Monumento a la libertad de expresión
Autor: Dirección de Obras Públicas del Gobierno del Estado de Baja California Sur Material: concreto Año: 1989 Ubicación: camellón central del bulevar Padre Eusebio Kino, esquina calle Manuel Márquez de León, colonia Los Olivos
Descripción La obra es un conjunto arquitectónico compuesto por dos elementos dispuestos en una plazoleta: monumento y fuente. La forma central, sobre una plataforma circular elevada, está compuesta por tres torres de concreto que, con una elevación de casi 10 metros, simbolizan teclas de máquinas de escribir, instrumento fundamental hasta ese tiempo de la labor de los periodistas, que se unen en un frente donde se inscribe la leyenda: “Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Artículo 7º”, que establece el derecho inviolable de la libertad de difundir opiniones, información e ideas, a través de cualquier medio y que, como en otras esferas de la vida nacional, caracteriza la labor del periodismo en México. En la parte alta de las torres se encuentra escrita la frase: “Honor a quien honor merece. En memoria de los periodistas sudcalifornianos fallecidos. Q.E.P.D.”, seguida de los nombres de 42 periodistas homenajeados, a manera de muro de honor. En la parte inferior de la torre central se encuentra inscrita, con letras de
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bronce, la frase de Voltaire, que a la letra dice: “Podré estar en desacuerdo con lo que dices, pero defenderé hasta la muerte el derecho que tienes para expresarlo”, de la cual, con el paso del tiempo, se han desprendido algunas letras, que no se han repuesto. De igual manera, en la parte media de la torre, del lado derecho, se aprecia una placa metálica alusiva a la inauguración del monumento, que indica: “Con motivo del ‘Día de la Libertad de Expresión’, el Gobierno del Estado construyó este monumento para patentizar su irrestricto reconocimiento a este derecho fundamental de la Humanidad. La Paz, BCS. Junio 7 de 1989”. Al basamento elevado se accede por escalinatas construidas en los cuatro costados. El conjunto arquitectónico, con excepción de la fuente (que se halla en desuso), se encuentra en buenas condiciones, debido a que el gobierno municipal le brinda mantenimiento con cierta frecuencia, especialmente cuando, cada año, un grupo de periodistas llevan a cabo una ceremonia de conmemoración, colocan una ofrenda floral y montan guardia de honor a los periodistas fallecidos. En la actualidad, el monumento no se aprecia correctamente desde la avenida, porque se encuentran varios árboles que impiden su completa visibilidad.
Historia En 1988, con motivo de la conmemoración del Día de la Libertad de Expresión, un grupo de periodistas de La Paz plantearon al entonces gobernador del estado, Víctor Manuel Liceaga Ruibal, la necesidad de contar con un monumento en honor a este derecho constitucional. La respuesta del mandatario sudcaliforniano resultó afirmativa y, para octubre de ese año, el personal de la Dirección de Obras Públicas estatal inició la primera etapa de la construcción que, con una inversión de 8.9 millones de pesos, consistió en la plataforma en que se erigiría el monumento.144 El basamento se preparó en una especie de plazoleta que incluyó, al parecer, una fuente de concreto, que parecía un volcán revestido de piedra bola de tamaño pequeño.
144 Víctor Manuel Liceaga Ruibal, Segundo informe de gobierno, 1988-1989, anexo técnico, V. I, La Paz, 1989, Gobierno del Estado de Baja California Sur, p. 176.
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Para concluir la obra, en 1989, el gobierno dispuso de 98.6 millones de pesos que se destinaron a la erección del monumento faltante,145 que se realizó durante el mes de mayo. La inauguración ocurrió el 7 de junio de 1989, con la presencia del propio mandatario sudcaliforniano, miembros de la comunidad periodística local, así como funcionarios de diferentes niveles de gobierno y público en general.
Autor Dirección de Obras Públicas del Gobierno del Estado de Baja Cali fornia Sur.
145 Víctor Manuel Liceaga Ruibal, Tercer informe de gobierno, 1989-1990, anexo técnico, V. I, La Paz, 1989, Gobierno del Estado de Baja California Sur, p. 160.
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