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Obras clásicas impresas

El paviano Stefano Breventani se refere también al reloj astronómico Dondi y escribe: «Questo p[er] le mutationi dello stato no[n] essendone hauuto cura, corroso dalla rugine & leuate le ruote da i luoghi loro, andò tutto in ruina». Sin embargo, fue estudiado «da vn Maestro Gianello Cremonese huomo di acutissimo ingegno in cotal arte», por lo que «à quella somiglia[n]za ne fabricò vn’altro» (1570). En el prólogo de la edición en inglés de Euclides, de Henry Billingsley, el matemático John Dee (Londres, 1527-Mortlake, 1608) corrobora asimismo: «One Ianellus of Cremona did mend the same, and presented it vnto the Emperor Charles the ffth» (1570). Gasparo Bugati (Milán, 1524-Milán, 1601), historiógrafo dominico, es quien describe más tarde un «stupendo horologio di Gianello Torriano», que ha visto personalmente, «s’apre nel mezo per lo trauerso, come l’aperse il proprio mastro me presente, prima che lo portasse in Ispagna, mostrandolo ad alcuni Ambasciatori»; no obstante, lo confunde con el «Cristalino», otra obra suya, de la que destaca «la palla di cristallo di montagna che u’andaua in cima in forma del mondo, tutto cosmografcamente intagliato, diuiso, compartito, & segnato» (1571).

En las notas de Esteban de Garibay (Arrasate, 1533-Madrid, 1599?), cronista vasco, se hace una breve mención al «rarissimo architeto, llamado Iuanelo, de nacion Lombardo, que fue el q[ue] para el Emperador Don Carlos, hizo aquel marauillosos relox de la ciudad de Milã», ocupado en fabricar el Artifcio de Toledo, creado en 1565 con «marauillosa arte» (1571). El cremonés Alessandro Lami presenta asimismo en un epigrama al conciudadano como «Gianello ‘l Toresan», el cual, dice, «con fuoco non gia; ma con ingegno / Da spirto à marmo, ferro, argento, e legno» (1572). Cronista de Felipe II, Ambrosio de Morales (Córdoba, 1513-Córdoba, 1591) describe varios descubrimientos de «Ianelo Turriano natural de Cremona en Lombardia», el hecho de que el «Emperador tuuo consigo a Ianelo hasta su muerte», la «suma perfecion co[n] que Ianelo sabe el arithmetica», el «relox gra[n] de de Ianelo», y escribe sobre el «Torno marauilloso que inuento Ianelo», presumiendo de haberlo conocido (1575). El físico Johannes Jakob Wecker (Basilea, 1528-Basilea, 1586) presenta la cerradura de combinación: «Hanc Ianellus construxit» (1582). Lami elogia a «Lionello Torriano quel nostro gran mathematico, che col martello all’incude ha fatti magisteri tali, che à tempi nostri recano merauiglia al mo[n]do» (1584). El pintor Antonio Campi (Cremona, 1524-Cremona, 1587) cita a «Lionello Torriano, huomo nato bassamente, ma dotato da Iddio di cosi sublime ingegno, che hà fatto stupire il mondo, & è stato riputato da ogn’vno vn miracolo di Natura» y contribuye a difundir la leyenda por la que él «parlaua dell’Astrologia, & dell’altre arti Mathematiche» sin haber «giamai imparato lettere» (1585), afrmación circunscrita por la historiografía actual, como aparece en Barbisotti (2001, p. 260), a probablemente un simple desconocimiento del latín.

El renombrado pintor Giovan Paolo Lomazzo (Milán, 1538-Milán, 1592) comenta once ciencias entre «accidentali, & sostantiali»: «Le sostantiali sono tre —escribe—, gnomonica, machinatione, & edifcatione»; la primera incluye «l’arte del fare gli horologi, & simili cose, le quali perfettamente possedette Ianello Torriano Cremonese, come bene lo dimostrò nello stupendo horologio che donò all’Imperatore Carlo Quinto» (1585). Fue el último que lo citó cuando aún vivía; los siguientes hablan de él una vez fallecido. De nuevo Lomazzo, en el retrato «Di Girolamo Gil, & Lionello Torriano», escribe en verso «Trasse l’acque del Tago il Torriano / Tanto alto, come il Duomo di Milano» y «scoperse l’error de i diece giorni», mención al Artifcio toledano, y valora su contribución a la reforma, en 1582, del calendario juliano y el paso al gregoriano (1587). Sin dar nombres de autores ni hacer referencia a lugares, el famoso ingeniero Agostino Ramelli (Mesenzana, 1531-París, 1608?), en aquella época al servicio de Enrique III de Valois, rey de Francia y de Polonia, describe en detalle una bomba hidráulica sofsticada, identifcada durante mucho tiempo con el Artifcio (1588). De nuevo Lomazzo, acerca de «Gianello Torriano Cremonese matemático», observa que los artistas pueden emplear «trattati bellissimi, & chiarissimi di matematici moderni» y cita el de «Torriano» (1590). El cosmógrafo Diego Pérez de Mesa (Ronda, 1563-Ronda, 1632) describe el artifcio, «cuyo artifce, o inuentor Ianelo Turriano natural de Cremona en Lo[m]bardia merece por sola esta obra quando no vuiera hecho otras muchas» (1590). También el historiógrafo Pedro Sánchez menciona los detalles sobre el ingenio para suministrar agua, que «con singular artifcio fabrico Ioanelo (ingeniosissimo artifce, y de rara abilidad)» (1590).

Minuciosas son las notas sobre el Artifcio y sobre el Cristalino del jesuita Alessandro Valignano (Chieti, 1539-Macao, 1606), tomadas a partir de las anotaciones del cofrade Diogo de Mesquita (Mesão Frio, 1551-Nagasaki, 1614), guía en 1585 de la misión de cuatro jóvenes japoneses convertidos en Europa (1590). El teólogo David Chytraeus, alias Kochhafe (Ingelfngen, 1530-Rostock, 1600), menciona un «Turrianus Cremonensis mathematicus», conocido de Carlos V (1593). El italiano Giovanni Botero (Bene Vagienna, ±1544-Turín, 1617), al describir Toledo, cita el «acqua delicatissima» que con un «ingegno miracoloso si tira su nella città, opera rara di Giacomo Cremonese» (1595). El religioso Paolo Morigia (Milán, 1525-Milán, 1604) cita la Accademia degli Inquieti, creada por Muzio Sforza Colonna, marqués de Caravaggio, en 1594, cuyo símbolo es la rueda «da Maestro Gannello Cremonese posta in vso in Toledo di Spagna, per inalzar l’acqua del fume Tago vicino la piazza della Città» (1595).

Juan de Marieta (Vitoria-Gasteiz, 1555-Madrid, 1611), dominico y autor de temas religiosos, escribe sobre el mecanismo que «hizo Iuanelo, con su delicado ingenio el artifcio del agua» (1596). El médico, cosmógrafo y geógrafo Giuseppe Rosaccio (Pordenone, 1530-Pordenone, ±1620) recurre a Botero y retoma la descripción que habla de Toledo «la cui acqua è delicatissima, & con vn’ingegno si tira sù nella Città con gran artifcio, opera di Giacomo Cremonese» (1596). Simone Maioli (Asti, ±1520-Volturara?, ±1597), obispo de Volturara y Montecorvino, sin nombrar al artífce, presenta un hallazgo maravilloso, el minúsculo reloj —sobre el que otros escribirán— creado por el maestro, que «in Caroli V. Imperatoris annulo digiti collocarit» (1597). Angelo Baronio, profesor de elocuencia en Cremona, ensalza el «Insignis virtute Leo» (1598). El historiógrafo Gherardo Borgogni (Alba, 1526-Milán, 1605) menciona el «instrumento da acqua, che da Mastro Giannello Cremonese fù già in Toledo fabricato», símbolo de la Accademia degli Inquieti creada por Sforza (1598).

2. LAS MENCIONES EN EL SIGLO XVII

El médico Jerónimo Gómez de Huerta (Escalona, 1573-Madrid, 1643), al traducir la Naturalis historia de Cayo Plinio Segundo, hace referencia al «artifcio de subir el agua a lo alto de la alcaçar de la Imperial Toledo, inuencion de Ioanelo» (1602). En un libro póstumo, el jurista Guido Panciroli (Reggio Emilia, 1523-Padua, 1599) señala: «Audio Carolo V. horologium à Cremonensi aliquo donatum fuisse, quod universam cœli machinam, cum omnibus stellis frmamenti complecteretur» (1602). Y el escritor Agustín de Rojas (Madrid, 1572-Paredes de Nava, ±1618) habla del «artifcio que sube el agua desde Tajo», obra de «Iuanelo Furriano, natural de Cremona en Lombardia, que por sola esta obra merecio ygual gloria con aquel Arquimedes de Siracusa, ò con el otro Arquitas Tarentino» (1603).

El poeta Luis de Góngora (Córdoba, 1561-Córdoba, 1627) cita al Tajo «vanaglorioso / por el estraño artifcio / en España mas sonado / que nariz con romadizo» (1604). El viajero persa Uruch Beg, cuyo nombre de converso es Juan de Persia (Isfahán?, 1560-Madrid, 1604), no deja de mencionar en las páginas de sus peregrinajes en Castilla «el artifcio cõ que sube el agua desde lo profundo del Tajo» (1604). Miguel de Madrigal, erudito castellano, también describe Toledo, «ciudad soberbia» y «celebrada en el mundo», sobre todo por su «artifcio y nobleza» (1605). El cronista Francisco de Pisa (Toledo, 1534-Toledo, 1616) destaca al «rarissimo Architecto de nuestra edad, llamado Iannelo, de nacio[n] Lombardo, que fue el que para el Emperador don Carlos hizo aquel marauilloso relox de la ciudad de Milan» (1605). Historiógrafo y teólogo, José de Sigüenza (Sigüenza, 1544-El Escorial, 1606),

al hablar acerca de los últimos años de Carlos V, en su retiro de Yuste tras la abdicación, recuerda a nuestro protagonista, que «seruia de entretenerle con reloxes y otros ingenios» (1605).

Pietro Leone Casella (L’Aquila, 1540-Nápoles, 1620), anticuario, afrma que «Ioanellus Cremonensis» está trabajando en «Cœlestiu[m] motus, statusuè orbium, eosuè trepidos contemplationis sustinentia æquare» (1606). El cosmógrafo Andrés García Céspedes (?, ±1545-Madrid, 1611) señala: «Iuanelo Turriano, inuentò vn ingenio con que se sube la agua del rio Tajo al Alcaçar de Toledo, que ay vna muy gran cuesta», máquina sin embargo «muy violenta, y de poca vtilidad» (1606). Jacques-Auguste de Thou (París, 1553-París, 1617), magistrado e historiador, otorga la autoría del artifcio a Louis de Foix, asistente de nuestro protagonista: «Ex Ludouico Foxio Parisiensi Scurialis Palatij ac monasterij a se regia magnifcentia extructi architecto, machinæ item, qua aqua ex Tago in superiorem Toleti partem attollitur, inuentione nobili» (1606). El fraile Pedro de la Vega alaba «el ingenio singular del Alcaçar de Toledo» (1606).

El latinista Luis Nuñez documenta la técnica de Juanelo/Giannello: «Ingenio & arte Ianelli Turiani Cremonensis, celeberrimi Mathematici, facta est hydraulica machina» (1607). Autor de textos tan picarescos como su biografía, Mateo Alemán (Sevilla, 1547-Ciudad de México, 1615) afrma haberlo conocido personalmente: «Hà veinte años q[ue] conocimos à Iuanelo, de injenio sutil i peregrino» (1609). Juan de Cartagena (Cartagena, 1563-Nápoles, 1618), teólogo, escribe sobre relojes: «Notum est a nostræ ætatis inclyto artifce Gianello Turiano Cremonensi sphæram; & horologium singulari artifcio confectum» (1609). El matemático Gaspar Ens (Colonia?, 1570-Múnich?, 1650) menciona la «máquina hidráulica» (1609), y Antonio de Yepes (Yepes, 1554-Valladolid, 1618), historiógrafo, el «tan famoso ingenio, y artifcio, que inuentò Ianello, insigne Matematico, de nacion Italiano» (1609).

Giovanni Botero destaca palabras y actos irreverentes de «Giannello da Trezzo», fusión entre su nombre y el de Jacopo Nizzola da Trezzo, su colaborador, en la época de «Felipe II rey de España» (1610). El lexicógrafo Sebastián de Covarrubias (Toledo, 1539-Cuenca, 1613) cita el «ingenio del agua», «inuencion de Ianelo, segundo Archimedes», el «relox de ruedas tan ingenioso, especialme[n]te el que hizo Ianelo, con los mouimie[n]tos celestes», los «TiTeres», los autómatas «que con ciertas ruedas como de relox tirandole las cuerdas van haziendo sobre vna mesa ciertos mouimientos, que parecen personas animadas», creados por «Ioanelo, gran Matematico, y segundo Archimedes» (1611). Uno de los personajes del dramaturgo Lope de la Vega (Madrid, 1562-Madrid, 1635) dirá: «Voy à Toledo à ver el artifcio, / no digo el de Iuanelo, que es aguado» (1611). En la versión popular del libro de

Panciroli sobre «Degli Horologij» se indica: «Hò inteso da vn certo Cremonese, che ne donò vno à Carlo Quinto, doue si vedeano tutte le costellationi, e segni del Firmamento» (1612).

Ambrosio de Salazar (Murcia, 1575-Murcia, 1643), aventurero y gramático, promete al visitante de Toledo: «Veras ta[m]bien subir el agua por cierta muencion del Rio Tajo arriba al dicho alcaçar» (1612). Entretanto, en pleno Siglo de Oro de la literatura y la dramaturgia hispánica, las menciones en textos literarios se multiplican. Cervantes (Alcalá de Henares, 1547-Madrid, 1616) pone en boca de un personaje su deseo de visitar «el artifcio de Iuanelo» (1613). Góngora (Córdoba, 1561-Córdoba, 1627) escribe en verso: «No al Tajo fue tan violento / Ese insigne cremones»; una de sus protagonistas desaprueba el perjuro «Ingenioso mas que el de Juanelo», y se refere a nuestro «Iuanelo / Dedalo Cremones» (1613). Pedro Flores recuerda que artifcios «en Toledo no ay otro, / sino el que Iuanelo hizo» (1614).

El arquitecto y escenógrafo Vincenzo Scamozzi (Vicenza, 1548-Venecia, 1616) publica en su tratado: «Dal fume Tago per via di machine estraono l’acque, che seruono in molte parti della Città di Toledo» (1615). El poeta José de Valdivielso (Toledo, 1565-Madrid, 1638) cita: «Del Lombardo Iannelo atento mira / El artifcio que por si se mueue» (1616). Lope de Vega señala «las ruedas ingeniosas / del artifcio del agua» (1617). Esteban Manuel de Villegas (Matute, 1589-Nájera, 1669) bromea acerca de «mas artifcios que Juanelo / en el subir del agua con gamellas» (1617). Pedro Salazar de Mendoza (Toledo, 1549-Toledo, 1629), historiador, se encarga de rectifcar la página de De Thou sobre Louis de Foix, supuesto «arquitecto», y asegura que ese es «vn criado de Ianelo Turriano, natural de Cremona en Lo[m]bardia, el vnico fundador, y autor de el insigne artifcio de Toledo», es decir, «vn Pseudo Ianelo», y este, por el contrario, sí, un «famoso Mathematico» (1618).

Lope de Vega escribe acerca de Toledo «Verè la Iglesia mayor, / de Iuanelo el artifcio» (1618); entre la hermosura de las ciudades de España, de Toledo menciona «su artifcio» (1618). El biógrafo Luis Cabrera de Córdoba (Madrid, 1559-Madrid, 1623), retornando a la fgura de Carlos V, aprovecha para subrayar que este promocionó a muchos artistas, y en concreto a «Iuanelo Milanes geometra, i astrologo tan eminente» (1619). De nuevo Lope de Vega entrevera en una comedia que «Amor es vn Iuanelo en artifcios» (1619), y anuncia a una persona que «ha de pedir a Iuanelo / otro segundo artifcio» (1620). Alessandro Tassoni (Módena, 1565-Módena, 1635) incluye en los Pensieri el reloj astronómico Dondi —confundido con el reloj de Guglielmo Zelandino (Willem Wissekerke) ubicado en Padua—, perfeccionado por «vn Giannello da Cremona», autor más tarde en Toledo de la

«marauigliosa macchina, che dal Tago solleua vn condotto d’acqua ad vn’altezza grandissima, e’l porge nella Città» (1620). Literato y poeta, Pedro Arias Pérez incluye en una sátira a los truhanes de Madrid, los cuales «todos viuen de artifcio / en la calle de Iuanelo», la calle madrileña que lleva el nombre del artífce, con una fama similar a la de la calle del Hombre de Palo de Toledo, llamada así por uno de sus supuestos autómatas, y describe a personajes barbudos y cabezas calvas, con «algun Iuanelo de barbas / que se las subiera arriba» (1621).

El magistrado Johann Wilhelm Neumayr von Ramsla (Ramsla, 1570-Ramsla?, posterior a 1644) comenta el artifcio que «soll Jacobus Cremonensis, der berühmbte Kuenstler aus Italien gebawet haben» (1622). El dramaturgo Tirso de Molina (Madrid, 1579-Almazán, 1648) se imagina un artifcio comparable a «los del Tajo, y su Iuanelo» (1624). Federico Borromeo (Milán, 1564-Milán, 1631), arzobispo de Milán, retoma de Botero un lema del célebre «Ianellus», «quibus Principes carerent, notitiam veri, aurora adspectum, et famem», y la «Ianelli responsum» a Carlos V sobre aquello que uno merece si se niega a obedecer al emperador: «Artifex intrepidè tunc respondit, persoluta mercede dimittendum videri» (1625). El lexicógrafo César Oudin (París, 1560?-París, 1625) aporta referencias en español, italiano, francés y alemán sobre el «artifcio del agua» (1625), y también el italiano Lorenzo Franciosini (Florencia, ±1600-Florencia, posterior a 1645) con respecto a «l’artifizio dell’acqua» (1626). Francisco de Quevedo (Madrid, 1580-Villanueva de los Infantes, 1645) pone en boca de un personaje caracterizado como insensato que «Iuanelo no avia hecho nada»; en cambio, él «traçava agora de subir toda el agua de Tajo a Toledo de otra manera mas facil» (1626). Angelo Baronio se refere a él como «Faber ille Ioannellus litterarum omnium expers» (1628). El autor de rimas Bartolomeo Tortoletti (Verona, 1560-Roma, 1648), sin citarlo al igual que hace Vida, lo describe como «Faber enim deformitatis contemptissimæ» y, sin embargo, capaz y genial (1628).

Lope de Vega vuelve a los «ingenios Toledanos», al Tajo que quiere «ondas igualar al fundamento», mofándose de la «construcción»: «Suba el Tajo a mirar desde las ruedas / Por escalas de plata siempre ledas» (1630). Reaparece en la versión popular póstuma de la obra de Borromeo «vn famoso artefce lombardo, chiamato Maestro Gianelli», muy conocido por el «l’esquisito ingegno nel fabbricar diuersi artifciosi ordigni»; por haber declarado que los príncipes carecen de tres valoradas virtudes, «di chi dicesse loro la verità, del riguardare l’aurora, e della fame; por haber rechazado efectuar un mecanismo y, al haber reclamado «che meriterebbe vno, il quale non volesse obbedire all’Imperadore?», haber replicado: «Pagarlo, e mandarlo condio» (1632). Lorenzo van der Hamen (Madrid, 1589-Granada, 1664), biógrafo de Felipe II, achaca al entusiasmo de dicho monarca «el edifcio por donde sube el

agua al Alcaçar de Toledo» (1632). El jesuita Famiano Strada (Roma, 1572-Roma, 1649) recuerda las obras para Carlos V, «Iannello Turriano præceptore», con el acueducto «cuius imaginem tum concipiebat animo Turrianus», y la muerte del emperador y los prodigios que, a su juicio, «Obseruauit Ian.[ellus] Turrianus» (1632).

El poeta Lupercio Leonardo de Argensola (Barbastro, 1559-Nápoles, 1613) escribe en verso «què à Toledo / sube el agua Iuanelo» (1634). Heraldista y jesuita, Silvestro Pietrasanta (Roma, 1590-Roma, 1647) cita el pequeño reloj engastado para Carlos V, el cual «in manu sapientissimi Principis tempora diei noctisque absque errore dispensabat» (1634). Lope de Vega pone en escena «Iuanelo de artifcios de mayores / ruedas de mi confuso entendimiento» (1635). El polígrafo Martin Zeiller (Ranten, 1589-Ulm, 1661) ensalza: «Admirandum illud opus hydraulicum, à Janello Turiano Cremonensis Italo excitatum» (1637). Para el historiógrafo Baltasar Porreño de Mora (Cuenca, 1569-Sacedón y Corcoles, 1639), el rey secundaba los ingenios «como fue Iuanelo Milanes, el que hizo subir el agua al Alcaçar de Toledo» (1639). Dramaturgo prolífco, Pedro Calderón de la Barca (Madrid, 1600-Madrid, 1681) introduce la palabra «hueuo de Iuanelo» —nosotros hablaremos del «huevo de Colón»—, objeto imposible de mantener derecho, en cuanto «Iuanelo / con solo llegar, y darle / vn golpecillo, le tuuo» (1640).

El historiógrafo Diego Sánchez Portocarrero (Molina de Aragón, 1607-Almagro, 1666) menciona el artifcio de «Iuanelo Turriano Cremones, para conduzir el agua al Alcaçar de Toledo» (1641). El comediógrafo Diego Jiménez de Enciso (Sevilla, 1585-Sevilla, 1634) se burla, sarcástico, de las costumbres de la época, «las damas siempre juanelos, / que suben con artifcio, / los muslos a las muñecas» (1642). Cortesano, científco y diplomático, Kenelm Digby (Gayhurst, 1603-Covent Garden, 1665) describe «two engines» observados, uno «att Toledo», por «force vp water a great height from the riuer Tagus to the Alcazar (the King his pallace) that standeth vpon a high steepe hill or rocke, almost perpendicular ouer the riuer» (1644). Antonio Enríquez Gómez (Cuenca, 1600-Sevilla, 1663), dramaturgo y lírico, menciona un «Artifçio, que mal año para el de Iuanelo», y pone en boca de la protagonista de un escrito picaresco, a quien alguien querría que se quedara encinta gracias a las aguas milagrosas: «Yo no gusto de partos con Artifçio, que no soy Iuanelo» (1644). José García de Salcedo Coronel (Sevilla, 1592?-Madrid, 1651), el primer glosador de Góngora, también elogia el «admirable aqueducto, que fabricò Iuanelo Turriano Cremonense, celeberrimo Matematico» (1644).

El protomédico y científco Fortunio Liceti (Rapallo, 1577-Padua, 1657) se ocupa del objeto observado por Pietrasanta —«Carolus Imperator anulum habuit»—, pero sin citar al artífce (1645). Rodrigo

Méndez da Silva (Celorico da Beira, 1607-Venecia, 1670), geógrafo, alude a «Luis de Fox, famoso arquitecto, discipulo del ingenioso Iuanelo Turriano», y al «artifcio inmenso, obra de Iuanelo año 1565» (1645). El dramaturgo Luis Quiñones de Benavente (Toledo, 1581-Madrid, 1651) pone en verso que: «La maquina se mueue, / de bombas, y cucharas, / las vnas van subiendo, / quando las otras baxan» (1645). El escritor Baltasar Gracián (Belmonte de Gracián, 1601-Tarazona, 1658) critica a las personas ineptas, las cuales «llevan mas maquina, que el artifcio de Iuanelo de ygual ruido, y poco provecho» (1646), y vuelve a proponer la máxima sobre el «huevo de Colon, o Iuanelo» (1648), mencionando un «artifcio, injuria de Iuanelo», al que se refere como «vn raro artifcio, exemplar de aquel otro del famoso artifce, que al mismo Tajo dio vn corte de aguas cristalinas» (1651), y de nuevo el «ta[n] celebrado artifcio de Iuanelo; vna de las Marauillas modernas» (1653).

El ya citado Quevedo, en un «Itinerario de Madrid à su Torre», pasando por Toledo, no deja de citar en forma de verso la maquinaria: «Vi el artifcio espetera, / Pues en tantos cazos pudo, / Mecer el agua Iuanelo, / Como si fuera en columpios» (1648). El jesuita cremonés Ansaldo Cotta cita con todo detalle «ianellvs Tvrrianvs Ingeniosissimus sui Temporis Archimedes» por su relación con Carlos V (1653). El geógrafo Louis Coulon (Poitiers, 1605-Poitiers, 1664) señala en una Baedeker de la época «le merueilleux artifce d’vne machine hydraulique, qui tire en haut l’eau du Tage» (1654). El dramaturgo Álvaro Cubillo de Aragón (Granada, 1596?-Madrid, 1661) escenifca una marcha con zancos, «zanquiluengo andar, / hecho Iuanelo de ligas» (1654); el colega Juan de Matos Fragoso (Alvito, 1608-Madrid, 1689) también se refere «a los caços de Iuanelo, / que suben arriba el agua» (1658). El jurista Jakob Andreas Crusius (Hannover, 1636-Hannover, 1680) expone el reloj astronómico Dondi y presenta a «Iohannes Crenomensis, cognomento Ianellus», remitiendo a Bernardo Sacchi (1660). En la lista en latín de las colecciones del científco Paolo Maria Terzago (Pavía, ±1625-Milán, 1695) aparece la «Sphæra armillaris opus insigne celeberrimi illius Gianelli Cremonensis» y la medalla «Ianellus Turrianus Cremonensis Horologiorum Architect.[us]» (1664); en la versión en italiano a cargo de Pietro Francesco Scarabelli, fgura la esfera del «Gianelli Cremonese» con «il nome del mentouato Gianelli» (1666).

El magistrado, diplomático y físico Balthasar de Monconys (Lyon, 1611-Lyon, 1665) habla en un libro, publicado póstumamente, de Toledo y la «inuention tout à fait ingenieuse; laquelle ils appellerent El ingenio de Iuanelo qui en estoit l’Autheur» (1666). François Bertaut de Fréauville (París, 1621-París, 1701?), religioso, diplomático y viajero, narra, tras una misión en España en 1659, las impresiones de la «plus belle machine du monde, qui faisoit venir autresfois l’eau du Tage au haut de l’Alcaçar» (1669). El matemático y naturalista jesuita Francesco Lana Terzi (Brescia, 1631-Brescia, 1687) ex-

trae de páginas de Famiano Strada la tradición según la cual «il Turriano ingegnere valorosissimo, faceua volare certi vccelletti per le stanze di Carlo quinto» (1670). El cartógrafo Antoine Jouvin de Rochefort (Limoges?, ±1640-París, ±1710) cita «cette machine qui faisait autrefois monter de l’eau de la Riviere de Taio jusqu’au haut de ce chateau» (1672). Jacques Gaffarel (Manues, 1601-Segovia, 1681), bibliotecario del cardenal Armand-Jean du Plessis de Richelieu, menciona a «æneos cœlos Janelli Turriani Сremonensis, ac molam mirabilem» (1676); en dos comedias póstumas del religioso Agustín Moreto (Madrid, 1618-Toledo, 1669), en una se hace mención a un inédito «juego de Juanelo» y en la otra, al ya proverbial «huevo de Juanelo» (1676).

El tratadista Alessandro Capra (Cremona, 1608-Cremona, 1683), al comentar un artifcio para suministrar agua a un baluarte asediado, remite al mecanismo análogo de Toledo, construido por «nostro Gioannello Torriani, Cremonese, Principe de gli Artefci» (1683). El teólogo, historiógrafo y poeta jesuita Jacob Masen (Dahlen, 1606-Colonia, 1681) es el autor que señala, más que ningún otro, los trabajos en el ámbito militar de nuestro protagonista: «Cum Janello Turriano illarum rerum peritissimo, artifcijs, & nunc horologiorum moderandis rotis, quàm bellicorum olim tormentorum præesse jucundiùs» (1684). El médico y literato Francesco Redi (Arezzo, 1626-Pisa, 1697), en un ditirambo sobre el vino, se mofa de las aguas —«Ne l’Ispano mai si stucchi / D’innalzar quelle del Tago»— en alusión al Artifcio (1685). La novelista Madame d’Aulnoy (Barneville-la-Bertran, 1650/51-París, 1705) documenta la rueda toledana para «puiser de l’eau dans le Tage» (1691). Pedro Cubero Sebastián (El Frasno, ±1645-?, posterior a 1700), religioso, viajero y escritor, no puede dejar de evocar la ciudad: «Alli vimos aquel nombrado artifcio de Iuanelo, aunque ya destruido» (1697). Con sus notas, concluye el siglo de las referencias literarias a las obras de Turriano/Torresani y da inicio el de los viajes europeos, gracias a los cuales se registran los ecos lejanos del personaje.

3. LAS MENCIONES EN EL SIGLO XVIII Y XIX El literato Gregorio Leti (Milán, 1630-Ámsterdam, 1701) menciona el ingenio «qui conduisoit l’eau du Tage au haut de la Ville», caído en desuso (1700). Claude Jordan de Colombier, viajero curioso, hace correr un rumor sobre la «machine avec laquelle les Mores faisoient autrefois monter l’eau du Tage» (1701). El fscal Matías Lagunez (San Pedro de Sigüenza, ±1651-Lima, 1701) cita la «nobile Juaneli opus» entre las máquinas maravillosas (1701). El reloj paviano de Dondi, confundido aquí con el de Zelandino y del cual «Gianello da Cremona formò uno simile e nuovo», aparece en una recopilación de autores anteriores en Giacinto Gimma (Bari, 1668-Nápoles, 1735), erudito (1723).

El bibliógrafo Francesco Arisi (Cremona, 1657-Cremona, 1743) cita a Giorgio Fonduli (Cremona, 1473-Cremona, 1545), a quien Campi considera maestro de Juanelo/Giannello: «Fundulum plurimi fecit Janellus Turrianus insignis Mathematicus Cremonensis, cujus opportunè erit memoria» (1705). El autor y dramaturgo Francisco Antonio de Bances y Cándamo (Sabugo, 1662-Lezuzas, 1704) da cuenta «de Juanelo el ingenio prodigioso» (1720). El arquitecto Teodoro Ardemans (Madrid, 1661-Madrid, 1720) enumera entre los artífces locales y extranjeros que trabajan en España a «Juanelo Turriano, Dibujante, Arcquitecto, y Maquinador grande» (1720). Con un «Janellus Turrianus, quem alii Giannellum, alii Leonellum dixerunt», Francesco Arisi vuelve con una abundante antología de tradiciones, extraídas en parte de un trabajo de su hermano Desiderio Arisi, exégeta del retrato de Juanelo/Giannello enviado a Cremona por el canciller Danese Filiodoni en 1587; el hermano es también el primero en aportar una reseña de libros e inéditos que mencionan de distintos modos a nuestro protagonista (1741).

El dominico Manuel José de Medrano alude a «Juanelo Turriano» como «famoso Artifce», con una selección de elementos colegidos de las tradiciones (1741). El misionero jesuita Pedro Murillo Velarde (Laujar de Andarax, 1696-Puerto de Santa María, 1753) describe técnicamente el «cèlebre artifcio de Juanelo» (1752). El sacerdote Pier Antonio Gaetani (Brescia, 17??-Bovezzo, 1766) presenta al artífce a partir de su medalla, conservada en la colección del abad Pietro Mazzucchelli (Milán, 1762-Milán, 1829) y realizada por el citado Jacopo Nizzola da Trezzo (1761). El flólogo y docente Christian Adolph Klotz (Bischofswerda, 1733-Halle, 1771) integra, no por casualidad, a «Ianello Turriano» en el «Museum Mazzuchellianum» (1764). Antonio Ponz (Bechí, 1725-Madrid, 1792), viajero y funcionario ilustrado, se explaya sobre el «ingeniosísimo, y celebrado artifcio de Juanelo», no sin objetar, como otros, que «habia de durar poco, sin que tuviese una buena dotacion para su mantenimiento» (1772). El conjunto de noticias, verdaderas o apócrifas, confuyen luego en un ensayo de Giovan Battista Zaist, quien transcribe, como novedad, el decreto de Carlos V del 7 marzo 1552 por el que concede a Juanelo/Giannello una asignación vitalicia considerable (1774). «El famoso Janelo Turriano subió el agua del Tajo á lo alto del Alcazar», escribe Andrés-Marcos Burriel (Buenache de Alarcón, 1719-Cuenca, 1762), jesuita, epigrafsta e historiógrafo (1775).

El literato Girolamo Tiraboschi (Bérgamo, 1731-Módena, 1794) cita el reloj astronómico Dondi (1775) y el artifcio de Toledo (1777). El viajero Maurice Margarot (Devon, 1745-Londres, 1815) atribuye a los moros la «machine par laquelle, ils éleveient l’eau du Taje» (1780). Otro viajero, Jean-François Peyron (Aix-en-Provence, 1744-París, 1814) destaca la «machine très-ingénieuse, imaginee par Juanello, natif de Cremone» (1780), y el diplomático Jean-François de Bourgoing (Nevers, 1748-Carlsbad, 1811) cita

la «fameuse machine imaginée par un Cremonois, nommé Juanelo» (1789). El jesuita Antonio Conca (Onteniente, 1746-Valencia, 1820), siguiendo a Ponz, describe la «ingegnosa, ma troppo complicata macchina, colla quale Juanelo Turriano nativo di Cremona, informato in Italia dal Marchese del Vasto suo protettore della scarsezza di acqua in Toledo, credette di potervi abbondantemente rimediare» (1793). El historiador del arte Giuseppe Aglio (Cremona, 1717-Cremona, 1809) documenta en la colecciones de su ciudad el retrato de «Gianello Torriani» (1794). Tiraboschi alude a él en la reedición de su obra (1796).

Con el inicio del nuevo siglo, el impresor y librero Lorenzo Manini (Cremona, 1757-Cremona, 1821) da a conocer a «Giacomo Torriano llamado Gianello» como un hombre «de gran ingenio y muy hábil con las matemáticas, a quien se denominaba sensatamente el Arquímedes de su siglo» (1819). Escritor e historiador del arte, el abad Pietro Zani (Borgo San Donnino, 1748-Borgo San Donnino, 1821) incluye en una extensa obra una breve mención a «Torriani Gianello» (1824). El biógrafo de artistas Giuseppe Grasselli (Cremona, 1774-Cremona, 1842) retoma un concepto establecido según el cual «Torriano puede denominarse el nuevo Arquímedes y el príncipe de los artifcios» (1827). Stefano Ticozzi (Pasturo, 1762-Lecco, 1836), historiador del arte, dedica un breve texto al «célebre mecánico cremonés e hidráulico» (1832). Charles Magnin (París, 1793-París, 1862), escritor, miembro de la Académie des Inscriptions et Belles-Lettres, señala más tarde a «Giovanni Torriani, surnommé Gianello» entre los máximos artífces de autómatas (1852). Se lleva a cabo una síntesis biográfca sobre «Giacomo Torriano, llamado Lionello o Gianello», que recoge observaciones previas, gracias al sacerdote e historiador cremonés Angelo Grandi (1856).

Sisto Ramón Parro (Villacañas, 1812-Toledo, 1868), abogado, cronista, político y alcalde de Toledo, se extiende en comentar la obra del «famoso artifce relojero Juanelo Turriano, natural de Cremona en la Lombardia» (1857). El médico Francesco Robolotti (Cremona, 1802-Cremona, 1885), además de historiador medievalista, describe las numerosas medallas acuñadas en España en el siglo xvi en honor precisamente de «Janello o Lionello Torriano o Dalla Torre, insigne mecánico, arquitecto e hidráulico» (1857). El historiógrafo, periodista y escritor Manuel Murguía (Arteixo, 1833-La Coruña, 1923), escribirá que: «Conserva en Toledo la calle en que vivió Juanelo Turriano, el nombre del Hombre de palo», y recuerda cómo se origina a partir del autómata fabricado por él, según la tradición (1858). El editor Pietro Maisen, originario de la Valtellina, al enumerar los retratos de la sala municipal de Cremona, destaca al fn, aunque equivocándose con el nombre, el de «Gianella Torriani» (1865). A partir de esta fecha se desarrolla otro tipo de historiografía, de la que ya hemos hablado al inicio de este trabajo.

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