La trouppé viaja en una caravana rumbo al océano para seguir esparciendo sus semillas de paz, cuando se encuentran con un inquietante animal. Un rinoceronte blanco, cazado furtivamente para diversión del dueño de esas tierras. Para salvarlo, el grupo debe ayudar a este tirano aficionado a las banalidades, capaz de matar al último animal de su especie por tener un momento de diversión. Sin embargo, la historia nos mostrará que, a veces, los deseos y las trayectorias pueden cambiar de curso cuando la vida está en juego. En este capítulo de Balas de paz se reflexiona sobre el valor de la vida, humana y animal, y la posibilidad de vivir de formas no violentas con los otros.