BELENES EN ALMONTE Las palabras “Belén”, “Nacimiento”, “Portal”, “Pesebre”… son las que los cristianos utilizamos para significar la representación, de forma plástica, del nacimiento de Jesús de Nazaret, en Belén.. En el año 1.223 San Francisco de Asís, en una ermita de la parroquia de Greccio, empezó esta bella costumbre de escenificar el nacimiento del Niño-Dios y lo hizo con personas reales dentro de un establo, en el que incluía al buey y al asno. “Conoce el buey a su dueño, y el asno el pesebre de su amo” (Is. 1.3). Estos fueron los inicios de la tradición de conmemorar el nacimiento de Jesucristo, que desde Italia se expandieron a todo el mundo cristiano y que en España llegaron desde Nápoles cuando el rey español Carlos lll (1,716-1,788), promovió la difusión de esta bella costumbre de celebrar la venida de Jesús a la tierra. Hoy, tal escenificación se hace “montando” con figuras : de barro, mármol, madera u otro material, en espacios más o menos pequeños (según el lugar apropiado y disponible, de cada vivienda). También se hacen a la vieja usanza, es decir, con figuras reales y que conocemos como “Belenes Vivientes” Almonte, según los mayores del lugar consultados, cuentan que desde siempre han conocido esta loable manera de celebrar tal acontecimiento (posiblemente desde que se conoció tal costumbre en el siglo XVlll), y comentan haber oído a sus antepasados referirles la misma… y así hasta perderse en la noche del tiempo. A partir de esa fecha, muchas familias almonteñas han seguido la vieja y bella tradición, de “montar” su “Belén”. En estas representaciones navideñas, sencillas, familiares, hechas con mucho cariño, contribuía toda la familia: el padre aportando la tierra, piedras, plantas como musgo, romero, eucaliptos…; la madre la encargada de distribuir y colocar en cada sitio las diversas figuras (muchas veces hechas por la misma familia, y en otras ocasiones comprándolas); los hijos se “encargaban” de ir cambiando constantemente las figuras, del lugar elegido por la madre y poniéndolas en el que ellos creían mejor, y por supuesto, arrimando las figuras de los Reyes Magos, cada día más cerca del portal en el que había nacido el niño Jesús. Todo era alegría, concordia, unión, cariño, familiaridad. Se sigue utilizando mucho las técnicas del corcho corcho. Con el tiempo, estas pequeñas representaciones han ido adquiriendo bastante “progreso”, pues la tecnología también ha llegado a ellas y hoy podemos admirar preciosos montajes de “nacimientos”, que constituyen verdaderas obras de arte. Vamos a tratar de relacionar, aunque damos por anticipado que quedaran en el cajón del olvido muchos nombres, que por falta de tiempo no he podido consultar , a familias y personas que han contribuido con su buen hacer, a montar y escenificar en sus viviendas, tan preciosa manera de recordar el nacimiento de Jesucristo.