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el expreso
Ciudad Bolívar, Martes 16 de Agosto de 2016
AniversArio
“Tapan la perola, pa esperar que usted se vaya”
nta la gente Lo que cue de alimentos a ante la falt
Editorial No andamos buscando culpables. Simplemente queremos dar a conocer las experiencias de algunas personas, que seguramente se parecen a las de muchas otras, ante la realidad que vivimos los venezolanos en estos momentos. De eso se trata esta edición especial con motivo de nuestro aniversario 47. Recogemos aquí las opiniones de la gente de la calle sobre lo que hacen y cómo hacen para adquirir alimentos, ante la falta de los principales productos de la cesta básica y la dificultad para conseguirlos. ¿Cómo como? es la pregunta que queremos responder, porque definitivamente se ha vuelto difícil conseguir los ingredientes para preparar una buena comida en casa y la gente ha tenido de que valerse de sacrificios, de estrategias, de nuevos modos y nuevas maneras, de alternativas para “redondear la arepa” y llevar la comida a casa.
Eduardo Osto Ojeda Fotos: Luis Alberto Guzmán Colina En el mercadito informal del cruce de la calle La Piscina con la avenida España y la avenida Menca de Leoni, ese que casi todos conocen como El Adobito, nos encontramos a Oscar Ramón Casañas, un hombre de 77 años de edad, que andaba en guardacamisa. Casañas iba de salida y llevaba una bolsita plástica en la mano. La bolsita era traslucida y dejaba ver su contenido: aliños, un poquito de cada cosa. Eran como las 11 y media de la mañana y el hombre se dirigía a su casa, cercana al mercadito en cuestión. . ¿Cómo esta la situación, ahorita, para comprar alimentos? - No jó! Una harina “pan” vale dos mil, un kilo de arroz vale tres mil. Aceite…, eso está por arriba. Eso lo comen los ricos y los que tengan pa´ comprarlo. Pobre no, pobre come sancochao.
- Novecientos cincuenta eso, esa pendejá. - ¿Y le alcanza para una comida? Pa´ nada, porque vea el poquito. - ¿Qué va a cocinar hoy? - Bueno hoy comemos arroz con hueso pelao, porque no hay más nada. - ¿Aguaito? -Aguaito..., porque ahí (señala a un local comercial) hay pollo, pero el bolsillo no da pa´ comprarlo. - ¿Cuánto vale un pollo? - Un pollo vale ahí como cuatro o cinco mil bolívares. - ¿Usted esta trabajando? - No.
la hora de la comida. - Bueno... Tapan la perola pa´ esperar que usted se vaya pa´ comer… ¿Cómo se hace? - Usted se ve joven. - Bueno, porque me cuido y vivo en el monte. - ¿vive en donde? ¿Dónde se ha criado? - Aquí. Nacido y criado aquí. Pero me voy pa´ el monte y estoy tres y cuatro meses en el monte y allí me resguardo y vengo. A veces me dicen que me voy a morir en el monte, pero en el monte se vive mejor que aquí.
- ¿no ha buscado trabajo? - No porque no hay. Yo ya estoy viejo y no me dan trabajo.
- ¿Y a dónde se va? - Orinoco pa´rriba, por ahí por esas costas de río.
. ¿Y usted que acaba de comprar? - Aliños.
- ¿Cuántas personas van a comer arroz con hueso pelao en su casa hoy? - Doce personas. Mujeres y niños; y al que llegue hay que darle su bocaito, porque a nadie se le puede negar un bocaito de comida
¿en cuánto compró los aliños?
- Pero hay gente que ahora no hace eso. No acepta invitados a
- ¿Qué come por allá? -Pescao. Sale mejor ser pescador ahorita. Ah, pues, porque tu vas allí (vuelve a señalar al local comercial) y te quieren matar y sacarte los ojos por un kilo de pescao. Y vea lo que llevo, 950 bolos: dos cebollitas y un poquito de basura de hoja e´monte pa´darle gusto al guiso.