Desde cualquier ángulo que se mire, América Central se encuentra en un intenso proceso de de re-examen y búsqueda de alternativas de transformación, como no se había experimentado en muchos años. Hechos procesos y fuerzas, tanto internas como externas a la región, se han conjugado para permitirnos comenzar a superar la conflictividad político-militar y enfrentarnos a una multiplicidad de problemas complejos cuya atención y solución parecen demandar cambios profundos e impostergables en nuestras sociedades e instituciones, mas allá de los cambios y reacomodos forzados por el conflicto mismo.