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7. Modelo de puente sistema Vergniais, sobre el río Lignon (Francia

7 Modelo de puente sistema Vergniais, sobre el río Lignon

(Francia) Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos Universidad Politécnica de Madrid

AUTOR: Jean-Louis Vergniais

FECHA DE REALIZACIÓN: Hacia 1854 MATERIALES: Chapa de hierro y alambres de diferentes gruesos; pintura blanca sobre gama de verdes MEDIDAS: 24 x 120 x 22 cm ESCALA: 1:30 aproximadamente, sobre medidas del puente sobre el río Lignon (Francia)

SIN NÚM. DE INVENTARIO Restaurado en 2017 por Javier Nuño Rivera a cargo de la Fundación Juanelo Turriano

1 La Presse, 22 de mayo de 1853. 2 PROUDHON, P.-J. (1854): Manuel du spéculateur à la bourse..., París, Garnier frères, pp. 330-331. Modelo de puente sistema Vergniais, construido probablemente por la propia firma francesa Compagnie des Ponts-Vergniais que, entre 1852 y 1860, difundió por Europa el nuevo sistema que venía a reemplazar a los puentes colgantes. La compañía citaba en su propaganda los fracasos que por problemas de estabilidad habían conocido puentes colgantes como el de la Basse-Chaine, en Angers, en Francia (1850) y el de Fraga (Huesca) sobre el Cinca, en 1852: “sans laisser une pierre pour indiquer l’endroit où il avait été construit”1 .

La recién creada Compagnie des Ponts-Vergniais2, domiciliada en París, ofrecía ahora a la Administración francesa un nuevo tipo de puentes semirrígidos y estables que sumaban a la seguridad del puente tradicional de fábrica, la ligereza y economía de los nuevos puentes de hierro.

Modelo de puente sistema Vergniais, sobre el río Lignon (Francia). Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de Madrid. Fotografía de Javier Nuño Rivera.

Detalle. Fotografía de Javier Nuño Rivera.

St-Etienne-le-Molard. Le Pont St-Clé ment. Edit. V. Coiffet.

3 BRUCHON, A.-C. (1853): “Nouveau sistème de ponts suspendus”, La Pres se, 22 de mayo. Entre sus ventajas, además de impedir las oscilaciones verticales y horizontales, se encontraba la de sustituir todos los arcos y pilas de piedra por un solo tablero que apoyaba en los estribos sobre las dos orillas, de tal modo que permitía el paso de las embarcaciones sin temor a golpear se con las pilas:

¡Basta de puentes de piedra, pesados y costosos, que impiden la navegación! En su lugar, construcciones elegantes que permiten a nuestros barcos de vapor, a nuestros navíos de vela circular libremente sobre los ríos navegables o en las desembocaduras de los grandes ríos. ¡Basta de estrechas pasarelas, de transbordadores, últimos vestigios de la barbarie y causa de tantos siniestros! ¡No más barrancos ni torrentes infranqueables forzando a los habitantes de nuestras montañas a encerrarse en sus casas durante inviernos enteros!3

Vista del modelo antes de su restauración.

4 Catalogue des brevets d’invention pris du 1er janvier au 31 décembre 1852, París, Imprimerie et librairie de Mme Ve Bouchard-Huzard, 1852, p. 272: “Système de ponts suspendus”. Certificación de 19 de agosto de 1852, a favor de Vergniais, rue Grenette, nº 45, en Lyon (Rhone), que recuerda un anterior registro con fecha de 5 de septiembre de 1850, nº 10395. 5 [ANÓNIMO] (1854): “Descripción y prueba del Puente de Lignon, construido por el sistema Vergniais”, Revista de Obras Públicas, nº 4, pp. 56-58. 6 Vauquelin, Ingeniero Jefe de Ponts et Chaussées y socio de la Compañía Vergniais, redactó una completa “Mémoire explicatif du système de ponts Vergniais” (Annales des chemins vicinaux. Recueil de mémoires, documents et actes officiels (París, T. XI, 1855, pp. 121-135 y 137-148, plancha VI), que aporta los datos fundamentales del sistema, repetidos una y otra vez en las revistas especializadas y prensa periódica. Su inventor fue Jean-Louis Vergniais, quien aparece en el registro de las patentes de Francia unas veces como ingeniero civil y otras como mécanicien, autor de inventos varios, desde un “bélier circulaire applicable aux diverses machines pour en augmenter la force” (1837) hasta el llamado inicialmente “pont suspendu” (1850)4. El hecho es que Vergniais construyó en 1852 un puente, hoy desaparecido, sobre el río Lignon (1852), en Saint-Étienne-le-Molard (antiguo Departamento del Loira, Francia), conocido como Pont de Fonte, el Puente de Hierro (de fundición, con piezas en hierro forjado), de 30 metros de luz en el proyecto y 31 en su ejecución, con una estructura absolutamente novedosa y que, a nuestro juicio, responde puntualmente al modelo de la Escuela de Caminos. El puente sobre el río Lignon gozó de una fama extraordinaria, pero tan notable como efímera (1852-1860), de la que se hizo eco toda la prensa europea, pues se presentaba como la panacea que resolvía todos los problemas relativos a la construcción de puentes. Su seguridad y fortaleza dio a estos puentes el sobrenombre de “puentes Hércules”. La propia Revista de Obras Públicas le dedicó unas páginas, en 1854, con la traducción de un artículo aparecido en L’ingénieur, en el que se describe con exactitud las características y datos técnicos del puente sobre el río Lignon5, así como las pruebas de carga que excedían con creces lo exigido hasta entonces por la Administración francesa6. Tanta fue la fama del puente sobre el río Lignon que el marqués de Salamanca, empresario y capitalista, tan romántico como impulsor del progreso, aus-

7 MENDIZÁBAL, A. de (1854): “Puente proyectado según el sistema Vergniais”, Revista de Obras Públicas, nº 5, pp. 65-67. Nunca llegó a cons truirse. 8 SAAVEDRA, E. (1856): Teoría de los puentes colgados, Madrid, Imp. José C. de la Peña, pp. 100-102, fig. 53. Otro gran ingeniero y profesor de Mecánica aplicada en la École des Ponts et Chaussées, Jacques Antoine Charles Bresse, publicaba entonces sus famosas y citadas Recherches analytiques sur la flexion et la résistance des pièces courbes, donde daba una entrada importante al sistema Vergniais (París, Mallet-Bachelier, 1854, pp. 24, 79, 126 y ss.). 9 En apenas diez años desaparecieron los puentes Vergniais, pero no porque se hubiera producido catástrofe alguna, sino porque los puentes metálicos en arco, como el de Arcole en París (1854-1856), de Oudry y Cadiat, superaron aquel sistema cerrado que, sin duda, resultaba arcaizante y circunstancial sin posibilidad de evolución alguna. 10 En los Nouvelles annales de la construction: publication rapide et économique des documents les plus récents et les plus intéressants relatifs à la construction française et étrangère (París, Librairie Polytechnique de J. Baudry, marzo de 1861) que dirigía Charles Alfred Oppermann, ingeniero de Ponts et Chaussées, podemos leer un artículo, del también ingeniero Mauguin, que dice textualmente: “los puentes de arco superior, con el tablero suspendido, conocidos con el nombre de pont Vergniais, están hoy casi olvidados” (p. 27). 11 El dibujo del puente, que sin duda conoció otras versiones, inspiró las viñetas e ilustraciones de la prensa, como sucede en La Ilustración. Periódico Universal (Madrid, 11 de marzo de 1854, p. 4.). Proyecto de Andrés Mendizábal para un puente sobre el río Pisuerga, en Valladolid (Revista de Obras Públicas, 1854, nº 5).

pició la construcción de un puente metálico siguiendo el sistema Vergniais sobre el río Pisuerga en Valladolid, sustituyendo el “puente colgado” de Andrés Mendizábal (1852) por otro que seguía el sistema Vergniais proyectado por el mismo ingeniero 18547 . En aquellos años, Eduardo Saavedra era profesor de Mecánica aplicada en la Escuela de Caminos y su libro de texto sobre la Teoría de los puentes colgados, incluía el cálculo del sistema Vergniais:“Entre los puentes suspendidos de arcos rígidos nos ocupamos sólo de los del sistema Vergniais...”8. Pero en la segunda edición de esta obra (1864), Saavedra cambia bruscamente de criterio y dice que se desentiende de los puentes Vergniais, “que tienen poco de colgantes”, para explicar el sistema de Alphonse Oudry9. De este modo, el sistema Vergniais cayó en el más absoluto olvido, pues ni se estudiaba ni se construía10 . La Compagnie des Ponts-Vergniais, una sociedad en comandita que llegó a tener numerosos e importantes encargos, se disolvió en 1859. Sus acciones llevaron siempre impresa la imagen del puente sobre el río Lignon, siendo esta la imagen más fidedigna del proyecto del puente que, en su ejecución, alteró algunos pormenores11. El modelo de la Escuela de Caminos coincide con esta prístina imagen, hasta en los menores detalles como los remates de atado alto de las cerchas o cuchillos. Todo ello nos hace pensar en que la laboriosa construcción de este modelo, del que no conocemos otro ejemplar conservado dentro ni fuera de nuestro país, salió de los talleres de la compañía, pues no cabe pensar

Acción de 500 francos de la Compagnie des PontsVergniais (1854). Puente sobre el río Lignon en La Ilustración, Periódico Universal (Madrid, 11 de marzo de 1854, p. 4) que, con ligeras variantes, repite el publicado por su homólogo francés L’Illustration. Journal Universel (París, 27 de noviembre de 1852).

12 Aunque pudiera parecer anecdótico los primeros puentes metálicos, todos, fueron pintados para proteger del óxido al hierro. Normalmente con una pintura blanca, y en el caso del puente sobre el río Lignon nos consta que el día de la prueba de carga se comprobó que no había indicios de cuarteamiento alguno en la pintura. Por otra parte, la pintura blanca permitía detectar pronto la posible mancha de óxido en cualquier zona del puente. 13 Calle del Baño, 14. Piso principal. 14 NAVASCUÉS, P. (1980): “La arquitectura del hierro en España durante el siglo XIX”, Construcción, Arquitectura, Urbanismo, Barcelona, nº 65, pp. 42-64, nota 21. 15 En un artículo publicado en la Estafette (París), firmado por Félix Roocks y repetido por la prensa sin indicar el número y año (hacia junio de 1853), se dice literalmente sobre la presentación del sistema Vergniais: “Sans parler d’une modèle d’un metre que nous avons examiné, et dont chaque anneau isolé ne supporterait pas sans se briser la pression du doigt…”. El modelo del puente de la Escuela de Caminos mide de luz un metro. en un modelo hecho a posteriori, ni fuera de este círculo. Su cuidada ejecución, el número de péndolas, su inserción en el tablero, el dibujo y engarce de las dovelas que forman los cuchillos de los que pende el tablero, los remates de los pilares de entrada y salida, hasta la propia pintura blanca12 responde inequívocamente a aquella y única circunstancia. Desconocemos el origen y razón de su presencia en la colección de la Escuela de Caminos, pero parece muy probable que, sin descartar su vinculación con el proyecto de Mendizábal, con cuyo puente no guarda correspondencia métrica, está relacionado con el hecho de que la Compagnie des Ponts-Vergniais estableciera una sucursal en Madrid13, en 1854, enviando al ingeniero Victor Conailhac como representante de la empresa, mientras que otro francés, Lamartinière, se haría cargo de la contratación y dirección de las obras14.Entendemos que este modelo debió de venir de París con Conailhac, formando parte del material de propaganda de la compañía con ánimo de ganar clientes15. ¿Pudo estar el marqués de Salamanca entre ellos? La fecha de 1854 une la mayor parte de los hechos comentados. Alguien, después, con buen criterio lo llevó al “museo” de la Escuela de Caminos.

Pedro Navascués Palacio

Profesor Emérito de la ETSAM. Universidad Politécnica de Madrid Fundación Juanelo Turriano

María del Carmen Utande Ramiro

Real Academia de Bellas Artes de San Fernando

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