Portugal a

Page 1

/07/2015 Torreperogil – Sabiote – Úbeda - Baeza – Zafra – Évora (531 km)


ÉVORA, ciudad histórica en el corazón de Alentejo, heredera de un rico y variado patrimonio cultural, construido y preservado por todo el tiempo. Fundada por los romanos y por ellos llamada de Ebora Liberalitas Iulia, la ciudad fue fortaleza que consolidó, en Álem-Tejo, la formación del nuevo reino de Portugal durante la Reconquista cristiana peninsular del siglo XII. Después de la consolidación de las fronteras con Castilla, varios reyes aquí fijaran su corte, especialmente en el periodo de las descubiertas marítimas, época en que orgullosamente, exhibían títulos y señoríos de tierras tan remotas como Guiné, Etiopia, Arabia, Persia y India. El patrimonio histórico y artístico que se conserva en la ciudad ha resultado en buena parte de la larga permanencia de la monarquía portuguesa. El conjunto monumental que eses tiempos han dejado á la ciudad y la construcción urbana de aspecto popular, están en la base de la clasificación de Évora como Patrimonio Cultural de la Humanidad, desde 1986. Además de este patrimonio único en Portugal, la región de Évora tiene mucho más para ofrecer al visitante. Es lo caso de la singular paisaje arqueológica megalítica, una de las más antiguas y monumentales de Europa, muy bien integrada en la paisaje rural envolvente y el recinto megalítico de los Almendres es el exponente máximo. En las calles medievales, en la exuberancia de los palacios, monasterios y iglesias, en los espacios de convivencia y de degustación de los requintados paladares de la cocina tradicional, Évora tiene un encanto propio de las ciudades antiguas. Pero sobre la matriz histórica, la ciudad se reasume como motor de desarrollo regional delante los grandes desafíos del futuro, con la creación de grandes equipamientos, la calificación de productos y servicios de excelencia en la área de Turismo, la gran oferta cultural y la creación de infraestructuras urbanas que dan prioridad al confort de sus habitantes. Qué visitar en Évora La visita a Évora se hace a pie, recomendamos iniciar la caminata desde la Praça do Giraldo y ascender por la Rua 5 de Outubro hacia la parte monumental. Las distancias pueden cubrirse perfectamente a pie. Se recomienda orientarse por un plano y visitar los siguientes lugares:


Praça do Giraldo: cuenta con un foro romano. Esta plaza porticada es el centro de la ciudad. La catedral de Évora (Sé), inspirada en el estilo de las catedrales francesas del siglo XII, a caballo entre una iglesia y una fortaleza, con un estilo sencillo y armónico; coro barroco de mármol rosa y azul. horario de visita de 9 a 12 y de 14 a 17, suele cerrar festivos y lunes. En la torre de esta Catedral encontraremos el

Museo de Arte sacro, de aspecto austero, con una escalera para subir a la terraza y ver una vista de la ciudad; el museo ofrece piezas como la Virgem do Paraíso, tríptico con miniaturas de marfil tallado; también precioso relicario policromado. Templo de Diana, del siglo II, con más de una docena de columnas corintias con basa y capitales de marmol de Estremoz. Monasterio dos Loios: hoy convertido en Pousada, es posible tomarse una copa en su claustro o alojarse directamente en este atractivo alojamiento.


Iglesia de São João Evangelista, junto a la Pousada, es de estilo gótico-manuelino, muros azulejados. De 10 a 12.30 y de 14 a 17. Palacio das Cinco Quinas: interesantes ventanas árabes. Está en la misma plaza que el Templo de Diana. Museo regional: junto a la catedral, ocupa el antiguo palacio episcopal. de 9.30 a 12.30 y de 14 a 18 presenta escultura romana, mudejar y medieval, así como pintura flamenca y el fabuloso políptico de la Vida de la Virgen, que data del siglo XV. La Iglesia de São Francisco, junto a la iglesia de Graça ( también digna de visitar ). Tiene un pórtico con arcos estilo mudéjar muy notables. Alberga 12 capillas y un vía crucis de azulejos en la Sala Capitular, justo antes de entrar en la conocida como capela dos Ossos. Aunque muchos hispanohablantes por el nombre pueden pensar que es la "capilla de los osos", en realidad es una capilla decorada con miles de calaveras y tibias humanas del siglo XVI. 21/07/2015

Évora – Sintra

Sintra Sintra fue declarada Patrimonio de la Humanidad en 1995. Esta pequeña villa portuguesa enclavada en mitad de un bosque es una de las mejores excursiones que pueden hacerse desde Lisboa.


De origen celta, hacia el siglo XV se constituyó como residencia vacacional de nobles y monarcas portugueses, debido en buena parte a su entorno natural, muy propicio para practicar la caza. Aunque sus calles empinadas nos obliguen a ejercitar las piernas para recorrerla, Sintra posee un encanto único que la convierte en uno de los lugares más bellos de Portugal. Su característica arquitectura, que integra a la perfección palacios y jardines, castillos y bosques, merece una visita obligada.


Qué ver en Sintra Quinta da Regaleira Puede que la Quinta da Regaleira sea el lugar más místico y cautivador de Sintra. Este palacete construido por un aristócrata portugués está rodeado de unos impresionantes jardines plagados de rincones secretos y cargados de simbolismo: la relación entre los rituales masónicos y el diseño del jardín es tan estrecha que puede apreciarse en cada pequeño detalle. ¡Imprescindible!

Palacio Nacional de Sintra El Palacio Nacional se encuentra en pleno centro de Sintra y es fácilmente reconocible por sus enormes chimeneas blancas de forma cónica. Resulta muy interesante recorrerlo por dentro, pues posee una buena muestra de mobiliario y objetos antiguos originales y algunas de las mejores composiciones de azulejos de Sintra.


El Palacio Nacional de Sintra es Patrimonio Mundial de la Unesco y uno de los más peculiares de Portugal gracias a sus dos chimeneas cónicas que pueden observarse casi desde cualquier punto de Sintra. Aunque el palacio, en su origen, era de estilo árabe, fue renovado en el siglo XV siguiendo el estilo manuelino. También se lo conoce como Palácio da Vila, fue residencia real hasta la instauración de la República, cuando pasó a ser utilizado como edificio público con fines culturales. Sus paredes están cubiertas por algunos de los azulejos más antiguos y mejor conservados de Portugal. En su interior podemos distinguir varias zonas bien diferenciadas: • La Sala dos Cisnes, antaño escenario de fiestas y banquetes reales, está ricamente decorada con frescos de más de 25 cisnes. • En la Sala dos Brasões los azulejos en blanco y azul adornan cada hueco hasta alcanzar la bóveda octogonal que corona el techo. También en esta sala podemos observar los blasones de numerosas familias nobles del siglo XVI.


En la Capela Palatina destacan por su belleza los mosaicos policromados de influencia árabe del suelo y el techo tallado en madera. • Cuenta una vieja leyenda que las urracas pintadas en la Sala das Pegas encarnan a las damas de compañía del rey João I; este, al ser sorprendido por la reina besándose con una de ellas, empezó a ser objeto de burlas por parte de las damas de palacio y en venganza decidió dedicarles esta sala.

Por último, la cocina palaciega, desde donde parten las inmensas chimeneas de casi 33 metros, era donde se cocinaban las presas del rey João I, muy aficionado a la caza. Horario: • Todos los días de 09:30-19:00 (última entrada a las 18:30). • Cerrado el 1 de enero y el 25 de diciembre. Precio: • Adultos: 8,50 €


Terrero El terrero frente al palacio fue, en el pasado, una especie de patio o sitio interior a cielo abierto, vedado a la población y delimitado por edificios que servían de alojamiento a nobles, funcionarios y servidumbre. En 1912 los edificios aún existentes fueron demolidos y el portón de entrada, de 1789, fue recolocado en la zona oriental del palacio, funcionando actualmente como entrada al entorno palaciego poblado de árboles. Sala de los Cisnes Construida durante el reinado de João I, es el mayor espacio de aparato del palacio. Escenario histórico de recepciones y celebraciones, aún hoy siguen realizándose ahí banquetes oficiales durante las visitas de jefes de Estado extranjeros. Fue denominada “Sala Grande” en el reinado de João I y “Sala de los Infantes” a partir de Manuel I.

Patio Central y Gruta de los Baños João I organizó sus aposentos alrededor del Patio Central, cuyas funciones son parcialmente mencionadas en el manuscrito Medição das Casas de Cintra, legado por su hijo el rey Duarte. El emplazamiento intimista, el


revestimiento de azulejos y el rumor del agua evocan la tradición arquitectónica árabe. Llama la atención la impresionante perspectiva sobre las dos gigantescas chimeneas de la cocina, la columna torsa en el centro del patio y el raro trampantojo al fresco con una composición geométrica de efectos ilusionistas, ejecutado en el reinado de Manuel I. La adyacente Gruta de los Baños presenta una decoración de azulejos y estucos de la segunda mitad del siglo XVIII. El programa decorativo rococó de los estucos incluye la Creación del Mundo (panel central), las Cuatro Estaciones (esquinas) y temas mitológicos. Los paneles de azulejos de las paredes, en azul y blanco, representan fuentes, jardines y escenas galantes y ocultan un ingenioso sistema de surtidores cruzados. El agua brotaba a partir de dos líneas de minúsculos orificios, refrescando el ambiente en días calurosos y sorprendiendo a las damas en un “juego galante” tan al gusto de la época.

Sala de las Urracas Denominada “Cámara de las Urracas” por el rey Duarte en el siglo XV, era aquí donde eran recibidos los notables del reino y los embajadores extranjeros. Destaca la decoración de azulejos y la pintura del techo. La ventana orientada hacia el sur ofrece una vista de la sierra, coronada por el Castillo de los Moros, y del alpendre renacentista del Patio de la Audiencia. Cuenta la tradición que en esta sala el rey Sebastião escuchó a Luis de Camões leer Os Lusíadas, el gran poema épico portugués que narra el descubrimiento de la ruta marítima hacia la India por Vasco da Gama (1498). Cuarto D. Sebastião El rey Sebastião utilizó esta dependencia como dormitorio durante sus estancias en Sintra. En el siglo XV el rey Duarte la denominó “Cámara de Oro”, nombre que hace referencia probablemente a una desaparecida decoración dorada del techo o de las paredes. La actual decoración de las paredes, del siglo XVI, muestra azulejos en relieve con motivo de hoja de parra y zarcillo, rematados con cenefa de azulejos recortados con motivo de mazorca de maíz en forma de flor de lis. La moldura de una de las ventanas tiene azulejos con la esfera armilar, emblema de Manuel I.


Sala de las Sirenas Según el rey Duarte, aquí se situaba el guardarropa real de João I, donde se guardaban las vestes, joyas y objetos personales del monarca. La puerta rectangular en mármol blanco, por la que se accede a una escalera helicoidal que conduce directamente a la Sala Árabe, fue tal vez incorporada en una fase posterior.

Sala de los Blasones Esta sala, situada en el ala occidental del palacio y orientada por los puntos cardinales, se erige sobre la Sala de las Columnas, en la zona antes llamada “Meca”. El portal manuelino de la entrada todavía ostenta las marcas de los maestros canteros, artífices que allí trabajaron en el primer cuarto del siglo XVI. Constituye el máximo exponente de la intervención del rey Manuel en el palacio y una de las más importantes salas heráldicas europeas. Desde las ventanas de esta sala se divisa, al oeste, el océano Atlántico.


Cuarto-prisión de D. Afonso VI El rey Afonso VI, por orden de su hermano (Pedro II), permaneció aquí encerrado bajo vigilancia durante nueve años, tras su retiro forzoso por incapacidad para gobernar. Fallece en esta habitación en 1683. Es una de las estancias más antiguas del palacio y la única cuya ventana tiene barrotes de hierro. El pavimento cerámico mudéjar es un ejemplar único, probablemente del siglo XV.

Sala China o Sala de la Pagode Emplazada en una de las zonas más antiguas del palacio, donde se situaban los aposentos reales antes de las obras encargadas por João I. El espacio está marcado por la presencia de una pieza notable: una monumental Pagoda de la dinastía Qing, realizada en China a finales del siglo XVIII o a principios del siglo XIX.

Capilla Palatina Espacio religioso cristiano fundado por el rey Dinis (inicios del siglo XIV) con la invocación del Espíritu Santo. Los frescos (siglo XV) de las paredes repiten el motivo de la paloma con una rama de olivo en el pico. El pavimento cerámico y el techo de madera son de los más antiguos ejemplos de factura mudéjar en Portugal.


Sala Árabe Probable cámara de dormir de João I. Esta estancia comunicaba con el guardarropa del rey (Sala de las Sirenas) a través de una escalera helicoidal. La decoración actual, del período manuelino, incluye azulejos de técnicas diversas, sobresaliendo la composición geométrica de efecto tridimensional. El conjunto escultórico de la fuente central, en bronce dorado, aumenta el exotismo del espacio. Cocina Célebre por sus monumentales chimeneas gemelas, de 33 metros de altura, que marcan el perfil de la histórica villa de Sintra. La cocina, de principios del siglo XV, fue dimensionada para la preparación de grandes banquetes, sobre todo de caza, una de las ocupaciones preferidas de la corte y nobleza. En el interior hay fogones, dos grandes hornos, una estufa y una batería de cocina en cobre estañado. El revestimiento de las paredes en azulejo blanco (finales del siglo XIX) es coetáneo de la composición heráldica con las armas reales de Portugal y de Saboya, colocadas en 1889, pertenecientes a la reina Maria Pia, la última soberana que habitó el Palacio.

Palacio da Pena Inconfundible con su colorida arquitectura, el Palacio da Pena se asienta sobre la colina más alta de Sintra dominando el paisaje. Es uno de los monumentos más famosos de la villa y también uno de los más visitados. El Palacio da Pena es uno de los monumentos más característicos de Sintra y su fama es bien merecida. Su colorida silueta es uno de los símbolos de esta villa cercana a Lisboa, donde se concentran varios de los lugares más impresionantes de Portugal.



El Parque y el Palacio de la Pena, implantados en la sierra de Sintra y fruto del genio creativo de Fernando II, representan el máximo exponente del Romanticismo decimonónico en Portugal, con referencias arquitectónicas de influencia manuelina y morisca. El Palacio fue concebido de manera a ser divisado desde cualquier punto del Parque, cuyos arboretos y jardines exuberantes albergan más de quinientas especies arbóreas oriundas de todo el mundo.

Itinerario recomendado El Parque de la Pena se compone de varios jardines y arboledas que se extienden a lo largo de 85 hectáreas, donde especies autóctonas y exóticas surgen lado a lado en una exuberante composición paisajística de referencia en Portugal y Europa. Dispone de un extenso sistema de aguas que incluye cascadas, estanques, lagos y fuentes, jalonados por pequeños edificios ornamentales. El conjunto de vistas que se ofrece al visitante acentúa el ambiente romántico de este parque histórico, cuya capacidad de seducir y de maravillar, más de un siglo después, permanece viva. Entrada principal Dos edificios o pabellones de un único piso y planta rectangular flanquean el portón de entrada. Estos edificios, que posiblemente formaban parte de la entrada a la propiedad de los frailes


jerónimos, reflejan el estilo romántico del rey Fernando II, que los transformó al gusto de la época con el apoyo del Barón de Eschwege. Los cuerpos originales de ambos edificios están recubiertos por bóvedas. Jardín de la Reina Amélia Antigua zona de servicio donde la reina Amélia construyó un jardín formal al estilo francés. Casa Pombal Espacio multimedia donde se muestra una maqueta con el paisaje de Sintra en 3D. Picadero Este espacio fue picadero para equitación de los príncipes y también fue el primer campo de tenis. Las magnolias son la seña de identidad del antiguo picadero. Noria Edificio y cisterna que bombeaba agua con el objetivo de abastecer las cisternas de agua potable del Palacio de la Pena. Templo de las Columnas En el Alto de San Antonio – lugar privilegiado para disfrutar de la vista del Palacio – fue erigido el Templo de las Columnas, un templete-mirador construido en 1840 en el lugar donde se situaba una capilla dedicada a San Antonio. Este edificio decorativo fue un obsequio a Fernando II realizado por su padre. Estatua del Caballero Escultura en bronce (1848), de Ernesto Rusconi. Se trata de una figura no identificada que forma parte del escenario paisajístico del Parque de la Pena. Mesa de la Reina Fernando II mandó hacer diferentes lugares para sentarse en el Parque, revestidos con asfalto, una técnica que el Barón de Eschwege introdujo en la Pena. Este fue uno de los lugares preferidos de la reina Amélia. Cruz Alta Esta cruz de piedra, localizada a 529 metros de altitud, se sitúa en el punto más elevado de la sierra de Sintra. Está en el lugar donde el rey João III mandó erigir una cruz en el siglo XVI. Alto de Santa Catarina Es el mirador preferido de la reina Amélia. Tallado en la roca está el “Trono de la Reina”. Gruta del Monje Lugar de recogimiento y meditación de los antiguos monjes jerónimos. Jardín de las Camelias Situado en el lugar donde se encontraba la zona de huertos del convento del siglo XVI, en diferentes niveles de terreno transformados en una estructura orgánica de jardín. Allí se plantó una colección de camelias, de variedades portuguesas, criadas y ofecidas a


Fernando II a lo largo del siglo XIX por el viverista Marques Loureiro. Entre las diferentes variedades destaca la colección en homenaje a los miembros de la familia real portuguesa de la época. Invernadero Caliente Situado en una zona plana protegida y murada, el acceso es posible a través del Jardín de las Camelias, entre la Fuente de los Pajaritos y la capilla “Manuelina”. Su importancia se debe al muro que lo circunda y a las entradas adornadas con pilares y capiteles en cantería, repitiendo las formas geométricas del portón de entrada del Parque. Este pequeño invernadero presenta una planta rectangular, una cubierta de cristal a dos aguas y un compartimento anejo de pequeñas dimensiones. Este último alberga la caldera que calienta el interior del invernadero a través de un sistema de tuberías todavía visible y operativo. Helechal de la Reina Colección de helechos arbóreos plantados en un valle con condiciones climáticas especiales. Se trajeron de Australia y Nueva Zelanda, tras una fase de aclimatación previa en las islas Azores. Thuja plicata Esta tuya gigante centenaria es nativa de la costa noroeste de los Estados Unidos y del sudoeste de Canadá. Plantada en la época del rey Fernando II, destaca del resto de ejemplares existentes en el Parque debido al extraordinario crecimiento alcanzado. Fuente de los Pajaritos Pabellón de estilo islámico, diseñado probablemente por el Barón de Eschwege y construido por João Henriques. Las paredes están revestidas con azulejos vidriados de Vicente Roseira, pintados con motivo mozárabe en tonos rosa y azul, como los usados en el invernadero del Jardín de las Camelias y en varios lugares del Palacio y Parque de la Pena. La cúpula esférica en mampostería de piedra y cal está decorada con una faja en sillería, esculpida con una curiosa inscripción en caracteres árabes sugerida por el Barón de Eschwege y que también aparece en la entrada del Palacio: “El Sultán D. Manuel construyó esta capilla bendita en nombre de Nuestra Señora Maria de la Pena, en el año 1503, en conmemoración del regreso a salvo de D. Vasco da Gama del descubrimiento de las tierras y países que encontró, es decir, Cabo de Buena Esperanza, India y otros. Así, Su Alteza el Sultán D. Fernando Segundo, marido de Su Majestad D.ª Maria II construyó de esta forma con mucha magnificencia real, en el año 1840”. La cúpula está coronada por un pináculo de piedra con adornos en forma de luna creciente. Valle de los Lagos Lugar de entrada al Parque de la Pena, con una gran abertura hacia el exterior a través de dos portones situados en el muro de la propiedad. El espacio es animado por cinco grandes lagos, donde confluye el principal curso de agua del parque y donde se


introdujeron cisnes y pequeñas barcas. En el centro del lago de San Martinho, el mayor lago del parque con 40 metros de anchura y 150 metros de longitud, se construyó una pequeña isla en forma de torre acastillada. El siguiente lago presenta una cascada y en el próximo se hizo una pequeña construcción en forma de torre octogonal con ocho puertas que sirve de alojamiento para patos. En este lugar se colocó, ya en el siglo XX, una lápida que recuerda la obra de Fernando II, el Rey Artista. Le sigue el quinto lago, denominado Lago Pesquero, donde todavía hoy nadan grandes carpas procedentes del este de Europa y de Asia occidental, pescadas por el rey Carlos durante sus estancias en el Palacio. Granja Ornamental de la Pena Propiedad agrícola ornamentada donde los animales y los edificios forman parte del pintoresco escenario. Más información [+] Abegoria – Caballerizas Edificio de apoyo para las actividades agrícolas y ecuestres. Más información [+] Eucalyptus obliqua Tronco del árbol conmemorativo de la boda del rey Fernando II con la Condesa de Edla, celebrada el 10 de junio de 1869. Helechal de la Condesa d’Edla Primera colección de helechos arbóreos del Parque de la Pena, iniciada por el rey Fernando II. Invernaderos Situados muy cerca de la Abegoaria y del Chalet de la Condesa, son un conjunto de construcciones destinadas a producir especies vegetales para plantar en el Parque. A los edificios construidos por el rey Fernando II, los Servicios Forestales añadieron otros. Los invernaderos han sido, a lo largo del tiempo, la base del arboreto del Parque de la Pena y elemento fundamental para el mantenimiento de la propiedad y de su colección botánica. Jardín de la Condesa d’Edla Reúne colecciones botánicas introducidas por el rey Fernando II y su segunda esposa, Elise Hensler, Condesa de Edla, destacando las colecciones de camelias, rododendros, azaleas y helechos. Chalet de la Condesa d’Edla Edificio construido por el rey Fernando II y Elise Hensler entre 1864 y 1869.



22/07/2015

Sintra 22/07/2015 Sintra – Óbidos – Fátima – Coímbra

Óbidos es una bella localidad portuguesa qué está situada a unos 85 km al norte de Lisboa. Construida sobre una colina, este increíble lugar sorprende al visitante por sus bien conservadas murallas, su imponente castillo en la parte más alta y por sus empinadas y retorcidas calles entre casas decoradas con azulejos y flores. Óbidos representa, sin duda, el prototipo perfecto de la ciudad medieval.


El Castillo de Óbidos tiene orígenes romanos y fue recuperado en el S.XX tras los destrozos ocasionados por el terremoto que tuvo lugar en la zona en 1755. En julio de 2007 fue declarado como una de las 7 maravillas de Portugal y actualmente alberga una pousada en su interior. Las murallas rodean toda la villa y en su interior podemos encontrar multitud de casas blancas decoradas con líneas azules, amarillas y verdes, ventanas con flores y paredes con azulejos azules típicos de esta zona de Portugal. En julio se celebra todos los años un mercado medieval con recreaciones históricas y venta de productos típicos.

La villa de Óbidos está declarada Patrimonio Nacional y actualmente se está estudiando clasificar el conjunto como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Tradicionalmente, Óbidos ha sido conocida como la “Vila Das Rainhas” (“villa de las reinas”), ya que desde el siglo XIII esta aldea era ofrecida por los monarcas portugueses a sus esposas a modo de regalo de boda. Esta tradición comenzó con el rey Don Dinis y perduró hasta comienzos del siglo XIX, cuando la villa dejó definitivamente de ser patrimonio de la Casa de la Reina.


FÁTIMA Las apariciones de Fátima y los tres secretos Cuenta la historia que en Mayo de 1914 tres niños pastores del pueblo volvieron a casa asegurando que habían visto a la Virgen María junto a un roble cuando en sus labores de pastoreo se detuvieron a rezar un rosario. Los tres niños fueron testigos de la aparición pero sólo una de ellos, Lucía, pudo oir y comunicarse con la aparición. La Virgen pidió a Lucía que volvieran los tres 6 veces hasta Octubre, y le dijo que en la última cita les contaría 3 secretos. A la siguiente cita en la mismas tierras, en un zona llamada Covo de Iria, acudieron unos 60 personas con los niños y estos aseguraron haber vuelto a ver a la Virgen, que sólo se aparecía a estos niños. Hasta completar la sexta aparición la historia se fue extendiendo por Portugal y a la sexta y última cita acudieron cincuenta mil personas con los niños. Si bien los niños eran los únicos en ver a la Virgen, todos contemplaron como las nubes se retiraron y salió un sol de luz brillante. Cuentan los creyentes que ese día se produjeron milagros como curación de enfermos y ciegos que volvieron a ver. La niña que habló con la Virgen, Lucía, dedicó su vida a la religión y se hizo monja. Los otros dos murieron en las grandes epidemia de la época ( muertes que Lucía asegura que la Virgen vaticinó ). El último día la Virgen reveló a la niño los Tres secretos de Fátima, que todavía a día de hoy están rodeados de misterio. El primero se refería al infierno y a los condenados por pecados de carne, el segundo a la reconversión de Rusia al catolicismo ( que algunos interpretan como la desintegración de la URSS a finales del siglo XX, tras la revolución Rusa que ocurriría al poco de producirse la aparición ); el tercer misterio lo reveló el Papa Juan Pablo II en Fátima, indicando que se refería a un futuro atentado contra el Papa y que la iglesia interpreta como el atentado con Juan Pablo II. Lucía murió en el Convento carmelita de Coimbra en el 2005.


Qué visitar La esencia de Fátima hoy en día es su Basílica que data de 1953. Frente a la básilica de Fátima hay una explanada donde caben un millón de personas y que se realizó en previsión de las multitudinarias misas que se dan para conmemorar los aniversarios de las 6 apariciones. El árbol donde se apareció la Virgen está a la izquierda de la explanada mirando a la basílica pero desgraciadamente no se conserva pues fue literalmente arrancado a trozos por cientos de peregrinos que quisieron llevarse un recuerdo del árbol sagrado. En su lugar se levantó la Capela das Apariçõe (Capilla de las Apariciones) flanqueada por un nuevo árbol. En el interior de la basílica están enterrados los cuerpos de dos de los niños que afirmaron ver a la Virgen; por tanto las tumbas de Jacinta y Francisco son visitables. Tras la explanada han construido otra gigantesca iglesia, la Igreja da Santissima Trinidade, donde pueden estár sentados 9000 peregrinos o bien pueden estar de pie más de 200000. El Museo de Cera de Fátima puede ser una buena visita. Está en Rua Jacinta Marto y representa escenas del milagro con unas llamativas figuras que pueden gustarle mucho a los niños. En Fátima también destaca su Museu de Arte Sacra e Etnología que está en el pueblo mismo en la Rua Francisco Marto. Si puedes hacer coincidir tu visita con la procesión de velas que se celebra el día 20 de cada mes es una visita que bien merece la pena. Si nos apetece dar un paseo podemos ir por la Rotunda de Santa Teresa de Ourém, que recorre los alrededores de la ciudad hasta llegar a la zona de la Cueva del Ángel. Las Grutas de Santo António fueron descubiertas en 1955. Son una de las grutas más impresionantes de las que hay en el entorno de Fátima.

Qué ver • La Capilla de las Apariciones, erigida en el mismo lugar donde se encontraba la encina desde la que los pastores veían, supuestamente, a la Virgen. En ella se encuentra la imagen de la Virgen de Fátima. • La Basílica de Nuestra Señora del Rosario, de estilo barroco y cuya torre está culminada por una corona de bronce de siete toneladas. En ella se encuentran


además las tumbas de los pastores Jacinta y Francisco. En su fachada destaca la escultura del Inmaculado Corazón de María, colocada dentro de un nicho. • Las columnatas, que unen la Basílica de Nuestra Señora del Rosario con los edificios adyacentes. Sobre estas 200 columnas podréis ver imágenes de varios santos portugueses y 14 altares intercalados. • La Iglesia de la Santísima Trinidad, inaugurada en 2007, situada justo frente a la basílica. Su estilo es mucho más moderno y fue obra del arquitecto Alexandros Tombazis. • La Cruz Alta de Fátima, de casi treinta metros de altura. • La estatua del Sagrado Corazón de Jesús, en el centro del recinto, hecha en bronce y con una fuente a sus pies.


Fátima – Coímbra 23/07/2015 Coímbra

Coímbra es una pequeña ciudad de 150.000 habitantes que presume de tener una de las universidades más antiguas del mundo y la más antigua de Portugal. Es el lugar perfecto para alojarse si quieres conocer la zona de Beira Litoral, que tiene como principales atractivos Coímbriga ( un pueblo en las afueras de Coimbra con muchas ruinas romanas ), el castillo de Montemor-o-Velho a unos 30 kilómetros al oeste, el pueblo-balneario de Luso y Buçaco, un antiguo bosque al norte de Coimbra. Otros destinos también se pueden explorar desde Coimbra, como Aveiro, o Figueira da Foz. En las oficinas de turismo reparten mapas y una guía de ocio local llamada Coimbra Viva. Son dos y están en la biblioteca general de la Universidad y en la Avenida Emidio Navaro donde se cruza con Largo da Portagem. Qué visitar Coimbra es una pequeña ciudad que escala una colina a orillas del río Mondego. En lo más alto de la colina está la Universidad. Descendiendo desde la Universidad vemos una madeja de calles que rodean la Vieja Catedral hasta llegar al río, o orillas del cual está la Baixa, la principal zona comercial de la ciudad. Al oeste del casco histórico está Rua Visconde da Luz y a continuación Largo da Portagem, una calle repleta de cafeterías. Para subir a la parte alta recomendamos ir por el Arco de Almedina que nos permite


cruzar la vieja muralla de Coimbra. A partir de ahí empieza la vieja ciudad llena de calles históricas repletas de escaleras.

Universidad de Coimbra La Velha Universidade está en lo más alto de Coimbra y su acceso principal es la Porta Férrea. Se puede visitar de 9horas a 19,30 (cierran a las 17,30 fuera de temporada alta) y la entrada cuesta unos 7€ para ver la Universidad, la Librería y la Sala dos Capelos (hay una entrada algo más barata para ver sólo la librería y la Sala dos Capelos. Los edificios de la Universidad están dominados por una torre con reloj llamada A Cabra. Alrededor de la universidad están los mejores miradores de la ciudad. Especialmente recomendable es visitar la Biblioteca Joanina con una decoración impresionante de madera, oro y frescos en el techo. Igreja de Santa Cruz Merece la pena ver la impresionante fachada de la Iglesia de Santa Cruz. El interior también merece una visita detenida a sus paredes azulejadas. La iglesia se construyó como monasterio en el siglo XII y fue enriquecida entre los siglos XVI y XVIII. Son famosas las esculturas de la escuela de Coimbra y varias de sus mejores obras están en el interior de esta iglesia, como por ejemplo la tumba del primer Rey Alfonso I de Portugal, o la Sala do Capítulo. Está abierta al público todos los días (Lun-Sab de 9 a 12 y de 2 a 5,30, domingo de 4 a 6 de la tarde) y el acceso es gratuito a la iglesia. Hay que pagar una entrada para ver la la sala capitular y el claustro ( unos 3€). La Catedral Antigua ( Sé Velha ) La Catedral Antigua tiene el aspecto de una fortaleza militar. Fue iniciada en 1162 y el la única catedral románica que ha llegado a nuestros días en todo Portugal. Además ha llegado sin grandes alteraciones. La mayor reforma fue la Porta Especiosa en el muro norte. Hay varias tumbas de obispos de estilo gótico, paredes de azulejo sevillano y un


claustro. Se llama Catedral Antigua porque en 1772 se construyó en Coimbra una nueva Catedral. El acceso a la catedral es gratuito, excepto el claustro que requiere pagar una entrada ( unos 2,5€ ). Abre de lunes a jueves de 10 a 6, y los viernes de 10 a 1.

Jardim Botánico Al sur de la Universidad está el Jardín Botánico que abre de 9 a 5,30 todos los días y su entrada es gratuita. El jardín se hizo en el siglo XVIII y tuvo fama internacional aunque esté ahora decaído. Puedes visitar el Museo Botánico ( cuesta unos 3 euros la entrada ) que incluye la visita a las Estufas (invernaderos).

Convento de Santa Clara En las inmediaciones del Largo da Portagem está el Convento de Santa Clara-a-Velha, el lugar donde se enterró a la reina Isabel, mujer de Dom Dinis. Por las continuadas inundaciones que sufrió durante siglos, el convento se traslado a un nuevo edificio, el Convento de Santa Clara-a-Nova. El convento inundado fue recuperado a finales del siglo XX y hoy se puede visitar. Llama mucho la atención lo bien conservado que está un edificio que estuvo parcialmente sumergido. En el convento nuevo está la tumba de plata de Isabel y un bonito claustro.

Quinta das Lágrimas La Quinta das Lágrimas es hoy un hotel de lujo, pero fue el lugar donde se paseaban los enamorados Dom Pedro y Inês de Castro. Los jardines se pueden visitar pagando una entrada de 2,5€ y están abiertos todos los días excepto lunes de 10 de la mañana a 7 de la tarde sólo de Marzo a Noviembre. Estos jardines fueron el escenario de un amor truncado cuando el padre de Dom Pedro mandó matar a Inês desatando así una revuelta de su propio hijo.


Cuando Dom Pedro fue coronado tras la muerte de su padre mandó ejecutar a los asesinos de Inês, desenterró el cadaver de su amada y la coronó Reina en acto solemne.

Museo Machado de Castro En el antiguo palacio donde vivía el Arzobispo de Coimbra está el mayor museo de Coimbra: el museo Machado de Castro. Exhibe un conjunto de obras de arte y escultura de las épocas medieval y del Renacimiento. Una joya del Museo es el Cryptoporticus, antiguo foro civil de la ciudad. Portugal dos Pequenitos Ideal si vas con niños pequeños. Entre el viejo y el nuevo convento de Santa Clara está el parque temático Portugal dos Pequenitos donde hay zonas para jugar con los niños y edificios a escala que representan los iconos arquitectónicos de Portugal. Abre de 10 a 7, reduciendo su horario en temporada baja.


24/07/2015 Coímbra – Oporto Un poco de historia Oporto, la ciudad que ha dado nombre a Portugal, antiguamente Cale, era una pequeña aldea celta ubicada en la desembocadura del Duero a la que los romanos añadieron un puerto, puerto de Cale "Portus Cale", origen del topónimo Portugal. La pequeña aldea fue ocupada por los romanos convirtiendo a Portus Cale en parada obligada en la ruta entre Braga y Lisboa. En el año 456 fue tomada por el rey visigodo Teodorico II. Los visigodos gobernaron la ciudad hasta el año 716 en que fue conquistada por los árabes. Los árabes permanecieron en Oporto hasta que fue reconquistada por el rey Alfonso I de Asturias. Tras la reconquista quedó casi abandonada hasta que, en el 880, el último rey asturiano Alfonso III el Magno la mando repoblar. En 1096, el rey Alfonso VI de Castilla y León casó a su hija Teresa con Enrique de Borgoña y les concedió un condado el "Condado Portulacense" con capital en Oporto. El artífice de la independencia del Condado Portulacense del reino de Castilla y León fue Alfonso Enríquez, hijo de Teresa y Enrique de Borgoña, que en 1138 venció en la batalla de Ourique a los musulmanes. Esta fecha es considerada la base de la independencia de Portugal. Cinco años después, en 1143, el conde Alfonso Enríquez consiguió ser reconocido como rey de Portugal por el rey Alfonso VII de Castilla y León, con el nombre de Alfonso I Enríquez, consolidándose la independencia de Portugal. Durante 60 años, de 1580 a 1640, España y Portugal estuvieron unidos en el imperio más grande jamás conocido. En 1580 Oporto se puso de lado del Prior de Crato contra el rey Felipe II de España, que se disputaban el trono portugués. También apoyó la revuelta de Lisboa de 1640 que puso


fin a la unión de los dos países. La dominación española supuso un gran crecimiento urbano y administrativo para Oporto. Los dos países unidos eran la envidia del mundo. Fue una era de grandes producciones artísticas que culminaría en el llamado Siglo de Oro de Oporto, el XVIII. En 1756 Oporto se convirtió en el centro de la insurrección contra el Marqués de Pombal que pretendía crear un monopolio británico con los vinos de Oporto. Durante la invasión napoleónica, los españoles ocuparon Oporto en 1807. Dos años después, en 1809, fue recuperada por el general Soult para los franceses. El siglo XVIII, época dorada de Oporto, la ciudad experimentó un cambio colosal, llenándose de bellos edificios de corte neoclásico y barroco. El motor de la pujanza económica se debió al desarrollo de la industria asociada a sus famosos vinos.

QUÉ VER Catedral de la Sé de Oporto Construida en la parte más alta de la ciudad y presidiendo Oporto se encuentra la Catedral, el edificio religioso más importante de la ciudad y una de las visitas imprescindibles.

La catedral y su claustro son dos de las visitas imprescindibles en Oporto; la catedral está merecidamente declarada Monumento Nacional. En el centro de la plaza de la Catedral veréis una columna que era utilizada para colgar a los criminales. Desde ese punto podréis disfrutar de unas vistas privilegiadas de la ciudad, del río Duero y de las bodegas que se encuentran a su vera.

Iglesia y Torre de los Clérigos La Iglesia de los Clérigos fue construida entre 1735 y 1748 en un estilo barroco. Está coronada por la Torre de los Clérigos que es uno de los monumentos más emblemáticos de la ciudad. Este conjunto monumental del Siglo XVIII fue


construido por la hermandad de los Clérigos Pobres en el casco antiguo de la ciudad de Oporto, en el lugar que se conoce como "el cerro de los ahorcados", ya que es el lugar donde se enterraba a los ajusticiados. La Torre de los Clérigos es la torre más alta de Portugal; sus 76 metros de altura y los más de 200 escalones dan acceso a una privilegiada vista panorámica de Oporto. En la subida a la torre os encontraréis con 49 campanas que forman un gran carillón de concierto que os darán un buen susto si suenan a vuestro paso. Una vez arriba, todo el esfuerzo habrá valido la pena porque podréis disfrutar de unas magníficas vistas de la ciudad de Oporto

Mercado do Bolhao Con un aire decadente y nostálgico, el Mercado do Bolhao es el mejor lugar para apreciar la esencia de Oporto. Estación de San Bento Construida a principios del siglo IX sobre los restos del antiguo convento de San Bento del Ave María, esta estación de trenes es una de las visitas más especiales de Oporto. Palacio de la Bolsa Sede de la Asociación Comercial de Oporto y construido en estilo neoclásico a mediados del siglo XIX, el Palacio de la Bolsa es el lugar preferido de Oporto para muchos viajeros. Librería Lello e Irmao Aparecida en películas como Harry Potter, la Librería Lello e Irmao es uno de los lugares más bonitos de Oporto. Sus grandes estanterías y sus miles de libros son un escenario de ensueño.


Iglesia de San Francisco Con un interior excesivamente ostentoso y unas pequeñas catacumbas, la Iglesia de San Francisco es junto a la Catedral y a los Jerónimos uno de los edificios religiosos más importantes de la ciudad. Casa de la Música Construida para el proyecto "Oporto 2001; Capital Europea de la Cultura" y con una arquitectura vanguardista, la Casa de la Música es uno de los símbolos del nuevo Oporto. Jardines del Palacio de Cristal Situados en la parte alta de Oporto, los Jardines del Palacio de Cristal son un bonito lugar para descansar. Desde sus miradores se obtienen unas vistas excelentes de la ciudad. Iglesia de San Lorenzo dos Grilos No es ni de las más grandes ni de las más espectaculares, pero la Iglesia dos Grilos es completamente distinta al resto de iglesias de Oporto y esconde en su interior el Museo de Arte Sacra y Arqueología. Casa do Infante Aunque el interior deja que desear, la importancia histórica del lugar es destacable. En esta casa nació Enrique el Navegante y sirvió para alojar a los huespedes de la casa real.


25/07/2015 Oporto

26/07/2015 Oporto – Guimaraes – Chaves – Verín

Guimaraes

es una pequeña ciudad del norte de Portugal muy próxima a Oporto que bien vale una visita. A pesar de su reducido tamaño cuenta con una gran historia a sus espaldas y es sin duda como dicen sus murallas, la ciudad a partir de la cual nació y se desarrolló Portugal. He aquí un pequeño listado de algunas de las cosas que si te acercas a conocer Guimaraes no puedes dejar de ver. -La Colina Sagrada, sin duda la zona más famosa e histórica de Guimaraes y de visita obligatoria. En esta zona encontramos tres de los reclamos más famosos de Guimaraes, el Castillo de Guimaraes, la iglesia de San Miguel do Castelo y el Palacio de los Duques de Braganza.


-El Castelo de Guimaraes, también conocido como Castelo de Sao Manede. Fue mandado construir en el siglo X por la condesa de Mumadona. Al principio el castillo estaba formado por la torre de Menagem y por la muralla, pero a partir del siglo XII se construyeron las otras torres para proteger las murallas y flanquear las entradas. El castillo ha sido asociado al nacimiento del reino de Portugal, y desde el año 2007 es una de las siete maravillas de Portugal. Está abierto al público todos los días en horario de 10-18. La entrada es gratuita, y desde sus torres, podemos ver unas bonitas vistas de la ciudad. Palacio de los Duques de Braganza. Sin duda una de las imágenes típicas de Guimaraes. Este palacio del siglo XV es actualmente uno de los monumentos más importantes de Portugal. En su interior encontramos grandes exposiciones de arte, destacando los tapices y las porcelanas. La entrada cuesta en torno a los cinco euros, pero el domingo por la mañana es gratuito el acceso.


-Convento de Santa Clara. El antiguo convento acoge a día de hoy la sede del Ayuntamiento de la ciudad. Es posible ver en la fachada una estatua en honor a Santa Clara. El edificio cuenta además con un bonito claustro en su interior.

-Rua Santa María. Es sin duda la calle con más historia de la ciudad y también una de las más famosas. Es una calle estrecha y empedrada, muy transitada ya que pasa cerca de los principales puntos de interés de la ciudad. Es imprescindible pasear por ella y dejarse trasladar al viejo Portugal.


-La Plaza de Oliveira, sin duda la plaza con más ambiente de la ciudad, siempre muy animada con sus terrazas. En esta plaza encontramos la Iglésia de Nuestra Señora de Oliveira, mandada construir por Joao I debido a una promesa que éste le hizo a la virgen durante la batalla de Aljubarrota, batalla entre tropas portuguesas y el ejército de Castilla. Otro de los destacados en la plaza es el Monumento del Salado, monumento conmemorativo de la victoria portuguesa en la batalla del Salado en 1340. Hoy en día es uno de los principales puntos de reunión entre los habitantes de Guimaraes. -Murallas de la ciudad. A lo largo de la ciudad puede verse varias murallas defensivas. Estas murallas datan de los siglos XIV y XV, y sin duda la más llamativa y otro de los símbolos de la ciudad es la muralla que nos encontramos llegando al corazón de la ciudad, y en la que se puede leer “Aqui nasceu Portugal” (Aquí nació Portugal), en referencia a que fue en Guimaraes donde se luchó y se consiguió la independencia de Portugal. -Santuario de Penha. Del siglo XVII y uno de los centros de peregrinación más visitados de Portugal. Se encuentra a las afueras de Guimaraes, en lo alto de la montaña de Penha, por lo que para subir hasta allí se puede hacer en teleférico.


Guimaraes – Chaves

Antigua ciudad de origen romano que se sitúa sobre un promontorio que domina el valle del río Tâmega. Esta posición hizo que se convirtiera en un punto fronterizo clave, lo que se reflejó en su propio nombre, llave en castellano. Chaves es una reputada estación termal desde tiempos de la dominación romana. Las aguas termales surgen a escasos minutos del centro urbano, a una temperatura de 75 grados. Son aguas beneficiosas para la salud, capaces de tratar diferentes trastornos. El balneario está abierto todo el año y es muy visitado por todo tipo de personas. En los últimos años el turismo se ha convertido en un recurso económico de gran importancia,


cuyo atractivo se sustenta en tres pilares: la calidad y exclusividad de unas aguas termales con grandes capacidades curativas, una impresionante riqueza natural y paisajística presidida por el río Tâmega y un patrimonio arquitectónico y cultural cuyo máximo exponente es el puente romano. La parte más interesante de Chaves está en la orilla occidental del río Tâmega, y se llega a ella por el Puente Romano de granito construido en tiempos del Emperador Trajano. El casco antiguo, o barrio del Castillo, es un apretado núcleo urbano cuajado de edificios notables, plazas despejadas y callejuelas angostas cuyo entramado recuerda su contexto medieval. Los edificios más notables de la ciudad se agrupan en torno a dos plazas, la praça de Camões y la praça da República. La Iglesia Matriz, más conocida como la Igreja de Santa Maria Maior, se yergue entre ambas plazas, apreciándose todavía los restos de su origen románico, si bien fue construida en el siglo XVI con criterios renacentistas. Cerca se encuentra la Igreja da Misericórdia, levantada en el siglo XVII y el Palacio de los Duques de Bragança, sede del Museu da Região Flaviense. Detrás de este palacio se encuentra la Torre del Homenaje, último vestigio de la fortaleza edificada por el rey Dinis en el siglo XIV. En su interior se halla el Museu Militar, en el que pueden contemplarse armas antiguas, armaduras, recuerdos de la I Guerra


Mundial y objetos procedentes de las contiendas coloniales. Las Caldas de Chaves son uno de los centros termales más importantes de Portugal, consideradas sus aguas como las más calientes de Europa por nacer a más de 70º C. Se encuentran situadas a escasos 200 metros del centro histórico de la localidad. Fuera del cogollo urbano, Chaves dispone de algunos emplazamientos militares que recuerdan su pasado como bastión fronterizo: el Forte de São Francisco y el Forte de Neutel.

Chaves – Verín

27/07/2015 Verín – Torreperogil - Sabiote


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.