AUTOCEFALIA UNIVERSAL Y APOSTOLICA ANTROPOLOGIA TEOLOGICA José Wilson Quintero Bedoya
REFLEXION: LECTURA “PRESUPUESTOS” Docentes: Esp. TAYRONE DE LA CRUZ BOLIVAR Mons. JOSÉ FERNANDO MONTOYA PEREZ APRENDIZ: Lic. José Wilson Quintero Bedoya. 1. La problemática de los conceptos “Antropología” y “Teología”. En relación con este punto el autor muestra su inquietud por que la Antropología plantea un sistema antropocéntrico del Universo. Piensa el autor que se puede hacer antropología excluyendo este concepto. Particularmente pienso que el estudio de la Antropología siempre será Antropocéntrico, además el mundo fue creado para que el hombre se enseñoreara de él. Así nos lo muestra la Sagrada Escritura: Gén 9:1 Dios bendijo a Noé y a sus hijos, diciéndoles. -Creced, multiplicaos y llenad la tierra. Gén 9:2 Que os tengan temor y miedo todos los animales de la tierra, todas las aves del cielo, todo lo que repta por el suelo, y todos los peces del mar; todo queda en vuestras manos. Gén 9:3 Todo cuanto se mueve y tiene vida os servirá de alimento; lo mismo que os di las hortalizas, todo os lo doy. Gén 9:4 Únicamente no comeréis la carne con su vida, es decir, su sangre. Gén 9:5 Más aún, pediré cuentas de vuestra sangre y de vuestras vidas; se las reclamaré a cualquier animal, y sobre todo, al hombre, a cualquier hermano suyo. Gén 9:6 »Si uno derrama sangre de hombre, otro hombre derramará su sangre; porque a imagen de Dios fue hecho el hombre. Gén 9:7 »Vosotros, pues, creced y multiplicaos; diseminaos por la tierra y dominadla. Gén 9:8 Dijo Dios a Noé y, con él, a sus hijos1. Pienso que si el Hombre es hechura y semejanza del mismo Dios, el estudio Antropológico y la misma antropología teológica obligan a adoptar un sistema Antropocéntrico. Considero que No es necesario forzarnos por una visión metafísica del hombre, pues Dios mismo se nos ha hecho carne y sangre en la personalidad de Jesucristo, con el único fin de que podamos Conocerle Materialmente. Además lo oculto de Dios se nos hace alcanzable a nuestra alma, cuando alimentamos nuestro 1
Todas las referencias de las Sagradas Escrituras son tomadas de la Biblia de Navarra, Versión Digital.
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entendimiento con el mismo cuerpo y sangre materiales con que el mismo Dios se ha revelado en presencia de su hijo y que día a día podemos degustar en la sagrada eucaristía. En la Segunda carta de San Pedro encontramos: 2Pe 3:18 Creced en la gracia y en el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A él la gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén. Este aparte de la carta de San Pedro, me recuerda el Objetivo central de la Teología, el cual es “Conocer a Dios en su Vida Intima”, intuyo, relacionando esta referencia de la Sagrada Escritura y su relación con la Lectura, que creciendo en gracia, como dice Pedro, Dios se revela en cada uno de nosotros y por su propia voluntad podemos conocerle, faltaría nuestra disponibilidad a la acción de Dos en cada uno de nosotros. En relación con el lenguaje Científico para expresar lo sagrado: pienso que no es aplicable el lenguaje Científico a los estudios de las Sagradas Escrituras, pues si bien la Ciencia moderna se apoya en lo procesos Razonativos, La comprensión y aplicabilidad de las Sagradas Escrituras, va mucho mas allá del mero razonamiento intelectual, buscando mas el discernimiento y la revelación que en ocasiones escapa a la mera comprensión Razonativa. Quizá por eso San Pablo escribió: 1Co 2:6 Ahora bien, enseñamos sabiduría entre los perfectos, pero una sabiduría no de este mundo ni de los gobernantes de este mundo que son pasajeros; 1Co 2:7 sino que enseñamos la sabiduría de Dios, misteriosa, escondida, que Dios predestinó, antes de los siglos, para nuestra gloria. 1Co 2:8 Sabiduría que ninguno de los gobernantes de este mundo ha conocido, porque, de haberla conocido, nunca habrían crucificado al Señor de la gloria; 1Co 2:9 sino que, según está escrito: "Ni ojo vio, ni oído oyó, "ni pasó por el corazón del hombre, las cosas que preparó Dios para los que le aman. 1Co 2:10 A nosotros, en cambio, Dios nos lo reveló por medio del Espíritu, porque el Espíritu todo lo escudriña, incluso las profundidades de Dios. 1Co 2:11 Pues ¿qué hombre sabe lo que hay en el hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así también, las cosas de Dios nadie las ha conocido sino el Espíritu de Dios. 1Co 2:12 Pero nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que viene de Dios, para que conozcamos los dones que Dios nos ha concedido; 1Co 2:13 y enseñamos estas cosas no con palabras aprendidas por sabiduría humana, sino con palabras aprendidas del Espíritu, expresando las cosas espirituales con palabras espirituales.
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1Co 2:14 El hombre no espiritual no percibe las cosas del Espíritu de Dios, pues son necedad para él y no puede conocerlas, porque sólo se pueden enjuiciar según el Espíritu. 1Co 2:15 Por el contrario, el hombre espiritual juzga de todo, y a él nadie es capaz de juzgarle. 1Co 2:16 Porque" ¿quién conoció la mente del Señor, para darle lecciones?" Pues bien, nosotros tenemos la mente de Cristo.2 2. Ecce Homo. En relación con el tipo de Hombre que estudian la Teología y la Antropología, y por ende la Antropología Teológica, es un hombre que esta mas allá del mero concepto, y que sencillamente ES, además producto de una creación perfecta de Dios, por lo tanto es una mezcla de Humano_Carnal y además Divino, que por trasgresión a la armonía de la naturaleza y de Dios ha olvidado que es también Divino. Y la causa de este olvido de su aspecto Divino es el Pecado. Rom 5:12 Por tanto, así como por medio de un solo hombre entró el pecado en el mundo, y a través del pecado la muerte, y de esta forma la muerte llegó a todos los hombres, porque todos pecaron... Acorde con la Escritura Sagrada, pienso que debemos trascender el pecado, y el modelo de hombre trascendido es el hijo de Dios, cuyo aspecto debemos buscar y desarrollar en nuestro interior (mente y alma), y también en nuestra naturaleza carnal, de tal forma que seamos carne y sangre de Cristo. Concluyendo: Este es el hombre que se debe indagar y estudiar en la antropología teológica, Aquel que se nos revela en el Evangelio como el hijo de Dios.
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En las notas tomadas de Las Sagradas Escrituras me he tomado la libertar de resaltar algunos textos, con el propósito de ilustrar algunas de mis reflexiones.
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