Modulo sociologia

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SOCIOLOGIA CODIGO 100006

Fuente: Elaboraciรณn propia con imรกgenes libres


UNIVERSIDAD NACIONAL ABIERTA Y A DISTANCIA UNAD ESCUELA DE CIENCIAS SOCIALES ARTES Y HUMANIDADES

AREA SOCIO HUMANISTICA

CURSO ACADÉMICO SOCIOLOGIA CODIGO 100006

ELABORADO POR:

YENNY LEGIZAMON ORJUELA

ACTUALIZADO POR: MARIA ADMERIS QUINTERO FERRO

Dosquebradas, octubre de 2010

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TABLA DE CONTENIDO INTRODUCCIÓN GENERAL .................................................................................. 1 UNIDAD 1: ¿QUÉ ES LA SOCIOLOGÍA? ............................................................... 2 INTRODUCCIÓN .................................................................................................... 2 OBJETIVOS DE LA UNIDAD .................................................................................. 3 COMPETENCIAS.................................................................................................... 3 CAPITULO 1: ¿QUE SIGNIFICA LA SOCIOLOGIA? .......................................................... 4 LECCIÓN 1. APROXIMACIONES A LA SOCIOLOGÍA ................................................................... 4 LECCIÓN 2. ETAPAS DE LA SOCIOLOGÍA ............................................................................... 7 LECCIÓN 3. PROPUESTAS CON ÉNFASIS EN LA ESTRUCTURA SOCIAL ................................... 14 LECCIÓN 4. CORRIENTES SUBJETIVISTAS ........................................................................... 25 LECCIÓN 5. ACTUALES PROPUESTAS DE SÍNTESIS: JURGEN HABERMAS (1929); ANTHONY GIDDENS (1938); ALAINE TOURAINE (1925); PIERRE BOURDIEU (1930-2002). .................... 28 CAPITULO 2: MIRADAS DE LA SOCIOLOGÍA ................................................................ 33 LECCIÓN 6. MIRADAS DE LA SOCIOLOGÍA: CARLOS MARX Y EL MATERIALISMO HISTÓRICO (1818-1883). .................................................................................................................... 34 LECCIÓN 7. MIRADAS DE LA SOCIOLOGÍA: NORBERT ELIAS

(1897 A 1990) ......................... 41

LECCIÓN 8. MIRADAS DE LA SOCIOLOGÍA: PIERRE BOURDIEU ............................................... 46 LECCIÓN 9. MIRADAS DE LA SOCIOLOGÍA: ZYGMUNT BAUMMANT .......................................... 55 LECCIÓN 10. MIRADAS DE LA SOCIOLOGÍA: ¿DONDE ESTÁ LA FRANJA AMARILLA? ................. 64 CAPITULO 3: SOCIOLOGÍA COLOMBIANA Y NUEVOS TEMAS DE DISCUSIÓN ........ 112 LECCIÓN 11. LA SOCIOLOGÍA EN COLOMBIA ...................................................................... 112 LECCIÓN 12. CAMILO TORRES Y ORLANDO FALS BORDA ................................................... 115 LECCIÓN 13. SOCIOLOGÍA DEL DEPORTE .......................................................................... 119 LECCIÓN 14. SOCIOLOGÍA DE GÉNERO ............................................................................. 132 LECCIÓN 15. PREGUNTAS DE REVISIÓN ............................................................................ 148

UNIDAD 2: SOCIOLOGÍA DE LA CULTURA ...................................................... 149 INTRODUCCIÓN ................................................................................................ 149 OBJETIVOS DE LA UNIDAD .............................................................................. 150 COMPETENCIAS................................................................................................ 151 III


CAPITULO 4: ¿QUÉ ES LA SOCIOLOGÍA DE LA CULTURA? ...................................... 152 LECCIÓN 16. DEFINICIONES DE LA CULTURA...................................................................... 152 LECCIÓN 17. DESARROLLO DE LOS ESTUDIOS DE LA SOCIOLOGÍA DE LA CULTURA............... 155 LECCIÓN 18. ESTUDIO DE LA CULTURA DESDE AMÉRICA LATINA ....................................... 157 LECCIÓN 19. OTROS CONCEPTOS Y MANERAS DE ABORDAR EL TEMA DE CULTURA .............. 160 LECCIÓN

20.

GLOBALIZACIÓN

ACADÉMICA,

ESTUDIOS

CULTURALES

Y

CRÍTICA

LATINOAMERICANA .......................................................................................................... 162 CAPITULO 5: LAS CULTURAS POPULARES Y LA GLOBALIZACION ............................ 168 LECCIÓN 21. ¿QUÉ SE ENTIENDE POR CULTURA POPULAR? .............................................. 168 LECCIÓN 22. CULTURA DE MASAS ................................................................................... 173 LECCIÓN 23. CULTURA Y MEDIOS DE COMUNICACIÓN ........................................................ 174 LECCIÓN 24. GLOBALIZACIÓN Y CONSUMO ........................................................................ 178 LECCIÓN 25. PARADOJAS DE LA GLOBALIZACIÓN .............................................................. 182 CAPITULO 6: GLOBALIZACIÓN, PARTICIPACIÓN Y DESARROLLO .......................... 186 LECCIÓN 26. GLOBALIZACIÓN Y DESARROLLO .................................................................. 186 LECCIÓN 27.

GLOBALIZACIÓN, DESARROLLO Y MODERNIDAD (CONTINUACIÓN ARTÍCULO

ANTERIOR)………………………………………………………………………………………204

LECCIÓN 28. LA PARTICIPACIÓN COMO HERRAMIENTA PARA EL DESARROLLO ...................... 212 LECCIÓN 29: TÉCNICAS DE RECOLECCIÓN DE INFORMACIÓN SOCIOLÓGICA .......................... 223 LECCIÓN 30. PREGUNTAS DE REVISIÓN ............................................................................ 232

BIBLIOGRAFIA ................................................................................................... 233

IV


INTRODUCCIÓN GENERAL El Curso Académico de Sociología está dirigido a los estudiantes de la Universidad Nacional Abierta y a Distancia, es un curso básico común, teórico, de dos créditos, ofrecido por la Unidad Académica Socio humanística.

El módulo consta de dos unidades. En la primera se exponen los diferentes enfoques de autores y escuelas de la Sociología desde sus inicios con el Positivismo de Augusto Comte, hasta llegar a las actuales escuelas y autores. Posteriormente en el capítulo tres se abordará la Sociología en Colombia y la Sociología de Género.

En la segunda unidad se aborda el tema de la Sociología

de la Cultura, sus

principales representantes y paradigmas. Se exponen las principales críticas que se hacen a los llamados Estudios Culturales Latinoamericanos que no han tenido en cuenta las especificidades de cada una de nuestras comunidades. Posteriormente se expone la diferencia entre las culturas populares y la cultura de masas para luego llegar al análisis de lo que son los diferentes paradigmas sobre el desarrollo. Para finalizar toma el tema de participación y solidaridad como elementos fundamentales del Proyecto Académico Pedagógico Solidario de la Universidad, desde la perspectiva de sensibilizar a los estudiantes respecto al compromiso que se tiene no solo como estudiante de la Universidad sino como ciudadano, de ser actores activos de la solución de los problemas sociales que aquejan a nuestras comunidades y se dan unas herramientas básicas para la recolección de información en los estudios sociológicos de tipo cualitativo y critico social. En las últimas lecciones de cada una de las unidades los estudiantes encontraran unos ejercicios de revisión que les permitirá dar cuenta de su proceso y también 1


como herramienta de complemento para la elaboración de sus trabajos de transferencia.

UNIDAD 1: ¿QUÉ ES LA SOCIOLOGÍA? INTRODUCCIÓN ¿Qué respondería usted como estudiante de la Universidad si su tutor le preguntara que entiende por Sociología? Posiblemente después de pensar un rato respondería: bueno, debe ser algo relacionado con el estudio de la sociedad, las relaciones entre los individuos, los grupos y las instituciones. Sin embargo usted no está seguro de haber dado la definición más adecuada. Su tutor le dice: Efectivamente la Sociología es el estudio científico de los problemas sociales tales como las etnias, el crimen, el divorcio, las clases sociales. Con dicha aclaración posiblemente se ha acercado al concepto pero la Sociología va mucho más allá del estudio de los problemas sociales. Como estudiante de Sociología usted necesitará una definición exacta.

De ello nos ocuparemos en esta primera unidad del módulo. En primer lugar se darán algunas aclaraciones en torno al concepto de la Sociología como Ciencia; los conceptos más relevantes que son objeto de estudio de la Sociología y el papel del Sociólogo en nuestra sociedad. Posteriormente se realizará un recorrido histórico - cronológico de los diferentes autores y escuelas sociológicas desde su inicio como disciplina científica hasta las actuales propuestas, con el fin de que el estudiante se familiarice con los términos y conceptos propios de la misma.

Se profundizará en la forma como los autores analizan los problemas sociales desde las propuestas positivistas, pasando luego por las propuestas del Estructural Funcionalismo, los aportes de la Teoría Crítica y las corrientes

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subjetivistas. Luego se expondrá el desarrollo de la Sociología en Colombia, sus desarrollos y principales autores. Posteriormente se enuncian los principales elementos de la sociología de género y la sociología del deporte. Para finalizar encontrarán un ejercicio didáctico que les permitirá revisar su aprendizaje.

OBJETIVOS DE LA UNIDAD Comprender el objeto de estudio de la sociología, su evolución y los diferentes conceptos surgidos en el proceso histórico de desarrollo de la disciplina.

Reconocer los principales conceptos, autores y escuelas sociológicas y su forma de interpretar el mundo que los rodea.

Utilizar los principales conceptos que maneja la sociología para la interpretación de los fenómenos sociales de su entorno.

Lograr la comprensión de los elementos teóricos de la Sociología que permitan interpretar las organizaciones sociales como sistemas complejos, sus relaciones con la sociedad global, sus estructuras y procesos básicos.

Interpretar con espíritu crítico las problemáticas de los diferentes entornos: familiar, laboral, universitario, político, local, global.

COMPETENCIAS Cognitiva: Los estudiantes comprenden la propuesta de Sociología, su importancia en la explicación del contexto social, las formas como interpretamos la 3


realidad y cómo influyen las distintas luchas en la forma como entendemos el mundo. Comunicativa: Los estudiantes desarrollan la capacidad de argumentar sobre los problemas objeto de estudio de la sociología. Competencia contextual: Los estudiantes se sensibilizan respecto a las problemáticas sociales de su entorno y la importancia de saber como interpretar las realidades sociales, las relaciones de poder y la forma como estas influyen en las comunidades.

CAPITULO 1: ¿QUE SIGNIFICA LA SOCIOLOGIA?

Lección 1. Aproximaciones a la sociología El ser humano en la búsqueda de la verdad se ha apoyado en múltiples formas de interpretar la realidad. Entre esas muchas se pueden encontrar: la intuición que se podría definir como una especie de corazonada inexplicable pero que en ocasiones responde positivamente a nuestras preguntas. También está lo que dicen las autoridades, es decir, todo aquello que dicen las personas que se consideran conocedoras del tema por su experiencia o por el cargo que ocupan. Un ejemplo de ello podría ser cuando se cree en lo que dice un abogado sobre una ley determinada considerando que sus estudios le permiten ser una persona con autoridad para conceptuar. Otra forma de encontrar la verdad es lo que comúnmente se llama tradición: se dice que aquí se acumula la sabiduría de quienes han experimentado por muchos años, pero, también la tradición llamada experiencia práctica puede solo ser repetición de los errores de los antepasados.

Por último se encuentra el sentido común, que en muchos casos es la acumulación de los presentimientos y experiencias nacidas de los errores de un grupo y que se siguen transmitiendo como códigos de verdad.

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Ninguna de las cuatro anteriores formas descritas es conocimiento científico. Por el contrario, son múltiples los ejemplos que podrían enunciarse al respecto que demuestran que ni el sentido común, ni la intuición, ni lo que dicen las autoridades podría catalogarse como saber científico.

La tradición y el sentido común dicen que el hombre es intelectualmente superior a la mujer porque tiene más grande el cerebro. La ciencia en cambio ha demostrado que tanto el hombre como la mujer tienen igual capacidad intelectual. La tradición dice que la gripa y el catarro se producen por tener los pies fríos; la ciencia explica que la causa de la gripa y el catarro son ciertos virus. Las madres aconsejan a sus hijas tomar mucha leche y Pony Malta para que aumente la producción de leche materna pero, la verdad es que lo que necesita una madre lactante para su producción de leche es simplemente tomar mucho líquido y nutrirse muy bien con frutas y verduras ya que el organismo en su sabiduría logrará producir lo que la madre requiere para alimentar a su hijo.

La ciencia se puede definir como un conjunto de conocimientos debidamente organizados y verificados que se adquieren a través de la investigación científica. Para que un conocimiento sea científico se requiere que cumpla con unas características que se describen a continuación:

Objetividad: Surge de explicar los hechos independientemente de las personas que lo analizan, tratando de evitar que los valores y la cultura influyan en el análisis. Racionalidad: La razón y el discernimiento son los elementos que permiten que el hombre pueda desarrollar un pensamiento científico. Sistematicidad: El conocimiento científico es ordenado, la información que nos proporciona es lógicamente construida e interconectada, congruente.

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Metodicidad: Para llegar al conocimiento se requiere utilizar un camino metódicamente diseñado y estructurado. Temporalidad y espacialidad: Los resultados de una investigación deben estar enmarcados en un tiempo y en un espacio concreto pues las verdades no son absolutas y el conocimiento está en constante movimiento de tal suerte que lo que hoy se puede afirmar como cierto, en otro tiempo y en otro espacio puede no serlo.

Si se revisan las anteriores características se podría afirmar que la Sociología es una ciencia que estudia los fenómenos sociales; su objeto de estudio son las relaciones de los individuos; utiliza el método científico; enmarca sus estudios en un espacio y un tiempo concreto. Cabría entonces preguntarse: ¿Qué fenómenos sociales son los que estudian los sociólogos? Los sociólogos como investigadores estudian el comportamiento de los grupos. Les interesa investigar sobre el desarrollo de los seres humanos; las normas y la organización social; las instituciones como la familia; las comunidades; las minorías étnicas; las clases sociales; el rol y el status; las relaciones de poder; los cambios sociales y económicos; los movimientos sociales; lo rural y lo urbano.

La Sociología es diferente a la Filosofía porque esta se ocupa de organizar un sistema de ideas respecto a cómo la gente debería comportarse y la primera se ocupa de cómo se comporta la gente y las consecuencias de ese comportamiento. Tampoco es Socialismo porque éste es un sistema político. La Sociología es diferente de la Historia aunque están relacionadas:

"El historiador muestra lo variable, el sociólogo señala lo constante y recurrente. La historia describe la multitud de las combinaciones concretas en que se han encontrado los hombres interdependientes; la 6


sociología

descompone

las

diferentes

combinaciones

en

sus

relativamente pocos elementos básicos y formulan las leyes que las gobiernan. El descubrimiento de esas leyes, o el enunciado de las relaciones necesarias e invariables entre un limitado número de elementos en que puede descomponerse la realidad social, es el verdadero objetivo de la sociología, equivalente a los objetivos de la física, la química, la biología y la psicología en sus campos respectivos" (Timasheff N. , 2002)

La Sociología es diferente de la Antropología porque aunque su objeto de estudio es el hombre, esta se ocupa de la evolución de la cultura a través de la historia. Ahora bien: la Sociología como otras ciencias que se ocupan del individuo, tiene también subdivisiones en campos especializados. Entre ellas se pueden enunciar: Sociología de la Cultura; Sociología Jurídica o del Derecho; Sociología Organizacional; Sociología de la Educación; Sociología Rural; Sociología Urbana; Sociología del Deporte; Sociología de Género entre otras. De estas dimensiones se hablará más adelante. Ahora nos ocuparemos del desarrollo histórico, sus diferentes autores y corrientes.

Lección 2. Etapas de la Sociología Como ya se dijo con anterioridad, las ciencias han surgido como producto de la necesidad del hombre de responder a lo que se pregunta sobre la naturaleza, la sociedad, el universo y el hombre mismo. La Sociología surgió entonces para ocuparse de lo que encontramos en la siguiente definición: ―La sociología es la ciencia que se ocupa de los grupos sociales; sus formas internas o modos de organización, los procesos que tienden que mantener o a cambiar éstas formas de organización, y las relaciones entre grupos. Un tema tan complejo como los grupos sociales requiere, 7


para su tratamiento científico, conceptos precisos y exactos; términos técnicos cuidadosamente definidos‖. (Johnson, 2003).

La Sociología es considerada como la más joven de las Ciencias Sociales. Aparece en unos momentos históricos trascendentales para la humanidad: La revolución industrial estaba en Europa en su apogeo; los anteriores señores feudales y aristócratas dueños de la tierra y de los medios de producción desde la edad media y quienes detentaban el poder, estaban siendo reemplazados por la burguesía naciente. La Iglesia Católica había perdido su hegemonía debido a las reformas y a las ideas de la ilustración. Ello significaría que los hechos sociales tendrían una realidad independiente de las tesis providencialistas que habían marcado el pasado.

Hasta el siglo XIX el hecho social permaneció dominado por especulaciones filosóficas y de tipo religioso. La revolución francesa también influyó en la necesidad de establecer una disciplina que se ocupara de los fenómenos sociales. Sumado a ello los viajes geográficos, los grandes descubrimientos, colonizaciones y conquistas de los pueblos americanos, dieron a conocer diferentes formas de vida por lo que se evidenció la relatividad de las instituciones y organizaciones sociales.

Henri Rouvroy, conocido como Conde Saint Simon, a inicios del siglo XIX expuso la necesidad de crear “una ciencia del hombre”, que con el mismo carácter metodológico de las ciencias naturales, por ejemplo, buscara leyes que explicasen los hechos sociales. Sin embargo su idea no pasó de ser una simple proposición. Años después aparece el pensador Augusto Comte (Francia 17981857) quien estuvo directamente vinculado al estudio de las matemáticas. Como secretario y discípulo del conde Saint Simon, tomó conciencia de la necesidad de desarrollar una ciencia que se dedicara a estudiar los fenómenos sociales de 8


manera sistemática basada en la clasificación y no en la especulación y la autoridad. Inicialmente la llamó “Física Social” debido a que no se tenía un método propio de análisis pero después consideró que debía construirse un propio sistema teórico que permitiera la objetividad del análisis de los fenómenos que ocurrían, por lo cual nace el concepto de Sociología como ciencia.

Para esta época esta era una idea nueva. Herbert Spencer (1820-1903) publicó hacia 1876 su obra denominada “Principios de Sociología” en la que aplicó el método de la evolución orgánica al estudio de la sociedad. Las instituciones sociales como los organismos se caracterizan por el paso de la homogeneidad a la heterogeneidad y que ese paso sería una ley universal de progreso tanto en lo inorgánico como en lo orgánico y lo supe orgánico (la sociedad).

En 1859 publicó Charles Darwin su "Origen de las especies". Spencer asimiló rápidamente los nuevos conceptos darvinianos. Tenían algún parentesco con sus propias ideas y observó, muy característicamente, que había sido el primero en descubrirlos refiriéndose a dos de sus artículos publicados en 1852 en la Westminster Review.

Paralelo

a

dichos

pensamientos

aparecen

los

razonamientos

de

los

cooperativistas como Robert Owen (1771-1858) que, motivados por los pensamientos humanitarios de rechazo a la explotación de la clase obrera que sufría las consecuencias del desarrollo del capitalismo, sin seguridad social y con extenuantes jornadas laborales, con el trabajo pesado de mujeres y niños, intentaban mejorar el orden social sin lograrlo.

Estos pensadores fueron llamados posteriormente por Carlos Marx (1818-1883) y Federico Engels (1820-1895) como los socialistas utópicos. De sus teorías partieron para crear el Socialismo Científico cuyo fundamento era el de acabar con 9


el capitalismo a través de la revolución armada y crear un nuevo orden donde no existiera la propiedad privada ni la diferencia de clases sociales ni la explotación de los trabajadores llamados clase proletaria, por parte de la clase burguesa que detentaba el poder. De sus fundamentos teóricos se hará una profundización mas adelante.

Para continuar con la obra de Augusto Comte, aparece en escena Emilio Durkheim (1858-1917) quien es considerado uno de los principales y reconocidos científicos no solo en Francia sino dentro de todo el conjunto de pensadores de Europa. Una de sus principales obras fue “Las reglas del método sociológico” publicada en 1895, en la cual presenta un esbozo claro de su método. Su principal argumento era el de que los hechos sociales se debían estudiar como cosas independientes del sujeto que los estudia, con el fin de garantizar la objetividad del análisis.

Es importante anotar que toda su obra partió de los argumentos de

Comte. Para Durkheim, “los hechos sociológicos son formas de obrar, pensar y sentir, exteriores al individuo y están dotados del poder de coacción en virtud del cual se le imponen”. (Durkheim, 1982).

Posterior al trabajo de las Reglas del Método Sociológico, Emilio Durkheim escribió “El Suicidio”, una de las obras más significativas y que todavía cobra vigencia, en relación con el tema,

en la que se logró demostrar como un

fenómeno tenido por puramente individual puede explicarse como hecho social profundamente dependiente del grado de integración de las instituciones sociales de religión, economía, familia.

Adolphe Quételet (1796 - 1874), estadístico belga, después de diversos estudios y aplicaciones a fenómenos sociales llegó a la conclusión de que, en los fenómenos sociales, por lo general prevalece una curva de distribución. El fue el primero en revelar la posibilidad de usar estadística como instrumento para conocer los 10


fenómenos sociales. Hasta finales del siglo XIX no empezó la sociología a emplear el método estadístico, y hasta el siglo XX no apareció el neopositivismo orientado cuantitativamente.

Max Weber (1864-1920), también es considerado como uno de los iniciadores de la Sociología en el mundo. Entre sus aportes más significativos a la teoría sociológica está la obra “La Ética Protestante y el Espíritu del Capitalismo”, en la que logra demostrar como la religión influye en el desarrollo económico de toda Europa. Desarrolla conceptos tales como la clase, el status y las estructuras de autoridad. Las fundaciones norteamericanas tuvieron

una

gran

importancia

en

la

institucionalización de la sociología en Europa y América Latina, a través del patrocinio de estudiantes para que realizaran trabajos por fuera de las Universidades, exportando las formas de hacer investigación y de interpretar los procesos sociales, La emigración de intelectuales europeos a Estados Unidos en las épocas de guerra

y su posterior regreso en algunos casos después de

concluido el conflicto, “favoreció la importación de las técnicas de investigación y teóricas, y la difusión de autores” (Angel, 2004, pág. 29).

Dentro de este mismo periodo de la Guerra Fría, en el bloque de la URSS se inició desde 1946 un proceso de difusión de manuales de materialismo dialéctico e histórico, para difundir las premisas del marxismo, proceso que estuvo acompañado de la consolidación del socialismo en cuanto a la ideología y política. ―Es en este contexto histórico

social en el cual el

estructural

funcionalismo y el marxismo se erigieron en paradigmas hegemónicos de las Ciencias Sociales. Después de terminada la Guerra Fría, estos dos paradigmas que se presentaban como contradictorios eran muy parecidos en su metodología de hacer ciencia. El mundo social 11


aparecía visto como una dicotomía donde se contraponían: lo objetivo vs. lo subjetivo, la estructura vs. el individuo, lo macro vs. lo micro, lo material vs. lo ideal, la explicación casual vs. la interpretación, tomando partido por lo objetivo, la estructura, lo marco, lo material y la explicación basadas en las causas‖ (Angel, 2004, pág. 30).

Lo que se contrapone a lo que ha venido sucediendo desde las últimas dos décadas donde los temas primordiales que se quedaron por fuera en el estructural funcionalismo y el marxismo, como lo subjetivo, lo micro, lo individual, se toman como aspectos fundamentales para entender lo que está pasando en las actuales relaciones sociales. Se tiene en cuenta la importancia de lo que sucede en el interior del sujeto estudiado y lo subjetivo cobra especial valor.

Esta es realmente la discusión en todas las ciencias: la separación entre el objeto de estudio y el sujeto que investiga, desde las miradas tradicionales los científicos deben estar alejados del objeto que estudian, pero en la actualidad este tema ha sido muy cuestionado porque en las investigaciones sociales, no es fácil separar al investigador de su objeto de estudio que, para el caso concreto de la sociología, no es un objeto sino un sujeto que tiene sentimientos, deseos, valores, creencias y, es precisamente la labor del investigador interpretar ese sentir desde la misma subjetividad que no por ello deja de ser real. Esto se verá cuando se analice la propuesta de Pierre Bordeau, quien dice que los sociólogos y sociólogas deben cuestionar el punto de vista desde donde están analizando lo social, su postura política, religiosa, cultural, de género, de sexo, todo lo que los rodea y en especial como se va a presentar el resultado de un trabajo académico que se supone objetivo.

En la actualidad, el paradigma que cobra vigencia es el denominado Postmodernidad, que ha permitido el flujo interdisciplinario y ha propiciado el 12


rompimiento de las fronteras existentes entre los diferentes enfoques, diferentes metodologías y diferentes formas de ver el mundo, lo que permite llegar a una mejor interpretación de los hechos utilizando las mezclas en los abordajes de las problemáticas. Es por ello que no es extraño encontrar estudios sociológicos que se apropian de herramientas e instrumentos que eran de utilización específica de uno u otro paradigma, teniendo otros enfoques. Por ejemplo, las encuestas se consideraban instrumentos específicos de las investigaciones de tipo cuantitativo perteneciente a la escuela positivista y ahora es posible utilizarlas tanto en los enfoques cualitativos como también dentro de las perspectivas crítico sociales. En la siguiente tabla se exponen los principales enfoques que la sociología ha utilizado para analizar las problemáticas sociales con sus principales autores:

1. Enfoques de la sociologia ENFOQUES OBJETIVISTAS Y ESTRUCTURALISTAS Escuela Positivista y Funcionalista

Augusto Comte (1798-1842) Emilio Durkheim (1854-1917) Talcott Parsons (1902-1979)

Estructuralismo y Tradición Etnolingüística

Ferdinand Saussure (1857-1913) Marcel Mauss (1872-1950) Claude Levi Strauss (1908-1990) Michel Foucault (1926-1984)

Marxismo Clásico y Neo Marxistas

Carlos Marx (1818-1883) Antonio Gramsci (1891-1917) Louis

Althusser:

Marxismo

Estructuralista

(1918-1991) Jurgüen Habermas: Marxismo y Teoría Crítica (1929) SOCIOLOGIA INTERPRETATIVA Y TRADICION FENOMENOLOGICA

Tradición Europea

Edmund Hurseel (1850-1938)

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Max Weber (1864-1920) Martín Heidegger (1889-1976) Alfred Schutz (1899-1953) Etnometodología

Harold Garfinkel (1917)

Interaccionismo Simbólico

George Herbert Mead (1863-1931) Herbert Blumer (1900-1987) Ervin Goffman (1928-1982)

Otras Propuestas subjetivistas vigentes

Pierre Bordieu (1930-2002)

Fuente: elaboración propia

En conclusión se puede afirmar que existen entonces 3 grandes grupos de enfoques y autores respecto a la forma de analizar la sociedad: En el primer grupo se encuentran todas las propuestas que le dan mayor énfasis a las estructuras sociales o totalidades; en segundo lugar aquellos que privilegian el análisis desde los sujetos o agentes sociales y en tercer lugar los autores que tratan de hacer un propuesta que consolide aspectos de ambos enfoques para superar aquella contradicción.

A continuación se expondrán los principales argumentos de cada uno de esos grupos.

Lección 3. Propuestas con énfasis en la Estructura Social

En esta lección se presentan los principales autores y escuelas que dentro de los 3 grupos enunciados anteriormente, privilegian las estructuras sociales o totalidades. Hacen parte de esta línea epistemológica, el positivismo de Augusto Comte hasta Emilio Durkheim;

el estructural-funcionalismo de

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Talcott

Parsons y Robert


Merton; el positivismo lógico del Círculo de Viena; la teoría crítica" de la primera época y el estructuralismo francés.

El positivismo de Comte a Durkeim. Para Comte el Positivismo es una forma de analizar la realidad: se pretende analizar los hechos tal como se presentan sin dejarse influir por sentimientos, creencias u otros aspectos personales del investigador. Este autor considera que para investigar adecuadamente se deben utilizar la observación como punto de partida, la experimentación y la comparación dividida en tres subtipos: 

Comparar las sociedades humanas con los animales inferiores

Comparar sociedades en diferentes partes del mundo.

Comparar diferentes estados de sociedades en el transcurso de la historia.

El término positivismo se utilizó en contraposición al negativismo que imperaba en ese momento en la sociedad. Lo negativo era el desorden y el caos moral que se vivía en Francia en épocas de la Revolución Francesa. Lo positivo era lo medible, lo concreto, lo empírico, lo real y objetivo.

Comte desarrolló una clasificación de las ciencias positivas: las matemáticas, la astronomía, la física, la biología, la química y en la cúspide la sociología. Esta última con el objetivo de descubrir las leyes que rigen las problemáticas sociales. Considera que existe una ley denominada la ley de los tres estadios: Todas las sociedades atraviesan por 3 etapas para llegar al progreso: ―Estado Teológico o ficticio.

Todo humano debe pasar por los tres

estados. Éste es el primitivo. Se basa en la especulación. Ante las preguntas esenciales del hombre da una respuesta mítica. Pretende explicar

las leyes naturales atribuyéndoles espíritu propio y fuerzas

especiales. La imaginación es un recurso importante. Ella otorga 15


designa

a los seres sobrenaturales, los cuales condicionan la vida

humana. En este estado se dan tres momentos: fetichismo, politeísmo y monoteísmo. Un ejemplo es el Génesis. Éste libro relata una creación mágica.

Estado Metafísico o Abstracto. Es continuación del anterior con algunas variaciones. En realidad es un momento que prepara el siguiente paso. Es transitorio. Se pregunta por las primeras causas y los últimos principios de las cosas. A diferencia del anterior momento éste responde aplicando la lógica. Las abstracciones más elaboradas le permiten formar conceptos más claros. El razonamiento toma mayor consistencia. Un ejemplo son los filósofos griegos. Aristóteles es un representante de la metafísica.

Estado Positivo o Real.

Es último y definitivo. La racionalidad se

perfecciona. No es como los anteriores. Los supera. La imaginación se hace ―esclava‖ de la observación. Tiene varias leyes. Por ejemplo: ―Toda proposición que no puede reducirse estrictamente al mero hecho, particular o general, no puede ofrecer ningún sentido real e inteligible‖. Otra trata de la Naturaleza relativa. Es decir, habla del progreso del conocimiento hacia la exactitud. Otra es la Previsión racional. O sea, estudia la realidad para preverla. Y por último, cree que las leyes de naturales no presentan variabilidades‖. (Marin Maglio, 1998).

Durkheim estará fuertemente influido por Comte: i) la sociología deberá erigirse en ciencia natural de la sociedad tratando a los hechos sociales como cosas, ii) la secularización de los conceptos religiosos y metafísicos es contrapartida del desarrollo científico, iii) el cambio social es progresivo y depende del orden, iv) la

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revolución política no asegura la transformación social sino que testimonia la impotencia de la sociedad para el cambio progresivo. ―Para Durkheim, los objetos sociales observados poseen características naturales que determinan lo que hace el observador al describir y clasificar; por tanto, el sociólogo construye teoría observando sistemáticamente las características externas visibles en las conductas humanas. Para ello, debe desterrar toda prenoción por una parte, y desentenderse por otra de las ideas que los propios individuos observados se hacen de sí mismos. La sociedad debe verse como una totalidad orgánica, y las divergencias de los individuos respecto de la conciencia colectiva deben atribuirse sea a impulsos egocéntricos opuestos a las demandas morales de la sociedad, o a un desencuentro anómico de sus propósitos respecto de la sociedad‖. (Vicente, 2010). Entre las obras más representativas de Emilio Durkheim se encuentran: “La división del trabajo social” (1893); “Las reglas del método sociológico” (1895) y “El Suicidio” (1895).

En esta lección no se puede dejar de mencionar a Max Weber quien desarrolló su teoría orientada a comprender las acciones sociales: “Por acción debe entenderse la conducta humana siempre que el sujeto o los sujetos de la acción enlacen a ella un sentido subjetivo. La acción social por lo tanto es aquella en la cual, el sentido colocado por el sujeto está referido a la conducta de otros, orientándose por esta en su desarrollo”. (weber, Economía y Sociedad., 1973).

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Weber hace grandes aportes a la administración con su teoría de la Burocracia. Insiste en que todo está permeado por la cultura, ya que son las creencias las que legitiman el ejercicio del poder y tales creencias existen tanto en la mente del dominador como en la del dominado y determinan la relativa estabilidad de la dominación. Así, Weber establece una tipología de autoridad basándose no en los tipos de poder usados, sino en las fuentes y tipos de legitimidad aplicados. Entonces, los tipos de autoridad para Weber son:

A) La autoridad tradicional: Cuando los subordinados aceptan las órdenes de sus superiores porque siempre ha sido así. El poder tradicional no se basa en la norma sino en las costumbres y en la transmisión del poder por herencia. B) La autoridad carismática: Es aquella que se desprende del liderazgo y la personalidad del superior. No existe una base racional. C) La autoridad racional, legal o burocrática: Es aquella en la que se aceptan las órdenes porque están de acuerdo con las normas y preceptos que se consideran legítimos. Los tres tipos de autoridad se dan en todas las sociedades sean estas estados u organizaciones pero se considera que la autoridad racional es aquella a la que se debe llegar en todas las organizaciones sociales. Entre las obras más representativas están: “La Etica Protestante y el Espiritu del Capitalismo” (1905), en la que logra demostrar que no es solo la base económica la que influye en el desarrollo de las sociedades sino que también la religión y las creencias cumplen un papel fundamental. ―Los católicos participan también en menor proporción en las capas ilustradas del elemento trabajador de la moderna gran industria. Es un hecho conocido que la fábrica nutre las filas de sus trabajadores más preparados como elementos procedentes del pequeño taller, en el cual 18


se forman profesionalmente, y del que se apartan una vez formados; pero esto se da en mucha mayor medida en el elemento protestante que en el católico, porque los católicos demuestran una inclinación mucho más fuerte a seguir en el oficio en el que suelen alcanzar el grado de maestros mientras que los protestantes se lanzan en un número mucho mayor a la fábrica, en la que escalan los puestos superiores del proletariado ilustrado y de la burocracia industrial‖. (weber, 1995)

2. El Estructural-funcionalismo de Talcott Parsons y Robert Merton: Talcott Parsons fue un influyente sociólogo norteamericano, reconocido en la sociología contemporánea, quien desarrolló parte de su teoría en Alemania por lo cual fue muy influenciado por el pensamiento de Weber. El problema básico de la sociedad para Talcott Parsons era el orden social. Sostuvo que “los valores proporcionan a las personas un conjunto de criterios comunes para efectuar habituales decisiones, criterios que se incorporan a sus personalidades y toman parte de sus puntos de vista subjetivos. El orden es posible sin una norma autocrática siempre que la gente se sienta comprometida con un conjunto de valores”. (Benton, 1978, pág. 39).

Para el autor todo sistema social posee cuatro características fundamentales que permiten el desarrollo de la Acción Social, obviamente desde la perspectiva de que un sistema debe tener unos insumos (Input) que vienen del entorno, para a través de los subsistemas transformarlos en resultados (output). Los diferentes sistemas de la organización social están estructurados y por ello pueden generar una función a través de la cual interactúan con los demás elementos del sistema.

1: El Sistema de Acción Social SUBSISTEMAS DEL

FUNCIONES DE LOS

19

ORIENTACION


SISTEMA SOCIAL

SUBSISTEMAS

Subsistema Económico

Función de Adaptación

Orientada a redistribuir recursos

Subsistema Político

Función Instrumental

Orientada al logro de fines

Subsistema de

Función de Integración

Solidaridad social mediante control

Integración Subsistema de Cultura

social. Función de Mantenimiento

Orientada a valores relevantes del modelo

Fuente: Elaboración propia

Robert Merton es un discípulo destacado y continuador de las orientaciones de Parsons; entre 1945 y 1957 publica una serie de artículos donde formaliza el método funcionalista y los cánones del procedimiento inductivo-deductivo en sociología. En su teoría el estableció como las estructuras sociales tienen dos clases de funciones: unas son latentes y otras son manifiestas. Las funciones manifiestas son aquellas que son exclusivas y pertenecientes a una determinada estructura. Por ejemplo la familia tiene una función manifiesta que es la crianza de los hijos. Funciones latentes son aquellas que contribuyen a la adaptación social pero que no son las funciones específicas de dicha estructura. En el caso de la familia una función latente es que los padres enseñen a sus hijos a trabajar.

3. El Círculo de Viena y K.Popper: Este grupo de científicos defienden que la observación se realiza a través de los sentidos para captar hechos y realidades. Estas observaciones se pueden registrar en vídeos, o cualquier otro soporte. “El objetivo del círculo de Viena es unificar el conocimiento que se consigue a partir de la reducción de todas las disciplinas del conocimiento científico a fórmulas lógico-matemáticas y por ello debemos crear un metalenguaje mediante el cual se puedan entender entre ellas. Los enunciados pueden ser de dos tipos observacionales 20


(se obtienen a través de la observación neutral e inmediata de la realidad) y universales. Los enunciados observacionales se convertirán en los segundos gracias a la inducción (forma de razonamiento)”. (Santos Delgado, 2005).

La principal característica de los postulados del Círculo de Viena (Positivismo lógico) fue el rechazo a la metafísica; consideraban que el progreso científico era acumulativo; el único medio para conseguir la verdad es la ciencia a través del método inductivo. Karl Popper (1902-1994) fue un gran crítico de los planteamientos del Círculo de Viena a pesar de haberse formado intelectualmente en dicha escuela.

Popper rechazó del positivismo que dominó muchos campos de investigación a comienzos del siglo XX, pues dicha doctrina suponía que el conocimiento se limitaba a aquello que podía ser empíricamente verificado, por inducción. El positivismo declaraba que sólo tenían sentido los conceptos verificables y pro el contrario, el sostenía que lo que convertía a las teorías en científicas era la falsabilidad, es decir, la posibilidad de ser refutadas. Su teoría fue denominada falsacionismo o racionalismo crítico con el lema: “"Puedo estar equivocado y tú puedes estar en lo cierto, y haciendo un esfuerzo, podemos acercarnos a la verdad". (Popper, 1995).

Su método de análisis se basa en el aprendizaje a través del ensayo y error en un esquema que se desarrolla en tres fases: 1. El problema: Surge cuando aparece en escena una perturbación. 2. Los intentos de solución: Es decir, los ensayos para tratar de solucionar el problema. 3. La eliminación: Se suprimen los intentos de solución que no han tenido éxito. Cuando se eliminan los intentos fallidos entonces el problema queda sin solución 21


por lo cual será necesario buscar nuevos intentos. Si el problema queda resuelto entonces se da el aprendizaje. 4. La Teoría Crítica: En 1924, se crea como parte de la Universidad de Frankfurt, el Instituto para la Investigación Social. Uno de sus fundadores fue Max Horkheimer y su director desde 1930. Serán parte de este grupo también pensadores de la talla de Adorno, Marcuse y Erich Fromm (que luego se distanciará de la escuela). Surge con una clara orientación Marxista, aunque se aleja de algunos de los postulados básicos del Materialismo Histórico (que se verá más adelante), como el de concebir que la lucha de clases era el motor de la historia.

GRAFICA N° 1: Interdisciplinariedad del Proyecto de la Escuela Crítica

Fuente: Especial de Boules. http://www.boulesis.com/especial/escueladefrankfurt/pensamiento/

La Escuela de Frankfurt se caracteriza por tener una visión interdisciplinar donde se suman enfoques sociológicos, psicoanalíticos, económicos, psicológicos. Otra de las características esenciales es la reflexividad y el pensamiento crítico: 22


“La sociedad misma señala los temas y las líneas de investigación en aquello que reprime, en aquello que silencia, y una sociología a la altura de su tiempo debe atender precisamente a estos mecanismos de dominación de la sociedad, para rescatar la verdad de lo que oculta. Por eso, el pensamiento debe ser crítico y reflexivo. Crítico no como negación directa de la realidad, sino como renuncia a una aceptación irreflexiva de la realidad (social) tal y como se nos presenta. La crítica parte siempre de una sencilla proposición: ―otra sociedad es posible‖. Sólo en la medida en que es crítico puede el pensamiento también ser reflexivo. Sólo naciendo de la injusticia misma puede llegar a modificarla, a transformarla, superando así la dicotomía teoría-práctica. Un pensamiento materialista y práctico no es una pura especulación teórica, sino una actividad de tipo práctico que contribuye también al progreso de la sociedad. El ―télos‖ (fin) emancipatorio heredado del marxismo continúa en el pensamiento de los frankfurtianos plenamente vigente. (Boulesis.com). Para ampliar la información sobre cada uno de los enfoques de la Escuela de Frankfurt, su historia, autores, pensamiento y bibliografía especializada se puede consultar la siguiente página: http://www.boulesis.com/especial/escueladefrankfurt/citas/horkheimer-teoriacritica/

5.

El

estructuralismo

francés:

La

Escuela

Francesa

denominada

Estructuralismo, tiene sus bases en las teorías de Emilio Durkheim pero se dice que su fundador es Ferdinand de Saussure con sus estudios de lingüística. Este es un enfoque que no solo pertenece a la esfera sociológica sino que también tiene sus grandes influencias en la psicología y la antropología.

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Saussure distingue entre el habla (de carácter contextual y con empleo de signos arbitrarios) y la lengua (totalidad de signos y fonemas de significado relacional); para el lingüista suizo, los elementos constitutivos del lenguaje adquieren toda su significación en su carácter relacional, en su diferenciación en el conjunto del sistema de signos. Los estructuralistas son principalmente Roland Barthes, LévyStrauss, Lacan, Althusser y Poulantzas, Foucault y Derrida. No hay un cuerpo coherente que unifique a estos autores, aunque comparten el énfasis en la centralidad de la lingüística en ciencias sociales.

En la actualidad la figura mas relevante del Estructuralismo Francés es Claude Levi Strauss, nacido en Bélgica en 1908, quien realizó unos estudios muy importantes relacionados con el parentesco y el matrimonio y demostró que éstos son fenómenos sociales de comunicación, y por lo tanto, lingüísticos. ―Sin reducir la sociedad o la cultura a la lengua, cabe iniciar esta ―revolución‖ […] que consiste en interpretar la sociedad en su conjunto en función de una teoría de la comunicación. Ya hoy, esta tentativa es posible en tres niveles: porque las reglas del parentesco y del matrimonio sirven para asegurar la comunicación de mujeres entre los grupos, así como las reglas económicas sirven para asegurar la comunicación de los bienes y los servicios, y las reglas lingüísticas, la comunicación de mensajes. Estas tres formas de comunicación son, al mismo tiempo, formas de intercambio, entre las cuales, manifiestamente, existen relaciones (puesto

que

las

relaciones

matrimoniales

se

acompañan

de

prestaciones económicas, y el lenguaje interviene en todos los niveles). Es entonces legítimo ver si entre ellos existen homologías, y cuáles son las características formales de cada tipo tomado aisladamente y de las

24


transformaciones que permiten pasar de uno a otro‖. (Strauss, 1968, pág. 76).

Con sus estudios, Levi Strauss quería demostrar que los sistemas de parentesco, como los sistemas fonológicos, son elaborados según el estructuralismo, por el espíritu humano en el plano inconsciente.

Lección 4. Corrientes Subjetivistas Dentro de dichas corrientes se encuentran diversas orientaciones. En este módulo se revisarán los enfoques fenomenológicos, los interaccionistas simbólicos, la etnometodología y el individualismo metodológico.

La principal característica de estas corrientes y contrarias a las que tienen origen positivista en las que el investigador debe analizar los hechos con objetividad rechazando todo valor, creencia y cultura, estas corrientes defienden que la realidad es creada por el individuo y que por lo tanto es importante el análisis subjetivo. También se considera que debido a que la verdad está ligada a lo subjetivo, existen factores externos que influyen en los hechos por lo cual es relativa.

1. Fenomenología: De acuerdo con dicho enfoque se debe estudiar la relación entre los hechos (fenómenos) y el ámbito en que se hace presente dicha realidad. El método fenomenológico toma por real todo aquello que es pensado de manera clara y distinta y puesto en perspectiva temporal. El iniciador de esta teoría fue Edmund Gustav Albrecht Husserl (1859- 1938). Alfred Schutz (1899- 1959), sociólogo y filósofo fuertemente inspirado en Husserl, quien introdujo la fenomenología a las ciencias sociales considera que:

25


“Se considera, entonces, un mundo de la vida cotidiana que los sujetos viven en una actitud natural, desde el sentido común. Esta actitud frente a la realidad permite a los sujetos suponer un mundo social externo regido por leyes, en el que cada sujeto vive experiencias significativas y asume que otros también las viven, pues es posible ponerse en el lugar de otros; desde esta actitud natural el sujeto asume que la realidad es comprensible desde los conceptos del sentido común que maneja, y que esa comprensión es correcta”. (Shutz, 1993, pág. 46). ―La investigación del significado de las acciones de los otros implica suponer que quieren significar, dar sentido, a algo, y que podemos interpretar las acciones de los otros. Esta interpretación no sólo se hace a través de la observación de las acciones de otros, sino también mediante la percepción de indicaciones, que son efectos que las acciones dejan en el ambiente, como son ruidos, movimiento de objetos, etc.‖. (Shutz, 1993, pág. 88).

2. El interaccionismo simbólico: Tiene sus antecedentes en la Escuela de Chicago, fundada en la Universidad de Chicago a finales del siglo XX. Esa escuela trató problemáticas muy sentidas debido a que por efectos de la migración, las estructuras de la ciudad no eran suficientes para alojar a todos los migrantes por lo cual surge una gran conflictividad social. Los estudios estaban orientados a las familias de los migrantes, monografías sobre barrios y análisis de la delincuencia y la marginalidad. Se inspiraron en la ecología para caracterizar las relaciones entre grupos sociales y el espacio urbano.

Posteriormente Herbert Blumer (1900-1987) la define como una corriente de pensamiento micro sociológica, relacionada con la antropología y la psicología social que basa la comprensión de la sociedad en la comunicación. 26


Las tres principales ideas en las que reposa su teoría son: -

Las conductas de los individuos están sujetas al significado que le otorguen a los objetos de su mundo de vida.

-

lo que signifiquen las cosas para el sujeto depende de su interacción social con otros actores de su entorno.

-

Los significados dependen de la experiencia social del sujeto.

Se concibe entonces el interaccionismo como un método de estudio participante capaz de dar cuenta del sujeto; lo social se considera como el marco de la interacción simbólica y la comunicación como el proceso social a través del cual se conforman los grupos y los individuos.

Esta corriente en los momentos actuales aporta excelentes herramientas metodológicas para los estudios de corte cualitativo en los que prima el comprender e interpretar las acciones de los sujetos.

3. La etnometodología: Es una corriente sociológica Norte Americana que surgió con Harold Garfinkel (Studies in Ethnomethodology, 1967), quien exploró los métodos y mecanismos empleados por las personas para dar significado a sus prácticas sociales. Los investigadores sociales deben responder la manera como las personas ven, describen, explican y sienten el mundo en que viven y como crean sus reglas y formas de vida; es decir: se preocupan por analizar cómo las personas construyen y mantienen el sentido de la realidad externa a través de sus percepciones y acciones. El orden social es construido por los actores sociales y los eventos sociales son producto de la interacción. Estos comparten con los interaccionistas simbólicos el supuesto de que la experiencia humana está medida por la interpretación. Los etnometodólogos, se basan en diversos métodos para estudiar las acciones de los sujetos en la vida cotidiana; en su trabajo de campo (que es extenso) hacen 27


uso de la observación directa, la observación participante, hasta el análisis documental, entrevista, entre otros.

4. El individualismo metodológico: Comprende autores diversos, reunidos por el presupuesto común de que los fenómenos sociales sólo pueden explicarse en términos del análisis de la conducta de individuos, es decir: por las propiedades de los individuos como metas, creencias y acciones. Se trata de demostrar que la evolución de una sociedad es el agregado de las decisiones particulares. Se aplica el principio de reduccionismo al pretender explicar las grandes instituciones a través de la acción social individual.

El individualismo metodológico considera que la colectividad no es un organismo autónomo y exige que las ciencias sociales fundamenten sus estudios en la acción social individual.

Jon Elster, uno de los principales representantes de este enfoque en su libro reciente Tuercas y Tornillos (Barcelona 1995, copyright Cambridge 1989) expresa que: ―La unidad elemental de la vida social es la acción humana individual, y explicar las instituciones y el cambio social es mostrar de qué manera surgen como resultado de la acción y la interacción de los individuos", "la elección racional se ocupa de hallar el mejor medio para fines dados", "actuar racionalmente es hacer lo mejor posible por uno mismo". (Elster, 1995, pág. 36).

Lección 5. Actuales propuestas de síntesis: Jurgen Habermas (1929); Anthony Giddens (1938); Alaine Touraine (1925); Pierre Bourdieu (1930-2002).

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En este apartado se hablará de las corrientes que sintetizan tanto las miradas basadas en la estructura social como las que enfatizan el análisis subjetivo de los autores y que actualmente son las más utilizadas para el análisis del hecho social. Se privilegian los análisis cualitativos sin desconocer la importancia de lo cualitativo buscando una relación dialéctica entre ambas miradas.

Jürgen Habermas hace parte de los pensadores actuales de la escuela de Frankfurt. Habermas imprime a la teoría crítica un desarrollo sustancialmente novedoso basado en una reflexión que incorpora elementos de la comprensión hermenéutica, la fenomenología de Schutz, el pragmatismo de Chicago y el análisis del lenguaje de Wittgenstein, todas ellas corrientes y autores a las que Horkheimer y Adorno no disimulaban su hostilidad. Sólo la comunicación lingüística garantiza a los individuos la reciprocidad en la orientación y concepción de sus acciones, reciprocidad que hace posible la reproducción social. Con sus argumentos se distancia de la teoría crítica en sus inicios en cuanto a las implicaciones funcionalistas de un lado y en cuanto a la teoría Marxista en relación con la explicación de la reproducción social con base en la superestructura económica ya que le da vital importancia a la interacción mediada por el lenguaje. Entiende que el cambio social debe darse más bien en un ámbito simbólico, en el ámbito de la comunicación y el entendimiento entre los sujetos. Defiende la democracia deliberativa y los principios del Estado de Derecho.

Anthony Giddens, sociólogo británico, considera que las Ciencias Sociales en tanto proyecto positivista deben considerarse un fracaso, debido a que lo que diferencia la naturaleza de la sociedad, es precisamente la producción humana. El funcionalismo de Durkheim y Parsons reduce la intervención humana a una interiorización de valores, se niega a considerar la vida social como activamente constituida, no concibe el carácter negociado de las normas sociales y por tanto 29


no hay lugar para interpretaciones diversas siguiendo intereses sociales divergentes. El estructuralismo conduce igualmente a borrar todo sujeto activo del escenario social.

También hace una crítica al interaccionismo simbólico y la etnometodología de Garfinkel y el "mundo de la vida" de Schutz, porque estas corrientes interpretativas no consiguen conciliar la producción diestra de la sociedad por sus miembros, con el hecho de que las condiciones en que esta producción tiene lugar, no son elegidas por los agentes sociales.

En su teoría de la estructuración social, Giddens concibe la estructura como dual, puesto que es constituida por la actividad humana y es al tiempo el medio mismo de esta constitución, lo cual significa que lo social es producto de los actores y los actores también son un producto de lo social. La “Praxis” es la base fundamental de la vida social y es entendida como el conjunto de prácticas producidas y reproducidas por los actores sociales.

Alain Touraine por su parte se hizo famoso y reconocido por la utilización del término de sociedad post industrial. Su trabajo está basado en la Sociología de la acción. Cree que la sociedad organiza su futuro

a través de mecanismos

estructurales y de sus propias luchas sociales. Muestra como al mundo instrumental globalizado y manipulador se opone un mundo simbólico de diversidad cultural. Esta contradicción entre economía y cultura debe enfrentarse desde una afirmación del sujeto.

En el desarrollo de su carrera ha estado interesado en el estudio de los movimientos sociales desde una visión en la que los actores sociales participan activamente. Son los jóvenes, los inmigrantes, los ambientalistas, las minorías las

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que con sus acciones se hacen más defensivos que negociadores, mas éticos que políticos. Una de sus principales obras fue “Solidaridad”, en la que analiza el movimiento social sindical de Polonia. También ha realizado estudios importantes de la situación latinoamericana. En diciembre de 2006 recibió por parte de la Universidad Nacional de Colombia el grado de Doctor Honoris Causa, por sus aportes a la investigación social.

A continuación se transcribe un texto publicado en el periódico el País de España el pasado 26 de septiembre de 2010, escrito por Alain Touraine y traducido por José Luís Sánchez Silva, en relación con la crisis económica actual: ―La única gran tendencia de la derecha es la xenofobia; la única gran tendencia de la izquierda es la búsqueda de una vida de consumo sin contratiempos. No nos dejemos arrastrar a una renuncia general a la acción. Existen fuerzas capaces de enderezar la situación. En el plano económico, la ecología política denuncia nuestra tendencia al suicidio colectivo y nos propone el retorno a los grandes equilibrios entre la naturaleza y la cultura. En el plano social y cultural, el mundo feminista se opone a las contradicciones mortales de un mundo que sigue dominado por los hombres. En el terreno político, la idea novedosa es, más allá del gobierno de la mayoría, la del respeto de las minorías. Ni nos faltan ideas ni somos incapaces de aplicarlas. Pero estamos atrapados en la trampa de las crisis. ¿Cómo hablar de futuro cuando el suelo se abre a nuestros pies? Pero nuestra impotencia económica, política y cultural no es consecuencia de la crisis, es su causa general. Y si no tomamos 31


conciencia de esta realidad y si no encontramos las palabras que rompan el silencio, la crisis se profundizará aún más y Occidente perderá sus ventajas. Entonces será demasiado tarde para intentar atenuar una crisis que ya se habrá convertido en destino. (Touraine, 2010)

Pierre Bourdieu fue un sociólogo que se dedicó a la política, el arte, la religión, el trabajo, el deporte, el lenguaje y el Estado. El enfoque de Bourdieu se presenta en la objetividad de primer orden determinada por la distribución y apropiación de los bienes materiales y en la objetividad de segundo orden constituida por los esquemas mentales que sustentan las conductas, pensamientos, sentimientos y juicios de los agentes sociales. Según el autor, la perspectiva "objetivista" (Durkheim, el funcionalismo) ha concebido al mundo como una estructura susceptible de observación y medición independientemente de las representaciones de quienes la habitan, y tiene como principal peligro la reificación de las estructuras construidas por el observador, como entidades autónomas que operan con sujetos que se muestran como soportes pasivos. Por su parte, la perspectiva "subjetivista" o constructivista (Sartre, la etnometodología, la "rational choice") propone una realidad social siempre contingente construida por actores sociales competentes con actos de conocimiento y decisiones conscientes en un mundo inmediatamente familiar y significativo; esta perspectiva se revela incapaz de explicar la persistencia de las estructuras sociales.

Considera Bourdieu que se deben transformar ambos paradigmas contradictorios en espacios diferenciables del mismo análisis social. Propone entonces una tercera vía de análisis denominada Constructivismo Estructuralista en el que se reconoce la existencia de estructuras y relaciones objetivas que condicionan las

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prácticas y representaciones sociales, aunque, al mismo tiempo se detecten los efectos propios de lo vivido y de la acción individual sobre las estructuras.

Al superar la oposición entre individuo y estructura, libertad y determinismo, interacciones y luchas sociales, Bourdieu logra sobrepasar las alternativas objetivas del positivismo y la sociología subjetiva que solo percibía situaciones de significación; en una relación dialéctica entre las dos miradas. Involucra en su teoría nuevos conceptos: “Habitus”: las formas de obrar, pensar y sentir que están originadas por la posición que una persona ocupa en la estructura social. En cuanto al “campo”, es el espacio social que se crea en torno a la valoración de hechos sociales tales como el arte, la ciencia, la religión, la política... Esos espacios están ocupados por agentes con distintos habitus, y con capitales distintos, que compiten tanto por los recursos materiales como simbólicos del campo. Estos capitales, aparte del capital económico, están formados por el capital cultural, el capital social, y por cualquier tipo de capital que sea percibido como "natural", forma ésta del capital que denomina capital simbólico.

Otra preocupación constante y original de Bourdieu es la de la "vigilancia epistemológica" que debe practicar el sociólogo, destinada a controlar su parcialidad derivada de su propia condición social, de su posición en el campo académico, y de su tendencia intelectualista a percibir el mundo como espectáculo, como cúmulo de significados que lo esperan para ser descifrados y no como problemas concretos que demandan propuestas de solución. Esta vigilancia o reflexividad epistémica debe operar examinando críticamente las categorías que delimitan el propio pensamiento, practicando la crítica mutua y el debate público. CAPITULO 2: MIRADAS DE LA SOCIOLOGÍA

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Lección 6. Miradas de la Sociología: Carlos Marx y el Materialismo Histórico (1818-1883). ―Ideólogo alemán nacido en Tréveris, en el seno de una familia acomodada. Estudió derecho, historia y filosofía en la Universidades de Bonn y Berlín, donde fue discípulo de Hegel y Feuerbach. Se doctoró en 1841. Muy influenciado por el pensamiento hegeliano, se aproximó al círculo radical de Bruno Bauer, donde comenzó el tránsito desde las concepciones idealistas al materialismo. En 1842 fue nombrado redactor jefe del Reinische Zeitung, con una estancia breve en el cargo, como consecuencia de las tensiones políticas que marcarían una vida de exilios y extrañamientos. En 1844 conoce en París a Engels, que se convertirá en su mejor compañero de ideas, producción de pensamiento y activismo político. Con Engels redacta el Manifiesto Comunista de 1864, presentado en Londres en la constitución de la Primera Internacional. Entre sus obras más destacadas, Contribuciones a la crítica de la economía política (1859) y El capital (1867), Falleció en 1883. Su pensamiento ha alcanzado una presencia significativa tanto en el plano de las ideas políticas como en el metodológico. Las corrientes, derivaciones e influencias marxistas aparecen en el pensamiento de la comunicación a través de formulaciones y propuestas vinculadas a desarrollos

políticos concretos o

mediante

el

empleo

de

las

herramientas de análisis del materialismo dialéctico. Buena parte del pensamiento del siglo XX se basa, se mira o se contrasta en la concepción marxista de la sociedad y de la historia.

En general, las corrientes marxistas y materialistas asignan un papel 34


instrumental a los medios, como altavoces del discurso dominante y enmascaradores del control social a través de la difusión del pensamiento y la inducción de pautas de comportamiento que se atienen a los intereses que configuran la superestructura del sistema. Del mismo modo, para el pensamiento marxista el desarrollo tecnológico, en el que se conforman las nuevas extensiones de la comunicación, tiene esa misma huella determinista, vinculada a los intereses dominantes, que son matriz y pauta de la propia industria tecnológica. Medios, tecnologías, industrias culturales, estructuras sociales aparecen en las diferentes líneas tributarias del marxismo a lo largo del siglo XX, desde las corrientes de pensamiento crítico europeas y americanas, a vertientes estructuralistas y de estudios culturales, economía política de la comunicación, etc‖1

El pensamiento de Carlos Marx y la Sociología: Se presentan algunos de los conceptos de Marx que permitan hacer una relación con el estudio del desarrollo social, no desde lo económico sino desde lo cultural, desde la super estructura que él planteaba y que hoy en el desarrollo sociológico es muy importante para entender los procesos de interpretación cultural, especialmente en la construcción de la conciencia que es lo que determina la forma como vemos el mundo y a partir de allí aceptamos o no las argumentaciones donde se sostiene el poder, la cultura, la política etc.

El ser humano dentro del mundo capitalista necesariamente es un sujeto productor y reproductor, pero este proceso no necesariamente es objetivo o productor de objetos tangibles materiales, este sujeto también es productor y reproductor dentro de su practica social, de objetos – subjetivados; que en ultimas son aquellos objetos intangibles que están condicionados por su conciencia y determinados por 1

Tomada de : http://www.infoamerica.org/teoria/marx1.htm

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su capacidad de asimilación del mundo y producto del análisis de ese mundo; en otras palabras son ideas, pensamientos, conceptos, que en ultimas condicionan su actuar o comportamiento dentro de la sociedad.

El análisis que aquí se presenta se basa en los textos de Marx: la Ideología alemana y las tesis sobre Feuerbach, y se presentan los siguientes conceptos: La construcción del materialismo histórico en Marx, lo objetivo y subjetivo, el concepto de conciencia, la producción y la reproducción, fuerzas productivas y relaciones de producción y El concepto de praxis en Marx. El Marxismo o Materialismo Histórico no constituye una doctrina o un sistema filosófico al estilo de Hegel. El Materialismo Histórico en el que se fundamenta el Materialismo Dialéctico es una crítica aguda y metódica a las relaciones económico productivas y socio políticas del siglo XIX, lapso en el cual el Capitalismo se encuentra en su máximo apogeo y por sus obvias contradicciones en la más grande crisis hasta la que se vive en la actualidad.

Para el Materialismo Histórico, la materia es la base fundamental sobre la cual se erige el sistema social, la conciencia y lo espiritual. En tal sentido es el ser social el que determina la conciencia social y no al contrario como lo planteaba el idealismo alemán. GRAFICA N° 2: Estructura Social Marxista

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Fuente: producción propia

De acuerdo con el planteamiento del Materialismo Histórico, lo que económico es la base de la estructura social. La infraestructura que es la base económica determina la superestructura que son las formas de pensamiento, la política, la cultura y la educación entre otros.

La dialéctica es el movimiento contradictorio de la materia que consta de tres leyes básicas: 1. Ley de lucha de contrarios. 2. Ley del paso de lo cuantitativo a lo cualitativo. 3. Ley de negación de la negación.

Se explican las leyes de la dialéctica así: Toda realidad posee en si misma el germen de su propia contradicción. No existe nada en la naturaleza que no tenga su contrario. No hay negro sin blanco, no hay grande sin pequeño, no hay luz sin oscuridad, no hay amor sin odio, no hay pobres sin ricos, no hay proletariado sin burguesía.

La sal o cloruro de Sodio es un compuesto. Por separado el cloro y el sodio son venenos que utilizados por separado pueden cobrar la vida. Sin embargo cuando 37


se unen forman la sal que es un elemento fundamental para la alimentación del ser humano. La sal no puede ser separada en sus elementos constitutivos después de creada por lo cual se da el paso de lo cuantitativo a lo cualitativo. La sal niega al Sodio y al Cloro pero los asume y los supera. Se da entonces la dialéctica de la tesis, la antítesis y la síntesis.

El ejemplo se puede trasladar al ser humano: cuando un hombre y una mujer se unen, forman un hijo que niega a cada uno de sus padres por separado porque, no es ni el papá ni la mamá sino alguien diferente que además los asume y los supera y también se da el paso de lo cuantitativo a lo cualitativo porque ese nuevo ser no se puede separar en sus partes constitutivas sino que es un ser diferente con cualidades específicas distintas a las de sus antecesores.

En el campo social el Marxismo hace de su método (Materialismo Dialéctico) el instrumento fundamental para analizar los fenómenos sociales. Utiliza como variable independiente las relaciones sociales de producción (economía). Se considera entonces que a la productividad humana (trabajo) subyace el factor clave del proceso de humanización, culturización y aparición de la conciencia o espíritu.

La conciencia para Marx es la manifestación del espíritu, la conciencia es la concepción que tengo a partir de lo que me rodea, es lenguaje de símbolos, trabajo e interacción con la sociedad. En la medida que el ser humano evoluciona en su productividad, también lo hace su conciencia y también lo hacen sus necesidades y el crecimiento de la población. De este proceso de crecimiento de la sociedad nace la división social del trabajo, primero como acto sexual, (relación reproductiva hombre – mujer) luego la división por las condiciones naturales entre el hombre (cazador – recolector – cultivador) y la mujer (el hogar – la familia.) y por ultimo la división del trabajo entre lo intelectual y lo manual. (En sociedades 38


sedentarias con un grado de desarrollo que permite la contemplación de la naturaleza.). ―El hombre produce y esa producción tiene en si, la evolución del trabajo y por lo tanto de la producción, pero esta no solo es material, si no también es pensamientos, valores, religión, arte, literatura, etc. El ser humano como ser social en su proceso de producción traduce el pensamiento en lo practico necesariamente, por tanto el trabajo intelectual necesariamente se debe realizar en la praxis o sea ser llevado a la experiencia tangible‖.2

Desde la concepción del Materialismo Histórico, el trabajo es la razón de la emancipación del hombre sobre lo puramente natural. Lo que hace humana a la especie es el trabajo

que

le ha permitido

transformar la

naturaleza.

Trasladando su concepción a su metodología, el ser social es la tesis, el individuo la antítesis y la persona libre y digna la síntesis.

Para el Marxismo la eterna lucha del hombre por la enajenación y la barbarie a la que ha sido sometido en el proceso histórico. Dicha enajenación ha sido causada por la propiedad de los medios de producción en manos de unos pocos que controlan la vida de quienes lo único que tienen para ofrecer es su trabajo, que se convierte en el factor de enriquecimiento para los dueños de los medios a través de la explotación para generar lo que denominan Plusvalía que es el valor excedente que le queda de ganancia al patrón.

2

Este concepto es desarrollado por Pierre Bourdieu, en lo que el llama concepto de “habitus”, que son las formas de obrar, pensar, sentir, originadas por la posición que una persona ocupa en una estructura social.

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Marx consideró que el Capitalismo generaría con sus contradicciones la causa de su destrucción que era la alienación del trabajo. Dotando a la clase proletaria (obreros) de una visión y acción sistemática (científica) se lograrían intervenir esas leyes dialécticas para que se diera la revolución que llevaría a la clase obrera a ejercer el poder de manera indelegable. Se debería ejercer entonces una dictadura encaminada a borrar los restos del Capitalismo y de la democracia liberal de la época. Esta dictadura sería temporal y transitoria mientras se daban las bases para el desarrollo de una sociedad comunitaria. En la primera etapa después de la revolución, el Estado controlaría la propiedad privada de todos los bienes para ejercer una adecuada distribución. Posteriormente, cuando se dieran las condiciones se pasaría al Comunismo como fase superior y definitiva donde desaparecería la propiedad privada, se daría una sociedad completamente humanizante, creativa, autónoma y libre y sin antagonismos de clase.

La Utopía Marxista se planteaba como una sociedad sin clases, sin estados, sin consumismo, sin guerras, sin violencia, sin explotados ni explotadores. La idea era la de regresar al Comunismo Primitivo pero con las herramientas y los desarrollos actuales; infinitamente mejorado por el progreso de la ciencia y la tecnología al servicio del hombre y no en su contra.

Lamentablemente la historia no le dio la razón a Marx y hemos visto como los sistemas Socialistas también han tenido crisis similares a las experimentadas por el bloque capitalista donde la corrupción y el afán de enriquecimiento resquebrajó los más humanos principios. A pesar de lo anterior, no se pueden desconocer los fundamentales aportes que el Materialismo Histórico hizo a las ciencias sociales y especialmente de su método el Materialismo Dialéctico que fueron posteriormente retomados por la Escuela Crítica y por los grandes pensadores del momento.

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Lección 7. Miradas de la sociología: Norbert Elias (1897 a 1990) ―Fue un sociólogo judío-alemán cuyo trabajo se concentró en la relación entre poder, comportamiento, emoción y conocimiento del tiempo. Ha dado forma a la llamada sociología figuracional. Fue poco conocido en el campo académico hasta los años 70, cuando fue "redescubierto". Su trabajo de una sociología histórica, puede explicar estructuras sociales complejas sin menoscabo de agencias individuales. Su obra más conocida es ―El proceso de la civilización‖, trabajo en el cual hace un análisis de la evolución de las sociedades europeas desde la época medieval y guerrera hasta el proyecto moderno e ilustrado. Reflexiona sobre el carácter de lo público y lo privado, la represión, los tabúes y la cultura desde un modelo que trabaja una triada entre Carlos Marx, Sigmund Freud y Max Weber. Muchos de sus trabajos sobre el deseo y la represión, de manera historiográfica, lo acercan en parte al análisis de Michel Foucault.

Se puede ver un tributo en parte de su perfil disciplinario a cierta facción del pensamiento judío cercano al sionismo clásico (Leo Löwhental, Gershom Scholem) aunque con matices. Trabajo como asistente de Karl Mannheim en Frankfurt, en el mismo edificio en que trabajaban Adorno y Horkheimer. Debido a lo anterior, existe alguna confusión en relación a la influencia que pudo ejercer la Escuela de Frankfurt en el pensamiento de Elías.

Impartió clases en diversas universidades (vivió varios años en África), y entre sus alumnos se cuenta al sociólogo inglés Anthony Giddens, pero su principal heredero ha sido Erick Dunning. Escribió también obras poéticas y narrativas entre las que se cuenta La balada del Jacob pobre, inspirada en una experiencia real de persecución y desprecio, la 41


suya. De alguna manera, la "deconstrucción" que su pensamiento supone para con las lógicas modernas -naturalizadas socialmente- tiene que ver con la experiencia; al igual que como Hannah Arendt se preguntó por las bases de la humanidad‖. 3

A continuación se revisarán algunos de los principales conceptos de Norbert Elías: ―Alguna vez leí la historia de un grupo de hombres que ascendían cada vez más por una desconocida y ya de por si alta torre. Las primeras generaciones lograron subir a la quinta planta, las segundas a la séptima, las terceras hasta la décima. Con el tiempo, los descendientes llegaron al centésimo piso. Y entonces se vino abajo la escalera. Los hombres se instalaron en la centésima planta y con el tiempo se olvidaron que sus antepasados habían vivido siempre en un piso inferior y no recordaban más como habían llegado a esa altura. Se veían a sí mismos y al mundo desde la perspectiva de esa planta, sin saber cómo se había llegado hasta allí. Más aún, consideraban como simplemente humanas las representaciones que se hacían desde la perspectiva de su planta‖.

(Elias, El proceso de Civilización. Investigaciones socio

genéticas y psico genéticas, 1989).

Elías fue un sociólogo que trabajó desde el

concepto de larga duración,

señalando que el presente y lo que somos hoy viene de las culturas tradicionales, de la mezcla de estas con otras y con las luchas internas en cada uno de los momentos históricos; no se llega a ser lo que somos sin las construcciones sociales históricas que se traducen en nuestras formas de comportamiento, que se van solidificando como las hegemónicas, por ello los cambios culturales son tan lentos porque deben romper con siglos de acumulación simbólica. 3

Consultado y tomado de: http://es.wikipedia.org/wiki/Norbert_Elias

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Los conceptos más importantes que maneja este autor son: “larga duración”, “socio génesis” y “psico génesis”. La larga duración hace referencia a que los procesos sociales actuales tienen su origen en generaciones muy antiguas, por ejemplo el uso de los cubiertos responde a una forma como los grupos dominantes los crearon para diferenciarse de los

grupos marginados o no

dominantes, esto se basa en el principio de diferenciación social que va consolidándose a lo largo de la historia social. ―El individuo y la sociedad se manifiestan como "procesos" y no como entidades abstractas, separadas, universales e invariables. De allí que no sea posible entender la psico génesis de los hábitos de los adultos en la sociedad civilizada, si se considera independientemente de la socio génesis de nuestra civilización.

Según una especie de 'ley

fundamental de la socio génesis, durante su vida, el individuo vuelve a recorrer los procesos que ha recorrido su sociedad a lo largo de la suya. Y esto último no significa que la historia del individuo civilizado reprodujera cada una de las etapas de la historia social. Sino, que "...en la sociedad civilizada, ningún ser humano viene civilizado al mundo y que el proceso civilizatorio individual que se le impone es una función del proceso civilizatorio social general". (Elias, El proceso de Civilización. Investigaciones socio genéticas y psico genéticas, 1989, pág. 45).

Para ilustrar mejor los conceptos de psico génesis, socio génesis y larga duración, en su texto sobre el proceso de civilización, analiza varios comportamientos que a lo largo de la historia han marcado formas de actuar que se han transmitido de generación en generación pero que se han modificado por el significado reprobatorio de hoy: tomar la comida con las manos, limpiarse los dientes con el 43


cuchillo, chuparse los dedos antes que limpiarlos con la servilleta, rascarse las orejas o la nariz mientras se come, escupir, peerse o eructar delante de otros. Es el desplazamiento de los umbrales de vergüenza y sensibilidad hacia los otros lo que dispara el afán de los reformadores en prohibirlas, señalándolas como inapropiadas e inaceptables, es decir como "incivilizadas". Con el tiempo, las prohibiciones se fijarían sobre nuevos objetivos, habiéndose impuesto y extendido socialmente las anteriores o cuando estas perdieran vigencia.

Cabe destacar que estos cambios no siempre se daban de manera racional, pues obedecían más a reacciones emotivas. En la obra sobre la génesis social del Estado, Elías habla de la competencia (presión competitiva) entre unos y otros para explicar cómo funcionaba en la época medieval, donde la tierra era algo importante para la sociedad: ―También hemos mostrado cómo esa presión para conseguir más tierras opera entre los caballeros más pobres simplemente como el deseo de conseguir una forma de mantenimiento acorde con su condición y, entre los caballeros superiores más ricos, como una invitación a exigir todavía más tierra; puesto que quien en una sociedad sometida a esta presión competitiva, no consigue nada más, se hace menos automáticamente, si es que consigue mantener lo que posee. Podemos ver aquí de nuevo, el efecto de la presión que opera en toda esta sociedad de arriba abajo. Es una presión que obliga a los señores territoriales a enfrentarse y que de esta manera pone en marcha el mecanismo del monopolio.‖

(Elias, El proceso de Civilización.

Investigaciones socio genéticas y psico genéticas, 1989) .

En la anterior cita se muestra cómo dentro de las formaciones sociales se van fortaleciendo modos de actuar que van legitimando las acciones y que se 44


interiorizan en las y los

individuos

convirtiéndose en hábito, a través de la

repetición. También se está ilustrando la forma cómo funciona la presión competitiva en la formación de los monopolios monárquicos que más adelante se fueron conformando como Estados Nación. Afirma Elías que al estar la sociedad sometida a esta presión por la competencia se tiende al engrandecimiento de unos pocos y por fin a la construcción de monopolio, es una regla que se podría mirar como fundamental en el proceso hacia la construcción del Estado industrializado. En la construcción del Estado, dice Elías, ha actuado de forma análoga esta presión por la competencia, se conformaron pequeños señoríos y luego se convirtieron en más grandes, así se construyó el Estado, en unión de varios grupos sociales bajo una misma identidad nacional y un Estado administrativo que les permitía competir con unos y aliarse con otros.

Elías retoma esto cuando habla del proceso de desarrollo de las clases medias industriales, cómo van avanzando eliminado a unos y aliándose con otros. Es claro esto cuando habla del papel que fue teniendo la aristocracia, cómo fue cediendo el paso a las clase medias y como se unieron para permanecer en el poder o pasar a conformar las clases altas.

Este factor explicativo del proceso de evolución en la concentración del poder, en el monopolio ha seguido históricamente y se fue transformando en una construcción monopólica del poder a través de la construcción del Estado Nación, un espacio donde confluye una organización social que como dice Elías, para regular las disputas sociales, fundamentalmente las disputas por el poder, se generaron mecanismos como la ciudadanía, donde se establecieron legalmente las diferencias entre los estratos sociales, lo que fue conformando las clases sociales “… una estratificación bajo la forma de clases sociales, cuyos miembros eran iguales ante la legislación estatal y desiguales sólo social y económicamente” (Elias, 1993, pág. 110). 45


Elías también analiza la diferencia entre Francia y Alemania en su proceso de civilización debido al accionar de unas fuerzas por el denominadas centrífugas y centrípetas y porqué Alemania tuvo un proceso tardío en relación con los demás países de Europa, debido a que el imperio era una unidad de magnitud muy distinta a la de los otros países, sus diferencias geográficas y sociales daba gran ímpetu a las fuerzas localistas y centrífugas.

Podría decirse que un rasgo característico de superación para la construcción de Estados Nacionales es que las fuerzas centrífugas desaparezcan y se concentre el poder, pero, cómo bien lo señala Elías, en estos estados Nacionales donde hay unas clases sociales, que luchan entre si por el monopolio del poder, gracias a la “presión competitiva” el concepto de democracia y su sustento el de la participación y el de la representación de los sectores sociales a través de los partidos ha sido uno de los aspectos más importantes en la consolidación de estos estados Nacionales. Llama la atención trayendo este análisis a las discusiones actuales sobre la terminación del Estado con el nuevo desarrollo del capitalismo, donde se dice que el mercado ya no necesita estas fronteras pero en la práctica para generar fuerzas centrífugas que anarquicen el globo, el papel centralizador del estado ha cobrado más fuerza y por ello se les ha dejado el uso del monopolio de la fuerza y de la justicia para contrarrestar brotes de tensiones y unificaciones sociales que pudieran entrar a erosionar el poder central económico global, pero que necesita al igual que en la conformación de los monopolios monárquicos, un control territorial localizado que responda a las necesidades de la “familia” financiera que se encuentra en este momento en el poder.

Lección 8. Miradas de la Sociología: Pierre Bourdieu

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Aunque en la anterior lección se hizo referencia a este autor, se considera pertinente volver a él teniendo en cuenta sus grandes aportes a la Sociología de hoy. ―PERFIL BIOGRÁFICO PIERRE BOURDIEU: (1930 – 2002) ―Nacido en 1930 en Denguin (Pirineos Atlánticos), Francia. A los 25 años ejerce como profesor en el Instituto de Moulins (Allier) y, más tarde, en Argelia, París y Lille. Profesor en la École Normale Superiure (1964-1984). Entre 1964 y 1980 es director de la L’École Pratique de Hauts Études y catedrático de Sociología en el College de France desde 1981. Director del Centro de Sociología Europea, en sustitución de Raymond Aron, con quien trabajó previamente, y de la Escuela Superior de Ciencias Sociales (1985-2002). Director de la revista Actes de la Recherche en Sciences Sociales (1975-2002). Doctor 'honoris causa' de las universidades Libre de Berlín (1989), Johann-Wolfgang-Goethe de Francfort (1996) y Atenas (1996). A los 28 años aparece su libro Sociologie de l’Algérie (1958). Dos de sus primeros textos, que publica junto a Jean-Claude Passeron en 1964, hacen referencia a la sociología de la educación, uno de los ámbitos recurrentes de sus análisis: Les étudiants et leurs études y Les héritiers. Les étudiants et la culture, publicadas el mismo año en el que aparece Les fonctions sociales de la photographie. Un año después, en 1965, publica Un art moyen. Essais sur les usages sociaux de la photographie y Rapport pédagogique et communication.

Su producción es muy extensa. Así, en 1973 aparece Fondements d’une théorie de la violence symbolique. Reproduction culturelle et reproduction sociale, escrita con Jean-Claude Passeron; tres años después, en 1976, Le système des grandes écoles et la reproduction de 47


la classe dominante. Además, entre otras muchas obras, publica La distinction. Critique sociale du jugement (1979), Ce que parler veut dire. L'économie des échanges linguistiques (1982), Homo academicus (1984), La Noblesse d'état. Grandes écoles et esprit de corps (1986), Les règles de l'art. Genèse et structure du champ littéraire (1992), pero alcanza su mayor éxito con La misére du monde (1993), donde denuncia el sufrimiento social, que bebe en las fuentes marxistas y en el pensamiento de Michel Foucault, y traza, en una combinación de sociología y antropología social, la radiografía de la exclusión social, de los desheredados de la modernización, del progreso tecnológico y de la globalización.

El discurso de Bourdieu, que ya se había manifestado con matices críticos antes de mayo del 68, se acentúa en los últimos años de su vida con nuevas argumentaciones contra el neo-liberalismo y en favor de la sociedad civil y del naciente foro social mundial, participando cerca de los sindicatos, de las organizaciones no gubernamentales, de los emigrantes y de las asociaciones cívicas contra las posiciones neoliberales

que

nutrían

el discurso

de

la

sociedad

llamada

postmoderna. Bourdieu fue uno de los fundadores de la editorial LiberRaisons d'agir, impulsora del movimiento Attac. Falleció, como consecuencia de un cáncer, en 2002. Según el diario parisino Le Monde, era el intelectual francés más citado en la prensa mundial‖. 4

La Sociología como análisis: En el libro, Respuestas por una Antropología Reflexiva, en la que se presenta una entrevista realizada al autor, se habla sobre los dos conceptos fundamentales de su teoría “Campo” y Habitus” y como se 4

Tomada de: www.infoamerica.org/teoria/bourdieu1.htm

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articulan en la sociología reflexiva, “una sociología encaminada a difundir medios de defensa contra la dominación simbólica‖. (Bourdieu P. y., 1995, pág. 18)

Como ya se había expresado anteriormente, la propuesta de Bourdieu, articula dos miradas: La estructuralista y la constructivista: en un primer movimiento las estructuras objetivas las considera como espacio de posiciones, la distribución de los recursos socialmente eficientes que definen las coerciones externas limitativas de las interacciones y representaciones. Y en un segundo movimiento reintroduce la experiencia inmediata de los agentes para explicar las categorías de percepción y apreciación (disposiciones) que estructuran desde adentro sus acciones y representaciones (tomas de posición). El mayor énfasis en la teoría de Bourdieu esta no en la mirada objetivista sino en la mirada subjetiva “esto porque el enfoque de los agentes también varía de manera sistemática en función del sitio que ocupan en el espacio social objetivo‖. (Bourdieu P. y., 1995) De esto se desprende que hay una ―correspondencia entre la estructura social y las estructuras mentales, entre las divisiones objetivas del mundo social, sobre todo dominantes y dominados en los diferentes campos y los principios de visión y división que les aplican los agentes‖. (Bourdieu P. y., 1995, pág. 21)

Bourdieu toma de Durkheim y Mauss la propuesta que hacen en el

estudio

“Algunas formas primitivas de clasificación según la cual “los sistemas cognitivos vigentes en las sociedades primitivas se derivan de sus sistemas sociales: las categorías del entendimiento que subyacen a las representaciones colectivas se organizan con arreglo a la estructura social de grupo‖. (Bourdieu P. y., 1995, pág. 21) Bourdieu toma este planteamiento y lo proyecta en cuatro direcciones: La primera: la correspondencia entre estructuras cognoscitivas y estructuras sociales que se observa en las sociedades pre capitalistas existe también en las 49


sociedades avanzadas donde su homología es producto en su mayor parte del funcionamiento del sistema escolar.

La segunda: propone que las divisiones sociales y los esquemas mentales son estructuralmente homólogos (análogos, equivalentes, no iguales)

por estar

genéticamente ligados y que los esquemas mentales resultan de la incorporación de las divisiones sociales.

La tercera:

la correspondencia entre estructuras sociales y estructuras mentales

no se limita a definir nuestra percepción política del mundo social; también cumple funciones eminentemente políticas. Los sistemas simbólicos no son meros instrumentos de conocimiento; también son instrumentos de dominación (ideología para Marx). En su calidad de operadores de integración cognoscitiva, promueven por su propia lógica, la integración social de un orden arbitrario. Los sistemas simbólicos son productos sociales que producen el mundo, que no solo reflejan las condiciones sociales sino que también contribuyen a construirlas. Por lo anterior entonces se podría afirmar que es posible, dentro de ciertos límites, transformar al mundo transformando su representación.

La cuarta: los sistemas de clasificación constituyen la postura de las luchas que oponen a los individuos y los grupos en las interacciones rutinarias de la vida cotidiana, lo mismo que en las contiendas individuales y colectivas que se verifican en los campos de la política y la producción cultural. “Las estructuras sociales y cognoscitivas están ligadas recursiva y estructuralmente, y la correspondencia que existe entre ellas ofrece una de las garantías más sólidas de la dominación social‖. (Imponer la interpretación del mundo más acorde a sus intereses particulares). ―La sociología del conocimiento o de las formas culturales es una sociología 50


política, es decir una sociología del poder simbólico. La obra de Bourdieu puede interpretarse en su conjunto, como una antropología materialista de la contribución específica que la violencia simbólica aporta, en sus diversas formas a la reproducción y transformación de las estructuras de dominación‖. (Bourdieu P. y., 1995, pág. 21)

La metodología de Pierre Bourdieu está centrada en la articulación entre la práctica y la teoría, tomando lo cotidiano como algo problemático, develando las estructuras de dominación que allí se alojan y uno de los centros de la dominación es la forma como analizamos el entorno. En el texto sobre la

Dominación,

Bourdieu plantea que la incidencia del sistema educativo es tan profunda que no nos deja ver en la realidad sino lo que es relevante para las formas hegemónicas de educación, solo podemos identificar los problemas de la sociedad que se acercan a las variables de investigación que nos son inculcadas desde el sistema hegemónico de la educación. Este punto de vista es el que problematiza Bourdieu cuando plantea el socio análisis, es decir,

cuestionar el porqué investigamos

como investigamos, las categorías que utilizamos y las doxas (conjunto de opiniones comunes, creencias establecidas, ideas recibidas que se aceptan sin discusión. Se dice también del sentido común) que damos por sentadas de la realidad son los principales objetos de estudio en la propuesta de Bourdieu.

En todos sus escritos Bourdieu considera que es tarea de la Sociología revelar las estructuras ocultas de los diversos mundos sociales, así como también los mecanismos que permiten su reproducción y transformación. Ese universo social está conformado por unas estructuras que llevan doble vida: la primera es la objetivación relacionada con la distribución de los recursos materiales, modos de apropiación de bienes y valores escasos o no renovables, y, la segunda bajo la

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forma de clasificación de los esquemas mentales y corporales que se traducen en conductas, pensamientos y juicios de los actores sociales (agentes sociales). 5

Una de las bases de su cuestionamiento es el papel histórico de una institución (la universidad)

cuya misión socialmente reconocida es la de reivindicar la

objetividad y la universalidad de sus propias objetivaciones. El propósito de esta investigación (Bourdieu), existía la intención de invertir la relación “natural” del observador con el universo que él estudia, de volver exótico lo familiar y familiar lo exótico, es

decir reflexionar sobre lo que se considera natural lo evidente. y

demostrar en la práctica la posibilidad de una objetivación sociológica completa tanto del objeto como de la relación del sujeto con el objeto (objetivación participante).

Objetivizar significa que en el proceso de investigación para

delimitar un tema se debe aislar para poder estudiarlo, pero, existe aquí una crítica sobre la mirada de la ciencia que busca la objetividad, intentando separar al investigador del objeto. Bourdieu explica que desde que se selecciona el objeto para estudiar, está implícita la mirada del mundo de ese investigador, su subjetividad, su formación, su posición de clase, su lugar de origen etc.

Uno de los errores de las ciencias sociales reside en la relación incontrolada con el objeto, esta relación no analizada es proyectada en el objeto de análisis. Muchos sociólogos que se dedican a objetivar el mundo social tienen que empezar por aprender a objetivarse a si mismos porque con frecuencia ignoran que su discurso que aparentemente es científico, trata menos del objeto estudiado que de su relación con él.

5

Los agentes son activos y eficaces en la medida en que no se reducen a lo que se entiende ordinariamente

por noción de individuo y que, como organismos socializados, están dotados de un conjunto de disposiciones que implican al mismo tiempo la propensión y la capacidad necesarias para entrar en el juego y participar.

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¿Qué tipo de objetivación es la que pide Bourdieu?: La autentica objetivación exige algo más que llamar la atención sobre los orígenes sociales, étnicos o sexuales del productor cultural. Se trata de objetivar su posición en el universo de la producción cultural; en este caso en el campo universitario o científico. Este campo es un mundo social dentro del cual los agentes persiguen metas de una clase muy particular y obedecen a intereses que pueden ser totalmente desinteresados en otros sentidos. Dentro del análisis social existe una “parcialidad” es decir que para estudiar, hablar, tomar una parte del mundo social, es necesario abstraerlo de una forma más o menos completa. Esta parcialidad consiste en que en el discurso científico se olvida reconocer que las teorías son productos de enfoques. Frente a la pregunta sobre la relación teoría práctica: Bourdieu dice que un modelo exacto de la realidad debe tener en cuenta la distancia que separa al modelo de la experiencia práctica de los agentes (quienes ignoran el modelo) y que hace que los mecanismos descritos funcionen con la “complicidad” inconsciente de estos agentes, como por ejemplo ocurre en la Universidad donde el modelo teoricista no es cuestionado sino que se asume como una verdad.

El autor también incluye un interesante concepto que denomina la violencia simbólica: se refiere a esas cosas que son cotidianas; que no se cuestionan, pero que, cuando se hacen visibles incrementan la violencia contra las y los que llaman la atención sobre lo no natural de lo cotidiano. Es importante reconocer que lo simbólico es lo menos cuestionado, el lenguaje es lo mas naturalizado, los símbolos sociales se han institucionalizado gracias a los refuerzos de la Familia, la Iglesia, la Escuela y los medios de comunicación; estos últimos son hoy en día el eje articulador de los símbolos dominantes a nivel global, y regional, son los máximos reforzadores de lo simbólico, de los gestos, las palabras, las puestas en escena que ratifican los mensajes, las ediciones de la realidad. 53


Para Bourdieu, se debe llamar la atención sobre los actos cotidianos donde se aloja la dominación: ―La violencia simbólica, violencia amortiguada,

insensible e invisible

para sus propias víctimas, que se ejerce esencialmente a través de de los caminos puramente simbólicos de la comunicación y del conocimiento, o más exactamente del desconocimiento. Esta relación social extraordinariamente común ofrece por tanto una ocasión privilegiada de entender al lógica de la dominación ejercida en un principio simbólico conocido y admitido tanto por el dominador como por el dominado‖. (Bourdieu P. , 1998, pág. 12).

La capacidad de entender los mensajes de los medios de comunicación, están determinadas por la capacidad que tiene cada individuo para entender lo que se comunica en el espacio donde se desenvuelve, esto requiere que aceptemos las formas legitimadas de interpretación, el ejemplo clásico es el cine, si no conocemos los símbolos que utiliza el cine para narrar no entendemos la historia. Para Pierre Bourdieu, esta “violencia simbólica responde a la desigual distribución del capital lingüístico y cultural estableciendo un sistema de censuras que reproduce la dominación en el campo simbólico, traduciendo la lucha de clases en un sistema de intercambios comunicativos. El lenguaje como institución renueva la estructura dominante de distribución desigual del capital cultural, legitima la desigualdad, naturaliza la exclusión y participa en la reproducción del orden social, imponiendo la violencia simbólica, induciendo códigos, pero otorgando, a la vez la fantasía de la libertad, la creación y el mérito individual”6

6

Comentario que hace Luis Enrique Alonso sobre Pierre Bourdieu en relación con el texto: El Lenguaje y la Comunicación en :www.unavarra.es/puresoc/es/c_textos.htm

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Hablar de este habitus de interpretación es reconocer que hay una forma hegemónica de interpretación de la realidad social, política, cultural de género etc, que les es muy favorable para seguir tanto en el poder local, regional como ahora global. Una vez reconocido se debe tratar de cuestionar esa naturalización de la interpretación, buscando esas otras formas de interpretación simbólica que existen y tratar de posicionarlas, como ha ocurrido con una subversión del lenguaje al darle al lenguaje un espacio a las formas de denominación femenina que al principio tuvo una gran resistencia pero poco a poco se ha ido imponiendo ampliando los marcos de interpretación.

Dentro de la producción simbólica que atraviesan los procesos comunicativos, mediados por distintos canales de transmisión, se conforman estructuras simbólicas en la sociedad que permiten que los procesos hegemónicos de dominación política, cultural, religiosa, de género etc, cuenten con la aceptación del conglomerado social y que resulte difícil transformarlos con solo cambios de poder, cuando las estructuras siguen inermes dentro del sujeto, pero sobre todo encontrar las formas propias que la sociedad tiene para transformar y reinterpretar las simbologías hegemónicas, y construir sus propias interpretaciones, pero esto no es posible sin reconocer primero que se está inmerso en interpretaciones dadas desde afuera desde unos intereses sociales, culturales, políticos, económicos.

Lección 9. Miradas de la Sociología: Zygmunt Baummant ―Nacido en Poznan (Polonia), de familia judía, huyó a la Unión Soviética tras la ocupación nazi. Estudió y se doctoró en la Universidad de Varsovia, de la que fue profesor durante más de quince años. En 1968, emigró a Israel, donde impartió docencia en la Universidad de Tel Aviv y, más tarde, se trasladó al Reino Unido, como profesor de la Universidad de Leeds (1971-90). Es profesor emérito de la Universidad 55


de Varsovia, premio europeo Amalfi de Sociología y Ciencias Sociales (1992) y premio Theodor W. Adorno (1998).

El pensamiento crítico de Bauman parte del marxismo ortodoxo de su primera etapa biográfica, posteriormente abierto por la especial influencia de Antonio Gramsci. Sus análisis giran en torno a la vida cotidiana y a la aceleración de los cambios sociales bajo las marcas de la globalización y la posmodernidad. Transformaciones que acentúan la disolución de las instituciones sociales, la inducción del individualismo como debilitamiento de lo colectivo y la prevalencia del relativismo ético de los intereses comerciales.

Modernidad líquida advierte que lo persistente, lo duradero, lo sólido son valores del pasado. El tiempo de la modernidad líquida es fluido, cambiante, diluyente... está desregulado, propende a la privatización del espacio público, a la desaparición del público en estado sólido, que es su dimensión social organizada, y a la fluidez del individuo. Conceptos que Bauman traslada al plano de las relaciones personales, a la dilución de los vínculos afectivos estables, víctimas de la esterilización afectiva a la que conduce la comercialización de la vida, en Amor líquido. Acerca de la fragilidad de los vínculos humanos.

La lectura crítica de Bauman nos lleva a una sociedad sitiada por los medios de comunicación y la construcción de un imaginario atomizado, donde el individuo carece de fuerza. En el tiempo de la posmodernidad, la ética tiene una naturaleza relativista, acomodaticia, que varía en función de los valores dominantes de la economía, en la que desaparecen conceptos como las obligaciones sociales, el compromiso solidario, la noción de humanidad, en una especie de crepúsculo del 56


sentido del deber. Los medios de comunicación y, en especial, la televisión, dependientes e integrados en las esferas del poder económico, crean la nueva atmósfera, la hegemonía dictada por la inducción del individualismo. Por ello, la crítica no es sobre la televisión o los medios en sí, sino sobre la sociedad que produce ese sistema de medios‖7.

A continuación y con el fin de que los y las estudiantes, se transcribe la entrevista realizada por Juana Libedinsky

y publicada en el periódico “La Nación” de

Argentina el 26 de diciembre de 2004: ―LONDRES.- Para muchas personas la jubilación es particularmente traumática porque la ven como símbolo del fin de su vida útil profesional. Esa gente haría bien en recordar a Zygmunt Bauman. Si bien el eminente sociólogo polaco desarrolló una intensa carrera en Europa durante varias décadas, fue a partir de 1990, después de su alejamiento de las aulas de la Universidad de Leeds, cuando además de hacerse cargo de toda la cocina en el hogar desplegó su más prolífica producción intelectual.

Florecimiento tardío, lo llamaron algunos. Otros directamente se refieren al "fenómeno Bauman". La realidad es que, al borde de los 80 y sacando casi un libro por año, se ha convertido en el nuevo protagonista del debate sociológico contemporáneo con conceptos como "modernidad líquida", también título de uno de sus libros más importantes, en el que desarrolla la idea de que cuando lo público ya no existe como sólido, el peso de la construcción de pautas y la

7

Tomado textualmente de: www.infoamerica.org/teoria/bauman1.htm

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responsabilidad del fracaso caen total y fatalmente sobre los hombros del individuo. "Nos gustan los nudos que atan fuerte, pero que se pueden deshacer con facilidad en cualquier momento, lo cual suele ser fuente de sufrimiento, auto recriminación y una conciencia muchas veces intranquila -dice en diálogo con LA NACIÓN. El tema es parte de las reflexiones de Liquid Love (Amor líquido), libro que acaba de salir en inglés y en el que analiza cómo afecta a los vínculos amorosos la sociedad líquida en la que vivimos. "Lo que nos gustaría, en realidad dice-, es poder poner en cada relación un cartel de que se trata de un compromiso hasta nuevo aviso´".

No es una visión particularmente alegre, pero varios de sus colegas aseguran que se trata de un pesimismo vinculado con su origen. Bauman es un polaco judío que sobrevivió a la Segunda Guerra refugiándose en la Unión Soviética; más tarde, en 1968, durante una nueva oleada de antisemitismo en la Universidad de Varsovia, debió abandonar nuevamente su país y, esa vez, recaló en Israel para irse luego, en 1972 y, ya definitivamente, a Inglaterra.

El pesimismo de Bauman puede rastrearse en muchas de sus obras entre otras, Modernidad y Holocausto, La globalización: consecuencias humanas, Comunidad, Etica posmoderna y La sociedad sitiada- en las que se ocupa de temas como el Holocausto, los desafíos de la globalización, las encrucijadas de la ética y la pérdida del sentimiento comunitario.

Sin embargo, el de Bauman es también un mensaje de esperanza: "¿Por qué escribo libros? ¿Por qué pienso? ¿Por qué soy apasionado? 58


Porque las cosas pueden ser distintas, pueden mejorar. Mi papel es el de alertar a la gente sobre los peligros que acechan para que hagan algo", dice este confeso fanático de Borges: "Aprendí de él, más que de ningún sociólogo, sobre la condición humana, sobre la lealtad a la vocación de conocimiento y sobre los límites de nuestra capacidad de comprensión. Cuentos como "Tlön, Uqbar, Orbis Tertius", "Pierre Menard", "La biblioteca de Babel", "El inmortal", entre tantísimos otros, son para mí los ejemplos supremos de lo que la sociología podría llegar a descubrir si pudiera (¿o se le permitiese, quizás?) admitir la ambivalencia incurable del "ser humano en su mundo" y el exceso de preguntas que nacen de este ser muy por encima de las respuestas que él mismo puede dar."

Lo han llamado "el profeta de la posmodernidad" pero no es un título que lo convenza

demasiado. "Posmodernidad era un término

puramente negativo y, por lo mismo, un concepto interino, temporario. Señalaba que nuestro mundo no era moderno en el sentido tradicional del término y que era lo suficientemente distinto como para requerir una nueva denominación, pero no nos decía de qué manera el mundo nuevo era diferente de su predecesor. Modernidad líquida es un término positivo: señala la diferencia que es la volatilidad. La característica definitoria de los líquidos es la imposibilidad de mantener su forma y, a la vez, su vulnerabilidad. Eso es precisamente lo que diferencia a la sociedad actual de aquella de la modernidad en su fase sólida, que buscaba ser duradera y resistente al cambio", explica.

¿Por qué sostiene en su libro que esta nueva sociedad está sitiada?

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Porque aquello que seguimos llamando sociedad, esa cualidad imaginaria en la que política y poder confluyen, está siendo atacado por dos frentes. Por un lado el poder se está evaporando hacia arriba, al espacio planetario, que es el dominio de los negocios extraterritoriales. Por el otro, la política se escapa hacia el espacio de las fuerzas del mercado y de lo que llamo la "política de la vida": el espacio de los individuos con alianzas tenues que tratan con esmero -pero con resultados prácticamente nulos- de encontrar soluciones privadas a los problemas públicos. Las instituciones políticas heredadas de los tiempos en que el poder y la política estaban al nivel del Estado-nación moderno se mantienen atadas a una localidad exactamente como antes, sin la posibilidad de resistir -y ni qué hablar de controlar- las presiones

de

los

poderes

globales.

De

esta

manera

están

imposibilitadas de desempeñar sus papeles tradicionales y los ceden a las fuerzas del mercado o las dejan abiertas a la iniciativa y a la responsabilidad individual. El resultado final es el sentimiento generalizado de que cada uno de nosotros está por las suyas, de que nada se gana uniendo las fuerzas y preocuparse por una buena sociedad es una pérdida de tiempo: es el debilitamiento de la solidaridad social con la consecuente fragilidad de los lazos humanos.

¿Cómo influye esto en nuestra búsqueda de la felicidad? La nuestra es una sociedad crecientemente individualizada, en la cual el ser competitivo, más que solidario y responsable, es considerado clave para el éxito. Y dado que la felicidad de larga duración, la felicidad que crece en el tiempo gracias a su cultivo cuidadoso y paciente, es concebible sólo en un entorno predecible y en el que se respeten las normas, la búsqueda de momentos felices o de éxtasis episódicos está tendiendo a reemplazarla. La felicidad es vista como momentos, como 60


encuentros breves, más que como un derivado de la consistencia, la cohesión, la lealtad y el esfuerzo a largo plazo que sostenían la mayor parte de los filósofos modernos.

¿Y cómo afecta a las relaciones humanas, sobre todo al amor? Hace que las relaciones entre las personas se vuelvan de una extrema ambivalencia y ansiedad. Por un lado, en un ambiente líquido necesitamos amigos más que en ningún otro momento del pasado. Por otro lado, sin embargo, la amistad es un tango para dos y requiere de un compromiso firme y permanente, que nos puede atar las manos en caso de que la situación cambie y aparezcan nuevas oportunidades más atractivas. El problema es que esas condiciones no son las ideales para que florezcan la verdadera amistad, ni el amor.

¿Por qué considera que el eslogan "pensar globalmente, actuar localmente" es hoy errado y peligroso? Los problemas generados globalmente pueden ser resueltos solamente por una acción global. Hay dos posibles repuestas a la dependencia global. Una es la estrategia de atrincherarse: cerrar todas las puertas con llave con la esperanza de poder crear para nosotros un pequeño nicho de seguridad frente al territorio salvaje que hay afuera. Es la estrategia equivocada, porque en el planeta globalizado la democracia, la seguridad o el bienestar de un solo país es imposible. Nadie puede sentirse seguro a menos que habite un planeta seguro. La segunda alternativa, y para mí la única lógica, es la responsabilidad global, que significa aceptar la responsabilidad que ya de hecho cargamos, a sabiendas o no, del bienestar y la supervivencia de los demás, y actuar de acuerdo con esa responsabilidad.

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¿Pero es posible la convivencia pacífica en un contexto en el cual un grupo (como el fundamentalismo islámico hoy) tiene capacidad de actuar en cualquier lugar, y los países y ciudadanos están temerosos de sus propias minorías? Es que prácticamente no hay alternativa a intentar vivir juntos en paz y respeto mutuo (es decir, la otra alternativa, la única, es morir juntos). Para tomar un concepto de Claude Lévi-Strauss, podemos decir que en la era de la modernidad clásica, "sólida", los problemas que menciona eran atacados por una combinación de estrategias antropofágicas (es decir que se "devoraba" a las minorías étnicas, culturales, religiosas o lingüísticas a través de la asimilación forzosa) y antropoémicas (se las forzaba a emigrar o directamente se las aniquilaba físicamente). Ninguna de estas dos estrategias puede llevarse a cabo hoy sin una condena global y, con un poco de suerte, con acción acorde, como ocurrió en Bosnia y Kosovo pero no, para nuestra vergüenza, en Ruanda y muchos otros lugares. La única ruta que está abierta es la de aprender a respetar al otro y negociar un modus vivendi a través de un diálogo que se mantenga en el tiempo. No digo que sea fácil, pero sí insisto en que en nuestros tiempos, como nunca antes, las demandas éticas y los intereses propios de la supervivencia apuntan en la misma dirección y sugieren idénticas estrategias.

¿Cómo se evita afectar a la gente inocente de una cultura o religión considerada una amenaza, al tiempo que se refuerzan las medidas de seguridad? Estereotipar a los otros, ponerlos en una categoría "culpable" y por lo tanto convertirlos en sospechosos a priori es la peor y más ineficiente manera que uno puede imaginar de reforzar la seguridad. Ningún terrorista puede hacer tanto daño a nuestra seguridad como nosotros 62


mismos al responder a sus amenazas coartando los derechos humanos de tal manera. La presencia de otros en nuestro ambiente implica, por supuesto, un riesgo, pero significa también una gran oportunidad de aprender el arte de la convivencia mutuamente beneficiosa. Es decir, tratar al otro como nos tratamos a nosotros mismos: no como una categoría predefinida sino como un conjunto de individuos, buenos o malos, razonables o no, pero todos pertenecientes a la misma especie humana, con lo mismos sueños y con las mismas cosas sin las cuales no podemos vivir. Las lágrimas de las madres que perdieron a su hijo, o las de los niños que quedaron huérfanos parten el corazón y son igualmente amargas en cualquier cultura o religión.

Ya no nos sirve "posmodernidad". ¿Tampoco sirve un término como "multiculturalismo"? Repito: en un planeta globalizado no hay "afuera", no hay "tierra de nadie" a la cual "los otros" puedan ser deportados. Las diferencias culturales y todas las otras están aquí para quedarse. Pero "multiculturalismo" puede entenderse de dos maneras muy distintas. La manera incorrecta: toda idiosincrasia cultural es igualmente buena e intocable sólo por ser idiosincrásica. Y está la manera correcta: aquí estamos todos, tan diferentes como la historia nos ha hecho y, porque somos diferentes pero todos humanos, cada uno de nosotros debe enriquecer el contenido de nuestra común humanidad a través de la convivencia. Esa convivencia debe incluir, claro, como es habitual entre amigos, un debate continuo y serio sobre los valores y los méritos de cada

contribución.

Porque

inevitablemente

algunas

soluciones

culturales a problemas humanos compartidos son mejores que otras, y son las mejores las que más van a contribuir a la causa de la felicidad humana‖. (Libedinsky, 2004) 63


Lección 10. Miradas de la Sociología: ¿Donde está la Franja Amarilla? Hasta ahora se ha realizado un recorrido por los enfoques y miradas de la Sociología de una manera general pero es interesante que se conozca una visión de lo que ha sido la historia política de nuestro País, desde la perspectiva de un colombiano que sin ser sociólogo, ha incursionado en el análisis crítico y juicioso de las principales problemáticas que nos aquejan. En el siguiente ensayo hace un recuento de lo que ha sido la historia política desde la colonia hasta la fecha y que permiten una explicación desde la visión de la pisco génesis y la socio génesis que plantea Norbert Elías. Los invito a disfrutar de este documento. William Ospina (Padua, Tolima, 1954), poeta, ensayista y traductor. Premio Nacional de Poesía Colcultura, 1992. Ha publicado entre otros libros "Esos extraños prófugos de Occidente" (Norma, 1994), "Un álgebra embrujada" (Norma, 1995) y "¿Con quién habla Virginia caminando hacia el agua? (Norma, 1995). ―Hace poco tiempo una querida amiga norteamericana me confesó su asombro por la situación de Colombia. "No entiendo -me decía-, con el país que ustedes tienen, con el talento de sus gentes, por qué se ve Colombia tan acorralada por la crisis social; por qué vive una situación de violencia creciente tan dramática, por qué hay allí tanta injusticia, tanta inequidad, tanta impunidad. ¿Cuál es la causa de todo eso?". Por un momento me dispuse a intentar una respuesta, pero fueron tantas las cosas que se agolparon en mí que ni siquiera supe cómo empezar. Sentí que aunque hablara sin interrupción la noche entera, no lograría transmitirle del todo las explicaciones que continuamente me doy a mí mismo, tratando de entender el complejo país al que pertenezco. Por otra parte, entendí que muchas de mis explicaciones no le habrían

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gustado a mi amiga, o la habrían puesto en conflicto con su propia versión de la realidad. Es frecuente para nosotros oír de labios generosos la deploración de esas desdichas y el asombro ante nuestra incapacidad para resolverlas. El primer asunto es, pues, preguntarse si de verdad la sociedad colombiana vive una situación excepcionalmente trágica, si es tan distinta esta realidad de la del resto de los países, o al menos de los países del llamado tercer mundo. Mi respuesta es que sí. Colombia es hoy el país con mayor índice de criminalidad en el planeta, y la inseguridad va convirtiendo sus calles en tierra de nadie. Tiene a la mitad de su población en condiciones de extrema pobreza, y presenta al mismo tiempo en su clase dirigente unos niveles de opulencia difíciles de exagerar. Muestra uno de los cuadros de ineficiencia estatal más inquietantes del continente, al lado de buenos índices de crecimiento económico. Muestra fuertes niveles impositivos y altísimos niveles de corrupción en la administración. Muestra unas condiciones asombrosas de impunidad y de parálisis de la justicia y al mismo tiempo una elevada inversión en seguridad, así como altísimos costos para la ciudadanía en el mantenimiento del aparato militar. Muestra las más deplorables condiciones de desamparo para casi todos los ciudadanos, y sin embargo es un país donde no se escuchan quejas, donde prácticamente no existen la protesta y la movilización ciudadana: una suerte de dilatado desastre en cine mudo. Esto último es pasmoso. La visible pasividad de la sociedad colombiana alarma a los visitantes. En las recientes huelgas que conmocionaron a Francia pudo verse cómo una sociedad que vive relativamente bien en términos económicos y protegida por un Estado responsable, sabe reaccionar en bloque ante todo lo que la lesione, no se deja pisotear en sus derechos y se resiste a que se menoscaben los privilegios que ha 65


conquistado. Ver a los franceses marchando por las calles, armando barricadas ante un gobierno cuya legitimidad no desconocen, y haciendo temblar a las instituciones, nos confirma que Francia es el país de la Revolución, que ese país es respetable porque tiene orgullo y porque tiene dignidad, porque sabe de lo que es capaz cuando sus gobernantes olvidan que son pagados por el pueblo y que son apenas los representantes de su voluntad. Ante ese ejemplo se hace más incomprensible que una sociedad como la colombiana (donde ni siquiera los sectores fabulosamente ricos pueden sentirse satisfechos, pues el Estado que sostienen ya ni siquiera les garantiza la vida, donde nadie está protegido, donde el Estado no cumple sus más elementales deberes y donde todos los días ocurren cosas indignantes) sea tan incapaz de expresarse, de exigir, de imponer cambios, de colaborar siquiera con su presión o con su cólera a las transformaciones que todos necesitamos. ¿Qué es lo que hace que Colombia sea un país capaz de soportar toda infamia, incapaz de reaccionar y de hacer sentir su presencia, su grandeza?

Muchos aventuran la hipótesis de que esa aparente pobreza de espíritu y esa debilidad de carácter se deben a las características biológicas y genéticas de la población: sería, pues, la expresión de una fatalidad ineluctable. Otros sostienen lo mismo con respecto a los índices de criminalidad: revelarían una incurable enfermedad, y harían de nosotros un pobre pueblo sin salvación y sin remedio. Pero la verdad es que nuestros índices de violencia y nuestra actual ineptitud política son hechos históricos susceptibles de explicación. Más aún, se diría que las explicaciones son tan evidentes e incluso tan sencillas que se requiere estupidez o malevolencia para aventurar dictámenes fatalistas. Ninguna persona sensata sostendría que por el hecho de haber precipitado en 66


cinco años la muerte de 50 millones de seres en condiciones de crueldad y de sevicia escandalosas, la sociedad europea revele una patología siniestra e incurable. Ninguna persona sensata sostendría que por el hecho de que la sociedad estadounidense haya sacrificado medio millón de personas en tres años de guerra para impedir su propia Secesión y haya alentado después la Secesión de Panamá para hacerse al canal interoceánico más importante del mundo, de que haya participado en las guerras de Nicaragua, haya arrojado bombas atómicas sobre ciudades japonesas, haya invadido Vietnam, haya apoyado a los peores dictadores del Caribe y de Centroamérica, y haya bombardeado a Bagdad, eso signifique que los norteamericanos padecen de alguna monomanía agresiva irremediable. Los historiadores vendrán en nuestro auxilio para explicarnos las precisas condiciones históricas que llevaron a aquellas sociedades y a sus gobiernos a participar en esas realidades escabrosas.

Colombia vive momentos dramáticos, pero quien menos le ayuda es quien declara, por impaciencia, por desesperación o por mala fe, que esas circunstancias son definitivas, o que obedecen a causas ingobernables. Más bien yo diría que lo que vivimos es el desencadenamiento de numerosos problemas represados que nuestra sociedad nunca afrontó con valentía y con sensatez; y la historia no permite que las injusticias desaparezcan por el hecho de que no las resolvamos. Cuando una sociedad no es capaz de realizar a tiempo las reformas que el orden social le exige para su continuidad, la historia las resuelve a su manera, a veces con altísimos costos para todos. Y lo cierto es que Colombia ha pospuesto demasiado tiempo la reflexión sobre su destino, la definición de su proyecto nacional, la decisión sobre el lugar que quiere ocupar en el ámbito mundial; ha pospuesto 67


demasiado tiempo las reformas que reclamaron, uno tras otro, desde los tiempos de la Independencia, los más destacados hijos de la nación. Casi todos ellos fueron sacrificados por la mezquindad y por la codicia, y hoy es larga y melancólica la lista de lúcidos y clarividentes colombianos que soñaron un país grande y justo, un país afirmado en su territorio, respetuoso de su diversidad, comprometido con un proyecto verdaderamente democrático, capaz de ser digno de su riqueza y de su singularidad, y que pagaron con su vida, con su soledad o con su exilio el haber sido fieles a esos sueños.

Si hay algo que nadie ignora es que el país está en muy malas manos. Quienes se dicen representantes de la voluntad nacional son para las grandes mayorías de la población personas indignas de confianza, meros negociantes, vividores que no se identifican con el país y que no buscan su grandeza. Pero ello no es nuevo. Si algo caracterizó a nuestra sociedad desde los tiempos de la Independencia, es que sistemáticamente se frustró aquí la posibilidad de romper con los viejos esquemas coloniales. Colombia siguió postrada en la veneración de modelos culturales ilustres, siguió sintiéndose una provincia marginal de la historia, siguió discriminando a sus indios y a sus negros, avergonzándose de su complejidad racial, de su geografía, de su naturaleza. Esto no fue una mera distracción, fue fruto del bloqueo de quienes nunca estuvieron interesados en que esa labor se realizara. Desde el comienzo hubo quien supo cuáles eran nuestros deberes si queríamos construir una patria medianamente justa e impedir que a la larga Colombia se convirtiera en el increíble nido de injusticias, atrocidades y cinismos que ha llegado a ser. No podríamos decir que fue por falta de perspectiva histórica que no advertimos cuan importante es para una sociedad reconocerse en su territorio, explorar su 68


naturaleza, tomar conciencia de su composición social y cultural, y desarrollar un proyecto que, sin confundirlos, agrupe a sus nacionales en unas tareas comunes, en una empresa histórica solidaria.

Siempre pienso en eso que no hicimos a tiempo cuando recuerdo aquellos hermosos versos que leyó Robert Frost en la posesión de John Kennedy, donde declara la clave del destino de los Estados Unidos; cómo ese país que es históricamente nuestro contemporáneo cumplió una tarea que aún nosotros no hemos cumplido: Esta tierra fue nuestra antes de ser nosotros de esta tierra. Fue nuestra más de un siglo antes de convertirnos en su gente. Fue nuestra en Massachusetts, en Virginia, pero éramos colonos de Inglaterra, poseyendo una cosas que aún no nos poseían, poseídos de aquello que ya no poseíamos. Algo que nos negábamos a dar gastaba nuestra fuerza, hasta entender que ese algo fuimos nosotros mismos, que no nos entregábamos al suelo en que vivíamos, y desde aquel instante fue nuestra salvación el entregarnos.

La historia de Colombia es la historia de una prolongada postergación de la única aventura digna de ser vivida, aquella por la cual los colombianos tomemos verdaderamente posesión de nuestro territorio, tomemos conciencia de nuestra naturaleza -una de las más hermosas y privilegiadas del mundo-, tomemos conciencia de la magnífica complejidad de nuestra composición étnica y cultural, creemos lazos firmes que unan a la población en un orgullo común y en un proyecto 69


común, y nos comprometamos a ser un país, y no un nido de exclusiones

y

discordias

donde

unos

cuantos

privilegiados,

profundamente avergonzados del país del que derivan su riqueza, predican día y noche un discurso mezquino de desprecio o de indiferencia por el pueblo al que nunca supieron honrar ni engrandecer, que siempre les pareció "un país de cafres", una especie subalterna de barbarie y de fealdad.

La primera traición a ese sueño nacional la obraron los viejos comerciantes que, preocupados sólo por sus intereses privados, se impusieron en el gobierno de la joven república para bloquear toda posibilidad de una economía independiente, y permitieron que el país siguiera siendo un mero productor de materias primas para la gran industria mundial y un irrestricto consumidor de manufacturas extranjeras. Así como nuestras sociedades coloniales habían provisto a las metrópolis de la riqueza con la cual construyeron sus ciudades fabulosas y desarrollaron su revolución industrial, así nuestro acceso a la república no impidió que siguiéramos siendo los comparsas serviles de esas economías hegemónicas, y siempre hubo entre nosotros sectores poderosos interesados en que no dejáramos de serlo. Ello les rendía beneficios: siempre hubo una aristocracia parroquial arrogante y simuladora que procuraba vivir como en las metrópolis, disfrutando el orgullo de ser mejores que el resto, de no parecerse a los demás, de no identificarse con el necesario pero deplorado país en que vivían. Nunca he dejado de preguntarme por qué los que más se lucran del país son los que más se avergüenzan de él, y recuerdo con profunda perplejidad el día en que uno de los hijos de un ex presidente de la república me confesó que la primera canción en español la había oído a los 20 años. Allí comprendí en manos de qué clase de gente ha estado por décadas 70


este país. Aquellos príncipes de aldea con vocación de virreyes sólo salían a recorrerlo cuando era necesario recurrir a la infecta muchedumbre para obtener o comprar los votos.

También desde el comienzo, a pesar de que han sido poquísimos los casos de guerras entre naciones en este continente, se generó una tradición de privilegios para el estamento militar, porque los gobiernos, que casi siempre descuidaban la suerte de las muchedumbres humildes, necesitaban brazo fuerte y pulso firme a la hora de conjurar rebeliones. Y ello resulta a su modo razonable, porque cuando se construye

un

régimen

irresponsable

y

anti

popular

se

hace

absolutamente necesaria la fuerza para mantener a cualquier precio un orden o desorden social que el pueblo difícilmente defendería como suyo. ¿Quién ignora aquí que las grandes mayorías de Colombia no tienen nada que agradecerle al Estado tal como está constituido, y que por ello no están tan dispuestas como en otros países a entregarle sus jóvenes? Es triste recordar que durante mucho tiempo las clases privilegiadas, las más defendidas por el Estado, pagaron para librar a sus hijos del servicio militar que los pobres tenían que cumplir irremediablemente. Y es verdad que los jóvenes deploran tener que ir a un ejército cuya principal función es enfrentarse con su propio pueblo. Todo Estado tiene que demostrar su legitimidad, su desvelo por la gente, para merecer la adhesión y la lealtad de su pueblo, y es un axioma que si el pueblo no es patriótico es porque el Estado no le da buen ejemplo.

Grandes esfuerzos históricos intentaron cumplir la tarea imperiosa de afirmarse en una tradición y construir una patria. De los primeros y más valiosos fue la Expedición Botánica, que empezó a revelar al mundo la 71


exuberancia de nuestra flora tropical y que despertó en una generación el sorpresivo orgullo de pertenecer a los inexplorados trópicos de América. Una de las consecuencias de esa Expedición fue el movimiento de Independencia, pero la Reconquista frustró la paciente labor de tantos sabios y artistas, y dos siglos después la Expedición Botánica sigue siendo una obra inconclusa. Colombia posee, según es fama, la mayor diversidad de pájaros del mundo, pero es tan inconsciente de sus riquezas que el libro más completo sobre las variedades de aves colombianas, Birds of Colombiano está traducido al español. En la segunda mitad del siglo XIX emprendió sus tareas la Comisión Corográfica, y sin embargo aún hoy Colombia sigue siendo un país sin un proyecto territorial, sin un plan de desarrollo sensato y propio, sin un censo aprovechado de sus recursos. El Estado, omnipotente a la hora de imponer tributos y de reprimir descontentos, es la impotencia misma a la hora de impedir saqueos, de moderar depredaciones y de proteger el patrimonio. Y ello porque en realidad no es un Estado que represente una voluntad nacional, y que pueda apoyarse en ella para esas grandes decisiones que exigen en nombre de todos poner freno a la codicia de unos cuantos, sino que representa sólo intereses mezquinos y está hecho para defenderlos, a veces, incluso, con ferocidad. Verdad es que grandes poderes externos estuvieron interesados desde siempre en mantener nuestra economía en condiciones desventajosas, que les permitieran realizar aquí sus negocios en los mejores términos. Para la gran industria mundial fue una prioridad garantizar su provisión de materias primas, y mantener aquí una clase privilegiada en condiciones de consumir productos de importación. Una de las verdades que no sabría explicar con claridad a mi amiga es por qué y de qué manera el gobierno norteamericano apoyó siempre a los 72


partidarios colombianos del libre cambio, que abrían nuestras fronteras a sus productos, e incluso patrocinó siempre a alguno de los bandos en las guerras civiles que desgarraron a Colombia durante el siglo XIX. Ella sentirá la extrañeza de que los colombianos seamos desventurados, pero difícilmente entenderá que no hemos estado solos en la construcción de nuestra penuria, que muchas veces su propio Estado participó en la preparación y el diseño de nuestro caos actual. Cuando se pensaba que el urgente canal interoceánico centroamericano pasaría por Nicaragua, los Estados Unidos patrocinaron la aventura de William Walker y se apresuraron a reconocer su increíble gobierno de mercenarios. Sólo el clamor indignado del continente impidió que Nicaragua se convirtiera, por la vía del zarpazo, en un estado más de la Unión Norteamericana, y obligó a los Estados Unidos a desdecirse de su apresurado reconocimiento diplomático. Pronto se decidió que el canal sería panameño, y Estados Unidos, nuestro solícito hermano mayor continental, que acababa de vivir una guerra gigantesca y terrible para impedir una segregación en su sagrado territorio, financió la segregación de Panamá y obtuvo a cambio la construcción y administración del canal interoceánico por un siglo.

Con todo, ¿cómo reprochar a los otros países que defiendan sus intereses y que piensen en primer lugar en sus conveniencias? A eso es a lo que se llama pomposamente el mercado mundial, a un juego de astucias y de rapiñas disfrazadas por un lenguaje almibarado, a veces técnico y pragmático, a veces grandilocuente y cínico. Lo que es digno de reproche es que haya gobiernos nacionales que en ese contexto trabajen para favorecer los intereses de los otros y no los de su propio país. Y desde los primeros tiempos de la república hubo aquí de esos gobiernos, "muy respetados y queridos en el exterior", que le 73


entregaron nuestra economía a los intereses de las grandes potencias y que no permitieron el surgimiento de una industria local, de un mercado interno, y niveles de vida decentes para la población. Siempre el discurso almibarado cifró nuestra felicidad en la capacidad de competir libremente, lo que significaba entregar nuestra economía sin protección y sin escrúpulos a los rigores y las rapacidades del mercado mundial. A ese invento genial se lo ha llamado "apertura económica" desde los tiempos del general Francisco de Paula Santander, miembro y favorecedor de las grandes familias de comerciantes importadores de la sabana.

Las guerras civiles del siglo XIX derrotaron el pensamiento liberal, el radicalismo y la tradición ilustrada de los sectores democráticos, e impusieron finalmente un régimen aristocrático clerical centralizado cuya constitución, promulgada en 1886, gobernó al país durante más de cien años. Este régimen convirtió a Colombia en uno de los países más conservadores del continente. A pesar de los esfuerzos liberales de Manuel Murillo Toro, de Tomás Cipriano de Mosquera, de José Hilario López, quien había decretado la libertad de los esclavos en 1854, antes que los Estados Unidos; a pesar de grandes luchas democráticas, la sociedad colombiana se cerró bajo el poder de los terratenientes y del clero; la Iglesia y el Estado se confundieron en una amalgama indiferenciada y nefasta, el índice católico prohibió la lectura libre durante buena parte del siglo, la educación estuvo manejada por la Iglesia, y conquistas elementales de la sociedad liberal como el matrimonio civil y el divorcio, conquistas que poseen todos los países vecinos desde hace más de 60 años, son logros que la sociedad colombiana vino a obtener a fines del siglo XX, mostrándose como uno de los esquemas sociales más cerrados y oscuros de Occidente. Esto 74


dio origen a tremendos cuadros de violencia familiar y de intolerancia social, a un enorme irrespeto por las creencias ajenas, y a la tendencia persistente a considerar toda disidencia y toda rebeldía como un fenómeno religioso. La guerra civil de mediados de siglo, conocida como la Violencia, se configuró como una inmensa guerra religiosa, hecha de fanatismo y de ceguera brutal, y llegó a extremos aberrantes, con la reconocida presencia de la Iglesia como uno de sus principales instigadores.

Hacia 1930, al cabo de 50 años, la hegemonía conservadora se vio debilitada por la inconformidad popular, arreciaron las luchas sindicales, hubo conatos de rebelión, y finalmente la escandalosa masacre de las bananeras precipitó el descrédito del régimen conservador. Un sector del liberalismo acaudillado por Alfonso López Pumarejo intentó una reforma democrática que favoreciera la industrialización, que modificara el régimen de propiedad sobre la tierra, que modificara las relaciones entre el Estado y la Iglesia, y que abriera el camino para la adecuación de la sociedad colombiana a algunas de las tendencias mundiales del siglo. No era, por supuesto, la reforma estructural que el país necesitaba, ni la vasta toma de conciencia de la necesidad de un orden distinto, ni el gran esfuerzo por dignificar a una sociedad malformada por la exclusión y la estratificación social; era una reforma moderada, pero naturalmente desató una inmediata contrarreforma, que trajo violencia antiliberal a los campos y empezó a sembrar el germen de algunos males futuros. El intolerante país feudal se resistía al cambio y su reacción despertó nuevas insatisfacciones.

Como respuesta a la violencia antiliberal, el sector popular del liberalismo emprendió una defensa de los campesinos perseguidos, que 75


rápidamente fue configurándose como una enorme rebelión popular bajo la orientación del caudillo Jorge Eliécer Gaitán comprendió muy pronto que Colombia necesitaba con urgencia grandes reformas sociales, y el proyecto nacional siempre postergado se convirtió en su bandera. Pertenecía al partido liberal, pero entendió que el principal enemigo de la sociedad colombiana era ese bipartidismo aristocrático cuyos jefes formaban en realidad un solo partido de dos caras, hecho para saquear el país y beneficiarse de él a espaldas de las mayorías; y en sus discursos avanzó hacia una reformulación de la crisis política como el conflicto entre las mayorías humildes y auténticas, y el mezquino país de los privilegios. Hablando del "país político" y del "país nacional", destacando el modo como los dirigentes gobernaban para una minoría, conquistó un caudal electoral inesperado, y súbitamente la vieja clase dirigente se vio ante un fenómeno de entusiasmo popular desconocido en Colombia.

La campaña de calumnias y difamaciones desatada por la gran prensa no logró debilitar al movimiento gaitanista, y la vieja casta comprendió que, como el arco del legendario rey nórdico, "Noruega se iba a romper entre sus manos". La clase dirigente, encabezada por los jefes políticos y por los grandes diarios sostenedores del poder, confiaba ya sólo en la ignorancia y la indisciplina de las huestes gaitanistas, el "país de cafres" al que siempre habían despreciado. Fue entonces cuando Gaitán convocó a la Marcha del Silencio, para protestar por la violencia en los campos, y una impresionante multitud gaitanista sobrecogió a Bogotá al marchar y concentrarse de un modo disciplinado y silencioso. Aquel pueblo demostraba que no era una hidra vociferante, que podía ser una fuerza poderosa y tranquila, y esto exasperó a los dueños del país. A partir de ese momento Gaitán era el jefe de la mayor fuerza popular de 76


nuestra historia y, de acuerdo con el orden democrático, era el seguro presidente de la república. Llegaría al poder no sólo con un gran respaldo popular sino con una enorme claridad sobre las reformas que requeríamos y sobre el país que Colombia debía llegar a ser para impedir la perdición de millones de seres humanos.

Gaitán debió presentir que un modelo de desarrollo deshumanizado sería capaz de sacrificar a los campesinos de Colombia, que eran la mayoría de la población, para favorecer sin atenuantes los designios ciegos de un capitalismo salvaje. Como alcalde de Bogotá había fijado en los sitios públicos el valor oficial de la hora de trabajo, para dar a los trabajadores una idea de su dignidad y de sus derechos. Como ministro de Educación intentó abrirle paso infructuosamente a una reforma educativa radical que respondiera a las necesidades del país que crecía. Aún es posible oír en sus discursos su interés por impedir que una economía de privilegios precipitara a Colombia en la pauperización y el aplastamiento de las gentes más pobres. Sus enemigos comprendieron entonces que la democracia llevaría a Gaitán al poder y procedieron a ofrecerle su apoyo a cambio de que él aceptara su asesoría, es decir, compartiera con ellos su triunfo y les permitiera escoltarlo. Gaitán se negó, y arreciaron en su campaña difamatoria. La última ráfaga de aquella oposición rabiosa debió armar la mano fanática o mercenaria que le dio muerte. Y así comenzó la gigantesca contrarrevolución (o anti revolución, ya que conjuraba algo que aún no se había cumplido) que marcó de un modo trágico el destino de Colombia en los 50 años siguientes.

Esta contrarrevolución tuvo tres etapas, cada una de ellas peor que la anterior. La primera fue el asesinato del caudillo, que provocó el 77


incendio de la capital. La segunda fue la Violencia de los años cincuenta, que despobló los campos de Colombia e hizo crecer dramáticamente las ciudades con millones de desplazados arrojados a la miseria. La tercera fue el pacto aristocrático del Frente Nacional, mediante el cual los instigadores de la violencia se beneficiaron de ella y se repartieron el poder durante 20 años, proscribiendo toda oposición, cerrando el camino de acceso a la riqueza para las clases medias emprendedoras, y manteniendo a los pobres en condiciones de extremo desamparo mientras acrecentaban hasta lo obsceno sus propios capitales.

El 9 de abril de 1948 fue la fecha más aciaga del siglo para Colombia. No porque en ella, como lo pretenden los viejos poderes, se haya roto la continuidad de nuestro orden social, sino porque ese día se confirmó de un modo dramático. La estructura del movimiento gaitanista, con su sujeción a la figura y el pensamiento del caudillo, permitió la desmembración y la disolución de aquella aventura en la que se cifraba el porvenir del país. Gaitán tenía clara la necesidad de un proyecto nacional donde cupiera el país entero; una nación de blancos y de mestizos, de negros y de inmigrantes que pudiera reconciliarse con el espíritu de los pueblos nativos del territorio, y extraer de esa complejidad una manera singular de estar en el mundo. Pero esa claridad lo llevó a enfrentarse ingenuamente, es decir, de un modo valeroso, sincero y desarmado, a esa clase dirigente que se lucraba de la miseria nacional y que despreciaba profundamente todo lo que no cupiera en su mezquina órbita de privilegios. Una casta de mestizos con fortuna que nunca había intentado ser colombiana, ni identificarse con nuestra geografía, con nuestra naturaleza, con nuestra población; que continuamente se avergonzaba, como sigue haciéndolo hoy, de este 78


mundo tan poco parecido al idolatrado mundo europeo. Una élite deplorable que viajaba a Europa y a Norteamérica, no a llevar con orgullo el mensaje de un pueblo dignificado por el respeto y afirmado en su territorio, sino a simular ser europea, y a procurar por los métodos más serviles ser aceptada por un mundo que no ignoraba su condición de rastacueros y su falta de carácter.

El discurso de Gaitán merece muchas reflexiones. Es singular que en un país envanecido por la retórica de sus gramáticos y de sus académicos haya sido un hombre de origen humilde quien ennobleció el lenguaje de la política; quien, exhibiendo un gran refinamiento sintáctico y una notable claridad de pensamiento, haya tenido eco en un pueblo pretendidamente ignorante y salvaje. No podemos olvidar que también la gran empresa de renovar la lengua castellana y de convertirla en una lengua americana había sido liderada por un indio nicaragüense, Rubén Darío; y que la gran poesía colombiana de entonces estaba siendo escrita por un hijo de campesinos de Santa Rosa de Osos que prácticamente nunca había estado en la escuela. Ello parece asombroso pero es natural: la lengua, como el sentimiento religioso, es hija de los pueblos; son ellos sus creadores y sus transformadores, y las academias, como los eclesiásticos, no son más que los avaros administradores de un tesoro que no siempre comprenden.

Lo que parecía insinuarse en el horizonte del gaitanismo era una suerte de revolución nacional, de transformación de la ideología que reinaba por el poder de los partidos en el alma del pueblo; y la conformación de una gran franja de opinión capaz de llevar no sólo a Gaitán a la presidencia sino al país a un nuevo comienzo. Lo que parcialmente habían conquistado países como México, cuya identificación consigo 79


mismos, cuyo respeto por las raíces nativas, cuya afirmación en su propio pueblo, en su música, en su gastronomía, en su indumentaria, en sus tradiciones, eran un ejemplo para el desconcertado continente mestizo, y cuya revolución, sin duda llena de errores y de hechos dolorosos y trágicos, había conferido sin embargo un profundo sentimiento de orgullo y de dignidad a sus gentes.

Como suele ocurrir con los magnicidios, el asesinato de Gaitán nos ha sido presentado como el crimen solitario de un enajenado o de un fanático. Lo que no podemos ignorar es el clima social y político en que se cumplió el hecho, los sectores visiblemente interesados en la desaparición del líder, y los que se benefician con ella. Si la mano que lo mató fue fanática o fue mercenaria, es algo indiferente: la causa evidente del crimen fue la campaña de difamación realizada contra él por la gran prensa, que lo mostraba como un peligro para la sociedad, como alguien que venía a destruir el país, y que lo caricaturizaba como un salvaje a la cabeza de una banda de caníbales. El crimen produjo en todo el país un espontáneo levantamiento hecho de frustración y de desesperanza, pero incapaz de grandes propósitos y aun de trazarse nobles tareas inmediatas. Entre incendios y rapiña y estragos, el pueblo comprendió que una vez más sus esperanzas habían muerto, y tal vez comprendió también que el poder imperante jamás permitiría una transformación de la sociedad por las vías democráticas y pacíficas que Gaitán había escogido. Pero allí comenzó también la segunda fase de esa poderosa contrarrevolución, porque advertidos del peligro de un movimiento popular, los partidos políticos tradicionales se lanzaron a la reconquista de sus huestes y se esforzaron por contrarrestar los efectos del discurso de Gaitán. Para ello radicalizaron su lenguaje partidista, magnificaron una maraña de diferencias retóricas entre los dos partidos, 80


y utilizando todos los recursos y todos los medios de influencia, fanatizaron a la ingenua población campesina.

Tal vez no se proponían desatar una oleada de violencia, pero el modo criminal e irresponsable como atizaron las hogueras del odio para ganar la fidelidad de sus prosélitos condena para siempre a los jefes de ambos partidos que precipitaron a Colombia en la más siniestra época de su historia. Gentes humildes que se habían conocido toda la vida, que se habían criado juntas, se vieron de pronto conminadas a responder a viejos odios insepultos, y sin saber cómo, sin saber por qué, sin el menor beneficio, se dejaron arrastrar por el increíble poder de la retórica facciosa que los bombardeaba desde las tribunas, desde los púlpitos y desde los grandes medios de comunicación, y la carnicería comenzó. Entre 1945 y 1965 Colombia vivió una verdadera orgía de sangre que marcó desalentadoramente su futuro. Más asombroso aún es que quienes precipitaron al país en ese horror sean los mismos que siguen dirigiéndolo, aquellos cuyo discurso es el único que impera en la sociedad, aquellos que se resisten a entender que si bien se han enriquecido hasta lo indecible, han fracasado ante la historia; que tuvieron el país en sus manos durante más de un siglo y que el resultado de su manera de pensar y de obrar es esto que tenemos ante nosotros: violencia, caos, corrupción, inseguridad, cobardía, miseria y la desdicha de millones de seres humanos. Afortunadamente ya no es necesario agotarse en argumentos para demostrar el fracaso de los dos partidos y de sus élites: basta mostrar el país que tenemos.

Alguna vez, con triste ironía, el historiador inglés Eric Hobsbawm escribió que la presencia de hombres armados forma parte natural del 81


paisaje colombiano, como las colinas y los ríos. Es difícil, ciertamente, encontrar épocas de la historia en que nuestros campos no hayan sido escenario de hombres en armas, y el mismo Hobsbawm ha dicho que la Violencia colombiana de los años cincuenta representó una de las mayores movilizaciones de civiles armados del hemisferio occidental en el siglo XX. Las huestes de los revolucionarios mexicanos recorrieron su país luchando por la Tierra y la Libertad que les predicaba Emiliano Zapata. Es triste comprobar que los hombres en armas de mediados de siglo en Colombia no luchaban por ninguna reivindicación popular, sino instigados por poderes que siempre los habían despreciado, y cuando empezaron a luchar por algo propio, fue por espíritu de venganza, para cobrarse las injurias que esa misma guerra les había hecho. El gobierno conservador había politizado la policía, había soltado la siniestra "chulavita" a hostilizar liberales. Éstos a su vez reaccionaron armándose, y empezaron a ver en todo conservador un enemigo. La causa de aquello estaba en el poder y en los predicadores del odio, pero muy pronto cada quien tuvo argumentos propios para proseguir la retaliación. Para las cadenas del rencor basta con comenzar, todo lo demás se dará por su propio impulso. Diez años después de aquellas primeras hostilidades y agresiones, la Violencia ya se había fabricado sus propios monstruos, y un clima generalizado de terror y de impunidad daba los frutos más demenciales. Los nombres de Chispas, de Desquite, de Tarzán, del Capitán Veneno, de Sangré negra, todavía nos congelan la sangre, y sólo muy recientemente las sierras eléctricas de Trujillo han venido a igualar las cumbres de horror y de depravación humana que se vivieron entonces en Colombia.

Siempre nos dijeron que la Violencia de los años cincuenta fue una violencia entre liberales y conservadores. Eso no es cierto. Fue una 82


violencia entre liberales pobres y conservadores pobres, mientras los ricos y los poderosos de ambos partidos los azuzaban y financiaban su rencor, dando muestras de una irresponsabilidad social infinita. La Violencia no podía ser una iniciativa popular, pues no iba dirigida contra quienes se lucraron siempre del pueblo. Era más bien la antigua historia de los pobres matándose unos a otros con el discurso del patrón en los labios. Una persistente y venenosa fuente de odio fluía de alguna parte y alimentaba la miseria moral del país. Los dirigentes, esos que todavía le dictan por la noche a la opinión pública lo que ésta responderá mañana en las encuestas, simulaban no advertir cuál era la causa de ese desangre generalizado, y sin dejar de predicar el odio al godo y al rojo se quejaban del salvajismo del pueblo. La verdad es que bastó que Alberto Lleras y Laureano Gómez se abrazaran y pactaran la alianza para que la vasta Violencia colombiana dejara de ser un caos generalizado y se redujera a la persecución final de unas bandas de asesinos envilecidos. Ahora bien: si la Violencia había sido una guerra, ¿quién la ganó? Aparentemente nadie. Pero si juzgamos por la siguiente fase del drama, el resultado es indudable: sobre 300 mil campesinos muertos, el bipartidismo había triunfado.

Como ocurre al final de todas las guerras, sobre los campos todavía humeantes de la Violencia se firmó un pacto, y ese pacto fue el llamado Frente Nacional, por el cual los dos partidos irreconciliables se convertían en uno solo con dos colores y la misma ideología, y se repartían el poder durante 20 años. En nombre del bipartidismo el pueblo se había hecho la guerra a sí mismo: ahora se sucederían en el poder precisamente los representantes de la vieja clase dirigente que había sido la principal promotora de la violencia. Así se consumó la tercera fase de aquella implacable contrarrevolución. El liberalismo y el 83


conservatismo no tendrían problemas para compartir el poder, y las reformas que Gaitán había prometido podían posponerse hasta el fin del mundo. Después de una guerra y de 300 mil muertos, Colombia debía seguir siendo el país inauténtico, mezquino, anti popular y excluyente que era 20 años atrás, y la clase dirigente amenazada por el gaitanismo se había salvado.

El país que surgía de aquella catástrofe no era sin embargo el mismo. Millones de campesinos expulsados por la Violencia llegaban a las ciudades buscando escapar al terror y a la ruina. Lo que Gaitán había procurado impedir se cumplía ante la indiferencia de los poderosos y la frialdad de los eruditos. Había cambiado el cuadro de la propiedad sobre la tierra, los terratenientes habían pescado en río revuelto, se habían invertido los índices de población urbana y de población campesina, las ciudades crecían inconteniblemente, Colombia tenía muchos menos propietarios que antes, y un oscuro porvenir de miseria y de desempleo se cernía sobre las nuevas muchedumbres urbanas. En ese panorama el Frente Nacional mostró al país sus innovaciones. Como si el peligro para Colombia no fueran los partidos tradicionales que la habían desangrado, y blandiendo abiertamente la amenaza de un posible retorno de la Violencia que sólo ellos podían provocar, repartió el poder entre liberales y conservadores y prohibió en el marco legal toda oposición política. Confirmó al Estado, previsiblemente, como un instrumento para garantizar privilegios; sólo permitió la iniciativa económica en el ámbito de las clases, familias y empresas tradicionalmente emparentadas con el poder, y cerró las posibilidades de acceso a la riqueza a las clases medias emprendedoras, persistiendo en la política de negar el crédito y la capitalización a las clases humildes. Finalmente, fue incapaz de garantizar fuentes de 84


trabajo para las multitudes que seguían llegando a los grandes centros urbanos, les cerró a los pobres la posibilidad de acceso a niveles mínimos de vida y condiciones mínimas de dignidad, permitió el crecimiento y la proliferación de cinturones de miseria alrededor de las ciudades, y persistió en la vieja actitud señorial de no considerar que el Estado tuviera deberes frente a los pobres, de modo que le bastó con estimular campañas privadas de caridad. Nadie podía advertir entonces que en el auge de campañas como El Minuto de Dios, las granjas de beneficencia y las "teletones", con enorme despliegue y difusión, lo que se ocultaba era la incapacidad o la indiferencia del Estado para cumplir prioritarios deberes sociales, y su creciente hábito de dejar en manos de los particulares no la solución, sino el esfuerzo por mitigar los dramas de la pobreza y del desorden social.

Todo lo que somos socialmente desde entonces es fruto del Frente Nacional. Los sectores sensibles lo deploraron en su hora como una gran derrota. Un sector del liberalismo, el MRL, lo combatió vigorosamente, lo mismo que el movimiento literario de los Nadaístas. Hay páginas memorables de Gonzalo Arango en las que cuenta que el Nadaísmo existió porque había muerto Gaitán, que un movimiento rebelde y excéntrico como el Nadaísmo había sido necesario porque se había destruido la esperanza de un pueblo, y que si Gaitán hubiera triunfado los Nadaístas habrían sido jóvenes normales dedicados a construir a su lado un gran país. Pero en su momento los colombianos no advirtieron el terrible mal que representaba para Colombia el pacto aristocrático, por el cual se sepultaba de un modo oficial el derecho popular a expresarse políticamente. Ahora nos resulta increíble que se pudiera hablar de democracia mientras se prohibía expresamente la existencia de partidos políticos distintos de los oficiales. Mientras se 85


condenaba al país a un bipartidismo que además era puramente aparente, pues desde hacía mucho tiempo las palabras liberal y conservador habían perdido en Colombia todo contenido programático, toda huella de un pensamiento o de una idea, y se habían envilecido hasta ser tan sólo dos maneras hereditarias de odiar a los semejantes.

Después de la revolución cubana, la política hemisférica exigió que los ejércitos de América Latina cambiaran sus prioridades de defensa de las fronteras por lo que llamaron "seguridad interna". Así se institucionalizó uno de los fenómenos más aberrantes del siglo. Cuando nuestros países requerían acceder a la democracia real y madurar políticamente, una teoría perversa según la cual los latinoamericanos no estábamos maduros para la democracia, culpablemente apoyada por los gobiernos norteamericanos, permitió que la América Latina viviera una de sus épocas más sombrías. Una progresión de dictaduras militares anti populares se abrió camino para garantizar en el continente la aplicación de las políticas económicas y acallar los reclamos de justicia social y el libre ejercicio de la oposición, sin la cual la democracia es inconcebible. Curiosamente, Colombia había vivido el fenómeno de una dictadura militar casi accidental que, impuesta a mediados de los años cincuenta por una coalición de los partidos tradicionales como una suerte de ensayo de lo que sería el Frente Nacional, se fue desviando de su propósito inicial cuando el dictador, general Gustavo Rojas Pinilla, comprendió que el Estado, hecho para defender determinados privilegios desde siempre, podía servir a otros fines. Allí se dio una curiosa amalgama de obras benéficas para el pueblo y aprovechamiento del poder para beneficio propio que, por supuesto, provocó una rápida reacción de la clase política que había sido la inspiradora del experimento. No sobra recordar que las 86


principales obras de modernización que emprendió Colombia a mediados de siglo fueron fruto de esa pauta casi involuntaria en la mezquina dominación de las élites, y que en una atmósfera tan enrarecida por el egoísmo de los poderosos ni siquiera el ejército resultó un aliado seguro. A tal punto el general se les salió de las manos, que diez años después fue el protagonista de una aventura electoral que puso en peligro la dominación bipartidista, y obligó al democrático gobierno del Frente Nacional a modificar a última hora los resultados electorales, con cifras llegadas de remotas provincias. También en tiempos de Gaitán se había dado el fenómeno de que la policía, compuesta por gentes del pueblo, terminara volviéndose gaitanista, para desconsuelo de los dueños del poder. Estas experiencias despertaron una gran desconfianza de los poderosos en la iniciativa de sus fuerzas armadas, y con gran inteligencia se procuró que los jefes militares amasaran grandes fortunas, manejaran inmensos presupuestos, tuvieran el control de la ciudadanía y aun de la justicia, y gozaran de excesivos privilegios, pero no se les soltó el timón del Estado ni siquiera en los tiempos en que Colombia era una de las poquísimas barcas con apariencia democrática en un océano de sables.

Esos 20 años de Frente Nacional trajeron algunos de los males mayores de la sociedad colombiana actual, males que se sumaron a los muchos que ya arrastrábamos desde los viejos tiempos, para conformar el cuadro de impotencia y de desesperación que ahora tenemos ante los ojos. Como se prohibió toda oposición legal, cosa que sólo puede ocurrir en las dictaduras más cerriles, surgió y se fortaleció la oposición ilegal, la oposición armada, que ha crecido hasta ser dueña de la mitad del país. Durante mucho tiempo los ideólogos del poder explicaron la existencia de las guerrillas como un producto de la infiltración de 87


ideologías

foráneas,

en

particular

del

movimiento

comunista

internacional. Lo explicaban así a pesar de saber que en Colombia, como lo ha dicho Hobsbawm, siempre hubo en los campos hombres en armas y es una tradición la práctica de la rebelión focalizada en pequeña escala y el bandidaje rural. Pero muchas de las guerrillas colombianas no fueron en rigor comunistas, o sólo se revistieron de ese ropaje mientras duró el auge mundial de aquella ideología, y en cambio todos hemos podido comprobar que el acallamiento del discurso castrista y la caída abrumadora de la Unión Soviética y la gradual incorporación de la China a la economía de mercado no sólo no precipitaron el fin de la guerrilla colombiana sino que fueron simultáneos con su auge inusitado en nuestro territorio. A pesar de su bandidaje y de su falta de comunicación con la sociedad, la guerrilla no es un caso de policía, no es un problema militar sino un problema político y por ello salta a la vista que cuanto más se la combate y cuanto más se invierte dinero en recursos militares contra ella, más fuerte se hace. ¿Quién ignora que el campo colombiano está arruinado? ¿Que el país no les ofrece ninguna alternativa, ningún futuro, a los habitantes del campo? ¿Con qué cara nos viene a decir este Estado que los campesinos no tienen motivos para rebelarse, cuando hasta los profesionales en Colombia tienen que meterse a taxistas, y todo reclamo, por justo que sea, está prohibido en la práctica? Prohibamos en Francia los reclamos de la ciudadanía, el derecho a la indignación, y el derecho soberano de los trabajadores franceses a hacer temblar a sus instituciones, y no sólo harán guerrillas sino otra Revolución Corta cabezas, porque en Francia sí saben que ser ciudadano es fundamentalmente no dejarse pisotear de nadie, y menos si es uno el que les paga el sueldo. Yo sostengo que es el Estado colombiano imperante, con su ineficiencia y su irrespeto por los reclamos de la ciudadanía, el que fuerza a los campesinos a 88


adherir a esos movimientos armados que no tienen ningún futuro, pero que por lo menos tienen presente.

Frente Nacional cerró además el acceso a la riqueza para las clases medias emprendedoras, y éstas se vieron empujadas por ello hacia actividades ilícitas como el contrabando y el narcotráfico, ya que si una sociedad niega las posibilidades legales en el marco de la democracia económica, quienes aspiran a la riqueza sólo tienen el camino de la ilegalidad. Cierto rey babilónico, en un relato de Voltaire, consulta desesperado al oráculo porque su hija la princesa se ha fugado con un vagabundo, y el oráculo le responde con estas palabras: "Cuando uno no casa a las muchachas, majestad, las muchachas se casan solas". Fue esto lo que ocurrió en Colombia desde comienzos de los años setenta. La vieja ideología señorial había impuesto aquí la absurda lógica de que cualquier concesión a los pobres es un escándalo. Para ser rico, la única condición era haber tenido la precaución de serlo desde la cuna, y todo lo demás era pretensión descabellada y ridícula. Ello es aún más extraño si pensamos que nuestra clase dirigente, por una voltereta tramposa, abandonó la vieja teoría medieval de la nobleza de sangre y fingió adoptar los principios de la democracia liberal debidos a la Revolución francesa. Todo ello era muy bien visto en la letra, pero que la servidumbre no buscara propasarse, ni intentar escenas bochornosas. Es muy difícil sostener una sociedad señorial, racista, excluyente y mezquina, en la que sobreviven términos como "gente bien", "gente de buena familia", y al mismo tiempo barnizarla con un discurso liberal aureolado por la pretensión de que todos son iguales ante la ley y viven bajo el imperio de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano. La gente terminará creyendo que de verdad tiene derechos y hasta puede intentar hacerlos valer. Y ello se agrava si 89


el modelo económico expone a las gentes al discurso de las metrópolis, pues lentamente empezarán a percibir que el modelo que se les predica se parece muy poco al que se les ofrece.

Allá al norte estaban los Estados Unidos, con su respeto por el ciudadano, su igualdad de derechos, sus salarios decentes, sus oportunidades de empleo y consumo; y aquí vivíamos en una disparatada sociedad de consumo en la cual hasta las clases medias tenían que pensarlo muchas veces para comprar lo que veían en las vitrinas. Se puede jugar así con la gente, pero no con toda. Tarde o temprano alguien sentirá que le están haciendo trampa en el juego y descubrirá que él también puede hacer trampa. Ya se sabe que la única pedagogía es la pedagogía del ejemplo, y un Estado no puede exigir que se respete la ley si él mismo no la respeta. Gobernar en función de unos cuantos privilegiados, saquear el tesoro público, abusar de la autoridad, es violar la ley de manera grave, y puede generar en la conciencia de algunos la sensación de que si los encargados de aplicarla violan la ley, no puede ser tan grave que la violen los particulares. Pero se da además el caso de que el discurso público de la sociedad industrial, es decir, la publicidad, pregona en todos los tonos posibles que la única condición digna de admiración y de respeto es la riqueza. Los mensajes de autos y perfumes y cigarrillos y tarjetas de crédito exhiben esa refinada vulgaridad como la condición necesaria de todo éxito y de toda felicidad. Y el pobre espectador descubre que le están vendiendo el suplicio de Tántalo; que, ávido por ser rico para obedecer las órdenes melodiosas de los medios y para merecer el respeto de su condición humana, la sociedad no se lo permite porque está organizada para impedir toda promoción, para perpetuar a los ricos en su riqueza y dejar que los pobres se mueran a las puertas de los 90


hospitales. Y descubre además que los únicos en el vasto mundo que parecen tener la obligación de mostrarse ejemplares y virtuosos son los que están condenados a vivir en las sentinas, a padecer como buenos pobres los laberintos de la burocracia y los tacones de la ley en la nuca. Realmente no se me hace extraño que en una situación como esa, algún hombre sea víctima de malos pensamientos y empiece a fantasear con fortunas menos virtuosas pero más posibles.

Si el Estado no le brinda garantías al ciudadano, ¿cómo puede reprocharle que recurra a métodos irregulares para garantizar la subsistencia? El Frente Nacional excluyó a las gentes humildes, y hemos visto crecer de un modo colosal la miseria material y moral del país. Cuando el Estado se esfuerza por hacer cosas en beneficio de los pobres, todo lo hace de un modo limosnero y exterior, porque los pobres no están representados en el Estado, y éste procura malamente mitigar las condiciones de pobreza, pero no es una instancia comprometida con soluciones reales para esa población. Y no se trata de una minoría importante: se trata, según dicen las cifras, de la mitad de la población nacional. Uno se pregunta: ¿En función de quién gobierna el Estado si su primera prioridad no es el problema de la pobreza, a través de la cual la sociedad entera se ha precipitado en el caos? De esa gigantesca masa de seres humanos desterrados, excluidos, de esa infrahumanidad, muchos se han visto forzados a la delincuencia. Hoy la principal fuente de delitos en la sociedad colombiana es la delincuencia común; no la delincuencia guerrillera ni la delincuencia del narcotráfico sino la delincuencia común, hija de la ignorancia, del resentimiento, de la pobreza, de las condiciones infrahumanas de vida y, por supuesto, fortalecida y perpetuada por la impunidad. 91


Aún sin realizar los cambios que Colombia requiere con urgencia para llegar a ser el país digno que queremos, aún sin esa gran revolución de la dignidad, contra la miseria y contra la exclusión, sería un avance que el Estado curara las tres gravísimas heridas que le infligió a la sociedad con el esquema del Frente Nacional: la prohibición de una oposición legal, la falta de democracia económica, la falta de un verdadero compromiso con las clases más pobres. Sólo una oposición legal verdaderamente actuante y eficaz puede hacer inútil e injustificada la dañina oposición armada, con su capacidad de extorsión y de terrorismo. Sólo el acceso a la iniciativa económica y a la promoción social puede permitir que se supere la terrible situación de las clases medias, día a día forzadas a persistir en la nada fácil acumulación de riquezas ilegales. Sólo una política encaminada a la capitalización de los pobres, a garantizarles condiciones de dignidad y niveles decorosos de vida, sólo su acceso a una relación viva con el lenguaje y la cultura, puede disminuir considerablemente los niveles de criminalidad y de delincuencia común en Colombia. La guerrilla, el narcotráfico y la delincuencia común no pueden ser conjurados con meras soluciones policivas, su desaparición no depende de una costosísima política de guerra. La guerra puede servir para justificar presupuestos gigantescos, pero no para alcanzar la reconciliación ni la superación efectiva de esos conflictos. El caso de la sociedad colombiana en los últimos 50 años es el caso de un Estado criminal que criminalizó al país.

Porque la consecuencia principal del Frente Nacional es que, abolida toda oposición, toda vigilancia ciudadana, el Estado se convirtió en un nido de corrupciones, en una madriguera de apetitos sin control entre dos partidos cómplices que no admitieron fiscalización alguna. Por un 92


camino muy distinto, curiosamente, México llegó a una situación semejante. Así como allá la existencia de un solo partido, sin oposición posible, fue corrompiendo al Estado hasta convertirlo en un nido de burócratas sin entrañas y de ambiciosos sin escrúpulos, así también nuestra dictadura de un solo partido (con dos cabezas y con dos colores) convirtió al Estado en una eficiente mole de corrupción, continuamente enfrentada consigo misma, a la que ningún presupuesto le alcanza, donde cada pequeño funcionario manipula la ley a su antojo con toda impunidad, y donde una vasta red de compadres y amigos parásita del caos y exprime a todo el que cae en sus manos. Desde las más altas hasta las más bajas esferas el tráfico de influencias es la norma.

Ahora bien, ¿puede esta larga enumeración de causas explicar por qué nuestra sociedad es incapaz de reaccionar y de modificar una situación que se ha vuelto intolerable? "Ser maltratado no es un mérito", dijo Bernard Shaw a un visitante que le enumeraba sus males. He referido los precedentes de nuestra situación, pero el propósito de estas páginas es pensar en el porvenir y atrever reflexiones sobre la Nueva República, como la llamaba Gaitán, que estamos en el deber de construir. Una república capaz de superar una larga historia de negligencias y de crímenes, capaz de ofrecer al mundo algo mejor que un recurrente memorial de agravios. El Proyecto Nacional tantas veces postergado tiene que volver a alzarse, hasta que la cordura y la nobleza de corazón se impongan en el mismo escenario donde hoy persisten los negadores del país y los destructores de su esperanza. "Todo recuerdo es triste y todo presentimiento es alegre", dijo Novalis. El más inmediato deber de Colombia es presentir ese futuro y adueñarse de él con pasión y con convicción. Las viejas castas dominantes se han destituido a sí 93


mismas, se han hecho indignas de respeto y no creo que merezcan un lugar en la historia. Es hora de que nos preguntemos cuál es nuestro lugar, cuál es nuestro papel y nuestro destino.

En todo este tiempo se han visto crecer la pasividad ciudadana, la indiferencia y el miedo. Pero en los últimos 50 años también se vieron grandes procesos de iniciativa social, de lucha por los derechos de la comunidad, expresiones orgullosas y dignas. ¿Qué fue del movimiento sindical colombiano? ¿Qué fue de los valerosos reclamos de los campesinos? ¿Qué fue de las movilizaciones de los estudiantes? Estremece pensar que mientras en todo país democrático el derecho al reclamo, la indignación, y la resistencia a la opresión son pilares de la vida social, aquí toda indignación popular es causa de feroces persecuciones. Impedido en la práctica el acceso legal a la riqueza, todo enriquecimiento es ilícito, así como toda resistencia y todo reclamo son automáticamente ilegales. Estamos hablando de tiempos innobles. Una cosa es lanzarse a las calles, como en Francia, sabiendo que el Estado respeta a la población y responde por su legitimidad, sabiendo que si la fuerza oficial fuera utilizada ilegalmente contra el pueblo sería severamente sancionada, y otra salir a las calles a reclamar sabiendo que después de las marchas pacíficas, cuando los manifestantes dispersos vuelven solos a sus hogares, hay desapariciones silenciosas y ejecuciones anónimas.

Un pueblo incapaz de darle la cara a los males se merece su postración y su angustia. Pero cuando uno se pregunta dónde están los que protestaron, los que se rebelaron, los que exigieron, los que se creyeron con derecho a reclamar un país más justo, más respetuoso, el pensamiento se ensombrece. Los héroes están en los cementerios, nos 94


dice una voz al oído. Y entonces recordamos aquella pieza teatral en la que un personaje exclama: "¡Desgraciado el país que no tiene héroes!", y otro le responde: "¡No, desgraciado el país que los necesita!".

Colombia ha tenido ya muchos héroes, pero lo triste es que los necesita, porque siendo evidente la injusticia, siendo evidente el monstruoso contraste entre los que tienen mucho y los que no tienen nada, siendo evidentes la corrupción y el delito, el increíble exterminio de todo un partido político de oposición, las calles populosas de indigentes que bandas de muchachos ricos salen a asesinar en la noche, siendo evidente el abandono de los campos, la quiebra de las empresas nacionales en nombre de la modernización, siendo evidente que la mitad del país no parece merecer respeto ni futuro, decirlo es ilegal y combatirlo puede ser mortal. Los dueños del poder en Colombia parecen dispuestos a sacrificar lo que sea con tal de conservar sus privilegios. No les tembló la mano para hacer que el viejo país campesino se desgarrara a sí mismo en un conflicto que ellos habrían podido impedir con un poco de conciencia patriótica, de generosidad y de previsión. El surgimiento de las guerrillas comunistas a comienzos de los años sesenta los hizo pensar que cualquier concesión significaría sacrificar sus riquezas, y la guerra a muerte contra la izquierda revolucionaria fue desde entonces la única consigna de los gobiernos y de los orientadores de la opinión pública. La ideología comunista puso a toda una generación de jóvenes a pensar que se trataba de derribar violentamente a las élites para transformar a la sociedad en una dictadura a la manera soviética o cubana, y subordinó los esfuerzos de transformación de la sociedad a la repetición de esas fórmulas con las cuales la sociedad rusa pasó de la autocracia zarista a la dictadura estatista de José Stalin. Ello impidió que nuestro país pudiera seguir el 95


camino que le había trazado sabiamente Gaitán, la búsqueda de un destino propio que consultara su naturaleza, su singularidad, su riqueza de matices y de culturas. Las sectas comunistas se alimentaron aquí de la vieja tradición escolástica, parasitaria, dependiente, y también cuando buscaba soluciones a su drama Colombia persistió en el culto dogmático de modelos ilustres y de fórmulas prestadas.

Es innegable nuestra pertenencia al orden mental europeo. Un país cuya lengua es hija del latín y del griego; que ha profesado por siglos una religión de origen hebreo, griego y romano; que se ha propuesto el modelo democrático debido a la Revolución francesa y que se reclama defensor de la Declaración de los Derechos del Hombre; una sociedad que se ha formado instituciones siguiendo el modelo liberal europeo, no puede pretender encontrar soluciones ignorando esa tradición. La democracia

sigue

siendo

para

nosotros una

promesa

y aún

necesitamos en Colombia una crítica lúcida, vigorosa, implacable, de las iniquidades del poder imperante, como la que emprendió Voltaire en su día, y una propuesta seria de sensatez, de lógica, de generosidad y de valor civil. Lo que requerimos es comprender que una cosa es ser hijos de Europa y otra confundirnos con ella, cuando pertenecemos a un territorio tan distinto, cuando les debemos respeto profundo a los viejos padres que poblaron este territorio por siglos y de los cuales también descendemos, cuando sabemos que la diversidad de nuestra composición natural, étnica y cultural es un privilegio, y no permite la arbitraria imposición de un solo modelo, de una sola verdad, de una sola estética. Ningún país podrá construir jamás un orden social justo y equilibrado si no es capaz de reconocerse a sí mismo y de diseñar su proyecto económico, político y cultural a partir de esa conciencia de sus posibilidades y sus limitaciones. 96


Un chiste común dice que en Colombia los ricos quieren ser ingleses, los intelectuales quieren ser franceses, la clase media quiere ser norteamericana y los pobres quieren ser mexicanos. Después de siglos de un esfuerzo vergonzoso y esnob por fingir ser lo que no somos, es urgente descubrir qué es Colombia; que surja entre nosotros un pensamiento, una interpretación de nosotros mismos, una alternativa de orden social, de desarrollo, un sueño que se parezca a lo que somos. El principal enemigo de ese sueño es el paradójico clamor de los defensores del caos existente que pretenden negar el charco de sangre en que vivimos y el absoluto fracaso de este modelo en su deber de brindar, ya que no felicidad, siquiera mínima dignidad a la población. Esos incomprensibles que editorial tras editorial nos muestran cuatro cifras abstractas de prosperidad para demostrarnos que vivimos en el paraíso. ¿Quién negará que muchos viven en condiciones de opulencia difíciles de imaginar? ¿Quién negará que los que se esfuerzan por acallar la

insatisfacción

y la

indignación

de

los

colombianos

conscientes, tienen razones sobradas para defender lo que existe? Si algo no podemos proponernos es convencer a tres millones de personas que viven espléndidamente de que el país está mal. Muros fortificados y puertas con claves electrónicas y ejércitos privados de guardianes y de mastines casi los autorizan a decir que este es un país seguro. Y tampoco podemos hacer que los cinco millones que se desvelan luchando por acceder a ese círculo exquisito acepten que el modelo social excluyente ha fracasado, aunque cada día sientan más cerca las lenguas del caos. Altos ingresos y cartas de crédito y clubes y lujosos centros comerciales donde se puede vivir por un rato como en Nueva York, y a donde no llega todavía la violencia de los miserables y la brutalidad de las mafias les garantizan la conveniencia del modelo. 97


No se preguntan por qué las gentes acomodadas de otros países no tienen que conformarse con pequeños guetos residenciales y comerciales sino que pueden andar por sus ciudades y por sus campos disfrutando plenamente del mundo. Se han resignado a vivir tras los muros y no ignoran que algo está podrido en el mundo que tan celosamente defienden.

Pero gradualmente el país se ha hecho inhóspito y difícil aun para los que siempre se lucraron de él; la postergación de las reformas y la renuncia al Proyecto Nacional han vulnerado tanto a la población, que ya hasta los dueños del poder se quejan del país que hicieron. Existen hoy en el territorio más de 400 personas secuestradas, y los presentadores de noticias nos despiertan en las mañanas a la pesadilla de recordar que vivimos en un país sitiado por guerrilleros, narcotraficantes, paramilitares, autodefensas, milicias populares y delincuentes comunes. Los dueños del país tienen que sentir alarma ante esto que no han sabido evitar con su poder. Esos millones y millones de pesos que nunca fueron capaces de invertir en evitar los males de la pobreza, los tienen que gastar en armas para reprimir a los hijos del resentimiento y de la miseria. Como es su costumbre, olvidan que ellos tuvieron siempre el derecho y el poder de hacer y deshacer a su antojo, y acusan al pueblo de ser el causante del caos. Leemos en los grandes diarios, cuyo esfuerzo persistente por disimular el horror y cuya renuncia culpable a ser la conciencia crítica de la sociedad han sido por décadas el sedante de la opinión pública, que el país ha perdido sus valores, que se han deteriorado la moral y las buenas costumbres. Pero, como decía Bernard Shaw, hay momentos en que el pueblo no necesita más moral sino más dinero. Tener con qué comer no garantiza que alguien se porte bien, pero no tenerlo francamente 98


exige que uno se porte mal. Los responsables del drama empiezan a exigir que sean las víctimas quienes arreglen lo que la codicia ha dañado, exactamente a la manera como ahora los fabricantes de basuras no biodegradables proponen que en vez de ellos detener la producción, los pueblos realicen periódicas cruzadas de limpieza por campos, playas y ríos del planeta. La vieja estrategia consiste en privatizar bien las ganancias, y socializar vastamente las pérdidas.

A veces admiten que las cosas están mal, pero inmediatamente les indigna que se pretenda buscar responsables. ¿Por qué buscar un culpable?, se preguntan. ¿Por qué no asumir que la historia nos ha traído a esto y que ahora lo tenemos que resolver entre todos? La verdad es que la corrección de los males exige descubrir dónde están las causas, ya que todo proyecto histórico que pretenda erradicar los males sin conocer su fuente está condenado al fracaso. Nuestro insensato modelo mental es en eso de una siniestra comicidad. El mejor crítico de ese modelo, Estanislao Zuleta, solía decir que no hay que confundir las causas de las cosas con las condiciones que las hacen posibles. "Por ejemplo -decía-, si a uno le cuentan que alguien se suicidó arrojándose de un octavo piso, y le preguntan cuál fue la causa de esa muerte, uno no responde que la ley de la gravedad". Pues bien, en Colombia continuamente confundimos las causas de las cosas con las condiciones que las hacen posibles. Si un par de sicarios asesina a alguien desde una moto, al día siguiente prohibimos las motos. De la misma manera, confundimos las causas con los efectos, creemos que alterando los efectos corregimos las causas. La delincuencia común generalizada es hija de la miseria y de la exclusión, pero siempre hay alguien interesado en acabar con la delincuencia sin alterar para nada esas condiciones de injusticia. El narcotráfico es fruto de una situación 99


en la cual el trabajo honrado no permite siquiera sobrevivir, mientras el trabajo ilegal es pagado copiosamente por un imperio opulento. Siempre hay alguien que quiere disipar el efecto sin modificar para nada la causa. La proliferación de vendedores ambulantes es fruto de la falta de alternativas formales de supervivencia. Siempre hay alguien que cree que la solución es echarles la policía o encerrarlos en sótanos donde no puedan competir. Y es tan grave la miseria mental de algunos, que se llega a pensar seriamente que la causa de la pobreza es que haya pobres, y que por lo tanto la solución es acabar con ellos, eso sí, a medianoche y en la oscuridad.

Curiosamente, ahí sí hay culpables. Quienes se empeñan todo el día en negar que la responsabilidad de los males sociales le pueda ser imputada a los privilegiados (los únicos que tuvieron en sus manos la posibilidad de humanizar un poco el modelo), siempre están dispuestos a vociferar que la culpa de la pobreza está en los pobres, la culpa de la delincuencia en los delincuentes y la culpa de los sicarios en las motos que los llevan a cumplir sus crímenes. Y no aceptarán nunca que si una sociedad tiene 35 millones de habitantes y toda su riqueza está en manos de cinco, los otros 30 han sido expropiados. Está bien, así es la vida. Pero si esos cinco que son dueños de todo no se esfuerzan por garantizar que su sociedad sea mínimamente viable para los otros, y se encierran en un egoísmo enfermizo y fascista, ¿con qué derecho podrán protestar cuando les llegue el turno de ser expropiados, en la hora inmisericorde de los resentidos y de sus machetes? Mi humilde opinión, pero hay quienes aseguran que no es así, es que esa hora espantosa está más cerca de lo que muchos imaginan, y que, como diría Shakespeare, el egoísmo está afilando un cuchillo destinado a su propio cuello. El mal está andando, nadie hace nada por detenerlo, 100


Colombia tiene cada año más crímenes que el anterior, más secuestros, más extorsiones, más corrupción, más desigualdad, y las voces oficiales parecen estar de acuerdo en que, si alguien está insatisfecho, pues que se encargue de arreglar las cosas.

Tal vez tienen razón. Tal vez ha llegado el momento en que sean las comunidades, y no los causantes del mal, quienes se apliquen a la tarea de resolverlo. Incluso, tal vez ha llegado el momento en que, a pesar de estos largos y necesarios análisis de las causas de nuestra crisis, la sociedad deba asumirse como responsable de lo que ocurre y emprender la tarea de cambiarlo. Hasta ahora, la aceptación de que había una clase dirigente, conocedora de los rumbos de la nación, capaz de diseñar las políticas económicas, los modelos de desarrollo, los planes culturales, ha permitido que la sociedad se adormeciera en la indiferencia o asumiera el papel igualmente lastimoso de reclamar soluciones o recibir limosnas. Pero demostrado el catastrófico fracaso de esas élites, de sus partidos y de sus discursos, ¿no debe la sociedad asumir que su deber es dar soluciones en lugar de estar reclamándolas o implorándolas? Cada ciudadano debe ser capaz de decirse a sí mismo: "Lo que yo no resuelva, no tengo derecho a esperar que otro lo resuelva por mí". Y asumir en consecuencia que el mero reclamo y la mera petición son maneras tan sumisas de estar en el mundo como la indiferencia o el silencio cobarde. ¿No estará llegando la hora de no pedir ni esperar nada, de construir un modelo distinto? ¿No estará empezando a tener su sentido y su función la propuesta de desobediencia civil que Thoreau razonó hace un siglo y medio? ¿Supone esto abandonar al Estado en manos de los políticos corruptos, la economía en manos del mercado mundial, las calles en manos del hampa? 101


Ante esto hay varias alternativas. O uno acepta al Estado, cree en su legitimidad, y en esa medida confía en él, respeta sus reglas, participa en elecciones, sostiene en ese marco sus puntos de vista y lucha por imponerlos; o uno no acepta la legitimidad del Estado, se organiza por fuera de él o contra él, y lucha por la instauración de un Estado en el que pueda creer y confiar; o uno no cree en la validez de ningún Estado, y se organiza para sobrevivir en la selva del mundo sin dar por supuesto un contrato social y unas normas de convivencia. Yo sinceramente no creo que la sociedad colombiana pueda sobrevivir en su diversidad y su complejidad, con expectativas de una vida digna, en el ámbito del Estado actual, con sus supuestos mezquinos, su mole burocrática, su legalismo irresponsable y su corrupción; y a la vez no creo que podamos renunciar a la existencia de un Estado que mínimamente reglamente la convivencia social y garantice condiciones para la iniciativa privada, la regulación económica, la aplicación de la ley, la primacía del interés común sobre los intereses privados, la protección del ámbito inviolable de la libertad individual.

¿Qué hace que nuestra sociedad no reaccione? Tal vez lo mismo que hizo que dos hombres del pueblo alzaran sus hachas contra Rafael Uribe Uribe, que un hombre del pueblo asesinara a Jorge Eliécer Gaitán, que durante la Violencia los pobres del partido azul fueran enemigos de los pobres del partido rojo y se degollaran por el color del pañuelo. Lo que nos paraliza es que en nuestra sociedad siempre imperó un solo lenguaje, el que Gaitán intentó erradicar del alma del pueblo, ese discurso excluyente y señorial que repite que unos cuantos son legítimamente dueños y voceros del país, y que todos los demás son la turba insignificante, la chusma. Es el discurso disociador que 102


excluye a todo lo que no forme parte del círculo de privilegios. El discurso económico que pretende que la situación del país se mide por las cifras de la inflación, del crecimiento económico, del producto interno bruto o de la tasa de cambio, y no por las verdaderas condiciones de vida de los individuos concretos. El discurso que sigue sosteniendo, como durante los dos siglos previos, que los únicos modelos válidos son los que nos dictan las metrópolis, y que no tenemos derecho a proponer alternativas, porque nuestro deber es ser dóciles réplicas de lo que inventan otros. Ese discurso ha remplazado la realidad de hambre y de sangre por un espectro de cifras, sondeos y promedios. Ese discurso se autoproclama feliz porque este fin de año hubo 297 crímenes "y no 302 como el año pasado". Ese discurso nos repite sin fin que vivimos en el mejor de los mundos, que Colombia es una de las democracias más perfectas que existen. Ciertos periódicos están concebidos para hacernos sentir que todo está bien, que la economía es pujante, que el crecimiento económico fue considerable, que las autoridades reportan normalidad, que Colombia es un país de seres abnegados pero felices, que le hacen frente a la inexplicable adversidad con optimismo y con fe en el futuro, y que en realidad nuestros males consisten en que hay unos cuantos bandidos de los que ya se encargará la policía. Se considera alarmismo decir que en Bogotá la gente tiene miedo de subirse en los buses ante la posibilidad de un atraco, que nadie quiere salir de noche a las calles porque la ciudadanía perdió el derecho a los espacios públicos, que tener auto es tan peligroso como andar a pie por los callejones, que todos los días oímos historias de familias que han sido saqueadas y amordazadas por el hampa en condiciones extremas de impunidad, que hay personas trabajando turnos de 24 horas por el salario mínimo, que hay capitales de departamento sin agua potable, que nadie se siente convocado por 103


un proyecto de sociedad, que los jóvenes se aturden por gozar el presente sin preguntas y sin pensamientos porque nadie cree en el futuro, salvo cuatro caballeros de industria y sus voceros en los medios de comunicación. Éstos tienen que esforzarse por combinar la información

objetiva,

a

menudo

escabrosa,

con

espectáculos

entretenidos que atenúen el efecto desolador del verdadero país que nos cerca y para el que nadie parece tener soluciones; y hemos llegado al extremo de que ver cosas alarmantes es pesimismo; el optimismo consiste en decir por obligación que todo va bien e irá mejor, y mencionar los males se ha vuelto más censurable que los males mismos.

Es urgente decirle adiós en Colombia al doble partido liberal conservador, cuyas dos cabezas siempre están en desacuerdo en las minucias mezquinas del reparto y siempre de acuerdo en la lógica general de la ambición y del saqueo. Después de haber arruinado al país, siguen barajando los nombres de las mediocridades que nos gobernarán en el próximo siglo. No construyeron una nación, una industria, una cultura, un arte, una ciencia, una filosofía: hasta los bellos ejemplos de su arquitectura los demolieron ellos mismos por codicia, para vender los lotes al mejor postor; gastaron su momento histórico en simulacros estériles y despreciaron todo lo grande que Colombia tenía para ofrecerle al mundo. Nos convirtieron en un pobre país subalterno de ganapanes y de imitadores, pero algo profundo y sagrado impidió que ese proceso fuera completo: tal vez este territorio cuya riqueza natural sigue pasmando a los visitantes, esta riqueza cultural criolla y auténtica que cada vez se hace más importante y más vigorosa. Debemos extraer nuestra poesía del futuro, pero sin olvidar que, como dice García Márquez, y como pensaba Gaitán, uno no es de donde le 104


llegan las modas, sino de donde tiene sembradas las tumbas. Esas generaciones colombianas que hicieron de éste un suelo mestizo y mulato, un suelo criollo, donde debemos buscar nuestra manera de ser, la cara de Colombia que el mundo aprenderá a respetar y a querer.

Pero ese país nuevo no es un mero sueño proyectado al inasible futuro sino una realidad que se ha ido construyendo por años y años. Esa Nueva República está viva en miles y miles de esfuerzos que interpretan de otro modo el país, que abren canales de expresión para la inmensa franja de colombianos excluidos por la miseria moral de las clases dirigentes. Ninguno de los grandes sueños patrióticos, ninguno de los componentes del presentido Proyecto Nacional podrá ser olvidado por el país nuevo que nace sobre las ruinas del bipartidismo faccioso y de su Estado delincuente.

Ahí están, vivas, 60 naciones indígenas con sus mitologías, sus lenguas, sus filosofías trascendentales de respeto por la naturaleza y de armonía con el universo natural, con sus músicas, sus danzas, sus indumentarias,

sus

ornamentos,

sus

rituales,

sus

sabidurías

ancestrales, su medicina y su magia, sus artes y sus artesanías. Ahí está la epopeya admirable de don Juan de Castellanos, quien nos narró minuciosamente el proceso de la conquista de la Nueva Granada, una obra llena de información sobre nuestros mayores de distintas razas y culturas; una de las poquísimas obras poéticas de nuestra tradición que nombra el territorio con admiración y con reverencia, una de las pocas en que existen los pueblos nativos, con su complejidad, su violencia y su heroísmo. Ahí está el ejemplo desafiante de la Expedición Botánica, la memoria de sus naturalistas y sus pintores, lo mismo que un tramo memorable de la Expedición de Aimé Bonpland y de Alexander Von 105


Humboldt. Ahí está el ejemplo de próceres como José María Carbonell, que realmente creyeron en la posibilidad de una autonomía política y en una independencia espiritual del poder opresivo de las metrópolis. Ahí están los ejemplos de José Hilario López, de Tomás Cipriano de Mosquera, y de todos aquellos, muchos pertenecientes a las clases dirigentes tradicionales, que creyeron en el país y procuraron su grandeza con verdadero amor por el territorio y verdadero respeto por su gente. Ahí está el ejemplo de la Comisión Corográfica; el doble viaje físico y literario de Jorge Isaacs descubriendo la riqueza y la belleza de los trópicos americanos; el pensamiento de Rafael Uribe Uribe y los viajes exploratorios de Rafael Reyes. Ahí está la sorprendente aventura lingüística de Rufino José Cuervo y la notable labor crítica de Baldomero Sanín Cano. Ahí están la saga fundadora de los antioqueños, la saga de los ferrocarriles, el sueño de una economía nacional que desde los años veinte nos propuso un destino distinto; la aventura legendaria de la navegación por el Magdalena; la aventura mental y verbal de José Eustasio Rivera explorando el Casanare y la selva, y denunciando el infierno de las caucherías. Ahí está la obra de Porfirio Barba Jacob, su vida de rebelde, de aventurero, de soñador, y de hombre continental; el respetable proyecto liberal de Alfonso López Pumarejo y su Revolución en Marcha; el ejemplo ciudadano, la misteriosa elocuencia y el lúcido ideario político del más grande dirigente del siglo, Jorge Eliécer Gaitán. Ahí están la combatividad y la integridad de María Cano y de Ignacio Torres Giraldo; la lucha de los mártires de las bananeras; la Biblioteca Aldeana de Daniel Samper Ortega, y su generoso proyecto intelectual. Ahí está la obra lúcida, original, audaz, y profundamente comprometida con el país, del maestro Fernando González. Ahí está el ejemplo de los grandes líderes populares del MRL, el ejemplo de Alfonso Barberena luchando en las 106


barriadas por las muchedumbres que llegaban huyendo de la Violencia. Ahí está la obra de Gabriel García Márquez, que hizo que Colombia ingresara en las letras universales; y ahí está la poesía edénica de Aurelio Arturo. Ahí están los grandes movimientos obreros de los años sesenta, el movimiento estético impulsado por Marta Traba, y el gran esfuerzo intelectual impulsado por Jorge Gaitán Durán y la revista <I>Mito<D>. Ahí está el ejemplo generoso de Camilo Torres Restrepo, capaz de dar todo por sus convicciones. Ahí está el Nadaísmo, expresión de la rebeldía juvenil en una década inolvidable, renovador del lenguaje literario y conciencia crítica de su tiempo. Ahí esté el largo y enriquecedor esfuerzo cultural de la revista <I>Eco<D> por mantener vivos los vínculos entre nuestra cultura y la gran tradición occidental. Ahí está el esfuerzo de Luis Carlos Galán por dignificar la política. Ahí está la música popular de Carlos Vieco y de Tartarín Moreira, de Guillermo Buitrago y de Lucho Bermúdez, de José A. Morales y de Jorge Villamil, del inspirado maestro José Barros y de Carlos Washington Andrade, de Crescencio Salcedo y de los juglares vallenatos. Ahí está la intensa y paciente labor filosófica de Danilo Cruz Vélez; y el genio reflexivo y la pedagogía estética de Estanislao Zuleta, que abrió nuestro pensamiento a los horizontes de la modernidad.

Es grande el trabajo que se ha hecho y grande el que resta por hacer, pero es posible que Colombia, sin saberlo muy bien, sin decírselo siquiera a sí misma, haya emprendido hace ya tiempo la tarea de propiciar una transformación que no pueda ser frustrada por las balas de la codicia. Sus mayorías renunciaron hace mucho a la fe en los líderes y en los partidos, pero importantes sectores de la población, apartándose del mundillo prepotente y antinacional que nos gobernó, se han dedicado a la labor fecunda y duradera de reconocerse en el país y 107


de construir un proyecto que no pueda ser socavado por la difamación ni por el crimen. Ha venido creciendo una conciencia distinta que no puede situarse ni acallarse, porque está en todas partes. Está en la labor admirable y generosa de Gerardo Reichel-Dolmatoff, quien nos reveló los mundos asombrosos de misterio y de sabiduría de los pueblos indígenas a los que nuestra cultura oficial había considerado siempre salvajes y primitivos. Está en la labor persistente de antropólogos y sociólogos, de biólogos e ingenieros, de médicos e investigadores que, como los miembros de la vieja Expedición Botánica, no ignoran las implicaciones políticas de su labor, no ignoran que su esfuerzo es parte de la búsqueda de un destino mejor para Colombia. Está en la creciente labor de escritores y artistas, de filósofos y psicólogos, de historiadores y arquitectos, de científicos y técnicos cuya silenciosa rebelión está en la voluntad de construir un saber que se deba a nosotros y que resuelva problemas de nuestra realidad. Al lado del país de los privilegios, del Estado corrupto y de sus políticos, al lado de las violencias guerrilleras y estatales, de la mafia y del hampa, al lado de las torturas y las ejecuciones sumarias, de las masacres políticas y de los cinismos electorales, ha ido creciendo ese otro país al que ya no engañan los poderes económicos egoístas y sus voceros en los medios de comunicación. De ese país indignado pero responsable y creador, de ese país que no es noticia, debe salir el futuro que Colombia merece.

Pero ese país en formación aún no está integrado en un Proyecto Nacional. Sus esfuerzos crecieron aislados, y por eso la nación donde se gesta la rebelión civilizadora, llamada a cambiar por fin los protagonistas de la historia colombiana, todavía produce la sensación de ser sólo un dilatado desastre en cine mudo. Todavía ese 108


pensamiento plural no se ha cohesionado en un lenguaje que nos permita entrar en diálogo creador unos con otros. Aún impera el lenguaje receloso, faccioso y excluyente que nos enseñaron, pero en incontables ciudadanos existe ya la semilla de esa Nueva República, unida en su complejidad étnica y cultural, y a la vez respetuosa de sus diferencias. En la admirable literatura testimonial más reciente, después de 50 años de silencio, gentes del pueblo que fueron protagonistas de una historia tremenda han empezado a reconstruir su destino mediante un lenguaje vivo y lleno de revelaciones. En lugar de pensar en dominarlo y en administrarlo, muchos colombianos están interrogando y pensando el país. Después de las valiosas Jornadas Regionales de Cultura, el alegre esfuerzo de las comunidades permitió salvar otra convocatoria cultural dignificadora y fecunda, el programa Crea, una expedición por la cultura colombiana, sostenido a ciegas por varias administraciones sin comprender muy bien su valor, y que vino a sorprendernos con la riqueza, la diversidad y la vitalidad de nuestra cultura presente. El nuevo país crece en la labor de industrias y cooperativas regionales; de empresas solidarias; de movimientos ecológicos; de medios alternativos; de eventos literarios, artísticos y musicales de trascendencia mundial logrados gracias a la iniciativa particular en varias ciudades; en la dignidad de una nueva generación de periodistas responsables y valerosos; en creadores de música y danza que se han inclinado sobre las fuentes de su propia cultura para encontrar un lenguaje con el cual hablarle originalmente al mundo; en el trabajo de grupos y personas comprometidos con el país, que no tienen el menor afán por lanzarse a la conquista del poder, o que, habiendo conocido las redes paralizantes de su enorme laberinto kafkiano, ya saben cuán imposible es cambiar algo en la bruma pesadillesca de los incisos y de los occisos. 109


Sólo tomando posesión de ese lenguaje, múltiple y cohesionador, que le dé un nuevo sentido a la nación y a su historia, podremos llegar a constituir un movimiento capaz, no de reclamar ni de pedir sino de provocar los grandes cambios sociales que requiere el país y proponer una vida viable en el ámbito de las posibilidades contemporáneas. Para realizar una revolución que no pueda ser detenida y frustrada por las balas, se requiere la unión de la inteligencia, la creatividad y la solidaridad de millones de seres humanos, de los que ya saben que el poder existente sólo busca un futuro para esa exigua minoría que se avergüenza de sus compatriotas y que sistemáticamente los desprecia y los excluye.

Un país formidable en recursos y capaz de grandes empresas está en condiciones de nacer. Basta que los colombianos nos permitamos ser conscientes de nuestra fuerza, ser los voceros orgullosos de nuestro territorio, los defensores de nuestra naturaleza y los hijos perspicaces de una historia que yace en el olvido. Hoy ya no se trata de alcanzar el cielo sino de salir del infierno, de un infierno de intolerancia y de desamparo circunscrito por la historia a la línea de nuestras fronteras. Pero bastará dar ese paso inicial que nos arrebate al horror para que ya sea posible soñar el país que Colombia, aleccionada por su historia, puede llegar a ser. Tarde o temprano tendremos que pensar, no en una economía aislada e independiente, cosa imposible, pero sí en una economía cuya primera prioridad sea la gente colombiana.

Yo sueño un país que esté unido física y espiritualmente con los demás países de la América del Sur. Que un grupo de jóvenes venezolanos o colombianos pueda tomar el tren en Caracas o en Bogotá y viajar, si así 110


lo quieren, hasta los confines de Buenos Aires. En un mundo donde se hacen autopistas de isla en isla, no ha de ser imposible tender ese camino de unidad entre naciones hermanas. Yo sueño un país que cuando hable de desarrollo hable de desarrollo para todos, y no a expensas del planeta sino pensando también en el mundo que habitarán las generaciones futuras; que cuando hable de industria nacional sepa recordar, como Gaitán, que industria son por igual los empresarios, los trabajadores y los consumidores. Yo sueño un país consciente de sus tierras, de sus árboles, de sus mares y de sus criaturas, donde hablar de economía sea hablar de cómo vive el último de los hijos de la república. Yo sueño un país donde sea imposible que haya gentes durmiendo bajo los puentes o comiendo basuras en las calles. Yo sueño un país cuya moneda pueda mostrarse y negociarse en cualquier lugar del planeta. Yo sueño un país que gane medallas en los Juegos Olímpicos. Yo sueño un país de pueblos y ciudades hermosos y dignos, donde los que tengan más sientan el orgullo y la tranquilidad de saber que los otros viven dignamente. Yo sueño un país inteligente, es decir, un país donde cada quien sepa que todos necesitamos de todos, que la noche nos puede sorprender en cualquier parte, que el carro se nos puede varar en las altas carreteras solitarias, y que por ello es bueno que nos esforcemos por sembrar amistad y no resentimiento. Yo sueño un país donde un indio pueda no sólo ser indio con orgullo, sino que superando esta época en que se lo quiere educar en los errores de la civilización europea aprendamos con respeto su saber profundo de armonía con el cosmos y de conservación de la naturaleza. Yo sueño un país donde tantos talentosos artistas, músicos y danzantes, actores y poetas, pintores y contadores de historias, dejen de ser figuras pintorescas y marginales, y se conviertan en voceros orgullosos de una nación, en los creadores de sus tradiciones. Todo 111


eso sólo requiere la apasionada y festiva construcción de vínculos sinceros y valerosos. Y hay una pregunta que nos está haciendo la historia: ahora que el rojo y el azul han dejado de ser un camino, ¿dónde está la franja amarilla? (Ospina, 2003)

CAPITULO 3: SOCIOLOGÍA COLOMBIANA Y NUEVOS TEMAS DE DISCUSIÓN Lección 11. La Sociología en Colombia Se realizará un recuento de lo que ha sido el desarrollo de la Sociología como carrera profesional en nuestro país. Se toman como documentos de base el trabajo elaborado por Gabriel Restrepo en su texto “Sociología en el umbral de sus años cincuenta” (Restrepo G. , 2009), publicado por el Departamento de Sociología de la Facultad de Ciencias Humanas y el trabajo realizado por Gonzalo Cataño en su texto denominado “La Sociología en Colombia: Balance Crítico”. (Cataño, 1986). La historia de la Sociología en Colombia siempre ha estado enmarcada en sus relaciones con el Estado, debido a la marcada influencia que ha tenido el aparato gubernamental en las decisiones de la Universidad Pública. El desarrollo sociológico en Colombia se introduce debido a la reforma política Planteada por el señor presidente Rafael Núñez (1823 - 1894), pues recomendó la utilidad de su estudio en el país. En 1882 el día 10 de Diciembre, se realiza la inauguración de la cátedra de sociología en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Colombia, dictada por Salvador Camacho Roldan (1827 -1900). La importancia histórica cobra sentido puesto que a partir de allí se empieza a realizar el análisis sobre los problemas del Estado nacional. El siglo XIX en Colombia se presentaba la disputa bipartidista entre los liberales y conservadores, esa situación afirmó el desarrollo de la sociología para plantear nuevos aires intelectuales en la época hasta la fundación de la Facultad de Sociología en la Universidad Nacional de Colombia en 1959. 112


De acuerdo con el autor Gabriel Restrepo se pueden considerar cuatro etapas del desarrollo de la Sociología.

La primera etapa está definida entre 1959 y 1966 y se caracterizó por albergar en el departamento de Sociología de la Universidad Nacional profesores de distintas creencias: Orlando Fals Borda, Camilo Torres, Darío Mesa, entre otros. En esta etapa la Sociología se ocupó del estudio de algunos temas como las zonas de violencia, la acción comunal, la reforma agraria, la pobreza urbana, la educación y el trabajo. Todos estos temas se enmarcaron en lo que debería ser la preocupación y respuesta del Estado. Algunos profesores, debido a la obstrucción de verdaderos cambios sociales, optaron por caminos como la vía armada (Camilo Torres) o la resistencia civil pacífica (Fals Borda y la Investigación Acción Participativa). También se crearon las facultades de Sociología en la Universidad Javeriana (Bogotá) y en la Pontificia Bolivariana (Medellín). En 1962, por iniciativa de profesores de la Universidad Nacional, surge la Asociación Colombiana de Sociología. Al mismo tiempo, la Facultad saca el primer posgrado de Sociología en Colombia denominado Programa Latinoamericano de Sociología del Desarrollo (Pledes).

La segunda etapa que va de 1966 a 1970 se enmarca en la elección de la Sociología por el discurso del desarrollo, la dependencia y la planificación, a través de sociólogos latinoamericanos como Jorge Graciarena y otros y la Maestría de Estudios Graduados. La perspectiva fue más macro-sociológica centrándose en las relaciones entre el mundo, el Estado y la Nación, muy influenciada por las tesis de la Cepal. Sin embargo el desarrollo de este trabajo presentó muchos obstáculos debido a la resistencia estudiantil, muy politizada en aquella época especialmente por los sectores de la izquierda.

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Entre 1971 y 1997 se configura la tercera etapa que puede dividirse en dos momentos: el primero entre 1971 y 1984 y el segundo entre 1984 y 1997. El primer momento se sitúa en la radicalización del país y la defensa de la universidad pública especialmente por parte de profesores de Sociología y de Ciencias Sociales. Durante este lapso la lucha estuvo dirigida a combatir el neocolonialismo cultural y por ello surgieron los estudios poscoloniales. Además, el profesor de la UN, Darío Mesa propuso una tesis orientadora de la formación en esta disciplina abogando por una Sociología científica, nacional y política basada en los fundamentos teóricos y filosóficos, y desarrollada a través de una serie de seminarios para la discusión de autores clásicos. Por otra parte, los temas centrales del interés sociológico de este periodo fueron el estudio de la violencia, la industria y el trabajo, la Sociología urbana, rural, política, de la ciencia y de la cultura, influyendo en la creación posterior de la maestría y en la propuesta de políticas públicas. Entre 1984 y 1997 se suceden varios hechos históricos importantes y determinantes para la Sociología en el contexto nacional: la apertura democrática del gobierno de Belisario Betancourt; la Elección Popular de Alcaldes en 1986; la Constitución de 1991; la Ley General de Educación en 1994; los planes decenales de educación y cultura; y el movimiento por el desarrollo de la ciencia.

Por último, la cuarta etapa estaría ubicada desde 1998 hasta el presente y se caracterizaría por la insatisfacción, por un lado, de las acciones provenientes del Estado para generar cambios reales y soluciones a las problemáticas del país a través de políticas económicas y sociales, y por otro, de la administración a través de poderes neo-autoritarios o neo-regeneracionistas. En consecuencia, se insiste en el debate académico y social en torno a nuevas políticas públicas para la consolidación de opciones alternativas.

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Es importante reconocer que esta profesión en Colombia ha tenido muchas dificultades como lo dice Cataño en su escrito: ―Como grupo social especialmente sensible al estudio de los problemas sociales, los sociólogos se apropian de las posiciones críticas y en no pocas ocasiones entran en conflicto con los intereses de los sectores privilegiados o con las políticas del Estado que los amparan. Surgen entonces las frecuentes tensiones entre una disciplina que busca afianzarse como ciencia y las demandas de las crisis sociales que tratan de transformarla en un mero instrumento de los conflictos políticos. Esta tensión, que acaso sea insoluble, ha acompañado los frutos de la sociología nacional durante los últimos veinte años y ha impuesto su marca en la imagen de la profesión sostenida por diversos sectores de la opinión del país.‖ (Cataño, 1986).

Actualmente existen en el país 15 programas de Sociología, seis de ellos en la Ciudad de Bogotá en las Universidades Nacional de Colombia, Santo Tomás, Javeriana, Rosario, Externado y Cooperativa y los demás en las universidades: Valle, ICESI

(Cali), Pacífico (Buenaventura), Antioquia (Medellín), Atlántico

(Barranquilla), Popular del Cesar (Valledupar), Caldas (Manizales), Nariño (Pasto) y Tolima (Ibagué).

En estos momentos la Universidad Nacional Abierta y a Distancia está culminando los procesos requeridos para empezar a ofertar el programa de Sociología, considerando la importancia de la profesión para el cumplimento de su misión institucional ya que por todos es conocida su vocación comunitaria y social.

Lección 12. Camilo Torres y Orlando Fals Borda

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―La fundación del Departamento de Sociología de la Universidad Nacional obedeció al liderazgo de Orlando Fals Borda. Nacido en 1925, Fals borda había hecho su maestría en la Universidad de Minnesota, donde Pitirim A. Sorokin, el sociólogo ruso emigrado a Estados Unidos, había fundado, años atrás, la especialidad de sociología rural. Obtuvo luego el doctorado en la Universidad de Florida, con una tesis dirigida por el sociólogo rural norteamericano Lynn Smith. Este, que había sido a su vez discípulo de Sorokin, había publicado en 1944 una de las primeras investigaciones sobre el campesinado colombiano. La tesis de Fals Borda proporcionaba por primera vez una visión sociológica integral del habitante rural de los Andes, con buen manejo de archivos históricos, una descripción geo-botánica de la región y una exposición completa de las instituciones y conductas sociales, lograda con uso inteligente de encuestas y entrevistas. Fals borda llamó a colaborar en el Departamento de Sociología a Camilo Torres Restrepo (1929 - 1966), sacerdote católico, sociólogo graduado en la Universidad de Lovaina con una tesis sobre trabajadores urbanos. Camilo torres había hecho luego una breve especialización en sociología urbana en la Universidad de Minnesota. Los dos fundadores reunían los mejores requisitos para liderar la nueva institución.

Profesionales

con

especialidades

complementarias

(sociología rural y urbana), con orientaciones religiosas diferentes (protestante y católico), formados en distintos ámbitos culturales (Estados Unidos y Europa), aspiraban a demostrar que la sociología podía acelerar el cambio social con el uso de la investigación, la consejería, la extensión universitaria y un nuevo modelo de convivencia de creencias diferentes‖. (Restrepo Forero Gabriel, 1997, pág. 8).

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Camilo Torres nació en Bogotá en 1929. Su padre era médico y pertenecía a una familia acaudalada de la burguesía liberal. En ese tiempo era común que las familias enviaran a sus hijos a estudiar en Europa por lo cual fue llevado por sus padres a estudiar fuera y regresó en 1934. Inició su bachillerato en el Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario, del que fue expulsado por las severas críticas que hacía a sus profesores por lo cual debió terminar su educación media en el Liceo Cervantes en 1946. Posteriormente estudió un año de Derecho y luego entró al Seminario Conciliar de Bogotá donde fue ordenado Sacerdote en 1954. Siempre se mostró muy interesado por las problemáticas sociales. En 1958 recibió el título de Sociólogo en la Universidad de Lovaina en Bélgica donde presentó como tesis doctoral un trabajo sobre la realidad socio económica de Bogotá, documento que después fue publicado con el nombre de “La proletarización en Bogotá”.

En 1959 regresó a Colombia con su interés de apoyar activamente las causas de los pobres. Siendo el capellán de la Universidad Nacional, junto con Fals Borda y otros profesores interesados por los temas sociales, fundó la primera escuela de Sociología en Colombia.

Con la llegada del Frente Nacional del cual se habla en el documento de William Ospina en la lección anterior de este módulo, fundó el Frente Unido del Pueblo, 8 organización de oposición a los partidos tradicionales. Consideraba que para los pobres no quedaba otra salida que la lucha armada. Apoyaba completamente la Teología de la Liberación que era una visión Marxista de los católicos de América

8

El Frente Unido fue un movimiento contestatario, abstencionista, con una propuesta transversal de unidad entre diferentes sectores sociales (campesinos, estudiantiles, obreros), mayoritariamente “no alineados” con la dirección de los partidos de izquierda y derecha constituidos, que provocó una movilización inusitada en Colombia en su corto tiempo de duración a mediados de la década del sesenta. En palabras del colectivo Proletarización, trabajo que diversos historiadores de las disidencias reconocen como “la fuente más importante y más sistemática sobre el conjunto de la izquierda durante esos años, de todas las plataformas y programas políticos de la década pasada, el que más impacto causó y a un mayor número de gente llegó fue, sin lugar a dudas, la plataforma de este Frente... hasta hoy, el mayor intento de aglutinar y movilizar masas”. (Múnera, 1998)

117


Latina quienes se planteaban como hacer que la fe no fuera alienante sino por el contrario liberadora.

Luego de renunciar a su trabajo como Profesor de la Universidad y disolver su movimiento, se unió al Ejército de Liberación Nacional donde daba asistencia espiritual e ideológica desde una visión de Cristianismo Marxista. Murió en 1966 en su primera experiencia de combate contra las tropas del Ejército Nacional de la Quinta Brigada de Bucaramanga.

El legado de Camilo básicamente consistió en su preocupación por mejorar las condiciones de los pobres, paralela a su labor científica e investigativa pero lamentablemente debido a su incapacidad de lograr los cambios que se proponía, utilizó como única salida la lucha armada revolucionaria como el medio para lograr un estado más justo y una nueva sociedad de tipo socialista.

Orlando Fals Borda (1925-2008), como ya se expuso con anterioridad, fue el fundador y decano de la Facultad de Sociología de la Universidad Nacional de Colombia entre los años 1959 y 1967. Su objetivo principal era la de organizar una facultad sembrada en las verdaderas realidades del país, mediante la observación y la clasificación metódica de los hechos. Uno de sus principales temas de discusión fue la violencia de la década de los años 60. Su interés por articular el conocimiento de la sociedad con la práctica política lo llevó a desarrollar el método de la Investigación Acción. Este método fue aplicado por primera vez en la preparación de su libro “La cuestión Agraria en Colombia (1975). Dicho método consistía en discutir la información recolectada con los campesinos de las regiones involucradas en el estudio y con intelectuales de diversos lugares del país. Con ello preparó el terreno para la creación del método denominado Investigación Acción Participación (IAP)

118

con el que se pretendía que las


problemáticas fueran estudiadas de una manera comprometida, de tal forma que no solamente se pudiera interpretar la realidad sino también transformarla. Fue fundador de la revista Alternativa en los años 70 y 80, la que refundó en los años 90. En los últimos años impulsó la conformación del Centro Estratégico de Pensamiento Alternativo y dirigió la revista CEPA. A finales de los 80 fue detenido junto con su esposa María Cristina Salazar, por supuestos nexos con la organización guerrillera M19, del cual no fue miembro formal pero si simpatizante con su filosofía. Posteriormente cuando el grupo se transformó en partido político, fue elegido en su representación para la preparación de la constitución de 1991. En su honor y como reconocimiento a sus grandes aportes al desarrollo de la investigación social, la Universidad Nacional Abierta y a Distancia, en concordancia con su misión y su esencia comunitaria tiene abierta en su página institucional un espacio denominado: “Cátedra Latinoamericana Orlando Fals Borda”.

Lección 13. Sociología del Deporte En las lecciones anteriores se abordaron enfoques y autores que se han dedicado a las temáticas relacionadas con las estructuras sociales, lo comunitario, la economía, las clases sociales.

En esta lección se abordarán nuevos temas de discusión en la sociología. Específicamente se trabajará el tema de la Sociología del Deporte, que es un campo relativamente nuevo.

Para los autores dedicados a estos temas fue difícil convencer tanto a la comunidad académica como a la sociedad, de que el deporte no era un tema tan trivial sino que, junto con temas como la familia, la religión, los medios de 119


comunicación y la educación, es una institución social que justifica una mirada científica. Para Jay Coakley: “la sociología del deporte es una subdisciplina que enfatiza en la relación entre el deporte y la sociedad, su ámbito comprende la acción individual y del grupo en su relación social con el deporte, se ocupa de cómo la sociedad cambia al deporte y cómo el deporte puede provocar cambios en la sociedad”. (Coakley, 2002)

La primera obra relacionada con la Sociología del deporte fue publicada en 1921. El autor Heinz Risse, a través de un procedimiento sociológico formal, identifica al deporte especialmente competitivo, como una categoría sociológica. Sin embargo es solo hasta finalizada la segunda guerra mundial cuando surge como disciplina científica encargada de explicar los fenómenos sociológicos generados en el escenario deportivo.

Específicamente, en la década del 60, con la vinculación de los medios de comunicación al deporte olímpico (Roma) es cuando se identifica la relación entre el deporte y la política desde el punto de vista de su utilidad no solo política sino económica, por lo cual se empezó a evidenciar la necesidad de incluir el tema como parte del programa de estudio en la educación superior. Logra entonces su mayor desarrollo hacia 1980, año en el cual se institucionaliza al entrar en la esfera académica.

El objeto de estudio de la Sociología del deporte debe ser el desarrollo de una teoría que permita interpretar y explicar las acciones y comportamientos observables en relación con la estructura de la institución deportiva así como los factores sociales, políticos y culturales que se presentan como causas y también como consecuencias del mismo.

120


Jay Coakley, señala que: “la Sociología del Deporte tiene como objeto de estudio los fenómenos relacionados con la organización del deporte, sobre todo por el hecho de que dicha organización casi siempre depende de intereses ajenos al deporte ya sean políticos económicos o de otro tipo.” Los estudios sociológicos dentro del deporte pueden llegar a generar explicaciones a problemas de la familia y la economía, pueden sugerir una redefinición de roles entre hombres y mujeres ya que el deporte supone toda una serie de comportamientos y procesos sociales que no solo explican las estructuras del mismo sino a la estructura social por la cual el deporte existe como actividad”. (Coakley, 2002).

Se entienden como factores asociados al deporte los siguientes:

1. Violencia deportiva en dimensiones tales como: drogadicción, fanatismo, nacionalismo, conflictos como corrupción, sobornos, comportamientos de las barras. En este sentido cabría profundizar en aspectos tales como la socialización, la prevención y la rehabilitación, el control social, la comunicación, la difusión, los espectáculos, la relación entre el deporte y otras instituciones sociales como la familia, la escuela, la política y los medios de comunicación.

2. Factores relacionados con la estructura social tales como: movilidad social, discriminación racial o étnica, discriminación salarial en el deporte profesional, problemas de género, liderazgo y prestigio, conflictos de grupo y estilos de vida.

3. Problemas de tipo práctico dentro de los equipos deportivos como la competencia, los celos deportivos, la agresividad, consumo de drogas, alienación y los problemas de relaciones interpersonales entre los jugadores y sus entrenadores.

121


4. Factores de tipo económico y político: en este punto se hace referencia al deporte como instrumento económico y social, las formas de participación, su organización, la intervención del Estado.

Con todo lo anterior, es fundamental que la sociología propenda por un marco teórico propio de la disciplina que aún no se ha consolidado por lo cual en este momento se debe apoyar en otras disciplinas como la psicología, la medicina deportiva, la pedagogía y la antropología.

No se puede desconocer la importancia del deporte como agente socializador ya que contribuye a la unidad nacional y es un fuerte cohesionador por lo cual podría ser un elemento eficaz para educar políticamente no solo a quienes lo practican sino a la sociedad en general.

El deporte es el medio que mayor capacidad de convocatoria a nivel del planeta, por lo cual se constituye como uno de los principales mecanismos de control social, por lo cual se hace más importante su estudio.

A continuación se transcriben textualmente los resultados de un trabajo de investigación realizado por el sociólogo Gastón Parra Luzardo para el Centro Experimental de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Zulia (Venezuela) a propósito de la construcción de una propuesta de análisis socio histórico del deporte: “Síntesis del resultado de la investigación: El deporte es uno de los fenómenos menos tratado científicamente. Los estudios realizados se centran, principalmente, en la dimensión técnica, estadística y física del problema, en análisis de resultados cuantitativos del hecho deportivo. La estadística de lo actuado, el archivo de las 122


marcas o récords, el registro de los actores o competidores y, sobre todo, las posibilidades para elevar las hazañas con nuevas marcas, sintetizan o resumen -casi todo- el objeto de estudio a ser considerado científicamente, reconocido legítimamente y valido socialmente. Al mismo tiempo, es una de hechos del mundo industrial donde mejor se expresa la llamada cultura de masas. Y la única actividad, muy por encima

de

las

económicas,

políticas,

religiosas,

etc,

que

simultáneamente logra captar la atención de todo el planeta durante ciertos períodos, independientemente de las razas, de las creencias religiosas, de las formas de organización económico sociales- políticas imperantes en los distintos países. Generalmente percibida y aceptada de manera positiva, valiosa socialmente. ¿Por qué desde la ciencia, se privilegia el estudio de las dimensiones técnica, estadística y física, de un fenómeno de tanto arraigo y valor social, como el deporte? ¿Por qué en una actividad con tantas implicaciones sociales, su dimensión social es, precisamente, la menos estudiada? ¿Por qué el carácter social del deporte tiende a subestimarse e ignorarse como objeto de estudio? La subestimación del estudio del deporte como fenómeno social, forma parte de una concepción -dominante- del análisis deportivo que parte de concebirlo como un hecho social positivo: el ser positivo es intrínseco a la naturaleza misma del deporte. Por lo tanto, la práctica deportiva en sí misma es positiva, anda bien como se presenta cotidianamente, debe ser así y continuar siendo así, existiendo y abordando sólo problemas operativos secundarios, que como tal deben ser resueltos y cuya solución legitima y refuerza la concepción y conformación, teoría y práctica, del hecho deportivo existente como dominante.

123


Es una concepción que considera al deporte como un espacio social neutral, incuestionable, inofensivo, por encima de la historia y sin ninguna vinculación con los intereses y conflictos sociales existentes en la sociedad; ajeno a la intromisión del poder político y económico, que se percibe como separado del deporte. Cuando es exageradamente perceptible la injerencia del poder político y/o económico se concibe como una distorsión por corregir y superar por la propia dinámica deportiva. Sin duda alguna, esta perspectiva de análisis ha conducido a un proceso de mitificación del deporte, sucediéndole lo de todos los mitos; se habla de él de manera purificada e inocente, su existencia actual aparece como natural y eterna. Su claridad evidente proviene de la constatación y no de la explicación: no se pone en duda porque es verdad, cierto de toda certeza y no está en discusión, podemos constatarlo mas no explicarlo y mucho menos cuestionarlo. Aceptando que el análisis de lo físico, estadístico y técnico es importante, nos parece fundamental estudiar el deporte desde la perspectiva social. El deporte es un fenómeno creado por la sociedad en un momento determinado de su desarrollo, está en permanente interacción con los demás fenómenos sociales, y ha evolucionado, cambiando, en la misma medida que lo hace la sociedad a través del tiempo, alimentando y alimentándose en ese proceso de cambio.

La lectura que hicimos del deporte parte de considerarlo como un fenómeno social gestado, creado y conformado en un momento de desarrollo de la sociedad, transformándose al mismo ritmo que lo hace ésta a través de la Historia e incidiendo en ese proceso general de transformación social. 124


En América Latina, el deporte es una de las actividades menos analizada, también los estudios se orientan, mayoritariamente, a lo técnico, estadístico y físico. Es notoria la ausencia de experiencias donde se aborde su análisis desde una perspectiva socio-histórica. Ése es, precisamente, el atractivo que ha tenido para nosotros como tema de investigación, en el cual ya hemos realizado unas modestas aproximaciones iniciales que quisiéramos ahora intentar profundizar. En este trabajo aportaremos elementos que, por una parte, contribuyan al

establecimiento

de

las

grandes

líneas

de

comprensión

y

conocimiento del surgimiento y desarrollo del deporte en la historia de América Latina, y por la otra, son la base para presentar una aproximación

sobre

la

situación

deportiva

actual,

en

plena

transnacionalización o globalización. Además, nos atrevemos a vislumbrar, presentar para el debate, algunas ideas de lo que puede ser el futuro deportivo que debemos construir como continente.

Una reflexión sobre el movimiento es el punto de partida del trabajo. El movimiento es intrínseco al ser humano. Existe una dimensión fisiológica y biomecánica del movimiento y una dimensión propiamente cultural que abarca los significados y sentidos involucrados en la vida motriz cotidiana de una sociedad, en un momento determinado de su historia. Lo fisiológico y lo biomecánico es una constante histórica, más o menos semejante, su especificidad a través del tiempo y en las distintas culturas está determinada por el significado, sentido y valor social asignado a cada función fisiológica y biomecánica en un momento histórico concreto. Lo cultural, entendido como esa gama de significados, sentidos y valores que la sociedad le otorga al movimiento en un periodo determinado, impregna, recorre y matiza a lo fisiológico y 125


biomecánico. La forma de moverse en la cotidianidad y el significado de ese movimiento, fotografía fielmente, en buena medida, la esencia del funcionamiento de una sociedad en una fase de su desarrollo histórico. La conversión del planeta en un gran mercado mundial, es intrínseca a la dinámica de la organización socio-económica capitalista que reclama y requiere como condición de su desarrollo permanente, la existencia de mercados consumidores de la producción resultante del aumento constante de la productividad (producir muy diversificadamente más a menor costo y menor tiempo) debido a las innovaciones tecnológicas incesantes. Convertir el mundo en un mercado (la globalización), adquiere formas particulares en las distintas etapas del desarrollo histórico del capitalismo industrial.

En esas etapas se va perfilando progresivamente la naturaleza, sentido, significados y valores del movimiento intrínseco a la sociedad capitalista, que va a estar orientado, fundamentalmente, a la comparación del rendimiento del cuerpo y medición de la productividad corporal. Este proceso comprende desde su gestación y surgimiento, hasta su estructuración orgánico-institucional y expansión e imposición por el mundo entero, como forma dominante del movimiento, en la misma medida en que se expande e impone el capitalismo industrial como organización socio-económica.

Presentamos, sintéticamente la transformación de la dimensión lúdica del movimiento y su sustitución por el deporte, entendido como la comparación de rendimientos corporales para registrar récords, designar

campeones

u

obtener

medallas

y

trofeos:

Rendimiento-Récord-Campeón (en adelante D-R-RC).

126

Deporte-


Este proceso abarca desde su gestación con el crecimiento desmesurado de las carreras como competencias para superar retos en función de una apuesta y con la incitación a los juegos populares de raíz folclórica con premios para los participantes, "patronised sport", en Inglaterra, en el siglo XVIII, hasta la configuración orgánico-estructuralinstitucional (la Organización Deportiva) con el surgimiento del Comité Olímpico y las Federaciones Deportivas, cuando presentan la nueva versión de los Juegos Olímpicos en 1896. La institución deportiva se expande en el mundo entero (con el Comité Olímpico y Federaciones Deportivas), en la misma medida que se impone el capitalismo industrial como organización socio-económica dominante mundial.

Establecimos la relación existente entre la dinámica de surgimiento y conformación del D-R-R-C y la realidad lúdicra latinoamericana. Destacando, particularmente, la existencia de una rica y milenaria experiencia lúdicra (juego aborigen y juego mestizo) en América Latina, desplazada por la irrupción de la institución del D-R-R-C, que se ha convertido en una opción fundamental para el uso del tiempo libre y para el entretenimiento de la población. Hoy en día, en la llamada globalización (es simplemente la transnacionalización del capitalismo industrial), asistimos a un proceso de transnacionalización deportiva que imprime nuevas características al D-R-R-C y profundiza algunas otras ya existentes. Entre las principales características de la transnacionalización deportiva se destaca:

1. La configuración de una vasta macro-organización mundial muy poderosa (la Organización Deportiva), económicamente muy fuerte y dotada de una legislación y funcionamiento jurídico independiente de los Estados nacionales, pero muy influenciada por las principales 127


potencias deportivas mundiales que también lo son en lo económico, político, militar, etc. 2. La conversión del deporte en una de las principales industrias del espectáculo, del entretenimiento y de canalización del tiempo libre de la población. 3. La intensiva y extensiva aplicación de la ciencia y la tecnología en todas las dimensiones de funcionamiento y operatividad de la actividad deportiva. 4. La progresiva desaparición del llamado deportista "aficionado" y su sustitución por el deportista profesional. 5. La imbricación e indiferenciación entre la Organización Deportiva Mundial y la empresa del espectáculo deportivo, resaltando como fenómeno reciente el papel protagónico, cada vez mayor, de las grandes corporaciones comunicacionales haciéndose propietarias de clubes o equipos importantes en las disciplinas deportivas de mayor demanda por el público. 6. La legitimación y aceptación social e institucional, indiscutible e incuestionable, del deporte como una actividad en y para la paz, un escenario de igualdad, de competencia leal y sana. La fisonomía de la institución deportiva se corresponde y responde a las exigencias

de

transformación

reclamadas

por

la

globalización,

convirtiéndola en un modelo referencial perfecto de globalización porque ha logrado establecer, difundir e imponer en todo el mundo como necesaria, importante y legítima- la competencia basada en la medida y el récord: D-R-R-C. Organizándola y gobernándola con una creciente autonomía con respecto a los Estados nacionales, y respondiendo a los intereses de las grandes potencias.

128


El fracaso estrepitoso de la reunión de la Organización Mundial de Comercio (OMC), en diciembre de 1999, al concluir sin acuerdo alguno y ser aplazada, fue apuntalado, en alguna medida, por la movilización de distintos sectores sociales de Estados Unidos y de representantes o delegaciones

no

gubernamentales

de

otros

países;

fueron

manifestaciones y protestas de tal magnitud que obligaron a las autoridades de Seattle-EEUU a decretar el toque de queda y utilizar fuerzas federales (Guardia Nacional) al ser rebasada la capacidad de control de la policía local. La imposibilidad de acuerdo, las protestas, expresan el aumento del rechazo ante algunas condiciones y consecuencias de la globalización; particularmente, destacamos y rechazamos la creciente desigualdad y abismal diferencia en la apropiación de los beneficios -producidos por la globalización entre los sectores sociales de cada país y entre los diferentes países o bloques de países. En contrapartida, llama poderosamente la atención que al modelo deportivo globalizador se le hacen muy pocos cuestionamientos, críticas parciales, aisladas y con poca resonancia social. Se le halaga, alaba, aún cuando también son abismales las diferencias en la apropiación de los beneficios que produce: en la repartición de medallas entre países y, socialmente, en la distribución de las ganancias intrínsecas a la condición de gran empresa multinacional del espectáculo y del entretenimiento en que se ha convertido el D-R-R-C.

Nuestro continente forma parte de los segregados de los beneficios deportivos. El modelo de D-R-R-C, aplicado en América Latina desde finales del siglo XIX hasta hoy, en plena transnacionalización deportiva, ha fracasado porque se han obtenido resultados muy desfavorables en los 129


grandes eventos internacionales donde se participa y no se ha logrado la incorporación de la mayor parte de la población a la práctica del juego y el deporte, de manera regular y ordinaria; además, se tiene poca injerencia en la gran empresa multinacional deportiva del espectáculo y del entretenimiento. Con la excepción de Cuba, cuya situación y condición deportiva deriva de una concepción socioeconómica-política y de una inserción diferente al resto de América Latina en el sistema capitalista, con una ubicación distinta en el concierto mundial de naciones.

El reto planteado es la construcción colectiva de una alternativa lúdico deportiva latinoamericana, que vaya mucho más allá del D-R-R-C, capaz de satisfacer las necesidades de toda la población y de producir mejores

resultados

en

las

más

importantes

competencias

internacionales (más campeones y récords); además, debe permitirnos tener un mayor protagonismo en la gran empresa multinacional del entretenimiento y del espectáculo deportivo, que se traduce en la apropiación de volúmenes mayores de las ganancias producidas. Se alimenta y alimenta a un proceso de integración mucho más amplio, económico, político, social, cultural, etc., dirigido a incorporarnos a la globalización para aprovechar sus ventajas y beneficios y minimizar sus efectos negativos sobre nuestro continente, lo que requiere como condición establecer una relación de igualdad, de América Latina con los demás países y bloques de poder mundial.

Podemos

comenzar

de

inmediato,

intercambiando

experiencias,

investigaciones, recursos humanos y materiales, aprendiendo de aciertos y errores de lo que se hace en cada país en materia lúdicodeportiva. Puede ser un paso importante, por una parte, para ir 130


construyendo una opción lúdico-deportiva al servicio de toda la población latinoamericana, y por la otra, ir integrándonos como un solo pueblo que abre puertas y corazones a la solidaridad, amistad, intercambio, rompiendo las ficticias barreras creadas para separarnos. Avanzar en la construcción de una alternativa lúdico-deportiva latinoamericana, refuerza la convicción de que sí es posible lograr una auténtica integración latinoamericana.

Puede servir como una referencia, muestra y estímulo para que amplios sectores sociales presionen a las clases y grupos dirigentes, a los efectos de avanzar en un proceso integrador -mucho más completo que el que hemos tenido hasta ahora al servicio de toda la población y recuperador de la soberanía nacional. En

contrapartida

a

un

esfuerzo

integracionista

circunscrito,

fundamentalmente, al aspecto económico, creemos que un auténtico, estable y duradero proceso de integración, pasa por ir creando y construyendo nuevos espacios y dimensiones

integracionistas:

económico, político, deportivo, cultural, educativo, etc. Desde, en y con el deporte, podemos ir avanzando en esa dirección‖. (Parra Luzardo, 2009).

Para terminar esta lección es pertinente mencionar a los autores más sobresalientes en la actualidad que han trabajado el tema de la Sociología del Deporte: Carl Diem: (1882-1962): Administrador deportivo alemán quien estudió el deporte desde la perspectiva de las características de sus habitantes: “El espíritu del deporte Inglés basado en una corrección ética de un impulso interior”.

131


Richard D. Mandell: (1968). Nació en Carolina del Norte en Estados Unidos: desarrolla su explicación sobre la génesis y desarrollo del deporte moderno a partir de una perspectiva socio-económica. Norbert Elías: Analiza el deporte desde un punto de vista socio-político, asociando las causas de su aparición a las características del proceso civilizador de la sociedad inglesa, y más concretamente, considerando la vinculación entre el desarrollo de la estructura de poder en la Inglaterra del siglo XVIII y el modo en que evolucionaban los pasatiempos tradicionales e iban incorporando las características de lo que hoy conocemos como deporte.

Jean Marie Brohm: Sociólogo, Antropólogo y Filósofo francés quien estudia el deporte desde la teoría crítica; en sus estudios analiza las estructuras y las relaciones sociales, es decir la dialéctica del deporte; también los efectos del deporte sobre el individuo y las implicaciones de la alienación deportiva. Pierre Bourdieu: Parte de las necesidades educativas de las clases dominantes y del significado con que las concibieron. Para él la transición de los pasatiempos populares a los deportes tuvo lugar en el seno de las instituciones de la aristocracia burguesa.

Lección 14. Sociología de Género La Sociología de Género tiene como finalidad deconstruír y reconstruír los patrones culturales de lo masculino y lo femenino. Se trata de abordar desde una perspectiva científica un problema social que nos ha acompañado desde los tiempos primitivos asociado a la división del trabajo social: la desventajosa, asimétrica y discriminatoria forma de producirse las relaciones sociales entre hombres y mujeres. Los estudios de género forman parte en casi su totalidad de los estudios culturales que inicialmente se llevaron a cabo en Inglaterra y Estados Unidos entre los años 1960 y 1970. 132


Los estudios de género en la actualidad no solamente se ocupan de la discriminación de la mujer sino que también se han abierto a nuevos campos relacionados con la identidad feminidad- masculinidad, y la diversidad sexual (estudios sobre homosexuales, bisexuales, transexuales).

En esta lección se conocerá un fragmento de una discusión dentro de la sociología la relación género y sociología, cual ha sido el papel de la mujeres teóricas de la sociología, como ha sido su invisibilización y el trabajo que han realizado para superar la presión patriarcal para poder dejar su huella en la teoría sociológica, se cita un fragmento de un texto de la profesora Luz Gabriela Arango, Docente de la Universidad Nacional de Colombia, este texto se presentó en la Conferencia inaugural en la VIII promoción de la Maestría de Sociología de la Universidad del Valle, marzo 18 de 2005. “¿TIENE SEXO LA SOCIOLOGÍA? CONSIDERACIONES EN TORNO A LA CATEGORÍA GÉNERO

Resumen El artículo aborda tres posibles problemáticas que permiten articular género, sexo y sociología. La primera se refiere a la división sexual del trabajo sociológico y al carácter masculino o femenino de la disciplina, tomando como asunto para la discusión la construcción histórica de un canon masculino y el caso de Marianne Weber como socióloga fundadora excluida del mismo. La segunda plantea la pregunta por el estatuto de las categorías ―sexo‖ y ―género‖ en las teorías sociológicas. Para abordarlo presenta algunos desarrollos teóricos adelantados por la escuela feminista materialista francesa a partir de categorías centrales de la sociología. Finalmente, se relaciona el sexo o la posición en el sistema de género del ―sujeto objetivante‖ con las condiciones de 133


validez del conocimiento, tema que se aborda desde la óptica del conocimiento situado y el pensamiento feminista negro.

Presentación Mediante el título de esta conferencia buscaba, además de atraer o provocar, adelantar una reflexión, necesariamente incompleta, en torno a algunos de los problemas que relacionan la sociología y el sexo. He construido el texto en torno a tres grandes conjuntos de preocupaciones presentes en la ya no tan corta historia de crítica feminista a las ciencias sociales y de formulaciones teóricas para analizar las relaciones sociales entre los sexos. El primero de ellos se pregunta si la sociología como disciplina hace distinciones de sexo entre quienes la practican, si se organiza internamente según jerarquías que distinguen a los sexos, si podemos caracterizarla como una ciencia masculina, femenina o neutra. En esta ocasión, abordaré solamente una de las dimensiones posibles en este conjunto de preguntas: la construcción histórica de un canon masculino de la disciplina y presentaré a Marianne Weber como ejemplo de socióloga fundadora excluida de dicho canon.

Un segundo conjunto de preguntas se refiere al estatuto teórico que tiene el ―sexo‖ en la sociología: ¿Es una variable, una categoría de análisis, una noción de sentido común, un dato biológico? ¿Cómo se relaciona con la categoría género y qué estatuto tiene en las teorías sociológicas? Para abordar estas preguntas, me referiré a la escuela feminista materialista francesa y en particular a dos de sus autoras más destacadas, Christine Delphy y Colette Guillaumin para mostrar cómo producen alternativas teóricas que se inspiran y cuestionan a la vez, teorías sociológicas centrales. Ampliaré esta presentación identificando 134


algunas de las tensiones entre esta escuela francesa y autoras anglosajonas. Finalmente, podemos igualmente preguntarnos si las condiciones de validez científica de la sociología consideran el sexo o la posición en el orden de género como una característica de las y los sociólogos que incide en su objetividad. En este punto, me referiré a la propuesta de ―objetividad fuerte‖ planteada por Sandra Harding, la cual se ubica dentro de las corrientes epistemológicas que defienden el carácter socialmente situado del conocimiento y definen a partir de allí nuevos criterios de validez. Presentaré igualmente el caso del pensamiento feminista negro como ejemplo de conocimiento situado capaz de interpelar las categorías centrales de las ciencias sociales y de las teorías feministas.

Con ello pretendo fundamentalmente proponer una manera de abordar una problemática muy compleja y significativa para las ciencias sociales y adelantar un trabajo personal de sistematización de inquietudes, propósitos y deseos surgidos a lo largo de mi experiencia en el campo de la sociología y en el desarrollo de los estudios de género en el país, y en particular dentro de la Universidad Nacional de Colombia. Agradezco a Fernando Urrea y a los colegas de la Maestría de Sociología de la Universidad del Valle, la oportunidad de someter a la discusión esta reflexión.

La construcción histórica de un canon masculino. Política de género y política de conocimiento

Por diversas razones, las sociólogas feministas norteamericanas han tenido el interés y la posibilidad de adelantar un proyecto consistente de 135


crítica feminista de las ciencias sociales. Desde la década del setenta emprendieron la tarea de rescatar el papel de las mujeres en la historia de la disciplina, tanto en sus primeros desarrollos como en las innovaciones teóricas y metodológicas posteriores, poniendo en evidencia los dispositivos de poder masculino en las universidades y las luchas de las académicas por sortearlos. Entre muchos otros9, resulta revelador el trabajo de Patricia Madoo Lengermann y Jill NiebruggeBrantley (1998) quienes rescatan las biografías y contribuciones científicas de 15 sociólogas fundadoras, activas entre 1830 y 1930 y excluidas de la construcción masculina de la historia de la disciplina. Entre las autoras rescatadas del olvido, incluyen pensadoras inglesas como Harriet Martineau y Beatrice Potter Webb, la alemana Marianne Weber, sociólogas de la Escuela de Chicago como Florence Kelley, Edith Abbot y pensadoras afro-americanas como Anna Julia Cooper.

En su introducción, las autoras aclaran que estas mujeres no fueron ―invisibles‖ sino literalmente ―borradas‖ (written out) de la historia. Mientras la invisibilidad sugiere que no fueron percibidas y que su presencia no fue considerada significativa, el haber sido borradas de la historia indica que alguna vez fueron percibidas como parte de una comunidad académica pero posteriormente fueron eliminadas de sus registros. Este es el caso de las 15 sociólogas seleccionadas. Todas ellas fueron figuras públicas reconocidas en su época en ámbitos que superaban los límites de la disciplina que contribuyeron a crear. Su trabajo fue relevante para las ciencias sociales; produjeron teoría social y practicaron la sociología en los mismos tiempos y espacios que los 9

Existen numerosos trabajos, especialmente en el campo de la crítica feminista a la sociología de la ciencias. En relación con la experiencia académica de las sociólogas feministas en décadas recientes menciono dos lobros: el de Barbara Laslett y Barrie Thorne (editors), Feminist Sociology. Life histories of a movement, Rutgers University Press, USA, 1997; y el de Ann Goetting y Sarah Fenstermaker (editors), Individual Voices, Collective Visions: Fifty Years of Women in Sociology, Temple Univerity Press, Philadelphia, 1995 Dorothy Smith, The Everyday World as problematic: A Feminist Sociology of Knowledge. Boston: Nortyheastern University Pres, 1987.

136


varones fundadores. Todas actuaron como parte de una comunidad sociológica en la medida en que llenaron al menos uno de los siguientes requisitos: ser miembro de una asociación nacional de sociología, publicar desde enfoques explícitamente relacionados con principios sociológicos, auto-identificarse como sociólogas y ser reconocidas como tales por sus contemporáneos. Estas mujeres sabían que hacían parte de un movimiento más amplio que buscaba crear una ciencia de la sociedad y tenían su propio sentido de lo que esa ciencia debía ser. Para la mayoría de ellas, se trataba de un proyecto de crítica social en el cual la investigación y la teoría debían concentrarse en la descripción, el análisis y la superación de la injusticia social.

A pesar de su trabajo en la sociología y la teoría social y de su visibilidad para sus contemporáneos, estas fundadoras desaparecieron como presencia significativa de la historia de la sociología. Algunas sobrevivieron

en

posiciones

marginales:

Harriett

Martineau

es

recordada como traductora de Comte, Marianne Weber como biógrafa de su esposo y las sociólogas de la Escuela de Chicago como trabajadoras sociales y reformadoras. Su exclusión de la historia de la disciplina puede ser entendida como resultado de una serie de procesos de poder que incluyen la atribución o negación de autoridad. Lengermann y Niebrugge-Brantley argumentan que este proceso se explica por una particular articulación entre la ―política de género‖ y la ―política de conocimiento‖ que se va imponiendo en la disciplina, específicamente

en la academia norteamericana dominante. En

relación con la política de género, las autoras afirman que la exclusión de las fundadoras se explica básicamente por la débil autoridad de las mujeres en una cultura masculina. Para ello, se apoyan en la teoría fenomenológica de Alfred Schutz (1967, 1973), según la cual la 137


capacidad de conocer a otra persona se adquiere en una situación de relación cara a cara en la cual una conciencia reconoce al otro como humano. Las fundadoras fueron conscientes de cómo eran percibidas en la relación cara a cara. Martineau, por ejemplo, escribía en su introducción a Society in America: (1836/37) ―Se me ha mencionado frecuentemente que ser una mujer era una desventaja para hacer investigación social‖. Si bien tuvieron presencias individuales fuertes, fueron percibidas por sus asociados varones a través del velo del privilegio masculino, como mujeres con menos autoridad que ellos.

Siguiendo a Schutz, cuando ya no están presentes físicamente, los individuos permanecen en la conciencia de los otros a través de construcciones

mentales

o

tipificaciones

y

se

convierten

en

―predecesores‖. Con el tiempo, el predecesor es recordado cada vez más a través de artefactos –cosas que la persona hizo o escribió, cosas que otros hicieron o escribieron sobre ella-. En una profesión académica como la sociología, los artefactos decisivos para tipificar a los predecesores son sus escritos, que se vuelven parte del canon. Los de las mujeres no fueron incluidos por los hombres que dominaban la disciplina. ―Una de las maneras en que una disciplina o profesión socializa a sus nuevos miembros es contando su historia como balance de sus textos, descubrimientos, pensadores e ideas autorizados – el ―canon‖ de la disciplina.

La historia que los sociólogos se cuentan a sí mismos

importa porque reafirma ante el narrador y la audiencia un sentido de identidad: quienes son los sociólogos, qué hacen los sociólogos; qué aspectos de la vida social examinan los sociólogos (Maurice

138


Halbwacks, 1992: On Collective Memory, citado por Lengermann y Niebrugge-Brantley 1998:210)

En la eliminación de las mujeres de la historia de la disciplina no solamente operó la ―política de género‖ sino también la ―política de conocimiento‖

que

se

vuelve

hegemónica

en

la

academia

norteamericana. La marginación de las mujeres fundadoras producida por la política de género es acelerada por el desenlace que tiene el debate sobre los propósitos de la sociología y el papel social del sociólogo. Este debate había enfrentado dos posiciones opuestas descritas la una en términos de ―objetividad‖ y la otra de ―compromiso‖. Durante el período comprendido entre 1890 y 1947, las elites sociológicas académicas llegan al consenso de que el papel apropiado para el sociólogo era el compromiso intelectual con el rigor científico, la neutralidad

valorativa

y

la

abstracción

formal.

Este

consenso

deslegitimaba el trabajo de las mujeres fundadoras y de muchos hombres que practicaron una posición alternativa en defensa de una sociología comprometida, crítica y activista. Las autoras documentan este proceso revisando artículos publicados en el American Journal of Sociology y en otras publicaciones similares aparecidas entre 1895 y 1947 en Estados Unidos. Muestran cómo, entre 1890 y 1940, ninguna mujer obtuvo cargos directivos en los departamentos de sociología ni en la American Sociological Society y los artículos escritos por mujeres aceptados en las revistas más prestigiosas como el American Journal of Sociology y la American Sociological Review representaron menos del 10% de todos los artículos publicados. La tendencia hacia el cientificismo en las ciencias sociales académicas fue temporalmente frenada en períodos reformistas de la sociedad mayor. 10

Todas las citas son traducciones libres de Luz Gabriela Arango.

139


Así, entre 1890 y 1915, las luchas sociales de trabajadores, grupos inmigrantes, afro-americanos, segmentos educados de la clase media y la primera ola del movimiento feminista, favorecieron la producción sociológica de las mujeres. Algo semejante ocurrió en las décadas de 1960 y 1970 con el impacto de las luchas por los derechos civiles de los negros, el movimiento contra la guerra de Vietnam y la segunda ola feminista. Pero la tendencia dominante hacia el cientificismo en la sociología académica fue estimulada por una orientación conservadora general de la sociedad y la política norteamericanas. Hacia mediados de los años treinta, la narrativa de la sociología sobre si misma sufrió una reescritura que marginó a muchos pensadores varones y a las mujeres fundadoras. Esta reelaboración de la memoria intelectual de la disciplina legitimó la combinación de la teoría estructural-funcionalista y la investigación en grandes encuestas desarrolladas por Parsons en Harvard, Merton y Lazarsfeld en Columbia, combinación que ofrecía una

teoría

y

una

metodología

formales,

universalizadas

y

valorativamente neutras: ―la tríada capitolina‖ de la que habla Bourdieu (2001). Como bien lo subrayan las autoras, su propio trabajo de recuperación de parte de la historia de las mujeres en la sociología, fue posible por la acción feminista colectiva dentro de la disciplina a partir de la década del setenta, con hitos como el surgimiento del grupo Sociologists for Women in Society en 1971, la creación de la sección sobre sexo y género en la Asociación Norteamericana de Sociología –ASA- en 1972, la creación de la revista Gender & Society en 1986 o la organización de la sección de ASA sobre Raza, Clase y Género en 1996, entre otros.

El ejemplo de Marianne Weber 140


A título de ejemplo y considerando la importante influencia de Max Weber en la enseñanza de la sociología en Colombia, quiero presentar una perspectiva general sobre el papel de Marianne Weber como socióloga, basada en el trabajo de Lengermann y Niebrugge-Brantley cuyo descubrimiento me resultó especialmente revelador. Hay que decir que

la

obra

sociológica

de

Marianne

Weber

se

encuentra

fundamentalmente en alemán y que incluso la traducción al inglés resulta muy restringida. La sociología de Marianne Weber, quien escribe entre 1890 y 1920, es influida por tres ejes del pensamiento social alemán: una ideología de género basada en una masculinidad sensual y agresiva y una feminidad espiritual y domesticada; la primera ola importante de organización y pensamiento feminista; y la formulación de una sociología comprensiva por parte de varones liberales como Max Weber y Georg Simmel.

Luego de publicar en 1907 su monumental obra Matrimonio, Maternidad y Ley, Marianne Weber fue considerada una líder intelectual del movimiento

feminista

liberal.

Aunque

rechazó

las

afirmaciones

tradicionales esencialistas sobre las diferencias fundamentales entre la naturaleza masculina y femenina,

Marianne Weber sostuvo que la

configuración de género del trabajo humano le daba a las mujeres como grupo, la responsabilidad primaria de producir, reproducir y enriquecer la vida humana al nivel de la cotidianidad. Marianne Weber también participó en una vertiente feminista en la configuración crítica alemana, conocida como ―el movimiento erótico‖, surgido de los círculos artísticos e intelectuales alrededor de Munich, el cual cuestionaba la doble moral sexual y reivindicaba una revolución en las costumbres sexuales de mujeres y hombres. El feminismo erótico defendía la experimentación sexual, el desmantelamiento de la monogamia, la liberación de mujeres 141


y hombres por el amor libre, la exploración homo-erótica y la crítica a la heterosexualidad.

La sociología de Marianne Weber es una sociología centrada en la mujer tanto por sus temas de estudio como por su perspectiva. Su trabajo se plantea como una reacción a algunas ideas presentes en los círculos masculinos de las ciencias sociales que conocía íntimamente; en particular, el supuesto de que las afirmaciones que se hicieran sobre el actor social eran válidas para hombres y mujeres o que las mujeres no eran lo suficientemente significativas como para merecer un análisis separado. Marianne Weber basa su sociología feminista en su experiencia como mujer en un mundo dominado por hombres y como respuesta al discurso sobre este mundo elaborado por una sociología igualmente dominada por hombres. Enfoca su crítica en dos áreas primarias e interrelacionadas de la experiencia femenina: el matrimonio y el trabajo y en la manera como la armonía social se construye a expensas de la autonomía de la mujer.

Marianne Weber muestra como las vidas de las mujeres están estructuradas por instituciones dominadas por los hombres como el derecho, la religión y la economía; por un contexto histórico forjado por una serie de acontecimientos masculinos; y por análisis masculinos de estas instituciones y acontecimientos. Su sociología se compromete explícitamente con las teorías de Georg Simmel e implícitamente con las de su esposo, Max. No escribe desde una posición de neutralidad valorativa sino de defensa de cambios en pro de una mayor igualdad entre hombres y mujeres.

142


Buena parte de su obra, incluyendo su trabajo mayor Matrimonio, Maternidad y Ley (1907) está orientada a analizar histórica y estructuralmente la institución matrimonial. El aspecto más agudo de su análisis es la identificación de las dinámicas micro-sociales del matrimonio como negociación compleja entre poder e intimidad, en la cual el dinero, el trabajo de la mujer y la sexualidad son asuntos decisivos. Resulta interesante resaltar el papel de la ética protestante en su análisis histórico del matrimonio que contrasta y complementa el célebre trabajo de su esposo. Para Marianne Weber, la ética protestante estimula la demanda de autonomía de las mujeres al afirmar

que

cada

persona,

hombre

o

mujer,

es

moralmente

independiente y sólo debe rendir cuentas ante Dios: ―En las comunidades religiosas del Nuevo Mundo animadas por el espíritu puritano, la idea de la igualdad religiosa de la mujer empezó a ser tomada en serio por primera vez... La libertad de conciencia, madre de todos los derechos personales del individuo, estuvo también, del otro lado del océano, en el origen de los derechos de las mujeres‖ (Weber, 1912ª/1919/1997:31, en Lengermann y Niebrugge-Brantley 1998:205)

Analiza las dinámicas micro-sociales de la relación marital y señala cómo el patriarcado,

al darle al marido la autoridad para tomar

decisiones, afecta la integridad de la relación matrimonial y destruye las posibilidades de intimidad. En la mayoría de los matrimonios, la esposa es económicamente dependiente del marido y esta relación de subordinación erosiona el sentido de adultez moral de la mujer:

143


―la esposa se ve obligada a rogarle al marido y a halagarlo para satisfacer sus necesidades personales... Como toda persona mantenida en condición de dependencia ... adopta las armas de los débiles y trata de conseguir sus propósitos

con todo tipo de rodeos... Cuánta

desfiguración generan esos trucos de esclava que aún utiliza nuestro sexo para obtener con disimulo de un ―amo y señor‖, muchas de las cosas que necesitamos para nuestra vida‖ (Weber, 1912ª/1919/1997: 43-44, en Lengermann y Niebrugge-Brantley 1998:206)

La revisión histórica de Marianne Weber la lleva a concluir que la adquisición más reciente de autonomía en el matrimonio resulta de las nuevas condiciones industriales que remueven el control personal del esposo, empujando a la mujer hacia la esfera pública como trabajadora. Su teoría sobre el trabajo de la mujer se inscribe dentro de un diálogo crítico con Georg Simmel. Este último responde al debate sobre el papel de la mujer en la sociedad introduciendo una sociología de género que permanecerá ignorada por los historiadores de la disciplina hasta que el feminismo de finales del siglo XX devuelva a los académicos varones hacia las fuentes masculinas clásicas en busca de la faltante ―cuestión de la mujer‖. Simmel superpone su teoría del género en su clásica y fundamental distinción entre ―cultura objetiva‖ y ―cultura personal‖: la primera designa los objetos y textos suprapersonales que trascienden y moldean la existencia social individual como la tecnología, el arte, la ciencia, el lenguaje, la religión, el derecho, el dinero, el sistema moral (Coser, 1977).

La segunda designa la realización psíquica individual de un sentido del significado de la existencia. De acuerdo con Simmel, la cultura objetiva sería un medio alienante que consume la energía masculina y separa a 144


los varones de la totalidad de la cultura personal mientras las mujeres tendrían una altísima capacidad para realizar el ―alma bella‖ de la cultura personal, el proyecto más importante de la humanidad. Las mujeres serían superiores a los hombres en este sentido pero mantendrían un lugar secundario y distante en la construcción de la cultura objetiva.

Marianne Weber responde inicialmente a Simmel con el argumento de que mujeres y hombres tienen capacidades iguales para trabajar. En varios de sus ensayos, la socióloga muestra la participación de las mujeres en la cultura objetiva y la diversidad de su contribución en la agricultura, la industria, las profesiones, la educación y la política. Pero afirma que el trabajo cultural de las mujeres cubre no solamente la cultura personal y la cultura objetiva sino también una tercera esfera de trabajo, - la producción de la vida cotidiana- que relaciona los dos polos anteriores de manera esencial para la continuidad social y el desarrollo individual. Las mujeres trabajan con objetivos prácticos concretos para mediar y traducir los productos de la cultura objetiva a un entorno utilizable por los individuos en la vida diaria. Este continente oculto del trabajo de las mujeres sería el puente -y hasta cierto punto la solución a la tensión que identifica Simmel- entre la cultura objetiva y la cultura personal.

La contribución de Marianne Weber a la sociología reside en el modo en que modifica nuestra comprensión de las teorías de Max Weber y Georg Simmel. La socióloga trabajó dentro de un conjunto de conceptos y temas que consideramos propios del pensamiento de Weber y Simmel y que ella misma les atribuye. Adopta su metodología que privilegia el análisis de los casos históricos específicos y la 145


aproximación a los sujetos humanos desde el sentido de su acción. Sin embargo, introduce una fractura crítica y feminista en estos discursos al traer a colación la pregunta por las mujeres.

En su crítica a la sociología de Simmel, revela claramente, por ejemplo, cómo la desesperanza filosófica de Simmel en torno al dinero como reificación cultural es un lujo de aquellos que tienen un acceso fácil y no problemático a éste. Rechaza la tesis de que los hombres sean por naturaleza menos hábiles que las mujeres para hacer el trabajo de cultura personal y que sean las trágicas víctimas de su genio para la cultura objetiva. Al explorar el vasto continente medio del trabajo cultural de las mujeres para producir la vida cotidiana, nos muestra cómo esa clase privilegiada de varones puede reflexionar sobre la tragedia de la alienación de la cultura objetiva porque mantiene su capacidad de pensar sobre el sentido de la vida gracias al trabajo cultural cotidiano de las mujeres.

La relación de la sociología de Marianne Weber con la de su esposo es más elusivamente crítica. Cuando ella hace la pregunta por las mujeres a la sociología de Max, no encuentra respuesta: las mujeres no están, ni positiva ni negativamente en su sociología. El asunto de la mujer es más marginal en Weber que en los textos clásicos y más conservadores de Durkheim o en el sentimentalismo liberal de Simmel. En su ensayo ―Autoridad y autonomía en el matrimonio‖ (1912) Marianne Weber critica el análisis del poder y la dominación desde la perspectiva del dominante y plantea el problema del punto de vista del subordinado que experimenta el poder como control sobre su propia voluntad. En este y otros ensayos, Marianne Weber describe al subordinado como no necesariamente complaciente con la dominación. El o la subordinada 146


debe encontrar formas de sobrevivir como subjetividad con voluntad en condiciones de dominación, utilizando los poderes del débil. Por otra parte, su análisis sobre la historia de la religión en la sociedad occidental revela que la sociología de Max, incluyendo su exploración del protestantismo y las sectas puritanas, sólo se interesa por sus consecuencias en aquellas instituciones determinantes en la vida de los varones; y deja sin explorar sus profundas consecuencias sobre las mujeres. Marianne Weber muestra como la preservación de la dominación patriarcal entre los sexos en la más íntima y cotidiana de las relaciones humanas –el matrimonio- es el hecho vergonzoso en las celebraciones que la ciencia y la filosofía hacen de la expansión de los derechos democráticos en las sociedades occidentales, considerados como una evidencia en la sociología de Max.

La sociología de Marianne Weber también está construida sobre la comprensión de las diferencias entre mujeres que resultan de la clase, la educación, la edad y la ideología y reconoce de manera consistente diferencias categóricas entre ellas. La autora es consciente del privilegio particular de mujeres como ella y estima que éste implica responsabilidades específicas.

No pretende ser ―valorativamente

neutra‖ en sus análisis; toma partido por las mujeres. Su voz personalizada revela que los escritos de Max Weber y Georg Simmel, presentados como la voz abstracta de la teoría pura, fueron también los postulados de personas con género, clase, y especificidad biográfica‖.

Para finalizar con el tema de la Sociología de Género, se relacionan algunos de los autores que se han destacado por sus trabajos investigativos sobre el tema:

147


Simone de Beauvoir (Francia); Michel Foucault (Francia); Pierre Bourdieu (Francia); Teresa Valdés (Chile); María Jesús Izquierdo (España); Mariane Weber (Alemania).

Lección 15. Preguntas de revisión A continuación se presentan una serie de ejercicios de revisión que les ayudará en el proceso de adquisición de nuevos conceptos y revisión del aprendizaje logrado.

1. Con sus propias palabras construya el significado de la Sociología y de su unidad de estudio. 2. ¿Qué diferencia existe entre la Sociología y la Historia como disciplinas científicas? 3. ¿Qué diferencia existe entre la Filosofía y la Sociología como disciplinas científicas? 4. Describa cuales son las principales características de la Ciencia y aplíquelo a la Sociología. 5. ¿Describa cuales fueron los principales aportes de Augusto Comte a la aparición de la Sociología como disciplina científica. 6. Crear cuadro donde se expongan las etapas de la sociología, evidenciando sus autores y escuelas y las propuestas teóricas en cada una de las etapas además del componente cronológico. Después de haber leído el capítulo uno y dos, se organiza un cuadro donde se expongan las diversas etapas del desarrollo de la Sociología desde el positivismo, hasta las propuestas actuales incluyendo las corrientes subjetivistas, destacando el nombre de la corriente, los representantes de cada una y las ventajas y desventajas de cada propuesta teórica. Utilice para ello el siguiente encabezado:

ETAPAS Y CORRIENTES

AUTOR

RESEÑA BIBLIOGRAFICA Y PERIODO

148

PRINCIPAL APORTE

PRO O CONTRA DE SU PLANTEAMIENTO


7. Investigue en fuentes diferentes al módulo, de que se ocupan la Sociología Rural, la Sociología Urbana, la Sociología Jurídica, la Sociología Educativa y un autor de cada una de ellas. 8. Enumere 5 problemáticas de su entorno social (barrio, ciudad, país, trabajo, universidad) que tomaría como objeto de estudio para interpretar y proponer soluciones. 9. Enuncie 3 diferencias entre la Sociología Macro social que analiza las estructuras y la Sociología Micro social en cuanto a la forma de analizar los datos y el método utilizado. 10. Desde su perspectiva personal elabore un escrito de no menos de 10 renglones, en el que exprese: ¿Por qué es importante estudiar Sociología para la carrera que estoy estudiando?

UNIDAD 2: SOCIOLOGÍA DE LA CULTURA INTRODUCCIÓN La sociología de la cultura toca todos los elementos sociales, todas las disciplinas académicas tocan de alguna forma lo cultura, la forma como se interpreta la realidad determina la forma como se entiende lo económico, lo administrativo, lo político etc. En esta unidad se verá la relación entre lo cultural y lo social, como existen unas violencias simbólicas que ponen en la discusión pública las interpretaciones hegemónicas o de quienes tienen el poder.

Se hace un análisis crítico de los estudios Latinoamericanos realizados a partir de los estudios Norte Americanos y Europeos, ya que estos no dan cuenta de las realidades específicas de nuestros países; consideran que lo cultural de nuestros

149


países es lo folclórico, no las formas de interpretación o de construcción de la realidad. Se toma como base el documento elaborado por Nelly Richard.

Se presenta también la relación entre lenguaje y cultura; cómo a través de las palabras se reflejan las relaciones sociales, las relaciones económicas y las relaciones de poder. También se incluyen los temas de globalización y cultura, globalización y desarrollo. Posteriormente se presentarán algunos elementos del documento de Miguel Ángel Ramón sobre la Interacción Social, desde la perspectiva del análisis del PAP solidario de la Universidad.

En las últimas lecciones se brindarán algunas herramientas de tipo metodológico para que los estudiantes comprendan como se elabora una investigación de tipo sociológico y lo pongan en práctica en la elaboración de su segundo trabajo colaborativo en el que se enfatizará en la participación como una forma de encontrar soluciones a los problemas sociales que aquejan a nuestras comunidades.

OBJETIVOS DE LA UNIDAD Describir los diferentes enfoques existentes sobre la Sociología de la Cultura.

Discutir la relación existente entre el proceso de globalización y las relaciones culturales con el fin de identificar las diferentes maneras de abordar las problemáticas sociales.

Identificar las diferentes maneras de abordar los problemas sociales desde las perspectivas cualitativas y participativas. 150


Adquirir herramientas metodológicas que les permita abordar los problemas sociológicos de su entorno.

Identificar las principales herramientas de recolección de información sociológica y las maneras de aplicarlas según los contextos.

Integrar interdisciplinariamente los conceptos estudiados en el curso, para que sean capaces de elaborar y ejecutar propuestas de desarrollo, tendientes a mejorar la calidad de vida de las comunidades de su entorno.

Fomentar la sensibilidad social de los estudiantes frente a los problemas de su entorno social y su compromiso solidario y participante en la solución de los mismos.

COMPETENCIAS Cognitiva: Los aprendientes comprenden la relación entre Cultura y Sociología, sus diferentes formas de expresarse a través del lenguaje las relaciones de poder académico entre los académicos de Europa, Estados Unidos y América Latina.

Comunicativa: Los aprendientes entienden y argumentan los planteamientos básicos de la relación entre la sociología y la cultura, las culturas populares y la cultura de masas.

151


Competencia contextual: en la relación Sociología – Cultura, Los aprendientes deben desarrollar la habilidad de reconocer en su entorno cómo se viven las distintas formas de interpretación de la realidad, como se mezcla lo que se piensa en lo cotidiano y como se transforma con el estudio de las interpretaciones académicas de la realidad.

CAPITULO 4: ¿QUÉ ES LA SOCIOLOGÍA DE LA CULTURA?

Lección 16. Definiciones de la Cultura En investigaciones concretas relacionadas con la cultura, una de las grandes limitaciones que se encuentran es la que se refiere a la diversidad de definiciones. La cantidad de conceptos existentes, aunque enriquece el marco de referencia, también es una dificultad

en el momento en que los investigadores deciden

adoptar un marco teórico para una investigación socio-cultural.

Una de las razones de ello radica en los condicionamientos externos, es decir, si se realiza una investigación en Alemania no se puede trabajar con los mismos criterios de análisis que se utilizarían por ejemplo en un estudio cultural en Haití o en el Salvador, o en Colombia.

Igualmente dentro de las mismas sociedades existen diferencias significativas en los grupos que la componen. Por ejemplo si se realiza un taller comunitario con líderes barriales, grupos afro colombianos y grupos de indígenas al tiempo, tendríamos una diversidad y una cantidad de particularidades especiales de cada grupo social por lo cual tendríamos que tomarlas todas si quisiéramos elaborar una caracterización de la Cultura Colombiana.

152


Se presentará una breve evolución del concepto: En la sociedad Greco Romana, la palabra cultura significaba cultivar y hacía referencia a una tarea en la cual los hombres ponían a disposición sus vínculos y saberes cotidianos.

En el siglo XVIII con la Ilustración, el concepto de cultura se transformó de manera tal que se consideraba culto quien tuviera ciertos conocimientos por lo cual esa designación era del predominio de los grandes filósofos, sabios o científicos de la época. Solo podía ser culto quien tuviera la posibilidad de acceder a la educación, a los viajes y a las relaciones sociales.

Este concepto continúo en el siglo XIX razón por la cual los antropólogos ingleses y franceses de la época calificaban las costumbres de los pueblos colonizados como irracionales y poco aceptadas por las sociedades europeas, porque solo se consideraba adecuado lo que ellos pensaban lo cual se constituyó en el llamado Eurocentrismo (Todos los diferentes a ellos se consideraban inferiores por tener costumbres míticas y mágicas alejadas de las propias).

Posteriormente el concepto fue evolucionando en la medida en que los científicos sociales franceses, ingleses y norteamericanos entraron a analizar la vida cotidiana de los pueblos sometidos. ―La amplitud asignada desde entonces al concepto de cultura -lo que no es naturaleza, todo lo producido por todos los hombres, sin importar el grado de complejidad y desarrollo alcanzado- fue un intento de reconocer la dignidad de los excluidos. Se consideraron parte de la cultura todas las actividades humanas, materiales e ideales, incluso aquellas practicas o creencias antes juzgadas manifestaciones de ignorancia (las supersticiones, los sacrificios humanos), las normas sociales y las técnicas simples de quienes viven desnudos en una 153


selva, sujetos a los ritmos y los riesgos de la naturaleza." (García Canclini, De lo primitivo a lo popular. Teorias sobre la desigualdad de las culturas, 1987)

Se pueden ver entonces diversas miradas dependiendo del desarrollo y la evolución de las teorías científicas. Por ejemplo el Marxismo postula que existe una infraestructura

(base económica) que condiciona la superestructura (lo

ideológico) y que la primera determina a la segunda. El estructuralismo se interesa en cambio por las múltiples relaciones entre las estructuras y su unidad.

Con el surgimiento de nuevas miradas también aparecen nuevos conceptos, así si se habla desde el Marxismo es importante entonces tener en cuenta la burguesía y el proletariado y la lucha de clases pero si se mira desde el Estructuralismo entonces será necesario abordar términos como lenguaje, símbolos, significante, significado, semiótica, hermenéutica.

García Canclini en el texto citado anteriormente afirma que: “Todas las culturas, por elementales que sean, se hayan estructuradas, poseen coherencia y sentido dentro de sí. Aún aquellas prácticas que nos desconciertan o rechazamos (la antropofagia- costumbre de comer carne humana; la poligamia- costumbre que permite al varón tener varias esposas), resultan lógicas dentro de la sociedad que las acepta, son funcionales para su existencia”. (García Canclini, De lo primitivo a lo popular. Teorias sobre la desigualdad de las culturas, 1987, pág. 99).

De acuerdo con lo anterior y a manera de conclusión, se puede afirmar entonces que la diversidad de conceptos respecto a la cultura, dependen en todo caso de la manera de analizar la realidad y de la concepción teórica que la sustenta pero que básicamente es un conjunto de formas, valores, patrones, creencias y 154


entendimientos propios de una sociedad específicamente limitada en espacio y tiempo, a través de los cuales se regula, se expresa, se comunica y comparte.

Lección 17. Desarrollo de los Estudios de la Sociología de la Cultura La sociología de la cultura o los estudios culturales, son un campo de estudio que dan cuenta, de manera transdisciplinaria (mezcla de varias disciplinas), de los fenómenos culturales, reconoce múltiples actores e instituciones generadoras de significaciones sociales, develando las intencionalidades políticas y de dominación que existen dentro de estos procesos que son impulsados desde centros hegemónicos de poder como la iglesia, la escuela, el estado, la familia, etc. y la forma como las sociedades mediáticas se han servido de los medios masivos de comunicación, para llegar a un mayor número de sociedades convirtiéndolos en los mayores trasmisores simbólicos. Los estudios culturales o la sociología de la cultura, permiten también, contraponer los procesos culturales de lo local, lo regional y lo global.

El reconocimiento de los estudios culturales, como un campo de investigación se da a partir de la creación del Centro de Estudios Culturales Contemporáneos de Birmingham (Inglaterra), en 1962, aunque estos se venían desarrollando desde mucho tiempo atrás.

En este centro se reconocen varias líneas de investigación dentro del campo de la Sociología de la Cultura, una es la que representan E.P.Thompson y Raymond Williams, desde una aproximación marxista y crítica, donde su principal punto de discusión es frente a la posición marxista ortodoxa de la Estructura / Superestructura ya que lo económico era lo que determinaba tanto el desarrollo económico como la ideología del individuo. El concepto principal que manejan

155


estos autores es el de materialismo cultural 11en el cual se pone de presente que los sistemas de significación producen a los sujetos y cambian la historia y que no son solamente es el reflejo de las condiciones sociales de producción como lo planteaba el marxismo desde su determinismo económico.

Las investigaciones del Centro de Birmingham se centraron en la discusión del concepto de Cultura. Hasta entonces el concepto fue trabajado por la sociología y la literatura como la cultura de élites o la alta cultura, estos estudios lograron ampliar el concepto desde una mirada antropológica y semiótica. Componen este debate sobre el concepto tres líneas de profundización: el estudio de las culturas subalternas y populares, desplazamiento desde los códigos estéticos hacia las prácticas de significación y el consumo y recepción de nuevas tecnologías y de los mensajes de los medios.

A estos estudios pioneros se suman los estudios del jamaiquino Stuart Hall, quien introdujo los problemas por la raza y el colonialismo, como categorías centrales en el análisis cultural y Catherin Hall, feminista que propuso la discusión sobre las relaciones de género y la clase social.

Un autor muy importante a partir de la década de los 80, como ya se ha visto en las anteriores lecciones, fue Pierre Bourdieu, quien abordó los fenómenos culturales desde una teoría de la dominación que enfatiza la dominación simbólica, poniendo en evidencia como funcionan de manera inconsciente las estructuras de dominación que se ven expresados en esquemas de pensamiento y acción en los individuos. Se puede evidenciar esta situación a través del análisis del consumo simbólico a través de los medios masivos de comunicación, el arte,

11

El materialismo cultural es un enfoque de investigación en antropología y sociología, que postula que las condiciones materiales suelen ser el principal factor promotor de los cambios sociológicos y culturales observados así como un fuerte determinante de los patrones culturales y organización de una determinada cultura o sociedad.

156


los procesos educativos y la religión y llegar a comprender cuales son las intencionalidades políticas. Como se puede observar, el desarrollo de la sociología de la cultura ha tenido 3 enfoques básicos: Los enfoques desarrollados por los pensadores europeos; los estudios desarrollados en Inglaterra y los estudios desarrollados en Norteamérica. Sin embargo y como lo podrán encontrar más adelante, las discusiones actuales cuestionan el hecho de que los análisis de la cultura latinoamericana tradicionalmente se realiza desde miradas externas especialmente desde las escuelas europeas, inglesas y norteamericanas y no de desde una perspectiva local, obedeciendo a nuestras propias condiciones de desarrollo.

Lección 18. Estudio de La Cultura desde América Latina Los Estudios Culturales en América Latina son relativamente nuevos y se considera

que

aparecen

ligados

a

los

conceptos

de

modernidad

y

postmodernidad. En los países Latino Americanos la llamada Modernidad12 se inicia con el proceso histórico de la conquista española. Sin embargo no se puede desconocer que hay diferencias significativas en los procesos regionales, dada la diversidad de actores que intervinieron en la conquista (aventureros, prisioneros, misioneros, militares e intelectuales) y a la posterior influencia de migrantes de muchos lugares de Europa. Mientras que en los países andinos y centro americanos, la población es producto del mestizaje entre españoles, indígenas y negros, en países como Chile, Argentina, Uruguay y Brasil, el mestizaje incluyó a los emigrantes alemanes e italianos, lo cual genera diferencias significativas.

12

Algunos autores distinguen los conceptos de Modernidad y Modernización. Modernidad se entiende como el proceso de secularización y la ruptura y desencantamiento con la organización religiosa en el mundo. La Modernización tiene que ver con el crecimiento de las fuerzas productivas, una mayor división social del trabajo y un alto grado de desarrollo productivo. En este caso se tratarán como dos conceptos ligados.

157


Las guerras de independencia también son hechos que dan significación a la llegada a la modernidad especialmente con la traducción de los Derechos del Hombre por parte de Antonio Nariño, con lo cual se proclamaba entre otras la liberad de culto, política y económica, lo que permitió que se presentaran acciones revolucionarias. Un tercer elemento que constituye la llegada a la modernidad es el proceso de industrialización (modernización) que concretamente en Colombia se ubica aproximadamente a comienzos del siglo XX

con la expansión cafetera,

tabacalera, petrolera y bananera.

La postmodernidad se concibe a partir del desarrollo de los medios de comunicación; la sociedad postmoderna caracterizada por la complejidad, el caos. Es una respuesta reaccionaria debido al malestar y la inconformidad a lo que la modernidad impuso a la sociedad, manifestada en la forma de vivir, sentir, comportarse, relacionarse socialmente. Se presentan en la postmodernidad multiplicidad de facetas y ambigüedades. El hombre posmoderno no cree en discursos absolutos. Se privilegia la experiencia antes que el discurso racional; la fuente de los conocimientos por encima de las teorías y los conceptos es lo que llega a través de los sentidos, por lo cual se debe sentir, imaginar, intuir.

En América Latina ya desde los siglos XIX y XX se puede decir que existían unas preocupaciones intelectuales por los procesos culturales propios de la región, frente al mestizaje cultural, producto de los procesos de colonización e inmigración. Esto se veía reflejado en temas como la cultura en los nacientes Estados Nación, al preguntarse cuáles eran las costumbres, las creencias, las actitudes propias y cuales las propias de los colonizadores.

Martin Barbero considera que:

158


“El proceso más vasto y denso de la modernización en América Latina va a tener lugar a partir de los años 1950-1960 y se hallará vinculado decisivamente al desarrollo de las industrias culturales. Son los años de la diversificación y afianzamiento del crecimiento económico, la consolidación de la expansión urbana, la ampliación sin precedentes de la matricula escolar y la reducción del analfabetismo. Y, junto con ello, acompañando y modelando este desarrollo, se producirá la expansión de los medios masivos de comunicación y la conformación del mercado cultural‖. (Barbero)

A partir de los años ochenta se consolida en América Latina una tradición de investigación cultural que es denominada por algunos investigadores como “Estudios de Comunicación y Cultura. El problema central de investigación en esta línea es el análisis de las contradicciones, e influencias recíprocas entre las culturas de elite, étnicas, culturas populares, relacionándolas con los textos e imágenes de los medios de comunicación de masas, dentro del contexto de la globalización. Alicia Ríos (Rios, 2002) define los Estudios culturales latinoamericanos como: “un campo de estudio configurado dentro de la tradición crítica latinoamericana, la teoría de la dependencia y la teología de la liberación que mantiene un diálogo constante con las escuelas de pensamiento europeas y norteamericanas. Su objeto de estudio es la producción simbólica de la realidad latinoamericana. Estos estudios generalmente son interdisciplinares porque son realizados por autores de muchas disciplinas como la antropología, la sociología, la filosofía, la comunicación social entre otros.

Entre los autores más representativos en América Latina, se encuentran: Jesús Martín Barbero y Guillermo Sunkel, quienes tienen una fuerte influencia de la

159


escuela británica, José Joaquín Brunner y Néstor García Canclini con influencia de los estudios de Pierre Bourdieu.

José Joaquín Brunner ha trabajado los problemas de significación política y la reflexión posmoderna en la región. También es importante resaltar la obra de Nelly Richard en cuanto a sus aportes para la interpretación de la cultura política de los pueblos.

Lección 19. Otros conceptos y maneras de abordar el tema de Cultura Peter Berger nació en Viena en 1929. Complementó sus estudios secundarios en Londres y en 1949 migró a Estados Unidos. Entre

1963 y 1970 desarrolló

ampliamente su concepto sobre la cultura y la realidad social.

Influenciado por Tomas Luckman y Alfred Shutz, el autor aplica la fenomenología a las ciencias sociales. La Sociología Fenomenológica se centra en los significados que las personas comparten intersubjetivamente y que también están objetivados por una serie de creaciones culturales. Berger ve en la cultura constantes biológicas y ambientales propias de la condición humana. Hace una comparación entre los animales y el hombre: los animales nacen con instintos altamente especializados: su mundo está predeterminado por sus instintos por lo cual nacen como seres completamente acabados. Los seres humanos por el contrario, nacen con una estructura no especializada, su mundo es abierto en el cual debe actuar para construirlo; el ser humano es entonces inacabado por lo cual debe interactuar con su entorno (ambiente) y con otros hombres. El autor explica que los individuos construyen la realidad en su proceso de socialización en tres momentos:

160


1. Externalización: Es el proceso por el cual el hombre se vuelca al mundo: ―Las personas construyen aquello que no encuentran en su constitución biológica: construyen su mundo con sus formaciones socio culturales y psicológicas‖. (Berger, 1986, pág. 35). Lo anterior significa que los seres humanos dan sus propios significados a la realidad que los rodea. 2. Objetivación: En este momento los seres humanos consideran que su entorno es algo que está allí independiente de si mismos. Cuando la persona empieza a crecer, quienes apoyan su proceso de socialización le dicen que es lo que debe hacer o no hacer con base en lo que sus antepasados también les dijeron a ellos.

3. La Internalización: proceso por medio del cual el individuo no solamente reconoce y comprende el mundo socio cultural objetivo sino que también se hace parte de él. Para concluir los tres procesos se podría decir que: en la Externalización la sociedad es un producto humano; cuando se objetiva se comprende que el entorno es un mundo independiente de nosotros y con la internalización el hombre se comprende como un producto de la sociedad.

Otro autor importante que ha trabajado el tema de la Cultura es Cliffort Geertz (1926–2006), quien desarrolló un concepto basado en la fenomenología, con lo cual considera que la investigación cultural debe dedicarse a la interpretación de los significados subjetivos que los grupos sociales dan a sus experiencias. Con ello se quiere significar que si se va a realizar un estudio cultural es necesario analizar los esquemas culturales que cumplen funciones de ordenar, codificar y dirigir la vida de los individuos. Por ello es fundamental conocer los modelos culturales locales para poder interpretar su cultura: los símbolos, los signos, los gestos, creencias, mitos, ritos, porque todos han contribuido de alguna manera a la construcción de la identidad. 161


Cliffort Geertz basado en la teoría de los Sistemas, considera que el sistema general (La Sociedad) está compuesto por otros subsistemas que a su vez se pueden descomponer en otros de orden inferior y que para comprender la sociedad en general se deben analizar los subsistemas. Por ejemplo si vamos a estudiar el estado de salud de la población Afro residente en el Valle es necesario en primer lugar definir específicamente que área de la salud estudiar: desnutrición en los niños o cáncer de mama en las mujeres etc. Para hacer el estudio entonces sería necesario consultar varios subsistemas a saber: Medio Ambiente, Religión, Economía, Políticas del Estado, Infraestructura Física entre otras.

Lección

20.

Globalización

Académica, Estudios

Culturales

y

Crítica

Latinoamericana En esta lección se presenta un extracto de un documento elaborado por Nelly Richard en el cual hace una fuerte crítica a los estudios latinoamericanos que se han realizado desde una perspectiva que no tiene en cuenta las condiciones específicas de las formaciones sociales latinoamericanas, sino obedeciendo a esquemas extranjeros.

Nelly Richard, licenciada en Literatura Moderna (Universidad París IV-La Sorbonne), directora de la Revista de Crítica Cultural (Santiago de Chile) y del Diplomado en Crítica Cultural (Universidad Arcis). Directora del programa “Postdictadura y transición democrática en Chile” de la Fundación Rockefeller (1997-2000). Directora de la serie “Crítica y ensayos” de la Editorial Cuarto Propio en Santiago de Chile. Ganadora de la beca Guggenheim en 1996.

Es importante anotar que sus trabajos representan grandes aportes a la comprensión de las culturas latinas entendiéndose que no somos una sola cultura 162


sino las culturas teniendo en cuenta las condiciones específicas de cada región en particular.13 “…LA RECEPCIÓN LATINOAMERICANA DE LOS ESTUDIOS CULTURALES

La globalización económica y comunicativa ha provocado múltiples redefiniciones sobre cómo América Latina se vive y se mira a sí misma, al fragmentar y diseminar los trazados identitarios de lo nacional y de lo continental que le servían de fronteras de integridad al discurso sustancialista de un ―nosotros‖ puro y originario.

Pero no sólo las pertenencias de identidad tradicionales y sus representaciones socioculturales se han visto, en Latinoamérica, modificadas por los flujos disolventes del régimen de circulación capitalista

que

cotidianamente

transnacionaliza

mercancías

e

informaciones. Más allá de aquellos procesos de desterritorialización del capital económico y de interplanetarización comunicativa, el dispositivo de la globalización atañe también a la producción de saberes y teorías, ya que entre sus agentes figura una red transnacional de universidades y de instituciones del conocimiento que administra recursos para la circulación de las ideas a la vez que programa las agendas de debate intelectual. Los territorios de lo universitario y de lo académico son uno de los sitios marcados por las divisiones entre lo global (las dinámicas expansivas del neocapitalismo que afectan también a las instituciones del saber) y lo local: la especificidad de los campos de formación intelectual y las articulaciones contextuales de sus dinámicas de pensamiento. 13

Las citas que aparecen en el texto son de la autora Nelly Richard.

163


Estas divisiones entre lo global y lo local, que rediseñan el paisaje económico

y

comunicativo

de

la

sociedad

y

de

la

cultura

latinoamericana, animan también la discusión en torno a los nuevos modelos de reorganización del conocimiento susceptibles de analizar los cambios de lo social y lo cultural en América Latina. Y dentro de estos modelos, figuran los estudios culturales.

Los estudios culturales (cultural studies) son hoy la novedad exportada por la red metropolitana centrada en Estados Unidos, y existen muchas discusiones en América Latina sobre los riesgos de transferencia y reproducción periféricas de su modelo. Los estudios culturales no sólo remiten en su designación al antecedente de un proyecto cuya circunstancia internacional es ajena a la tradición latinoamericana, sino que además revisten la imagen de un paquete hegemónico debido al exitoso grado de institucionalización académica que hoy exhiben desde Estados Unidos.

Son muchas las sospechas y reticencias que rodean la mención a los estudios culturales en América Latina, donde se los tiende a percibir como demasiado cautivos del horizonte de referencias metropolitanas que globaliza el uso y la vigencia de los términos puestos en circulación por

un

mercado

lingüístico

de

seminarios

y

de

congresos

internacionales. Para muchos, basta con que los estudios culturales hayan sido institucionalizados por la fábrica de novedades de la academia norteamericana para hacerlos cargar automáticamente con el estigma colonizador de la dominación metropolitana y para declararlos culpables de sólo favorecer las tecnologías de la reproducción que expanden el mercado académico internacional. 164


La moda de los estudios culturales habría ido borrando la densidad histórica de lo local y de sus ―regionalismos críticos‖. Una posición bastante común es, por ejemplo, la que argumenta que el referente hegemónico de los estudios culturales está silenciando la tradición del ensayismo latinoamericano que, sin embargo, anticipó varios de los actuales desplazamientos de fronteras disciplinarias que tanto se celebran internacionalmente (Achugar, 1998)

La obliteración de esa tradición y la negación de sus memorias en español se verían reforzadas por cómo el corpus de los textos culturales de la ―descolonización‖ ha sido desplazado por la supremacía teórico-metropolitana del nuevo tema del ―poscolonialismo‖ (Mignolo, 1998):

―Un

extraño

artefacto

totalmente

hecho

en

inglés

precisamente– en el idioma de la hegemonía que habla para sí de lo marginal, subalterno, poscolonial‖ (Cornejo Polar, 1997: 344).

Cultura y transformaciones sociales en tiempos de globalización

A esto deberíamos agregar el reclamo que le dirigen varios críticos latinoamericanos a la ―Internacional académica‖ por cómo se apropia indiscriminadamente de citas de autores que, en América Latina, dieron lugar –tempranamente– a construcciones heterodoxas que sirven para pensar de manera compleja ciertos conflictos ideológico-culturales y que hoy nos son devueltas completamente banalizadas por el reciclaje de saberes disciplinarios que promueve, en forma serial, la industria de los estudios culturales (Sarlo, 1995; Casullo, 1998).

165


Existen razones de más para respaldar las sospechas de los críticos latinoamericanos que se muestran reticentes frente al tema de los estudios culturales. Pese la multiplicidad diversa de pliegues que la recorren internamente, la red académico metropolitana ejerce el poder representacional de su dominante norteamericana. La ―función-centro‖ de esta dominante académica norteamericana controla los nombres y las categorías de discurso que entran en circulación internacional, y dota de legitimidad institucional a los términos

de

debate

que

ella

misma

clasifica

y

organiza

prepotentemente de acuerdo a sus propias jerarquías conceptuales y político- institucionales. El latino americanismo ofrece el modelo globalizante de un discurso ―sobre‖ América Latina que generalmente omite la singularidad constitutiva de los procesos de enunciación formulados ―desde‖ América Latina. Es cierto que las asimetrías de poder desencadenadas por el efecto globalizador de la máquina académica norteamericana de conocimientos tienden a subordinar lo local (las especificidades, singularidades y diferencialidades de las prácticas latinoamericanas) al poder multicoordinado de lo global, que busca suprimir las irregularidades de contextos susceptibles de accidentar la lisura operacional de sus tecnologías de la reproducción. Efectivamente, la heterogeneidad de lo local latinoamericano tiende a ser homogeneizada por el aparato de traducción académica del latino americanismo y de los estudios latinoamericanos, que no toman en cuenta ni la densidad significante ni la materialidad operativa de sus respectivos contextos de enunciación (Moreiras, 1998)6. Todo esto es cierto, pero no creo que el debate sobre los estudios culturales deba quedar entrampado en este binarismo Norte/Sur.

166


Desde ya, la resistencia crítica a la tendencia globalizante y abstractiva de la academia norteamericana y a sus saberes de exportación se encuentra presente en el interior mismo de los estudios culturales, al menos en las postulaciones de Stuart Hall, que siempre ha insistido en defender

su

carácter

de

―práctica

coyuntural‖.

El

manejo

necesariamente localizado de las operaciones que demanda el conocimiento- en-situación de los estudios culturales, tal como Hall los concibe, supondría la micro diferenciación de las especificidades de contextos de lo latinoamericano a través del detalle práctico de cómo se trama la relación –material y contingente– entre discursos, sujetos, prácticas e instituciones, en cada sitio de intervención.

La relación entre localidades geoculturales (Estados Unidos, América Latina), localizaciones institucionales (la academia norteamericana, el campo intelectual de la semi-periferia) y situaciones de discursos (hablar ―desde‖, ―sobre‖, ―como‖, etc.) no es una relación dada, natural y fija, sino una relación construida y mediada, es decir, permanentemente deconstruible y rearticulable. Hay una movilidad de intersecciones entre los estudios culturales norteamericanos y la crítica latinoamericana que des homogeneíza la relación poder/conocimiento de cada bloque territorial y que puede ser recorrida multidireccionalmente, siempre y cuando no se pierda de vista la necesidad de una flexión metacrítica que someta a vigilancia cada una de estas intersecciones de discurso. Además, tal como ocurre con cualquier otro soporte institucional, la diversidad

de

prácticas

de

los

estudios

culturales

no

calza

uniformemente con el bloque académico que retrata su dominante de exportación. Existen líneas de ambigüedad y de contradicción en el interior del programa académico de los estudios culturales que, incluso en Estados Unidos, abren puntos de fuga dentro de su formato 167


aparentemente tan seriado. En contra de los propios límites de burocratización académico-universitaria de los estudios culturales, es siempre posible prestar atención a las formas alternativas mediante las cuales –para retomar una fórmula de Jameson: ―el deseo llamado estudios culturales‖ batalla contra su propia ortodoxia institucional (1993: 93). La libertad que ganemos para desplazarnos en medio de las codificaciones institucionales del saber academizado, nos permitirá recombinar estratégicamente determinadas articulaciones de debate según las prioridades de cada uno de nuestros contextos y los juegos de fuerza que los atraviesan.

Me parece, en todo caso, que la discusión en torno a los estudios culturales ha renovado los términos de la reflexión latinoamericana sobre teoría y crítica de la cultura, y quisiera resumir aquí algunos puntos de discusión que tienen para mí el mérito de abrirse a preguntas más amplias sobre las relaciones entre saberes académicos, tramas ciudadanas, mercado cultural, razón crítica y práctica intelectual en tiempos de saturación capitalista y de globalización massmediática‖ (Richard, 2005).14

Capitulo 5: LAS CULTURAS POPULARES Y LA GLOBALIZACION

Lección 21. ¿Qué se entiende por cultura popular? Como se pudo ver en las lecciones anteriores, para poder caracterizar una sociedad desde su cultura existen diferentes enfoques, diferentes metodologías, pero, en lo que todas estas posiciones convergen es en la necesidad de estudiar la cultura desde sus propios contextos, desde sus localidades y buscando interpretar aquello que en su mundo subjetivo se quiere significar y teniendo en 14

Las citas en el documento son propias del autor.

168


cuenta el entorno tal como el medio ambiente, la ubicación geográfica, el clima, la economía la política, las costumbres y valores. Por ello no es igual si se analiza la cultura costeña del Norte con la cultura costeña del Pacifico. Tampoco es igual la cultura de los afro colombianos residentes en el Chocó y la de los afro colombianos residentes en el Valle a pesar de tener similitud en sus ancestros. La Cultura no es estática, es dinámica y se transforma continuamente. Hoy más que nunca con el acelerado proceso que se lleva en donde la noticia de ayer es historia para hoy.

Se denomina entonces como Cultura Popular, la forma como desde diferentes grupos sociales (indígenas, campesinos, afro colombianos, barrios, etc.) se interpreta el mundo que los rodea y expresan su relación con las instituciones, los procesos de producción y sentido de sus prácticas. En otras palabras es la forma como los sectores populares construyen y dinamizan sus universos simbólicos; como interiorizan los nuevos códigos neoliberales impuestos desde los centros de poder y como elaboran estrategias de supervivencia en estos contextos.

La Cultura Popular es entonces una cultura incluida en una cultura mayor. En las siguientes lecciones se expondrán diferentes miradas respecto a las culturas populares.

En la actualidad el autor que mejor ha trabajado el concepto de Cultura Popular es Néstor García Canclini: ―Conforma un conjunto de prácticas sociales y colectivas donde lo rural y lo urbano conviven muchas veces en las entrañas de las grandes ciudades o en los aglomerados de la periferia, asumiendo una heterogeneidad que permite caracterizarlas como culturas híbridas‖ (García Canclini, Cultura Transnacional y Cultura Popular, 1988). 169


Con la anterior definición se reconoce entonces que existe una heterogeneidad en las culturas populares por lo cual es indispensable la comprensión de cada grupo social en particular con sus especificidades. Por ejemplo si vamos a estudiar las comunidades indígenas, estas son múltiples a que son diferentes las de la Sierra Nevada, las del Cauca, las del Amazonas.

Por ello entonces no se puede hablar de la cultura popular sino de las culturas populares y la tarea de los investigadores es entonces descubrir, sistematizar y analizar los diferentes sistemas de conocimientos y significaciones de una comunidad, sus valores, símbolos, ritos y mitos.

A continuación se transcribe el ensayo escrito por el autor en el que hace una clara exposición sobre lo popular.

Néstor García Canclini, Nacido en Argentina en 1939. Estudió letras y se doctoró en 1975 en la Universidad Nacional de La Plata y, tres años después, con una beca otorgada por el Conicet, se doctora en la Universidad de París. Ejerció la docencia en la Universidad de La Plata (1966-1975) y en la Universidad de Buenos Aires (1974-1975). Desde 1990, profesor e investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México, Unidad Iztapalapa, donde dirige el Programa de Estudios sobre Cultura. ―Hay éxitos tristes. Por ejemplo el de palabras como popular, que casi no se usaba, luego fue adquiriendo la mayúscula y acaba escribiéndose entre comillas. Cuando sólo era utilizada por los folcloristas parecía fácil entender a qué se referían: las costumbres eran populares por su tradicionalidad, la literatura porque era oral, las artesanías porque se hacían manualmente. Tradicional, oral y manual: lo popular era el otro nombre de lo primitivo, el que se empleaba en las sociedades 170


modernas. Con el desarrollo de la modernidad, con las migraciones, la urbanización y la industrialización (incluso de la cultura), todo se volvió más complejo. Una zamba bailada en televisión ¿es popular? ¿Y las artesanías convertidas en objetos decorativos de departamentos? ¿Y una telenovela vista por quince millones de espectadores? Hay una vasta bibliografía que habla de cultura popular en espacios muy diversos: el indígena y el obrero, el campesino y el urbano, las artesanías y la comunicación masiva. ¿Puede la misma fórmula ser usada en tantos territorios? Hasta ahora estas preguntas han recibido, más que soluciones científicas, respuestas editoriales e institucionales. Se reúne un grupo de artículos heterogéneos o se organiza un simposio multimático y se les coloca como título -la cultura popular-. Estos agrupamientos no siempre son arbitrarios. A veces, los provoca el interés de responder a una disponibilidad del mercado editorial o académico. En otros casos, se quiere enfrentar una necesidad cultural o política: cuando se crea un museo para difundir las diversas culturas de un país, o cuando se organiza un movimiento popular urbano que agrupa a sectores subalternos con objetivos –comunes más allá de sus diferencias étnicas o laborales. El éxito público de la denominación radica justamente en su capacidad de reunir a grupos tan diversos, cuya común situación de subalternidad no se deja nombrar suficientemente por lo étnico (indio), ni por el lugar en las relaciones de producción (obrero), ni por el ámbito geográfico (cultura campesina o urbana). Lo popular permite abarcar sintéticamente todas estas situaciones de subordinación y dar una identidad compartida a los grupos que coinciden en ese proyecto solidario. Por eso, el término popular se ha extendido como nombre de partidos políticos, revoluciones y movimientos sociales. En esta 171


polisemia reside también su debilidad. Lo popular no corresponde con precisión a un referente empírico, a sujetos o situaciones sociales nítidamente identificables en la realidad. Es una construcción ideológica, cuya consistencia teórica está aún por alcanzarse. Es más un campo de trabajo que un objeto de estudio científicamente delimitado. No obstante, debiéramos poder plantear el problema científico con cierta independencia de las presiones y los intereses históricos que condicionan excesivamente las maneras en que las ciencias sociales se interrogan por lo popular. No estamos pretendiendo una imposible asepsia del discurso científico respecto del entorno en que es producido, circula y se usa. Si bien ninguna práctica social puede desentenderse enteramente de su contexto, pensamos que una propiedad de trabajo científico es volver visible y discutible, y por tanto un poco más neutralizable, la relación entre su discurso y las condiciones en que se engendra.

Para encarar la crisis actual de la teoría sobre la cultura popular, uno de los problemas claves es la divergencia entre dos tendencias científicas opuestas: la antropología y los estudios sobre comunicación. Hay que preguntarse por qué se desarrollaron separadas, con estilos de trabajo tan distintos. Señalaremos brevemente los rasgos propios de cada paradigma y sus modos de ocuparse de lo popular. Analizaremos luego qué ha significado para cada uno su parcialidad y que cambios les provocaría tomar en cuenta la mirada opuesta. A partir de este debate intentaremos, ver si un enfoque transdisciplinario nos ayudaría a definir mejor qué entendemos por cultura popular -y también por cultura masiva-, si aún pueden sostenerse esos nombres, y cómo estudiarlas en una época que reformula las relaciones entre tradición, y

172


modernidad, entre las formas locales de sociabilidad y las que promueven las nuevas tecnologías‖. 15

Lección 22. Cultura de Masas En la anterior lección se pudo describir claramente el significado de la cultura popular. Ahora entraremos a otro tema de discusión: la cultura de masas.

Con cultura de masas se hace referencia a aquellas prácticas basadas en la producción y el consumo estandarizados. Responde entonces en pautas fijadas internacionalmente y se apoya en relaciones impersonales. Por ello es una seudo cultura (falsa cultura) que se deja imponer pautas de consumo. Es la cultura que se produce a través de los medios de comunicación y que es absorbida por las comunidades de una manera inconsciente. Son todos aquellos estilos de vida que se imponen en los países hegemónicos para establecer pautas de consumo masivo.

Lo masivo es aquello que circula como un producto de la sociedad de consumo y que posee unas características esenciales ya que logran fabricar en la gente sueños, ideas, ilusiones, estilos de vida que no son propios y que son asimilados por todas las clases sociales. Es un instrumento de consolidación y mantenimiento de las estructuras de poder. Lo masivo no solamente se circula por los medios electrónicos: está también en los cuerpos de quienes usan la moda, en la televisión, en las empresas que los distribuyen, en las marcas, en la publicidad.

Con la cultura de masas se pretende homogenizar a toda la población en el entendido que “todos podemos ser iguales” porque todos podemos acceder a los bienes que se nos ofrecen. 15

Articulo consultado en: http://www.infoamerica.org/documentos_pdf/garcia_canclini1.pdf

173


La realidad es que con todos estos estilos de consumo impuestos a través de los medios de comunicación se están enmascarando los verdaderos problemas de la sociedad, no contribuye al auténtico desarrollo humano por cuanto las personas creen que su propio desarrollo está determinado por la posibilidad de “tener” antes que ser. El elemento que en este caso determina un cambio sustancial es la educación pues, en la medida en que los sectores populares toman conciencia de sus realidades, encontrarán nuevas vías para relacionarse con la sociedad actual, dejando la pasividad y la aceptación de su condición.

Lección 23. Cultura y Medios de Comunicación Para iniciar esta reflexión sobre los medios de comunicación, primero hay que empezar a entender cuál es su papel y a partir de allí como podemos ver el proceso de la dominación simbólica, como actúa y cómo se trasmite entre los ciudadanos sin volver a la teoría de la aguja hipodérmica, en la que todo lo que los medios transmiten les llega directamente a los receptores sin una reflexión crítica o por lo menos sin pasar por los sistemas de interpretación propios dados por el contexto cultural, político, social, de género etc. Para esto en el texto de

Jorge Iván Bonilla “Apuntes sobre medios de

Comunicación, Esfera Pública y Democracia”, se encuentra una discusión actual que es: cuál es el papel de los medios de comunicación en la construcción de lo público, espacio donde se discuten desde las distintas posturas sociales, políticas, culturales y de género que país quieren los y las ciudadanas.

Para Jorge Iván el papel de los medios de comunicación está en la visibilización de los diferentes temas sociales, que han ido rompiendo la agenda pública, “esto es, por el derecho a la palabra pública, por hacerse oír y por dejarse ver.” (Bonilla, 2005). Lo anterior ha impuesto una pregunta fundamental, y que se articula con 174


los planteamientos de Bourdieu desde el lenguaje y es, ¿sobre qué está permitido hablar? Y reforzándolo con Bourdieu cómo está permitido hablar sobre los hechos sociales? “los medios de comunicación (desde la imprenta, la radio, la televisión y ahora Internet) se han convertido en arenas, ámbitos y actores fundamentales en la transformación de la vida pública de sociedades modernas. (Bonilla, 2005, pág. 59)” Estas transformaciones las relaciona Bonilla con las interpretaciones simbólicas sobre la realidad, que no nacen en el ayer sino que son procesos de larga duración, por ejemplo en el cambio de la monarquía al Estado, el papel de la prensa fue fundamental, porque cambiaron los referentes simbólicos de poder, se pasó de centrarlo todo en Dios y el monarca, a los poderes centrados en los hombres, “con aquel ideario liberal que identificó el papel político e la prensa escrita no solo con el declive de los centros de poder simbólico, provenientes del ―trono‖ de la iglesia, sino con el compromiso del interés común, y del debate público, y con la creación de símbolos y sentimientos de identidad nacional, vinculados a las nuevas ―comunidades imaginadas‖, asociadas a los emergentes Estados – Nación europeos del siglo XVII y XVIII”. (Bonilla, 2005, pág. 51).

En el caso de este curso se revisa el papel de los medios de comunicación como un espacio fundamental del proceso de socialización cultural, entendiendo los medios como entes no

aislados sino como parte de la articulación de varias

instituciones sociales que construyen un “sentido común social” para la interpretación de la realidad.

Aquí se debe analizar cuál es esa articulación entre medios y la interpretación hegemónica de la realidad, que si bien no es entender a los receptores como pasivos, si es ver cómo se refuerzan las interpretaciones sociales entre la familia, la iglesia, la escuela, el estado y ahora los medios de comunicación.

175


En cuanto a los medios de comunicación hay que superar la mirada común de entenderlos como solo espacios de información y de recreación para entrar a problematizar su papel en la construcción de sistemas de interpretación de la realidad, cuáles son sus relaciones con el poder político, económico, social y cultural, no solo en lo que tiene que ver con su sostenimiento como medio de comunicación sino como su función mediadora responde también a una articulación con esos poderes.

Pierre Bourdieu, en su libro Sobre la Televisión, habla del campo del periodismo y el político, que si bien son campos autónomos, la incidencia del campo del periodismo sobre el político hace que los agentes de este último tengan algunas ventajas en su lucha de dominación del campo al aparecer o no en los medios, diría yo que la forma como aparecen en los medios es lo que facilita un movimiento dentro del campo político, ―aunque los agentes comprometidos en el campo periodístico y el político estén en una relación de competencia y de lucha permanentes y el campo periodístico esté en cierta medida, englobado dentro del campo político en cuyo seno ejerce unos efectos muy poderosos, estos campos comparten el hecho de estar muy directamente y estrechamente colocados bajo el efecto de la sanción del mercado y del plebiscito‖ (Bourdieu P. , Sobre la Televisión, 2002) , para el caso colombiano vemos a los agentes políticos dentro de una dicotomía amigo enemigo, la cual se podría evidenciar en los medios de comunicación por la forma como aparecen los agentes del campo político, el lenguaje que se utiliza, la frecuencia con que se citan para opinar sobre los hechos políticos y particularmente frente al conflicto político colombiano, hay fuentes “oficiales” que tienen hoy una posición de legitimidad frente a la opinión y unas fuentes que han tendido a desaparecer o sus apariciones son esporádicas y no dan un fuerte contraste a las fuetes oficiales, esto da la sensación de legitimidad de un discurso sobre otras posturas que también existen en el campo político. 176


Para Pierre Bourdieu, esto es la “violencia simbólica responde a la desigual distribución del capital lingüístico y cultural estableciendo un sistema de censuras que reproduce la dominación en el campo simbólico, traduciendo la lucha de clases en un sistema de intercambios comunicativos. El lenguaje como institución renueva la estructura dominante de distribución desigual del capital cultural, legitima la desigualdad, naturaliza la exclusión y participa en la reproducción del orden social, imponiendo la violencia simbólica, induciendo códigos, pero otorgando, a la vez la fantasía de la libertad, la creación y el mérito individual” 16

Hablar de este habitus de interpretación es reconocer que hay una forma hegemónica de interpretación de la realidad social, política, cultural de género etc., que les es muy favorable para seguir tanto en el poder local, regional y ahora global. Una vez reconocido se debe tratar de cuestionar esa naturalización de la interpretación, buscando esas otras formas de interpretación simbólica que existen y tratar de posicionarlas, como ha ocurrido con una subversión del lenguaje al darle al lenguaje un espacio a las formas de denominación femenina que al principio tuvo una gran resistencia pero poco a poco se ha ido imponiendo ampliando los marcos de interpretación.

Otro autor que llama la atención sobre el papel del lenguaje (que no solo es el escrito, sino también el verbal y el no verbal), en la construcción de la realidad es M.A.K. Halliday, quien manifiesta que: ―El lenguaje surge en la vida del individuo mediante un intercambio continuo de significados con otros significantes. Un niño crea, primero su lengua infantil. Luego su lengua materna, en interacción con ese pequeño corrillo de gente que constituye su grupo significativo. En ese sentido, el lenguaje es un producto del proceso social.

16

Alonso Luis Enrique cita a Pierre Bourdieu, el Lenguaje y la Comunicación: de los Mercados Lingüísticos a la degradación mediática. www.unavarra.es/puresoc/es/c_textos.htm

177


Un niño que aprende el lenguaje aprende al mismo tiempo otras cosas mediante el lenguaje, formándose una imagen de la realidad que está a su alrededor y en su interior; durante ese proceso, que también es un proceso social, la construcción de la realidad es inseparable de la construcción del sistema semántico en que se halla codificada la realidad”. (Halliday, 2001).

Dentro del estudio de la comunicación es importante reconocer el papel de la construcción de sentido de los productos que comunicamos, cómo los recibe el receptor y que hace con ellos, cuál es la intencionalidad con la que se construyen los mensajes a través de la palabra, del la escritura, del sonido o de la imagen. Para realizar este análisis simbólico y de producción de sentido es importante conocer el contexto social y cultural en el cual subyacen estas interpretaciones y como a partir de ellas se construye la realidad social.

Dentro de la producción simbólica que atraviesan los procesos comunicativos, mediados por distintos canales de transmisión, se conforman estructuras simbólicas en la sociedad que permiten que los procesos hegemónicos de dominación política, cultural, religiosa, de género etc., cuenten con la aceptación del conglomerado social y que resulte difícil transformarlos con solo cambios de poder cuando las estructuras siguen inermes dentro del sujeto, pero sobretodo encontrar las formas propias que la sociedad encuentra para transformar y reinterpretar

las

simbologías

hegemónicas,

y

construir

sus

propias

interpretaciones, pero esto no es posible sin reconocer primero que se está inmerso en interpretaciones dadas desde afuera desde unos intereses sociales, culturales, políticos, económicos etc., particulares.

Lección 24. Globalización y consumo

178


Néstor García Canclini presenta en su obra Consumidores y Ciudadanos un análisis desde lo cultural diciendo que el valor simbólico de consumir “lo nuestro” estaba sostenido por una racionalidad económica, “consumir bienes y marcas extranjeras era un recurso de prestigio, en el modelo de la globalización la distinción entre lo propio y lo ajeno, dice Canclini, ya no guarda mucho sentido cuando se compara un Ford montado en España,… (García Canclini, 1995, pág. 16)”

Aquí introduce Canclini, dos conceptos la internacionalización y la globalización, la “primera tiene que ver con la internacionalización de las culturas nacionales, la mayoría de los mensajes y bienes que se consumían se generaban en la propia sociedad”, (García Canclini, Consumidores y Ciudadanos, 1995)” la segunda supone una “interacción funcional de actividades económicas y culturales dispersas, bienes y servicios generados por un sistema con muchos centros, en el que importan más la velocidad para recorrer

el mundo que las posiciones

geográficas desde las cuales se actúa”, (García Canclini, 1995, pág. 16) es a través de los medios de comunicación, de la industria cultural que se ve la velocidad de interpretación del mundo donde en un mismo espacio pueden converger formas de interpretación tradicionales , modernas y posmodernas sobre los fenómenos sociales. El consumo para García Canclini es un espacio de disputas por aquello que la sociedad produce y por las maneras de usarlo. El consumo es visto como distinción social, la sociedad comprende el significado de lo que se consume o no. Canclini dice que “el consumo es el conjunto de procesos socioculturales en que se realizan la apropiación y los usos de los productos… los actos a través de los cuales consumimos como algo más que ejercicios de gustos, antojos y compras irreflexivas, según lo suponen los juicios moralistas” (García Canclini, 1995, pág. 16) el consumo para Canclini no es algo que se puede reducir al entendimiento 179


económico como parte de la cadena productiva , aunque dice Canclini que no se puede negar la influencia de lo macrosocial en el consumo también existe un selección individual de lo que se va a consumir.

En el consumo dice Canclini intervienen también las reglas de a distinción entre los grupos, el nivel de educación, las innovaciones tecnológicas y la moda. ““El consumo”, dice Manuel Castells, “es un sitio donde los conflictos entre clases, originados por la desigual participación en la estructura productiva, se continúan a propósito de la distribución y apropiación de los bienes””17

En este sentido se puede afirmar que el consumo no ha sido solamente en lo material sino que el consumo ha sido guiado por un afán del capitalismo por legitimar culturalmente su esencia, es decir dar elementos para crear necesidades que solo el mercado pone como importantes, es aquí donde consumir debe ser visto de otra manera, desde donde se nos están creando las necesidades, cómo resistir a esta cultura consumista, cómo hacer de esta realidad una posibilidad de re-significar esta práctica para que podamos construir una ciudadanía.

Aquí se puede retomar la discusión de las lecciones anteriores sobre las interpretaciones simbólicas en la toma de posición frente a la realidad, ya que es a través del consumo donde legitimamos unas formas de interpretación, unas formas de ser. No es que hoy ser ciudadanos esté solo en los medios de comunicación, no es que si consumimos nos volvemos ciudadanos sino que como lo diría Pierre Bourdieu, los sistemas simbólicos tiene una participación activa en la construcción de la realidad, “… pero si aceptamos que los sistemas simbólicos son productos sociales que producen el mundo, que no se contentan con reflejar las relaciones sociales sino que también contribuyen a construirlas, entonces debemos admitir forzosamente que es posible, dentro de ciertos límites 17

Esta es una cita que hace García Canclíni de el Autor Manuel Castels en su libro Consumidores y Ciudadanos .

180


transformar el mundo transformando su representación (Bourdieu 1980, 1981, 1982)”18.

La exposición acumulativa de las condiciones sociales definidas imprime en los individuos un conjunto de disposiciones duraderas y transponibles que “interiorizan” la necesidad de su entorno social, inscribiendo dentro del organismo la inercia y las coerciones estructuradas de la realidad externa. (habitus), los medios de comunicación son hoy un elemento fundamental de transmisión de estructuras simbólicas que permiten construir la realidad, política, cultural, social. Los sistemas simbólicos no son meros instrumentos de conocimiento también son instrumentos de dominación (ideología para Marx). En su calidad de operadores de integración cognoscitiva, promueven por su propia lógica, la integración social de un orden arbitrario.

La relación entre consumo y ciudadanía la expone Canclini desde autores como Pierre Bourdieu, entre otros, en las cuales se muestran que en las sociedades contemporáneas “la racionalidad de las relaciones sociales se construyen más que en las luchas por los medios de producción y la satisfacción de necesidades materiales, en la que se efectúan para apropiarse de los medios de distinción simbólica”. (García Canclini, 1995)

Aquí entra la propuesta más fuerte de Canclini desde la perspectiva del consumo como un espacio cultural más que económico, y plantea que hay un acuerdo social en el sentido en la comunidad sabe racionalmente que significa tener o no un objeto de consumo, aquí ve el potencia del consumo Canclini, “comprar objetos, colgárselos, en el cuerpo o distribuirlos pro la casa, asignarles un lugar en u orden, atribuirles funciones en la comunicación con los otros, son los recursos para pensar el propio cuerpo, el inestable orden social y las interacciones inciertas 18

El autor Wacquant Loic cita a Pierre Bourdieu en Respuestas, por una Antropología Reflexiva. Página 22

181


con los demás. Consumir es hacer más inteligible un mundo donde lo sólido se evapora”. (García Canclini, 1995, pág. 48).

Dice Canclini que el consumo es un proceso en el que los deseos se convierten en demandas y en actos socialmente regulados.

“los gustos de los sectores

hegemónicos tienen esta función de ―embudo‖, desde los cuales se van seleccionado las ofertas externas y suministrando modelos político-culturales para administrar las tensiones entre lo ajeno y lo propio… En los estudios de consumo cultural en México, encontramos que la falta de interés de sectores populares en exposiciones de arte, teatro o cine experimentales, no se debe solo al débil capital simbólico con que cuentan para apreciar estos mensajes sino también a la fidelidad a los grupos que pertenecen”. (García Canclini, 1995, pág. 49)

Para que se convierta el consumo en un espacio político dice Canclini se debe pasar de pensar el consumo como un mero ejercicio de intercambio económico, de intercambio de mercancías sino como parte de interacciones socioculturales más complejas.

Retomando la discusión sobre le capital simbólico, el campo académico es un espacio rico para este estudio, y que es a partir de allí que se define que es válido para estudiar y que no, y que marca el consumo académico, “la autoridad que ejerce el Centro como facultad simbólica procede de las investiduras de autoridad que lo habilitan para operar como ―función-centro‖, es decir como punto o red que opera ―un número infinito de sustituciones de signos… la autoridad teórica de la función-centro, reside en ese monopolio del poder- de –representación según la cual ―representar‖ es controlar los medios discursivos que subordinan el objeto de saber a una economía declarada superior”. (García Canclini, 1995, pág. 5).

Lección 25. Paradojas de la Globalización 182


A continuación se transcribe un texto escrito por Eduardo Galeano (1940), escritor y periodista uruguayo autor del conocido libro “Las venas abiertas de América Latina”, que toca específicamente las implicaciones de lo globalizado.

PARADOJAS DE LA GLOBALIZACIÓN: ―La mitad de los brasileños es pobre o muy pobre, pero el país de Lula es el segundo mercado mundial de las lapiceros Montblanc y el noveno comprador de autos Ferrari, y las tiendas Armani de Sao Paulo venden más que las de Nueva York. El Banco Mundial elogia la privatización de la salud pública en Zambia: "Es un modelo para el África. Ya no hay colas en los hospitales". El diario The Zambian Post completa la idea: "Ya no hay colas en los hospitales, porque la gente se muere en la casa". Hace cuatro años, el periodista Richard Swift llegó a los campos del oeste de Ghana, donde se produce cacao barato para Suiza. En la mochila, el periodista llevaba unas barras de chocolate. Los cultivadores de cacao nunca habían probado el chocolate. Les encantó. Los países ricos, que subsidian su agricultura a un ritmo de mil millones de dólares por día, prohíben los subsidios a la agricultura en los países pobres. Cosecha récord a orillas del río Mississippi: el algodón estadounidense inunda el mercado mundial y derrumba el precio. Cosecha récord a orillas del río Níger: el algodón africano paga tan poco que ni vale la pena recogerlo. Las vacas del norte ganan el doble que los campesinos del sur. Los subsidios que recibe cada vaca en Europa y en Estados Unidos duplican la cantidad de dinero que en promedio gana, por un año entero de trabajo, cada granjero de los países pobres. Los productores del sur acuden desunidos al mercado mundial. Los compradores del norte imponen precios de monopolio. Desde que en 183


1989 murió la Organización Internacional del Café y se acabó el sistema de cuotas de producción, el precio del café anda por los suelos. En estos últimos tiempos, peor que nunca: en América Central, quien siembra café cosecha hambre. Pero no se ha rebajado ni un poquito, que yo sepa, lo que uno paga por beberlo. Carlomagno, creador de la primera gran biblioteca de Europa, era analfabeto. Joshua Slocum, el primer hombre que dio la vuelta al mundo navegando en solitario, no sabía nadar. Hay en el mundo tantos hambrientos como gordos. Los hambrientos comen basura en los basurales; los gordos comen basura en McDonald´s. El progreso infla. Rarotonga es la más próspera de las islas Cook, en el Pacífico sur, con asombrosos índices de crecimiento económico. Pero más asombroso es el crecimiento de la obesidad entre sus hombres jóvenes. Hace 40 años eran gordos 11 de cada 100. Ahora, son gordos todos.

Desde que China se abrió a esta cosa que llaman "economía de mercado", el menú tradicional de arroz con verduras ha sido velozmente desplazado por las hamburguesas. El gobierno chino no ha tenido más remedio que declarar la guerra contra la obesidad, convertida en epidemia nacional. La campaña de propaganda difunde el ejemplo del joven Liang Shun, que adelgazó 115 kilos el año pasado. La frase más famosa atribuida a Don Quijote ("Ladran, Sancho, señal que cabalgamos") no aparece en la novela de Cervantes; y Humphrey Bogart no dice la frase más famosa atribuida a la película Casablanca (Play it again, Sam).

184


Contra lo que se cree, Alí Babá no era el jefe de los 40 ladrones, sino su enemigo; y Frankenstein no era el monstruo, sino su involuntario inventor. A primera vista, parece incomprensible, y a segunda vista, también: donde más progresa el progreso, más horas trabaja la gente. La enfermedad por exceso de trabajo conduce a la muerte. En japonés se llama karoshi. Ahora los japoneses están incorporando otra palabra al diccionario de la civilización tecnológica: karojsatsu es el nombre de los suicidios por hiperactividad, cada vez más frecuentes. En mayo de 1998, Francia redujo la semana laboral de 39 a 35 horas. Esa ley no sólo resultó eficaz contra la desocupación, sino que además dio un ejemplo de rara cordura en este mundo que ha perdido un tornillo, o varios, o todos: ¿para qué sirven las máquinas, si no reducen el tiempo humano de trabajo? Pero los socialistas perdieron las elecciones y Francia retornó a la anormal normalidad de nuestro tiempo. Ya se está evaporando la ley que había sido dictada por el sentido común. La tecnología produce sandías cuadradas, pollos sin plumas y mano de obra sin carne ni hueso. En unos cuantos hospitales de Estados Unidos los robots cumplen tareas de enfermería. Según el diario The Washington Post, los robots trabajan 24 horas por día, pero no pueden tomar decisiones, porque carecen de sentido común: un involuntario retrato del obrero ejemplar en el mundo que viene. Según los evangelios, Cristo nació cuando Herodes era rey. Como Herodes murió cuatro años antes de la era cristiana, Cristo nació por lo menos cuatro años antes de Cristo. Con truenos de guerra se celebra, en muchos países, la Nochebuena. Noche de paz, noche de amor: la cohetería enloquece a los perros y deja sordos a las mujeres y los hombres de buena voluntad. 185


La cruz esvástica, que los nazis identificaron con la guerra y la muerte, había sido un símbolo de la vida en la Mesopotamia, la India y América. Cuando George W. Bush propuso talar los bosques para acabar con los incendios forestales, no fue comprendido. El presidente parecía un poco más incoherente que de costumbre. Pero él estaba siendo consecuente con sus ideas. Son sus santos remedios: para acabar con el dolor de cabeza, hay que decapitar al sufriente; para salvar al pueblo de Irak, vamos a bombardearlo hasta hacerlo puré. El mundo es una gran paradoja que gira en el universo. A este paso, de aquí a poco los propietarios del planeta prohibirán el hambre y la sed, para que no falten el pan ni el agua‖. (Galeano., 2004)

CAPITULO 6: GLOBALIZACIÓN, PARTICIPACIÓN Y DESARROLLO

Lección 26. Globalización y Desarrollo En esta lección se presenta el artículo escrito por Arturo Escobar Uribe, Antropólogo colombiano dedicado al estudio de los efectos de la globalización en el mundo postmoderno en el desarrollo de nuestras comunidades.

GLOBALIZACION DESARROLLO Y MODERNIDAD (Escobar, 2002) Publicado en: Corporación Región, ed. Planeación, Participación y Desarrollo (Medellín: Corporación Región, 2002), pp. 9-32. ―Para referirme a la globalización, el desarrollo y la modernidad desarrollaré tres preguntas claves. La primera: ¿cuál es el estado del desarrollo y de la modernidad en tiempos de globalización? El argumento básico es que es necesario construir una nueva forma de pensar sobre el desarrollo y la modernidad y, por tanto, la planificación, desde la perspectiva de un nuevo paradigma de la globalización. El 186


resultado esperado es la posibilidad de la construcción de mundos socio-naturales diferentes que mantengan una conciencia de la globalidad sin ser desarrollistas ni modernizantes. La segunda: ¿en qué medida transforman los movimientos sociales -particularmente aquellos contra la globalización-- las relaciones entre globalización, desarrollo y modernidad? Muchos de los movimientos sociales de hoy en día poseen una dimensión antiglobalizadora; éstos se conectan formando redes auto organizativas las cuales pueden llegar a crear globalidades diferentes, otra forma de pensar lo global, lo que podemos llamar glocalidades —concepto que introduzco y explicaré poco a poco—, que podrían promover la construcción de mundos socio naturales alternativos. La idea de mundo socio natural local o regional, es una idea que me parece muy apta para introducir el componente ecológico que en el desarrollo siempre fue dejado de lado. El resultado esperado de esta segunda pregunta es una perspectiva de los

movimientos

sociales

como

espacios

de

producción

de

conocimiento y de lucha por la defensa y transformación de lugar. ¿Por qué enfatizo en los movimientos sociales como espacios de producción de conocimiento? Porque una lectura de los movimientos sociales de hoy en día es, precisamente, que los movimientos sociales se han visto abocados a crear su propio conocimiento (posiblemente siempre lo han hecho) en una forma mucho más consciente. ¿Y cómo lo están creando? Es un pregunta etnográfica muy interesante, de investigación de campo y seguirle la pista a los activistas --eso hoy en día quiere decir de Timbiquí a Washington o Génova-- y que sugiere que tenemos que romper esa barrera que antes, supuestamente, existía, por un lado, entre los académicos y los intelectuales como productores de conocimiento, y por el otro, los activistas como usuarios de conocimiento. Los activistas producen su propio conocimiento, recrean 187


el nuestro —si queremos vernos por fuera de los movimientos sociales—. El conocimiento de los movimientos sociales se convierte para los académicos y los intelectuales en materia de estudio y de construcción de conocimiento solidarios como movimientos sociales. La tercera es más bien metodológica, sobre todo para los antropólogos: ¿cómo realizar la etnografía del lugar y de las redes de los movimientos sociales contra la globalización? Esto porque una etnografía de la producción de lugar-en-redes es necesaria para contrarrestar la idea de que la globalización convierte al lugar en un espacio marginal para la producción de la realidad socio natural. Lo que se quiere es reconocer el lugar como espacio transformador de lo global, al unirse en lo global con otros movimientos de defensa del lugar. Quisiera enfatizar que los conceptos aquí expuestos salen de un proceso de interacción entre el pensamiento teórico y el pensamiento de los movimientos sociales. Pero antes de abordar las tres preguntas es importante hacer unas anotaciones teóricas sobre la modernidad y el desarrollo. Uno: la modernidad ¿Qué es la modernidad? La modernidad es un período histórico que aparece, especialmente, en el norte de Europa, al final del siglo XVII y se cristaliza al final del siglo XVIII. Conlleva todas las connotaciones de la era de la ilustración, que está caracterizada por instituciones como el Estado-nación, y los aparatos administrativos modernos. Tiene, por lo menos, dos rasgos fundamentales que todos los teóricos enfatizan. El primero es la auto reflexividad, Giddens y Habermas quieren decir con esto que la modernidad es ese primer momento en la historia donde el conocimiento teórico, el conocimiento experto se retroalimenta sobre la 188


sociedad para transformar, tanto a la sociedad como al conocimiento. Eso con la era de la información ha llegado a un nivel súper sofisticado. Las sociedades modernas, distinguiéndolas de las tradicionales, son aquellas

sociedades

que

están

constituidas

y

construidas,

esencialmente, a partir de conocimiento teórico o conocimiento experto. Para dar un ejemplo, la diferencia estereotipada entre sociedad tradicional y sociedad moderna. En la sociedad tradicional, —un grupo étnico en el Amazonas hace 30 o 40 años—, las normas que rigen la vida diaria son generadas endógenamente a través de relaciones cara a cara, en el día a día, históricamente. En las sociedades modernas las normas que rigen la vida cotidiana, que determinan cómo significamos, cómo interpretamos, cómo vivimos nuestra vida, no están producidas a ese nivel de la relación cara a cara, sino que están producidas por mecanismos expertos, impersonales, que parten del conocimiento experto en relación con el Estado. La segunda característica de la modernidad que Giddens enfatiza es la descontextualización, que es el despegar, arrancar la vida local de su contexto, y que la vida local cada vez es más producida por lo translocal. Por eso muchos movimientos sociales hablan de resituar la vida local en el lugar. Estas teorías de Giddens están muy por detrás de la forma en que se ve la globalización. Muchos de los teóricos parten de la teoría de este sociólogo inglés, en sus libros de finales de los 80 y comienzos de los 90. Giddens dice que la globalización no es una etapa nueva, distinta a la modernidad; no hay posmodernidad, eso son invenciones de algunos filósofos, que estamos todavía dentro de la modernidad, que la globalización simplemente es una radicalización y universalización de la modernidad, cuando la modernidad ya no es solamente un asunto de los países modernos occidentales europeos, 189


sino que, precisamente, la globalización ocurre cuando la modernidad logra universalizarse, globalizarse. Lo que quiere decir que, en gran medida, el control de occidente sobre la modernidad se debilita, pero que al mismo tiempo, precisamente, porque ya occidente ha alcanzado a abarcar todo el resto del planeta. Desde esta perspectiva de la supuesta globalización de la modernidad se pueden distinguir las siguientes opciones: La globalización conlleva la radicalización de la modernidad. De ahora en adelante nos enfrentamos a un cierto tipo de modernidad para siempre, y en todas partes, tal como lo plantea la posición liberal progresista o la tercera vía, con teóricos como Giddens, Touraine, Castells,

Habermas

(con

diferentes

implicaciones

sobre

como

―completar‖ el proyecto moderno para cada uno de estos pensadores, sin embargo). No hay un ―afuera‖ con respecto a la modernidad. La modernidad debe ser transformada o completamente reconstruida desde adentro. Esta es la posición marxista contemporánea con teóricos como Hardt , Negri. El mundo actual se compone de variaciones múltiples de la modernidad, resultantes de la infinidad de encuentros entre la modernidad y las tradiciones. De ahora en adelante (y desde antes), nos vemos abocados a la existencia de modernidades ―híbridas‖, ―locales‖, ―mutantes‖, ―alternativas‖, o ―múltiples‖. Esta es la posición posestructuralista, en gran medida derivada de la antropología. Dos: el desarrollo

190


Ha habido cuatro grandes momentos teóricos en la historia del desarrollo, desde 1950 hasta el momento. El primer gran momento es la teoría de la modernización convencional, con etapas de desarrollo y diversos para alcanzarlo, donde se asume que el tercer mundo tiene que convertirse como el primer mundo, pues ahí estaban los modelos. La cosa era muy fácil, es un momento de certeza, entre los años 50, 60 y 70. El segundo, es el que marca la etapa de la teoría de la dependencia como crítica de la modernización, no del desarrollo, según la cual el subdesarrollo está causado precisamente por las relaciones de vinculación de los países del tercer mundo con la economía mundial, y lo que hay que cambiar son esas relaciones de vinculación y las relaciones internas de explotación. La teoría de la dependencia cuestionó el desarrollo capitalista pero no el desarrollo, y postuló un desarrollo socialista, o desarrollo con equidad. El tercer momento es la crítica posestructuralista y el cuarto momento es una reacción al análisis posestructuralista. En el momento posestructuralista el desarrollo viene, como el nombre lo indica, de otra teoría social. La crítica al desarrollo como discurso proviene de otra teoría social –el posestructuralismo—diferente a la teoría liberal y al marxismo. Como se observa claramente en la siguiente tabla la aplicación de estos tres paradigmas al caso del desarrollo conlleva diferentes preguntas, actores y respuestas o prescripciones.

191


GRAFICA N° 3: Teorías del desarrollo según paradigmas PARADIGMA

Teoría

Teoría marxista

Teoría post-

liberal

estructuralista

VARIABLES Epistemología

Conceptos claves

Objeto de estudio

Positivista

Realista/dialéctica

Interpretativa/constructivista

Mercado

Producción (ejemplo: modo de producción)

Lenguaje

Individuo

Trabajo

Significado (significación)

Sociedad

Estructuras sociales

Representación/Discurso

Mercado

Ideologías

Conocimiento-poder

Derechos

Actores relevantes

Individuos

(Campesinos)

Nuevos movimientos sociales, ONG´s

Estado

Movimientos sociales (Trabajadores,

Todos los productores de conocimiento

Estado democrático

movimientos sociales)

Cómo puede una sociedad

Cómo funciona el desarrollo como una

Cómo Asia, Africa y América Latina

Desarrollarse o ser

ideología dominante

llegaron a ser representados como

campesinos)

Pregunta del desarrollo

“comunidades locales”

Clases sociales (Clases trabajadoras)

Instituciones

(incluidos individuos, estado,

desarrollada a través de la

subdesarrollados

combinación de capital y tecnología y acciones estatales e individuales Criterios de cambio

“Progreso”, Crecimiento

Transformación de las relaciones sociales

Crecimiento más

Desarrollo de las fuerzas productivas

de la verdad

distribución (Años setentas)

Desarrollo de conciencia de clase

Nuevos discursos y representaciones

Adopción de mercados Mecanismo de cambio

Transformación de la economía política

(pluralidad de discursos)

Mejores datos y teorías

Luchas de clases

Cambio de prácticas de saber y hacer

Cómo el desarrollo es

Cómo los actores locales resisten las

Cómo los productores de conocimiento

mediado por la cultura

intervenciones del desarrollo

Intervenciones más enfocadas

Etnografía

Adaptar los proyectos a las

resisten, adaptan, subvierten el conocimiento dominante y crean su

culturas locales

propio conocimiento

Actitud respecto al desarrollo y

Promover un desarrollo más

Reorientar el desarrollo hacia la justicia social y

Articular una ética del conocimiento

la modernidad

igualitario (profundizar y

la sostenibilidad (Modernismo Crítico:

experto como práctica de la libertad

completar el proyecto de la

desvincular capitalismo y modernidad)

modernidad.

(modernidades alternativas y alternativas a la modernidad)

Fuente: Arturo Escobar en: Globalización Desarrollo y Modernidad

“Para pensar estas diferencias es importante partir por aceptar que la teoría es una descripción de la realidad en los términos de un discurso abstracto, no es más valida que la descripción de la realidad de la gente en su cotidianidad o que la discusión de la realidad de los escritores, por ejemplo, García Márquez o William Ospina; la teoría es simplemente diferente porque le hemos dado mucho más poder, por ser supuestamente producida por expertos. Podemos

clasificar

los

paradigmas

del

desarrollo,

rigurosa

y

sistemáticamente, en relación a los tres grandes paradigmas de las ciencias sociales contemporáneas: el paradigma liberal, el paradigma marxista y el paradigma posestructuralista. El concepto clave del 192


paradigma liberal, que viene desde Adam Smith, John Locke, Hobbes hasta Milton Friedman o Jeffrey Sachs y los filósofos morales liberales de hoy, es una teoría que se centra en el papel del individuo en la sociedad y en el mercado. El materialismo histórico, por otro lado, se centra en el trabajo y la producción y por lo tanto su cuerpo teórico es completamente distinto al del pensamiento liberal. La teoría posestructuralista, finalmente, se centra en el análisis del lenguaje, las significaciones y las representaciones. Si los liberales dicen que el principio de las sociedades es el individuo, para reconocer la realidad realmente tenemos que entender cómo se comporta el individuo y su mercados y la teoría Marxista dice que para entender la sociedad y la realidad tenemos que partir de un análisis de las condiciones materiales y cómo la gente se organiza para la producción, la teoría posestructuralista parte de enfatizar que si queremos entender la producción de lo real, la producción de la sociedad, tenemos que entender cómo la sociedad se crea en el lenguaje, el significado y la representación. Es una posición cercana a la antropología, y tiene en Historiador francés Michel Foucault uno de sus grandes exponentes. ¿Cuáles son las consecuencias de mirar el desarrollo desde estos diversos puntos de vista? Por un lado, en la teoría liberal, tenemos que los actores relevantes son los individuos, las instituciones y el Estado. Para la teoría marxista los actores relevantes son las clases sociales, los movimientos sociales y un Estado democrático. El Estado sigue siendo

importante

dentro

del

marxismo.

Según

la

teoría

posestructuralista lo relevante son las comunidades locales, los nuevos movimientos sociales, las ONGs y todos los productores de conocimiento. La teoría posestructuralista se centra en quién y cómo se

193


produce conocimiento, porque en gran medida, en la producción de conocimiento se produce la realidad misma. La pregunta del desarrollo que hace la teoría liberal es ¿cómo puede una sociedad desarrollarse o ser desarrollada a través de la combinación de capital y tecnología y acciones estatales individuales? Esta es la pregunta que el Estado y las grandes instituciones del desarrollo como el Banco Mundial todavía se hace, el Estado neoliberal en particular: el desarrollo a partir del individuo, del capital, de la tecnología, del mercado. La teoría marxista hace una pregunta diferente. ¿Cómo funciona el desarrollo como una ideología dominante? y, por tanto, ¿cómo puede desarrollarse una sociedad a través de un cambio de ideologías y de relaciones de producción? La pregunta que se hace la teoría pos estructuralista es muy distinta, tan distinta que obviamente lleva a resultados muy distintos. ¿Cómo llegaron Asia, África y América Latina a ser representados como subdesarrollados? y ¿cuáles han sido la consecuencias de ese acto en el lenguaje? ¿Cómo a partir de 1950 y no antes se inventaron Asia, África y América Latina como subdesarrollados y cómo se montó todo este aparataje del desarrollo que antes realmente no existía, incluyendo la planificación, las Naciones Unidas, el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, la organización Mundial del Comercio? Podría decirse, desde esta perspectiva y haciendo una analogía, que de la misma forma en que las tropas aliadas desembarcaron en Normandía en 1944 para liberar a Europa, de esa misma forma los expertos empezaron a desembarcar en el tercer mundo a partir del 45, 50, 60 para liberar al tercer mundo de su pobreza, de su ignorancia. Esto ha 194


funcionado como un mecanismo de conocimiento y poder muy efectivo. Si uno piensa en un programa como el DRI – Desarrollo Rural Integrado-, es una máquina, lo que los posestructuralistas llaman un dispositivo de producción de realidad, que vincula el conocimiento experto de los planificadores del desarrollo rural, de los agrónomos, ingenieros agrícolas, nutricionistas, con estrategias de poder, con paquetes tecnológicos, con inversiones de extensión, de electrificación, de poner a los campesinos a sembrar esto y aquello, de pesticidas, de fertilizantes, de cambiar la mentalidad, la racionalidad del campesino. Esto es lo que es desarrollo: es una práctica de vincular conocimiento y poder desde una racionalidad completamente distinta a la racionalidad que ha existido en cada lugar. Finalmente, criterios para el cambio. La teoría liberal adopta como criterios para el cambio simplemente la adopción de mercados. La teoría marxista adopta la transformación de relaciones sociales, el desarrollo de las fuerzas productivas, el desarrollo de conciencia de clase. Para los posestructuralistas el mecanismo de cambio es la transformación de la economía política de la verdad, la transformación de quién conoce, de quienes son los conocimientos que se consideran importantes, cómo circula el conocimiento, cómo circula el discurso, cómo el discurso crea poder. ¿Por qué ahora hablamos de empoderar? Cuando se habla de empoderar los actores locales en su conocimiento, cuando se habla de los saberes populares, de los saberes indígenas, cuando se habla de las minorías étnicas, de los saberes de las mujeres, en todo ese sentido, digamos, hay una revolución posestructuralista en cierto nivel que tal vez no habría pasado con los otros paradigmas. ¿Quiénes

están

representaciones?,

construyendo

nuevos

¿cómo

podemos

representaciones? 195

discursos construir

y

nuevas nuevas


Y, finalmente, la actitud de los tres paradigmas frente al desarrollo y la modernidad. El paradigma liberal promueve obviamente un desarrollo más igualitario, porque los liberales de todas formas están por un poco más de igualdad, un poquitico menos de desigualdad y en general profundizar y completar el proyecto de la modernidad, o sea que la ciencia, la tecnología, el individuo, el mercado nos van a sacar adelante. Ya sabemos que hay muchas dudas sobre esto. La teoría marxista enfatizaría en reorientar el desarrollo hacia la justicia social y la sostenibilidad, lo que algunos teóricos Marxistas llaman un modernismo crítico: desvincular capitalismo y modernidad. Para estos marxistas el problema no es la modernidad, no es la ciencia, no es el desarrollo, no es la tecnología, es el capitalismo, la utilización que el capitalismo hace de ellos. El posestructuralismo dice: no, la modernidad también es parte del problema,

la

racionalidad

científica,

tecnológica,

de

mercados,

económica son parte del problema. Lo que tenemos que hacer es aprender a articular lo que Foucault llamara una ética del conocimiento experto como práctica de la libertad, y propender por modernidades alternativas y alternativas a la modernidad. Somos en gran medida los que creamos la realidad a través de nuestros conocimientos y discursos. Una pregunta crítica de la modernidad es ¿cómo nos comportamos críticamente como productores de conocimiento experto?; ¿cómo vamos a hacer ese diálogo? Depende de cómo veamos el mundo.

Miremos,

entonces,

cómo

los

grandes teóricos están

entendiendo el mundo y cuáles son las consecuencias. Giddens, Touraine y Castells hace poco estuvieron en España disertando sobre el futuro del mundo y sosteniendo básicamente la tesis es que la globalización conlleva a la radicalización de la modernidad. La 196


globalización es precisamente la universalización, la extensión de la modernidad a todo rincón, a todo intersticio de la tierra, tarde o temprano, no necesariamente ahora. Ahora hay muchos espacios donde todavía la modernidad aún no se consolidan, pero que tarde o temprano se van a consolidar con la globalización. De ahora en adelante nos enfrentamos a un cierto tipo de modernidad para siempre y en todas parte. Esta es la inevitabilidad de un universo eurocéntrico, ya no podemos salirnos de este universo eurocéntrico. Esa es la posición que yo llamo liberal progresista, porque de todas formas es gente progresista que se preocupa por el estado social de las clases subalternas, de los oprimidos, hasta cierto punto del medio ambiente, porque ninguno de ellos tiene una gran conciencia ecológica. Es la famosa tercera vía. La segunda tesis elaborada por un par de marxistas, Michael Hard y Antony Negri en su libro El Imperio, es un intento por reconstruir el marxismo desde la perspectiva del posestructuralismo. También ellos aceptan que no hay un afuera a la modernidad, estamos todos metidos en el cuento, no hay forma de salirse, nadie se puede bajar del barco. La modernidad debe ser transformada o completamente reconstruida desde adentro. La visión de cómo debe hacerse esto es muy compleja, y se centra en el entendimiento del imperio, no del imperialismo de hace décadas, pues ellos dicen que las cosas ya no funcionan así ¿ por qué? Porque no funcionan a nivel del Estado– Nación y porque no hay un solo nodo principal del imperio; ya no son los Estado Unidos —aunque siguen siendo un nodo privilegiado del imperio— de la nueva formación social que ellos llaman imperio y porque los procesos de regulación se centran en la producción de la vida, y obviamente de la mercancía.

197


La tercera está desarrollada más que todo por antropólogos. Y ¿por qué por antropólogos? Porque están metidos haciendo etnografías de la gente, de cómo la gente se relaciona con los objetos de la modernidad tales como un computador, un Mc Donalds, Coca-Cola, el cine, la educación, o un programa de desarrollo. Plantean que el mundo actual se compone de variaciones múltiples de modernidad, resultantes de la infinidad de encuentros entre la modernidad y las tradiciones — la tesis de García Canclini, por ejemplo—. Del encuentro entre tradiciones y modernidades que crea culturas híbridas, de ahora en adelante y desde antes tal vez, nos vemos abocados a pensar en la existencia de modernidades híbridas, locales, múltiples, mutantes, alternativas. ¿Cuáles son las consecuencias para el desarrollo a partir de estas tesis? En el primer escenario, si aceptamos la tesis de que la globalización es una radicalización de la modernidad, la consecuencia es que la globalización subsume al desarrollo, este finalmente se universaliza y se naturaliza. Es decir, ya no hay necesidad de hablar de desarrollo porque allí está para siempre, ya todo el mundo lo quiere, no hay ningún problema. Aunque la teología de la modernización quede inoperante ya no habrá un modelo único, ni se pensará en etapas, nadie hablará de que si se hacen a, b ó c cosas, ni llegaremos al reino de la abundancia, ni mucho si menos vamos a llegar a ser como Estados Unidos o como Alemania, Italia o España. No hay modelo único, ni hay etapas, no hay teología, no hay un gran momento de llegada. Sin embargo, todas las gentes desean acceder a lo mismo, al mercados, al progreso, a las mercancías. Como consecuencia tenemos que lo que el tercer mundo necesita es profundizar el desarrollo neoliberal capitalista. Esto, obviamente, es la versión de la elite convencional de todos los países del mundo, de las transnacionales, del G8, la Organización Mundial del Comercio, las políticas estatales 198


neoliberales. Todo basado en una lectura de la modernidad que se globaliza. El segundo escenario –el de las modernidades múltiples-- se basa en una lectura antropológica. El desarrollo continua siendo resistido o negociado en las localidades. Más aún, es posible recuperar el desarrollo como un espacio importante para reelaborar y trabajar la modernidad, para convertirla en algo distinto. Un ejemplo de esto que me daba una mexicana, que trabaja en una comunidad indígena en Oaxaca: en 1999 a la comunidad indígena le regalaron una leche en polvo, pero esa comunidad indígena nunca usa leche en polvo porque no les gusta, siempre han bebido líquido. Un día encontraron un uso para la leche en polvo, la usaron para pintar los límites de la cancha de fútbol. Es un ejemplo muy crudo de cómo la gente resiste al desarrollo, subvierte, reelabora, pero yo creo que todos, en sus encuentros diarios en proyectos de desarrollo, saben que la gente no simplemente llega y acepta la palabra del experto e implementa su programita, sino que lo subvierte de toda forma posible, desde dedicar los fondos a otras cosas, hasta decirle al experto que va a hacer esto, pero lo hace muy distinto. Y aquí está siempre el principio fenomenológico: toda intervención tiene que ser re trabajada por el beneficiario, por el usuario —-el usuario no en el sentido utilitario, sino en el sentido de los usuarios de prácticas—-, y que en este sentido siempre tenemos que personalizar e incorporar las prácticas a nuestro universo para que tengan significado dentro de ese universo. Cada acción de desarrollo es potencialmente un acto de contra desarrollo. En ese sentido la gente se lo apropia y lo reorienta hacia otra racionalidad. Cada acto de contra desarrollo es potencialmente la semilla de una modernidad alternativa. En la medida en que se 199


resignifica, por ejemplo, la naturaleza en las comunidades rurales, o en los bosques tropicales de manera muy distinta --como un proceso de construcción

continua

entre

humanos

y

medio

ambiente—la

conservación también podría pensarse de forma alternativa. Eso crea una modernidad alternativa al enfoque moderno de conservación a partir de los científicos. Otro ejemplo de modernidad tradicional nos lo brindan las plantaciones de palma africana en el Pacífico Sur, compuesta

de

homogeneizada,

filas en

contables contraste

con

y

cuantificables el

bosque

de

palma,

biodiverso.

Una

modernidad alternativa podría decirse que es el universo diverso que quiere mantener las comunidades, que sugiere de hecho un entendimiento muy distinto de la naturaleza, que los antropólogos han estudiado en términos de los modelos locales de la naturaleza que las comunidades tienen. En consecuencia, es necesario construir sobre o a partir de las acciones de contra desarrollo y de modernidad alternativa de la gente, lo cual supone aprender a leer de nuevo, a quitarnos los lentes de desarrollo convencional y a leer la práctica cotidiana de la gente de una forma distinta como contra desarrollo o potencialmente como contra desarrollo hacia un modernidades alternativas. Las comunidades de ríos del Pacífico mantienen una significación cultural muy distinta sobre lo que es la naturaleza, pero no sólo la naturaleza sino de economía, la vida, el alimento y de las relaciones sociales y de pareja. Esto no quiere decir que sean mejores o peores. Más bien constata el hecho etnográfico de que hay prácticas ecológicas, económicas y culturales diferentes y que, precisamente, en esta visión posestructuralista y antropológica son esas prácticas las que pueden ser tomadas como punto de partida para reconstruir lo local, la 200


región, el lugar, para repensar el desarrollo, para propender por alternativas de desarrollo y por alternativas a la modernidad. Esto en contra posición de los expertos en desarrollo que operan como agentes del estado neoliberal frente a las comunidades. Si seguimos operando como expertos neoliberales de desarrollo, estamos siendo agentes del estado y del imperio neoliberal. Dos anotaciones breves sobre la globalización. ¿Cuál es la visión de globalización que empieza a surgir de esta concepción más antropológica? Por un lado, empezamos a entender que la globalización no es este monstruo que todo lo homogeniza, que avasalla, unifica, controla, margina todas las realidades en todos los rincones del mundo. Sin duda, algo de eso está pasando y no se puede minimizar el impacto fatal de la globalización neoliberal. Pero también la globalización encierra muchos órdenes sociales y tradiciones culturales que conforman modernidades múltiples. Si lo comenzamos a ver de esa forma ¿qué consecuencias puede tener para la política y la práctica social? La globalización capitaliza y reconoce esa multiplicidad. Las grandes transnaciones están más a la vanguardia de reconocer esa multiplicidad, incorporarla dentro de sus prácticas aún cuando trate de permearla y contenerla. El mismo capitalismo es descentrado y fragmentado, no hay un capitalismo con C mayúscula, si no que es un capitalismo

ya

múltiple,

descentrado,

fragmentado,

con

unas

contradicciones muy impresionantes, siempre las contradicciones han estado allí, aumentándolas cada vez más. La segunda, la globalización propicia al mismo tiempo unificación y fragmentación,

es

por

esto

que

las

naciones

teológicas

de

modernización y desarrollo no logran capturar la naturaleza de estas transformaciones, en otras palabras ya no es el proceso lineal de A a B, 201


las famosas 5 etapas de que hablaba William Rostow, esa teología ya no existe, no hay un solo modelo. La globalización debe ser vista en términos de la producción diferencias que no necesariamente se inscriben en esquemas jerárquicos y órdenes evolutivos. La modernidad clásica reinscribía la diferencia en un orden evolutivo. En ese sentido las famosas ferias mundiales, la de 1851 en Londres, las de mediados de siglo XX en EE.UU., en Europa, en otras partes del mundo eran eventos donde se clasificaban todas las culturas en orden de desarrollo, de civilización, donde los ingleses eran los que más habían alcanzado en términos tecnológicos, culturales y los europeos estaban en la cima de los logros occidentales, y muy por encima de los más atrasados, los aborígenes y los primitivos de Australia o del Amazonas. La diferencia se reinscribe en una jerarquía y ésta se introduce en un mecanismo de dominación cultural. Hoy esas diferencias no se reinscriben de forma tan sencilla. Hay otra forma de ver estos procesos, tal vez un poco aventurada, pero en tiempos de crisis hay que atreverse a pensar de forma muy diferente, y que hay no solamente otras alternativas dentro de la modernidad misma, sino que hay alternativas a la modernidad. ¿Cómo hacemos eso? Encuentro tres actores que vislumbran esta posibilidad. Por un lado, unos pocos autores piensan que la modernidad siempre fue plural desde el comienzo. Es posible cuestionar las fronteras plurales y espaciales de la modernidad y esto no es solamente un ejercicio académico, es un ejercicio político. Si volvemos al cuento de que las representaciones influencian mucho la forma en que se construye la realidad, si volvemos al hecho de que el representar a Asia, América Latina, África como subdesarrollados fue una estrategia de dominación, es importante pensar que cuestionar las 202


fronteras para concluir que la modernidad fue siempre múltiple e híbrida puede igualmente ser una tarea importante. Esta tesis supone la desoccidentalización y deseuropeización de la historia de la modernidad. La modernidad siempre fue el resultado del encuentro entre culturas desde el comienzo. Una de las discusiones más conocida sobre esto es el libro La Atenas Negra del historiador Martín Bernal, donde decía cómo a Grecia siempre se la postula como la cuna de la civilización occidental, el momento más hermoso de la raza humana, de la humanidad, y, sin embargo, Grecia no pudo haber sido posible sin Egipto, sin África, porque Grecia fue un continuo diálogo con Egipto y África. En ese sentido siempre fue también una Atenas negra, pues los griegos prestaron y retomaron muchas cosas, especialmente, de Egipto. El filósofo Enrique Dussel ha explicado esta tesis de una forma muy radical, cuestionando la ecuación fácil que asume que Modernidad/Occidente=Grecia + Roma + Cristianismo. En este sentido la modernidad no solo siempre fue múltiple –el resultado del diálogo de Europa con muchos otros, desde China y la India hasta otros lugares del mundo, así como con las muchas Europas que hay dentro de Europa, con los subdesarrollados dentro de Europa mismo—sino que su privilegio histórico es un efecto etnocéntrico de hegemonía‖. ―Es necesario cuestionar los límites espaciales y temporales que se da a la modernidad. Hay modernidades eurocéntricas y no eurocéntricas. Así como hay eurocentrismo en todo el mundo, hay eurocentrismo en América Latina a nivel de las élites y a muchos otros niveles, pero no todos. Es posible re-imaginar las formas posibles de heterogeneidad y pensar en una pluralidad más radical de modernidades coexistentes e 203


interactuantes. La globalización puede ser vista como el encuentro de modernidades bajo condiciones desiguales de poder, porque las modernidades siempre han sido desiguales. Pero qué tal si empezamos a pensar que hay muchas modernidades, que se trata también de abrirle espacios a esas modernidades, no solamente a las grandes, sino a la islámica, la china, la india, pequeñas modernidades de las comunidades étnicas e indígenas, y que nos abramos realmente a un mundo plural. Y si lo vemos así, vemos que realmente hay una importancia fundamental en la defensa de esos lugares, en la defensa de esas culturas y de esas prácticas de la diferencia‖. (Escobar, 2002) Lección 27.Globalización, Desarrollo y Modernidad (continuación artículo anterior). ―Veamos las consecuencias para el desarrollo. El contra desarrollo funciona

para

producir

tanto

modernidades

alternativas

como

alternativas a la modernidad dominante eurocéntrica y capitalista. Desarrollo alternativo, modernidad alternativa y alternativas a la modernidad surgen como proyectos complementarios en los ámbitos intelectuales, políticos y sociales. De hecho los movimientos sociales y los diseñadores de política social se ven abocados a mantener esos tres fines en tensión continua. Pensar que hay que hacer desarrollo, sin duda alguna, pues hay que mejorar la calidad de vida de todas las comunidades, hay que reconstruir y fortalecer las economías, pero a través de un desarrollo alternativo. Nadie quiere un desarrollo convencional, del estilo clásico, tipo revolución verde, plantaciones, etc. Queremos un desarrollo alternativo, ecológico, equitativo. Pero también podemos pensar que al mismo tiempo que se impulsan desarrollos alternativos, se impulsa una modernidad alternativa, un entendimiento distinto de la naturaleza, de las relaciones humanas, del 204


goce, de la economía, de la ecología. Y que al mismo tiempo también se propende por alternativas a la modernidad, en la medida en que continúan prácticas de diferencia —que llamo prácticas ecológicas, económicas y culturales de diferencia—. Desde ese punto de vista sigue habiendo posibilidades de alternativas a la modernidad hacia un régimen más plural de modernidades diversas. Como ecólogos no es imposible imaginarnos que el mundo pueda ser radicalmente diferente. Se puede pensar cómo sería Medellín reconstruida desde una perspectiva de diseño ecológico y sería una ciudad completamente diferente; cómo podría llegar a ser el Pacífico, construirlo de un modo diferente, como los movimientos sociales lo piensan. Como ecólogos podemos imaginarnos un realmente hermoso, donde las relaciones humanas y con el medio ambiente sean muy distintas. ¿No nos sugiere esto alternativas a la modernidad?; ¿por qué alternativas a la modernidad? Porque el mundo no solamente se rige por los principios de la modernidad, especialmente, la neoliberal; sin duda hay un papel y muy importante para la ciencia, la tecnología, las economías del mercado, el capitalismo si se quiere, pero eso no va a ser solamente lo que va a regir la política social, o la re/construcción de la realidad. Un breve corolario para los planificadores. Desde esta perspectiva la tarea de diseñadores y planificadores es promover un espectro de mundos socio naturales que contribuyan al desarrollo alternativo, modernidades alternativas y alternativas a la modernidad, o sea, construir sobre prácticas de diferencia. ¿Esto qué significa? En términos prácticos voy a referirme a los movimientos sociales. ¿Qué quiere decir este momento de transición para estos movimientos sociales? Veamos el caso del movimiento social de comunidades negras del Pacífico Sur 205


en particular. En 1993 el Proceso de Comunidades Negras (PCN) acordó varios principios organizativos: el derecho a una identidad negra; el derecho al territorio, al control del territorio como espacio para el ejercicio de la identidad; el derecho a cierta autonomía (en ese sentido los zapatistas son los grandes teóricos de los movimientos sociales); y el derecho a su propia visión del desarrollo de la política social o la acción social. Enfatizo dos aspectos de este movimiento del Pacífico colombiano. Por un lado, el movimiento como productor de conocimiento y de un marco teórico muy sofisticado de ecología política. Y por el otro, el papel del movimiento como red al interior del Pacífico y trasnacionalizadas. Como productor de conocimiento, queremos saber cómo este movimiento ilustra esa tensión de que hablábamos antes, la que mantienen los activistas y que podemos mantener los diseñadores y planificadores entre las tres dimensiones de la acción social: desarrollo alternativo, modernidades alternativas y alternativas a la modernidad. Como productores de conocimiento el movimiento social ha avanzado, especialmente desde el 90, con una crítica a las estrategias de conservación que inicialmente quiso introducir en el Pacífico con el Proyecto Biopacífico, para luego abrirse a un proceso de diálogo y concertación con los movimientos sociales. En este contexto destaco varios aspectos de los movimientos como productor de conocimiento: uno, el desarrollo de una teoría insiste en que la biodiversidad es igual a cultura más territorio. La conservación de la biodiversidad solamente se asegura si se enfoca desde las culturas locales y del control del territorio por las comunidades locales. Esto iba en contra de las concepciones científicas y de los expertos de la conservación de la biodiversidad, como un proyecto científico de 206


taxonomía, de inventarios, de áreas protegidas, de algunos proyectos productivos, restringidos. Dos, los activistas de los movimientos desarrollan de una narrativa de la naturaleza a partir de un modelo local de naturaleza, donde hay una relación de continuidad entre el mundo humano, el mundo biofísico y el mundo natural. La naturaleza se concibe en la modernidad a partir de una separación entre lo biofísico, lo humano y lo espiritual. En las comunidades étnicas en gran medida se percibe una continuidad entre estos tres mundos. Entonces ¿cómo pensamos a partir de esta continuidad una estrategia de desarrollo? Claro que tiene que ser muy distinta. Tres, una concepción del territorio como el espacio de apropiación efectiva del ecosistema por las comunidades. Si estudiamos cómo las comunidades se apropian del ecosistema eso es el territorio; el territorio, por tanto, incorpora el proyecto de vida de las comunidades. Cuatro, una concepción de lo que los activistas llaman el Pacífico como territorio-región de grupos étnicos, como un lugar integrado ecológica, cultural, política y económicamente que se construye día a día a través de la tarea laboriosa de las comunidades. Ellas mismas lo construyen en su quehacer diario. En términos muy generales, se puede ver al Pacífico como un lugar producido por una serie de grandes procesos históricos, desde los geológicos y biológicos hasta los culturales. Los procesos políticos de las comunidades negras e indígenas empiezan a ser un factor importante de producción del Pacífico como lugar en los 90. Luego vendrían los procesos de la tecnociencia, de cómo se incorpora el Pacífico en la política global de biodiversidad; todo esto sugiere que al Pacífico hay que verlo en términos globales, que al 207


Pacífico se ha repensado y recreado en los 90 a partir de la irrupción de lo biológico y lo cultural en el teatro global del desarrollo y que no se puede ver de otra forma. Al Pacífico como lugar, en resumidas cuentas, lo producen una serie de procesos locales y globales a todo nivel. ¿Cómo han desarrollado los movimientos sociales este cuerpo teórico del que antes hablaba muy brevemente, y que proporcionan la base para una alternativa del desarrollo y una modernidad alternativa y a largo plazo, una alternativa de la modernidad? No se ha desarrollado desde las cabezas versadas en meditación profunda, ni mucho menos, sino en el encuentro diario y continuo con todo tipo de actores desde lo local hasta lo transnacional en las comunidades, desde los famosos monteos que se hicieron para lograr la titulación colectiva de tierras, hasta la elaboración de los mapas comunitarios. Allí se generó el conocimiento de quién había estado históricamente, cómo se piensa el territorio, cómo se piensa la identidad. Estos conocimientos teóricos también se desarrollaron a través de encuentros con el Estado, con el Proyecto Biopacífico, Plan Pacífico, con sectores académicos, con la tecnociencia y la red global de biodiversidad, con las ONGs, que han jugado un papel importante en promover este desarrollo en el Pacífico, etc. Podría decirse que la ecología política articulada por movimientos como el PCN obedece a una perspectiva de diseño autónomo. ¿Qué es el diseño autónomo? Para distinguirlo de la planificación hay dos o tres principios del diseño autónomo. El diseño autónomo es aquel que comienza por asumir o aceptar que siempre toda comunidad practica el diseño de sí misma. Las comunidades de los ríos del Pacífico, toda comunidad humana ha tenido un diseño de sí misma. A veces es un diseño caótico que no pasa por la reflexión teórica, pero que de todas 208


formas hay un diseño allí. Una de las tareas del activista o del intelectual es hacer a la comunidad más consciente de ese diseño que ha practicado y empezar a ver cuáles son las posibilidades de ahí para adelante. Un principio muy importante del diseño autónomo es que toda actividad de diseño debe comenzar con la forma de cómo la gente misma define su realidad; esto quiere decir, en términos filosóficos, que siempre debemos ver a la gente como agentes de su propio entendimiento, como practicantes de su propio saber. Ese es un principio básico, político, epistemológico, que es violentado por la planificación convencional, en el que (imagínense la arrogancia) se pensaba que la gente no tenía conocimiento y que el conocimiento del experto tenía que ser trasplantado a la mente de la gente, olvidándose del hecho de que un principio filosófico muy sencillo pero fundamental y complejo es que todos somos practicantes de nuestro propio saber y que siempre hay que respetar ese propio saber. Ese es el comienzo de la planificación participativa. El objetivo fundamental del diseño autónomo es la producción de conocimientos sobre la realidad. Lo que el diseño autónomo pretende establecer o crear, realmente, es un sistema de investigación de la realidad, un sistema de aprendizaje de ella, no es tanto un esquema de cómo actuar en la realidad, sino cómo pensar la realidad, cómo investigarla. Esa es la tarea más hermosa del diseño, la planificación puede ser eso: construir con la gente sistemas de investigación sobre la realidad. Qué podemos enfatizar de este estudio de caso cuando lo ponemos junto a la parte más teórica: primero, que muchos movimientos sociales 209


de hoy en día son movimientos por la defensa del lugar, de apego al lugar, al paisaje, al ecosistema, entendido como un todo complejo, multidimensional. Este movimiento social crea una red local, nacional, luego internacional, que parte de las comunidades, del ecosistema mismo, del bosque tropical húmedo —el bosque es un actor importantísimo dentro de la red. En las teorías de redes más recientes, se enfatiza que las redes están compuestas por actores humanos y no humanos, entonces, construyen la red a partir del bosque y de las comunidades hacia la región, al país y al mundo. Por ejemplo, entre las actividades más transnacionales del movimiento (PCN) que ha comenzado a partir de 1995 está la participación de activistas del proceso de comunidades negras en una serie de redes a nivel mundial, y esto es relativamente típico de muchos movimientos sociales de hoy: no hay un movimiento estrictamente local. Con esto no quiero decir que los movimientos estén mandando sus gentes a viajar por el mundo, muchos nunca lo hacen, ni tienen la oportunidad de hacerlo, pero todo movimiento tiene que tener una teoría de lo global, ya no hay grupos subalternos estrictamente locales, todo grupo subalterno es local y es global. Estos grupos han estado participando en redes de mujeres afro latinoamericanas, en redes de la biodiversidad a nivel global, incluyendo la participación en las reuniones de la Convención de la Biodiversidad en distintas partes del mundo, en redes mundiales ecológicas, en reuniones sobre certificación de productos del bosque, en redes de movimientos contra la globalización y participando en algunas de las manifestaciones más importantes en este

sentido.

Una vez que

se

crea

la

red

se

empieza

a

transnacionalizar. Estos movimientos están a la vanguardia de un nuevo encuentro inusitado con el mundo cuando participan en reuniones en la India, en Europa, en América Latina. 210


¿A dónde lleva toda esta acción? A lo que podríamos llamar localidades y globalidades alternativas –―glocalidades‖, para hablar con un nuevo lenguaje. ¿Qué crean estas redes en contra de la globalización? Una configuración alternativa de economía, cultura y poder que no es la configuración dominante de la modernidad neoliberal, sino que si se quiere, son pliegues distintos que le aparecen a la modernidad, y ojala tuviéramos formas tri y cuatri dimensionales para visualizarlos. Entramos en espacios topológicos donde estos movimientos empiezan a crear pliegues. Se pude ver a la modernidad y a la globalización como tres grandes esferas que se interceptan: la esfera de la economía global, que los movimientos quieren contener o contrarrestar; la esfera del gobierno o gobernabilidad local y global, que los movimientos quieren democratizar, apropiarse de esos espacios de gobierno global como la Convención de la Biodiversidad, todas las convenciones habidas y por haber; y la esfera de la producción cultural global, que los movimientos sociales quieren pluralizar. Si se mira como una intersección estas redes son como pliegues en la estructura de la globalización, y son realidades que tenemos que empezar a construir, fortalecer y promover. Son lo que en teorías de redes se puede llamar redes auto organizativas, descentralizadas, no jerárquicas, que se empiezan a formar en términos de funciones complementarias de los nodos de las redes que no uniformizan las redes ni a sus componentes ni a sus sitios, donde hay una inversión de la globalización que lo que más le importa a esas redes es lo local, no lo global, van a lo global para fortalecer lo local, y van a lo global porque aprenden que lo global determina las en gran medida condiciones para que lo local y el lugar sobreviva. Son redes auto organizativas y es una forma nueva de ver a los movimientos sociales como redes. 211


Estas redes, el diseño autónomo y la planificación participativa podrían propender por un pos desarrollo, que se puede definir como ese momento, ese otro imaginario societal donde ya la acción social no se defina solamente en términos de desarrollo, sino donde estas modernidades alternativas puedan tener un chance para sobrevivir, para ser escuchadas, y donde los movimientos de defensa del lugar logren crear posibilidades de globalidad sin tener que sobrellevar las cargas culturales y ecológicas de la modernización y el desarrollo. No sabemos cómo será esto todavía, pero por allí debe encaminarse la creación de mundos locales y regionales ecológica y culturalmente sustentables‖. (Escobar, 2002)

Lección 28. La participación como herramienta para el desarrollo En la anterior lección se pudo ver que el nuevo paradigma para el desarrollo de las comunidades, definitivamente es la acción social participativa y la autogestión para el logro de mundos locales y regionales ecológica y culturalmente sustentables, como los define el autor. Es por ello que en la presente lección se presentan apartes del documento elaborado por el doctor Miguel Ángel Ramón Martínez, quien fue el creador de todo el fundamento teórico del PAP Solidario de la Universidad. Se preguntarán: ¿Por qué este tema en un curso de Sociología? La respuesta está dada en la medida en que estamos formando estudiantes comprometidos con las problemáticas de su región y es precisamente este curso el que les brinda las herramientas conceptuales y metodológicas para empezar a involucrarse en la investigación de sus comunidades ya sean locales, barriales o cualquier otro aspecto de su entorno. ―Proyecto Pedagógico Solidario Para la Formación de Líderes Comunitarios 212


Significado y sentido del Proyecto Pedagógico Solidario para la formación de un liderazgo comunitario

¿Qué relación existe entre el liderazgo y el ejercicio del poder? El liderazgo se refiere a una situación social creada a partir de la interacción entre la cultura de los grupos, la personalidad de los líderes y el desarrollo de la sociedad, a partir de la cual se genera el poder. En tal situación, se ejercen ciertas relaciones de poder con base en las competencias, habilidades y calidades humanas que presentan determinadas personas o grupos para orientar, apoyar y acompañar a los demás en el despliegue de sus potencialidades y en la satisfacción de

sus

necesidades

fundamentales,

tanto

axiológicas

como

existenciales. El poder se debe entender como una energía básica para servir a los demás y no para explotarlos. Se debe comprender como la autoridad moral fundada en la capacidad para promover la acción comunicativa en las comunidades y convertir las intenciones en realizaciones concretas de mejoramiento humano. La utilización prudente de la energía básica contenida en el poder, facilita ―la transformación de los seguidores en líderes y la conversión de éstos en auténticos agentes de cambio‖, capaces de anticipar nuevas situaciones, de prever soluciones creativas a nuevos problemas y de comprender que ―la visión de futuro sin acción es un sueño y que la acción sin futuro carece de sentido‖.

Una condición fundamental del liderazgo transformativo e innovador, es la capacidad para comprender la misión de la organización y formular los principios de trabajo, motivar la acción y promover la creatividad de 213


las personas, mediante la producción de sentido y la organización del significado de la acción. Tal significado se refiere a aquello que se debe hacer y cómo hacerlo bien, lo mismo que a comprender por qué y para qué se debe realizar la acción transformadora, reflexiva, coherente e integradora, a partir del mejoramiento de la calidad de la percepción, del concepto y de la estima de sí mismo y de los demás.

Desde tal perspectiva, juega un papel fundamental el desarrollo personal que proporciona credibilidad en las relaciones interpersonales para cultivar la confianza e impulsar la eficacia en la gestión y productividad de las organizaciones socio culturales y comunitarias. La eficacia del liderazgo se expresa en una cultura de la confianza, de la responsabilidad y de la eticidad, que incita a participar solidariamente en la práctica de la libertad, en el ejercicio de la justicia y en la construcción de la verdad, con implicación afectiva y compromiso social. Sólo así, es posible que el liderazgo genere condiciones que hagan viable la transformación de los seguidores en líderes y la conversión de éstos en auténticos agentes de cambio, dinamizadores de la acción y transformadores de la realidad. La formación de un nuevo liderazgo para la sociedad solidaria exige comprender la dinámica cultural de los pueblos, lo mismo que desarrollar la capacidad para orientar nuevas formas de diseñar y ejercer el poder político y de concebir y realizar la práctica económica, a partir de un proyecto pedagógico que desarrolle la conciencia solidaria.

¿Por qué el proyecto se denomina pedagógico?

214


El proyecto se denomina pedagógico porque está diseñado como una mediación para promover y acompañar el aprendizaje de las personas; es decir, para apoyar la tarea de cada participante en el proceso de autoconstruirse como sujeto social y lograr la apropiación crítica del mundo y de sí mismo.

La construcción de sí mismo se realiza mediante la producción del conocimiento, el arte, la tecnología, la interacción social, la participación política, el lenguaje simbólico, el trabajo socialmente organizado y el encuentro con los demás seres de la naturaleza y de la sociedad.

La apropiación del mundo significa hacerlo parte de uno mismo e incorporarlo a la propia experiencia y relacionarse con él, para moverse en distintas direcciones con capacidad de enfrentar y resolver problemas, explicar las causas y prever las consecuencias de las acciones propias y ajenas. La apropiación de sí mismo significa reconocer el potencial de aprendizaje que uno tiene y desarrollar las capacidades necesarias para la acción y la relación con el mundo, tales como las habilidades comunicativas

para

leer,

escribir,

dialogar

y

expresarnos;

las

competencias cognitivas para manejar situaciones y las habilidades físicas, técnicas, artísticas e intelectuales para expresar la sensibilidad y comunicar el pensamiento.

¿Cuándo aprenden las personas y a través de qué? Las personas aprenden cuando se apropian críticamente de su realidad y se auto realizan a partir de la construcción del conocimiento y cuando adquieren competencias para apropiarse de sus posibilidades y

215


aprovechar las oportunidades que ofrecen la cultura y el mundo en general. Las oportunidades están determinadas por los recursos que nos proporciona el entorno o el ambiente social en donde las personas se relacionan con las instituciones, los objetos socio-culturales y los imaginarios e ideas generales que median entre el mundo y el hombre. La experiencia histórica nos enseña que ―el hombre es mediado por las cosas en la medida misma en que las cosas son mediadas por el hombre‖. Lo anterior significa que todo está mediado en el ser humano, especialmente el aprendizaje; pero a la vez, que el ser humano es el mediador por excelencia, a partir de su capacidad para convertir los medios en mediaciones; esto es, en la medida en que descubra y utilice el potencial expresivo, comunicativo y educativo de los medios, para dinamizar su propia capacidad creadora y su propio potencial de aprendizaje.

¿Qué exige y qué implica una mediación pedagógica? Una mediación pedagógica exige un tratamiento adecuado de los contenidos de aprendizaje y de las formas de enseñanza, con el fin de facilitar la relación entre las áreas del conocimiento que se estudian y las prácticas sociales que realizan los participantes, quienes están en situación de aprender algo, teniendo en cuenta la articulación que existe entre teoría y práctica, pensamiento y acción, estudio metódico y trabajo productivo. La mediación pedagógica implica organizar y procesar la información, de tal modo que responda a las características socio-culturales y a las condiciones de aprendizaje de los interlocutores, para que participen y relacionen los mensajes que se intercambian con sus experiencias 216


vitales e intelectuales previas, y así, las incorporen a su propio proceso de producción y aplicación de nuevos conocimientos y a los procesos culturales de cooperación humana, consciente y solidaria.

¿Cuándo surge la conciencia solidaria? La conciencia solidaria surge cuando se comparte la carga y el dolor de los demás; cuando se expresa la sensibilidad social frente al sufrimiento ajeno y se asume como propio; cuando se actúa para superar las barreras sociales que disminuyen a las personas, coartan la libertad y niegan la creatividad, la equidad y la participación social. En el proyecto pedagógico solidario se reconoce la capacidad de los participantes, no sólo para producir bienes y prestar servicios, sino para asumir con responsabilidad y compromiso social la autogestión económica, la autodirección política y la autodeterminación cultural e ideológica, que contribuya a la autoconstrucción individual y colectiva de un nuevo hombre, en una nueva sociedad justa, equitativa y participante. Tales procesos deben estar al servicio de la calidad de la existencia humana, a partir del reordenamiento económico, la transformación productiva y cultural, con calidad, eficiencia, equidad e igualdad social, lo mismo que la formación de una nueva ciudadanía, capaz de fortalecer la sociedad civil y de defender los derechos fundamentales de la persona y la comunidad.

Dentro de tales procesos, ¿Cuál es la razón de ser de la acción solidaria? La acción solidaria centra su razón de ser en el proceso de autoconstrucción del hombre como individuo y como especie, teniendo

217


en cuenta una concepción integral de la persona humana como ser viviente, ser social, histórico y cultural. Además, como ser trascendente, capaz de desarrollar su potencial espiritual, mediante la acción transformadora y creativa, la organización solidaria y la participación ciudadana en la construcción de la democracia real, de la justicia social y del bienestar de la colectividad. Identidad del proceso de formación de líderes: La identidad del proceso de formación proviene de la elección fundamentada

y consecuente que

se haga de

los principios

orientadores, así como de las características sociales y culturales del contexto en el cual se encuentran los líderes activos o potenciales de las distintas organizaciones, comunidades o entidades territoriales. De igual manera, las características de los dirigentes y asociados se expresan de modo diferente, de acuerdo con las formas de interacción social, el tipo de actividad económico-laboral y la relación pedagógica que se establezca en el proceso de formación continuada.

Lo

anterior,

significa

que

en

cada

organización

(cooperativa,

mutualidad, comunidad o municipio), se debe construir el proyecto pedagógico solidario pertinente, adecuado a las realidades, a las características específicas y rasgos particulares de las personas y los grupos según sus necesidades, intereses, problemas, aspiraciones y posibilidades reales de emancipación individual y colectiva. Para que un proceso de formación de líderes mantenga su identidad y sea pertinente, los proyectos pedagógicos solidarios que se construyan, deben tener algunas características, tales como las siguientes: Deben expresar la identidad del proceso formativo de las personas. Deben ser asumidos como un compromiso de toda la organización social o comunitaria. 218


Deben tener claridad en su estructura, funcionamiento y acción formativa. Deben ser viables y posibles de ejecutar, para alcanzar sus objetivos. Deben ser flexibles para que permitan su reelaboración continua, a partir de la evaluación permanente.

Las características anteriores nos permiten reconocer que un proyecto pedagógico solidario de una empresa asociativa, de una comunidad o de un municipio, nunca es un proyecto acabado e inamovible, porque siempre estará sujeto a revisión constante, a partir de los cambios del entorno, de su ámbito de aplicación, del progreso de la ciencia y la tecnología y de los cambios económicos, políticos, sociales y culturales.

Igualmente, un proyecto pedagógico solidario está muy vinculado con las personas que lo realizan, para incidir en su comunidad local y regional, así como para imprimirle carácter y personalidad a la organización, de acuerdo con las finalidades y objetivos que se persiguen, de los recursos disponibles que se utilicen y de los estilos de gestión que se practiquen.

¿Qué proceso se debe tener en cuenta para construir un proyecto pedagógico solidario? Teniendo en cuenta las características que definen un proyecto pedagógico solidario, es necesario considerar algunos pasos del proceso para construirlo; tales como los siguientes:

Análisis de contexto geopolítico, socio-económico y cultural

219


Consiste en identificar las características del territorio y de la población que lo habita, teniendo en cuenta su vocación productiva y cultural, así como sus posibilidades de desarrollo humano e integral.

Descripción y estructura administrativa de la organización Se relaciona con la organización social que tienen los grupos, localidades o comunidades para facilitar la participación ciudadana, distribuir y ejercer el poder de decisión.

Características de los participantes Se refiere especialmente a la distribución de la población por edades, ocupaciones, niveles educativos y salud integral, para conocer sus condiciones de aprendizaje y superación personal y social.

Principios que orientan las organizaciones Constituye el conjunto de valores relacionados con la persona humana, con el trabajo, con la comunicación, con la relación ética, con la participación ciudadana, con la cooperación solidaria, que le imprimen sentido humano a la formación de líderes.

Finalidad educativa y pedagógica de las organizaciones Se relaciona con el carácter formativo de las personas, que tienen las distintas organizaciones, a partir de los fines y objetivos que persiguen, de los recursos y capacidades que utilizan y de los procesos y actividades que realizan para ejecutar las decisiones orientadas a la satisfacción de sus necesidades y logros.

Sistema de evaluación, tanto interna como externa

220


Constituye un proceso permanente de análisis y explicación de las diferentes situaciones que viven las organizaciones frente a realidades deseadas y posibles, así como frente a procesos realizados, objetivos previstos y logrados, para alcanzar el mejoramiento continuo de su calidad de vida.

Principios orientadores para la construcción de un Proyecto Pedagógico Solidario Los principios generales que sirven de marco de referencia y que le imprimen sentido a los proyectos pedagógicos solidarios, están íntimamente relacionados con los principios fundamentales que caracterizan y orientan la acción solidaria en diferentes procesos de la práctica social, tales como los siguientes:

1. Respeto a la dignidad de la persona humana: En la medida en que se reconoce la libertad y la capacidad del hombre para tomar decisiones, moldear su mundo, transformar la realidad y construir su propia historia, mediante diferentes formas de representación mental, de normas de comportamiento y organización social y de formas de expresión de la sensibilidad y de la afectividad para trascender la realidad.

2. Autorrealización de los Actores Sociales: En el sentido de reconocer en la persona a un ser sujeto –protagonista de su propio proyecto de vida, capaz de asumir en forma consciente y responsable los procesos de autogestión formativa, empresarial y productiva, y de desempeñarse en diferentes ámbitos de actuación como empresario, productor, ciudadano, consumidor y dueño de los medios de producción y del producto de su trabajo, para autoconstruirse como sujeto moral y social.

221


3. Participación Organizada y Solidaria: el

ejercicio

de

la

libertad,

la

En términos de hacer realidad

autonomía

comunitaria

y

la

autodeterminación de las personas para tomar decisiones y organizar sus propias instituciones, de tal manera que se construya un auténtico proceso democrático que facilite la redistribución y ejercicio del poder político de los asociados y la creación de espacios vitales, para preservar la identidad cultural y el sentido de pertenencia social.

4. Cooperación en el trabajo asociado: Como fundamento de la acción conjunta y articulada, coherente y concertada, para lograr los fines comunes de los procesos socioeconómicos y culturales, mediante la integración de esfuerzos y recursos, el despliegue de valores éticosociales y el reconocimiento recíproco entre personas, grupos, comunidades y culturas, de modo que se evidencie la apertura a la diversidad cultural, a los cambios tecnológicos y al respeto a las diferencias

para

lograr

la

complementariedad

y

la

realización

intersubjetiva (relaciones interpersonales entre los sujetos).

5. Propiedad social y comunitaria de los factores productivos: Con base en el principio de que el trabajo es la fuente originaria de la propiedad y que ésta constituye un factor fundamental para la realización del trabajador, de su familia y de la comunidad. Dentro de los factores productivos se deben destacar el conocimiento tecno-científico, el gerencial y el ético-moral, como dinamizadores básicos de los demás factores productivos.

6. Dirección participativa, cooperada y descentralizada: En la medida en que los asociados tomen conciencia del valor pedagógico del trabajo socialmente organizado, de la interacción social, de la acción 222


comunicativa y de la responsabilidad solidaria. Estos aspectos son fundamentales para el desarrollo del sentido de pertenencia social e identidad cultural para la participación democrática.

7. Preservación del medio ambiente natural y social: En la medida en que se desarrolle una conciencia ecológica y una ética ambiental, que reconozca la necesidad de cambiar el comportamiento humano frente a la forma de interactuar con la naturaleza y de utilizar tecnologías productivas apropiadas, para no deteriorar los recursos naturales ni contaminar el ambiente, y promover un desarrollo humano e integral, sustentable y auto sostenido.

8. Distribución equitativa de los bienes y beneficios obtenidos en los procesos socioeconómicos y culturales: Teniendo en cuenta que la finalidad social de la producción de la riqueza social y cultural, es la distribución equitativa, y que en ésta se sintetiza un conjunto de valores éticos, morales, culturales y políticos, relacionados con la libertad individual, la justicia social, el bien común, la dignificación del hombre y la humanización de la sociedad‖. (Ramón, 2005)

Lección 29: Técnicas de recolección de información sociológica En esta lección se pretende brindar algunas estrategias que se utilizan para la recolección de información para una investigación desde la perspectiva cualitativa y participativa. En el desarrollo de todo el módulo se ha podido evidenciar que la investigación sociológica se desarrolla desde diferentes miradas y que dependiendo del objeto de estudio y del paradigma escogido, se utilizan unas u otras herramientas de tipo metodológico. 223


En términos generales se han explicitado 3 perspectivas que se describen a continuación tomando como base el texto de Alfonso Torres Carrillo (Torres Carrillo, 2002)

Paradigma Cuantitativo: Parten de una concepción positivista y tienen las siguientes características: 1. Asumen que la realidad social está dada por leyes. 2. Se busca encontrar las causas y consecuencias de los hechos. 3. Particulariza y objetivisa los sujetos en estudio como si fueran cosas. 4. Se hacen mediciones controladas con variables e indicadores. 5. La información se recoge a través de técnicas de tipo cuantitativo, análisis estadísticos. 6. Se busca obtener resultados que se pueden generalizar. Los estudios de tipo cuantitativo se pueden evidenciar en los censos, las encuestas de hogar, los estudios de comportamiento del producto interno bruto, los estudios de relaciones entre variables, los estudios de tipo demográfico entre otros.

Paradigma Cualitativo: Se basan en la fenomenología, en la sociología comprensiva, los trabajos de tipo interpretativo que privilegia el sentir subjetivo. Entre sus principales características están: 1. La realidad se mira como una construcción de tipo histórico. 2. Se basa en el análisis cultural y de los símbolos y signos. 3. Se basa en interpretaciones de la realidad desde adentro, desde el sentir de cada uno de los individuos como sujeto social. 4. Emplea técnicas de tipo descriptivo e interpretativo. 5. Da validez a la interpretación que hace el investigador desde su subjetividad. 6. Se orienta a procesos. 6. No utiliza variables de medición sino categorías de análisis. 224


7. No generaliza pues cada grupo social se estudia como una unidad única e irrepetible.

Entre los enfoques cualitativos se encuentran los fenomenológicos, histórico hermenéuticos, etnográficos y la recuperación de historias.

Paradigma Participativo: Son estudios de tipo cualitativo pero que tienen como valor agregado en la práctica. Entre sus características se pueden enumerar: 1. Se pretende la transformación de los sujetos a través de la acción social. 2. Implican la participación de los sujetos involucrados. 3. Los investigadores se convierten también en sujetos y objetos de estudio. 4. Se fomenta la creación y el fortalecimiento de los grupos; se asumen como un aprendizaje continuo, dado que la investigación misma exige y proporciona espacios educativos tanto formales (talleres) como informales (conversaciones cotidianas, consejos, asesorías) 5. Se fomenta la creación de organizaciones críticas y autónomas con capacidad de realizar acciones emancipatorias. 6. Su metodología es abierta y flexible, igualmente las técnicas y herramientas que se utilizan. 7. Se reconoce que la investigación social es crítica y tiene un componente político por lo cual se busca liberar todo el potencial de cambio de las comunidades. 8. Se busca democratizar la producción, circulación y apropiación de los conocimientos, por lo cual es necesaria la permanente socialización de los avances. 9. La investigación se comporta como una espiral en constante movimiento en la que se involucran la participación, la planificación y la acción, la observación y la reflexión. 10. Se privilegian los procesos subjetivos, se promueve el diálogo de saberes entre el conocimiento académico y los saberes populares. 225


11. Se lleva una lógica que va desde adentro y desde abajo, con la participación de los sujetos que sufren los problemas objeto de estudio. 12. Se ubican los problemas en el contexto histórico, en un espacio y un tiempo determinados, lo que permite la comprensión. Como se puede observar, este último paradigma se refiere a las metodologías que en nuestro país fueron propiciadas por Orlando Fals Borda: la Investigación Acción Participativa (IAP), la investigación Acción (IA), la Investigación Participante (IP) y los modelos de Autoevaluación y las investigaciones Militantes cuando se realizan con un grupo político específico y se busca la emancipación.

A continuación se hace una breve descripción de las técnicas de recolección de información más utilizadas por los paradigmas de tipo cualitativo y participativo:

1. Las historias de vida: Es un instrumento pero también se puede convertir en una investigación en sí misma. La persona hace un relato de sus experiencias desde su propia visión de mundo y en sus propios términos, acompañada por un experto. La historia se puede realizar de manera escrita como una autobiografía o con la utilización de otros medios como la grabadora, las fotografías, los videos, la visita a ciertos lugares de significación para el autor de la historia. A través de estos relatos el investigador puede interpretar el significado subjetivo que el sujeto le da a su entorno. 2. La Entrevista: Con esta técnica el investigador obtiene información sobre el punto de vista y la experiencia de las personas/grupos. Las preguntas en la entrevista pueden dar cuenta de hechos, de opiniones, de análisis, de acciones, abiertas o cerradas. La entrevista puede ser abierta, si no existe un guión previo, semi estructurada si se adapta a una forma de obtener información específica de determinadas dimensiones mejor o estructurada si se adapta a un guión predefinido.

226


También es una técnica que se puede utilizar individual o en grupo; cuando se hace una entrevista en grupo este no debe ser muy grande, los participantes deben tener similares características (nivel social o económico, edades).

Con esta técnica no interesa tanto la cantidad de información como la calidad de la misma. El entrevistado va construyendo su discurso (deseos, necesidades, problemáticas entre otros).

3. Grupos de Discusión: También se les denomina grupos focales. Es una entrevista en grupo que permite recolectar en poco tiempo y a profundidad, una cantidad de información cualitativa, a través de la discusión. Los grupos deben estar compuestos máximo por 10 o 12 personas. Para que sean efectivos en cuanto al logro de los objetivos que se propongan deben tener una planificación previa que incluye la convocatoria, la guía de temas de discusión, la focalización en su desarrollo y el registro cuidadoso de los datos obtenidos.

La Observación: Es una de las principales técnicas en la investigación social. Por considerarla tan importante para los procesos investigativos se darán unas herramientas fundamentales para su utilización. ―Principios básicos para realizar una observación: 1. Debe tener un propósito específico. 2. Debe ser planeada cuidadosa y sistemáticamente. 3. Debe llevarse, por escrito, un control cuidadoso de la misma. 4. Debe especificarse su duración y frecuencia. 5. Debe seguir los principios básicos de confiabilidad y validez. Entre las ventajas de la observación, tenemos que determinada conducta se describe en el momento exacto en que está ocurriendo. 227


Además, las observaciones se pueden realizar independientemente de que las personas estén dispuestas a cooperar o no, a diferencia de otros métodos en los que sí necesitamos de la cooperación de las personas para obtener la información deseada. En contraposición, también existen algunas desventajas, tales como la dificultad para observar un comportamiento específico en el momento de efectuar la observación. Además, las conductas que se encuentran sujetas a observación, generalmente son limitadas. es difícil poder observar la interacción familiar, por ejemplo, al acostarse o levantarse. La observación, debido a su utilidad, es un método que se puede utilizar, junto con otros, para recabar información. Por ejemplo, se puede emplear la observación en un estudio exploratorio, y para el estudio final se pueden usar otros métodos tales como cuestionarios, entrevistas, etc. Observación participante: Este tipo de observación está determinado por el hecho de que el observador participa de manera activa dentro del grupo que se está estudiando; se identifica con él de tal manera que el grupo lo considera uno más de sus miembros. es decir, el observador tiene una participación tanto externa, en cuanto a actividades, como interna, en cuanto a sentimientos e inquietudes. Con este tipo de observación, los investigadores pueden influir en la vida del grupo. Un problema del registro de la observación es que el observador puede perder su objetividad. Para resolver este problema es conveniente que 228


más de una persona observe el mismo fenómeno, con el fin de comparar las observaciones realizadas. Observación no participante: En este tipo de observación el investigador no participa de manera activa dentro del grupo que observa. Se limita a mirar y a tomar notas sin relacionarse con los miembros del grupo. Dependiendo de los objetivos que persiga la investigación, se empleará uno u otro tipo de observación. La observación participante nos puede dar una idea más clara acerca de lo que sucede dentro de un grupo, puesto que si los sujetos ven al observador como un miembro más del grupo se comportarán normalmente. En cambio, aplicando la observación no participante, probablemente no se comportarán normalmente. Por otro lado, es probable que el investigador, al no participar en la vida del grupo observado, pueda mantener más fácilmente su objetividad. Observación libre o no estructurada: Generalmente se lleva a cabo en un estudio piloto, cuando no se conoce muy bien la muestra que se va a estudiar. Puntos a considerar: La población que vamos a estudiar: quiénes son, cómo se relacionan entre sí, edad, sexo, nivel socioeconómico, etc. Las variables o categorías que son relevantes para nuestro estudio, así como la frecuencia y duración de las mismas. 229


La mejor manera de registrar esta información es haciéndolo en el momento y situación en que se está manifestando la conducta, puesto que así tendremos menos prejuicios, seremos menos selectivos y, en general, más objetivos al registrar la información tal y como se presenta en la realidad. Sin embargo, esto no siempre se puede realizar, puesto que al estar tomando notas se puede distorsionar la conducta; además, las personas pueden comportarse de manera poco diferente cuando saben que las están observando, y sobre todo si alguien está tomando notas en relación con su comportamiento. Por otro lado, es difícil tomar notas y observar al mismo tiempo. Si se trata de guardar todo en la memoria, probablemente la observación no pueda ser muy exacta. Lo que se puede hacer es escribir solamente palabras claves mientras se realiza la observación. Cuando se redacten los resultados finales, se debe utilizar una forma organizada y sistemática, como, por ejemplo, una tabla de frecuencias. Observación estructurada: Es aquella que se lleva a cabo cuando se pretende probar una hipótesis, o cuando se quiere hacer una descripción sistemática de algún fenómeno; es decir, cuando estamos realizando un estudio o investigación en el que sabemos exactamente lo que vamos a investigar y tenemos un diseño de investigación. Se diferencia de la observación no estructurada en el sentido de que en esta última sólo poseemos una idea vaga acerca de lo que vamos a observar, mientras que en la estructurada ya tenemos más claramente definidos los objetivos que nos ayudarán a clasificar y concretar el fenómeno en cuestión. En este tipo de observación nos basamos en tablas de frecuencias. 230


La observación estructurada presenta menos problemas prácticos en cuanto a la forma de registro y utilizamos formas estandarizadas. Existen

menos probabilidades de

que los observadores sean

subjetivos‖. (Pardinas, 1971) A continuación se presentan unas preguntas que deben ser resueltas al realizar una observación: Actor: ¿Quién? Acto: ¿Qué hace? Personas significativas: ¿Con quién? Relaciones: ¿En qué tipo de relación? (visual, táctil, verbal etc) Contexto: ¿En qué situación? Medio físico: ¿Dónde? Objetos: ¿Qué tecnología o artefactos se usan? Tiempo: ¿Cuánto tiempo dura y cuál es la secuencia de la acción? Objetivos: ¿Qué están tratando de lograr? Sentimientos: ¿Qué emociones y sentimientos están expresando?

Recomendación: Registre las palabras tal y como son expresadas sin traducirlas al vocabulario del investigador. Utilice un lenguaje concreto al describir lo observado. Las notas de campo deben ser expresadas e ilustradas con detalles específicos. Con el fin de dejar el registro de lo observado se puede construir un instrumento que tenga dos columnas: en una se registra lo observado y en otra los comentarios del investigador.

Para finalizar se mencionan otras técnicas que pueden ser utilizadas en la investigación cualitativa o participante: la encuesta, los talleres, los grupos vivenciales, las representaciones gráficas, los mapas sociales o la cartografía social. 231


Lección 30. Preguntas de Revisión A continuación se presentan una serie de ejercicios de revisión que les ayudará en el proceso de adquisición de nuevos conceptos y revisión del aprendizaje logrado.

1. Con sus propias palabras elabore un escrito de no menos de 20 renglones en el que exprese las críticas que se hacen a los “Estudios Culturales”. 2. Sustente que significa para García Canclini el concepto de Cultura Popular. 3. Elabore un cuadro comparativo entre las características de lo que se denomina cultura popular y cultura masiva. 5. Explique como propone Arturo Escobar que se trabajen las problemáticas sociales desde un esquema participativo. 6. Escoja una problemática social de su entorno dentro de las siguientes temáticas generales: Problemática campesina. Mujer, derechos y modernidad. Moda, música y educación. Las Tics y la educación. Deportes. Sociedades en Red. Globalización y Desarrollo. Una vez escogido el tema, realice una observación con base en las recomendaciones que aparecen en el módulo al explicar dicha técnica. El documento final de informe de la observación debe contener como mínimo: Introducción Objetivo General Objetivos específicos Marco de Referencia (enfoque sociológico) Observación 232


Análisis Conclusión Evidencias gráficas.

Se recomienda que dicho trabajo se desarrolle dentro del contexto de la participación y la solidaridad tomando como base el documento del PAP Solidario.

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