y el hermoso avipajaro exclamó con su garganta al Cielo…: “En el actual tiempo gozas de ganar existencia, creo en tu personalidad inmortal latente materia filial virtuoso accidente de encontrarte en el cielo raso, cuando el mundo recién comienza a incorporar el espíritu a la fantasía de poseer un hermano con aroma a pesebre sano… de la personalidad de Dios…” En tu batel de madera te veo y todo el contorno de pelo de aire rodea tu silueta en mis ojos llenos de tu amor. tres veces vi tu silueta encerrada en el círculo solar… tres aves se fueron sin crisis, crédulo despegar… desde el dorso de lobezno cetáceo marino que abraza su madre piedra. Tres nidales de enmudecidos Cisnes, cayeron sobre las aguas cristantes…, no tienen el propio cisne amando sus propias camadas, solo infiltrados en sus nidos cometen sus entre mordidas faces Atardecer con piernas, que de puntillas saltas de ola en ola de nube en nube a espaldas del pronunciado rostro metido el globo natural colorido que deja la tarde en sus horas de atardecer… A ratos te sorprendo como una mujer naturaleza en el batel tu fémina y ecuánime fuerza, despliegan mis labios una sonrisa, una adoptiva sonrisa… Aquella vecina naturaleza no es más que su blanca figura: ¡Angélico Ser… ¡ humanicente amor te apropias de mi Ser y mi ver, paraíso de ojos sanos de un Cisne vestido de Mujer José Luis Carreño Troncoso copyright 15


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.