Año I- Octubre 2012- Nº-1
Pedro Guerrero Ruiz, Catedrático de la UMU, poeta, investigador... “He aprendido a distinguir lo bueno de lo impertinente, lo distinto y audaz de lo necio y oscuro”
Contenidos...
Entrevista a D. Pedro Guerrero El rincón de la Poesía Noticias Ventana Abierta: Opinión “Habas contadas... “ Cartas al director Poesía y Relato El rincón de A. Peña Hoy visitamos Murcia Concursos, Colaboraciones, Efemérides, y mucho más...
Colaboran en esta edición....
José H. Pellicer
J.M. Salinas
Alvaro Peña
Juan Tomás Frutos
Toni García Arias
Rosa Monzón
Teo Revilla
Juan A. Pellicer
Fulgencio Marcelino Martinez Menéndez
Rafael Gómez
Compañeros de Viaje...
“... en el recuerdo, aunque sea el de un verso, estás vivo.”
Revista La Alcazaba S. Nnal. de Escritores Esp. Cartagena de Ley Magazine Nurain Los 4muros de Jpellicer Murcia seRemanga
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Quienes somos... Editor: Juan A. Pellicer Director: Juan Tomás Frutos Diseño y maquetación: 4Muros Editorial Contacto: letrasdeparnaso@hotmail.com
Colaboraciones Si deseas colaborar con nosotros, (publicando tus obras: articulo de opinión; colaboración esporádica o periódica; etc.) háznoslo saber, estaremos encantados de recibir tu propuesta. Recuerda enviar una fotografía (avatar tamaño carnet) actualizada tuya junto a una breve reseña bio-bibliográfica. E-mail de contacto: letrasdeparnaso@hotmail.com
“Habas contadas...” (por J.M Salinas) JUVENTUD: LA LECTURA ES LIBERTAD Estamos en tiempos donde se ponen etiquetas a todo, por todo… He de suponer que una de las que me pondrán a mi, de tantas y variadas, será la de arcaico, viejo trasnochado, tipo aburrido y no sé cuantos adjetivos más. Como si el leer, vivir, vibrar, abrir el espíritu de la mente con letras impresas en un libro fuese un crimen o una acción demoníaca. Habitamos en el siglo XXI, nuestra juventud también, esa gente que se dice preparada (los hay, pero son parte de la minoría) defensores de la tecnología, de lo fácil y buen vivir (no siempre de su esfuerzo personal, pero esto seria otra cuestión). Cuándo nos daremos cuenta, los padres en particular y la sociedad en general, que la cultura, el abrir la inteligencia, el ser cultos y preparados no desciende solo de los móviles últimas generaciones. Que los valores son parte anclada en el individuo, que leer les hará libres, combativos en ideas desde una mente abierta. Juguemos con ellos a inculcar la lectura desde la infancia, aun hay tiempo de hacer personas valedoras y merecedoras desde la libertad individual. He dicho
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Estimado director: En primer lugar, quiero felicitarle por esta nueva iniciativa la cuál nos acerca un poco más a la cultura a través de la literatura dado que en estos días parece que se nos está olvidando un poco. Sería interesante y lo dejo a modo de sugerencia, que se pudiera contar con las opiniones de las autoridades del mundo de la cultura, (alcaldes, consejeros, concejales, etc.) para que pudiéramos tener los lectores la visión de la cultura desde una perspectiva institucional, dado que en ellos está la capacidad de abrir o cerrar con sus recursos las puertas de la cultura. Por otra parte sería interesante también contar con las aportaciones de los autores “desconocidos” tanto nacionales como internacionales, le aseguro que conozco muchos de estos autores que sin duda alguna tienen mucho que decir y aportar. Seguramente que a muchos sorprendería la belleza y calidad de sus textos y contenidos. ¿Para cuando tendremos la oportunidad de disfrutar la revista en papel? Hago mis pinitos con los pinceles, ¿sería posible enviar alguna fotografía de algunas de mis obras para su difusión a través de sus páginas? Solo me resta reiterar mis felicitaciones al equipo que ha hecho posible esta publicación junto a mis mejores deseos para que tenga un largo recorrido para poderla disfrutar. Muchas gracias y un saludo J.C.
El rincón de Alvaro Peña
Si esta fotografía te sugiere alguna frase, comentario, reflexión, etc. no lo dudes, estaremos encantados de publicarla en la siguiente edición. No olvides enviar tu nombre junto a tu comentario.
Se ha hablado de.... Con su obra “Misión Olvido”, María Dueñas busca otro éxito El trabajo está hecho. Todo parece indicar que volverá a ser una autora muy vendida. Nos referimos a la segunda novela de la escritora afincada en la Región de Murcia María Dueñas. “Misión Olvido” es su título y, en la semana de su presentación en Cartagena y en Murcia, a principios de septiembre, ya había vendido más de diez mil ejemplares. “El tiempo entre costuras” fue un best-seller que
Pág. 4 superó cualquier expectativa, incluso las perspectivas de esta escritora nacida en Puertollano, convirtiéndose en uno de los pocos casos en que una autora nueva en el mercado editorial ha alcanzado tales cifras de ventas (más de un millón de ejemplares), con sucesivas ediciones de la misma obra. Para confeccionar este segundo trabajo novelístico, se pidió un año sabático en la Universidad de Murcia, donde trabaja, y ha contado con el apoyo de esta institución, así como de la Politécnica de Cartagena. El argumento se ubica entre España y Estados Unidos. La protagonista es Blanca Perea, quien viaja a California tras su separación para iniciar unas investigaciones, y todo va más allá de lo que jamás pudo imaginar. Habrá que preguntarle por su fuente de inspiración.
Manuel Guillén nos relata la historia de la plaza de toros de Murcia “Toros en La Condomina”. Éste es el asertivo título del crítico taurino Manuel Guillén Muñoz. Se ha presentado el pasado mes de Septiembre, coincidiendo con la Feria Taurina de Murcia. No podía ser mejor ocasión, puesto que nos hallamos en ese año, que también conmemora el libro, en el que resaltamos la efeméride de los 125 años del coso de La Condomina, unos años coincidentes, también son 125, con los que tiene el Club Taurino de Murcia, que es el decano de España, que es tanto como decir del mundo entero. La obra es un intenso y denso recopilatorio de lo que ha sido el devenir histórico de la plaza de toros de Murcia. Llena, en cuanto a investigación, el hueco existente hasta ahora. Los principales eventos, los detalles más marcados
Se habló de...
de cada etapa, las anécdotas y las situaciones de interés, las variadas coyunturas por las que ha pasado, los acontecimientos de relieve, los más descollantes, etc., tienen cabida y presencia en esta publicación, que es, igualmente, un compendio de fotografías, de instantáneas suculentas, que dan cuenta de la belleza y de la calidad de este monumento que está declarado como Bien de Interés Cultural. La oportunidad del libro y su validez histórica son más que evidentes. Seguro que hay muchos acontecimientos de su intrahistoria que pueden conocer. No deben perdérselos. La editorial que ha corrido con la puesta en escena de este libro es Editions Bellaterra. Es una obra de consulta obligada ya. Seguro que servirá de libro de referencia y de cabecera para profesionales y aficionados. No se pierdan algunos de los testimonios y entrevistas, que aportan visiones muy descollantes de lo que son los festejos taurinos. Les aconsejamos su lectura. Va por ustedes.
SARAMAGO ESTUVO EN MURCIA
El escritor portugués José Saramago ha estado en varias ocasiones en la Región de Murcia, invitadas todas ellas por la Cátedra de Literatura Iberoamericana, cuyo titular es Victorino Polo. Incluso con motivo de la consecución del Premio Nobel de Literatura llegó a estar en Murcia toda una semana, donde destacó por su sencillez y cercanía hacia los periodistas y hacia la ciudadanía en general. Se le podía ver paseando por cualquier rincón del centro y charlando de una manera muy natural, como era él, con la gente. Saramago fue un literato longevo y prolífico, a pesar de
que llegó a estar dos décadas sin escribir, pues, según él, entonces no tenía nada que contar. Por la espiritualidad de sus escritos y por la bondad y humanidad que brindaban sus palabras, y que notábamos cada vez que nos acercábamos a él, estamos convencidos de que el autor de “Ensayo sobre la ceguera” siempre ha tenido algo relevante que reseñar. Autor de unos 50 libros de relatos, poesía, novela, teatro, ensayo, viajes, etc., ha reflejado muy bien las inquietudes de todo lo humano. “La Caverna” o “El ensayo sobre la lucidez” son novelas con unos mensajes tan reales como contradictorios. Saramago fue un claro ejemplo de magnífico escritor y de buena persona. Personalmente me dijo que así quería que lo recordaran, como alguien bueno. Lo era.
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“ De puño y letra” EL MOMENTO DEL TIRO AL PLATO Los tiempos nos invitan a una reflexión sobre la cultura. Adelanto que no me parecen peores (ni mejores) que calendas pasadas. Respecto a qué es cultura, materia donde siempre hay opiniones según la posición que uno juegue, es difícil ponerse de acuerdo. Asentiría si alguien dice: es cultura todo aquello que nos hace detenernos -a pensar, admirar, compartir con los demás. Todo lo que contribuye a construir una identidad compartida por el mayor número posible de seres humanos: entendiendo dicha identidad no de una forma dogmática y monolítica -ni, por otra parte, nacionalista y discriminadora- sino crítica, autocustionable, democrática y también tensa hacia la excelencia y la superación. Es por esto que contribuir a aquella identidad consista, casi siempre, de parte de la cultura, en custionar lo dado, en estimulación del cuerpo social para que no se amodorre en una parcela trillada. Las vanguardias artísticas y, de vez en cuando, el látigo de un genio han despertado las aguas dormidas de la cultura y, por tanto, enriquecido la huella que una determinada humanidad histórica deja, al pasar, sobre el tiempo. Pues no otra cosa sino una huella es la identidad para la que trabaja la cultura. Tres momentos presenta la estructura de esa huella: su enlace con una tradición (momento del pasado); su barrunto y apertura a lo nuevo (momento futuro) y su morfología y carácter propio, de impronta de un presente histórico, del cual recoge sus necesidades de expresión y los medios que le ofrece el momento actual, y al cual se opone dialécticamente, sino quiere ser su simple huella mecánica, fotográfica...y trivial. Con estas consideraciones, nos preguntaremos cuál es la huella que imprime la cultura de nuestro momento actual, y en qué medida está afectada por la crisis económica. Hablaremos,en primer lugar, como “consumidores” de “cultura”; en último término, específicamente sobre la cultura literaria, que es la única que conocemos un poco desde dentro, como creadores y lectores. Es obvio que la crisis -sea lo que sea la bicha con la que los poderes globales nos domestican en esta nueva fase de proletaRización generalizada y de miedo al futuro- no ha afectado al consumo y a la industrial cultural. Parece extraña esta afirmación, cuando se habla tanto del efecto negativo de la subida del IVA y cuando ayer se habló de los prejuicios económicos de la llamada piratería en Internet. Sólo se trata de cálculos cuantitativos, de ganancias y pérdidas mayores o menores, en un campo, la cultura, dominado desde hace mucho tiempo por la “industria”, por sus grandes ejecutivos, sus ranking de beneficios, sus planificaciones, sus masivas redes de publicidad... y sus obreros especializados (la “sociedad de autores”) cuyoshonorarios pueden verse rebajados. La crisis no ha cam-
biado ninguna inercia. Basta oír en un “telediario” la información cultural que ha producido ese día correspondente a la crónica. Estrenos multinacionales de cine, no mucho mejores que los del peor cine español de todos los tiempos; de vez en cuando, la promoción de un best-seller (se sabe, de antemano, que será “otro éxito de ventas”), y por supuesto, el eterno Almodóvar que rueda nuevo bodrio. ¿Y qué me dice usted de los premios? En los premios Cervantes o Príncipe de Asturias, lo importante, para los medios, no es el premiado de turno, sino las Autoridades. No tendrían presencia mediática los émulos de Cervantes, de Ramón y Cajal, los grandes talentos de las letras o las ciencias, sino fuera el Príncipe o el Rey a presidir el “acto”. La versión surrealista de ese fenómeno de convertir la cultura en acontecimiento (institucional) para que llegue a ser “noticia”, se produjo en la entrega del último premio Cervantes, en la cual brilló por su ausencia el escritor premiado. Si miramos ahora, para terminar, al campo creativo de la literatura, y en especial, la poesía (algo de lo que conocemos un poco), atravesamos un momento masivo del “tiro al plato” sin precisar ninguna puntería, como por aburrimiento y petulancia narcisística. Es decir, que todo hijo de vecino “publica” en internet. Un momento que tiene una explicación, quizá psicológica, en la ausencia de perspectivas que ha traído la “crisis” -cuando hablamos de perspectivas, nos referimos también a criterios de calidad. Este momento estuvo, sin embargo, inmediatamente precedido por otro aún peor: la proliferación hasta la náusea de subvenciones a editoriales para que publicaran obras presentadas a premios literarios afines; de modo que las editoriales tuvieron ahí su modus vivendi, lo que les permitió, por otra parte, seguir insistiendo en los mismos autores consagrados que copaban todas las rutas literarias. Indirectamente, se produjo un efecto doblemente nocivo, tanto para las mismas editoriales, que perdieron su “caché”, antes basado en un criterio selectivo; como para los mismos autores, los noveles beneficiados por premios afines, y los consagrados, cuyo prestigio se diluyó, al ser finalmente denunciados como los vampiros que se nutrían en ese fondo. La consecuencia de aquellas maniobras de mafia entre editoriales y concejalías de cultura, la falta de un criterio tanto para reconocer lo valioso en lo consagrado como en lo nuevo, hizo automáticamente efectiva la oportunidad del maremágnum virtual en que se diluye al extremo la cultura. Fulgencio Martínez
Pedro Guerrero Ruiz
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Catedrático de la UMU, poeta, investigador...
“He aprendido a distinguir lo bueno de lo impertinente, lo distinto y audaz de lo necio y oscuro”
Uno lo mira y descubre que es una buena persona, y, por ello, una gran persona. Además, es culto, escribe magníficamente, y descubre todos los días la belleza del amor y de lo creado. Le encanta el mar, y se nota en sus escritos más íntimos. Disfruta de la conversación, de una entrañable conversación, con los amigos, “con aquellos que saben”, nos dice, “más que él”. Es, ha sido, en muchos oficios. Cree en la voluntad y en el esfuerzo. Estima que la creación es un milagro. Se interpreta poeta y comparte devoción por la educación, la literatura y el periodismo. Es un humanista, todo un Catedrático de Universidad, con la belleza de las palabras y con el trabajo bien realizado por bandera. Disfruten de la conversación que mantuvimos con él.
El del escritor, ¿es un oficio, es una profesión, es una manera de vivir? Es una manera de contar lo que sabes o imaginas. Forma parte de una mirada y de un lenguaje que logra una difusión personal de vidas y espacios, historias inventadas o reales. A veces la escritura te lleva, te confunde, te atrapa o te precipita. La línea entre lo verdadero y lo fingido es muy sutil, quebradiza. La metáfora precisamente nace para que el poeta se aleje de lo evidente, incluso de la comparación. En relación con la poesía, el poema es un milagro. Pero tiene más de manera de vivir, sí.
Con el marco de la Literatura de fondo, ¿cómo se definiría?
He escrito innumerables versos, casi todos hablan del mar, de las criaturas, de todo lo creado, y también de los símbolos de lo que es mi patria: la infancia, los espacios sentimentales, la vida… Me digo poeta y siento pudor, un pudor inevitable que me llena de gozo en la soledad y me confunde entre los demás. Mis libros de poesía son de vida, pero no me considero un poeta del mercado. No estoy interesado en las tertulias de auto-bombos, ni voy a recitales milagreros, salvo que venga algún amigo de fuera de Murcia. Soy más bien lo que en los años 20 era un poeta maldito y ahora hemos desechado estar por la promoción establecida como meta. No me interesa nada eso. La poesía se hace en soledad y ahí me gusta residir. Tengo mi editor, que es amigo y me basta hacer mi trabajo de esta manera, fuera de la publicidad reinante, por eso hace muchísimos años que no presento mis libros.
¿Un escritor nace o se hace? Nadie nace escritor. Es la educación cultural y la sentimental lo que nos pone en el camino, el interés por la lectura y la escritura y, después, los gustos literarios lo que un día puede invitarnos a decir nuestras cosas por escrito. Mucho después, vienen otras cuestiones; por ejemplo: mi lector modelo, que no es sino quien yo creo que me lee, pero no tiene rostro aunque es muy exigente, cada día más, y corrijo y me instalo en mi propia crítica y en la ajena que percibo de ese lector modelo que, al final, resulta que es mi otro ego con quien discuto.
¿En qué genero se siente más cómodo? En poesía. Aunque ahora llevo entre manos una novela. Primero fue una biografía y. entre correcciones, va siendo una biografía novelada. Se trata de un personaje que existió y vivió en la alegría de una revolución pendiente que fracasó. Murió de tristeza, viendo que había perdido los años de su juventud y de su madurez, y nada había cambiado. Los sueños rotos, la fragilidad de los mundos inventados y creados con la esperanza se quebraron para muchos españoles cuando creíamos que la libertad lo era todo y supimos con los años que no era así. ¿Libertad sin justicia? Libertad para pasar hambre, no es libertad. Es una trampa, un espejismo, una dádiva del sistema que nos apresa y nos confunde. Pero ese personaje de la novela tiene abiertos los ojos y ve lo que pasa: el amor, la infancia, la juventud, el tiempo en lucha abierta contra un sistema cruel, la revolución pendiente y permanente, la guerra de cada uno de nosotros, la batalla librada, las ideas y la sensación de soledad final. Pero retomo la pregunta: me siento cómodo en poesía, o tal vez en un lenguaje poético que puede no ser poesía estructurada como tal. Esto no es abrir una discusión, un debate, aunque no me importaría nada, sino decir que la poesía no es sólo lo que creemos que es, porque se confieren a los lenguajes artísticos otra manera de contar y el poeta no puede quedar al margen de la intertextualidad, del mestizaje cultural.
La poesía, ¿es un ámbito literario infra-valorado, supra-valorado, depende de las modas…? Depende del tiempo y las circunstancias en que se produce. La producción poética en el Romanticismo, es un ejemplo, era más valorada que ahora. ¿Por qué? No había nada, ni radio, ni televisión, ni cine. Digamos casi nada. ¿Qué pasaba? Las personas tenían libros y leían, y la transmisión de las noticias, salvo algunos diarios que existían, era oral. Se hablaba y se leía más. La poesía se memorizaba, y se sentía en las reuniones, en los ámbitos cultos y también en los populares. Algo así pasó en los años 20 y 30 en España. Todo eran círculos literarios. La literatura pasó a los cafés y a las tabernas, y se consumía más que ahora, sobre todo con la llegada de la República Española y sus programas educativos y culturales. La dictadura fascista nos dejó fuera de todo. Y fueron tantos años de franquismo… ¿Ahora? Ahora hay poco interés en el desarrollo por el gusto literario, sin programas de gobierno, no existe ni se provoca ese interés. Pero debemos buscar nosotros, los educadores, el logro de esa animación por la lectura, también por la poesía. Ahora la poesía está más en la música. Las personas oyen música todos los días. Debemos aprovechar en nuestro alumnado cualquier motivación para que lean, cualquier centro de interés. Se lee tan poco…
Pág. 7 ¿Quién lee todos los días? Diré algo: el 50 por ciento de las personas mayores de 18 años no lee NUNCA un libro. Todo se resume aquí.
Usted pertenece a la Academia Norteamericana de la Lengua Española, con sede en Nueva York. ¿Qué papel desempeñan actualmente las Academias? La ANLE es una de las academias que más ha trabajado, investigado, corregido y propuesto sus investigaciones en la nueva Gramática de la Lengua Española recientemente publicada y que durará muchísimos años. Yo pertenecí a la comisión de esa Gramática elegido por mi Academia, la Norteamericana. El trabajo ha sido de 10 años para dar entrada al panamericanismo de nuestra lengua introduciendo elementos verdaderos que la lengua, las gentes, hablan o escriben y los que también se va conformando poco a poco nuestra estructura como lengua (morfología, sintaxis, fonética y fonología). También trabajé en la nueva Ortografía de la Lengua Española varios años, ya publicada. Se hizo, y se está haciendo, un buen trabajo. Y el papel de las academias ha sido el de investigar, crear a partir de los modos existentes del lenguaje donde se emite el español y proponer, a la comisión redactora, nuestras propuestas. La Asociación de Academias ha hecho tanto en este tiempo de revisión de la Gramática y la Ortografía que todo ello durará casi un siglo, como pasó con las últimas revisiones formales.
Ha tenido y tiene amistades personales en el mundo de la literatura de la talla de Rafael Alberti. ¿Qué ha aprendido de todas ellas? Casi todo. Siempre me ha gustado convivir con personas cultas. No desprecio nada, pero evito la majadería y la necedad para estar con quienes saben más que yo. He aprendido de ellos que la humildad y la sabiduría deben ir unidas. He sentido la emoción personal de conocer y ser amigo de grandes artistas, poetas e intelectuales contemporáneos como Rafael Alberti, sí. Les debo todo, porque he aprendido de ellos y me ayudaron a ser lo que soy: un escritor minúsculo que aprende todos los días como persona y como poeta. He aprendido a distinguir lo bueno de lo impertinente, lo distinto y audaz de lo necio y oscuro, lo brillante en sí mismo de lo ignorante y opaco.
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¿Por qué escribir hoy en día? Hoy día, por necesidad vital de contestar y denunciar, de gritar la queja de los desposeídos, de ser insumiso en la sociedad que vivimos, pero también por los valores de siempre: el amor, la ternura, los amigos, la vida… Pero escribir es también respirar en el ámbito que yo lo hago, en la soledad.
¿Y cómo se lleva con las Nuevas Tecnologías? Bien. Los útiles de escritura han mejorado. El cambio de la máquina de escribir al ordenador ha dado velocidad y rigor inmediato a los trabajos que se hacen, en el sentido tecnológico de lo que digo. Las nuevas tecnologías no pueden suprimir el ámbito intelectual ni poético, pero pueden ayudar a realizarlo y organizarlo más limpiamente e imprimirlo mejor.
¿Qué le parece la tradicional unión de Periodismo y Literatura? ¿Unión? El periodismo literario existe desde que nacieron los diarios. Me parece que se debe fomentar la creatividad intertextual desde esta unidad. Los géneros aislados ya no son más que pompas fúnebres. Se han creado roces, conjunciones, acercamientos visibles en todo lo que tiene relación con otras áreas afines a la escritura. Y así será cada día más. Pintores poéticos, poesía pintada., crónica literaria…
Uno de sus libros más significativos es “Cumbre del Pájaro Herido”. Se mueve en esa búsqueda de la paz espiritual a través del amor. Al final, ¿lo que nos queda es el amor, si es que permanece algo? Lo que nos queda es el amor, o el desamor, sí. Nada es más fuerte que el amor, más arrebatador, más instantáneo y apasionado, más impredecible, más necesario. Amor sobre la ignorancia del día, amor en el paisaje, en los ojos, en una manera de hablar, amor en la vida y en la muerte. Pero no el amor del colmado nuestro de cada día, sino amor a la naturaleza, a los árboles y a los animales, a los amigos, a la amante y a la existencia de nacer cada día. El amor vívido de Neruda y el amor sufrido de Vallejo. El amor y el desamor como parte más interna de nuestro vivir y de nuestros sentimientos. Y amor siempre para darlo, eso siempre. Porque recordemos: “Lo que no se da se pierde”.
¿Cree que el libro en papel desaparecerá? El libro no desaparecerá, como no desaparecerán el lienzo ni la pintura, ni el mármol ni el cincel. Forma parte de los instrumentos que se usarán siempre en el misterio de la cocina del arte, de la lectura, de la pasión por la cultura del papel impreso.
¿Se lee menos que antes? ¿Qué mensaje mandaría, aunque suene pretencioso, a los más jóvenes o a la ciudadanía en general sobre la necesidad de leer? Leer es vivir otras vidas y otras formas de expresarse. Desgraciadamente se lee menos cada día y se produce así una aculturización acelerada. Y en poesía sólo leen el 2 por ciento de los pocos españoles que leen. Y no digamos los murcianos… Aquí no lee casi nadie. La educación literaria debe iniciarse en las escuelas y en los institutos, porque la sociedad murciana, muy en general, anda en otra cosa. A la vista está: propiedad privada, consumo y pelotazo, frente a las virtudes públicas y educación, la cultura, cultura y más cultura. Una sociedad que no ve esto claro siempre será una sociedad empobrecida de sueños y de creatividad, de transformación y mejora de su juventud. Pero es que la mayoría de los gobiernos municipales y el autonómico no muestran ningún interés por la educación pública, ¿por qué lo iba a tener por la cultura del libro? Por eso salimos en las estadísticas en la cola de Europa y, por supuesto de España. Hemos sustituido la cultura universal del libro por el chipirrín o ese invento del panocho, que no es sino algo artificial para entretener a la gente y contener los avances intelectuales.
Este libro está prologado por su amigo, el recordado Paco Rabal. ¿Qué conserva de él por encima de todo? Paco leyó el libro y me hizo el prólogo, sí. Le debo tanto a Paco… Y de Paco conservo tantas cosas... Pero sobre todo su magisterio: su honradez, su sencillez, su capacidad creativa, su generosa amistad. Paco llegó al teatro y al cine con lo puesto, y se fue con lo puesto. Lo dio todo y trabajó hasta el final. Su recuerdo es imborrable, un ejemplo para quienes le conocimos, porque era un maestro de la vida. Yo pienso en él casi todo los días, en su bondad y generosidad, en su sentido de lo culto-popular, en su permanencia en las ideas que eran cada vez más revolucionarias y nuevas, menos predecibles para los demás porque no tenía ataduras con los liderazgos ni con las siglas; pero siempre ideas sumergidas en los destellos de la izquierda, una izquierda insumisa y joven, porque Paco siempre fue muy avanzado. Comparar a Paco con otra persona es imposible. Era único como hombre y como artista.
Con la perspectiva de los años, ¿qué ha cambiado para un escritor, o sólo ha cambiado lo externo, y lo esencial sigue igual, o debe…? Cambia todo, lo externo y lo interno. Nadie es, en apariencia, el mismo poeta con el tiempo, aunque lo importante es que haya destellos fijos de su personalidad, que se vea que es él, como pasa con un cuadro de Picasso cuando lo ves desde lejos y sin firma, y dices: “Ese cuadro es de Picasso”. Queda la huella del artista, el estilo., la profundidad de su trabajo de años, la huella. .. Lo externo porque vive menos y se elabora desde las circunstancias, las que fuesen. El tiempo te desconsumiza, puedes sobrevivir con menos, y entonces un verso es más duradero. Al menos me pasa a mí, porque tienes más bagaje de datos en tu cabeza, más intertexto lector y, por tanto, como autor, más posibilidades de energía que se trasmite. En lo interno habría que sumarle al tiempo su capacidad de reintegrarse en nuevos depósitos literarios o poéticos. Un buen escritor sobrevive por su obra, aunque fuese maldito. Y deja de ser un desconocido el día que un joven lee un verso que tú escribiste pensando en lo mismo que él piensa en ese instante o en lo que él entiende en ese instante. Es la única corona que uno quiere: que un día alguien te lea y le hables con tu escritura y te escuche sin solemnidad pero con interés. ¡Qué más da que estés muerto entonces! Nadie muere si se le recuerda, porque el olvido es el final; pero en el recuerdo, aunque sea el de un verso, estás vivo.
Todas las semanas le leemos en un periódico regional de Murcia. Vemos que ha vivido mucho, que ha tratado con muchas gentes. Además, mantiene una intensa actividad como profesor de la UMU, como colaborador en muchos ámbitos y en muchas instituciones y desempeñando multitud de actividades, incluyendo su faceta, por supuesto, de escritor. Usted no para ni en vacaciones…
Pág. 9 No paro, no. Este verano he seguido trabajando y he enviado al diario La Opinión mis columnas domingueras. Me gusta trabajar. No se hacer otra cosa, escribir, leer y trabajar en la Universidad. No quiero jubilarme, pero me jubilaré y seguiré trabajando, investigando, escribiendo, sí. Sobre esa capacidad que usted destaca, de trabajo, le diré algo. Un profesor de Universidad debe iniciar a sus alumnos en la investigación, he dirigido muchísimas tesis doctorales, y ahora trabajos los trabajos fin de máster que terminan nuestros alumnos que serán después los de los nuevos doctorados. En ese sentido, me siento muy a gusto afianzando en el alumnado la metodología investigadora. Lo hago con intensidad científica porque es algo importantísimo en un profesor universitario, sí. Mi actividad de la Universidad de Murcia es de casi todo el día, y mis conferencias, los congresos, los artículos científicos… llevan buena parte de mi tiempo profesional: la didáctica de la lengua y la literatura. Así es, estoy de vacaciones y sigo trabajando y disfruto, es así mi vida y así será hasta que pueda.
¿Cómo ve el mundo de la cultura hoy en día, y, especialmente, el de la Literatura? Vivimos en un mundo donde la cultura interesa poco. Hoy interesan otras cosas, como ya le dije antes. Igual le pasa a la literatura, se lee muy poco. Y se mantiene la certeza de que las humanidades y las ciencias sociales no son productivas. Y así nunca habrá un cambio profundo, verdaderamente revolucionario, si se desentiende esta sociedad de ello, de la cultura transmitida y la creativa. Lo literario no está reñido con otras áreas de desarrollo humano, se trata de valorar que estas señales humanas de la cultura universal se añadan a la personas que son también de esa cultura, o culturas, que vive, de la que forma parte la literatura, y así nos hace más racionales y mejores, más preparados, menos ignorantes y sectarios.
Es Catedrático de la Universidad de Murcia, es especialista en Lengua y Literatura. ¿Trata a menudo con jóvenes talentos? ¿Cómo sabe que lo son? ¿Qué le llama más la atención de un escritor? Nuestra enseñanza de la lengua y la literatura, tanto en los niveles de Infantil, como en Primaria y Secundaria, tiene tendencia a la didáctica, a su repercusión en las aulas para cuando esos alumnos terminen sus estudios. Pero sí, he tenido alumnos que sabía que estaban dotados para la escritura. Y siempre les animo a ello, a leer y a escribir. Algunos con notable éxito aquí y fuera de nuestras fronteras. Pero les sugiero que reflexionen sobre esa tendencia a la endogamia provinciana que se tiene en nuestra Región, y a salir afuera, a vivir otros desarrollo culturales, porque a mí entender lo que aún estamos haciendo, lo que hacemos aún, es ya “viejo”, aunque nos creamos modernos, son modelos que ya no llaman la atención de nuestro consumidor, el lector, a casi nadie. Y conviene entender que al lector lo que no le duele o no le emociona y ni siquiera disfruta con él, no le interesa. Lo otro, lo que vive en otros parámetros culturales, la postmodernidad paratextual debemos
hacerlo de nuestros huesos, de nosotros mismos. Por eso les animo a discutir su obra u otras obras en otros ámbitos distintos al nuestro. A estos alumnos les animo a buscar formas de innovación de la cultura escrita., a considerar otras formulas de expresión hipertextual a la que antes me refería. El mundo está cambiando. ¿Por qué, sin dejar de fabricar buen arte, no cambiamos nosotros también? Salgamos a la calle, a esa revolución pendiente del arte, que ya es hora, como diría Celaya, de pasearla a cuerpo. Y para eso hay que ver otros mundos y otras alternativas. Pero antes, mucho antes, hay que leer, leer mucho de nuestros maestros innovadores. .
Abundando en lo anterior, ¿qué le pide a una buena obra, ya sea poesía, narración, ensayo…? Le exijo la dignidad en el trabajo, que es tanto como no publicar lo ñoño, y que sea lo que un día la gente leerá. Asomarnos al mundo y hablarle en nuestro personal lenguaje. Y todo ello sin tener miedo a encontrando a ese lector crítico, modelo de tu trabajo. El tiempo dejará a cada uno en su sitio. Ni la crítica oficialista, ni los auto-bombos mutuos provincianos sirven al tiempo, sino el trabajo en un exilio interior que busque nuevas formas expresivas y creativas propias.
Nos puede recordar cuántos libros ha escrito en los diversos órdenes o territorios de la escritura y/o del saber ¿Para pronto una nueva obra?
Pág. 10 Muchos. No sabría así de memoria. De poesía siete, y en unas doce o catorce antologías de revistas extranjeras y en revistas literarias, sobre todo americanas. De investigación y ensayos bastantes, sí. Unos 30. Y artículos, pues muchísimos, 100 o más, casi todos ellos en revistas extranjeras entre las que están con lo que se llama índice de impacto, es decir, bien consideradas en el mundo científico. Aunque también le puedo decir algo: se puede escribir un buen artículo en Murcia y uno sin interés científico en New York. Pero ahora se exige mucho salir fuera de nuestras fronteras para valorar más nuestras transferencias de conocimiento o investigaciones publicadas, y si publicamos en otras lenguas, mejor. ¿Una nueva obra, me dice? Sí, estoy trabajando esa nueva novela que le dije, pero no tengo prisa alguna, la escribí en un año y llevo cuatro corrigiéndola. En poesía acabo de terminar un libro de poemas de amor. Y en relación con ese escape de la “vejez” de nuestros escritos, le diré que ando con unos textos líricos, distintos a lo que es un libro de poemas: unas “escripinturas”, como diría Saramago, o unas “liricografías”, como diría Alberti; pero a mi manera, una poesía pintada (versos entre recortes de lecturas de mi infancia, publicidad histórica, detalles de vidas…), es complicado, hay que verlo, visualizarlo entre los poemas. Y todo ello porque tampoco me resigno en el arte, en lo que entiendo que es lo que estoy obligado a hacer y, además, disfruto con ello. Y en ello, tampoco tengo prisa.
Espacio cultural en...
MURCIA
“La literatura, parte fundamental de todo ser humano.” La Región está de enhorabuena. Nace ‘Letras de Parnaso’ con la pretensión de mostrar al mundo la importancia de la literatura y con la intención de conocer a nuevos escritores y de saber de los escritores de siempre. Esta ventana digital se abre para mezclar prosa con versos, opiniones e informaciones, creadores murcianos y nacionales. En resumen, para ofrecer un compendio de la actualidad de la literatura. ‘Letras de Parnaso’ demuestra, contradiciendo las opiniones de algunos, que la literatura no tiene porqué morir con el asentamiento de las nuevas tecnologías. Éstas deben de ser una nueva herramienta para consolidar el arte de las letras. Ahora con iniciativas como esta las fronteras de los recursos literarios se amplían. Porque internet y las revistas digitales como ‘Letras de Parnaso’ permiten tanto romper esas barreras como poder dar a conocer a excelentes escritores que no están dentro del mercado editorial propiamente dicho. A la vez, dejan que el lector interactúe con el
escritor ofreciendo su opinión sobre lo escrito. A ellas se puede acceder de forma universal y aprender así la importancia de la literatura. Y es que hay que entender que literatura es la poesía del Renacimiento, la lírica del Romanticismo, la prosa del siglo XIX, los escritos de la Generación del 27 y los best-sellers de la actualidad y que todos ellos son necesarios para la formación integral de la persona siendo la literatura parte fundamental de todo ser humano. Ya sólo me queda desear que esta andadura que ahora comienza continúe sin descanso ese importante camino que es el de fomentar la lectura y enseñar a amar la literatura. Igualmente quiero agradecer a Juan Antonio Pellicer y a todos sus colaboradores el que, a través de la editorial Cuatro Muros, trabajen para que en la Región podamos contar con plataformas como esta. Rafael Gómez Carrasco Concejal de Cultura Ayto. de Murcia
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Noticias de Los miembros de los 4muros de Jpellicer Si eres miembro de la Web Los 4muros de Jpellicer, y deseas promocionar, anunciar o comunicar a tus lectores y/o seguidores noticias o información relacionadas con tu obra (proxímos proyectos, presentaciones, exposiciones, etc.) estaremos encantados de recibir tus noticias. Si por el contrario aún no eres miembro y deseas registrarte solo debes entrar en:
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“Anatomía de un Pensamiento” de nuestro compañero Manuel Balsalobre ha sido presentado en el aula Mariano Baquero de la Universidad de Murcia el pasado día 28 en un acto organizado por la Delegación Regional del SNEE a la que pertenece
Guerra y Paz Para escribir de ello, tengo que recurrir a la Filantropía y a la Utopía. Sin duda alguna prefiero ver, los campos plagados de retamas, botoneras, cantoesares, aulagas, tomillos y jaras, manchando con sus floraciones efímeras, pero llenas de belleza y color el paisaje, y no contemplarlo con cadáveres mutilados y destrozados, como resultado de la atrocidad. Llega a resultar una ignominia y una conmoción, tanto despliegue y publicidad de hechos sangrientos, con matices desgarradores de la crueldad humana, y quedarnos sólo con los lamentos y elegías como consuelo, al presenciar éste espectáculo denigrante para la raza humana, con una actitud diletantesca. Y sobran los insultos y las increpaciones, pues basta de tanto embeleco. Busquemos el plugo de la paz y rebusquemos en el derecho ajeno, de las naciones y de los pueblos. No quiero usurpar el ser un almuédano desde un minarete, haciendo plegarias, ni un sacerdote desde un púlpito
con arengas y alegorías de palomas y paz; ni hacer uso de cánticos y proclamas, acompañadas de sensibilidad, tristeza y pena, para conseguir hacer vibrar y sentir, lo hondo de ese espacio de vida de virtud moral que llevamos dentro, en la propia inanidad del ser. A veces, no es lo que tú eres, sino lo que hacen las guerras para que tú seas así, pareciendo ser imperturbable ante tales hechos, encerrados en una rutina. Los problemas no se resuelven por el uso de la fuerza, sino respetando los principios y los derechos, con la palabra, aunque la dialéctica de ideas y avalancha de propósitos, hacen muy difícil preservar la serenidad y el temple de una justa decisión, pero habría que intentarlo, máxime ante el riesgo y el peligro que existe, cuando los términos ocultan o desvían la realidad, entre razas y credos. Me inclino siempre por el diálogo con las rosas ante el sable, sabiendo que la historia de la humanidad, dice lo contrario.
Concurso de Poesía
Marcelino Menéndez González
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Rincon de Versos “Los dioses facilitan el primer verso; los demás, los hace el poeta” (Paul Valéry)
MAR CALLADO
LOS DESEOS INCUMPLIDOS
Sentí el anhelo del éxtasis En la suave melodía del tiempo: Allí estabas tú Sumergida en un magma celestial Rodeada por la aurora. Hubiera querido poseerte Pero me sentí esclavo de aquella visión Y no pude resistir el contemplarla Durante todo el tiempo. Bajo las mágicas estrellas de la noche Volví a soñar contigo Invadiéndome imágenes lúdicas Quebrándome en éxtasis. Y, ahora, al poseerte Siento que tú y yo somos la creación. Y me desbordo plenamente al unísono. Rosa Monzón Delgado (Gran Canaria)
Allá donde el mar busca el infinito, donde el día se da por vencido y la paz se siente verdadera, mis recuerdos voy colgando uno tras otro, vagabundos como sin dueños; la brisa los lleva y de ternura los consuela y el mar vestido con el traje del adiós, de su mano, van dejando una estela. Mar callado que me hablas en silencio, y en tus cielos azules pintados de amarillos dibujas las palabras de las tardes de verano que querían salir y volar y a su orilla llegar. En este instante de paz, cálido presente, las palabras se rinden a la magia del silencio, inventando susurros que me traen las olas, que llegan arrullándose buscando su muerte entre lágrimas perdidas de perlas confundidas. Mar callado cómplice y testigo de tantos lamentos, proscenio exquisito de tan falsa quimera, donde un corazón en la noche soñaba y buscaba, sin querer comprender que el nuevo día, para siempre y de tu silencio acompañado, en tu horizonte, real como mi pena, desaparecería. Juan A. Pellicer (jpellicer)
haikus “Grandes, callados árboles de la vida esperan por tí.”
“Árboles nobles en todo su esplendor regalando paz.”
Del libro: “Haikus de una vida” (de jpellicer)
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VIDA Y LITERATURA por Toni García Arias Nuestra vida es un pozo que tratamos de llenar cada día. Sin embargo, cada vez con mayor frecuencia, los seres humanos nos empeñamos en llenar nuestros particulares pozos con modernos artilugios tecnológicamente perfectos. Lo llenamos de frigoríficos que hacen hielo, de brillantes lavadoras inteligentes o de espeluznantes y enormes pantallas de plasma. Y lo llenamos tanto y tanto que apenas quedan huecos donde acoplar nuestros sentimientos. Pero un pozo lleno de objetos no es una vida, sino un desván –un ataúd del tiempo- donde agolpar los objetos que con los años se volverán inservibles. Hay quien se da cuenta de esto y llena su propio pozo de
risas, de lágrimas, de una tarde de sol, de una noche de lluvia frente a la ventana, de olas, de sueños y esperanzas, de obsesiones, de besos y caricias escondidas, de piel que siente, que sufre o de piel que se estremece. Y todo ello, sin frigoríficos que hacen hielo y sin brillantes lavadoras, se traduce en una vida. Si a nivel fisiológico podemos decir que uno es lo que come, a nivel espiritual se podría afirmar que uno es lo que siente. Y ahí radica la grandeza de la literatura, ya que al fundirnos en las entrañas de unas sencillas hojas de papel nos sentimos partícipes de sentimientos propios y ajenos, de nuestra propia experiencia vital, y nos sentimos de alguna manera reflejados. Porque, a fin de cuentas, todos somos en nuestro fuero interno un poco el Capitan Ahab, un poco Otelo, un poco Dorian Gray,… un poco Quijotes.
GOETHE Y LA LÍRICA DE LA PASIÓN “¡Qué bien me encuentro, ahora que mi corazón puede sentir la sencilla e inocente delicia del hombre que pone en su mesa una col cultivada por su mano, y en un solo instante vuelve a disfrutar no solo esa verdura, sino todos los hermosos días, las hermosas mañanas, en que la plantó, las deliciosas tardes en que la regó y en que disfruto viendo su crecimiento continuo!... lo que ha de ser Carlota para quien esté enfermo, lo noto en mi propio mísero corazón, que está peor, ahí dentro, que muchos que sufren en el lecho del dolor… Mi corazón entero estaba lleno en ese momento: el recuerdo de tantas cosas pasadas me oprimía el alma, y las lágrimas me brotaban en los ojos…Todo el cálido sentir de corazón en la viva Naturaleza, que me invadió con tanta delicia, convirtiéndome alrededor el mundo en un paraíso, ahora [cuando las expectativas de amor con su amada han fracasado] se me convierte en un tormento insoportable, en un espíritu de sufrimiento que me persigue por todos los caminos. Cuando yo extendía antes mi mirada desde la rocas, sobre el río, hasta aquellas colinas, por encima del fértil valle; cuando veía aquellas montañas, revestidas de espesos y altos árboles desde los pies a la cabeza, y veía todo a mi alrededor manando y germinando…Delante de mi alma se ha retirado como un telón y el escenario de la vida de la vida infinita se transforma ante mí en el abismo de la tumba abierta eternamente…” (Los sufrimientos del joven Werther, J. W. Goethe en su segunda versión de 1787) El 22 de marzo de 1832 moría en Weimar Johamn Wolfgang von Goethe contando con casi ochenta y tres años de edad y una increíblemente pródiga actividad literaria. Máximo exponente del “Sturm und Drang (tempestad e ímpetu)”, de la lírica alemanas del último tercio del siglo XVIII y comienzos del XIX. Discípulo, entre otros, de J.
Gottfried von Herder, viejo amigo de su juventud revolucionaria y amigo íntimo de J. C. Friedrich Schiller, su influyente inspirador en sus fases más maduras y cuya inesperada muerte a los cuarenta y seis años provocó un claro vuelco y un retorno a la lírica más pura existencialista, y de los sentidos. Él, junto con Schiller, protagonizaron, desde 1794 y hasta la repentina muerte de éste último, la etapa más productiva y rica de la literatura alemana con obras como Alexis y Dora (1796), y Amyntas, Euphrosyne y el Balladenjahr, todas en 1797, aparte de las Xenias, escritas entre los dos y que proporcionaron a la vida literaria alemana un inusitado vigor por el movimiento ideológico que provocaron, así como también importantes obras de literatura narrativa como Los años de aprendizaje de Wilhelm Meister y su inolvidable poema narrativo Hermann y Dorotea, publicado en 1797. De él dijo Mary Anne Evans, la célebre escritora británica del XIX (George Eliot) y no sin pasión, que se trató “… del hombre más grande de la letras alemán… y el último verdadero universal que caminó sobre la tierra”, y quizás no se equivocaba en demasía porque el más puro Romanticismo que se inició en ese convulso siglo XVIII y que iba a plasmarse en todas las manifestaciones artísticas de la época, nació a su amparo y no exento de la influencia de los múltiples y vigorosos movimientos ideológicos que salpicaron a todo ese siglo. Un Romanticismo en el que se daba expresión a la subjetividad del hombre, de sus sentimientos y emociones ante la contemplación de sí mismo frente a la naturaleza y la vida de la que se reconoce formar parte inseparable y de la que nuestros fragmentos elegidos son una buena muestra, en los que los sustantivos: corazón, alma, vida, sufrimiento, alegría, dolor, florecen en su máxima expresividad. José H. PELLICER Escritor
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V E N T A N A OFICIO DE ESCRIBIR Cómo escribir y no morir en el intento. Esta frase redicha para tantos supuestos, me ha venido a la mente al pensar en la dificultad que tiene quien se dedica a este oficio o arte de la escritura por el motivo que sea, aunque dicen que se escribe, o se ha de escribir, porque sí, sin pretender nada, como no sea el propio desahogo; que la esencia es esa como única postura éticamente posible, ya que escribir con fines preestablecidos o de lucro es otra cosa, las más de las veces una forma de trabajo convertida en obligación. Dejémoslo estar. En tal caso es una catarsis o pretende serlo, por decirlo de una manera prosaica; una limpieza, un aligerar el alma de tanto peso con que nos vamos cargando a lo largo de la existencia. Sabemos que escribir es crear una realidad alternativa o un intento, desde el ansia incontenible de desprendimiento de lo propio. Necesidad imperiosa por descomponernos y compensarnos a fuerza de fabular, a veces creando embustes, manipulaciones o fantasías como pretextos de una supuesta verdad propia que no nos acaba de convencer. Fabular es dejarse ir en un delirante descubrimiento que nos fascina y desde donde queremos magnetizar a un posible lector. Fabulamos o decimos verdades sobre nuestras vidas o la visión que quisiéramos tuviera esas vidas y los pensamientos que pudieran desarrollarse en ellas. Para ello tenemos que usar la experiencia que creemos tener y las actitudes que sentimos poseer, para tergiversar o no la realidad y crear contextos alternativos, en un acto de desesperación a veces, de metamorfosis o de imperiosa necesidad de escupir, en escabroso ejercicio, angustias y desaciertos de los sentimientos que por dentro nos arañan o nos hacen sufrir. Todo esto intentando no caer en el sentimentalismo ni en los decoros absurdos y engañosos. Hay que escribir sin piedad ni compasión, latiendo en lo escrito, vibrando en lo crudo del laberinto personal sin disimulo, sinceros, evitando cualquier demostración banal del ego. Ya estamos redactando. Permanecemos ante el escrito que va surgiendo, revisándolo y sabiendo que no llegaremos a un punto final deseado. Nada se cierra, todo queda abierto, modificable siempre, porque a cada instante, aún siendo los mismos, somos otros. Nunca llega el momento de detenernos porque vamos cambiando en constante camino de edad, conocimiento, estilo, y riesgo… Y, sin embargo, llegados a un punto, hay que intentar cesar, de la mejor manera, un proyecto que siempre permanecerá expansivo. Escribir y escribir, revisar y corregir. A medida que lo vamos haciendo más preguntas surgen, más cuestionamientos se nos plantean, más ganas de desertar –tachar, romper eliminar-, y a la vez de continuar en esa lucha ciega por permanecer o acabar.
Se gana seguridad, pero dentro de la imborrable inseguridad que nos asiste convencidos de nuestra incertidumbre, sabiendo que los retos son cada vez mayores y nos convierten en prisioneros de nosotros mismos: no queremos impulsar algo que nos disminuya o minimice. ¿Le falta humildad, carece de sencillez el escritor? No exactamente: vive dentro de una inmensa marea que lo arrastra e impulsa irreprimiblemente, desde donde intenta descubrir complejos procesos morales a los que dar una y otra vez respuesta. De ahí esa bravura u osadía que puede cuestionar su naturalidad. Cuando comenzamos a escribir, a veces sabemos a dónde pretendemos llegar; otras, no: escribimos compulsivamente y la escritura se desarrolla de una manera aparentemente improvisada. Mientras avanzamos, todo va cambiando como en un paisaje; hasta la idea primigenia. Disfrutamos poniendo el dedo en la herida, hurgando en aquello que nos duele, preocupa o enajena, sea personal, social o de índole político. Somos observadores perspicaces o lo pretendemos. Sensibles y curiosos de lo cotidiano, intentamos analizar lo complejo del comportamiento humano por unas vías o por otras, con acierto o sin él, llevados por una imparable inquietud. Introspección y ambigüedad son nuestras compañías: nadie está en posesión de la verdad, que quizás sea solamente una palabra para defendernos de la mentira propia. ¿Cómo hacer un juicio moral y qué es lo moral?, ¿aquello que se establece como tal? En tal caso Lo estructuramos desde nuestra percepción e intentamos añadirlo al debate general. No podremos nunca explicar por mucho empeño que le pongamos, la clave para lograr una sociedad feliz, porque sabemos que es imposible que exista. ¿Para qué escribimos entonces? ¿Qué nos arrastra a ello? ¿Proyectamos al menos hallar una armonía, una compensación al pensamiento que nos aflige, al sentido de nuestras vidas? Quizás lo más preciado sea el gesto de modestia. Escribir desde esa mira. Cuando lo hacemos desde el alma vamos y venimos desde lugares de interrogación y dolor, desde la interpelación constante, desde el dilema de vivir, intentando hallar tranquilidad para nuestros ánimos. Escribir desde la convicción, desde la sinceridad, traspasando ambigüedades e intentando librarnos de las modas al uso, de las críticas y porfías, de la capacidad o incapacidad de ser publicados o permanecer inéditos... De todas formas, se necesita coraje para “exponerte” ante los otros, sin pretender, expresamente, influir ni cambiar nada, dejándolo todo al azar. Por si a alguien le interesa y es receptivo...
Teo Revilla Bravo. Pintor y escritor
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A B I E R T A . . . Francisco Umbral, el periodista escritor que fue él mismo Recordar a los grandes seres humanos que hemos podido disfrutar en algún sentido es casi una obligación divina. Es lo que hacemos hoy con uno de los grandes periodistas y escritores de las últimas décadas. Era duro y sensible, culto y un poco soez, hablaba de sus libros, y también de la vida, sobre todo de la vida. Este madrileño empedernido, cuajado de tópicos y de sorpresas, de garantías y de libertades, supo encandilar como pocos a quienes se acercaron a las letras españolas durante la segunda mitad del siglo XX y en los albores del siglo XXI. Nos referimos a Paco Umbral, a Don Francisco Umbral, tan entregado a las causas imposibles como complicado en sus formas y en sus contenidos. Es uno de esos claros ejemplos de periodista-escritor en una simbiosis que podemos calificar de perfecta. Fue bueno, diría que muy bueno, en los dos ámbitos. Destacó, fundamentalmente, en el ensayo y en la columna, donde demostró su técnica, su capacidad, su habilidad y ese especial talento que tenía para difundir esa lengua universal que es el castellano. Aunque parezca imposible en los actuales tiempos, contribuyó a enlucir el idioma cervantino y el amor a las letras. Ha habido pocos periodistas como él, y pocos escritores, por su densidad, por sus gustos, por cómo llegaba al público, por cómo supo hacer su espacio y darse eco, igualmente por los temas que trataba y por cómo los abor-
daba. Se sentía muy cómodo con esa prosa poética que le dio un marchamo muy especial en sus encuentros diarios con los lectores. Siempre tenía la palabra acertada para confesarse ante sus seguidores. Por su forma de ser, por su libertad, fue tan él que no dejó a nadie impasible: tuvo grandes amigos y adeptos, y también enormes, en cantidad y en empeños, detractores. Sigue vivo, y lo sigue tanto como su tan bien estudiado Federico García Lorca. Numerosos encuentros, certámenes, congresos, talleres, cursos, estudios de doctorado, etc., dan cuenta de la envergadura con la que todavía se interpretan sus textos y su figura. Se nos fue hace cinco años, pero sigue tan vital como siempre. Es lo que tiene la literatura, que gana con el tiempo, como el buen vino, si me permiten la comparación. Media década hace ya que se nos marchó, este gran autor de “Las Ninfas”, con una profusa producción, que incluye más de 120 obras narrativas, más ensayos, poesía, varios miles de artículos en numerosos periódicos, biografías, autobiografías, escritos de todo calado y de diversa índole, etc. Sin embargo, el tiempo no le hace mella. Era un escritor incansable, de todo, sobre cualquier asunto que pudiera interesar o interesarle. Y, lo mejor de todo, es que no se dobló ante nada. Fue, con sus contradicciones, él mismo. No se puede pedir más. Juan TOMÁS FRUTOS.
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